Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Más allá de la razón... el amor - Black Moon (Parte2)


Capítulo Trece.

“Podrán callar mi voz matando mi cuerpo pero mi sangre y alma gritaran por justicia eternamente…”

Una parte de mi me gritaba que mejor sería parar ahora y dejar las cosas así, mientras otra parte me obligaba a llegar hasta las últimas consecuencias, probablemente estaría luchando contra fuerzas mucho más poderosas y con muchas influencias, pero en la justicia que yo creo es aquella que se imparte sin mirar más allá de los actos cometidos que merecen ser castigados.


Después de hablar Rayan con el jefe salió de su oficina y se dirigió a mi escritorio “¿Hay algo que no has dicho?” me dijo mirándome fijamente “Si” le dije mientras tomaba mi portafolio “Pero no sé si es bueno decírtelo, no sé si es verídico… amigo en este momento no sé qué creer” el se acercó, tomó mi mano y me llevó hacia fuera rumbo a la cafetería que estaba a dos cuadras de la comandancia, caminé junto a él aun sin saber si sería bueno hablar del contenido del sobre con él, pero si no era con Rayan seguramente no podría confiar en nadie. Él durante el tiempo que había estado en el departamento de homicidios había sido mi amigo, mi compañero en muchos casos que habíamos resuelto, me había demostrado con hechos que podía confiar, pero mi miedo también era involucrarlo en algo que probablemente en poco tiempo me sobrepasaría, me sentía un poco desolada como si estuviera en medio del mar y no hubiera nada a alrededor de que aferrarme, entonces mi mente me trajo la imagen de Ely, como diciéndome que yo no estaba sola que la tenía a ella, ‘¿A caso el amor que sentía por Ely sería suficiente para ayudarme a sobrevivir?, ¿Sería tan poderoso para protegerme de lo que estaba enfrentando ahora?’ esas eran las preguntas que mi mente gritaba.

     Llegamos a la cafetería, pedimos un emparedado de carnes frías, ocupamos una de las mesas que estaban hasta el rincón del lugar alejados del bullicio “Te conozco desde hace mucho Al, más que una compañera de trabajo te veo como una hermana, eres mi amiga” me dijo estirando su mano por la mesa para apoderarse de la mía “Si crees que no debo saber lo que has descubierto, yo confió en tu criterio e instinto por qué es ese el que siempre nos ha ayudado a resolver los casos más difíciles, como este” me dijo, lo observé fijamente viendo en sus ojos la sinceridad de sus palabras entonces decidí que podía confiar en él, subí a un costado de la mesa el portafolio lo abrí y saqué el contenido completo del sobre que el fantasma había mandado a mi correo, lo puse ante sus ojos y le hice una seña con la cabeza para que lo viera. Mientras el leía y pasaba hoja tras hoja, vi las reacciones que su rostro revelaba, pasando de la incredulidad, la sorpresa, el desconcierto y estoy segura que hasta algo de miedo, “Dios Al… Esto es grave” dijo alzando la vista de las hojas “Si lo que el fantasma nos pone aquí es verdad, estamos ante una mafia que ahora es más poderosa que en los 90’s” nos quedamos en silencio sin saber que decir “Hay que verificar la veracidad de las acusaciones, tampoco podemos guiarnos por los señalamientos de un asesino” dije sin convicción “Vamos Al, ambos sabemos que hay altas posibilidades de que esto sea real…” yo le interrumpí “Lo sé, pero con esto no es suficiente para hacer un caso sólido contra los tres, son acusaciones serias a personas muy importantes, necesitamos pruebas muy concretas para detenerlos” el asintió con la cabeza “Mi preocupación es que si no actuamos pronto el que va hacer algo es el Fantasma” dije dando un suspiro “Lo sé, puede ser injusto que tratemos de atrapar a una persona que sólo busca justicia y proteger a personas que seguramente han abusado de su posición para quedar impunes de todos sus delitos” dijo él con desprecio en su voz, “Nosotros tenemos que ver que la Ley se cumpla amigo, aun que implícitamente parezca injusto”…

     Cuando regresamos Rayan y yo de nuestra plática, acordamos que siguiera revisando en los archivos para ver si corríamos con suerte y encontrábamos algo para hacer justicia, ambos decidimos que esto era algo que nadie más podía saber.

      Cuando el turno de los guardias administrativos terminó bajé al sótano de la comandancia donde estaban los archivos, pasé horas revisado algunas carpetas buscando en miles de cajas que se encontraban ahí, hasta que di con los expedientes que requería, fotocopié cada archivo que necesitaba (aun que eso está prohibido) acomodé las carpetas en su lugar y salí del sitio con las copias en mi portafolio.

    Era cerca de las tres de la mañana cuando salí al estacionamiento, el aire fresco de la noche golpeaba mi rostro, por instinto subí mi vista al cielo buscando las estrellas pero sólo vi una a lo mucho dos, resignada ante mi nulo éxito camine a mi auto y decidí que era momento de ir a casa, no a descansar si no con la idea de ahí con mas privacidad leer y analizar mejor cada uno de los expedientes que había fotocopiado.

