Capítulo
uno
Siempre que miro a mi pasado confirmo que
tomé las decisiones adecuadas para forjar mi presente y dirigir mi futuro….
Desde muy pequeña descubrí que era lesbiana, nunca
tuve problema con ello, es parte de lo que soy y tampoco quiero cambiarlo, he
sido una persona decidida, que conoce lo que quiere. Además de saber que mi
orientación sexual no estaba encaminada hacia los chicos desde muy pequeña
también decidí que sería policía como lo había sido mi padre; Si, recibí críticas
de personas que creían que por ser mujer uno tiene que seguir un patrón de
comportamiento regido por un género que se ha impuesto a lo largo de la
historia, aun que temprano en mi vida me di cuenta que la opinión de la gente
no era mi problema sino de ellos, cada quien es responsable de sus pensamientos,
uno sólo puede hacerse cargo de los actos que uno comete y de las consecuencias
que estos traen, yo afortunadamente asimilé a tiempo que si no buscas tu
felicidad nadie más te la va a regalar, uno tiene que decidir su camino y como
vivirlo…
Mi historia es probablemente igual en
sentimientos a muchas otras pero diferente en circunstancias…. Todo empezó hace
casi seis años tenía ya tres años en el departamento de homicidios, mi vida
profesional estaba en ascenso, era respetada y querida por mis compañeros,
siempre fui requerida para los casos más complicados dentro de la corporación y
mis resultados eran muy buenos, en general era de las mejores detectives, (No,
no es que este presumiendo… bueno… tal vez un poco) profesionalmente mi vida
era estable y podría decirse que perfecta, en lo personal… mmm… pues lo obvio
en una profesión así, si eres buen policía probablemente esto logrará hacer que
sobrevivas en total soledad porque para dar resultados en ocasiones, hay
prácticamente que vivir en la estación y si a eso le sumas ser gay y no tener
tiempo para socializar y conocer a más, pues la cosa se complica.
Ese verano de 2006 mi vida cambió por
completo, en la estación un loco psicópata nos traía de cabeza, por su modus
operandi le nombramos el Fantasma, nos había dejado en un periodo de ocho meses
a seis cuerpos decapitados prácticamente de la misma forma, el cuerpo tendido
boca arriba con sus extremidades abiertas a los costados formando una X, la cabeza se encontraba entre las piernas con
un pañuelo blanco que le cubría, las escenas del crimen quedaban prácticamente
limpias, sin huellas digitales, ni manchas anormales y sin un indicio de quién o
por qué asesinaría a estas personas, cada víctima tenía su historia, entre
ellos había desde policías corruptos, mafiosos y otros más que habían estado
bajo sospecha de fraudes, probablemente su destino lo habían trazado ellos
mismos por sus actos, pero al ser cruel y fríamente asesinados los habían
convertido en víctimas y teníamos que atrapar al victimario, aunque aprehenderlo
era lo más complicado del mundo, desde el primer homicidio hasta el sexto no
teníamos nada, el psicópata hacia honor a su apodo, era un fantasma que no
dejaba rastro y que nos tenía a todos con la rabia y la frustración a flor de
piel.
Una tarde que llegué a casa con el estrés
habitual de mi trabajo, mientras subía las escaleras a mi departamento en el
piso cinco, cargando algunos paquetes de víveres que había comprado, tropecé
con una joven en el pasillo que conducía a mi departamento, ella era alta, algunos
centímetros más que yo, su cabello lo usaba corto, ondulado a la altura del cuello con un fleco que
cubría su frente, sus ojos casi negros coronados con unas pestañas risadas y
largas, su piel más que blanca parecía transparente, tenía una mirada que atravesaba
el alma y paralizaba por la frialdad la fuerza y la profundidad que destellaban
sus ojos, su nariz perfecta para la forma de su rostro, sus labios carnosos
hechos para ser besados. Unos cuantos segundos bastaron para que callera como
hechizada por su mirada, no supe cómo ni por qué, pero cuando regresaron mis cinco
sentidos, me di cuenta que ella estaba bajo mi cuerpo, los paquetes con mi
comida esparcida por el pasillo y ella creo que me hablaba, ‘¡¡¡Dios qué pena!!!’, me levanté, me
disculpé y por alguna extraña razón me sonrojé y hasta mi voz vaciló, ella no
dijo palabra alguna, me ayudó a levantar los paquetes, me los entregó y sin más
siguió su camino, ignorando por completo mis disculpas y mi vergüenza, parada
como estatua la vi alejarse, su caminar era seguro, felino la hacía verse tan
sensual, yo quedé con una sensación en mi estómago bastante particular si
considero que parecía que un tornado se había mudado a él y ahora mismo estaba
destruyendo todo a su paso, decidí entrar a mi departamento lamentando que mi
torpeza apareciera en el momento menos indicado…
Esa mujer insolente de apenas 19 años que
había puesto de cabeza mi mundo y que llevaba por nombre Ely Leen, era una
joven de aspecto rebelde, enigmático, con un espíritu fuerte y aguerrido que
hacía que sin evitarlo uno la voltease a ver cada vez que entraba algún sitio.
Su abuela había sido mi vecina, hasta antes de su muerte ocupó el departamento
de enfrente al mío. Cuando yo me mudé ella ya tenía tiempo habitando ese
departamento, era una señora de origen oriental, de edad un poco avanzada y con
una calidez que daba ternura conversar con ella, siempre hablaba de su nieta,
con mucho amor así que yo digamos tenía un pensamiento equivocado de cómo sería
ella, primero me la imaginaba como su abuela, con sus facciones orientales,
pero la complexión de Ely era occidental, segundo me la imaginaba cálida y
amable como su abuela y vamos que Ely era más bien fría, cortante y hasta en
ocasiones rayaba en lo grosero, cada vez que me la había encontrado después de
que mi cuerpo elegantemente arrolló el suyo, ni el saludo se dignaba a darme.
Desde que recuerdo había escuchado muchos
rumores o más bien mitos acerca de la familia Leen, alguno comentaban que ellos
eran espías chinos que habían huido de su país porque los perseguían para
matarlos, existían otras versiones de verdad inverosímiles, como que su familia
era enemiga de un clan ninja que había jurado matar a todos los hombres que
formaran parte de esa familia, estas historias fantasiosas provenían debido a
que la señora Leen era viuda, tiempo atrás habían asesinado a su esposo, después
también de forma extraña su hijo había aparecido muerto, además de que su nieto
y nuera habían fallecido en un accidente por demás raro, sobreviviendo de este
sólo su nieta, (vaya que también no se puede esperar menos de un edificio donde
el 95% de los inquilinos eran mujeres
jubiladas y tenían todo el día para fantasear… pensándolo bien también eso
podría haber influido en que mi vida sexual y amorosa fueran nula, si considero
que casi no salía de mi casa o de la estación y que en mi edificio lo mas sexi que
uno podía ver era una mujer de sesenta años en falda a cuadros medias y suéter
de cuello pues… mucho amor y sexo no podía tener… ehh…mmm… bueno en realidad
apenas tenía vida así que amor, lo que se dice amor, pues no mucho y sexo pues
ocasionalmente por no decir que nada… analizado el punto mejor descarto la
teoría.)
La señora Leen había enfermado
repentinamente y lamentablemente no sobrevivió, eso había provocado el regreso
de Ely de donde estudiaba, desde la primera vez que la vi incluso antes que mi torpeza
quedara descubierta ante sus ojos en el
pasillo, me impresionó bastante, recuerdo que en el funeral de su abuela ella
estaba sin expresión alguna en su rostro, con una mirada escalofriante, que
para mi forma de ver, ocultaba el dolor que posiblemente sentía por la pérdida
de su única familia.
Después de nuestro accidentado encuentro la
seguí viendo más a menudo en el edificio porque se mudó al departamento que
había sido de su abuela y si, pueden adivinar cuando nos cruzábamos por el
pasillo o las escaleras siempre provocaba en mi la misma estúpida reacción,
primero me paralizaba, me recorría un escalofrió por toda mi columna vertebral,
segura estoy que si por alguna razón hubiese abierto la boca cada vez que la
veía habría hasta babeado, sin embargo ella por el contrario, ni se inmutaba, es
mas cuando nuestras miradas se cruzaban parecía que yo no estaba ahí frente a
ella, ni siquiera me daba el saludo de cortesía por encontrarnos y eso me
enfermaba porque yo Alondra Salvatierra detective capacitada para controlar mis
emociones, a quien nunca antes algún ser humano había logrado intimidar, es más
ni siquiera incomodar, era ahora presa de esa chica de casi veinte años que
lograba mover mi mundo, sacudirlo y además hacerme parecer torpe más que torpe parecía…
dejémoslo en boba porque no me gusta ofenderme.
En mi trabajo todo empezaba a ser un caos
teníamos la consigna de atrapar al Fantasma, era un caso prioritario así que nuestro
superior decidió formar un grupo especial para atrapar al loco maniático corta
cabezas, el equipo estaba a mi cargo, por principios de cuentas estaba el
detective Rayan Romo y Andrés Robles ese idiota insolente que siempre había
tratado de hacer mi vida de cuadritos desde que éramos compañeros en la
academia, que por desgracia de la naturaleza era mi adorado primo hijo de su….
Santa madre que era mi tía (hermana de mi madre) y su pesado e insoportable
padre que resultaba ser una pesadilla para mi, a mi tía la adoraba, fue una
segunda madre desde que mis padres habían muerto (aquí es donde menciono que mi
señor padre fue uno de los mejores policías, era respetado por todos y aun a mi
me tocó escuchar las leyendas que rondaban sobre él, murió en cumplimiento de su deber, siempre fue
mi héroe, si adivinaron por eso decidí ser policía, para honrar a mi padre, ser un Salvatierra es un orgullo), como consecuencia
esto desataba una competencia con Andrés o más bien él competía conmigo, yo soy
práctica, no me desgasto en cosas que no van a traer cosa buena a mi vida, y la
competencia con Andrés no traía nada aparte de ser un fastidio, así que por qué
pagar yo las frustraciones de otros…
Bueno voy adentrar de una vez en lo que de
verdad importa y por lo que estoy aquí tratando de desahogarme (en el buen
sentido)… Ese fin de semana cambio mi vida para siempre, me encontraba en casa cansada
(mayormente de mi soledad que de mi trabajo) así que decidí hablarle a mi amiga
Dana e ir a tomarnos una copa y charlar un poco, Dana fue mi primer amor,
fuimos pareja por algún tiempo cuando éramos adolescentes pero luego por mis
ocupaciones y sus necesidades decidimos dejarlo, siempre fuimos mas amigas que
amantes, en una relación no se puede ser más de uno que de lo otro, tiene que haber
un equilibrio para que funcione, esa creo fue la causa de que lo nuestro sólo
fuera una relación adolescente y ya, lo bueno de esto es que perduró nuestra
amistad, fortaleciéndola más.
Después de cenar en nuestro restaurante de
siempre y de sus siempre justificados reclamos por mi abandono, decidimos pasar
por un antro de ambiente que habían abierto hacia poco y que por obvias razones
no conocía. La música era ideal para bailar, el local estaba algo lleno, nos adentramos
rumbo a la barra para pedir unas bebidas y observar mejor el lugar, en un
momento dado Dana se me desapareció, seguramente se encontró con una amiga o
algo así, me quedé sola en la barra pensando que de verdad mi vida era
miserable, preguntándome si alguna vez llegaría alguien a mi vida que me
complementara y me hiciera sacar el vacio que la soledad había abierto en mi,
sumergida en esos pensamientos me distraje y no me di cuenta que una mujer alta,
guapa, estaba parada a un lado mío observándome detenidamente, no alcanzaba a
ver su rostro sólo sentía el peso de su mirada en mi, hasta que escuché su voz,
ese sonido provocó que un tsunami de emociones revolotearan en mi ser, “Hola”
giré hacia la de mujer a mi lado, era ella, su mirada buscó mis ojos y como acontecía
siempre que eso ocurría, me movió el piso, mi cerebro sufrió un atrofio mayúsculo
e instantáneamente dejó de funcionar,
supongo que mi cara fue un poema porque sonrió “Ven baila conmigo” sin esperar
una respuesta, rodeó mi mano con la suya, el contacto de sus dedos fríos casi
hace que mi cuerpo sufra una explosión, sistemáticamente le seguí más por
inercia que por convicción, cuando quedamos frente a frente el mundo alrededor
dejó de existir, sólo me importaba su mirada, su rostro, su cercanía y eso
provocaba a mi organismo un éxtasis inexplicable que me alejó del mundo con simples
roces de su cuerpo.
Decididamente esa mujer hacia embrutecer
mis sentidos, casi logró que olvidara como respirar, su mirada profunda provocó una convulsión en cada célula, en cada
poro de mi piel, en ese instante mis
sentidos dejaron de pertenecerme, para centrarse completamente en ella… como
imán seguí cada movimiento que su cuerpo hacía al bailar, embriagada de su
perfume que invadía mi nariz, logró que estallara un incendio en mi vientre…
Capítulo
dos
Cada detalle insignificante de la vida
siempre pasa para formar un todo y darle respuesta a un por qué, en ocasiones
es difícil entender los caprichos que el destino nos tiene preparados, generalmente
renegamos de esas cosas inexplicables pero al final siempre vemos que todo
tiene su lugar y su tiempo…. Mi tiempo había llegado…
Después de ese sábado por la noche en el
que Ely fue el centro de mi vida, el eje que hizo girar mi mundo, instantáneamente
por una noche, esa chica me hizo olvidar que yo era una persona independiente, ella
sin tocarme logró que mi individualidad se perdiera en el limbo… antes personas habían tocado mi cuerpo pero
nunca habían hecho vibrar mi alma, Ely primero tocó mi alma antes de
concentrarse en mi cuerpo… yo estaba hechizada, extasiada con ella, cosa rara
sin pronunciar palabra alguna en toda la noche dejamos que lo que hablara fuera
nuestra alma por medio de nuestras miradas, por primera vez vi los matices de
sus ojos y ahora no era como daga que atraviesa lo más profundo del corazón,
no, más bien era como un calor abrazador que consume todos los miedos, las
dudas, hasta hacer que te sientas en casa.
