Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Nuestra Historia Continua - Yosuen - 2

Cap. II-  Recuerdos parte I 

-¿cómo has estado?- pensando que la pregunta estaba de más.

-Bien, ¿y tú?

- pues no puedo quejarme- tú me mirabas serenamente, al parecer los años respetan tu belleza- vaya sigo siendo descortés, ¿quieres un café?

- si me lo invitas,  con- te interrumpí

- gusto aceptas - demostrando emoción, de inmediato llame a la mesera y pedí la orden, como de era de esperarse lo trajeron luego.

-como los viejos tiempos- colocaste tu mano sobre la mía, viniendo a mi mente otro recuerdo.

 ------**** Recuerdo****-------

Era un día lluvioso y  estábamos en el mismo café.

-creo que no va a parar en un buen rato- dijiste un poco preocupada

- sí, creo que sí, ¿no crees que debemos irnos?, pueden regañarte-

-No te preocupes, mis padres no se encuentran en casa-pero aun así tenías la misma cara de preocupación.

- entonces,¿por qué esa cara?- dije tomando el ultimo sorbo de mi café.

- pues no puedo hacerle nada, al menos que me la opere- sonriendo divertida.

-no me refería a eso- dije arqueando una ceja y sonriendo ante tu pequeña broma.

- lo siento- dijiste con tu típica sonrisa.

-vamos te llevo a tu casa- levantándome  y llamando a la mesera   
 - no te molestes- tomándome de la mano.

- vamos somos a migas, no es molestia, además si te mojas te vas a enfermar.- dije pagando la cuenta.

- de todos modos nos vamos a mojar- con cara de resignación- a todo esto no me has dicho en dónde vives- caminábamos hacia la salida.

- En el barrio San miguel- te dije sin preocupación.

- ¿¿¿Qué???, pero si está a media hora de aquí,  y yo vivo …-, te quedaste parada y te interrumpí.

- si lo sé, vives en dirección contraria.- dije con una sonrisa jalándote para que continuaras caminando.

- y lo dices así tan despreocupada. No puedo permitir que me acompañes- con cara de indiferencia. Quedándote parada de nuevo.

- ¿Pero por qué no?- extrañada.

- te puedes enfermar y ya es tarde, te tardarías mínimo como dos hora en regresar a tu casa, no puedo aceptarlo.

- jajajaja  ja en serio crees que nos iremos caminando- di una carcajada dejándote con una cara confundida-por favor Nissan plateado- entregándole unas llaves al portero que estaba afuera.

- ¿tienes coche?-abriste los ojos como platos y con la boca abierta.

-claro - dije cerrándole la boca, provocando que tesonrojaras un poco, sonreí divertida, sonrojándote  aún más. Llego mi auto y abrí la puerta para que entraras, comenzando nuestro camino.

-debo admitir que me costó mucho trabajo y días sin comer para poder comprarme este auto.

- aun no puedo lo puedo creer que no me hallas dicho que tenías carro.- me mira fingiendo reproche- pudimos ir a distintos lugares.

- lo siento no lo vi de esa manera, pero aún tengo el auto podemos ir a pasear en él-tranquila y con una sonrisa.

-eso me parece una buena idea.

Después de 20 minutos de planear los pequeños viajes llegamos a su linda casa.

-Woou, que bonita casa y que grande.- Observando con detalle aquel espacio.

-y eso que no las has visto de día- dijo con una sonrisa.

-Tendrás que correr por la lluvia no ha disminuido ni un poco- viéndola divertida.

- que,  no vas a entrar con migo, quiero que la conozcas por dentro- dijiste con una cara de ternura.

- aaa, bueno pasemos, pero solo un rato- salimos del coche y nos fuimos corriendo, pero aun así nos mojamos lo suficiente como para enfermar de gripe.

-vamos entra o nos mojaremos más- pasamos y calor del interior me invadió.

- espera ahora traigo una toalla- subiste las escaleras y me dejaste en la sala, observe las fotos que tenías en un mueble y en todas te veías fantástica, cuando regresaste me diste la toalla y  una muda de ropa seca.

-toma debes cambiarte o te enfermeras-

-no es necesario, además no estaré por mucho tiempo.

-pero te vas a enfermar, anda tan solo por un rato- me hablaste con voz firme.

- está bien- dije con resignación.

-por alláestá el baño- señalando la dirección.

Termine de cambiarme, dejando la ropa húmeda sobre la bañera y me dirigí a la sala, en donde  ya me esperabas con una tasa de chocolate caliente.

-toma, espero que te guste-entregándome la tasa.

-creo que esta noche voy a levantarme muy seguido al baño- tomando un sorbo del chocolate y riendo.