El tráfico en la ciudad era prácticamente inexistente a esas horas, conducía por la misma ruta que tomaba siempre a mi departamento, de pronto por mi espejo retrovisor veo que un auto deportivo negro se acerca a toda velocidad pasando el semáforo en rojo que apenas había cruzado yo un minuto antes, mi cuerpo se tensó como alerta del peligro; de inmediato lleve mi mano a la cintura buscando mi pistola a la vez que aumentaba aun más la velocidad de mi auto, escuché que varios impactos de bala irrumpían el silencio de la noche, sentí el estruendo del vidrio trasero de mi auto que se rompía en mil pedazos y veía que el auto deportivo ya casi alcanza al mío, saqué mi pistola por la ventanilla, comencé a dispararle, prácticamente me alcanzó poniéndose a mi lado, vi un cuerpo inerte que colgaba por la ventanilla mientras seguí disparando, cuando me di cuenta que otro hombre se asomaba en el asiento del copiloto sacando un arma de más alto calibre para dispararme, al ver eso frené bruscamente mi vehículo mientras me anidaba en el asiento sin dejar de disparar al auto que siguió su marcha a toda velocidad consiente que las últimas balas de mi cargador probablemente no den en algún blanco, mi coche impactó con la orilla de la acera y a lo lejos escuché el motor que aun está encendido, un aroma a quemado invadió mi olfato, intenté moverme pero sentí un dolor agudo en mi abdomen que atravesaba todo mi cuerpo, además de sentir que mi brazo derecho tenía un hormigueo y que este ya no podía sostener mi pistola, algo humedeció mi piel ¿sangre o sudor?, mi mente se bloqueó así que sólo alcancé a oprimir con la mano izquierda el botón de auxilio de mi localizador, mi visión se nubló, mi oído dejó de registrar lo que pasa alrededor, un frío me abrazaba, mi cuerpo cedió lento al agotamiento que me invadía, mis parpados cayeron pesadamente, mi memoria me trajo la imagen de Ely que se diluyó paulatinamente, a la vez que mi cerebro se perdió en un abismo de oscuridad donde no sabía si aún vivía o dejaba de existir para siempre…

Capítulo Catorce.

“Necesito espacio”... “Su pulso es débil”… “Hemorragia”… “Muévanse”… “La perdemos”… “Necesito ayuda aquí”… Un silencio largo, una luz que rompe la obscuridad, el dolor ya no está, mi cuerpo no se siente ‘¿Acaso he muerto?’...

“Alondra quédate conmigo, me escuchas”… “Tienes que ser fuerte”… “Salvatierra no dejes de luchar, esto no te va a vencer”… “Te necesito… por favor… por favor… no me abandones… tu no”… No, aun no he muerto, estoy dormida, es sólo un sueño…

Intenté abrir mis ojos, pero la luz me lo impidió, sólo pude apretar mi mano izquierda, había alguien que la sostenía, “¡¡Se está moviendo!!” escuché una voz familiar “Bonita, me escuchas, puedes abrir tus ojos” una voz ronca susurraba cerca de mí y sentí una mano fría que acunaba mi rostro, mi interior dio un vuelco, mi cerebro se conectó, mis ojos lucharon para abrirse, sólo distinguí unas siluetas que estaban enfrente, de nuevo abrí y cerré los ojos en varias ocasiones hasta que mi visión se aclaró lo suficiente para ver a la mujer de mis sueños con su cara de preocupación; su hermoso rostro se veía demacrado, bajo sus bellos ojos había sombras que denotaban cansancio, al verla quería tocarla con mi mano derecha pero un dolor sordo lo impidió “No te muevas, tranquila” me dijo ella, entonces mis sentidos empezaron a tomar nota de lo que había alrededor, “Hija, Dios que susto” giré mi vista lentamente para ver a mi tía con lagrimas en sus ojos que sostenía mi mano izquierda sentada junto a mi “D… do… donde… es… to… y” dije con dificultad porque luego fui consciente de un dolor agudo en mi abdomen, además de un tubo que estorbaba en mi boca, “Shht, estas en el hospital, tranquila no te muevas” dijo Ely depositando un beso en mi frente al mismo tiempo que con todo el cuidado acomodaba un mechón largo de mi cabello castaño tras mi oreja, los ojos verdes de mi tía no dejaban de emanar lágrimas mientras inclinaba su rostro para besar mi mano. En determinado momento (honestamente no me di cuenta) estaba a mi lado un hombre de mediana edad con su bata blanca iluminando mis ojos con su lámpara de exploración, “Alondra escúcheme, está en el hospital, esta entubada, no haga movimientos bruscos y no trate de hablar” una enfermera tomaba mi pulso mientras el doctor realizaba unos apuntes supongo que era una bitácora o algo así, entonces observé a Dana parada en medio de mi tía y Ely que observaban lo que el médico y la enfermera hacían “Probablemente aun esté confundida con los acontecimientos que le trajeron hasta aquí, no fuerce los recuerdos, trate de descansar y hablar lo menos posible, aun esta delicada” fue el comentario que el doctor me hizo, luego volteó hacia donde se encontraban las tres mujeres “Aún quedan veinte minutos de visita, no la hagan hablar, en un momento más vendrá la enfermera a ponerle medicamento para el dolor, cualquier cosa estamos para ayudarles” el doctor y la enfermera salieron…

     Mis recuerdos de los días en terapia intensiva del hospital son flashback, la mayor parte de mi estancia ahí, fue con medicamentos muy fuertes para el dolor, pero mi mente si registró la presencia de Ely que todas las noches estaba a mi lado cuidando de mi, mi tía permanecía en las mañanas y Dana me visitaba por las tardes. Pasé un día más bajo observación médica hasta que me pasaron de terapia intermedia a una habitación para que siguiera mi recuperación ya que debido a la herida en mi abdomen habían quitado parte de mi intestino grueso, eso sin contar que la herida en mi brazo había perforado parte del hueso y habían colocado unos injertos en él para reparar el daño, por fortuna el disparo no había tocado los nervios sólo parte del músculo, al final el recuento de los daños en términos generales no eran tan graves como la balacera podría sugerir.