Después de haber bailado un largo tiempo,
ella me sonrió de una forma que no le conocía, que era tan bella que no sólo
iluminaba su rostro, contagiaba de luz a quien le viera, me tomó de nuevo de la
mano y me guió a la salida, yo había llegado ahí en el auto de Dana, (Dana… que
Dana… quién diablos era Dana…. en ese momento apenas me acordaba de mi.) me
dirigió al estacionamiento, caminamos hasta llegar frente a una motocicleta y no
me di cuenta en qué momento sacó un casco de motocicleta, que me lo extendía
mientras ella colocaba otro sobre su cabeza, antes de subirnos al artefacto logré
articular una simple pero importante frase “¿A dónde me llevas?” su respuesta
fue una cálida sonrisa, nos subimos a la motocicleta negra deportiva y antes de
hacerla funcionar giró su rostro para decirme en un susurro con esa voz ronca
que me hacia estremecer “Quiero mostrarte las estrellas”…
Atravesamos la ciudad a toda velocidad,
sentía el aire caliente golpear mi rostro y un vértigo que me invadía , pero no
por la adrenalina de ir en una motocicleta a más 100 kilómetros esquivando el
poco tráfico que había en la ciudad a esa hora, sino por ir abrazada a ese
cuerpo fuerte y esbelto…
Después de un recorrido de cuarenta minutos
estábamos ya a la salida de la ciudad por la autopista, en una distancia donde
ya invadía la obscuridad y sólo se alumbraba el camino con la luz de la
motocicleta, además de las luces de los autos que venían a lo lejos, ella dio
vuelta en una brecha de terracería y empezamos a disminuir la velocidad por lo
complicado del camino, recorrimos probablemente una distancia de diez kilómetros o algo así hasta que llegamos
a nuestro destino, (tiempo después me di cuenta que eran bodegas en ruinas)
ella estacionó la motocicleta bajamos del artefacto, la penumbra hacia difícil
ver donde estábamos, Ely sacó una lámpara de baterías con la que iluminaba un
pasillo de piedra por el cual caminábamos tomadas de la mano siguiendo el círculo
de luz que despedía el aparato.
Entramos a una bodega que se veía bastante
espaciosa y sus muros eran muy altos, tal vez de unos seis o siete metros, debido
a la oscuridad resaltaban de sus paredes muchas estrellas fosforescentes que formaban
una guía que se extendía por todos los muros, al verlas, a mi me provocó una
sonrisa “Anda así que estas son las estrellas que me querías mostrar…. Mmm….
pues sí que son lindas” dije en tono irónico y con una media sonrisa en mi
rostro que dudo que ella viera, “Es un dibujo que yo hice hace tiempo, cuando
haya luz te lo muestro, lo que quiero que veas está arriba” iluminó una columna
que estaba a un costado del edificio, en
ella había incrustada una escalera de metal que llevaba al techo, me invitó a subir
con un gesto de la lámpara, así que mientras ella iluminaba tras de mí las
escaleras yo empezaba a escalar por el muro.
Al llegar una densa oscuridad golpeó mis
sentidos, con cautela di unos pasos tratando que mi vista se acostumbrara a la
penumbra, cuando giré mi rostro, me sorprendí
gratamente la vista era increíble,
por la altura del techo hacía que se vieran las luces de la ciudad, como
simples destellos de colores amarillos y blancos, cuando mi vista se alzo más
al cielo me sorprendió aun más, porque
por encima de esas luces artificiales se desplegaba un manto de
estrellas que por nuestra posición se alcanzaba a distinguir perfectamente…
Ella se ubicó tras de mí, sentía su
presencia, pero como ocurría habitualmente no mencionó palabra alguna, la noche la recuerdo muy cálida, un clima
bastante agradable, que aunado a lo que mis ojos veían era algo de verdad lindo,
en ese momento caí en cuenta que nunca
antes me había puesto a observar el cielo y cuando lo había visto no recordaba
haber encontrado tantas estrellas, en la ciudad eso es limitado o prácticamente
imposible de ver, pero ahí en ese lugar empecé a admirar la belleza que tiene
la oscuridad cuando hay un techo de luces que iluminan el cielo.
“Nunca
en mi vida me había detenido a observar el cielo” dije pensando en voz alta,
entonces sentí su mano que se extendía por mi vientre y el contacto de su
cuerpo tras del mío, por un reflejo recargué mi cabeza en su hombro coloqué mi
mano sobre la de ella, nuestras manos libres se buscaron y entrelazamos
nuestros dedos, su mejilla se recargó en mi sien, mis sentidos ubicaron de
inmediato la tranquilidad de su respiración, su piel sorprendentemente fría a
pesar del ambiente cálido y caluroso, esa sensación que expedía su cuerpo controlaba
el calor que invadía el mío, “Nuestros ancestros miraban el cielo y las
estrellas porque pensaban que ellas podían revelar el futuro, así que por eso
se preparaban mejor” su voz era apenas un susurro “¿Crees que para eso son las
estrellas?” Pregunté mientras analizaba
su frase anterior “No sé” dijo seguido de un largo suspiro “Pero sí creo que
cuando ves la noche negra y fijas tu vista no en lo oscuridad sino en la luz
que ilumina el cielo, eso puede quitar el miedo que trae la noche, porque sabes
que aunque la penumbra sea densa habrá un destello de luz que abriga esperanza
de que tarde o temprano llegara el sol” su respuesta me impresionó, era una
joven que no llegaba a los veinte años y su pensamiento era profundo o a mi me
lo parecía, después de esa pequeña conversación nos siguió un prolongado
silencio acompañado de la serenidad que contagiaba su presencia.
Esa noche comprendí esa frase trillada ‘Un
silencio dice más que mil palabras’, es verdad sin decir nada podía escuchar lo
que ella trasmitía, el fuerte palpitar de su corazón, lo pausado de su respirar
y la suavidad de sus pechos contra mi espalda, todo eso me trasmitía una paz
que no había experimentado antes, ahí, rodeada por su fuerte brazo, sentí que
había llegado al paraíso, no puedo recordar cuánto tiempo duramos quietas sin
movernos, lo que sí puedo decir es que ese momento aun ahora lo guardo en mi
memoria…
Cuando mi corazón y cuerpo habían logrado
acostumbrarse a su contacto y presencia giré para ponerme frente a ella,
alcanzaba a distinguir por la penumbra su silueta frente a mí, sin soltarnos de
las manos sólo alcancé a decir en un murmullo “Gracias” su respuesta a mi
agradecimiento fue algo que no esperaba, sentí sus labios rozando los míos, después
de la sorpresa inicial me entregué por completo al beso, mis manos soltaron las
suyas y las subí hasta envolver su cuello, porque sentía que si no me aferraba de ella mis
piernas no me sostendrían más, su aliento era fresco, como su piel, pero su
beso era ardiente, la sensación de explorar cada milímetro de su boca, de
recorrer y trazar con mi lengua la forma de sus labios fue inexplicable. En un
beso ella logró invadir mi corazón por completo, llenó el vacio que había
ocupado por mucho tiempo la soledad, en ese instante descubrí que mi mundo
dejaba de ser mi mundo y se convertía ahora en el de ella, es verdad, no sabía
nada de esa chica, sí, era una locura porque sólo la había visto en pocas
ocasiones, pero mi alma la reconocía como parte de ella, mi corazón había
encontrado lo que mi mente había soñado, a alguien que sólo con su presencia
lograra hacerme olvidar del tiempo, del espacio, de mi.
Nuestro regreso a casa, ya entrada la
madrugada fue como de costumbre con ella, en absoluto silencio, me acompañó a
la entrada de mi departamento, honestamente yo moría porque me acompañara
dentro… pero si algo aprendería después con Ely es que lo convencional y lógico
no aplican en ella, así que besó mi frente y se fue a su casa, tan absurdo como
pueda sonar ni un hasta luego me dijo, sólo el contacto de sus labios en mi
frente, eso podría desquiciar a cualquiera, entré a mi departamento con una
sensación extraña, sí, estaba sola en casa, pero no me sentía así por primera
vez en mucho tiempo…
Con el
beso que me dio esa madrugada logré llegar al cielo… Cumplió con su palabra,
esa noche Ella me mostró las estrellas por primera vez en mi vida, pero no las
que iluminaban la oscuridad sobre las nubes, sino las que por sus labios hizo
que mis sentidos vieran y palparan… esa madrugada mi cuerpo, mi mente y mi ser,
descubrieron un universo nuevo cuya llave eran los labios de Ely…. Vi las
estrellas pero mejor aun, encontré la luz de la esperanza que iluminó la
oscuridad de mi alma…
Capítulo
tres.
Alguna vez has sentido que no hay palabras
exactas para describir con precisión un sentimiento que invade el corazón, pues
exactamente esa sensación me pasa cuando intento describir lo que Ely provocó
en mi vida…
Ya era avanzada la mañana cuando abrí mis
ojos ese domingo, una emoción extraña me envolvía, ahí en mi cama entre las sábanas
revueltas y a pesar de estar sola no me sentía así, de pronto mis sentidos
empezaron a recordar el beso de Ely, estaba soñando despierta, sin yo
controlarlo la yemas de mis dedos descansaron sobre mis labios recordando el
beso de la noche anterior, increíble, yo mujer de casi 28 años de edad, me encontraba como
adolecente enamorada por primera vez de otra casi adolecente de 19 años (creo
que mi sonrisa era como la del payaso frustrado que molesta a Batman) hasta que
mi localizador sonó y me hizo regresar a mi realidad, me requerían porque el
fantasma había aparecido y había dejado como regalo un cuerpo. Me duché, me
vestí y salí corriendo lo más pronto que pude.
Después
de conducir veinte minutos llegué a una
casa que se ubicaba al norte de la ciudad, había policías que acordonaban el
área, Andrés me esperaba junto con Rayan,
entramos a la casa, subimos al segundo piso y en una habitación se
encontraba el cuerpo “Hombre de 65 años de edad identificado como David
Thompson, decapitado con un corte exacto en la base de la cabeza, calculo su
muerte entre las cuatro o cinco de la mañana, su cuerpo fue cuidadosamente
colocado boca arriba, su cabeza se encontró entre sus piernas con un pañuelo blanco
sobre ella, se desangró post mortem,” era la explicación del perito forense
mientras nosotros nos colocábamos unos guantes. La visión del lugar era
escalofriante, un charco de sangre en el piso que envolvía el cuerpo inerte sin
cabeza, había más manchas de sangre que se esparcían por donde el cuerpo había
convulsionado mientras sus terminaciones nerviosas se contraían por el impacto del
corte “Para poderlo colocar en esa posición, tuvo que esperar que el cuerpo
perdiera su movilidad ¿Cierto?” pregunté al perito “Así es detective,
dependiendo de la rigidez del cuerpo al momento del corte se podría llevar
hasta quince segundos” un escalofrió cruzó mi cuerpo “Esto es terrible, eso nos
dice que el asesino disfruta verlos morir” dijo Rayan “¿Cuánto tiempo le toma
matar a alguien así? o mejor aun ¿Por que ninguna de las víctimas trata de
defenderse?” fueron las preguntas que soltó Andrés mientras observábamos la
habitación “Él entró por la ventana, creo que él conocía la ubicación exacta de
la víctima, al entrar él despierta al señor Thompson, quien enciende la lámpara
de noche, se incorpora y camina hacia nuestro asesino que sin más le hace el
corte sobre el cuello” dije señalando los lugares en los que pensaba que pudo
haber pasado los eventos “La cabeza sale hacia el costado derecho, ó sea que el
corte fue de derecha a izquierda” mencioné señalando un camino de sangre que yo
supuse que había hecho la cabeza al salir volando “El cuerpo cae, ¿Qué posición
seria?” dije mientras veía al perito, “Probablemente pudo haber dado hasta dos
pasos hacia el frente y caer ahí, boca abajo” señalando un pequeño charco de
sangre, “Mientras el caía el pudo rodear el cuerpo para tratar de no mancharse
de sangre, recoger la cabeza, volver para jalar el cuerpo, colocarlo con sumo
cuidado boca arriba, dejar la cabeza
entre sus piernas, poner el pañuelo sobre esta y salir por donde entró” nos observamos “¿Quién encontró el cuerpo?”
pregunté mientras hacia unas anotaciones “Su hijo” respondió Rayan “Hay que
clasificar las huellas y ver si tenemos algo, además de descifrar porque escogió a este hombre” dijo Andrés.
En la
comandancia empezamos a investigar quien era en realidad David Thompson, resultó
que como las demás victimas, este había tenido problemas con la justicia, a
finales de los años ochenta había estado relacionado con un supuesto fraude de
una inversión a cientos de personas, dicha acusación no procedió. Después de
horas de meter datos a la computadora y completar el historial de la víctima, pedí
reunirnos para saber lo que tenían.
“Tenemos nueve víctimas en un promedio de 10 meses aproximadamente, el periodo de muerte entre cada uno, es
variable así que eso no nos dice nada” dijo Andrés mientras colocaba
fotografías en el pizarrón blanco que se ubicaba entre nuestros escritorios, “Lo
único que hemos encontrado que tienen en común estas personas son los problemas
con la policía en determinado momento de sus vidas” dijo Rayan
“El rango de edad va desde los 38 a los 70 años, hasta ahora todos son hombres
y aparentemente no tienen vínculos entre sí, solamente los une que fueron
asesinados de la misma forma y por el mismo individuo” comentó Andrés “Hay algo
que no hemos analizado del todo” dije levantándome “¿Por qué el psicópata elige poner los
cuerpos boca arriba con los brazos extendidos hacia donde estaba la cabeza y
las piernas abiertas? ¿Por qué pone un
pañuelo blanco sobre su cabeza?”
