Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Más allá de la razón... el amor - Black Moon (Parte1)


Capítulo uno     
    Siempre que miro a mi pasado confirmo que tomé las decisiones adecuadas para forjar mi presente y dirigir mi futuro….
 Desde muy pequeña descubrí que era lesbiana, nunca tuve problema con ello, es parte de lo que soy y tampoco quiero cambiarlo, he sido una persona decidida, que conoce lo que quiere. Además de saber que mi orientación sexual no estaba encaminada hacia los chicos desde muy pequeña también decidí que sería policía como lo había sido mi padre; Si, recibí críticas de personas que creían que por ser mujer uno tiene que seguir un patrón de comportamiento regido por un género que se ha impuesto a lo largo de la historia, aun que temprano en mi vida me di cuenta que la opinión de la gente no era mi problema sino de ellos, cada quien es responsable de sus pensamientos, uno sólo puede hacerse cargo de los actos que uno comete y de las consecuencias que estos traen, yo afortunadamente asimilé a tiempo que si no buscas tu felicidad nadie más te la va a regalar, uno tiene que decidir su camino y como vivirlo…


    Mi historia es probablemente igual en sentimientos a muchas otras pero diferente en circunstancias…. Todo empezó hace casi seis años tenía ya tres años en el departamento de homicidios, mi vida profesional estaba en ascenso, era respetada y querida por mis compañeros, siempre fui requerida para los casos más complicados dentro de la corporación y mis resultados eran muy buenos, en general era de las mejores detectives, (No, no es que este presumiendo… bueno… tal vez un poco) profesionalmente mi vida era estable y podría decirse que perfecta, en lo personal… mmm… pues lo obvio en una profesión así, si eres buen policía probablemente esto logrará hacer que sobrevivas en total soledad porque para dar resultados en ocasiones, hay prácticamente que vivir en la estación y si a eso le sumas ser gay y no tener tiempo para socializar y conocer a más, pues la cosa se complica.
    Ese verano de 2006 mi vida cambió por completo, en la estación un loco psicópata nos traía de cabeza, por su modus operandi le nombramos el Fantasma, nos había dejado en un periodo de ocho meses a seis cuerpos decapitados prácticamente de la misma forma, el cuerpo tendido boca arriba con sus extremidades abiertas a los costados formando una X,  la cabeza se encontraba entre las piernas con un pañuelo blanco que le cubría, las escenas del crimen quedaban prácticamente limpias, sin huellas digitales, ni manchas anormales y sin un indicio de quién o por qué asesinaría a estas personas, cada víctima tenía su historia, entre ellos había desde policías corruptos, mafiosos y otros más que habían estado bajo sospecha de fraudes, probablemente su destino lo habían trazado ellos mismos por sus actos, pero al ser cruel y fríamente asesinados los habían convertido en víctimas y teníamos que atrapar al victimario, aunque aprehenderlo era lo más complicado del mundo, desde el primer homicidio hasta el sexto no teníamos nada, el psicópata hacia honor a su apodo, era un fantasma que no dejaba rastro y que nos tenía a todos con la rabia y la frustración a flor de piel.
    Una tarde que llegué a casa con el estrés habitual de mi trabajo, mientras subía las escaleras a mi departamento en el piso cinco, cargando algunos paquetes de víveres que había comprado, tropecé con una joven en el pasillo que conducía a mi departamento, ella era alta, algunos centímetros más que yo, su cabello lo usaba corto, ondulado  a la altura del cuello con un fleco que cubría su frente, sus ojos casi negros coronados con unas pestañas risadas y largas, su piel más que blanca parecía transparente, tenía una mirada que atravesaba el alma y paralizaba por la frialdad la fuerza y la profundidad que destellaban sus ojos, su nariz perfecta para la forma de su rostro, sus labios carnosos hechos para ser besados. Unos cuantos segundos bastaron para que callera como hechizada por su mirada, no supe cómo ni por qué, pero cuando regresaron mis cinco sentidos, me di cuenta que ella estaba bajo mi cuerpo, los paquetes con mi comida esparcida por el pasillo y ella creo que me hablaba, ‘¡¡¡Dios qué pena!!!’, me levanté, me disculpé y por alguna extraña razón me sonrojé y hasta mi voz vaciló, ella no dijo palabra alguna, me ayudó a levantar los paquetes, me los entregó y sin más siguió su camino, ignorando por completo mis disculpas y mi vergüenza, parada como estatua la vi alejarse, su caminar era seguro, felino la hacía verse tan sensual, yo quedé con una sensación en mi estómago bastante particular si considero que parecía que un tornado se había mudado a él y ahora mismo estaba destruyendo todo a su paso, decidí entrar a mi departamento lamentando que mi torpeza apareciera en el momento menos indicado…
   Esa mujer insolente de apenas 19 años que había puesto de cabeza mi mundo y que llevaba por nombre Ely Leen, era una joven de aspecto rebelde, enigmático, con un espíritu fuerte y aguerrido que hacía que sin evitarlo uno la voltease a ver cada vez que entraba algún sitio. Su abuela había sido mi vecina, hasta antes de su muerte ocupó el departamento de enfrente al mío. Cuando yo me mudé ella ya tenía tiempo habitando ese departamento, era una señora de origen oriental, de edad un poco avanzada y con una calidez que daba ternura conversar con ella, siempre hablaba de su nieta, con mucho amor así que yo digamos tenía un pensamiento equivocado de cómo sería ella, primero me la imaginaba como su abuela, con sus facciones orientales, pero la complexión de Ely era occidental, segundo me la imaginaba cálida y amable como su abuela y vamos que Ely era más bien fría, cortante y hasta en ocasiones rayaba en lo grosero, cada vez que me la había encontrado después de que mi cuerpo elegantemente arrolló el suyo, ni el saludo se dignaba a darme.
    Desde que recuerdo había escuchado muchos rumores o más bien mitos acerca de la familia Leen, alguno comentaban que ellos eran espías chinos que habían huido de su país porque los perseguían para matarlos, existían otras versiones de verdad inverosímiles, como que su familia era enemiga de un clan ninja que había jurado matar a todos los hombres que formaran parte de esa familia, estas historias fantasiosas provenían debido a que la señora Leen era viuda, tiempo atrás habían asesinado a su esposo, después también de forma extraña su hijo había aparecido muerto, además de que su nieto y nuera habían fallecido en un accidente por demás raro, sobreviviendo de este sólo su nieta, (vaya que también no se puede esperar menos de un edificio donde el 95%  de los inquilinos eran mujeres jubiladas y tenían todo el día para fantasear… pensándolo bien también eso podría haber influido en que mi vida sexual y amorosa fueran nula, si considero que casi no salía de mi casa o de la estación y que en mi edificio lo mas sexi que uno podía ver era una mujer de sesenta años en falda a cuadros medias y suéter de cuello pues… mucho amor y sexo no podía tener… ehh…mmm… bueno en realidad apenas tenía vida así que amor, lo que se dice amor, pues no mucho y sexo pues ocasionalmente por no decir que nada… analizado el punto mejor descarto la teoría.)
    La señora Leen había enfermado repentinamente y lamentablemente no sobrevivió, eso había provocado el regreso de Ely de donde estudiaba, desde la primera vez que la vi incluso antes que mi torpeza quedara descubierta ante  sus ojos en el pasillo, me impresionó bastante, recuerdo que en el funeral de su abuela ella estaba sin expresión alguna en su rostro, con una mirada escalofriante, que para mi forma de ver, ocultaba el dolor que posiblemente sentía por la pérdida de su única familia.
    Después de nuestro accidentado encuentro la seguí viendo más a menudo en el edificio porque se mudó al departamento que había sido de su abuela y si, pueden adivinar cuando nos cruzábamos por el pasillo o las escaleras siempre provocaba en mi la misma estúpida reacción, primero me paralizaba, me recorría un escalofrió por toda mi columna vertebral, segura estoy que si por alguna razón hubiese abierto la boca cada vez que la veía habría hasta babeado, sin embargo ella por el contrario, ni se inmutaba, es mas cuando nuestras miradas se cruzaban parecía que yo no estaba ahí frente a ella, ni siquiera me daba el saludo de cortesía por encontrarnos y eso me enfermaba porque yo Alondra Salvatierra detective capacitada para controlar mis emociones, a quien nunca antes algún ser humano había logrado intimidar, es más ni siquiera incomodar, era ahora presa de esa chica de casi veinte años que lograba mover mi mundo, sacudirlo y además hacerme parecer torpe más que torpe parecía… dejémoslo en boba porque no me gusta ofenderme.


     En mi trabajo todo empezaba a ser un caos teníamos la consigna de atrapar al Fantasma, era un caso prioritario así que nuestro superior decidió formar un grupo especial para atrapar al loco maniático corta cabezas, el equipo estaba a mi cargo, por principios de cuentas estaba el detective Rayan Romo y Andrés Robles ese idiota insolente que siempre había tratado de hacer mi vida de cuadritos desde que éramos compañeros en la academia, que por desgracia de la naturaleza era mi adorado primo hijo de su…. Santa madre que era mi tía (hermana de mi madre) y su pesado e insoportable padre que resultaba ser una pesadilla para mi, a mi tía la adoraba, fue una segunda madre desde que mis padres habían muerto (aquí es donde menciono que mi señor padre fue uno de los mejores policías, era respetado por todos y aun a mi me tocó escuchar las leyendas que rondaban sobre él,  murió en cumplimiento de su deber, siempre fue mi héroe, si adivinaron por eso decidí ser policía, para honrar  a mi padre, ser un  Salvatierra es un orgullo), como consecuencia esto desataba una competencia con Andrés o más bien él competía conmigo, yo soy práctica, no me desgasto en cosas que no van a traer cosa buena a mi vida, y la competencia con Andrés no traía nada aparte de ser un fastidio, así que por qué pagar yo las frustraciones de otros… 


    Bueno voy adentrar de una vez en lo que de verdad importa y por lo que estoy aquí tratando de desahogarme (en el buen sentido)… Ese fin de semana cambio mi vida para siempre, me encontraba en casa cansada (mayormente de mi soledad que de mi trabajo) así que decidí hablarle a mi amiga Dana e ir a tomarnos una copa y charlar un poco, Dana fue mi primer amor, fuimos pareja por algún tiempo cuando éramos adolescentes pero luego por mis ocupaciones y sus necesidades decidimos dejarlo, siempre fuimos mas amigas que amantes, en una relación no se puede ser más de uno que de lo otro, tiene que haber un equilibrio para que funcione, esa creo fue la causa de que lo nuestro sólo fuera una relación adolescente y ya, lo bueno de esto es que perduró nuestra amistad, fortaleciéndola más.
    Después de cenar en nuestro restaurante de siempre y de sus siempre justificados reclamos por mi abandono, decidimos pasar por un antro de ambiente que habían abierto hacia poco y que por obvias razones no conocía. La música era ideal para bailar,  el local estaba algo lleno, nos adentramos rumbo a la barra para pedir unas bebidas y observar mejor el lugar, en un momento dado Dana se me desapareció, seguramente se encontró con una amiga o algo así, me quedé sola en la barra pensando que de verdad mi vida era miserable, preguntándome si alguna vez llegaría alguien a mi vida que me complementara y me hiciera sacar el vacio que la soledad había abierto en mi, sumergida en esos pensamientos me distraje y no me di cuenta que una mujer alta, guapa, estaba parada a un lado mío observándome detenidamente, no alcanzaba a ver su rostro sólo sentía el peso de su mirada en mi, hasta que escuché su voz, ese sonido provocó que un tsunami de emociones revolotearan en mi ser, “Hola” giré hacia la de mujer a mi lado, era ella, su mirada buscó mis ojos y como acontecía siempre que eso ocurría, me movió el piso, mi cerebro sufrió un atrofio mayúsculo e instantáneamente  dejó de funcionar, supongo que mi cara fue un poema porque sonrió “Ven baila conmigo” sin esperar una respuesta, rodeó mi mano con la suya, el contacto de sus dedos fríos casi hace que mi cuerpo sufra una explosión, sistemáticamente le seguí más por inercia que por convicción, cuando quedamos frente a frente el mundo alrededor dejó de existir, sólo me importaba su mirada, su rostro, su cercanía y eso provocaba a mi organismo un éxtasis inexplicable que me alejó del mundo con simples roces de su cuerpo.
    Decididamente esa mujer hacia embrutecer mis sentidos, casi logró que olvidara como respirar, su mirada profunda  provocó una convulsión en cada célula, en cada poro  de mi piel, en ese instante mis sentidos dejaron de pertenecerme, para centrarse completamente en ella… como imán seguí cada movimiento que su cuerpo hacía al bailar, embriagada de su perfume que invadía mi nariz, logró que estallara un incendio en mi vientre…