     La primera noche que pasé fuera de cuidados intensivos después de tres días y medio de haber entrado al hospital, recuerdo que luego de una pesadilla donde soñaba que alguien me asfixiaba con una almohada ahí mismo en esa habitación, abrí mis ojos para encontrarme con la mirada preocupada de la joven que permanecía a mi lado "¿Un mal sueño?" me dijo con su voz profunda, yo le sonreí tratando de tranquilizarla y tranquilizarme "No me acostumbro aun a esta cama, ni a este lugar" dije tratando de desviar la conversación, ella no apartaba su vista de mi, como si quisiera decirme muchas cosas pero algo se lo impedía "Gracias por estar aquí Ely, mi tía me ha dicho que desde que ingresé no te has apartado de mi..." ella comenzó a menear su cabeza de forma negativa "No me agradezcas... por favor... eres una persona muy importante para mi..."  al mismo tiempo que acariciaba mi rostro con ternura y cuidado "Aun así gracias" dije "Te agradezco no sólo por estar ahora aquí, te agradezco por que... en gran parte gracias a ti estoy viva..." ella cerró sus ojos apretó su mandíbula como conteniéndose de algo, cuando de nuevo sus ojos se posaron en mi un destello de dolor los delataba "No tienes que decir nada, sólo que la vida es tan corta Ely, que no sé si de nuevo tenga la oportunidad de decirte lo que tú has significado en mi vida, no sé si pueda decirte de nuevo cuanto te am..." y sus labios callaron todo lo que podría decir, su beso fue muy lento, tierno, cargado de muchos sentimientos que son indescriptibles "Bonita... yo..." su voz se quebró y sus manos apretaron con fuerza la barandilla de la cama de tal forma que la hizo crujir "Tranquila, no digas nada... vamos a estar bien" ella asintió con la cabeza, permanecimos en silencio, hasta que el cansancio se apoderó de mí y me hizo dormir de nuevo.  

     Al día siguiente me visitó mi amigo Rayan, “Vaya Salvatierra sí que eres un hueso duro de roer” me dijo a forma de saludo cuando entraba “Se necesita más que esto para sacarme por completo de la jugada” le contesté con una sonrisa “¿Cómo sigues?” dijo mientras se sentaba a mi costado en un sillón individual en el que había dormido Ely unos momentos antes “Estoy mejor, al parecer mi intestino es un poco más corto ahora, voy a necesitar terapia para mi brazo, pero respiro” le dije mirando las líneas de tensión en su rostro “Sé que me estimas, pero confió que no sea sólo por eso que estás aquí” le dije “No es bueno hablar de trabajo, estas convaleciente y necesitas estar tranquila para recuperarte…” no le dejé terminar la frase “Vamos amigo sabes que voy a estar tranquila hasta que sepa que es lo que está pasando y lleguemos al fondo de las cosas” el ante mi determinación dio un largo suspiro talló sus ojos con sus manos y después de mirarme por un largo rato se decidió hablar “Al siguiente día de lo que te pasó… encontramos a tres hombres muertos en el interior de unas bodegas, dos de ellos decapitados y el otro con varias herida de bala…” mis ojos se abrieron “¿El fantasma?... pero hasta ahora no había usado nunca arma de fuego…” el negó con la cabeza “Deja terminar de contarte… el muerto por impactos de bala, sus heridas coinciden totalmente con las balas que tu disparaste, tú fuiste la que lo mató en el atentado” dijo mirándome fijamente, mi sorpresa era mayúscula mi corazón latía fuerte “Los otros cuerpos estaban tendidos boca arriba, extremidades abiertas, sus cabezas colocadas entre las piernas, pañuelo blanco sobre ellas y dentro de la boca de uno de ellos había un mensaje” me dijo dudando si hacia bien en contarme todo eso “El mensaje era si ustedes no hacen justicia la haré yo, además encontramos un auto deportivo con armas de fuego y casquillos que se usaron cuando intentaron matarte… como siempre todo limpio ninguna huella” mi mente trataba de colocar las piezas en un rompecabezas “¿Como los encontró el fantasma tan rápido?, ¿El estaba detrás de mi atentado?”,dije mientras un pánico nublaba mi mente "No, más bien creemos que el fantasma te ha seguido, mi teoría es que él los siguió después de que te atacaran y los mató" lo que me decía para mí no tenía sentido "Crees que él me protegió" el asintió con la cabeza "Lo más seguro es que el crea que tu eres la persona correcta para destapar lo de Fuentes, Robles y Barra por eso te eligió a ti... Claro que nuestros amigos también lo creen por eso te han intentado sacar del medio" me dijo con un tono lleno de frustración "Rayan, que es lo que no me has dicho" le dije viéndolo fijamente "Al, los tres que han intentado matarte eran policías, uno retirado ya y los otros dos en servicio..." un coraje invadió mi cuerpo, provocando un ligero dolor en mi herida "El jefe ¿Qué ha dicho al respecto?" pregunté apretando la mandíbula "Anda muy inquieto con todo esto... no sólo él, los compañeros están indignados por lo ocurrido, todos te apoyan y creo que eso los va a detener para seguir con sus intensiones... por el momento" un torbellino de temor de apoderó de mi razón, “Afortunadamente, cuando te atacaron reaccionaste rápido, pidiendo la ambulancia y ayuda a la comandancia, poquito más… y… no la cuentas” mi cuerpo se estremeció al escuchar su comentario “¿De qué hablas?, si yo no pedí una ambulancia, el botón de pánico si recuerdo haberlo oprimido, pero la ambulancia no” Rayan abrió sus ojos de forma desorbitada “Alondra cuando llegamos en respuesta a tu pedido de auxilio, tú estabas en el asfalto inconsciente con tu abrigo en forma de torniquete en tu abdomen, con tu celular en la mano, el arma a un costado y casi al mismo tiempo llegó una ambulancia respondiendo al pedido de ayuda de la detective Salvatierra, de tu celular salió la llamada para pedir la ambulancia” mi cabeza empezó a recordar todo lo que había pasado, pero yo no recordaba nada de eso, mis recuerdos se habían quedado hasta cuando pedí ayuda y me encontraba dentro del auto aun “No Rayan yo estoy segura que me quedé inconsciente dentro del auto, no podía moverme… ¡¡Dios mío!! mi portafolio Rayan lo había olvidado lo llevaba conmigo ese día en el asiento del copiloto, ¿Tu lo tienes?” Rayan se puso de pie bruscamente se llevó sus manos a su nuca y me volteó a ver “No había nada en el auto Alondra…” los dos reaccionamos al mismo tiempo “El fantasma” dijimos al unisonó “Si él uso mi celular para realizar la llamada, debe estar registrados en las grabaciones del 911” ambos sonreímos “Voy a pedir las grabaciones, te voy a mantener informada de todo, tu cuídate y trata de recuperarte” me dio un beso en la frente y salió de la habitación, yo me quedé ahí sola con una sensación de temor en mi porque no sabía si estar agradecida con el corta cabezas o tener miedo de que estaba demasiado cerca de mí, eso sin contar con los otros tres mafiosos que buscaban mi cabeza, algo era claro mi vida ahora corría peligro más que nunca...