Guardamos silencio todos “¿Crees
que sea un fanático que realiza un ritual?” Rayan preguntó “No estaría de más investigar”
dijo Andrés “Eso ya sería mañana, esperemos que tengamos también los resultados
de las huellas encontradas en la casa de nuestra última víctima”.
Eran más de las 2 de la mañana cuando
salimos rumbo a nuestras casas, yo estaba agotada más de 12 horas buscando algo
que nos ayudara a atrapar a un sanguinario asesino me tenia agotada y bastante
estresada.
Estacioné mi auto en el lugar de siempre y
con un cansancio atroz arrastré mis pies, siempre acostumbraba usar las escaleras pero esta vez estaba tan
agotada que decidí ir por el elevador, cuando
estaba por cerrarse una mano lo impidió, ahí estaba ella de nuevo, entró, me
dedicó una sonrisa fugaz y se puso al lado mío, mientras oprimía en el teclado
del elevador el numero 5, como cada vez que la veía mis sentidos se alteraban,
mi cuerpo temblaba, mientras mi lengua
se quedaba pegada al paladar, mi respiración era lenta como si el aire a mi
alrededor fuese tan denso que no alcanzaba a incrustarse en mis pulmones y como
era una costumbre entre nosotras cada
vez que nos encontrábamos el silencio nos abrazaba dejando que sólo fluyera el
latido de nuestro corazón (creo que una película muda tendría más sonido que
nosotras cuando estábamos una frente a la otra).
Cuando llegamos a nuestro destino Ely se
quedó esperando a que yo saliera primero, pero yo no podía moverme ‘Que diablos me pasa’ era el reclamo que
mi mente le hacía a mi cuerpo ‘reacciona,
muévete’ pero mi cuerpo por alguna extraña razón no obedecía las órdenes de
mi cerebro, ella al ver mi nula voluntad para salir del elevador caminó hacia
afuera, recargó la espalda en la puerta para evitar que esta se cerrara, tomó
mi mano y me jaló hacia fuera, el contacto de sus dedos rodeando mi muñeca me
provocó leves temblores, su agarre era firme pero sin lastimarme, de nuevo ella
tomaba control de mi cuerpo, de mi mente, otra vez yo dejaba de pertenecerme,
mi voluntad se doblegaba por completo a la de ella… Caminaba como si fuese una
presa hipnotizada por el encanto del depredador…
Hicimos
un alto en la puerta de mi departamento, ella soltó mi mano, estaba perdida en
su mirada que no supe cuanto tiempo tenia ahí parada hasta que ella esbozo una
gran sonrisa, con su voz ronca hizo temporalmente que mi mente empezara a tener una leve
conexión con mi cuerpo “¿No piensas entrar a tu casa el día de hoy?... deberías… te ves bastante cansada” rompí el contacto visual, bajé mi cabeza para
evitar que ella viera mi sonrojo, metí mi mano en el bolso de mi pantalón y saqué las llaves
pero mi cuerpo no estaba del todo en sincronía porque las llaves resbalaron por
mis manos hasta parar justo a mis pies, Ely dio un paso al frente inclinándose
a levantarlas, se paró a mi lado y no sé como lo hizo pero adivinó cual era la
llave de cada cerradura, abrió la puerta quitó la llave y me la entregó “Hasta
mañana, que descanses” cuando dio el primer paso para irse a su departamento,
(no sé porque, ni como y de donde salió el valor en mi) mi mano envolvió su
brazo y le impidió seguir avanzando “Soy Alondra Salvatierra” Mi voz salió más
insegura de lo que yo hubiese deseado, ella me vio a los ojos con esa mirada
tan intensa que atravesaba y arrollaba a la persona en la cual su vista se
clavara “Se quién eres, mi abuela siempre habló mucho de la mujer que
amablemente le ayudaba a cargar los bolsos” hizo un movimiento con su brazo de
tal forma que mi mano terminó rodeando la suya “ Además de que la otra noche
conocí el sabor de tu boca…” dijo en un
susurro inclinando su cabeza como si no quisiera que nadie más escuchara “Soy Ely
Leen” y con suavidad estrechó mi mano “Much…” mi frase fue interrumpida cuando sentí su aliento golpear mi nariz y
sus labios chocar con los míos, su mano libre la depositó delicadamente en mi
cuello mientras que con la otra me acercaba más hacia ella, el tacto de sus
dedos era frio sobre mi cuello, pero en lugar de congelar mi piel la hacía
encenderse, yo me aferré a su cintura (una gelatina era más firme y fuerte que
mis piernas) me dejé arrastrar por el calor que empezó a invadir mi cuerpo (más
específicamente mi entrepierna). Como era habitual Ely tomó el control,
delicadamente con el peso de su cuerpo me hizo entrar en mi departamento
mientras con uno de sus pies empujaba la puerta para cerrarla, su beso era
feroz, sus labios recorrían mi boca con tanta pasión que me costaba respirar,
me separé de ella para tomar oxigeno (solté mis llaves en algún lugar de la
sala), el aire entraba con dificultad por mi nariz y noté que ella también
tenía ese problema, mi cuerpo había dejado de sentir el cansancio y el agobio
por el trabajo, ahora sólo sentía una necesidad de tener a esa mujer que estaba
frente a mí, sin pensar en más que en mi deseo, la dirigí a mi habitación en
medio de la penumbra mientras ella tras de mi rodeaba con sus manos mi vientre mientras
besaba y mordía mi oreja ….
Capítulo
cuatro.
La necesidad que embarga al cuerpo muchas
veces proviene del alma, saciamos al cuerpo, pero nuestra alma se queda con
hambre por eso siempre se siente el mismo vacio… Eso era lo que me pasaba, sentía
un placer corporal con todas las mujeres con quien había compartido mi cama
pero al poco tiempo seguía sintiendo esa soledad que envolvía mi ser.
Mi
cuerpo hervía de una excitación que no recordaba haber experimentado jamás, sus
manos frías separaron la blusa de mi pantalón, el tacto de la yema de sus dedos
que recorrían por debajo de mi camisa hasta subir y apoderarse de mis pechos
era indescriptible, su boca trazaba la longitud de mi cuello, sus pechos estaban
pegados a mi espalda y su pelvis chocaba contra mi trasero (aun ahora no sé
cómo pude mantenerme de pie) logrando aumentar más el calor en mi interior.
Estaba
fuera de mi, en otra dimensión paralela a la realidad, sin embargo sentía cada
caricia, cada movimientos que hacía, solo atine a mover mis manos hacia atrás
de su cuerpo, tome su trasero y lo empuje más hacia mí, tenía la necesidad de
sentirla en contra de mí, su piel pegada a mi piel, fundirnos y convertirnos en
un corazón, en un solo latido, gire hacia ella para poder buscar sus labios y
saciar mi hambre, los encontré, los saboreé, disfrute jugar con mi lengua
dentro de su boca, mientras mis manos atrapaban el broche de su pantalón, baje
la cremallera de sus jeans y los empuje hacia abajo, mientras sus habilidosas manos
se ocupaban de desabotonar mi blusa hasta lanzarla al piso, las prendas de ropa
fueron cayendo una a una al piso hasta que ya no hubo más barreras entre
nuestros cuerpos.
Ely empezó
a trazar un camino de besos por mi cuello por el centro de mis pechos, mientras
sus manos frías se apoderaban de mis pezones firmes por la excitación, sus
dedos los rodearon los estiraron a su antojo,
eso me provocaba un dolor extraño, pero a pesar de eso no quería que
parara, su lengua y boca siguieron bajando por mi cuerpo hasta recorrer mi
ombligo “vamos a la cama” mi voz salió en un susurro “Por favor” mi respiración
era entrecortada, pero sentía que de pie mi cuerpo no soportaría el placer que
ella provocaba, solo me sostenía mis dedos hundidos en sus cabellos, se puso de
pie y en la penumbra alcance a ver la mirada profunda que me regalo, el brillo
de sus ojos hizo que un escalofrió recorriera toda mi columna, me abrace a su
cuello mientras besaba su hombro, ella con una fuerza increíble me rodeo con
sus brazos por mi cintura, me elevo por el aire y camino conmigo hasta
depositarme en la cama con todo el cuidado del mundo, su cuerpo se poso sobre el
mío, sentí su piel fría frotarse contra la mía que ardía en llamas invisibles
que salían por los poros de mi piel, hundí mi cabeza a su cuello dando pequeños
besos a la suavidad de su piel, el aroma que ella despedía era deliciosa, me embriagaba,
envolví con mis piernas su cadera de tal forma que nuestros sexos se
encontraron, sus manos nuevamente se apoderaron de mis pechos y se ocupaban de
ellos con movimientos suaves pero precisos, allí en ese instante mi corazón
gritaba de felicidad, las emociones que sentía eran incontrolables mi cuerpo
empezó a temblar, mientras juntas cabalgamos al final de nuestra pasión, al
clímax de nuestro encuentro, apreté mis labios justo de debajo de su oreja pero
aun así no pude reprimir un gemido que salió de lo más profundo de mi ser,
sentí su cuerpo rígido por el placer que ella experimentaba, y cuando pensé que
no podía gozar más, ella traslado una de sus manos por el medio de nuestros
cuerpos y hundió sus dedos en mi interior, mis manos se apoderaron de sus hombros
para impedir que se separara de mi, el ‘ohhm
dios’ fue un grito de placer que desgarro mi garganta y seguramente escucharon
en todo el edificio pero no pude contenerlo...
De nuevo Ely me trasporto al cielo, me
hizo ver las estrellas y otra vez logro hacerme perder la conciencia olvidarme
de mí… En ese instante aprendí lo que
significa hacer el amor, no solo por un simple placer físico, sino por una
necesidad que nace de lo profundo del corazón, entregue lo que a nadie le había
dado, además de mi cuerpo le regale mi mente, mi corazón quedo habitado por
ella al completo le bastaron esas horas de pasión desbordada para lograr que la
amara por el resto de mi vida, cuando antes que ella apareciera otras mujeres
lo habían intentado por días, meses y hasta años...
Si
de verdad hice el amor, toque su cuerpo no con mis manos, lo palpe con los
sentimientos que me provocaba, le bese
no con mis labios si no con el calor que mi corazón expedía gracias a ella,
bebí de ella no para apagar la sed de placer, si no para zacear la sed de mi
alma… en mi cama rodeada por sus brazos, la soledad, la tristeza y el miedo
desaparecieron para siempre, le entregue a una mujer que prácticamente no
conocía todo lo que fui en el pasado,
todo lo que era en el presente y todo lo que sería en el futuro, confié
en ella a pesar de no haberla conocido lo suficiente… confié porque una parte
de mi, parecía reconocerla como algo que yo necesitaba, si en el futuro
llegaría mi arrepentimiento, que mas daba, lo que ella me enseño esa noche sin
duda valía el boleto a esta vida …
Capítulo
cinco.
El corazón es como un volcán, mientras
duerme es inofensivo y tranquilo, una simple montaña cubierta de hielo, pero
cuando despierta, provoca un estruendo que quema todo lo que se había creado a
su alrededor, con esa lava incandescente….
Al abrir mis ojos una agradable
sensación me invadía, había dormido tal vez dos horas o menos pero mi cuerpo
sentía una satisfacción que hizo que no tuviera problema al incorporarme. Ella
estaba acostada con su cabeza por encima de mi hombro su brazo frio descansaba
sobre mi abdomen y su respirar era profundo, giré mi rostro un poco para verla
a mi lado, me dio una sensación de paz absoluta tenerla cerca, Ely era un poema plasmado en carne y cuerpo,
su piel blanca emulaba al mármol, sus labios rosados perfectos estaban quietos
ahora, su cabello revuelto cubría la mitad de su cara, me dolía salir de la
cama, hubiese deseado tener más tiempo para quedarme a su lado pero mis
obligaciones ya me esperaban, con cuidado me deslice a la orilla y me fui
directo al baño.
Cuando salí del baño en mi bata, repare en
mi habitación, había prendas de vestir por todas partes, con cuidado tomé su
ropa la doble y la coloqué sobre la silla que estaba al entrar de mi cuarto,
tomé la mía y la deposité en el cesto de ropa sucia, fui a mi armario para
elegir mi vestimenta, terminé de arreglarme con sumo cuidado de no hacer un
ruido que la despertara, acomodaba la funda de mi pistola en mi cinturón cuando
vi que perezosamente se empezaba a sentar en la cama, me senté a su lado, besé
su mejilla “No te levantes es temprano”
ella tallaba sus ojos con sus dos manos y hacía un esfuerzo por abrirlos
“Ya te vas” (por más increíble que pueda parecer esa fue su primera frase
después de haber entrado a mi habitación) “Si, el deber me llama” dije
esbozando una sonrisa llena de ternura al verla, con mi mano acaricié su rostro
“Duerme otro poco”; deposité un beso en sus labios que ella correspondió con
mucha ternura, de nuevo estaba perdiendo el control, así que antes de que eso
terminara de ocurrir me separé, besé su frente y la vi colocar su espalda sobre
el colchón, cerrar sus ojos, instantáneamente su respiración se fue haciendo
más profunda, ver como se quedaba dormida me causaba una felicidad extraña.
Ya para salir de mi casa mientras buscaba
las llaves, me di cuenta que tenía mensajes en el contestador, levanté la
bocina oprimí la tecla y escuché -Alondra,
te me desapareciste, espero no te olvides de mi de nuevo, háblame para saber
que estás bien y para que me cuentes como te fue con la chica que te rapto,
besos- entonces recordé que Dana
me había acompañado aquel lugar, una risa se apoderó de mi, ‘increíble estoy perdiendo la cabeza por una
niña’ de pronto mi conciencia quería
despertar, pero decidí no darle mucho espacio, yo era feliz, me sentía ligera a
pesar de haber dormido un par de horas, me sentía viva, rebosante y eso era lo
que importaba.