Capítulo dos

    Cada detalle insignificante de la vida siempre pasa para formar un todo y darle respuesta a un por qué, en ocasiones es difícil entender los caprichos que el destino nos tiene preparados, generalmente renegamos de esas cosas inexplicables pero al final siempre vemos que todo tiene su lugar y su tiempo…. Mi tiempo había llegado…
    Después de ese sábado por la noche en el que Ely fue el centro de mi vida, el eje que hizo girar mi mundo, instantáneamente por una noche, esa chica me hizo olvidar que yo era una persona independiente, ella sin tocarme logró que mi individualidad se perdiera en el limbo…  antes personas habían tocado mi cuerpo pero nunca habían hecho vibrar mi alma, Ely primero tocó mi alma antes de concentrarse en mi cuerpo… yo estaba hechizada, extasiada con ella, cosa rara sin pronunciar palabra alguna en toda la noche dejamos que lo que hablara fuera nuestra alma por medio de nuestras miradas, por primera vez vi los matices de sus ojos y ahora no era como daga que atraviesa lo más profundo del corazón, no, más bien era como un calor abrazador que consume todos los miedos, las dudas, hasta hacer que te sientas en casa.
   Después de haber bailado un largo tiempo, ella me sonrió de una forma que no le conocía, que era tan bella que no sólo iluminaba su rostro, contagiaba de luz a quien le viera, me tomó de nuevo de la mano y me guió a la salida, yo había llegado ahí en el auto de Dana, (Dana… que Dana… quién diablos era Dana…. en ese momento apenas me acordaba de mi.) me dirigió al estacionamiento, caminamos hasta llegar frente a una motocicleta y no me di cuenta en qué momento sacó un casco de motocicleta, que me lo extendía mientras ella colocaba otro sobre su cabeza, antes de subirnos al artefacto logré articular una simple pero importante frase “¿A dónde me llevas?” su respuesta fue una cálida sonrisa, nos subimos a la motocicleta negra deportiva y antes de hacerla funcionar giró su rostro para decirme en un susurro con esa voz ronca que me hacia estremecer “Quiero mostrarte las estrellas”…  
   Atravesamos la ciudad a toda velocidad, sentía el aire caliente golpear mi rostro y un vértigo que me invadía , pero no por la adrenalina de ir en una motocicleta a más 100 kilómetros esquivando el poco tráfico que había en la ciudad a esa hora, sino por ir abrazada a ese cuerpo fuerte y esbelto…
   Después de un recorrido de cuarenta minutos estábamos ya a la salida de la ciudad por la autopista, en una distancia donde ya invadía la obscuridad y sólo se alumbraba el camino con la luz de la motocicleta, además de las luces de los autos que venían a lo lejos, ella dio vuelta en una brecha de terracería y empezamos a disminuir la velocidad por lo complicado del camino, recorrimos probablemente una distancia de  diez kilómetros o algo así hasta que llegamos a nuestro destino, (tiempo después me di cuenta que eran bodegas en ruinas) ella estacionó la motocicleta bajamos del artefacto, la penumbra hacia difícil ver donde estábamos, Ely sacó una lámpara de baterías con la que iluminaba un pasillo de piedra por el cual caminábamos tomadas de la mano siguiendo el círculo de luz que despedía el aparato.
    Entramos a una bodega que se veía bastante espaciosa y sus muros eran muy altos, tal vez de unos seis o siete metros, debido a la oscuridad resaltaban de sus paredes muchas estrellas fosforescentes que formaban una guía que se extendía por todos los muros, al verlas, a mi me provocó una sonrisa “Anda así que estas son las estrellas que me querías mostrar…. Mmm…. pues sí que son lindas” dije en tono irónico y con una media sonrisa en mi rostro que dudo que ella viera, “Es un dibujo que yo hice hace tiempo, cuando haya luz te lo muestro, lo que quiero que veas está arriba” iluminó una columna que estaba a un costado del  edificio, en ella había incrustada una escalera de metal que llevaba al techo, me invitó a subir con un gesto de la lámpara, así que mientras ella iluminaba tras de mí las escaleras yo empezaba a escalar por el muro.
    Al llegar una densa oscuridad golpeó mis sentidos, con cautela di unos pasos tratando que mi vista se acostumbrara a la penumbra, cuando giré mi rostro, me sorprendí  gratamente  la vista era increíble, por la altura del techo hacía que se vieran las luces de la ciudad, como simples destellos de colores amarillos y blancos, cuando mi vista se alzo más al cielo me sorprendió aun más, porque  por encima de esas luces artificiales se desplegaba un manto de estrellas que por nuestra posición se alcanzaba a distinguir perfectamente…
    Ella se ubicó tras de mí, sentía su presencia, pero como ocurría habitualmente no mencionó palabra alguna,  la noche la recuerdo muy cálida, un clima bastante agradable, que aunado a lo que mis ojos veían era algo de verdad lindo, en ese momento caí en cuenta que  nunca antes me había puesto a observar el cielo y cuando lo había visto no recordaba haber encontrado tantas estrellas, en la ciudad eso es limitado o prácticamente imposible de ver, pero ahí en ese lugar empecé a admirar la belleza que tiene la oscuridad cuando hay un techo de luces que iluminan el cielo.
“Nunca en mi vida me había detenido a observar el cielo” dije pensando en voz alta, entonces sentí su mano que se extendía por mi vientre y el contacto de su cuerpo tras del mío, por un reflejo recargué mi cabeza en su hombro coloqué mi mano sobre la de ella, nuestras manos libres se buscaron y entrelazamos nuestros dedos, su mejilla se recargó en mi sien, mis sentidos ubicaron de inmediato la tranquilidad de su respiración, su piel sorprendentemente fría a pesar del ambiente cálido y caluroso, esa sensación que expedía su cuerpo controlaba el calor que invadía el mío, “Nuestros ancestros miraban el cielo y las estrellas porque pensaban que ellas podían revelar el futuro, así que por eso se preparaban mejor” su voz era apenas un susurro “¿Crees que para eso son las estrellas?”  Pregunté mientras analizaba su frase anterior “No sé” dijo seguido de un largo suspiro “Pero sí creo que cuando ves la noche negra y fijas tu vista no en lo oscuridad sino en la luz que ilumina el cielo, eso puede quitar el miedo que trae la noche, porque sabes que aunque la penumbra sea densa habrá un destello de luz que abriga esperanza de que tarde o temprano llegara el sol” su respuesta me impresionó, era una joven que no llegaba a los veinte años y su pensamiento era profundo o a mi me lo parecía, después de esa pequeña conversación nos siguió un prolongado silencio acompañado de la serenidad que contagiaba su presencia.
    Esa noche comprendí esa frase trillada ‘Un silencio dice más que mil palabras’, es verdad sin decir nada podía escuchar lo que ella trasmitía, el fuerte palpitar de su corazón, lo pausado de su respirar y la suavidad de sus pechos contra mi espalda, todo eso me trasmitía una paz que no había experimentado antes, ahí, rodeada por su fuerte brazo, sentí que había llegado al paraíso, no puedo recordar cuánto tiempo duramos quietas sin movernos, lo que sí puedo decir es que ese momento aun ahora lo guardo en mi memoria…

    Cuando mi corazón y cuerpo habían logrado acostumbrarse a su contacto y presencia giré para ponerme frente a ella, alcanzaba a distinguir por la penumbra su silueta frente a mí, sin soltarnos de las manos sólo alcancé a decir en un murmullo “Gracias” su respuesta a mi agradecimiento fue algo que no esperaba, sentí sus labios rozando los míos, después de la sorpresa inicial me entregué por completo al beso, mis manos soltaron las suyas y las subí hasta envolver su cuello,  porque sentía que si no me aferraba de ella mis piernas no me sostendrían más, su aliento era fresco, como su piel, pero su beso era ardiente, la sensación de explorar cada milímetro de su boca, de recorrer y trazar con mi lengua la forma de sus labios fue inexplicable. En un beso ella logró invadir mi corazón por completo, llenó el vacio que había ocupado por mucho tiempo la soledad, en ese instante descubrí que mi mundo dejaba de ser mi mundo y se convertía ahora en el de ella, es verdad, no sabía nada de esa chica, sí, era una locura porque sólo la había visto en pocas ocasiones, pero mi alma la reconocía como parte de ella, mi corazón había encontrado lo que mi mente había soñado, a alguien que sólo con su presencia lograra hacerme olvidar del tiempo, del espacio, de mi.
    Nuestro regreso a casa, ya entrada la madrugada fue como de costumbre con ella, en absoluto silencio, me acompañó a la entrada de mi departamento, honestamente yo moría porque me acompañara dentro… pero si algo aprendería después con Ely es que lo convencional y lógico no aplican en ella, así que besó mi frente y se fue a su casa, tan absurdo como pueda sonar ni un hasta luego me dijo, sólo el contacto de sus labios en mi frente, eso podría desquiciar a cualquiera, entré a mi departamento con una sensación extraña, sí, estaba sola en casa, pero no me sentía así por primera vez en mucho tiempo…
Con el beso que me dio esa madrugada logré llegar al cielo… Cumplió con su palabra, esa noche Ella me mostró las estrellas por primera vez en mi vida, pero no las que iluminaban la oscuridad sobre las nubes, sino las que por sus labios hizo que mis sentidos vieran y palparan… esa madrugada mi cuerpo, mi mente y mi ser, descubrieron un universo nuevo cuya llave eran los labios de Ely…. Vi las estrellas pero mejor aun, encontré la luz de la esperanza que iluminó la oscuridad de mi alma…

Capítulo tres.

     Alguna vez has sentido que no hay palabras exactas para describir con precisión un sentimiento que invade el corazón, pues exactamente esa sensación me pasa cuando intento describir lo que Ely provocó en mi vida…
   Ya era avanzada la mañana cuando abrí mis ojos ese domingo, una emoción extraña me envolvía, ahí en mi cama entre las sábanas revueltas y a pesar de estar sola no me sentía así, de pronto mis sentidos empezaron a recordar el beso de Ely, estaba soñando despierta, sin yo controlarlo la yemas de mis dedos descansaron sobre mis labios recordando el beso de la noche anterior, increíble, yo mujer de  casi 28 años de edad, me encontraba como adolecente enamorada por primera vez de otra casi adolecente de 19 años (creo que mi sonrisa era como la del payaso frustrado que molesta a Batman) hasta que mi localizador sonó y me hizo regresar a mi realidad, me requerían porque el fantasma había aparecido y había dejado como regalo un cuerpo. Me duché, me vestí y salí corriendo lo más pronto que pude.
     Después de  conducir veinte minutos llegué a una casa que se ubicaba al norte de la ciudad, había policías que acordonaban el área, Andrés me esperaba junto con Rayan,  entramos a la casa, subimos al segundo piso y en una habitación se encontraba el cuerpo “Hombre de 65 años de edad identificado como David Thompson, decapitado con un corte exacto en la base de la cabeza, calculo su muerte entre las cuatro o cinco de la mañana, su cuerpo fue cuidadosamente colocado boca arriba, su cabeza se encontró entre sus piernas con un pañuelo blanco sobre ella, se desangró post mortem,” era la explicación del perito forense mientras nosotros nos colocábamos unos guantes. La visión del lugar era escalofriante, un charco de sangre en el piso que envolvía el cuerpo inerte sin cabeza, había más manchas de sangre que se esparcían por donde el cuerpo había convulsionado mientras sus terminaciones nerviosas se contraían por el impacto del corte “Para poderlo colocar en esa posición, tuvo que esperar que el cuerpo perdiera su movilidad ¿Cierto?” pregunté al perito “Así es detective, dependiendo de la rigidez del cuerpo al momento del corte se podría llevar hasta quince segundos” un escalofrió cruzó mi cuerpo “Esto es terrible, eso nos dice que el asesino disfruta verlos morir” dijo Rayan “¿Cuánto tiempo le toma matar a alguien así? o mejor aun ¿Por que ninguna de las víctimas trata de defenderse?” fueron las preguntas que soltó Andrés mientras observábamos la habitación “Él entró por la ventana, creo que él conocía la ubicación exacta de la víctima, al entrar él despierta al señor Thompson, quien enciende la lámpara de noche, se incorpora y camina hacia nuestro asesino que sin más le hace el corte sobre el cuello” dije señalando los lugares en los que pensaba que pudo haber pasado los eventos “La cabeza sale hacia el costado derecho, ó sea que el corte fue de derecha a izquierda” mencioné señalando un camino de sangre que yo supuse que había hecho la cabeza al salir volando “El cuerpo cae, ¿Qué posición seria?” dije mientras veía al perito, “Probablemente pudo haber dado hasta dos pasos hacia el frente y caer ahí, boca abajo” señalando un pequeño charco de sangre, “Mientras el caía el pudo rodear el cuerpo para tratar de no mancharse de sangre, recoger la cabeza, volver para jalar el cuerpo, colocarlo con sumo cuidado boca arriba,  dejar la cabeza entre sus piernas, poner el pañuelo sobre esta y salir por donde entró”  nos observamos “¿Quién encontró el cuerpo?” pregunté mientras hacia unas anotaciones “Su hijo” respondió Rayan “Hay que clasificar las huellas y ver si tenemos algo, además de descifrar  porque escogió a este hombre” dijo Andrés.