Capítulo Quince.

    Tres días mas fue mi estancia en el hospital, en los cuales había desfile de compañeros dándome muestras de afecto y ánimos para recuperarme lo más pronto posible, entre las visitas se encontraba mi muy querido (hijo de perra) jefe aparentando genuina preocupación y quien me daba todo su apoyo para que lo acontecido no quedara impune.
  
     Cuando me dieron de alta decidí ir a mi casa, aunque mi tía me insistía en que fuera con ella para ayudar a mi cuidado, Dana también quería cuidar de mi, pero yo sabía lo difícil de la situación y no quería que si de nuevo atentaban contra mi vida hubiese más personas involucradas, o que terminaran pagando un precio que no les correspondía. Ely me llevó a casa y me ayudó a instalarme, me gustaba la idea de que se preocupara por mí, pero temía por su seguridad, ella con esa habilidad muy propia para sorprenderme adivinó mis pensamientos "No te voy a dejar, ni se te ocurra pedirme que me aleje, tú necesitas ayuda y yo quiero estar ahora aquí contigo" yo la observé de donde me encontraba sentada en el sillón de la sala, como siempre ella con su mirada férrea, su postura fría, tranquila y que no dejaba lugar a dudas "Yo te agradezco lo que haces por mi Ely... pero creo que no es muy buena idea que estés todo el tiempo conmigo... no estoy segura de lo que pasa y no quiero que si hay otra ocasión en la que vengan por mí, tu estés aquí y te pase algo, no me lo perdonaría..." Ella movió sus manos con impaciencia y apretó sus puños "No se te ha ocurrido pensar en lo que sentiría yo si algo te pasa, deja que te cuide, por lo menos estos días en los que no puedes valerte todavía por ti, caray ni siquiera puedes caminar, tú no estás sola... por favor bonita" y como siempre ocurría cuando me miraba a los ojos y me decía bonita con esa voz ronca, hacía que mi cerebro se derritiera, dejara de funcionar y que mi razón cediera ante sus pedidos "Está bien, como siempre tu ganas" ella me sonrió y se hincó frente a mi descansando una mano sobre mi rodilla mientras con la otra me acariciaba el rostro "No quiero ganarte.. Sólo quiero asegurarme que vas a estar bien y que nada te va a pasar".

     Los días pasaban tan lentos, yo estaba aburrida en casa sin poder caminar aun bien, Ely, mi tía y Dana siempre al pendiente, turnándose para estar siempre que las necesitaba, Ely prácticamente la mayor parte del día estaba en casa, me preparaba de comer, siguiendo las instrucciones del doctor por mi nueva condición, cuidando las heridas que no se infectaran, pendiente que no me excediera en el tiempo de estar completamente sentada, etc. Sólo salía por las mañanas para ir a la escuela y siempre regresaba para la hora de comida, y en las tardes generalmente estaba conmigo.
    