El tráfico en las calle a esa hora de la
mañana era nulo, así que en menos de diez minutos ya estaba aparcando mi auto
en el estacionamiento; llegué, saludé a algunos compañeros que encontraba en mi
camino y decidí despertar de nuevo a mi cerebro para concentrarme en mi
trabajo, tenía un cadáver y no podía
permitir otro, así que debía moverme lo
más pronto posible para poner preso al loco maníaco corta cabezas que andaba
libre.
Mientras revisaba simbologías de ritos,
para diferentes cultos que involucraran decapitaciones en los registros, mis
compañeros aparecieron con café en mano listos para unirse al trabajo que nos
esperaba, “Buenos días” fue mi saludo a Rayan que se acercó a mi “Buenos, ¿Algo
nuevo?” negué con la cabeza, no había registros de nada parecido que incluyera
decapitaciones con pañuelo blanco, eso me estaba dando alguna sensación de
locura porque sentía que estaba armando un rompecabezas con muchas piezas
faltantes, además de no saber bien que figura formaría ese rompecabezas “Creo
que la clave está en las víctimas, debe haber algo que las una, en un punto en
sus vidas tuvieron que cruzarse con el fantasma” dije viendo a mis compañeros
“Hay que investigar mas allá de lo que dicen nuestros archivos, investiguemos
desde su niñez hasta ahora” ellos me veían con cara de enfado “Va a ser
tardado” dijo Andrés “Lo sé…. Pero no tenemos nada del asesino así que hay que
empezar a ver a nuestras víctimas como el camino que nos dirija al asesino, en esta ocasión hay que saber
quiénes eran ellos para descubrir quién es el Fantasma” dije poniéndome de pie
“Voy al laboratorio, y después con el jefe… empiecen con la primera y la
segunda víctima” les ordené mientras me alejaba escuchando sus protestas.
Ese día mi trabajo fue terrorífico, las
muestras del laboratorio de nuevo no indicaban nada, sólo el mismo patrón de
corte que coincidía con las demás casos, mi entrevista con el jefe me hizo
sentir más presión, él quería atrapar de inmediato al asesino, “Necesito un
experto en perfiles psicológicos” le dije, “Puedo hacerme una idea de las
características físicas que tiene o requiere el criminal para realizar los
homicidios, pero lo psicológico sabes que no es nuestro fuerte” el hombre de
más de medio siglo de edad, me miraba atento, “¿Sabes porque te elegí para este
caso Alondra?” su pregunta me sorprendió y no supe que responder “Eres una
mujer persistente, buscas la verdad por sobre todas las cosas y tienes el don
de ver lo que a muchos escapa, eres igual que tu padre” sus palabras lograron
que mi pecho se llenara de orgullo “Tengo a la Dra. Beeker lista para empezar a
trabajar con ustedes, es experta en comportamiento criminal y sé que puede
ayudarles” asentí con la cabeza mientras me ponía de pie “Lo mantendré
informado señor” di la vuelta y Salí de su oficina.
Cuando
llegué a mi escritorio me encontré con la ‘agradable’ visita de una mujer un
poco más baja que yo aunque con sus tacones alcanzaba mi altura, su cuerpo
torneado y atractivo estaba enfundado en un traje sastre oscuro, con falda a la
altura de la rodilla, su cabellera roja perfectamente bien acomodaba adornaba
ese rostro perfectamente bien maquillado y sus ojos azules resaltaban y
enmarcaban aun mas su belleza, Laura Beeker, se puso de pie al verme llegar y
con su habitual sonrisa me extendió la mano en forma de saludo “Doctora, que
gusto tenerla en mi equipo” dije a modo de bienvenida mientras nuestras manos
se estrechaban, “Buenas tardes Detective” dijo regalándome una sonrisa “Supongo
que el jefe ya le puso al tanto de los hechos” dije mientras me dirigía a mi
silla, “¿Qué necesitas para empezar?” comenté mientras con mi mano la invitaba
a tomar asiento “Los expedientes de los casos los estoy viendo ahora,
principalmente me gustaría que me pusiera al día de lo que han averiguado hasta
ahora y que me diga lo que piensa” puse mis codos sobre el escritorio mientras
la observaba “Son siete víctimas con la de ayer, todas asesinadas de la misma forma
como vera en las fotografías, sus cuerpos decapitados tendidos boca arriba, con
la cabeza entre las piernas y cubierta por un pañuelo, aparentemente las víctimas
no se conectan entre sí…” interrumpió mi comentario “Usted cree que hay
conexión verdad” asentí con la cabeza mientras continúe diciendo “Buscamos si
la forma de muerte era de algún rito de algún fanático religioso, pero no hay
nada relacionado, el corte es exacto y refleja un sólo movimiento, eso me dice
que es una persona entrenada, sospechamos que lo hace con una espada
perfectamente bien afilada, y creo que el móvil pude ser una venganza” ella
revisando las carpetas que había en mi escritorio “¿Un ninja?” dijo mientras
veía las fotografías “El victimario, sabe como entrar y salir sin dejar huella
o ser visto, además de que su procedimiento es limpio no deja huellas” analicé
en voz alta “Podría entrar en la categoría, al parecer es una persona que sabe
de artes marciales” ella cerró el folder y de nuevo me miró “La decapitación
como tal se puede interpretar como una sentencia de muerte piadosa” comentó
mientras se recargaba en la silla y cruzaba sus piernas “Lo que llama mi
atención es la cabeza, ¿Por que dejarla en medio de las piernas?, cubrir la
cabeza puede significar vergüenza, o impureza, el cuerpo extendido se deja en
señal de ofrenda, lo que no comprendo del todo es la colocación de la cabeza”
dijo dando un suspiro “¿Puede ser una firma?” comenté buscando respuestas a mis
propias inquietudes “Su comportamiento no es el de un psicópata como tal,
generalmente un asesino serial, sigue un patrón de victimas escogidas por
alguna situación que desencadena un comportamiento, aquí no veo eso, esto más
bien creo es algo personal, así que coincido contigo es alguien que su móvil es
la venganza” se puso de pie empezó a acomodar las carpetas en su maletín “Tengo
que analizar cada caso, para terminar de armar un perfil, espero más tarde ya
tener ya el perfil” con mi dedo pulgar e índice masajeé el puente de mi nariz
“Cuando tengas tu perfil reuniré al resto del equipo para empezar a formar el
expediente en forma integral” escuché como se alejaba por el ruido de sus
tacones.
Mi cabeza me empezó a doler con el
característico zumbido que siempre me provoca la presión y el estrés, por
increíble que pueda parecer a pesar de todo lo que estaba aconteciendo a mi
alrededor la presión de tener a un asesino suelto y con la consigna de
atraparlo, mi cuerpo parecía desconectado de mi cabeza, extrañaba la sensación
de tener a Ely cerca, en muy pocas horas ella se había apoderado de mí, y ahora
la extrañaba como si tuviéramos toda la vida juntas como si mi piel, mis
sentidos siempre la hubiesen tenido, yo quería de nuevo sentirla, Ely se convirtió
en una droga que me había hecho adicta a ella con sólo probarla una vez…. ‘por eso no es bueno enamorarse’ mi mente
contestó de forma automática a lo que mi cuerpo pedía, “Enamórame no, no, no, no” dije en voz baja
levantándome bruscamente de mi silla “Ve por un café y concéntrate Salvatierra”
me di una orden tratando de poner de nuevo a funcionar mi cerebro y el resto de
mis sentidos en el caso…
Ya cerca de las ocho de la noche y después
de investigar a tres víctimas mi cerebro no daba para más y creo que el de mis
compañeros tampoco así que decidimos dejarlo por ese día, después de informarle
a la doctora Beeker que continuaríamos el día siguiente, Salí con la firme
consigna de descansar y dejar de pensar en el fantasma y en la niña ladrona de
mi tranquilidad que habitaba en el departamento de enfrente…
Capítulo Seis.
Cuando conocí a Ely me di cuenta que el
corazón es el causante de la estupidez humana, pero también el que provoca la
más grande felicidad que uno puede vivir…
Tres días después de experimentar lo mejor
hasta ahora en mi vida, de padecer los estragos de la ausencia y de sumergirme en
el pozo de mis obligaciones, sentía que caminaba en círculos, la investigación
seguía de la misma forma sin descubrir quién era ese maníaco, Por otra parte Ely
se había desaparecido de la faz de la tierra (pero por desgracia no de mis
recuerdos) yo prácticamente había estado exprimiendo mi cerebro al máximo para
dejar de pensar en ella y de paso encontrar la fisura que nos permitiera romper
el círculo donde nos tenia atrapados el corta cabezas fantasmal.
El jueves por la noche más frustrada que
de costumbre, salí rumbo a mi casa con un dolor de cabeza insoportable, molesta
por el ultimátum que había recibido de mi adorado jefe y con ganas de
encontrarme a Ely para ahorcarla y ver si así me dejaba de torturar con su
recuerdo. Al llegar al edificio estacioné mi auto en el lugar de siempre, cuando
entraba escuché una voz femenina que gritaba mi nombre, al girar mi rostro me encontré
con la sonrisa y la silueta inconfundible de Dana que con botella de vino en
mano se acercaba hasta ponerse frente a mí, “Hola Al” me dijo meciendo la
botella que sostenía entre sus dedos “Necesitas una copa, tu cara me lo dice”
me comentó a manera de saludo, antes de ser estrechada entre sus brazos
“Supongo que no es mi necesidad de un trago lo que te ha traído hasta aquí”
dije frunciendo mi ceño “Extraño a mi amiga… eso… y que quiero saber cómo te
fue con tu cita” me dijo con su sonrisa contagiosa “Muy bien, ya me lo esperaba
pero te advierto que es probable que no tenga nada para acompañar tu vino” ella
me abrazo de forma cariñosa por la cintura y caminamos rumbo al ascensor…
Entramos en mi departamento, como siempre
que me visitaba con la confianza absoluta que se auto permitía, Dana fue a la
cocina mientas yo desparramaba mi cuerpo en uno de los sillones de la sala. Después
de escuchar los ruidos característicos que hacía mi amiga cuando se metía en la
cocina y tras algunos minutos de abrir y cerrar cajones salió por fin con dos
copas servidas de vino, llegó hasta donde me encontraba y estiró su mano para
entregarme una de las copas, se sentó en el sillón que se ubicaba enfrente, cuando
terminé de saborear el líquido y abandonar mi copa sobre la mesa que estaba al
lado, di un largo suspiro de alivio por el cansancio mental que cargaba, Dana
no pronunciaba frase alguna sólo me observaba contemplativamente con la sonrisa
que solía poner antes de dispararme con la lluvia de preguntas que
acostumbraba, “Suéltalas” le dije “Ohm después de que se termine de preparar la
pasta, que vamos a cenar” me dijo guiñándome un ojo; yo me enderecé en automático
y con cara de espanto total le dije “¡¡Dios mío!! Pensé que sólo era un
interrogatorio no me imaginé que venía con tortura incluida” mi comentario no
le hizo ninguna gracia porque de inmediato sentí que uno de los cojines de la
sala se estrellaba contra mi rostro mientras que, perdiendo toda su distinción
ella me ofendía con palabras impropias en una dama, seguida de otros dos
cojines que se estrellaban en mi cuerpo, cuando nuestras risas fueron menguando,
mi olfato alcanzó a reconocer el delicioso aroma que provenía de mí cocina,
“Vamos, a pesar de que no te lo mereces te voy a compartir un poco” me dijo
mientras caminábamos siguiendo el delicioso olor.
Al terminar de disfrutar la cena, empezó
la conversación que era uno de los motivos por los que Dana estuviera en casa “Ya
me vas a decir quién es la guapa mujer por la que me abandonaste” me dijo mirándome
fijamente mientras apoyaba los codos sobre la mesa y su barbilla sobre sus
manos enlazadas “Ely” le dije seguido de un suspiro involuntario “Mm Ely, wow” a
la vez que me hacia muecas en tono burlón “Si empiezas a burlarte de mí, no te
cuento nada” le dije con fingida molestia “Ok. Ok ¿A dónde se fueron? ¿Qué tal
estuvo? ¿La has vuelto a ver de nuevo?