   En la comandancia empezamos a investigar quien era en realidad David Thompson, resultó que como las demás victimas, este había tenido problemas con la justicia, a finales de los años ochenta había estado relacionado con un supuesto fraude de una inversión a cientos de personas, dicha acusación no procedió. Después de horas de meter datos a la computadora y completar el historial de la víctima, pedí reunirnos para saber lo que tenían.  “Tenemos nueve víctimas en un promedio de  10 meses aproximadamente,  el periodo de muerte entre cada uno, es variable así que eso no nos dice nada” dijo Andrés mientras colocaba fotografías en el pizarrón blanco que se ubicaba entre nuestros escritorios, “Lo único que hemos encontrado que tienen en común estas personas son los problemas con la policía en determinado momento de sus vidas”  dijo Rayan  “El rango de edad va desde los 38 a los 70 años, hasta ahora todos son hombres y aparentemente no tienen vínculos entre sí, solamente los une que fueron asesinados de la misma forma y por el mismo individuo” comentó Andrés “Hay algo que no hemos analizado del todo” dije levantándome  “¿Por qué el psicópata elige poner los cuerpos boca arriba con los brazos extendidos hacia donde estaba la cabeza y las piernas abiertas? ¿Por qué  pone un pañuelo blanco sobre su cabeza?”  Guardamos silencio todos  “¿Crees que sea un fanático que realiza un ritual?”  Rayan preguntó “No estaría de más investigar” dijo Andrés “Eso ya sería mañana, esperemos que tengamos también los resultados de las huellas encontradas en la casa de nuestra última víctima”.
    Eran más de las 2 de la mañana cuando salimos rumbo a nuestras casas, yo estaba agotada más de 12 horas buscando algo que nos ayudara a atrapar a un sanguinario asesino me tenia agotada y bastante estresada.
    Estacioné mi auto en el lugar de siempre y con un cansancio atroz arrastré mis pies, siempre acostumbraba  usar las escaleras pero esta vez estaba tan agotada que decidí ir por el  elevador, cuando estaba por cerrarse una mano lo impidió, ahí estaba ella de nuevo, entró, me dedicó una sonrisa fugaz y se puso al lado mío, mientras oprimía en el teclado del elevador el numero 5, como cada vez que la veía mis sentidos se alteraban, mi cuerpo temblaba,  mientras mi lengua se quedaba pegada al paladar, mi respiración era lenta como si el aire a mi alrededor fuese tan denso que no alcanzaba a incrustarse en mis pulmones y como  era una costumbre entre nosotras cada vez que nos encontrábamos el silencio nos abrazaba dejando que sólo fluyera el latido de nuestro corazón (creo que una película muda tendría más sonido que nosotras cuando estábamos una frente a la otra).
     Cuando llegamos a nuestro destino Ely se quedó esperando a que yo saliera primero, pero yo no podía moverme ‘Que diablos me pasa’ era el reclamo que mi mente le hacía a mi cuerpo ‘reacciona, muévete’ pero mi cuerpo por alguna extraña razón no obedecía las órdenes de mi cerebro, ella al ver mi nula voluntad para salir del elevador caminó hacia afuera, recargó la espalda en la puerta para evitar que esta se cerrara, tomó mi mano y me jaló hacia fuera, el contacto de sus dedos rodeando mi muñeca me provocó leves temblores, su agarre era firme pero sin lastimarme, de nuevo ella tomaba control de mi cuerpo, de mi mente, otra vez yo dejaba de pertenecerme, mi voluntad se doblegaba por completo a la de ella… Caminaba como si fuese una presa hipnotizada por el encanto del depredador…
Hicimos un alto en la puerta de mi departamento, ella soltó mi mano, estaba perdida en su mirada que no supe cuanto tiempo tenia ahí parada hasta que ella esbozo una gran sonrisa, con su voz ronca hizo temporalmente  que mi mente empezara a tener una leve conexión con mi cuerpo “¿No piensas entrar a tu casa el día de hoy?...  deberías… te ves bastante cansada”  rompí el contacto visual, bajé mi cabeza para evitar que ella viera mi sonrojo, metí mi mano en  el bolso de mi pantalón y saqué las llaves pero mi cuerpo no estaba del todo en sincronía porque las llaves resbalaron por mis manos hasta parar justo a mis pies, Ely dio un paso al frente inclinándose a levantarlas, se paró a mi lado y no sé como lo hizo pero adivinó cual era la llave de cada cerradura, abrió la puerta quitó la llave y me la entregó “Hasta mañana, que descanses” cuando dio el primer paso para irse a su departamento, (no sé porque, ni como y de donde salió el valor en mi) mi mano envolvió su brazo y le impidió seguir avanzando “Soy Alondra Salvatierra” Mi voz salió más insegura de lo que yo hubiese deseado, ella me vio a los ojos con esa mirada tan intensa que atravesaba y arrollaba a la persona en la cual su vista se clavara “Se quién eres, mi abuela siempre habló mucho de la mujer que amablemente le ayudaba a cargar los bolsos” hizo un movimiento con su brazo de tal forma que mi mano terminó rodeando la suya “ Además de que la otra noche conocí el sabor de tu boca…”   dijo en un susurro inclinando su cabeza como si no quisiera que nadie más escuchara “Soy Ely Leen” y con suavidad estrechó mi mano “Much…” mi frase fue interrumpida  cuando sentí su aliento golpear mi nariz y sus labios chocar con los míos, su mano libre la depositó delicadamente en mi cuello mientras que con la otra me acercaba más hacia ella, el tacto de sus dedos era frio sobre mi cuello, pero en lugar de congelar mi piel la hacía encenderse, yo me aferré a su cintura (una gelatina era más firme y fuerte que mis piernas) me dejé arrastrar por el calor que empezó a invadir mi cuerpo (más específicamente mi entrepierna). Como era habitual Ely tomó el control, delicadamente con el peso de su cuerpo me hizo entrar en mi departamento mientras con uno de sus pies empujaba la puerta para cerrarla, su beso era feroz, sus labios recorrían mi boca con tanta pasión que me costaba respirar, me separé de ella para tomar oxigeno (solté mis llaves en algún lugar de la sala), el aire entraba con dificultad por mi nariz y noté que ella también tenía ese problema, mi cuerpo había dejado de sentir el cansancio y el agobio por el trabajo, ahora sólo sentía una necesidad de tener a esa mujer que estaba frente a mí, sin pensar en más que en mi deseo, la dirigí a mi habitación en medio de la penumbra mientras ella tras de mi rodeaba con sus manos mi vientre mientras besaba y mordía mi oreja ….

Capítulo cuatro.

    La necesidad que embarga al cuerpo muchas veces proviene del alma, saciamos al cuerpo, pero nuestra alma se queda con hambre por eso siempre se siente el mismo vacio… Eso era lo que me pasaba, sentía un placer corporal con todas las mujeres con quien había compartido mi cama pero al poco tiempo seguía sintiendo esa soledad que envolvía mi ser.
    Mi cuerpo hervía de una excitación que no recordaba haber experimentado jamás, sus manos frías separaron la blusa de mi pantalón, el tacto de la yema de sus dedos que recorrían por debajo de mi camisa hasta subir y apoderarse de mis pechos era indescriptible, su boca trazaba la longitud de mi cuello, sus pechos estaban pegados a mi espalda y su pelvis chocaba contra mi trasero (aun ahora no sé cómo pude mantenerme de pie) logrando aumentar más el calor en mi interior.
    Estaba fuera de mi, en otra dimensión paralela a la realidad, sin embargo sentía cada caricia, cada movimientos que hacía, solo atine a mover mis manos hacia atrás de su cuerpo, tome su trasero y lo empuje más hacia mí, tenía la necesidad de sentirla en contra de mí, su piel pegada a mi piel, fundirnos y convertirnos en un corazón, en un solo latido, gire hacia ella para poder buscar sus labios y saciar mi hambre, los encontré, los saboreé, disfrute jugar con mi lengua dentro de su boca, mientras mis manos atrapaban el broche de su pantalón, baje la cremallera de sus jeans y los empuje hacia abajo, mientras sus habilidosas manos se ocupaban de desabotonar mi blusa hasta lanzarla al piso, las prendas de ropa fueron cayendo una a una al piso hasta que ya no hubo más barreras entre nuestros cuerpos. 
    Ely empezó a trazar un camino de besos por mi cuello por el centro de mis pechos, mientras sus manos frías se apoderaban de mis pezones firmes por la excitación, sus dedos los rodearon los estiraron a su antojo,  eso me provocaba un dolor extraño, pero a pesar de eso no quería que parara, su lengua y boca siguieron bajando por mi cuerpo hasta recorrer mi ombligo “vamos a la cama” mi voz salió en un susurro “Por favor” mi respiración era entrecortada, pero sentía que de pie mi cuerpo no soportaría el placer que ella provocaba, solo me sostenía mis dedos hundidos en sus cabellos, se puso de pie y en la penumbra alcance a ver la mirada profunda que me regalo, el brillo de sus ojos hizo que un escalofrió recorriera toda mi columna, me abrace a su cuello mientras besaba su hombro, ella con una fuerza increíble me rodeo con sus brazos por mi cintura, me elevo por el aire y camino conmigo hasta depositarme en la cama con todo el cuidado del mundo, su cuerpo se poso sobre el mío, sentí su piel fría frotarse contra la mía que ardía en llamas invisibles que salían por los poros de mi piel, hundí mi cabeza a su cuello dando pequeños besos a la suavidad de su piel, el aroma que ella despedía era deliciosa, me embriagaba, envolví con mis piernas su cadera de tal forma que nuestros sexos se encontraron, sus manos nuevamente se apoderaron de mis pechos y se ocupaban de ellos con movimientos suaves pero precisos, allí en ese instante mi corazón gritaba de felicidad, las emociones que sentía eran incontrolables mi cuerpo empezó a temblar, mientras juntas cabalgamos al final de nuestra pasión, al clímax de nuestro encuentro, apreté mis labios justo de debajo de su oreja pero aun así no pude reprimir un gemido que salió de lo más profundo de mi ser, sentí su cuerpo rígido por el placer que ella experimentaba, y cuando pensé que no podía gozar más, ella traslado una de sus manos por el medio de nuestros cuerpos y hundió sus dedos en mi interior, mis manos se apoderaron de sus hombros para impedir que se separara de mi, el ‘ohhm dios’ fue un grito de placer que desgarro mi garganta y seguramente escucharon en todo el edificio pero no pude contenerlo...
     De nuevo Ely me trasporto al cielo, me hizo ver las estrellas y otra vez logro hacerme perder la conciencia olvidarme de mí…  En ese instante aprendí lo que significa hacer el amor, no solo por un simple placer físico, sino por una necesidad que nace de lo profundo del corazón, entregue lo que a nadie le había dado, además de mi cuerpo le regale mi mente, mi corazón quedo habitado por ella al completo le bastaron esas horas de pasión desbordada para lograr que la amara por el resto de mi vida, cuando antes que ella apareciera otras mujeres lo habían intentado por días, meses y hasta años...  
Si de verdad hice el amor, toque su cuerpo no con mis manos, lo palpe con los sentimientos que me provocaba, le  bese no con mis labios si no con el calor que mi corazón expedía gracias a ella, bebí de ella no para apagar la sed de placer, si no para zacear la sed de mi alma… en mi cama rodeada por sus brazos, la soledad, la tristeza y el miedo desaparecieron para siempre, le entregue a una mujer que prácticamente no conocía todo lo que fui en el pasado,  todo lo que era en el presente y todo lo que sería en el futuro, confié en ella a pesar de no haberla conocido lo suficiente… confié porque una parte de mi, parecía reconocerla como algo que yo necesitaba, si en el futuro llegaría mi arrepentimiento, que mas daba, lo que ella me enseño esa noche sin duda valía el boleto a esta vida …
  
Capítulo cinco.