-¿porque lo dices?- riendo

- pues, con todas las tasas de café que  he tomado y el frio. Rio divertida.
- No digas más- Estuvimos un rato calladas, solo se escuchaba la lluvia caer, podría haber sido una escena romántica pero tal solo éramos amigas, solo amigas. Hace tiempo que empecé a surtir algo extraño en mí, una sensación de tranquilidad, un calor hermoso al estar contigo, me gustaba tu presencia, tu conversación, ver tus hermosos ojos posándose en mí, tus labios pronunciando algunas palabras, tu nariz tan perfectamente formada y esa sonrisa que podrías curar a cualquiera que estuviera enfermo de tristeza, tus delicadas manos sosteniendo esa tasa y ahora agitándolas saludándome.

- hola, ¿estás aquí?- agitabas tus manos con una sonrisa media burlona.

- ¿Qué?, ¿me decías algo?- saliendo de mis pensamientos y sonrojando ya que te estabas burlando- ¿dije algo raro?.

-no, pero tenías una cara de- te empezaste a reír.

- ¿de qué?, vamos dímelo- casi suplicando

-no, porque te vas a enojar, mejor dejémoslo así-tomaste un poco de tu chocolate, pero tu cara de divertida no desaparecía.

- no me digas, que tenía cara de tonta-
-pues no, solo te reías y tenías ojos de borrego a medio morir- dijiste riéndote.

-gracias por darme ánimos-con un suspiro de resignación.

- me vas a decir en  que estabas pensando o más bien dicho ¿en quién?- acercándote y sonriendo de curiosidad.

-¿yo?, en nadie-sonrojándome y parándome casi al instante – bueno me tengo que ir ya es un poco tarde, no creo que la lluvia pare en toda la noche.

- ¿tan pronto?- tu cara había cambiado de expresión- ¿te puedo pedir un favor?- ahora me veías seria.

- sí, dime- temiendo por el favor.

- ¿te puedes quedar con migo esta noche?, por favor, ¿sí?-

- pero, yo- intente darte una excusa, pero te hincaste sobre el sofá y uniste tus manos como queriendo rezar y dijiste. 

- ¿Por favor?- tus suplicas y tu tierna cara me convencieron.

- aaaaaa – suspire- está bien, tu ganas - me abrazaste, pero eso provoco que cayéramos al piso y tu quedaste encima de mí, nos quedamos un rato viéndonos a los ojos, nuestros labios estaban muy cerca, no sécuánto tiempo estuvimos así, ni cuantas cosas pasaron  por nuestras mentes, pero después de ese pequeño o gigantesco lapso, nuestros rostros empezaron a acercarse lentamente, mi corazón latía muy rápido como si quisiera salirse de mi pecho ardiendo en llamas, cerrando un poco mis ojos, y acercándome más y más, y al rozar tus labios sonó el teléfono, cortando la inspiración al instante.

- lo siento, debo contestar- te paraste y corriste a contestar, dejándome en el suelo, pensando.

- ¿qué estás haciendo Anel?, ¿qué te pasa?- dije en voz baja y aun mi corazón latía con fuerza.
- eran mis padres, no van a poder llegar hasta la semana que viene- me levante y aun  estabas sonrojada-

- bueno, creo que es mejor dormir, ¿en qué cuarto me voy a quedar?- tratando de ocultar mi nerviosismo.

- aaa, bueno, yo- te pusiste nerviosa y te mire, bajaste la mirada y sostuviste un mechón de tu cabello en tus manos jugando con el- esperaba que durmieras con conmigo.

 Me quede pensando un rato, supongo que esos minutos se hicieron eternos para ti y por fin accedí haciendo un movimiento con la cabeza, te tome de las manos  y te jale subiendo las escaleras.

- espera debo apagar las luces- te soltaste y fuiste a ser lo dicho,  te espere- Listo- ahora eras tú quien me llevaba- es por aquí, apuesto que no sabrías a que cuarto meterte si tú me guiaras- reíste divertida.

- es verdad- dije realmente sorprendida por mí misma, mientras tu abrías la puerta de la segunda recamara.

Entramos a la recamara, era muy bonita, tenías una cama matrimonial al lado había una ventana, que, cuando los relámpagos y rallos estallaban iluminaban toda la habitación, brincaste al instante y me di cuenta que le tenías miedo a ellos. Desdoble las sabanas de tu cama y me metí en ella mientras tú me imitabas, te di las buenas noches y cerré mis ojos quedándome dormida.  No sécuánto tiempo paso pero me pareció muy poco tiempo, al abrir mis ojos aún no estaba consiente de donde estaba y con quien, hasta que sentí  leves cosquillas en mi cintura provocando que se erizara mi piel, eras tú que tenías aprisionada mi cintura en un abrazo, tu cabeza estaba recargada sobre mis hombros, trate de zafarme de tu abrazo sin despertarte pero mi intento fracaso ya que despertaste soltándome sin darte cuenta, me diste los buenos días sonriendo, ese día no pasó nada más que un día normal de trabajo y visitas de amigos, tal vez hubiera dado mucho para que pasa algo más pero aun no era el tiempo.  


   ------****Fin del recuerdo****-------- 
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