¿A qué se dedica? ¿Cuáles son las intenciones q...?” yo moviendo mis manos en
señal de que dejara de hablar le interrumpí “Oye respira, vamos por partes, saliendo
del bar me invitó a ver las estrellas, así tal cual se escucha, después me
trajo aquí al departamento, y no, no pasó eso que tu mente sucia está pensando
esa noche…” ella no me dejó terminar la frase “Esa noche no, pero ya pasó ¿Verdad…? ¡¡Aja!!…
bien por ti, te hacía falta querida” ocultando
su sonrisa tras la copa de vino a la vez que tomaba aliento para la segunda
tanda de cuestionamientos curiosos “¿A
qué se dedica? ¿La piensas ver de nuevo? Y la más importante ¿Te gustó?” me encantaba la forma directa de ser de Dana pero
debo confesar que odiaba esa curiosidad excesiva aunque eso siempre lograba
hacer que me abriera y hablara las cosas que me acontecían, terminé el último
sorbo de vino que quedaba en mi copa y decidí acabar con su curiosidad “Es mi
vecina vive en el departamento de enfrente, tiene 19 años o algo así, no tengo
idea a que se dedica, supongo que estudia, intensiones de algo las desconozco
porque desde el lunes que salí de aquí y
ella se quedó dormida sobre mi cama no la he visto de nuevo, eso sin contar que
por alguna extraña razón a ella y a mí no se nos da la charla” con mi sentida
melancolía terminé el comentario “Y… estar con ella… me encantó” dije en tono
de completa derrota, Dana al escucharme sonrió tímidamente, me observaba con
absoluta seriedad “Vaya Al, esa chica sí que se ha colado en ti…. ¿Ya pensaste
que tiene apenas 19 años, y que nueve años de diferencia en este momento de la
vida puede pesar?” yo de forma inconsciente ante su comentario bajé mi vista a
un punto del mantel de la mesa y con una sonrisa triste le dije apenas en un
susurro “Si… Lo sé”
Después que se fue Dana, yacía en la cama
repasando la conversación que habíamos sostenido momentos antes ‘He puesto mis ojos en una niña de 19 años
bueno pero a mí que me pa...’ Mi pensamiento fue interrumpido por los
golpes fuertes que se escuchaban en mi puerta, aventé las sábanas, busqué mi
arma, caminé con suma precaución hacia la entrada, al asomarme por la
mirilla la vi del otro lado de mi puerta,
mi corazón empezó a palpitar a un ritmo acelerado, dejé el arma en la mesilla,
abrí la puerta de inmediato nuestros ojos se encontraron y alcancé a ver en
ellos la tristeza y el dolor más profundos que nunca antes vi en otra persona
en mi vida, algo dentro de mí se estremeció, un instinto de protección se
despertó, simultáneamente ambas dimos un paso al frente para que nuestros
cuerpos se encontraran con mis brazos rodeándola por debajo de los de ella
sobre su espalda, la abracé fuertemente al igual que ella también lo hacía, Ely
hundió su rostro en mi cuello y empecé a sentir sus lágrimás que mojaban y
quemaban mi piel, me embargó la desesperación más grande del mundo por no saber
cómo ayudarla, por desconocer que era lo que causaba su dolor y que era lo que
en ese mismo instante estaba quebrando su alma de esa manera…
Pasaron unos minutos hasta que su llanto cesó
y ambas aflojamos la intensidad del abrazo, nos separamos unos centímetros y
busqué de nuevo sus ojos pero esta vez evadió mi mirada girando su rostro de
lado contrario “Lo siento… yo… yo no debí venir” dijo en un susurro apenas
audible, cuando vi la intensión de comenzar a caminar lejos de mí, tomé su
brazo con firmeza y la hice que me viera, mi otra mano se apoderó de su cuello y
de forma simultánea su frente descansó en la mía “Shht No te disculpes…
quédate… permíteme cuidar de ti” le dije más que como una petición como una
súplica que nacía de lo más profundo de mi ser, ella rodeó mi cintura y en
perfecta sincronía caminamos dentro…
Capítulo
Siete.
En
el amor, el dolor siempre será compartido…
Había una necesidad que Ely no expresaba
pero que podía sentir bajo el tacto de mis dedos sobre su cuerpo, cuando
llegamos a mi habitación tomé su rostro entre mis manos y mis labios los
trasladé a sus ojos cerrados besándolos con sumo cuidado, sentí el
estremecimiento que ella tuvo al contacto de mis labios sobre sus parpados y en
un susurro desesperado le dije “¿Qué puedo hacer por ti? ¿Cómo te ayudo?” Ely
trasladó sus manos recorriéndolas desde donde las mías enmarcaban su rostro acariciando
la longitud de mis brazos hasta subir por mis hombros y apoderarse de mi cuello,
sin abrir sus ojos me dijo “No me dejes por favor… sólo por esta noche…
abrázame… si…” su voz ronca me hizo
erizar la piel, como respuesta a su pedido besé su nariz, sus labios castamente
para depositar un último beso en su mentón, empecé a desabotonar su camisa,
mientras ella permanecía quieta dejándome desvestirla, quité la prenda
dejándola sólo en su sujetador, abrí el cinturón que llevaba y continúe
desabrochando sus jeans, mientras maniobraba con la cremallera lentamente la
hice caminar hasta llegar al borde de la cama, la empujé con suavidad para que
cayera de espaldas sobre la superficie al tiempo que me arrodillaba a
desabrochar sus botas que saqué junto con sus calcetines, ella permanecía sin
hacer movimiento con sus manos al costado de su cuerpo, alzó las caderas cuando
bajé su pantalón y lo colocaba junto al resto de su ropa en un costado, besé su
abdomen torneado y fuerte admirando como se contraían y marcaban los músculos
bajo mis labios, subí a la cabecera de la cama junto con ella para colocarnos
sobre las almohadas mientras jalaba las sábanas para cubrir nuestros cuerpos,
ella se puso de lado frente a mí, pasó
su brazo por debajo del mío hasta posarlo en mi cuello para atraerme de tal
modo que mi cabeza descansara sobre su hombro mientras girábamos para que ella
quedara de espaldas y yo ligeramente sobre su cuerpo, “Voy a estar contigo,
cada vez que lo quieras” Ely me estrechó abrazándome más cerca de ella, besó la
coronilla de mi cabeza “Siempre” fue su respuesta a mi declaración, y así en la
comodidad de nuestros brazos cedimos al sueño que nos invadía.
Cuando empecé a tomar conciencia por la sensación
de una caricia lenta sobre mi espalda por debajo de mi blusa que trazaba los
huesos de mi columna, me encontré con el sentimiento de completa felicidad que
invadía mi ser, de pronto mis sentidos se percataron de la frescura de su
cuerpo, lo cálido de su respiración que se estrellaba contra mi frente, sin
darme cuenta mis labios se curvaron en forma de sonrisa “Creo que me va a
gustar despertar antes que tu” me dijo con su voz profunda “Por…” contesté adormilada, “Para poder ver esa
hermosa sonrisa tuya” abrí mis ojos rápidamente y me encontré con su mirada tierna
“Me es demásiado fácil acostumbrarme a ti” me dijo sin apartar su vista de mi,
la sonrisa en mis labios se incrementó más y besé su nariz “Eso es bueno o
malo” dije tímidamente, “Bueno para mí, no sé si sea lo mismo para ti” con las
yemás de mis dedos tracé el contorno de sus cejas posando mi mano sobre su
mejilla “Es bastante bueno, es la mejor forma de terminar una noche y comenzar
un día” apenas terminé mi frase cuando
sentí sus labios apoderarse de los míos, fue un beso intenso, profundo que
expresaba nuestra mutua necesidad y hambre compartida de poseernos, de reconocernos
de nuevo, mi piel estalló en llamás mientras mi respiración se agitaba
provocada por su beso, un fuego crecía en mi vientre esparciéndose por todo mi
cuerpo, sus manos hábiles vagaban por mi piel siempre tocando el lugar correcto
que me hacia estremecer y que explotara cada célula que conformaba mi organismo,
de nuevo esa chica me hacía olvidarme por completo de la realidad, abría ante
mis sentidos un universo desconocido que lograba hacer mi alma vibrar, mi cuerpo
convulsionar de placer y mi corazón rebosaba de alegría, otra vez Ely parecía
encontrar el camino que había extraviado de casa, mi hogar que ahora era ella.
Con los rayos de luz que comenzaban a filtrarse
por las cortinas del ventanal como sordos testigos de nuestra pasión,
iluminando débilmente nuestra piel fundida en una sola, a nuestros labios que como
carbones encendidos quemaban lo que besaban y nuestras manos posesivas con
caricias que derribaban las barreras que existían, conquistando el alma de la
piel que bajo el tacto de estas se entregaban a la pasión. Esa mañana de
viernes grabé en mi memoria cada milímetro de la suave piel que mi boca
recorría, cada reacción que ella tenía ante mi tacto al mismo tiempo en mi cuerpo
quedaron tatuados los caminos que sus labios crearon sobre mí, las caricias que
sus manos me entregaron hasta lograr perderme en el clímax que saciaba el
hambre de mi cuerpo y llenaba el vacio de mi corazón.
Después de hacer el amor, ducharnos juntas
y tomar un desayuno apresurado, quedamos en vernos más tarde porque Ely quería
mostrarme algo (como si el paraíso mostrado a mis sentidos no fuese suficiente).
Conduje rumbo a la estación sorteando el tráfico que ya empezaba abundar por el
horario y mientras manejaba de pronto mi mente por acto de magia empezó a unir
piezas del caso que estábamos llevando, de inmediato empecé a ver cosas que no
había analizado y a comprender en cierta forma la metodología del fantasma.
“Buenos días, perdón por la tardanza” dije a
modo de saludo a mis dos compañeros que ya me esperaban, tomé el teléfono, le
marqué a la doctora Beeker mientras los dos detectives me veían con sumo
cuidado, cuando apareció la doctora le pedí que se uniera porque creía
comprender lo que pasaba con el fantasma, ellos se sentaron mientras me paraba
en medio “Creo que hemos visto al fantasma de la forma equivocada, tomamos el
caso por el extremo incorrecto” dije mientras empezaba acomodar las fotografías
de las víctimás de forma diferente a la cronología de sus muertes, “Primera
víctima Adams Murray ex policía, Rayan tu investigaste a esta víctima dime la
causa por la que fue destituido de su cargo” Rayan tomó sus apuntes y empezó a
recitar “Murray fue destituido junto con otros 22 oficiales en la famosa limpia
del 92, fue acusado de corrupción, complicidad y nexos con la banda de los
rusos que operaba en aquellos años en la ciudad aunque esto último no fue
comprobado, ya que el oficial a cargo de la investigación fue removido antes de
que se llevara el juicio debido a que apareció un caso de vital importancia y
los sustitutos así como el fiscal tuvieron problemás con el caso ante los
tribunales, así que quedó libre” dijo Rayan, “Bien continua con la cuarta
víctima” Andrés tomó la palabra ya que a
él le había tocado investigar “Adrian
Méndez ex policía separado de su cargo en 1993 por actos de corrupción después
de seguirle una investigación interna, pero no se levantaron cargos ante juez” con
mis manos le hice parar, “La sexta víctima es también ex policía” dije “él fue
destituido por actos de corrupción que hizo a principios de los 90’s pero se
descubrieron hasta el 98” hice una pausa para señalar las fotografías “Las otras
tres víctimás fueron también en ese periodo de años acusados de estafa además
de sospechar que trabajaban para los rusos, pero todos salieron libres o
purgaron condenas menores ya que no se les pudo comprobar nada o por problemás
de presentación de los casos en los juicios” los tres me miraban aun sin
comprender al punto al que quería llegar y con cara de interrogación “Eso es
algo que ya sabíamos” dijo Andrés con frustración “Nómbrame los detectives
encargados de cada caso y los fiscales que presentaron el caso ante la corte
así como los capitanes que estuvieron a cargo de la policía en esos años” Rayan
dio un sobresalto “Dios” dijo “El capitán fue el mismo desde 1990, de hecho el
sobrevivió a la limpia por que en la investigación no se halló nada anormal en
su proceder, era el detective Scott, Francisco; el detective que presentó las
acusaciones formales en los 3 casos de los policías fue Antonio Robles ya que
él era de asuntos internos y los otros 4 por el detective Adrian Salvatierra”
Rayan hizo una pausa para mirarme antes de continuar “En los cuatro juicios
estuvo el fiscal Andrés Robles quien es ahora juez federal” Andrés se paró de
su silla de forma automática y me miró con ojos encendidos al empezar a
comprender cuál era el punto “en los 4 casos que el detective Salvatierra fue
removido lo sustituyó el detective Román Fuentes, a la vez que en el 1998 él también estaba en la junta de asuntos
internos cuando fue dado de baja Steve McQueen” dijo Rayan con una cara de
sorpresa e incredulidad, la doctora me miraba con cara de compasión como
diciendo lo que acabas de destapar es una caja de pandora “Estas tratando de
acusar a mi padre y al delegado Fuentes de algo, Salvatierra” me escupió Andrés
airadamente “Siéntate Robles” le dije con suma tranquilidad “Mi teoría es que
los cuerpos dejados a nosotros no es una simple venganza, es también una alerta
para que se abra una investigación de lo sucedido hace 16 años” dije con una
tranquilidad aparente “Quiero que empecemos a investigar más posibles expedientes
donde se involucre a personas que hayan trabajado con los rusos y que por pérdida
de pruebas o errores burocráticos fueron puestos en libertad” dije “Empecemos
con los ex policías que fueron investigados por el detective Robles y mi pa…” corregí
la frase “el detective Salvatierra en aquellos años” cuando se ponían en camino
“Detectives esto se debe manejar con sumo cuidado, por ningún motivo debe salir
a la luz ¿Quedó claro?” ellos asintieron y salieron a su lugar de trabajo giré
mi vista para encontrarme con la de la doctora Beeker “¿Qué opinas doctora?”
ella me dio una mueca hecha sonrisa “Creo que te vas a meter en muchos problemás”
acomodó el cabello con su mano y continuó “Empiezo a ver las piezas que faltan
del rompecabezas, no es un psicópata serial como tal, simplemente sigue un
mismo modus operandi para llamar la atención, si los hubiese asesinado de otra
forma, los casos pasarían como un simple ajuste de cuentas, hechos aislados,
pero la forma de acomodar el cuerpo en todas las víctimás nos hizo buscar la
conexión, es una persona que clama por justicia, y que quiere impedir en este
caso que el juez Robles y el delegado Fuentes se vuelvan aun más poderosos de
lo que ahora son” me senté en una de las sillas estiré las piernas y solté el
aire “Aun no tenemos nada, del fantasma, le hemos dado respuesta a una de las
preguntas que era el por qué matar a esas víctimás, ahora lo que nos falta
saber es a quien va intentar matar la próxima vez y la más importante cuál es
la identidad del fantasma” me puse de pie, tomé las copias de los expedientes “Voy
hablar con el jefe”…
Capítulo
Ocho.