    El corazón es como un volcán, mientras duerme es inofensivo y tranquilo, una simple montaña cubierta de hielo, pero cuando despierta, provoca un estruendo que quema todo lo que se había creado a su alrededor, con esa lava incandescente….
          Al abrir mis ojos una agradable sensación me invadía, había dormido tal vez dos horas o menos pero mi cuerpo sentía una satisfacción que hizo que no tuviera problema al incorporarme. Ella estaba acostada con su cabeza por encima de mi hombro su brazo frio descansaba sobre mi abdomen y su respirar era profundo, giré mi rostro un poco para verla a mi lado, me dio una sensación de paz absoluta tenerla cerca,  Ely era un poema plasmado en carne y cuerpo, su piel blanca emulaba al mármol, sus labios rosados perfectos estaban quietos ahora, su cabello revuelto cubría la mitad de su cara, me dolía salir de la cama, hubiese deseado tener más tiempo para quedarme a su lado pero mis obligaciones ya me esperaban, con cuidado me deslice a la orilla y me fui directo al baño.
     Cuando salí del baño en mi bata, repare en mi habitación, había prendas de vestir por todas partes, con cuidado tomé su ropa la doble y la coloqué sobre la silla que estaba al entrar de mi cuarto, tomé la mía y la deposité en el cesto de ropa sucia, fui a mi armario para elegir mi vestimenta, terminé de arreglarme con sumo cuidado de no hacer un ruido que la despertara, acomodaba la funda de mi pistola en mi cinturón cuando vi que perezosamente se empezaba a sentar en la cama, me senté a su lado, besé su mejilla “No te levantes es temprano”  ella tallaba sus ojos con sus dos manos y hacía un esfuerzo por abrirlos “Ya te vas” (por más increíble que pueda parecer esa fue su primera frase después de haber entrado a mi habitación) “Si, el deber me llama” dije esbozando una sonrisa llena de ternura al verla, con mi mano acaricié su rostro “Duerme otro poco”; deposité un beso en sus labios que ella correspondió con mucha ternura, de nuevo estaba perdiendo el control, así que antes de que eso terminara de ocurrir me separé, besé su frente y la vi colocar su espalda sobre el colchón, cerrar sus ojos, instantáneamente su respiración se fue haciendo más profunda, ver como se quedaba dormida me causaba una felicidad extraña.
     Ya para salir de mi casa mientras buscaba las llaves, me di cuenta que tenía mensajes en el contestador, levanté la bocina oprimí la tecla y escuché -Alondra, te me desapareciste, espero no te olvides de mi de nuevo, háblame para saber que estás bien y para que me cuentes como te fue con la chica que te rapto, besos-  entonces recordé que Dana me había acompañado aquel lugar, una risa se apoderó de mi, ‘increíble estoy perdiendo la cabeza por una niña’  de pronto mi conciencia quería despertar, pero decidí no darle mucho espacio, yo era feliz, me sentía ligera a pesar de haber dormido un par de horas, me sentía viva, rebosante y eso era lo que importaba. 
     El tráfico en las calle a esa hora de la mañana era nulo, así que en menos de diez minutos ya estaba aparcando mi auto en el estacionamiento; llegué, saludé a algunos compañeros que encontraba en mi camino y decidí despertar de nuevo a mi cerebro para concentrarme en mi trabajo, tenía un  cadáver y no podía permitir  otro, así que debía moverme lo más pronto posible para poner preso al loco maníaco corta cabezas que andaba libre.
     Mientras revisaba simbologías de ritos, para diferentes cultos que involucraran decapitaciones en los registros, mis compañeros aparecieron con café en mano listos para unirse al trabajo que nos esperaba, “Buenos días” fue mi saludo a Rayan que se acercó a mi “Buenos, ¿Algo nuevo?” negué con la cabeza, no había registros de nada parecido que incluyera decapitaciones con pañuelo blanco, eso me estaba dando alguna sensación de locura porque sentía que estaba armando un rompecabezas con muchas piezas faltantes, además de no saber bien que figura formaría ese rompecabezas “Creo que la clave está en las víctimas, debe haber algo que las una, en un punto en sus vidas tuvieron que cruzarse con el fantasma” dije viendo a mis compañeros “Hay que investigar mas allá de lo que dicen nuestros archivos, investiguemos desde su niñez hasta ahora” ellos me veían con cara de enfado “Va a ser tardado” dijo Andrés “Lo sé…. Pero no tenemos nada del asesino así que hay que empezar a ver a nuestras víctimas como el camino  que nos dirija  al asesino, en esta ocasión hay que saber quiénes eran ellos para descubrir quién es el Fantasma” dije poniéndome de pie “Voy al laboratorio, y después con el jefe… empiecen con la primera y la segunda víctima” les ordené mientras me alejaba escuchando sus protestas.
     Ese día mi trabajo fue terrorífico, las muestras del laboratorio de nuevo no indicaban nada, sólo el mismo patrón de corte que coincidía con las demás casos, mi entrevista con el jefe me hizo sentir más presión, él quería atrapar de inmediato al asesino, “Necesito un experto en perfiles psicológicos” le dije, “Puedo hacerme una idea de las características físicas que tiene o requiere el criminal para realizar los homicidios, pero lo psicológico sabes que no es nuestro fuerte” el hombre de más de medio siglo de edad, me miraba atento, “¿Sabes porque te elegí para este caso Alondra?” su pregunta me sorprendió y no supe que responder “Eres una mujer persistente, buscas la verdad por sobre todas las cosas y tienes el don de ver lo que a muchos escapa, eres igual que tu padre” sus palabras lograron que mi pecho se llenara de orgullo “Tengo a la Dra. Beeker lista para empezar a trabajar con ustedes, es experta en comportamiento criminal y sé que puede ayudarles” asentí con la cabeza mientras me ponía de pie “Lo mantendré informado señor” di la vuelta y Salí de su oficina.
Cuando llegué a mi escritorio me encontré con la ‘agradable’ visita de una mujer un poco más baja que yo aunque con sus tacones alcanzaba mi altura, su cuerpo torneado y atractivo estaba enfundado en un traje sastre oscuro, con falda a la altura de la rodilla, su cabellera roja perfectamente bien acomodaba adornaba ese rostro perfectamente bien maquillado y sus ojos azules resaltaban y enmarcaban aun mas su belleza, Laura Beeker, se puso de pie al verme llegar y con su habitual sonrisa me extendió la mano en forma de saludo “Doctora, que gusto tenerla en mi equipo” dije a modo de bienvenida mientras nuestras manos se estrechaban, “Buenas tardes Detective” dijo regalándome una sonrisa “Supongo que el jefe ya le puso al tanto de los hechos” dije mientras me dirigía a mi silla, “¿Qué necesitas para empezar?” comenté mientras con mi mano la invitaba a tomar asiento “Los expedientes de los casos los estoy viendo ahora, principalmente me gustaría que me pusiera al día de lo que han averiguado hasta ahora y que me diga lo que piensa” puse mis codos sobre el escritorio mientras la observaba “Son siete víctimas con la de ayer, todas asesinadas de la misma forma como vera en las fotografías, sus cuerpos decapitados tendidos boca arriba, con la cabeza entre las piernas y cubierta por un pañuelo, aparentemente las víctimas no se conectan entre sí…” interrumpió mi comentario “Usted cree que hay conexión verdad” asentí con la cabeza mientras continúe diciendo “Buscamos si la forma de muerte era de algún rito de algún fanático religioso, pero no hay nada relacionado, el corte es exacto y refleja un sólo movimiento, eso me dice que es una persona entrenada, sospechamos que lo hace con una espada perfectamente bien afilada, y creo que el móvil pude ser una venganza” ella revisando las carpetas que había en mi escritorio “¿Un ninja?” dijo mientras veía las fotografías “El victimario, sabe como entrar y salir sin dejar huella o ser visto, además de que su procedimiento es limpio no deja huellas” analicé en voz alta “Podría entrar en la categoría, al parecer es una persona que sabe de artes marciales” ella cerró el folder y de nuevo me miró “La decapitación como tal se puede interpretar como una sentencia de muerte piadosa” comentó mientras se recargaba en la silla y cruzaba sus piernas “Lo que llama mi atención es la cabeza, ¿Por que dejarla en medio de las piernas?, cubrir la cabeza puede significar vergüenza, o impureza, el cuerpo extendido se deja en señal de ofrenda, lo que no comprendo del todo es la colocación de la cabeza” dijo dando un suspiro “¿Puede ser una firma?” comenté buscando respuestas a mis propias inquietudes “Su comportamiento no es el de un psicópata como tal, generalmente un asesino serial, sigue un patrón de victimas escogidas por alguna situación que desencadena un comportamiento, aquí no veo eso, esto más bien creo es algo personal, así que coincido contigo es alguien que su móvil es la venganza” se puso de pie empezó a acomodar las carpetas en su maletín “Tengo que analizar cada caso, para terminar de armar un perfil, espero más tarde ya tener ya el perfil” con mi dedo pulgar e índice masajeé el puente de mi nariz “Cuando tengas tu perfil reuniré al resto del equipo para empezar a formar el expediente en forma integral” escuché como se alejaba por el ruido de sus tacones.

   Mi cabeza me empezó a doler con el característico zumbido que siempre me provoca la presión y el estrés, por increíble que pueda parecer a pesar de todo lo que estaba aconteciendo a mi alrededor la presión de tener a un asesino suelto y con la consigna de atraparlo, mi cuerpo parecía desconectado de mi cabeza, extrañaba la sensación de tener a Ely cerca, en muy pocas horas ella se había apoderado de mí, y ahora la extrañaba como si tuviéramos toda la vida juntas como si mi piel, mis sentidos siempre la hubiesen tenido, yo quería de nuevo sentirla, Ely se convirtió en una droga que me había hecho adicta a ella con sólo probarla una vez…. ‘por eso no es bueno enamorarse’ mi mente contestó de forma automática a lo que mi cuerpo pedía,  “Enamórame no, no, no, no” dije en voz baja levantándome bruscamente de mi silla “Ve por un café y concéntrate Salvatierra” me di una orden tratando de poner de nuevo a funcionar mi cerebro y el resto de mis sentidos en el caso…

     Ya cerca de las ocho de la noche y después de investigar a tres víctimas mi cerebro no daba para más y creo que el de mis compañeros tampoco así que decidimos dejarlo por ese día, después de informarle a la doctora Beeker que continuaríamos el día siguiente, Salí con la firme consigna de descansar y dejar de pensar en el fantasma y en la niña ladrona de mi tranquilidad que habitaba en el departamento de enfrente…
Capítulo Seis.
   Cuando conocí a Ely me di cuenta que el corazón es el causante de la estupidez humana, pero también el que provoca la más grande felicidad que uno puede vivir…     
     Tres días después de experimentar lo mejor hasta ahora en mi vida, de padecer los estragos de la ausencia y de sumergirme en el pozo de mis obligaciones, sentía que caminaba en círculos, la investigación seguía de la misma forma sin descubrir quién era ese maníaco, Por otra parte Ely se había desaparecido de la faz de la tierra (pero por desgracia no de mis recuerdos) yo prácticamente había estado exprimiendo mi cerebro al máximo para dejar de pensar en ella y de paso encontrar la fisura que nos permitiera romper el círculo donde nos tenia atrapados el corta cabezas fantasmal.
     El jueves por la noche más frustrada que de costumbre, salí rumbo a mi casa con un dolor de cabeza insoportable, molesta por el ultimátum que había recibido de mi adorado jefe y con ganas de encontrarme a Ely para ahorcarla y ver si así me dejaba de torturar con su recuerdo. Al llegar al edificio estacioné mi auto en el lugar de siempre, cuando entraba escuché una voz femenina que gritaba mi nombre, al girar mi rostro me encontré con la sonrisa y la silueta inconfundible de Dana que con botella de vino en mano se acercaba hasta ponerse frente a mí, “Hola Al” me dijo meciendo la botella que sostenía entre sus dedos “Necesitas una copa, tu cara me lo dice” me comentó a manera de saludo, antes de ser estrechada entre sus brazos “Supongo que no es mi necesidad de un trago lo que te ha traído hasta aquí” dije frunciendo mi ceño “Extraño a mi amiga… eso… y que quiero saber cómo te fue con tu cita” me dijo con su sonrisa contagiosa “Muy bien, ya me lo esperaba pero te advierto que es probable que no tenga nada para acompañar tu vino” ella me abrazo de forma cariñosa por la cintura y caminamos rumbo al ascensor…
    Entramos en mi departamento, como siempre que me visitaba con la confianza absoluta que se auto permitía, Dana fue a la cocina mientas yo desparramaba mi cuerpo en uno de los sillones de la sala. Después de escuchar los ruidos característicos que hacía mi amiga cuando se metía en la cocina y tras algunos minutos de abrir y cerrar cajones salió por fin con dos copas servidas de vino, llegó hasta donde me encontraba y estiró su mano para entregarme una de las copas, se sentó en el sillón que se ubicaba enfrente, cuando terminé de saborear el líquido y abandonar mi copa sobre la mesa que estaba al lado, di un largo suspiro de alivio por el cansancio mental que cargaba, Dana no pronunciaba frase alguna sólo me observaba contemplativamente con la sonrisa que solía poner antes de dispararme con la lluvia de preguntas que acostumbraba, “Suéltalas” le dije “Ohm después de que se termine de preparar la pasta, que vamos a cenar” me dijo guiñándome un ojo; yo me enderecé en automático y con cara de espanto total le dije “¡¡Dios mío!! Pensé que sólo era un interrogatorio no me imaginé que venía con tortura incluida” mi comentario no le hizo ninguna gracia porque de inmediato sentí que uno de los cojines de la sala se estrellaba contra mi rostro mientras que, perdiendo toda su distinción ella me ofendía con palabras impropias en una dama, seguida de otros dos cojines que se estrellaban en mi cuerpo, cuando nuestras risas fueron menguando, mi olfato alcanzó a reconocer el delicioso aroma que provenía de mí cocina, “Vamos, a pesar de que no te lo mereces te voy a compartir un poco” me dijo mientras caminábamos siguiendo el delicioso olor.
     Al terminar de disfrutar la cena, empezó la conversación que era uno de los motivos por los que Dana estuviera en casa “Ya me vas a decir quién es la guapa mujer por la que me abandonaste” me dijo mirándome fijamente mientras apoyaba los codos sobre la mesa y su barbilla sobre sus manos enlazadas “Ely” le dije seguido de un suspiro involuntario “Mm Ely, wow” a la vez que me hacia muecas en tono burlón “Si empiezas a burlarte de mí, no te cuento nada” le dije con fingida molestia “Ok. Ok ¿A dónde se fueron? ¿Qué tal estuvo?  ¿La has vuelto a ver de nuevo? ¿A qué se dedica? ¿Cuáles son las intenciones q...?” yo moviendo mis manos en señal de que dejara de hablar le interrumpí “Oye respira, vamos por partes, saliendo del bar me invitó a ver las estrellas, así tal cual se escucha, después me trajo aquí al departamento, y no, no pasó eso que tu mente sucia está pensando esa noche…” ella no me dejó terminar la frase  “Esa noche no, pero ya pasó ¿Verdad…? ¡¡Aja!!… bien por ti, te hacía falta querida”  ocultando su sonrisa tras la copa de vino a la vez que tomaba aliento para la segunda tanda de cuestionamientos curiosos  “¿A qué se dedica? ¿La piensas ver de nuevo? Y la más importante ¿Te gustó?”  me encantaba la forma directa de ser de Dana pero debo confesar que odiaba esa curiosidad excesiva aunque eso siempre lograba hacer que me abriera y hablara las cosas que me acontecían, terminé el último sorbo de vino que quedaba en mi copa y decidí acabar con su curiosidad “Es mi vecina vive en el departamento de enfrente, tiene 19 años o algo así, no tengo idea a que se dedica, supongo que estudia, intensiones de algo las desconozco porque desde el lunes que salí  de aquí y ella se quedó dormida sobre mi cama no la he visto de nuevo, eso sin contar que por alguna extraña razón a ella y a mí no se nos da la charla” con mi sentida melancolía terminé el comentario “Y… estar con ella… me encantó” dije en tono de completa derrota, Dana al escucharme sonrió tímidamente, me observaba con absoluta seriedad “Vaya Al, esa chica sí que se ha colado en ti…. ¿Ya pensaste que tiene apenas 19 años, y que nueve años de diferencia en este momento de la vida puede pesar?” yo de forma inconsciente ante su comentario bajé mi vista a un punto del mantel de la mesa y con una sonrisa triste le dije apenas en un susurro “Si… Lo sé”
    Después que se fue Dana, yacía en la cama repasando la conversación que habíamos sostenido momentos antes ‘He puesto mis ojos en una niña de 19 años bueno pero a mí que me pa...’ Mi pensamiento fue interrumpido por los golpes fuertes que se escuchaban en mi puerta, aventé las sábanas, busqué mi arma, caminé con suma precaución hacia la entrada, al asomarme por la mirilla  la vi del otro lado de mi puerta, mi corazón empezó a palpitar a un ritmo acelerado, dejé el arma en la mesilla, abrí la puerta de inmediato nuestros ojos se encontraron y alcancé a ver en ellos la tristeza y el dolor más profundos que nunca antes vi en otra persona en mi vida, algo dentro de mí se estremeció, un instinto de protección se despertó, simultáneamente ambas dimos un paso al frente para que nuestros cuerpos se encontraran con mis brazos rodeándola por debajo de los de ella sobre su espalda, la abracé fuertemente al igual que ella también lo hacía, Ely hundió su rostro en mi cuello y empecé a sentir sus lágrimás que mojaban y quemaban mi piel, me embargó la desesperación más grande del mundo por no saber cómo ayudarla, por desconocer que era lo que causaba su dolor y que era lo que en ese mismo instante estaba quebrando su alma de esa manera…
    Pasaron unos minutos hasta que su llanto cesó y ambas aflojamos la intensidad del abrazo, nos separamos unos centímetros y busqué de nuevo sus ojos pero esta vez evadió mi mirada girando su rostro de lado contrario “Lo siento… yo… yo no debí venir” dijo en un susurro apenas audible, cuando vi la intensión de comenzar a caminar lejos de mí, tomé su brazo con firmeza y la hice que me viera, mi otra mano se apoderó de su cuello y de forma simultánea su frente descansó en la mía “Shht No te disculpes… quédate… permíteme cuidar de ti” le dije más que como una petición como una súplica que nacía de lo más profundo de mi ser, ella rodeó mi cintura y en perfecta sincronía caminamos dentro…