     Ese miércoles por la mañana sentada en mi recamara fastidiada de ver tv, recordé que mi padre tenía la costumbre de guardar o anotar en un libro de vida lo más importante de los casos que había llevado en su carrera como policía, recuerdo que cuando el falleció y recuperé esos libros, fueron en parte la inspiración para seguir sus pasos. Entonces me levanté de la cama, con problemas caminé rumbo a un pequeño armario que había al final del pasillo en medio de las dos recamaras de mi departamento, donde guardaba todo lo referente a mis padres, cuando abrí el armario inmediatamente localicé las cajas donde había puesto todas las pertenencias de mi padre, comencé abrirlas y gracias a que yo era una obsesionada del orden no batallé para localizar los libros de las fechas en los que se desató todo lo ocurrido en el 92, me senté en el piso, recargué mi espalda en la pared con mis piernas extendidas y comencé a hojear esos cuadernos, las notas de mi padre tenían fechas y horas, abrí el cuaderno que tenia la fecha de 1992, comencé a hojearlo hasta que di con una nota que llamó mi atención, muerte de Lía Leen y su pequeño hijo de 8 años Kian Leen en un supuesto accidente a principios de 1992, según las notas de mi padre, había recibido unas llamadas desde hacia tiempo de Chin Leen esposo de Lía (padre de Ely) quien argumentaba tener pruebas de la verdadera identidad de los cabecillas de los rusos pero dicha reunión no se llevó a cabo porque el hombre fue asesinado a mediados de 1991, tiempo después recibió la llamada de la esposa quien al igual que el primero le pedía una entrevista para entregar unos documentos así como fotografías incriminatorias, con la condición de que recibiera protección por temer por su vida, pero al igual que con su esposo fueron asesinados antes del encuentro, para mi padre era claro un homicidio, pero por órdenes del capitán Francisco, se cerró el caso, en ese *Accidente* solo sobrevivió una niña de 5 años que también salió lastimada gravemente y según lo escrito por mi padre la llevó a estar en el hospital por varias semanas, al final del reporte con letras rojas escribió: Deuda pendiente con personas inocentes que clamaban por justicia y a las cuales no pude proteger   ‘Dios’ un temblor se apoderó de mi, mi padre conocía a los Leen y no sólo eso se había sentido culpable por no poder ayudarles, busqué el libro que contenía el año 1991, lo empecé a hojear y encontré las notas sobre el Sr. Chin Leen, los escritos señalaban que el señor Leen se comunicaba con él, pidiendo ayuda porque según sus palabras estaba siendo despojado de varias propiedades de su familia así como de haberle robado su fábrica de telas, él había iniciado una investigación por sus propios medios que lo habían llevado a descubrir quienes estaban detrás de los hechos, señalaba que eran acusaciones graves a personalidades importantes y que necesitaba verlo para entregarle las pruebas, cuando acordaron la cita, el señor Leen no llegó y lo encontraron muerto días después con señas claras de tortura, tirado en un callejón, ‘No, no, por favor no’  mi cabeza me comenzó a girar sentía unas náuseas, un dolor profundo por las notas de frustración que mi padre escribía y por saber lo que pudo haber sufrido la mujer que amaba, de pronto escuché que alguien tocaba mi puerta bruscamente en dos ocasiones, me levanté con dificultad, llegué hasta la puerta tomé el arma que estaba sobre la mesita, me asomé por la mirilla pero no vi absolutamente nada, abrí la puerta con sumo cuidado y de pronto en el piso vi el maletín que había desaparecido la madrugada del tiroteo, me asomé por el pasillo pero no había nadie, jalé el portafolio dentro del departamento, lo observé y parecía intacto, caminé con él hasta llegar al lugar donde estaba viendo los cuadernos y me senté de nuevo, abrí el portafolio, tomé el contenido e inmediatamente busqué los archivos fotocopiados del caso de Chin Leen, en este archivo primeramente había la denuncia del despojo de varias propiedades así como de su fábrica de telas de forma fraudulenta por el contador de la empresa de ese entonces David Thompson cuando vi el nombre sentía que el aire dejaba de entrar a mis pulmones David Thompson era la última víctima del fantasma (hasta antes de los que intentaron matarme) y seguí viendo las direcciones así como las acusaciones que no procedieron en contra del sujeto, cuando vi que las bodegas en cuestión eran las que Ely y yo habíamos visitado en anteriores ocasiones de nuevo tuve un mal presentimiento de estos descubrimientos, me percaté que no faltaba mucho para que Ely llegase así que decidí meter de nuevo todo al armario para evitar que se diera cuenta de lo que había hecho toda la mañana...


Capitulo Dieciséis
    
       Soy sobreviviente gracias a la suerte…
   
      Ely entro al departamento puntual como siempre minutos antes de la una “Hola, ¿Cómo sigues?” me dijo mientras dejaba el juego de llaves sobre la mesilla de siempre, yo estaba parada a un costado de la sala, con mi cabeza aun aturdida por los últimos descubrimientos, solo le sonreí, ella como de costumbre se acerco y me dio un beso en los labios, me observo detenidamente por unos instantes y su gesticulación cambio a una preocupación “Bonita ¿Te encuentras bien?, te ves algo pálida” su pregunta me saco de mi aturdimiento moví la cabeza para despejarme aun que parecía que estaba diciendo no “Estoy bien, solo es que me acabo de despertar y ando aun desubicada, no te preocupes” dije tratando de sonar convincente “¿Como fue tu día hoy?” comente tratando de cambiar el tema “Muy bien, gracias por preguntar” luego cerró los ojos haciendo una mueca muy simpática “Auch he olvidado pasar por la despensa para la comida… de inmediato regreso” me dio otro beso, tomo las llaves de la casa y salió disparada cerrando la puerta tras de sí, dejándome con una sonrisa en los labios por su forma peculiar de ser.

