Cap. II- Recuerdos parte I
-¿cómo has estado?-
pensando que la pregunta estaba de más.
-Bien, ¿y tú?
- pues no puedo
quejarme- tú me mirabas serenamente, al parecer los años respetan tu belleza-
vaya sigo siendo descortés, ¿quieres un café?
- si me lo
invitas, con- te interrumpí
- gusto aceptas - demostrando
emoción, de inmediato llame a la mesera y pedí la orden, como de era de esperarse
lo trajeron luego.
-como los viejos
tiempos- colocaste tu mano sobre la mía, viniendo a mi mente otro recuerdo.
------**** Recuerdo****-------
Era un día
lluvioso y estábamos en el mismo café.
-creo que no va
a parar en un buen rato- dijiste un poco preocupada
- sí, creo que sí,
¿no crees que debemos irnos?, pueden regañarte-
-No te
preocupes, mis padres no se encuentran en casa-pero aun así tenías la misma
cara de preocupación.
- entonces,¿por
qué esa cara?- dije tomando el ultimo sorbo de mi café.
- pues no puedo
hacerle nada, al menos que me la opere- sonriendo divertida.
-no me refería a
eso- dije arqueando una ceja y sonriendo ante tu pequeña broma.
- lo siento-
dijiste con tu típica sonrisa.
-vamos te llevo
a tu casa- levantándome y llamando a la mesera
- no te
molestes- tomándome de la mano.
- vamos somos a
migas, no es molestia, además si te mojas te vas a enfermar.- dije pagando la
cuenta.
- de todos modos
nos vamos a mojar- con cara de resignación- a todo esto no me has dicho en dónde
vives- caminábamos hacia la salida.
- En el barrio
San miguel- te dije sin preocupación.
- ¿¿¿Qué???,
pero si está a media hora de aquí, y yo vivo …-, te quedaste parada y te
interrumpí.
- si lo sé,
vives en dirección contraria.- dije con una sonrisa jalándote para que
continuaras caminando.
- y lo dices así
tan despreocupada. No puedo permitir que me acompañes- con cara de
indiferencia. Quedándote parada de nuevo.
- ¿Pero por qué
no?- extrañada.
- te puedes
enfermar y ya es tarde, te tardarías mínimo como dos hora en regresar a tu
casa, no puedo aceptarlo.
- jajajaja
ja en serio crees que nos iremos caminando- di una carcajada dejándote con una
cara confundida-por favor Nissan plateado- entregándole unas llaves al portero
que estaba afuera.
- ¿tienes coche?-abriste
los ojos como platos y con la boca abierta.
-claro - dije
cerrándole la boca, provocando que tesonrojaras un poco, sonreí divertida, sonrojándote aún más. Llego mi auto y abrí la puerta para
que entraras, comenzando nuestro camino.
-debo admitir
que me costó mucho trabajo y días sin comer para poder comprarme este auto.
- aun no puedo
lo puedo creer que no me hallas dicho que tenías carro.- me mira fingiendo
reproche- pudimos ir a distintos lugares.
- lo siento no
lo vi de esa manera, pero aún tengo el auto podemos ir a pasear en él-tranquila
y con una sonrisa.
-eso me parece
una buena idea.
Después de 20
minutos de planear los pequeños viajes llegamos a su linda casa.
-Woou, que
bonita casa y que grande.- Observando con detalle aquel espacio.
-y eso que no
las has visto de día- dijo con una sonrisa.
-Tendrás que correr
por la lluvia no ha disminuido ni un poco- viéndola divertida.
- que, no vas a entrar con migo, quiero que la
conozcas por dentro- dijiste con una cara de ternura.
- aaa, bueno
pasemos, pero solo un rato- salimos del coche y nos fuimos corriendo, pero aun
así nos mojamos lo suficiente como para enfermar de gripe.
-vamos entra o
nos mojaremos más- pasamos y calor del interior me invadió.
- espera ahora
traigo una toalla- subiste las escaleras y me dejaste en la sala, observe las
fotos que tenías en un mueble y en todas te veías fantástica, cuando regresaste
me diste la toalla y una muda de ropa seca.
-toma debes
cambiarte o te enfermeras-
-no es
necesario, además no estaré por mucho tiempo.
-pero te vas a
enfermar, anda tan solo por un rato- me hablaste con voz firme.
- está bien-
dije con resignación.
-por alláestá el
baño- señalando la dirección.
Termine de
cambiarme, dejando la ropa húmeda sobre la bañera y me dirigí a la sala, en
donde ya me esperabas con una tasa de
chocolate caliente.
-toma, espero
que te guste-entregándome la tasa.
-creo que esta
noche voy a levantarme muy seguido al baño- tomando un sorbo del chocolate y
riendo.
-¿porque lo
dices?- riendo
- pues, con
todas las tasas de café que he tomado y el frio. Rio divertida.