Capítulo Siete.

     En el amor, el dolor siempre será compartido…
     Había una necesidad que Ely no expresaba pero que podía sentir bajo el tacto de mis dedos sobre su cuerpo, cuando llegamos a mi habitación tomé su rostro entre mis manos y mis labios los trasladé a sus ojos cerrados besándolos con sumo cuidado, sentí el estremecimiento que ella tuvo al contacto de mis labios sobre sus parpados y en un susurro desesperado le dije “¿Qué puedo hacer por ti? ¿Cómo te ayudo?” Ely trasladó sus manos recorriéndolas desde donde las mías enmarcaban su rostro acariciando la longitud de mis brazos hasta subir por mis hombros y apoderarse de mi cuello, sin abrir sus ojos me dijo “No me dejes por favor… sólo por esta noche… abrázame… si…”  su voz ronca me hizo erizar la piel, como respuesta a su pedido besé su nariz, sus labios castamente para depositar un último beso en su mentón, empecé a desabotonar su camisa, mientras ella permanecía quieta dejándome desvestirla, quité la prenda dejándola sólo en su sujetador, abrí el cinturón que llevaba y continúe desabrochando sus jeans, mientras maniobraba con la cremallera lentamente la hice caminar hasta llegar al borde de la cama, la empujé con suavidad para que cayera de espaldas sobre la superficie al tiempo que me arrodillaba a desabrochar sus botas que saqué junto con sus calcetines, ella permanecía sin hacer movimiento con sus manos al costado de su cuerpo, alzó las caderas cuando bajé su pantalón y lo colocaba junto al resto de su ropa en un costado, besé su abdomen torneado y fuerte admirando como se contraían y marcaban los músculos bajo mis labios, subí a la cabecera de la cama junto con ella para colocarnos sobre las almohadas mientras jalaba las sábanas para cubrir nuestros cuerpos, ella se puso de lado frente a mí,  pasó su brazo por debajo del mío hasta posarlo en mi cuello para atraerme de tal modo que mi cabeza descansara sobre su hombro mientras girábamos para que ella quedara de espaldas y yo ligeramente sobre su cuerpo, “Voy a estar contigo, cada vez que lo quieras” Ely me estrechó abrazándome más cerca de ella, besó la coronilla de mi cabeza “Siempre” fue su respuesta a mi declaración, y así en la comodidad de nuestros brazos cedimos al sueño que nos invadía.
     Cuando empecé a tomar conciencia por la sensación de una caricia lenta sobre mi espalda por debajo de mi blusa que trazaba los huesos de mi columna, me encontré con el sentimiento de completa felicidad que invadía mi ser, de pronto mis sentidos se percataron de la frescura de su cuerpo, lo cálido de su respiración que se estrellaba contra mi frente, sin darme cuenta mis labios se curvaron en forma de sonrisa “Creo que me va a gustar despertar antes que tu” me dijo con su voz profunda “Por…”   contesté adormilada, “Para poder ver esa hermosa sonrisa tuya” abrí mis ojos rápidamente y me encontré con su mirada tierna “Me es demásiado fácil acostumbrarme a ti” me dijo sin apartar su vista de mi, la sonrisa en mis labios se incrementó más y besé su nariz “Eso es bueno o malo” dije tímidamente, “Bueno para mí, no sé si sea lo mismo para ti” con las yemás de mis dedos tracé el contorno de sus cejas posando mi mano sobre su mejilla “Es bastante bueno, es la mejor forma de terminar una noche y comenzar un día”  apenas terminé mi frase cuando sentí sus labios apoderarse de los míos, fue un beso intenso, profundo que expresaba nuestra mutua necesidad y hambre compartida de poseernos, de reconocernos de nuevo, mi piel estalló en llamás mientras mi respiración se agitaba provocada por su beso, un fuego crecía en mi vientre esparciéndose por todo mi cuerpo, sus manos hábiles vagaban por mi piel siempre tocando el lugar correcto que me hacia estremecer y que explotara cada célula que conformaba mi organismo, de nuevo esa chica me hacía olvidarme por completo de la realidad, abría ante mis sentidos un universo desconocido que lograba hacer mi alma vibrar, mi cuerpo convulsionar de placer y mi corazón rebosaba de alegría, otra vez Ely parecía encontrar el camino que había extraviado de casa, mi hogar que ahora era ella.
    Con los rayos de luz que comenzaban a filtrarse por las cortinas del ventanal como sordos testigos de nuestra pasión, iluminando débilmente nuestra piel fundida en una sola, a nuestros labios que como carbones encendidos quemaban lo que besaban y nuestras manos posesivas con caricias que derribaban las barreras que existían, conquistando el alma de la piel que bajo el tacto de estas se entregaban a la pasión. Esa mañana de viernes grabé en mi memoria cada milímetro de la suave piel que mi boca recorría, cada reacción que ella tenía ante mi tacto al mismo tiempo en mi cuerpo quedaron tatuados los caminos que sus labios crearon sobre mí, las caricias que sus manos me entregaron hasta lograr perderme en el clímax que saciaba el hambre de mi cuerpo y llenaba el vacio de mi corazón.
     Después de hacer el amor, ducharnos juntas y tomar un desayuno apresurado, quedamos en vernos más tarde porque Ely quería mostrarme algo (como si el paraíso mostrado a mis sentidos no fuese suficiente). Conduje rumbo a la estación sorteando el tráfico que ya empezaba abundar por el horario y mientras manejaba de pronto mi mente por acto de magia empezó a unir piezas del caso que estábamos llevando, de inmediato empecé a ver cosas que no había analizado y a comprender en cierta forma la metodología del fantasma.

   “Buenos días, perdón por la tardanza” dije a modo de saludo a mis dos compañeros que ya me esperaban, tomé el teléfono, le marqué a la doctora Beeker mientras los dos detectives me veían con sumo cuidado, cuando apareció la doctora le pedí que se uniera porque creía comprender lo que pasaba con el fantasma, ellos se sentaron mientras me paraba en medio “Creo que hemos visto al fantasma de la forma equivocada, tomamos el caso por el extremo incorrecto” dije mientras empezaba acomodar las fotografías de las víctimás de forma diferente a la cronología de sus muertes, “Primera víctima Adams Murray ex policía, Rayan tu investigaste a esta víctima dime la causa por la que fue destituido de su cargo” Rayan tomó sus apuntes y empezó a recitar “Murray fue destituido junto con otros 22 oficiales en la famosa limpia del 92, fue acusado de corrupción, complicidad y nexos con la banda de los rusos que operaba en aquellos años en la ciudad aunque esto último no fue comprobado, ya que el oficial a cargo de la investigación fue removido antes de que se llevara el juicio debido a que apareció un caso de vital importancia y los sustitutos así como el fiscal tuvieron problemás con el caso ante los tribunales, así que quedó libre” dijo Rayan, “Bien continua con la cuarta víctima”  Andrés tomó la palabra ya que a él le había tocado investigar  “Adrian Méndez ex policía separado de su cargo en 1993 por actos de corrupción después de seguirle una investigación interna, pero no se levantaron cargos ante juez” con mis manos le hice parar, “La sexta víctima es también ex policía” dije “él fue destituido por actos de corrupción que hizo a principios de los 90’s pero se descubrieron hasta el 98” hice una pausa para señalar las fotografías “Las otras tres víctimás fueron también en ese periodo de años acusados de estafa además de sospechar que trabajaban para los rusos, pero todos salieron libres o purgaron condenas menores ya que no se les pudo comprobar nada o por problemás de presentación de los casos en los juicios” los tres me miraban aun sin comprender al punto al que quería llegar y con cara de interrogación “Eso es algo que ya sabíamos” dijo Andrés con frustración “Nómbrame los detectives encargados de cada caso y los fiscales que presentaron el caso ante la corte así como los capitanes que estuvieron a cargo de la policía en esos años” Rayan dio un sobresalto “Dios” dijo “El capitán fue el mismo desde 1990, de hecho el sobrevivió a la limpia por que en la investigación no se halló nada anormal en su proceder, era el detective Scott, Francisco; el detective que presentó las acusaciones formales en los 3 casos de los policías fue Antonio Robles ya que él era de asuntos internos y los otros 4 por el detective Adrian Salvatierra” Rayan hizo una pausa para mirarme antes de continuar “En los cuatro juicios estuvo el fiscal Andrés Robles quien es ahora juez federal” Andrés se paró de su silla de forma automática y me miró con ojos encendidos al empezar a comprender cuál era el punto “en los 4 casos que el detective Salvatierra fue removido lo sustituyó el detective Román Fuentes, a la vez que en el  1998 él también estaba en la junta de asuntos internos cuando fue dado de baja Steve McQueen” dijo Rayan con una cara de sorpresa e incredulidad, la doctora me miraba con cara de compasión como diciendo lo que acabas de destapar es una caja de pandora “Estas tratando de acusar a mi padre y al delegado Fuentes de algo, Salvatierra” me escupió Andrés airadamente “Siéntate Robles” le dije con suma tranquilidad “Mi teoría es que los cuerpos dejados a nosotros no es una simple venganza, es también una alerta para que se abra una investigación de lo sucedido hace 16 años” dije con una tranquilidad aparente “Quiero que empecemos a investigar más posibles expedientes donde se involucre a personas que hayan trabajado con los rusos y que por pérdida de pruebas o errores burocráticos fueron puestos en libertad” dije “Empecemos con los ex policías que fueron investigados por el detective Robles y mi pa…” corregí la frase “el detective Salvatierra en aquellos años” cuando se ponían en camino “Detectives esto se debe manejar con sumo cuidado, por ningún motivo debe salir a la luz ¿Quedó claro?” ellos asintieron y salieron a su lugar de trabajo giré mi vista para encontrarme con la de la doctora Beeker “¿Qué opinas doctora?” ella me dio una mueca hecha sonrisa “Creo que te vas a meter en muchos problemás” acomodó el cabello con su mano y continuó “Empiezo a ver las piezas que faltan del rompecabezas, no es un psicópata serial como tal, simplemente sigue un mismo modus operandi para llamar la atención, si los hubiese asesinado de otra forma, los casos pasarían como un simple ajuste de cuentas, hechos aislados, pero la forma de acomodar el cuerpo en todas las víctimás nos hizo buscar la conexión, es una persona que clama por justicia, y que quiere impedir en este caso que el juez Robles y el delegado Fuentes se vuelvan aun más poderosos de lo que ahora son” me senté en una de las sillas estiré las piernas y solté el aire “Aun no tenemos nada, del fantasma, le hemos dado respuesta a una de las preguntas que era el por qué matar a esas víctimás, ahora lo que nos falta saber es a quien va intentar matar la próxima vez y la más importante cuál es la identidad del fantasma” me puse de pie, tomé las copias de los expedientes “Voy hablar con el jefe”…  

Capítulo Ocho.