     Me dirigí a la recamara pues había permanecido sentada por un largo periodo de tiempo y eso me provoco un ligero malestar, en eso me percate que había dejado mi arma en la esquina de la pared  a un costado de la puerta del armario, molesta con mi descuido arrastre mi existencia a recoger la pistola, cuando me incorporaba con el arma en la mano izquierda ya que mi derecha aun estaba inmovilizada, se escucho un disparo, una patada en la puerta que se abría bruscamente, mi corazón se acelero cuando escuche que personas entraban al departamento, me metí en la puerta de la recamara para invitados que estaba próxima mientras la adrenalina invadía mis venas, para evitar que los intrusos se acercaran adonde estaba, me arrodille, entre abrí la puerta y dispare en varias ocasiones con algo de dificultad pues la izquierda no era mi mano diestra, inmediatamente con un arma de alto calibre me contestaron los disparos; por los ruidos y voces que escuchaba me di cuenta que eran varios hombres lo que estaban dentro, oía sus voces que decían que me tenían que ahora si no me escaparía, así que de nuevo dispare en varias ocasiones con separación de tiempo entre disparos para no gastar todas mi balas.
     Estaba sin comunicación ya que mi nuevo localizador estaba en mi habitación, la única esperanza era que los vecinos al escuchar los disparos llamaran de inmediato a la policía, pero no estaba segura si podría mantenerlos a raya durante tanto tiempo, seguí disparando con separación de segundos, de pronto escuche varios quejidos, mas disparos pero ya no hacia el pasillo donde me encontraba, cuando asome mi cabeza por la puerta empuñando mi arma, en ese momento vi a un hombre con pasamontañas azul caer de rodillas frente a mí, mientras otra persona con vestimenta completamente negra, su rostro tapado con una especie de mascara que solo dejaba ver sus ojos, cortaba con una espada la cabeza del encapuchado, el cuerpo inerte callo hacia el frente y la cabeza rodo hacia el pasillo, mientras abundante sangre salía del cuello amputado, salí lo más rápido que pude hacia la sala tratando de evitar la visión del hombre sin cabeza, cuando mi vista me mostro que otro sujeto se arrastraba en dirección de un arma para dispararle al (oportuno) misterioso de negro, yo sin saber bien por qué razón, le dispare evitando que le hiriera, mientras este le dislocaba el hombro a otro tipo corpulento con pasamontañas y chaqueta azul, a la vez que con un movimiento rápido le rompía el cuello, otro de los sujetos con pasamontaña sacaba una automática para dispararle al de negro, yo le apunte con mi arma para impedirlo pero mis balas ya se habían terminado, pero el habilidoso salvador lanzo una daga con tal fuerza y precisión que le atravesó la tráquea, antes de que este accionara su arma, luego dio un mortal hacia tras para llegar y patear otra arma que intentaba coger un hombre que yacía en el piso con herida de bala que yo le di en el intercambio  de tiros, antes de un parpadeo el ninja mal ubicado, de nuevo con su habilidad, desenvaino su espada y corto la cabeza en un movimiento rápido y preciso, di unos pasos más hacia la sala, recargue mi espalda a la pared, cuando me percate de otro tipo caído en un charco de sangre que yacía al otro lado del pasillo con un impacto de bala en su frente, (también cortesía mía) otro más sin uno de sus brazos y con su cabeza a distancia de su cuerpo al igual que la extremidad que aun sostenía un arma, de inmediato mi atención regreso al encapuchado de negro que caminaba hacia donde estaba parada con espada en mano, sentí un escalofrió recorrer todo mi magullado cuerpo, cuando vi que se inclino sobre uno de los cuerpos para retirarle la daga que le había lanzado, el hombre parecía que aun tenia vida por el ruido de asfixia que salía de él, con total brusquedad y sin contemplaciones retiro la daga de su garganta, provocando que abundante sangre escapara de la herida, con la base de la empuñadura de su espada le dio un golpe fuerte en su garganta haciendo que gotas de sangre salieran disparadas, manchando el piso y sus guantes, golpe que termino de matarle, uso la misma ropa del individuo para limpiar rápido la hoja del cuchillo así como la empuñadura de su espada, guardando la daga en una funda que llevaba en su pierna derecha y la espada en su espalda.
      A lo lejos se empezó a escuchar el ruido de las sirenas de las patrullas que se acercaban al edificio, nuestros ojos se cruzaron por unas milésimas de segundo, eran de color casi negros, su mirada era escalofriante y fría, el ninja de pie a unos pasos de mi cerro su puño lo coloco en su corazón a manera de saludo dio una inclinación de cabeza, salió corriendo atravesando mi sala para aventarse por la única ventana cuyos vidrios no habían sido rotos por el reciente tiroteo, el sujeto en cuestión estaba loco o era un suicida pues mi departamento se ubicaba en el piso 5, así que con toda la adrenalina que aun recorría mi cuerpo, camine lo más rápido que me fue posible para asomarme, pero el tipo por arte de magia había desaparecido.

       Varios minutos después subieron varios compañeros policías, entre ellos el capitán Barra, mi adorado primo Andrés y mi amigo Rayan, entraron y vieron los 7 cuerpos tendidos sobre mi sala note de inmediato la sorpresa del capitán, supongo que lo que él esperaba ver era mi cadáver y no los de sus matones, le mire desafiantemente como diciéndole que sabía que él era quien estaba detrás de todo esto “Dios, ¿Que ha pasado?”, dijo Andrés mirando con asombro lo sangriento de la escena “¿Al estas bien?” me pregunto con genuina preocupación Rayan “Estoy bien, no me ha pasado nada por fortuna” dije mirando a todos los oficiales que observaban la escena.