Un día un sabio hombre me dijo ‘La justicia cuando nunca se hace por mano
propia no consigue traer la paz al espíritu, pero si se intenta por propia mano
cambia de nombre y se llama venganza’…
El capitán Genaro Barra un hombre de 56
años, con su cabello que denotaban canas más por las presiones del trabajo que
por su edad, enfundado en un traje negro con el nudo de corbata flojo por el
tenor de nuestra conversación, me miraba con su ceño fruncido y con un brillo
especial en sus ojos que no sabía cómo interpretar “Esto que me estas
presentando es una conjetura muy grave porque si lo que creemos es verdad,
habría actos de corrupción y complicidad con delincuentes de bastante peso” el
hombre se recargó en su silla mirando las carpetas en su escritorio “El
delegado Fuentes, se perfila para ser candidato para gobernador el próximo año,
el juez Robles se alista para ser el magistrado de justicia del estado, si eso
pasa tendrían inmunidad, el ex capitán Scott ya falleció así que las leyes
divinas se encargaron de él” dio un suspiro “Y su punto sería…” el dio un golpe
en el escritorio interrumpiendo mi frase “Sabía que eras la persona indicada
para este caso, pero no me imaginaba que este delincuente ayudaría a destapar
algo así…” dijo perdiendo su mirada en los recuerdos, “Yo era parte del
movimiento del 92 Alondra, junto a tu padre y otros policías honorables
luchamos para que se limpiara y persiguiera a los corruptos que manchaban el
prestigio que un policía debía tener… en aquellos años la ciudad era una
pesadilla los rusos tenían controlado prácticamente todo, nosotros los policías
no podíamos hacer nada porque la organización estaba corrupta, cuando se hizo
la limpia generalizada de altos mandos y compañeros en el servicio, lo celebramos
por todo lo alto aunque después batallamos para que la gente confiara de nuevo
en nosotros como organización, dimos por entendido que la corrupción había
terminado y modificamos el formato judicial en el estado, por supuesto que
cosas como estas podían pasar, pero si pasaban de forma aislada no serían parte
de un todo como ahora…” él me miró fijamente “Tengo que tomar decisiones
concretas y rápidas para llegar hasta las últimas consecuencias, ya sea para
probar las inocencias de Robles y Fuentes o para llevarlos ante la justicia” dijo
posando sus brazos sobre el escritorio metálico “Andrés y tu están fuera del
caso” tras escuchar su orden una rabia incontrolable invadió mi organismo,
cerré mis manos en forma de puños para controlar la ira que empezaba a cegar mi
sentido común “Comprendo lo de Andrés perfectamente pero sus motivos para
excluirme de esto ¿serían?” Él me miró fijamente “El juez Robles también es tu
familia” me levanté bruscamente “¿Está seguro que es eso señor?” dije con toda
la mala intención que pude “No voy a permitir que me faltes al respeto
Salvatierra… los dos están fuera del caso es mi última palabra… no quiero suspenderte
así que sal ya de mi oficina” apreté los dientes para contener la réplica que
tenía en la punta de la lengua, tensé mi cuerpo lo más que pude para que el
enojo no me hiciera cometer alguna tontería, salí de la oficina con paso rápido.
Rayan se acercaba a mí cuando me vio salir de con el capitán para preguntarme
no sé que cosa “Dirígete con el jefe Romo, estoy fuera del caso” sin escuchar
el resto de su comentario me dirigí al estacionamiento, entré a mi auto y
conduje rumbo a casa, había sido retirada de mi última asignación eran ya las 2:30
de la tarde y seguramente hasta el lunes tendría una nueva tarea, llevaba encendido
mi localizador así que si me necesitaban para algo me llamarían, aunque en ese
momento ser responsable, con el enojo que cargaba era lo menos importante.
Después de hacer un alto para comprar
algunos víveres llegué al edificio, estacioné mi auto, tomé los paquetes con
mis compras, subí las escaleras y cuando giré para empezar a caminar por el
pasillo tropecé con la mujer de mis sueños, la culpable de mis torpezas y la
causante de mi demencia, a diferencia de la primera ocasión en que la arrollé
(elegantemente) con mi cuerpo, esta vez ella me sostuvo por la cintura para que
no cayera, pero eso no evitó que mi despensa saliera disparada por los aires,
su sonrisa instantáneamente hizo que olvidara mi rabia, a forma de saludo
depositó un beso en mis labios y se inclinó para ayudarme a recoger lo
esparcido “¿Ya comiste?” me dijo cuando levantábamos el último paquete “No,
apenas venia pensando que preparar” comenzamos a caminar hacia mi departamento,
ella amablemente me ayudaba con los bolsos “Te invito a comer, hay un lugar
cerca que preparan comida deliciosa” me miró con esa sonrisa causante del calentamiento
global (porque derretía iceberg sin problema alguno) “Una buena comida nunca se
desprecia”, respondí mientras abría la puerta de mi casa, guardamos las cosas
en el refrigerador, me quité la funda con la pistola que llevaba en mi cintura,
para guardarla y salimos al lugar prometido….
El local era acogedor y con un aire
bohemio, las mesitas rústicas y la decoración era encantadora, la comida
deliciosa, el ambiente impregnado de tranquilidad ideal para conversar y lo que
coronaba todo, era su presencia que hacía más perfecta la tarde, como era
costumbre entre nosotras el silencio predominaba, pero no ese silencio incómodo,
este traía consigo tranquilidad y contagiaba de paz, su mirada intensa la
mayoría del tiempo buscaba mis ojos haciéndome perder en ellos, disfruté de la
comida como hacía tiempo no ocurría, la tensión de mi espalda desapareció como
por arte de magia, ella logró hacerme sentir en la luna con su serenidad y su
sonrisa.
Cuando terminamos de comer, ella tomó mi
mano, automáticamente entrelazamos nuestros dedos y nos dispusimos abandonar el
lugar después de pagar la cuenta, yo caminaba un paso detrás de ella sorteando
las mesas que estaban en el camino rumbo a la puerta, cuando de pronto apareció
ella, una mujer no mayor a los 22 años, delgada un poco más baja de estatura
que yo, con los cabellos color violeta, un piercing en la nariz, un maquillaje muy
cargado de tonalidades oscuras y una vestimenta bastante exótica,
instantáneamente sentí un zumbido en mi cabeza, el corazón se me contrajo hasta
quedar del tamaño de una uva (pero uva pasa) cuando vi que la chica salida del
peor comic japonés que pudiera existir, besó sin pudor alguno a Ely, con toda
la naturalidad que pude aparentar solté mi mano de la de ella, después de… creo
tres segundos en los que la chica seguía colgada del cuello de Ely (a mi me
parecieron minutos, pero supongo era por mis celos) pasé por un costado de
ellas y me dirigí a la salida tratando de fingir lo más posible que no me
afectaba la escena, aunque por dentro sentía que cada órgano que conformaba mi
estructura sufría bombardeos además de que mis intestinos habían empezado una
guerra entre sí que según parecía los estaban llevando hasta el exterminio
total.
Sí,
me estaba muriendo de celos por una niña de 19 años, que para colmo de males no
conocía del todo bien o mejor dicho no conocía en absoluto, si con Ely había
compartido las dos madrugadas más especiales de mi vida, pero eran de mi vida,
yo no sabía si eso era correspondido por Ella, que por lo que acababa de ver
con esa exótica mal ubicada probablemente para ella habían sido dos noches más
y ya… caminé por la acera con mis manos apretadas en los bolsillos de mi
pantalón, tratando de recordar y poner en práctica todo el entrenamiento recibido
en la academia durante mi formación como policía para ocultar el torbellino de
emociones que me estaban matando de forma lenta, muy, muy lenta…
Capítulo
Nueve.
Para
distinguir y valorar la felicidad, se debe pasar por el dolor y el sufrimiento…
Con
una decepción que embargaba mi alma, acongojaba mi cuerpo y trastornaba mi
mente, caminaba rumbo a no sé donde, cuando de pronto sentí una mano fría que
se apoderaba de mi brazo deteniendo mi caminar, me quedé inmóvil hasta que Ely
se paró frente a mí, traté de mostrarme lo más serena y neutral posible “¿Qué
pasa?” el destello de sus ojos mostraban algo que no sabía descifrar lo que era
“No es lo que piensas…” no me di cuenta que interrumpí su frase “Y que crees
que pienso Ely” le dije en el tono más casual que pude (no estoy segura de
haberlo logrado) “Ella… no es nadie… digo… importante… ya sabes…” me encogí de
hombros “Yo tampoco soy alguien importante” ella soltó mi brazo “No te
preocupes, no tienes por qué darme explicaciones, tu y yo sólo hemos compartido
un par de noches y nada más” creo que esa frase fue bastante inadecuada además
de mentirosa, por la expresión que tomó su rostro creo que no la dije con la
convicción que intentaba dar “Nada más… ya, es todo… no te importa si otra
mujer se para aquí y me besa ahora mismo” su tono de voz era apagado “Es asunto
tuyo, no mío” dije con aparente indiferencia “Entonces si no te importa ¿Por
qué saliste del restaurante?, me hubieras esperado para salir juntas” y ese
comentario me dejo K.O. ‘que lista, esta
no me la esperaba’ fue mi pensamiento, así que no me quedó remedio que
admitir mi derrota y sonreír de vergüenza por ser atrapada infraganti “Que es
lo que quieres que te diga Ely, que me muero de celos porque esa tipa se
atrevió a posar sus manos en ti, que no sé por qué carajo siento estos
estúpidos celos, si tú y yo no somos nada… ¡Por Dios! ni siquiera te conozco lo
suficiente para sentir esto que me quema por dentro” cuando terminé mi frase y
escuché lo que le dije, mi mente se puso en blanco y mi mandíbula se quedó
trabada (bastante tarde debo admitir) me quedé quieta, sin saber cómo quitarle
importancia a la declaración hecha, Ely puso su expresión más seria, sus
hermosos ojos destellaron un brillo particular, dio un paso hacia donde me
encontraba congelada, una de sus manos llegó a mi cuello mientras que con su
otro brazo rodeaba mi cintura y me pegaba más a su cuerpo, vi la intención en
sus ojos y acerqué mis labios a los suyos… me gustaría ser capaz de expresar
con palabras lo que ese beso provocó, fue tan cálido, lento, dulce, cargado de
una ternura que oprimía mi pecho, mis manos las trasladé una a su cuello y la
otra se perdió entre su cabello, no tengo idea cuanto tiempo duró nuestro beso
o a cuantas personas le obstruimos el paso en la acera, en ese momento sólo
importaba el contacto de sus labios en los míos, el sabor de su boca, las
caricias de su lengua los mordiscos leves que le daba a mi labio inferior, la
cercanía de su cuerpo y la suavidad de sus cabellos en mi mano, mis sentidos
estaban tan despiertos, mi mente contrariamente se encontraba completamente
dormida y mi cuerpo parecía que flotaba en algún sitio lejano al planeta
tierra, entonces comprendí que no había vuelta atrás que ya estaba perdida en
ella, aceptar eso provocó un torbellino que me despertó repentinamente por
completo de lo que acontecía, una tristeza se apoderó de mi corazón y me
obligué a retroceder para caminar en dirección contraria a ella que me veía con
su rostro desencajado sin comprender el cambio en mi actitud.
Caminé cerrando mis oídos a su voz que me
hablaba, callando la necesidad de mi piel que me pedía a gritos estar cerca de
ella, ahogando el palpitar fuerte de mi corazón que latía de amor, avancé con
un ardor en mis ojos que contenían las lágrimas que amenazaban con asomarse a
la superficie, me alejé sin importar que muy probablemente mi acto pudiera
herirla.
Después de un prolongado tiempo que vagué
por las calles me percaté que estaba cerca del Parque del Sol, me adentré en el, busqué un sitio lo más
lejos de todas las personas que disfrutaban de la tarde en ese lugar, llegué
junto a un árbol me senté sobre el césped, recargué mi espalda en el tronco,
doble mis piernas, las abracé con mis manos, hundí mi cabeza en mis rodillas y
dejé salir el llanto que tenía dentro, lloré porque al darme cuenta que la
amaba el sentimiento había roto todas las barricadas que había construido a lo
largo de mi vida, lo que acababa de acontecer había revivido todo el dolor que conservaba
enterrado en mi interior, mis lágrimas salían porque prácticamente toda mi vida
había sobrevivido en soledad… cuando perdí a mi madre era una niña tan pequeña
que no comprendía aun cuanta falta me haría en el futuro, porque con el paso de
los años que veía a mi padre padeciendo la ausencia de ella algo en mi interior
se quebraba y tiempo después que murió él, mi corazón se había apagado como
protección para no sentir más, pero ahora ella despertaba lo que durante toda
mi vida permaneció sumergido en lo más profundo de mi corazón, lo tenía todo
ahí dentro, en algún lugar escondido sin darme cuenta y Ely con su ternura lo despertó
así sin más.
En
ese lugar vacié todo lo que había martirizado mi alma calladamente, cada
sentimiento de dolor y ausencia que tenía lo saqué con cada lágrima que mis
ojos derramaban, cada sentimiento que no había sacado y que por mucho tiempo
había ocupado un lugar en las profundidades de mi ser salía sin poder
contenerlos por más tiempo, salían para darle entrada por completo a Ely, a su
amor que en ese momento limpió mi corazón para poderlo habitar por completo y
sin restricciones, tan incongruente como pueda sonar, esa tarde un peso gigante
se apartó de mi espíritu, la opresión que no me había dado cuenta que cargaba
se desvaneció y mi mente se aclaró para darle la bienvenida a la paz absoluta
que después de la tormenta ocasionada en mi interior procedía a invadirme…
Capítulo
Diez
Amar implica olvidarse de uno por completo
para concentrarse en las necesidades que nuestra amante necesita…
Pasó mucho tiempo en el que ya no lloraba
pero aun así seguía en la misma posición bajo la sombra de aquel árbol a una
orilla del parque, cuando abrí mis ojos me di cuenta que el atardecer ya era evidente
y que en muy poco tiempo se metería el sol por completo, así que decidí que era
tiempo de regresar a casa, cuando intenté levantarme me sorprendió que unas
manos se extendieran frente a mí con la intención de ayudarme a ponerme de pie,
levanté mi vista para verla justo enfrente con su rostro tranquilo y su mirada
suave que me contemplaba, en ningún momento de mi loca travesía me di cuenta
que ella me seguía, menos que Ely todo ese tiempo me hubiera visto llorar; con
un leve temblor extendí mis manos para apoyarme en ella hasta quedar de pie;
Ely con notorias dudas dio un paso junto a mi rodeando con sus brazos mi
cintura, en respuesta a su gesto recargué mi sien en su oreja y acepté la
calidez de su abrazo porque lo necesitaba, ella tiernamente giró su rostro y
besó mi sien, despegué mi cabeza hacia atrás para ver sus hermosos ojos, cuando
fijé mi vista en ellos encontré la comprensión que necesitaba, como era
costumbre entre nosotros nos envolvía un silencio donde sólo reinaban nuestros
corazones palpitando. Segura estoy de que ella entendía lo que me pasaba, en
ese instante contar sólo con su presencia me bastaba para sentirme de nuevo
fuerte.