      Un día un sabio hombre me dijo ‘La justicia cuando nunca se hace por mano propia no consigue traer la paz al espíritu, pero si se intenta por propia mano cambia de nombre y se llama venganza’…
     El capitán Genaro Barra un hombre de 56 años, con su cabello que denotaban canas más por las presiones del trabajo que por su edad, enfundado en un traje negro con el nudo de corbata flojo por el tenor de nuestra conversación, me miraba con su ceño fruncido y con un brillo especial en sus ojos que no sabía cómo interpretar “Esto que me estas presentando es una conjetura muy grave porque si lo que creemos es verdad, habría actos de corrupción y complicidad con delincuentes de bastante peso” el hombre se recargó en su silla mirando las carpetas en su escritorio “El delegado Fuentes, se perfila para ser candidato para gobernador el próximo año, el juez Robles se alista para ser el magistrado de justicia del estado, si eso pasa tendrían inmunidad, el ex capitán Scott ya falleció así que las leyes divinas se encargaron de él” dio un suspiro “Y su punto sería…” el dio un golpe en el escritorio interrumpiendo mi frase “Sabía que eras la persona indicada para este caso, pero no me imaginaba que este delincuente ayudaría a destapar algo así…” dijo perdiendo su mirada en los recuerdos, “Yo era parte del movimiento del 92 Alondra, junto a tu padre y otros policías honorables luchamos para que se limpiara y persiguiera a los corruptos que manchaban el prestigio que un policía debía tener… en aquellos años la ciudad era una pesadilla los rusos tenían controlado prácticamente todo, nosotros los policías no podíamos hacer nada porque la organización estaba corrupta, cuando se hizo la limpia generalizada de altos mandos y compañeros en el servicio, lo celebramos por todo lo alto aunque después batallamos para que la gente confiara de nuevo en nosotros como organización, dimos por entendido que la corrupción había terminado y modificamos el formato judicial en el estado, por supuesto que cosas como estas podían pasar, pero si pasaban de forma aislada no serían parte de un todo como ahora…” él me miró fijamente “Tengo que tomar decisiones concretas y rápidas para llegar hasta las últimas consecuencias, ya sea para probar las inocencias de Robles y Fuentes o para llevarlos ante la justicia” dijo posando sus brazos sobre el escritorio metálico “Andrés y tu están fuera del caso” tras escuchar su orden una rabia incontrolable invadió mi organismo, cerré mis manos en forma de puños para controlar la ira que empezaba a cegar mi sentido común “Comprendo lo de Andrés perfectamente pero sus motivos para excluirme de esto ¿serían?” Él me miró fijamente “El juez Robles también es tu familia” me levanté bruscamente “¿Está seguro que es eso señor?” dije con toda la mala intención que pude “No voy a permitir que me faltes al respeto Salvatierra… los dos están fuera del caso es mi última palabra… no quiero suspenderte así que sal ya de mi oficina” apreté los dientes para contener la réplica que tenía en la punta de la lengua, tensé mi cuerpo lo más que pude para que el enojo no me hiciera cometer alguna tontería, salí de la oficina con paso rápido. Rayan se acercaba a mí cuando me vio salir de con el capitán para preguntarme no sé que cosa “Dirígete con el jefe Romo, estoy fuera del caso” sin escuchar el resto de su comentario me dirigí al estacionamiento, entré a mi auto y conduje rumbo a casa, había sido retirada de mi última asignación eran ya las 2:30 de la tarde y seguramente hasta el lunes tendría una nueva tarea, llevaba encendido mi localizador así que si me necesitaban para algo me llamarían, aunque en ese momento ser responsable, con el enojo que cargaba era lo menos importante.
      Después de hacer un alto para comprar algunos víveres llegué al edificio, estacioné mi auto, tomé los paquetes con mis compras, subí las escaleras y cuando giré para empezar a caminar por el pasillo tropecé con la mujer de mis sueños, la culpable de mis torpezas y la causante de mi demencia, a diferencia de la primera ocasión en que la arrollé (elegantemente) con mi cuerpo, esta vez ella me sostuvo por la cintura para que no cayera, pero eso no evitó que mi despensa saliera disparada por los aires, su sonrisa instantáneamente hizo que olvidara mi rabia, a forma de saludo depositó un beso en mis labios y se inclinó para ayudarme a recoger lo esparcido “¿Ya comiste?” me dijo cuando levantábamos el último paquete “No, apenas venia pensando que preparar” comenzamos a caminar hacia mi departamento, ella amablemente me ayudaba con los bolsos “Te invito a comer, hay un lugar cerca que preparan comida deliciosa” me miró con esa sonrisa causante del calentamiento global (porque derretía iceberg sin problema alguno) “Una buena comida nunca se desprecia”, respondí mientras abría la puerta de mi casa, guardamos las cosas en el refrigerador, me quité la funda con la pistola que llevaba en mi cintura, para guardarla y salimos al lugar prometido….
    El local era acogedor y con un aire bohemio, las mesitas rústicas y la decoración era encantadora, la comida deliciosa, el ambiente impregnado de tranquilidad ideal para conversar y lo que coronaba todo, era su presencia que hacía más perfecta la tarde, como era costumbre entre nosotras el silencio predominaba, pero no ese silencio incómodo, este traía consigo tranquilidad y contagiaba de paz, su mirada intensa la mayoría del tiempo buscaba mis ojos haciéndome perder en ellos, disfruté de la comida como hacía tiempo no ocurría, la tensión de mi espalda desapareció como por arte de magia, ella logró hacerme sentir en la luna con su serenidad y su sonrisa.
     Cuando terminamos de comer, ella tomó mi mano, automáticamente entrelazamos nuestros dedos y nos dispusimos abandonar el lugar después de pagar la cuenta, yo caminaba un paso detrás de ella sorteando las mesas que estaban en el camino rumbo a la puerta, cuando de pronto apareció ella, una mujer no mayor a los 22 años, delgada un poco más baja de estatura que yo, con los cabellos color violeta, un piercing en la nariz, un maquillaje muy cargado de tonalidades oscuras y una vestimenta bastante exótica, instantáneamente sentí un zumbido en mi cabeza, el corazón se me contrajo hasta quedar del tamaño de una uva (pero uva pasa) cuando vi que la chica salida del peor comic japonés que pudiera existir, besó sin pudor alguno a Ely, con toda la naturalidad que pude aparentar solté mi mano de la de ella, después de… creo tres segundos en los que la chica seguía colgada del cuello de Ely (a mi me parecieron minutos, pero supongo era por mis celos) pasé por un costado de ellas y me dirigí a la salida tratando de fingir lo más posible que no me afectaba la escena, aunque por dentro sentía que cada órgano que conformaba mi estructura sufría bombardeos además de que mis intestinos habían empezado una guerra entre sí que según parecía los estaban llevando hasta el exterminio total.
     Sí, me estaba muriendo de celos por una niña de 19 años, que para colmo de males no conocía del todo bien o mejor dicho no conocía en absoluto, si con Ely había compartido las dos madrugadas más especiales de mi vida, pero eran de mi vida, yo no sabía si eso era correspondido por Ella, que por lo que acababa de ver con esa exótica mal ubicada probablemente para ella habían sido dos noches más y ya… caminé por la acera con mis manos apretadas en los bolsillos de mi pantalón, tratando de recordar y poner en práctica todo el entrenamiento recibido en la academia durante mi formación como policía para ocultar el torbellino de emociones que me estaban matando de forma lenta, muy, muy lenta…
   
Capítulo Nueve. 

       Para distinguir y valorar la felicidad, se debe pasar por el dolor y el sufrimiento…   
      Con una decepción que embargaba mi alma, acongojaba mi cuerpo y trastornaba mi mente, caminaba rumbo a no sé donde, cuando de pronto sentí una mano fría que se apoderaba de mi brazo deteniendo mi caminar, me quedé inmóvil hasta que Ely se paró frente a mí, traté de mostrarme lo más serena y neutral posible “¿Qué pasa?” el destello de sus ojos mostraban algo que no sabía descifrar lo que era “No es lo que piensas…” no me di cuenta que interrumpí su frase “Y que crees que pienso Ely” le dije en el tono más casual que pude (no estoy segura de haberlo logrado) “Ella… no es nadie… digo… importante… ya sabes…” me encogí de hombros “Yo tampoco soy alguien importante” ella soltó mi brazo “No te preocupes, no tienes por qué darme explicaciones, tu y yo sólo hemos compartido un par de noches y nada más” creo que esa frase fue bastante inadecuada además de mentirosa, por la expresión que tomó su rostro creo que no la dije con la convicción que intentaba dar “Nada más… ya, es todo… no te importa si otra mujer se para aquí y me besa ahora mismo” su tono de voz era apagado “Es asunto tuyo, no mío” dije con aparente indiferencia “Entonces si no te importa ¿Por qué saliste del restaurante?, me hubieras esperado para salir juntas” y ese comentario me dejo K.O. ‘que lista, esta no me la esperaba’ fue mi pensamiento, así que no me quedó remedio que admitir mi derrota y sonreír de vergüenza por ser atrapada infraganti “Que es lo que quieres que te diga Ely, que me muero de celos porque esa tipa se atrevió a posar sus manos en ti, que no sé por qué carajo siento estos estúpidos celos, si tú y yo no somos nada… ¡Por Dios! ni siquiera te conozco lo suficiente para sentir esto que me quema por dentro” cuando terminé mi frase y escuché lo que le dije, mi mente se puso en blanco y mi mandíbula se quedó trabada (bastante tarde debo admitir) me quedé quieta, sin saber cómo quitarle importancia a la declaración hecha, Ely puso su expresión más seria, sus hermosos ojos destellaron un brillo particular, dio un paso hacia donde me encontraba congelada, una de sus manos llegó a mi cuello mientras que con su otro brazo rodeaba mi cintura y me pegaba más a su cuerpo, vi la intención en sus ojos y acerqué mis labios a los suyos… me gustaría ser capaz de expresar con palabras lo que ese beso provocó, fue tan cálido, lento, dulce, cargado de una ternura que oprimía mi pecho, mis manos las trasladé una a su cuello y la otra se perdió entre su cabello, no tengo idea cuanto tiempo duró nuestro beso o a cuantas personas le obstruimos el paso en la acera, en ese momento sólo importaba el contacto de sus labios en los míos, el sabor de su boca, las caricias de su lengua los mordiscos leves que le daba a mi labio inferior, la cercanía de su cuerpo y la suavidad de sus cabellos en mi mano, mis sentidos estaban tan despiertos, mi mente contrariamente se encontraba completamente dormida y mi cuerpo parecía que flotaba en algún sitio lejano al planeta tierra, entonces comprendí que no había vuelta atrás que ya estaba perdida en ella, aceptar eso provocó un torbellino que me despertó repentinamente por completo de lo que acontecía, una tristeza se apoderó de mi corazón y me obligué a retroceder para caminar en dirección contraria a ella que me veía con su rostro desencajado sin comprender el cambio en mi actitud.
     Caminé cerrando mis oídos a su voz que me hablaba, callando la necesidad de mi piel que me pedía a gritos estar cerca de ella, ahogando el palpitar fuerte de mi corazón que latía de amor, avancé con un ardor en mis ojos que contenían las lágrimas que amenazaban con asomarse a la superficie, me alejé sin importar que muy probablemente mi acto pudiera herirla.
     Después de un prolongado tiempo que vagué por las calles me percaté que estaba cerca del Parque del  Sol, me adentré en el, busqué un sitio lo más lejos de todas las personas que disfrutaban de la tarde en ese lugar, llegué junto a un árbol me senté sobre el césped, recargué mi espalda en el tronco, doble mis piernas, las abracé con mis manos, hundí mi cabeza en mis rodillas y dejé salir el llanto que tenía dentro, lloré porque al darme cuenta que la amaba el sentimiento había roto todas las barricadas que había construido a lo largo de mi vida, lo que acababa de acontecer había revivido todo el dolor que conservaba enterrado en mi interior, mis lágrimas salían porque prácticamente toda mi vida había sobrevivido en soledad… cuando perdí a mi madre era una niña tan pequeña que no comprendía aun cuanta falta me haría en el futuro, porque con el paso de los años que veía a mi padre padeciendo la ausencia de ella algo en mi interior se quebraba y tiempo después que murió él, mi corazón se había apagado como protección para no sentir más, pero ahora ella despertaba lo que durante toda mi vida permaneció sumergido en lo más profundo de mi corazón, lo tenía todo ahí dentro, en algún lugar escondido sin darme cuenta y Ely con su ternura lo despertó así sin más.
    En ese lugar vacié todo lo que había martirizado mi alma calladamente, cada sentimiento de dolor y ausencia que tenía lo saqué con cada lágrima que mis ojos derramaban, cada sentimiento que no había sacado y que por mucho tiempo había ocupado un lugar en las profundidades de mi ser salía sin poder contenerlos por más tiempo, salían para darle entrada por completo a Ely, a su amor que en ese momento limpió mi corazón para poderlo habitar por completo y sin restricciones, tan incongruente como pueda sonar, esa tarde un peso gigante se apartó de mi espíritu, la opresión que no me había dado cuenta que cargaba se desvaneció y mi mente se aclaró para darle la bienvenida a la paz absoluta que después de la tormenta ocasionada en mi interior procedía a invadirme…  
Capítulo Diez
     Amar implica olvidarse de uno por completo para concentrarse en las necesidades que nuestra amante necesita…
 
   Pasó mucho tiempo en el que ya no lloraba pero aun así seguía en la misma posición bajo la sombra de aquel árbol a una orilla del parque, cuando abrí mis ojos me di cuenta que el atardecer ya era evidente y que en muy poco tiempo se metería el sol por completo, así que decidí que era tiempo de regresar a casa, cuando intenté levantarme me sorprendió que unas manos se extendieran frente a mí con la intención de ayudarme a ponerme de pie, levanté mi vista para verla justo enfrente con su rostro tranquilo y su mirada suave que me contemplaba, en ningún momento de mi loca travesía me di cuenta que ella me seguía, menos que Ely todo ese tiempo me hubiera visto llorar; con un leve temblor extendí mis manos para apoyarme en ella hasta quedar de pie; Ely con notorias dudas dio un paso junto a mi rodeando con sus brazos mi cintura, en respuesta a su gesto recargué mi sien en su oreja y acepté la calidez de su abrazo porque lo necesitaba, ella tiernamente giró su rostro y besó mi sien, despegué mi cabeza hacia atrás para ver sus hermosos ojos, cuando fijé mi vista en ellos encontré la comprensión que necesitaba, como era costumbre entre nosotros nos envolvía un silencio donde sólo reinaban nuestros corazones palpitando. Segura estoy de que ella entendía lo que me pasaba, en ese instante contar sólo con su presencia me bastaba para sentirme de nuevo fuerte.
     Con mis sentimientos en orden, mi cabeza despejada y mi corazón más tranquilo emprendimos el regreso a casa, cuando salimos a la calle Ely paró un taxi, le dio la dirección para llevarnos de regreso al edificio, sentadas en la parte trasera del vehículo yo acomodé mi cabeza en su hombro y ella me rodeaba con su brazo, fue entonces que me di cuenta que había caminado una distancia muy larga cuando la locura se apoderó de mi.
    