- No digas más- Estuvimos
un rato calladas, solo se escuchaba la lluvia caer, podría haber sido una
escena romántica pero tal solo éramos amigas, solo amigas. Hace tiempo que empecé
a surtir algo extraño en mí, una sensación de tranquilidad, un calor hermoso al
estar contigo, me gustaba tu presencia, tu conversación, ver tus hermosos ojos
posándose en mí, tus labios pronunciando algunas palabras, tu nariz tan
perfectamente formada y esa sonrisa que podrías curar a cualquiera que
estuviera enfermo de tristeza, tus delicadas manos sosteniendo esa tasa y ahora
agitándolas saludándome.
- hola, ¿estás
aquí?- agitabas tus manos con una sonrisa media burlona.
- ¿Qué?, ¿me
decías algo?- saliendo de mis pensamientos y sonrojando ya que te estabas
burlando- ¿dije algo raro?.
-no, pero tenías
una cara de- te empezaste a reír.
- ¿de qué?,
vamos dímelo- casi suplicando
-no, porque te
vas a enojar, mejor dejémoslo así-tomaste un poco de tu chocolate, pero tu cara
de divertida no desaparecía.
- no me digas,
que tenía cara de tonta-
-pues no, solo
te reías y tenías ojos de borrego a medio morir- dijiste riéndote.
-gracias por
darme ánimos-con un suspiro de resignación.
- me vas a decir
en que estabas pensando o más bien dicho ¿en quién?- acercándote y
sonriendo de curiosidad.
-¿yo?, en
nadie-sonrojándome y parándome casi al instante – bueno me tengo que ir ya es
un poco tarde, no creo que la lluvia pare en toda la noche.
- ¿tan pronto?-
tu cara había cambiado de expresión- ¿te puedo pedir un favor?- ahora me veías
seria.
- sí, dime-
temiendo por el favor.
- ¿te puedes
quedar con migo esta noche?, por favor, ¿sí?-
- pero, yo-
intente darte una excusa, pero te hincaste sobre el sofá y uniste tus manos
como queriendo rezar y dijiste.
- ¿Por favor?-
tus suplicas y tu tierna cara me convencieron.
- aaaaaa –
suspire- está bien, tu ganas - me abrazaste, pero eso provoco que cayéramos al
piso y tu quedaste encima de mí, nos quedamos un rato viéndonos a los ojos,
nuestros labios estaban muy cerca, no sécuánto tiempo estuvimos así, ni cuantas
cosas pasaron por nuestras mentes, pero después de ese pequeño o
gigantesco lapso, nuestros rostros empezaron a acercarse lentamente, mi corazón
latía muy rápido como si quisiera salirse de mi pecho ardiendo en llamas,
cerrando un poco mis ojos, y acercándome más y más, y al rozar tus labios sonó
el teléfono, cortando la inspiración al instante.
- lo siento,
debo contestar- te paraste y corriste a contestar, dejándome en el suelo, pensando.
- ¿qué estás
haciendo Anel?, ¿qué te pasa?- dije en voz baja y aun mi corazón latía con
fuerza.
- eran mis
padres, no van a poder llegar hasta la semana que viene- me levante y aun estabas sonrojada-
- bueno, creo
que es mejor dormir, ¿en qué cuarto me voy a quedar?- tratando de ocultar mi
nerviosismo.
- aaa, bueno,
yo- te pusiste nerviosa y te mire, bajaste la mirada y sostuviste un mechón de
tu cabello en tus manos jugando con el- esperaba que durmieras con conmigo.
Me quede
pensando un rato, supongo que esos minutos se hicieron eternos para ti y por
fin accedí haciendo un movimiento con la cabeza, te tome de las manos y
te jale subiendo las escaleras.
- espera debo
apagar las luces- te soltaste y fuiste a ser lo dicho, te espere- Listo-
ahora eras tú quien me llevaba- es por aquí, apuesto que no sabrías a que
cuarto meterte si tú me guiaras- reíste divertida.
- es verdad-
dije realmente sorprendida por mí misma, mientras tu abrías la puerta de la
segunda recamara.
Entramos a la
recamara, era muy bonita, tenías una cama matrimonial al lado había una ventana,
que, cuando los relámpagos y rallos estallaban iluminaban toda la habitación,
brincaste al instante y me di cuenta que le tenías miedo a ellos. Desdoble las
sabanas de tu cama y me metí en ella mientras tú me imitabas, te di las buenas
noches y cerré mis ojos quedándome dormida. No sécuánto tiempo paso pero
me pareció muy poco tiempo, al abrir mis ojos aún no estaba consiente de donde
estaba y con quien, hasta que sentí leves cosquillas en mi cintura
provocando que se erizara mi piel, eras tú que tenías aprisionada mi cintura en
un abrazo, tu cabeza estaba recargada sobre mis hombros, trate de zafarme de tu
abrazo sin despertarte pero mi intento fracaso ya que despertaste soltándome
sin darte cuenta, me diste los buenos días sonriendo, ese día no pasó nada más
que un día normal de trabajo y visitas de amigos, tal vez hubiera dado mucho
para que pasa algo más pero aun no era el tiempo.
------****Fin
del recuerdo****--------
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