    Después de tomar mi declaración de los hechos y explicarles detalladamente lo ocurrido, mientras peritos forenses tomaban huellas, fotografías, nos interrumpió uno de los expertos pidiendo que viéramos algo, cuando giramos nuestra vista lo que vimos era que debajo de los pasamontañas se encontraban dos compañeros policías en activo, y uno más que no hacía mucho tiempo se había dado de baja de la corporación, “Dios esto es grave serian con estos dos, cuatro policías que tratan de matar a una detective y dos más que han pertenecido en algún momento al departamento, asuntos internos va a solicitar una investigación federal” dijo Andrés, tras el comentario de Robles, analice la reacción del comandante quien tenía el nudo de su corbata flojo como señal de la tensión que ya no podía ocultar, su vista se cruzo conmigo yo sin poderlo evitar le sostuve la mirada de forma desafiante, cosa que seguro le confirmo que yo sabía que él era parte de estos atentados “Deberías explicarnos Salvatierra, como es que un psicópata aparece en tu departamento, para ayudarte a esto” dijo señalando mi casa, “No tengo idea, en todo caso primero deberíamos averiguar por qué policías tratan de matarme, seguramente cuando lleguemos a ese punto lograremos entender por qué el psicópata me ayudo” le dije con mi tono despreciativo “Alondra es una víctima aquí capitán, deberíamos preocuparnos por mantenerla a salvo por si hay más policías que la quieren muerta” dijo Rayan en un tono conciliador “Sin ofender amigo pero no confió en ningún policía en estos momentos para mi protección” dije en tono burlón, “Lo mejor será que asuntos internos realice los requerimientos necesarios para que la investigación de federales empiece a indagar lo ocurrido” dije “Seguramente también ellos tomaran el caso del fantasma por que según veo todo se relaciona” termino de comentar Andrés, el capitán salió del departamento con su cara desencajada, Andrés salió tras el preocupado por su bienestar “Lo vamos a conseguir” me dijo Rayan en un susurro y salió tras de ellos. Un oficial se acerco a mí con su radio en mano “Detective Salvatierra hay una chica que dice que vive en el departamento de enfrente y pregunta por usted”…      


Capitulo Diecisiete.

La verdad oculta tarde o temprano será revelada…

     Baje por el ascensor hasta llegar a la recepción, la mayoría de los vecinos se encontraban en la planta baja, otros más afuera de las puertas del edificio, cuando el elevador se abrió todos los ojos de los presentes se clavaron en mi, Ely estaba a un costado recargando su espalda a la pared, su rostro se veía tenso, preocupado y a los pies de ella se encontraba unos bolsos con la compra que había realizado para la comida, al mirarme camino con paso rápido para encontrarme, me abrazo con cuidado para no lastimarme y sentía un pequeño temblor en su abrazo “Estoy bien, no me paso nada” le susurre al oído, aflojo el abrazo sin retirar sus manos de mi cintura “¿Cómo lo soportas?” al realizarme la pregunta note algo en sus ojos, algo que en ese momento no entendí “Me entrenaron para cosas como estas” con mi mano izquierda acaricie la piel suave y fría de su rostro, no sé si fue su cercanía, lo ocurrido anteriormente, o simplemente que sentir algo tan fuerte y callarlo era imposible “Te amo…” y de nuevo como las veces anteriores su misma reacción, después de mirarme, cerraba sus ojos me abrazaba y hundía su rostro en mi cuello sin hacer comentario alguno, ahora claro está que no estábamos solas, teníamos alrededor a multitud de mujeres cincuentonas (puede que hasta de más de setenta), que no perdían detalle de nuestros movimientos, además de varios oficiales de policías que disimuladamente también observaban la escena. Siempre me gustaba ser discreta con mi vida privada en la comandancia, no por vergüenza, si no por qué mi vida es mía y a nadie le incumbe lo que haga.

     Después de unos segundos nuestro abrazo fue interrumpido por Rayan que raspando su garganta anuncio su llegada “Perdón..."  Ely se separo de mi, sin apartar una de sus manos de mi espalda mientras yo giraba para ponerme de frente a el que nos miraba contemplativamente, pero con su rostro en total serenidad "Al... en un buen tiempo no vas a poder usar tu departamento... sabes que si lo deseas... pues mi casa esta a tu disposición" le sonreí sabiendo que su oferta la hacía con las más sinceras intensiones, en ese instante sentí la mano de Ely que dejaba mi espalda para apoderarse de mi mano izquierda dándome un ligero apretón "No te preocupes amigo, te agradezco tu ofrecimiento... pero con todo esto no es buena idea exponer a un peligro a nadie más..." Rayan asintió con la cabeza se despidió de mi no sin antes ponerse a mi disposición para todo lo que necesitara.

      Mi casa al convertirse en escena de un crimen se quedaba en seguridad hasta que no hubiese más pruebas que pudieran servir a la investigación, pero no así el departamento de Ely, que solo compartía piso  mas no era parte ni del objetivo de los criminales, ni de los policías para una investigación,  así que no muy convencida acepte ser su huésped "Debería buscar un hotel" Ely me miro desde la cocina donde preparaba algo para comer ya que eran cerca de las 5 de la tarde y por lo ocurrido ni ella ni yo habíamos comido "No vamos a discutir de nuevo por el mismo tema, aquí estas bien..." la mire estudiando su rostro para ver si encontraba temor o duda de sus palabras, pero como siempre su rostro serio sin demostrar sentimiento alguno impedía leer sus pensamientos, me acerque con dificultad, porque estaba cansada de todo el ajetreo del día, además de que mis nervios no daban para mas, "Tengo miedo..." le dije en un susurro apenas audible, ella de inmediato dejo de hacer lo que preparaba, levanto su vista y de nuevo aparecía en sus ojos ese destello que aun no sabía cómo interpretar "No de morir.. Me refiero a que... no... no estoy segura... de que si vienen aquí de nuevo por mi... si tu estas Ely... si te pasa algo por estar a mi lado... yo..." ella rodeo rápido la isla de la cocina donde preparaba los alimentos y me abrazo "Yo voy a estar bien bonita, no te preocupes por mí, ahora hay que pensar en que te vas recuperar pronto y vas atrapar y patearle el trasero a los que han intentado... dañarte" siempre había confiado en mis instintos para todo, pero en esta ocasión algo me decía que muy probablemente de esta no saldría bien librada.