     Bajamos del taxi después de pagar el viaje, entramos al edificio tomadas de la mano y abordamos el elevador hasta nuestro piso, ella abrazándome por la cintura me dirigió a la puerta de su departamento, me regaló una sonrisa y un beso antes de introducir las llaves para abrir la puerta, cuando entramos a su casa de inmediato noté que era bastante más espacioso que el mío, además de lucir impecablemente ordenado, junto a la puerta observé un altar pequeño que tenia fotografías, ella se dio cuenta que mi vista había notado las fotos que colgaban de la pared en cuadros sencillos de cristal, al pie de estas se encontraba una mesa de madera que contenía en medio un jarrón muy hermoso de porcelana que servía de florero y en el cual se hallaban unos crisantemos blancos, a cada lado del jarrón se ubicaban unas tablas de madera con escritos en chino, que obviamente no entendía, acompañadas de unas varas de incienso, bajo de estos en otro apartado de la mesa había una especie de funda de piel en forma de media luna que parecía sustentar una espada sostenida por una base de madera “Es mi familia, los dos primeros son mis abuelos, del lado derecho esta mi padre, la del otro costado es mi madre y en el centro de los dos mi hermano pequeño” seguí con la vista cada fotografía estudiando sus rostros e inmediatamente me di cuenta que los 5 eran orientales, cuando le conocí y supe que era la nieta de la señora Leen pensé que la madre de Ely seria occidental y por eso ella también lo era, pero ahora que me decía que esa mujer de la foto era su madre me sacó un poco de balance aunque decidí que si había algo que conocer de su origen ella me lo contaría llegado el momento, así que sólo asentí con la cabeza, ella adivinó mi pensamiento “¿No me vas a preguntar por qué no me parezco a ellos?” analicé su expresión y viéndola comprobé que no era ese el momento para hacer esa pregunta, me acerqué a ella, tomé su mano besándole la palma “Creo que ahora no es el momento, algún día espero estar preparada para escucharla” ella trasladó mi mano hasta su corazón, bajo mi mano podía sentir el palpitar que salía de su pecho “No quiero tener secretos, me gustaría poder contarte la verdad” su voz contenía una carga de duda y dolor además que los matices de sus ojos eran como remolinos que parecían delatar algo que la lastimaba “Ni yo quiero tener secretos, eres muy importante para mi Ely ¿Te sientes cómoda ahora para contarme?” ella cerró los ojos y negó con la cabeza “Entonces yo te voy a esperar lo que sea necesario, cuando estés lista te voy a escuchar, ahora lo que importa es que estamos aquí juntas” Ely asintió con la cabeza, besó mi frente y yo me aferré a ella en un abrazo, debo confesar que me dio incertidumbre conocer que era aquello que le lastimaba y que seguramente tenía que ver con sus lágrimas de la noche anterior, pero también estaba otra parte de mí que me decía que si una vida tendría que esperar para conocer su verdad, lo esperaría paciente.
     El resto de la tarde lo pasamos viendo en su sala ‘una boba película de amor’ (así es el título de la cinta) que yo por el cansancio no terminé de ver porque el sueño me venció a la mitad… Al despertar me di cuenta que seguramente la película se había terminado bastante tiempo atrás, mientras yo me percaté que estaba recostada en el regazo de Ely; su mano daba leves masajes a mi cabello, la contemplé tranquila sentada viendo la tv a un volumen bastante bajo.
-Perdón me quedé dormida- dije con sentida pena
-No tienes por qué disculparte, ¿Te desperté?
Me senté a su lado y estiré mis brazos…
-No para nada, Dios... que rico dormí- me incliné hacia ella y besé su cuello justo debajo de su mandíbula
-He pedido pizza con doble queso y otra hawaiana, tengo cervezas en el congelador, espero que te apetezca cenar eso- me dijo con una sonrisa
-Mmmm suena delicioso
Ella tomó mi rostro…
-Entonces… ¿Si es verdad?- levanté mis cejas interrogativamente-Que la comida preferida de los policías es pizza y cerveza para acompañar- me dijo con su sonrisa triunfante
-Ja-ja-ja ¡Qué simpática! no quiero imaginar que mañana me invites a desayunar donuts con gaseosa de cola- le dije devolviendo la sonrisa
-Huy se me arruinó el desayuno sorpresa chin- dijo haciendo un movimiento con su mano al aire como si estuviera molesta.
Nuestra cena fue lo más divertido que puedo recordar, resultó que Ely bajo su fachada de chica frívola y gruñona tenía un sentido del humor exquisito, nuestra conversación fue abriendo brecha para empezar a conocernos más, me habló de sus gustos por el arte que era lo que estudiaba en la actualidad, de la música preferida de ambas, nuestros pasatiempos, le expliqué por qué decidí ser policía y ella me contó sus razones para decantarse por el arte y así pasó nuestra velada entre miradas de complicidad, risas compartidas y deseos desbordados.
   
Ely había llegado a mi vida como si fuese un huracán, con una fuerza sobrenatural que arrasó con todo lo que se encontraba a su paso, pero en lugar de provocar destrucción me hacía la mujer más feliz del mundo, me moría por decírselo pero no quería apresurar las cosas, ella no me había mostrado aun si su interés por mi era más allá de la gran atracción mutua que existía, así que había decidido disfrutar de ella lo que durase nuestra locura, aunque en esos momentos no sabía que la paz y la felicidad solo duraría un par de días...


Capítulo Once.

     El anhelo más profundo en la vida es amar y ser amado, pero también se debe ser consciente de que el camino no será siempre sobre un lecho de rosas; llegará el momento en el que los pétalos se acaben para dar comienzo a las espinas…

    El sábado pasamos todo el día y parte de la noche literalmente sin salir de la recamara, ese día ella se convirtió en mi mundo, el centro de mi existencia, bien había podido haber una catástrofe mundial sin nosotros darnos cuenta, con esas horas compartidas confirmé lo que desde el principio cuando me sumergí en la profundidad de sus ojos había descubierto en mi interior, yo nunca más sería igual sin ella…
    Habían ocurrido tal vez dos o tres horas de quedarnos dormidas ya entrada la noche del sábado, cuando siento una sensación húmeda en mi oreja que logró traerme de los dominios de Morfeo a la oscuridad de la madrugada, supongo que mis gesticulaciones cuando protestaba eran divertidas por las risas que Ely tenía, cuando me despejé por completo la vi en la penumbra apoyada en uno de sus codos
-¿No es muy temprano para empezar hacer el amor?- dije estirando mis brazos sobre mi cabeza-¿Qué eres una bestia insaciable?
Su risa provocó en mí una sensación que arrastró el cansancio que podía tener.
-No te he despertado por eso… En realidad quiero mostrarte algo- me dijo mientras se levantaba de la cama y buscaba nuestras ropas del lugar donde habían caído para no ser reclamadas mas por el resto del día hasta ese momento. Con toda la pereza del mundo me vestí ‘Eso me pasa por fijarme en una jovencita de 19 años, que no le afectan las desveladas’ eran los reclamos que mi cuerpo cansado gritaba en mis pensamientos.
     Bajamos al estacionamiento por el ascensor (por qué yo me negué a usar las escaleras), abordamos la motocicleta de Ely y comenzamos la travesía por las calles prácticamente desiertas, mientras avanzábamos caí en cuenta hacia donde nos dirigíamos, un trayecto de cerca de 40 minutos y estábamos tomando la brecha de terracería que nos conducía al lugar donde me llevó aquella noche mágica después de salir de aquel bar. 
    Cuando estábamos en el techo de la bodega, me dirigió a una de las orillas para sentarnos
-Perdona mi curiosidad… pero… ohm… ¿Que es lo que quieres mostrarme?- le dije al no ver intensión en ella de explicarme
-Oh claro… quiero que veas el amanecer, es muy bello ver como se asoma el sol atrás de las colinas aquellas y a la vez fijarte como la luna se pierde a lo lejos en la ciudad- dijo señalando con cada uno de sus brazos. Yo me quedé contemplándola detenidamente porque no sabía qué hacer, si agarrarla a besos o  estrangularla…
-Ely, cielo, son las 4 de la mañana, el sol sale aproximadamente entre las 5:30 y 6:00 hrs.
Ella interrumpió mi frase, tomó mi mano entre las suyas, pegó su cuerpo más cerca del mío…
-Lo sé… no te duermas ¿Ok?
 Definitivamente esa chica me descolocaba siempre
-O… ok- y ahí me quede sentada junto a ella tratando de entender la lógica de esperar una hora y media para que salga el sol cuando bien me había podido dejar dormir mínimo una hora más, así que sólo encontraba dos explicaciones, la primera que yo tenía muy poco sentido del romanticismo y la segunda que a los 28 años después de una actividad sexual intensa dormir es muy necesario para el cuerpo…
 
  Sentada a su lado hice un esfuerzo sobrehumano para no sucumbir ante el sueño, además que no ayudaba mucho que ella no hiciera por empezar una conversación, pero la eterna espera de verdad valió la pena, ver a lo lejos como se asoman los primeros rayos de luz mientras las tinieblas empiezan a ceder y la luna se desplazaba para dejar su lugar al astro rey es espectacular aunado a que ella estaba ahí junto a mí tomando mi mano
-Ver un nuevo día empezar, siempre me provoca sentirme libre… Pero ahora estando aquí contigo es más que un sueño… Tu compañía opaca el mejor espectáculo que la naturaleza puede ofrecer- me dijo mirándome a los ojos, sus palabras provocaron a mi corazón un vuelco impresionante y una felicidad que no puedo explicar con simples palabras pero que hicieron nublar mi mente para dar lugar sólo a lo que ella me provocaba
-Te amo- le dije sin pensarlo, ella me miró fijamente y en su mirada noté un brillo particular que no supe en ese momento como interpretar, me rodeó por mi cintura provocando que me sentara ahorcajadas sobre ella y me abrazó fuerte colocando su rostro en mi cuello pero no dijo palabra alguna, yo le correspondí el abrazo, me quedé quieta sin saber si había sido correcto decirle lo que sentía o como interpretar su reacción a mi declaración. Permanecimos abrazadas por un buen rato yo porque no sabía cómo actuar y ella porque su naturaleza era el silencio
-Ely…-Cuando escuchó que le hablaba enderezó su rostro para mirarme -Tengo hambre- le dije tomando su rostro entre mis manos y depositando un beso en su nariz, ella me regaló una de esas sonrisas que me hacían  embrutecer…
-Estas acabada- Me dijo en tono burlón mientras nos poníamos de pie y caminábamos hacia la escalera, antes de bajar me abrazó por la espalda y me susurró en mi oído -Gracias- seguido de un beso en mi cuello, giré mi cabeza para verla y sólo le sonreí.

     Antes de marcharnos del lugar observé un mural que decoraba las paredes de la bodega, el dibujo era una guía de estrellas en forma de espiral que rodeaba e iluminaba un paisaje que ocupaba dos paredes donde había hadas, gnomos, trolls y otras criaturas míticas culminando en una luna gigantesca que ocupaba una esquina de la pared y chocaba a la vez con un sol naranja que alumbraba una ciudad impresionante con edificios que ocupaban dos paredes contrarias al primero; la vez anterior que había estado ahí era de noche y por esa razón no había notado la obra que era un claro contraste entre el día, la noche, la realidad y la ficción
-Yo los hice, las primeras veces que vine aquí- me dijo al observarme absorta en el mural
-Es impresionante…- la tomé de la mano-Tienes talento- ella besó mi frente 
-Gracias por el cumplido.
Salimos del lugar. El resto del domingo lo pasamos dormidas, hasta la tarde que dimos un paseo y cenamos en un lugar tranquilo para volver a casa, yo tratando de fingir que no le había dicho te amo y que su silencio a mi declaración no afectaba mi autoestima.