Con mis sentimientos en orden, mi cabeza
despejada y mi corazón más tranquilo emprendimos el regreso a casa, cuando
salimos a la calle Ely paró un taxi, le dio la dirección para llevarnos de
regreso al edificio, sentadas en la parte trasera del vehículo yo acomodé mi
cabeza en su hombro y ella me rodeaba con su brazo, fue entonces que me di
cuenta que había caminado una distancia muy larga cuando la locura se apoderó de
mi.
Bajamos del taxi después de pagar el
viaje, entramos al edificio tomadas de la mano y abordamos el elevador hasta
nuestro piso, ella abrazándome por la cintura me dirigió a la puerta de su
departamento, me regaló una sonrisa y un beso antes de introducir las llaves
para abrir la puerta, cuando entramos a su casa de inmediato noté que era
bastante más espacioso que el mío, además de lucir impecablemente ordenado,
junto a la puerta observé un altar pequeño que tenia fotografías, ella se dio
cuenta que mi vista había notado las fotos que colgaban de la pared en cuadros
sencillos de cristal, al pie de estas se encontraba una mesa de madera que
contenía en medio un jarrón muy hermoso de porcelana que servía de florero y en
el cual se hallaban unos crisantemos blancos, a cada lado del jarrón se ubicaban
unas tablas de madera con escritos en chino, que obviamente no entendía, acompañadas
de unas varas de incienso, bajo de estos en otro apartado de la mesa había una
especie de funda de piel en forma de media luna que parecía sustentar una
espada sostenida por una base de madera “Es mi familia, los dos primeros son
mis abuelos, del lado derecho esta mi padre, la del otro costado es mi madre y
en el centro de los dos mi hermano pequeño” seguí con la vista cada fotografía
estudiando sus rostros e inmediatamente me di cuenta que los 5 eran orientales,
cuando le conocí y supe que era la nieta de la señora Leen pensé que la madre
de Ely seria occidental y por eso ella también lo era, pero ahora que me decía
que esa mujer de la foto era su madre me sacó un poco de balance aunque decidí
que si había algo que conocer de su origen ella me lo contaría llegado el
momento, así que sólo asentí con la cabeza, ella adivinó mi pensamiento “¿No me
vas a preguntar por qué no me parezco a ellos?” analicé su expresión y viéndola
comprobé que no era ese el momento para hacer esa pregunta, me acerqué a ella,
tomé su mano besándole la palma “Creo que ahora no es el momento, algún día
espero estar preparada para escucharla” ella trasladó mi mano hasta su corazón,
bajo mi mano podía sentir el palpitar que salía de su pecho “No quiero tener
secretos, me gustaría poder contarte la verdad” su voz contenía una carga de
duda y dolor además que los matices de sus ojos eran como remolinos que
parecían delatar algo que la lastimaba “Ni yo quiero tener secretos, eres muy
importante para mi Ely ¿Te sientes cómoda ahora para contarme?” ella cerró los
ojos y negó con la cabeza “Entonces yo te voy a esperar lo que sea necesario,
cuando estés lista te voy a escuchar, ahora lo que importa es que estamos aquí
juntas” Ely asintió con la cabeza, besó mi frente y yo me aferré a ella en un
abrazo, debo confesar que me dio incertidumbre conocer que era aquello que le
lastimaba y que seguramente tenía que ver con sus lágrimas de la noche
anterior, pero también estaba otra parte de mí que me decía que si una vida
tendría que esperar para conocer su verdad, lo esperaría paciente.
El resto de la tarde lo pasamos viendo en
su sala ‘una boba película de amor’ (así es el título de la cinta) que yo por
el cansancio no terminé de ver porque el sueño me venció a la mitad… Al
despertar me di cuenta que seguramente la película se había terminado bastante
tiempo atrás, mientras yo me percaté que estaba recostada en el regazo de Ely;
su mano daba leves masajes a mi cabello, la contemplé tranquila sentada viendo
la tv a un volumen bastante bajo.
-Perdón
me quedé dormida- dije con sentida pena
-No
tienes por qué disculparte, ¿Te desperté?
Me senté
a su lado y estiré mis brazos…
-No
para nada, Dios... que rico dormí- me incliné hacia ella y besé su cuello justo
debajo de su mandíbula
-He
pedido pizza con doble queso y otra hawaiana, tengo cervezas en el congelador,
espero que te apetezca cenar eso- me dijo con una sonrisa
-Mmmm
suena delicioso
Ella
tomó mi rostro…
-Entonces…
¿Si es verdad?- levanté mis cejas interrogativamente-Que la comida preferida de
los policías es pizza y cerveza para acompañar- me dijo con su sonrisa
triunfante
-Ja-ja-ja
¡Qué simpática! no quiero imaginar que mañana me invites a desayunar donuts con
gaseosa de cola- le dije devolviendo la sonrisa
-Huy
se me arruinó el desayuno sorpresa chin- dijo haciendo un movimiento con su
mano al aire como si estuviera molesta.
Nuestra
cena fue lo más divertido que puedo recordar, resultó que Ely bajo su fachada
de chica frívola y gruñona tenía un sentido del humor exquisito, nuestra conversación
fue abriendo brecha para empezar a conocernos más, me habló de sus gustos por
el arte que era lo que estudiaba en la actualidad, de la música preferida de
ambas, nuestros pasatiempos, le expliqué por qué decidí ser policía y ella me
contó sus razones para decantarse por el arte y así pasó nuestra velada entre
miradas de complicidad, risas compartidas y deseos desbordados.
Ely
había llegado a mi vida como si fuese un huracán, con una fuerza sobrenatural
que arrasó con todo lo que se encontraba a su paso, pero en lugar de provocar
destrucción me hacía la mujer más feliz del mundo, me moría por decírselo pero
no quería apresurar las cosas, ella no me había mostrado aun si su interés por
mi era más allá de la gran atracción mutua que existía, así que había decidido
disfrutar de ella lo que durase nuestra locura, aunque en esos momentos no
sabía que la paz y la felicidad solo duraría un par de días...
Capítulo
Once.
El anhelo más profundo en la vida es amar
y ser amado, pero también se debe ser consciente de que el camino no será
siempre sobre un lecho de rosas; llegará el momento en el que los pétalos se
acaben para dar comienzo a las espinas…
El sábado pasamos todo el día y parte de la
noche literalmente sin salir de la recamara, ese día ella se convirtió en mi
mundo, el centro de mi existencia, bien había podido haber una catástrofe
mundial sin nosotros darnos cuenta, con esas horas compartidas confirmé lo que
desde el principio cuando me sumergí en la profundidad de sus ojos había
descubierto en mi interior, yo nunca más sería igual sin ella…
Habían ocurrido tal vez dos o tres horas de
quedarnos dormidas ya entrada la noche del sábado, cuando siento una sensación
húmeda en mi oreja que logró traerme de los dominios de Morfeo a la oscuridad
de la madrugada, supongo que mis gesticulaciones cuando protestaba eran divertidas
por las risas que Ely tenía, cuando me despejé por completo la vi en la
penumbra apoyada en uno de sus codos
-¿No
es muy temprano para empezar hacer el amor?- dije estirando mis brazos sobre mi
cabeza-¿Qué eres una bestia insaciable?
Su
risa provocó en mí una sensación que arrastró el cansancio que podía tener.
-No
te he despertado por eso… En realidad quiero mostrarte algo- me dijo mientras
se levantaba de la cama y buscaba nuestras ropas del lugar donde habían caído
para no ser reclamadas mas por el resto del día hasta ese momento. Con toda la
pereza del mundo me vestí ‘Eso me pasa
por fijarme en una jovencita de 19 años, que no le afectan las desveladas’ eran
los reclamos que mi cuerpo cansado gritaba en mis pensamientos.
Bajamos al estacionamiento por el ascensor
(por qué yo me negué a usar las escaleras), abordamos la motocicleta de Ely y
comenzamos la travesía por las calles prácticamente desiertas, mientras
avanzábamos caí en cuenta hacia donde nos dirigíamos, un trayecto de cerca de
40 minutos y estábamos tomando la brecha de terracería que nos conducía al
lugar donde me llevó aquella noche mágica después de salir de aquel bar.
Cuando estábamos en el techo de la bodega,
me dirigió a una de las orillas para sentarnos
-Perdona
mi curiosidad… pero… ohm… ¿Que es lo que quieres mostrarme?- le dije al no ver
intensión en ella de explicarme
-Oh
claro… quiero que veas el amanecer, es muy bello ver como se asoma el sol atrás
de las colinas aquellas y a la vez fijarte como la luna se pierde a lo lejos en
la ciudad- dijo señalando con cada uno de sus brazos. Yo me quedé
contemplándola detenidamente porque no sabía qué hacer, si agarrarla a besos o estrangularla…
-Ely,
cielo, son las 4 de la mañana, el sol sale aproximadamente entre las 5:30 y
6:00 hrs.
Ella
interrumpió mi frase, tomó mi mano entre las suyas, pegó su cuerpo más cerca
del mío…
-Lo
sé… no te duermas ¿Ok?
Definitivamente esa chica me descolocaba
siempre
-O…
ok- y ahí me quede sentada junto a ella tratando de entender la lógica de
esperar una hora y media para que salga el sol cuando bien me había podido
dejar dormir mínimo una hora más, así que sólo encontraba dos explicaciones, la
primera que yo tenía muy poco sentido del romanticismo y la segunda que a los
28 años después de una actividad sexual intensa dormir es muy necesario para el
cuerpo…
Sentada a su lado hice un esfuerzo
sobrehumano para no sucumbir ante el sueño, además que no ayudaba mucho que ella
no hiciera por empezar una conversación, pero la eterna espera de verdad valió
la pena, ver a lo lejos como se asoman los primeros rayos de luz mientras las
tinieblas empiezan a ceder y la luna se desplazaba para dejar su lugar al astro
rey es espectacular aunado a que ella estaba ahí junto a mí tomando mi mano
-Ver
un nuevo día empezar, siempre me provoca sentirme libre… Pero ahora estando
aquí contigo es más que un sueño… Tu compañía opaca el mejor espectáculo que la
naturaleza puede ofrecer- me dijo mirándome a los ojos, sus palabras provocaron
a mi corazón un vuelco impresionante y una felicidad que no puedo explicar con
simples palabras pero que hicieron nublar mi mente para dar lugar sólo a lo que
ella me provocaba
-Te
amo- le dije sin pensarlo, ella me miró fijamente y en su mirada noté un brillo
particular que no supe en ese momento como interpretar, me rodeó por mi cintura
provocando que me sentara ahorcajadas sobre ella y me abrazó fuerte colocando
su rostro en mi cuello pero no dijo palabra alguna, yo le correspondí el
abrazo, me quedé quieta sin saber si había sido correcto decirle lo que sentía
o como interpretar su reacción a mi declaración. Permanecimos abrazadas por un
buen rato yo porque no sabía cómo actuar y ella porque su naturaleza era el
silencio
-Ely…-Cuando
escuchó que le hablaba enderezó su rostro para mirarme -Tengo hambre- le dije
tomando su rostro entre mis manos y depositando un beso en su nariz, ella me
regaló una de esas sonrisas que me hacían
embrutecer…
-Estas
acabada- Me dijo en tono burlón mientras nos poníamos de pie y caminábamos
hacia la escalera, antes de bajar me abrazó por la espalda y me susurró en mi
oído -Gracias- seguido de un beso en mi cuello, giré mi cabeza para verla y sólo
le sonreí.
Antes de marcharnos del lugar observé un
mural que decoraba las paredes de la bodega, el dibujo era una guía de
estrellas en forma de espiral que rodeaba e iluminaba un paisaje que ocupaba
dos paredes donde había hadas, gnomos, trolls y otras criaturas míticas
culminando en una luna gigantesca que ocupaba una esquina de la pared y chocaba
a la vez con un sol naranja que alumbraba una ciudad impresionante con
edificios que ocupaban dos paredes contrarias al primero; la vez anterior que
había estado ahí era de noche y por esa razón no había notado la obra que era
un claro contraste entre el día, la noche, la realidad y la ficción
-Yo
los hice, las primeras veces que vine aquí- me dijo al observarme absorta en el
mural
-Es
impresionante…- la tomé de la mano-Tienes talento- ella besó mi frente
-Gracias
por el cumplido.
Salimos
del lugar. El resto del domingo lo pasamos dormidas, hasta la tarde que dimos
un paseo y cenamos en un lugar tranquilo para volver a casa, yo tratando de
fingir que no le había dicho te amo y que su silencio a mi declaración no
afectaba mi autoestima.
El lunes que llegué temprano a la estación
el capitán me esperaba
-Salvatierra
a mi oficina ya- me dijo con su voz de mando sin saludarme siquiera, lo seguí,
entre tras él y ocupé una de las sillas que estaban frente al escritorio
-Buenos
días, señor- el capitán Barra ocupó su silla
-Buen
día, Salvatierra, desde hoy tienes un caso nuevo, donde tu absoluta discreción
es necesaria, no tendrás compañeros sólo tu- me dijo enfáticamente -A partir de
ahora te dedicaras a revisar expediente por expediente de los casos que
comprenden desde 1989 hasta 1994 que llevaron en conjunto el detective Fuentes
y el fiscal Robles, nadie puede saber que estás haciendo- asentí con la cabeza
sin quitar mis ojos del hombre frente a mí.