     El lunes que llegué temprano a la estación el capitán me esperaba
-Salvatierra a mi oficina ya- me dijo con su voz de mando sin saludarme siquiera, lo seguí, entre tras él y ocupé una de las sillas que estaban frente al escritorio
-Buenos días, señor- el capitán Barra ocupó su silla
-Buen día, Salvatierra, desde hoy tienes un caso nuevo, donde tu absoluta discreción es necesaria, no tendrás compañeros sólo tu- me dijo enfáticamente -A partir de ahora te dedicaras a revisar expediente por expediente de los casos que comprenden desde 1989 hasta 1994 que llevaron en conjunto el detective Fuentes y el fiscal Robles, nadie puede saber que estás haciendo- asentí con la cabeza sin quitar mis ojos del hombre frente a mí.
-Le dije a tu compañero Andrés que estarías castigada por faltarme al respeto, clasificando expedientes, el Detective Romo va a estar a cargo de la investigación ahora del fantasma junto con Andrés- me dijo con un suspiro de cansancio
-Usted cree que Andrés va a poner sobre aviso a su padre y que él puede tomar medidas para desviar la investigación, por eso no lo retiro de la investigación- el asintió con la cabeza
-Romo está al tanto de la situación, él fue el que propuso que tu investigues los expedientes para estar en coordinación y tratar de adelantarnos de nuevo al fantasma, así que vas a trabajar con él a discreción- un mal presentimiento de lo que acontecía invadió mi ser
-Bien, supongo que todo tendrá que ser a la vieja usanza, en papelito- él me observó con una sonrisa
-No te voy a permitir usar el sistema para sacar relaciones de archivos, y te sugiero que si necesitas una revisión extensa de algo en concreto lo hagas de noche para que nadie note que archivos estas llevando… yo me haré cargo de los arreglos- yo lo vi con mis ojos desorbitados –
-Revisar año por año sin saber  bien que busco va a ser muy tardado, son muchos años y cientos de expedientes- le dije con algo de frustración en mi voz
-Andrés y Rayan habían sacado una lista que tu ordenaste el viernes, puedes empezar con eso, los expedientes ya fueron traídos están en tu escritorio

    Varias cajas con carpetas esperaban a un costado de mi escritorio, el día no podía salir peor, así que con toda la resignación del mundo empecé manos a la obra sin imaginar que dentro de esas cajas descubriría los hechos más dolorosos de mi vida…


Capítulo Doce.

    Si no estás preparada para saber una verdad, será mejor ignorarla… Pero si encuentras una verdad que no buscas no hay preparación que valga…
   
     Cada carpeta que analizaba tenia incontables anomalías, faltaban hojas a los expedientes y me hacía sentir que cavaba un túnel del cual nunca saldría, tres días prácticamente con sus noches con mucha información que no servía para mi caso, ni para atrapar al psicópata, era como luchar contra Goliat pero a diferencia de David no contaba con esas piedras ni la honda para poder derribarle... hasta que llegué a mi casa el jueves por la tarde y en el correo encontré un sobre manila tamaño carta con mi nombre completo y dirección pero sin un remitente o un timbre postal, intrigada tomé mi correspondencia de la gaveta, caminé subiendo los escalones rumbo a mi departamento y como ocurría en los últimos tres días aparecía Ely sorprendiéndome y haciendo tirar todo lo que en mis manos cargaba, Ely tenía esa habilidad de aparecer de la nada, mi correspondencia se regó por los escalones
-Bueno pero tú me vas a matar de un susto- le dije mientras la veía recoger los sobres
-Vaya este sobre si que pesa- dijo recogiendo el sobre misterioso
-No tengo idea que es, estaba en mi correo- ella se acercó y depositó un beso en mis labios, tomó mi mano y caminamos lo que restaba de escaleras   rumbo        a       mi         departamento.

     Entramos a mi casa, ella dejó los sobres sobre la mesilla que estaba al entrar
-Una ducha y unas horas de sueño no te vendrían nada mal- me dijo con una sonrisa-Yo te preparo algo de comer para cuando despiertes. Caminé hacia ella, la abracé y besé su cuello
 -Enjabonar mi espalda suena mejor que la comida- cerrándole el ojo de forma coqueta, Ely se mordió el labio inferior a la vez que me regalaba una sonrisa
-Eso no es buena idea… te he extrañado… tú necesitas descansar… yo no voy a ninguna parte… cuando termines de encontrar lo que estas buscando estaré aquí para ti…- me dijo en un tono completamente serio.
     Desperté después de tres horas, el baño me logró relajar y el sueño aunque corto fue profundo así que me sentía con las pilas recargadas para regresar a mi calvario. Ely amablemente me dejó el almuerzo en el horno listo para calentarle, la cafetera cargada de mi combustible y en la mesa un mensaje escrito sobre papel ‘No olvides revisar tu correspondencia’ extrañada por su nota me acerqué para tomar los sobres y fue entonces cuando noté que el sobre misterioso venía dirigido a mi pero como Detective Alondra Salvatierra Homson… tomé un pañuelo de la cocina, abrí el sobre, saqué el contenido con el pañuelo evitando tocar las hojas con mis manos, entonces varias fotocopias con algunas notas se aparecieron ante mis ojos, y una simple nota impresa al frente que decía ‘Espero usted sepa darle correcto uso a la información que ahora pongo en sus manos,’   En el fondo del sobre noté que algo se quedó cuando retiré por completo las fotocopias, me percaté que estaba perfectamente doblado un pañuelo blanco, al instante un escalofrío recorrió mi columna era el fantasma quien había enviado el sobre, me entró una sensación de temor, por qué si el contenido del sobre era lo que yo pensaba, nadie absolutamente nadie además de Romo y el capitán sabían lo que yo hacía y segundo por qué el fantasma sabia mi nombre completo y mi dirección ‘Dios esto es una pesadilla’ mi mente empezaba a trabajar y analizar todo sin control, corrí a mi habitación me vestí lo más pronto que fue posible, tomé mi portafolio, puse con sumo cuidado el sobre dentro y salí a toda velocidad rumbo a la comandancia.

     Entré a la estación y tomé el elevador pulsando el piso 4 que era donde se ubicaba los laboratorios forenses, recorrí todo el pasillo a paso firme y rápido hasta llegar a la ultima puerta, toqué y sin esperar respuesta empujé para encontrarme con la mirada de Arthur Holt, Arthur fue mi compañero en la academia sólo que él se especializaba en lo forense así que para su certificación necesitaba tener conocimientos básicos policiales, así como pasar algunos estándares físicos, de disparo y de conocimiento protocolario que rige a la policía, él era mi amigo, siempre lo había ayudado a entrenar en las cabinas de tiro así como prácticamente obligarlo a ejercitarse para que pudiera pasar las pruebas de condición física.
-Buen día, por la forma de irrumpir en mi laboratorio supongo es algo muy importante- me dijo con una mueca de fastidio
-Buen día Arthur, lamento la intromisión- dije con una sonrisa y dando un apretón a su mano extendida
-¿Qué es?
Caminé hasta la mesa que estaba en el centro del lugar puse mi portafolio y saqué el sobre
-Esto me llego por correo a mi casa-saqué el sobre y se lo entregué
-¿Quieres que busque huellas del contenido?- asentí con una sonrisa, tomó sus guantes de látex y sacó las hojas así como el pañuelo, puso una charola de aluminio esparció las hojas sobre esta, empezó a aplicarle polvo de carbono para detectar huellas dactilares en cada una de las hojas por ambos lados, después de varios minutos y de revisar hoja por hoja minuciosamente me miró y negó con la cabeza, extendió el pañuelo, lo colgó de unos pequeños broches, tomó un bote con aspersor y roció el liquido sobre este, uniformemente por los dos lados después de bajar la intensidad de la luz del laboratorio, pasó una lámpara de luz ultravioleta por ambos lados de la tela
-Nada, las hojas están limpias no tiene absolutamente nada que nos pueda ayudar, el pañuelo puedo revisar si la tela tiene alguna particularidad para saber su origen…-
Yo suspiré con desesperación.
-¿Puedo revisar el sobre?- Negué con la cabeza
-El sobre fue manejado sin cuidado por varias personas, te dejo el pañuelo, las hojas las necesito y gracias por la ayuda Arthur si encuentras algo me avisas.
Él me hizo un movimiento con la mano extendida
-Te pido discreción por si te preguntan a que vine-
Él me sonrió-Claro cuentas con ello- tomé las hojas, las metí de nuevo en el sobre lo guardé en mi maletín, le di un apretón de mano al pequeño hombre y salí del laboratorio para dirigirme a mi escritorio.

    Instalada en mi silla, tomé de nuevo el sobre y empecé a hojear las fotocopias, conforme leía cada página mi corazón comenzó a acelerarse, estas hojas contenían folios faltantes de varios de los expedientes que había revisado anteriormente, y no sólo eso. Contenía una lista de personas que según las notas eran los verdaderos cabecillas de los rusos, mi cuerpo quedó en shock cuando vi que señalaba a mi adorado tío Andrés Robles, al delegado Román Fuentes y a mi ahora jefe el capitán Barra; mi corazón empezó a latir con fuerza y una sensación de miedo me empezó a invadir, seguí leyendo cada informe, cada nota que el fantasma me había entregado, muchos de los cómplices supuestamente de *los tres rusos* habían sido asesinados para no dejar cabos sueltos, cuando llegaron la investigación interna en 1992 por policías federales, había nombres de expedientes que aun no había revisado y algunas copias de folios que según el fantasma habían sido retirados de los expedientes para no dejar huella o que no pudieran establecer vínculos, la lista eran alrededor de 45 hombres, de los cuales 38 habían muerto antes de presentar declaración o incluso de ser arrestados y los últimos 7 los asesinó en los últimos meses el fantasma, cuando llegué al último apartado de hojas donde según las notas estaban los nombres de las víctimas mortales de los *tres rusos* así como un listado de negocios turbios, personas secuestradas y despojadas de bienes materiales, comencé a ver la lista por orden cronológico de muertes sentí un nudo en la garganta al ver el nombre de mi madre y no sólo el de mi madre en la lista apareció también los nombres de la familia Leen, y al final de la lista aparecía el nombre de Antonio Robles (hermano del tío Andrés) y el de mi padre quienes fueron asesinados juntos, ‘Dios no, no, no,’  mis pensamientos golpeaban en mi cabeza con intensidad tratando de asimilar toda la información recibida.
    En la lista de archivos dada a mí por el jefe, los tres rusos eran Vadim Novikov, Nikolai Pavlov  y Sergei Ivanov, el primero fue asesinado en 1991 cuando se resistió al arresto, tomé su archivo para revisarlo de nuevo, algo que no había tomado importancia la primera vez ahora era de verdad interesante, el que le disparó en auto defensa al momento de su arresto era el Capitán Barra, el segundo Nikolai apareció muerto también en 1993 en un basurero, según la investigación se creía que Sergei quería quedarse con todo y lo mandó matar y este último fue aprehendido a finales de 1994, firmó una declaración donde aceptaba ser el actor intelectual y cabecilla de la banda de los rusos pero antes de presentar su declaración ante un juez apareció muerto en su celda aparentemente porque se quitó la vida, el fiscal del caso era de nuevo Robles y el que lo aprehendió de nuevo era el capitán Barra, y justo tres semanas después fue el asesinato de mi padre…
    Tomé la última nota que el fantasma me había dado, donde escribía que él quería que yo pusiera tras las rejas a los verdaderos rusos, me presenté ante la oficina del jefe con una sensación de miedo, desprecio y una gran duda…
-¿Puedo pasar señor?- dije al abrir la puerta, él me dio la bienvenida con un gesto de su mano, cerré la puerta
-¿Tienes algo nuevo Salvatierra?- me dijo apartando una pila de papeles y apoyando los brazos en el escritorio
-En los expedientes nada señor, además de encontrar las irregularidades ya mencionadas a usted, no hay nada nuevo, pero no es por eso que estoy aquí… en la mañana que venía de mi casa descubrí en mi correo un sobre que contenía esta hoja- dije observándolo y  extendiéndole la nota, el tomó el papel en sus manos, observó las tres simples líneas que contenía, lo puso con cuidado sobre el escritorio y me miró fijamente tratando de no mostrar su desconcierto
-Venía acompañado de un pañuelo blanco, no había venido antes porque primero pasé al laboratorio para buscar huellas, pero no hay nada todo limpio…- él interrumpió mi comentario
-Son las 5 de la tarde Alondra ¿Por qué esperaste tanto?- noté el movimiento involuntario de su garganta y quijada como de estar luchando para controlarse
-Revisé el expediente de los rusos y encontré que posiblemente el fantasma tenga razón y ellos no sean los *Rusos* sino simplemente matones de los de verdad…- de nuevo me interrumpió
-El caso fue cerrado hace tiempo Alondra, después de la muerte de los tres paró la ola de violencia que acosaba la ciudad, además de que esta una declaración firmada, es obvio que ellos eran los cabecillas de la banda- me dijo impaciente
-De acuerdo lo que quise decir antes señor es que creo que el próximo golpe del fantasma puede ser para el delegado Fuentes o el fiscal Robles o en este caso al que el fantasma pueda acusar como el tercer ruso, pero que nosotros no sabemos quién es- dije observando la tensión de sus hombros
-Supongo que si no develamos quien, tal vez el tercer ruso vaya ser revelado cuando encontremos su cuerpo decapitado- terminé mi frase observándolo fijamente, él parecía que dejó de respirar-Además me preocupa que el fantasma sepa mi dirección y mi nombre sin contar que seguramente algo está escapando a nuestra vista y no podamos detener el octavo asesinato- dije suspirando aparentando frustración
-Hay que informar a Romo de esto- dijo con un timbre de preocupación en su tono…
-Tengo que revisar unos expedientes más que me faltan. Creo que con lo que tenemos no hay nada para enjuiciar a Fuentes y Robles, pero quiero terminar la investigación de todas formas, si usted está de acuerdo- él sólo asintió con su cabeza, su actitud confirmó mi sospecha, tomé el papel de su escritorio y salí de su oficina sabiendo que la pesadilla apenas comenzaba...


Continua ACÁ


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