-Le
dije a tu compañero Andrés que estarías castigada por faltarme al respeto,
clasificando expedientes, el Detective Romo va a estar a cargo de la
investigación ahora del fantasma junto con Andrés- me dijo con un suspiro de
cansancio
-Usted
cree que Andrés va a poner sobre aviso a su padre y que él puede tomar medidas
para desviar la investigación, por eso no lo retiro de la investigación- el
asintió con la cabeza
-Romo
está al tanto de la situación, él fue el que propuso que tu investigues los
expedientes para estar en coordinación y tratar de adelantarnos de nuevo al
fantasma, así que vas a trabajar con él a discreción- un mal presentimiento de
lo que acontecía invadió mi ser
-Bien,
supongo que todo tendrá que ser a la vieja usanza, en papelito- él me observó
con una sonrisa
-No
te voy a permitir usar el sistema para sacar relaciones de archivos, y te
sugiero que si necesitas una revisión extensa de algo en concreto lo hagas de
noche para que nadie note que archivos estas llevando… yo me haré cargo de los
arreglos- yo lo vi con mis ojos desorbitados –
-Revisar
año por año sin saber bien que busco va
a ser muy tardado, son muchos años y cientos de expedientes- le dije con algo
de frustración en mi voz
-Andrés
y Rayan habían sacado una lista que tu ordenaste el viernes, puedes empezar con
eso, los expedientes ya fueron traídos están en tu escritorio
Varias cajas con carpetas esperaban a un
costado de mi escritorio, el día no podía salir peor, así que con toda la
resignación del mundo empecé manos a la obra sin imaginar que dentro de esas
cajas descubriría los hechos más dolorosos de mi vida…
Capítulo
Doce.
Si no estás preparada para saber una
verdad, será mejor ignorarla… Pero si encuentras una verdad que no buscas no
hay preparación que valga…
Cada carpeta que analizaba tenia
incontables anomalías, faltaban hojas a los expedientes y me hacía sentir que
cavaba un túnel del cual nunca saldría, tres días prácticamente con sus noches
con mucha información que no servía para mi caso, ni para atrapar al psicópata,
era como luchar contra Goliat pero a diferencia de David no contaba con esas
piedras ni la honda para poder derribarle... hasta que llegué a mi casa el
jueves por la tarde y en el correo encontré un sobre manila tamaño carta con mi
nombre completo y dirección pero sin un remitente o un timbre postal, intrigada
tomé mi correspondencia de la gaveta, caminé subiendo los escalones rumbo a mi
departamento y como ocurría en los últimos tres días aparecía Ely
sorprendiéndome y haciendo tirar todo lo que en mis manos cargaba, Ely tenía
esa habilidad de aparecer de la nada, mi correspondencia se regó por los
escalones
-Bueno pero tú me vas a matar de un
susto- le dije mientras la veía recoger los sobres
-Vaya este sobre si que pesa- dijo
recogiendo el sobre misterioso
-No tengo idea que es, estaba en mi
correo- ella se acercó y depositó un beso en mis labios, tomó mi mano y
caminamos lo que restaba de escaleras rumbo a mi departamento.
Entramos a mi casa, ella dejó los sobres sobre la mesilla que estaba al entrar
Entramos a mi casa, ella dejó los sobres sobre la mesilla que estaba al entrar
-Una ducha y unas horas de sueño no
te vendrían nada mal- me dijo con una sonrisa-Yo te preparo algo de comer para
cuando despiertes. Caminé hacia ella, la abracé y besé su cuello
-Enjabonar mi espalda suena mejor que la
comida- cerrándole el ojo de forma coqueta, Ely se mordió el labio inferior a
la vez que me regalaba una sonrisa
-Eso no es buena idea… te he
extrañado… tú necesitas descansar… yo no voy a ninguna parte… cuando termines
de encontrar lo que estas buscando estaré aquí para ti…- me dijo en un tono
completamente serio.
Desperté después de tres horas, el baño me logró relajar y el sueño aunque
corto fue profundo así que me sentía con las pilas recargadas para regresar a
mi calvario. Ely amablemente me dejó el almuerzo en el horno listo para
calentarle, la cafetera cargada de mi combustible y en la mesa un mensaje
escrito sobre papel ‘No olvides revisar
tu correspondencia’ extrañada por su nota me acerqué para tomar los sobres
y fue entonces cuando noté que el sobre misterioso venía dirigido a mi pero
como Detective Alondra Salvatierra Homson…
tomé un pañuelo de la cocina, abrí el sobre, saqué el contenido con el pañuelo
evitando tocar las hojas con mis manos, entonces varias fotocopias con algunas
notas se aparecieron ante mis ojos, y una simple nota impresa al frente que
decía ‘Espero usted sepa darle
correcto uso a la información que ahora pongo en sus manos,’ En el fondo del sobre noté que algo se quedó
cuando retiré por completo las fotocopias, me percaté que estaba perfectamente
doblado un pañuelo blanco, al instante un escalofrío recorrió mi columna era el
fantasma quien había enviado el sobre, me entró una sensación de temor, por qué
si el contenido del sobre era lo que yo pensaba, nadie absolutamente nadie
además de Romo y el capitán sabían lo que yo hacía y segundo por qué el
fantasma sabia mi nombre completo y mi dirección ‘Dios esto es una pesadilla’ mi mente empezaba a trabajar y
analizar todo sin control, corrí a mi habitación me vestí lo más pronto que fue
posible, tomé mi portafolio, puse con sumo cuidado el sobre dentro y salí a
toda velocidad rumbo a la comandancia.
Entré a la estación y tomé el elevador pulsando el piso 4 que era donde
se ubicaba los laboratorios forenses, recorrí todo el pasillo a paso firme y
rápido hasta llegar a la ultima puerta, toqué y sin esperar respuesta empujé
para encontrarme con la mirada de Arthur Holt, Arthur fue mi compañero en la
academia sólo que él se especializaba en lo forense así que para su
certificación necesitaba tener conocimientos básicos policiales, así como pasar
algunos estándares físicos, de disparo y de conocimiento protocolario que rige
a la policía, él era mi amigo, siempre lo había ayudado a entrenar en las
cabinas de tiro así como prácticamente obligarlo a ejercitarse para que pudiera
pasar las pruebas de condición física.
-Buen día, por la forma de irrumpir
en mi laboratorio supongo es algo muy importante- me dijo con una mueca de
fastidio
-Buen día Arthur, lamento la
intromisión- dije con una sonrisa y dando un apretón a su mano extendida
-¿Qué es?
Caminé hasta la mesa que estaba en
el centro del lugar puse mi portafolio y saqué el sobre
-Esto me llego por correo a mi casa-saqué
el sobre y se lo entregué
-¿Quieres que busque huellas del
contenido?- asentí con una sonrisa, tomó sus guantes de látex y sacó las hojas así
como el pañuelo, puso una charola de aluminio esparció las hojas sobre esta,
empezó a aplicarle polvo de carbono para detectar huellas dactilares en cada
una de las hojas por ambos lados, después de varios minutos y de revisar hoja
por hoja minuciosamente me miró y negó con la cabeza, extendió el pañuelo, lo
colgó de unos pequeños broches, tomó un bote con aspersor y roció el liquido
sobre este, uniformemente por los dos lados después de bajar la intensidad de
la luz del laboratorio, pasó una lámpara de luz ultravioleta por ambos lados de
la tela
-Nada, las hojas están limpias no
tiene absolutamente nada que nos pueda ayudar, el pañuelo puedo revisar si la
tela tiene alguna particularidad para saber su origen…-
Yo suspiré con desesperación.
-¿Puedo revisar el sobre?- Negué con
la cabeza
-El sobre fue manejado sin cuidado
por varias personas, te dejo el pañuelo, las hojas las necesito y gracias por
la ayuda Arthur si encuentras algo me avisas.
Él me hizo un movimiento con la mano
extendida
-Te pido discreción por si te
preguntan a que vine-
Él me sonrió-Claro cuentas con ello-
tomé las hojas, las metí de nuevo en el sobre lo guardé en mi maletín, le di un
apretón de mano al pequeño hombre y salí del laboratorio para dirigirme a mi
escritorio.
Instalada en mi silla, tomé de nuevo el sobre y empecé a hojear las
fotocopias, conforme leía cada página mi corazón comenzó a acelerarse, estas
hojas contenían folios faltantes de varios de los expedientes que había
revisado anteriormente, y no sólo eso. Contenía una lista de personas que según
las notas eran los verdaderos cabecillas de los rusos, mi cuerpo quedó en shock
cuando vi que señalaba a mi adorado tío Andrés Robles, al delegado Román
Fuentes y a mi ahora jefe el capitán Barra; mi corazón empezó a latir con
fuerza y una sensación de miedo me empezó a invadir, seguí leyendo cada
informe, cada nota que el fantasma me había entregado, muchos de los cómplices
supuestamente de *los tres rusos* habían sido asesinados para no dejar cabos
sueltos, cuando llegaron la investigación interna en 1992 por policías
federales, había nombres de expedientes que aun no había revisado y algunas
copias de folios que según el fantasma habían sido retirados de los expedientes
para no dejar huella o que no pudieran establecer vínculos, la lista eran
alrededor de 45 hombres, de los cuales 38 habían muerto antes de presentar
declaración o incluso de ser arrestados y los últimos 7 los asesinó en los
últimos meses el fantasma, cuando llegué al último apartado de hojas donde
según las notas estaban los nombres de las víctimas mortales de los *tres
rusos* así como un listado de negocios turbios, personas secuestradas y
despojadas de bienes materiales, comencé a ver la lista por orden cronológico
de muertes sentí un nudo en la garganta al ver el nombre de mi madre y no sólo
el de mi madre en la lista apareció también los nombres de la familia Leen, y
al final de la lista aparecía el nombre de Antonio Robles (hermano del tío Andrés)
y el de mi padre quienes fueron asesinados juntos, ‘Dios no, no, no,’ mis pensamientos
golpeaban en mi cabeza con intensidad tratando de asimilar toda la información
recibida.
En la lista de archivos dada a mí
por el jefe, los tres rusos eran Vadim Novikov, Nikolai
Pavlov y Sergei Ivanov, el primero fue
asesinado en 1991 cuando se resistió al arresto, tomé su archivo para revisarlo
de nuevo, algo que no había tomado importancia la primera vez ahora era de
verdad interesante, el que le disparó en auto defensa al momento de su arresto
era el Capitán Barra, el segundo Nikolai apareció muerto también en 1993 en un
basurero, según la investigación se creía que Sergei quería quedarse con todo y
lo mandó matar y este último fue aprehendido a finales de 1994, firmó una
declaración donde aceptaba ser el actor intelectual y cabecilla de la banda de
los rusos pero antes de presentar su declaración ante un juez apareció muerto
en su celda aparentemente porque se quitó la vida, el fiscal del caso era de
nuevo Robles y el que lo aprehendió de nuevo era el capitán Barra, y justo tres
semanas después fue el asesinato de mi padre…
Tomé la última nota que el fantasma me
había dado, donde escribía que él quería que yo pusiera tras las rejas a los
verdaderos rusos, me presenté ante la oficina del jefe con una sensación de
miedo, desprecio y una gran duda…
-¿Puedo
pasar señor?- dije al abrir la puerta, él me dio la bienvenida con un gesto de
su mano, cerré la puerta
-¿Tienes
algo nuevo Salvatierra?- me dijo apartando una pila de papeles y apoyando los
brazos en el escritorio
-En
los expedientes nada señor, además de encontrar las irregularidades ya
mencionadas a usted, no hay nada nuevo, pero no es por eso que estoy aquí… en
la mañana que venía de mi casa descubrí en mi correo un sobre que contenía esta
hoja- dije observándolo y extendiéndole
la nota, el tomó el papel en sus manos, observó las tres simples líneas que
contenía, lo puso con cuidado sobre el escritorio y me miró fijamente tratando
de no mostrar su desconcierto
-Venía
acompañado de un pañuelo blanco, no había venido antes porque primero pasé al
laboratorio para buscar huellas, pero no hay nada todo limpio…- él interrumpió
mi comentario
-Son
las 5 de la tarde Alondra ¿Por qué esperaste tanto?- noté el movimiento
involuntario de su garganta y quijada como de estar luchando para controlarse
-Revisé
el expediente de los rusos y encontré que posiblemente el fantasma tenga razón
y ellos no sean los *Rusos* sino simplemente matones de los de verdad…- de
nuevo me interrumpió
-El
caso fue cerrado hace tiempo Alondra, después de la muerte de los tres paró la
ola de violencia que acosaba la ciudad, además de que esta una declaración
firmada, es obvio que ellos eran los cabecillas de la banda- me dijo impaciente
-De
acuerdo lo que quise decir antes señor es que creo que el próximo golpe del
fantasma puede ser para el delegado Fuentes o el fiscal Robles o en este caso al
que el fantasma pueda acusar como el tercer ruso, pero que nosotros no sabemos
quién es- dije observando la tensión de sus hombros
-Supongo
que si no develamos quien, tal vez el tercer ruso vaya ser revelado cuando encontremos
su cuerpo decapitado- terminé mi frase observándolo fijamente, él parecía que
dejó de respirar-Además me preocupa que el fantasma sepa mi dirección y mi
nombre sin contar que seguramente algo está escapando a nuestra vista y no
podamos detener el octavo asesinato- dije suspirando aparentando frustración
-Hay
que informar a Romo de esto- dijo con un timbre de preocupación en su tono…
-Tengo
que revisar unos expedientes más que me faltan. Creo que con lo que tenemos no
hay nada para enjuiciar a Fuentes y Robles, pero quiero terminar la
investigación de todas formas, si usted está de acuerdo- él sólo asintió con su
cabeza, su actitud confirmó mi sospecha, tomé el papel de su escritorio y salí
de su oficina sabiendo que la pesadilla apenas comenzaba...
Continua ACÁ
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