     Después de la comida tardía de tomar mis medicamentos,  Ely amablemente coloco la tina de baño para mí, me metí en ella, el agua tibia junto a las sales de baño, era un alivio para mi cuerpo, pero lo mejor fue cuando ella se unió a mí, tímidamente me ayudo a bañarme, de pronto Ely tenia esa duplicidad de comportamiento, en un momento era una mujer apasionada, segura de sí misma y en otras ocasiones como esta, era como una niña tímida y tierna, que hacía que mi corazón la amara aun mas, el baño fue un bálsamo para mi cuerpo, pero sus labios, sus manos, su piel sobre mi piel esa noche fue el mejor alivio para mi espíritu.

     Desperté al día siguiente para encontrarme sola en la cama enredada en la sabana, una sensación de tranquilidad invadía mi cuerpo, me levante un poco desubicada, en ese instante me di cuenta que no había llevado ropa de mi casa para cambiarme, así que camine hacia el closet que se ubicaba detrás de la puerta de la recamara, enfrente de la cama, abrí las puertas y busque algo que usar, tome una camisa de Ely que estaba colgada color blanca, busque dentro de los cajones, encontré unos pantalones de algodón color gris que tome prestados, supuse que era tarde y que Ely ya se había marchado a la escuela, camine con cuidado a la cocina, cuando vi el reloj me di cuenta que en verdad aun no era tan tarde como había pensado apenas daban las 7 de la mañana, di por hecho que Ely se había ido al supermercado para traer el desayuno, cuando de pronto escuche mi celular que timbraba el cual me saco de mis pensamientos, levante la bocina conteste y luego de escuchar sentí un escalofrió que recorría todo mi cuerpo… ‘Dios no… no puede ser, así no’…

Capitulo Dieciocho.

'¿Que es mejor querida amiga? vivir engañadas pero felices o sobrevivir con la verdad'

     Llegue a la comandancia en un taxi lo más rápido que me fue posible, ahí estaba Andrés con su rostro desfigurado conteniendo el dolor y la rabia, mi tía en un mar de lagrimas, Rayan con incredulidad reflejada en su mirada, la planta baja era un hervidero de personas, que corrían que subían como nunca antes había recordado, mi tía al verme se aferro a mi soltando un llanto desgarrador, Andrés al escuchar el llanto de su madre apretó los puños giro el rostro y su cuerpo reflejaba un leve temblor, de pronto las personas que se encontraban ahí, empezaron a tomar rostro y nombre estaba la esposa del delegado Fuentes además de la familia completa del capitán Barra, el fantasma había tenido mucho trabajo esa madrugada matando a los tres hombres.

     Después de convencer a mi tía de que su presencia ahí no serbia de nada que lo mejor era que fuera a casa a descansar, Rayan y yo tuvimos un momento para hablar de lo ocurrido “¿Qué has averiguado” le pregunte apenas se acerco “Puede que tengamos ahora al fantasma, el capitán Barra lo alcanzo a herir antes de que le cortara la cabeza, encontramos pequeñas gotas de sangre que no corresponden a las que esparció el cuerpo del capitán al momento de ser decapitado” por alguna extraña razón no me sentía alegre de saber que podríamos atrapar al fantasma, sentía muchos sentimientos encontrados, pena por mi tía y hasta por el primo Andrés pero paz de saber que por lo menos alguien se había atrevido hacer algo que segura estoy yo nunca hubiese podido, vengar la muerte de mis padres, sentía compasión por los hijos huérfanos y las esposas viudas, pero un destello de satisfacción por saber que de alguna manera habían pagado parte de sus delitos aun que sea con su muerte.

     Cerca de las 13.00 hrs. Decidí regresar al departamento de mi dulce tormento para que no se preocupara cuando regresara, subí por el ascensor, con el juego de llaves que me había dado el día anterior, entre al departamento, pero para mi sorpresa todo seguía igual como lo había dejado, una pequeña punzada en mi estomago me decía que algo no andaba bien, marque por decima vez a su celular pero como las otras ocasiones que había lo hecho desde la comandancia no había respuesta de ella, entre a la recamara para ver si en la mañana por las prisas había omitido ver alguna nota que me hubiese dejado avisándome de que tenia cosas pendientes que hacer pero en efecto no había nada, abrí de nuevo el closet para buscar ropa más apropiada para un funeral, porque mi departamento aun estaba clausurado y note algo que en la mañana no me había percatado seguramente por mi adormecimiento, la parte donde tenía colgada la ropa estaba un poco separada hacia al frente de donde estaban los cajones, intrigada por eso se me ocurrió jalar hacia delante ambas cosas cuando se movieron de forma automática se encendió una pequeña luz que develo ante mis ojos algo que en mi cerebro había sospechado días atrás, pero que mi corazón se había encargado de negarlo, sentí como un golpe en mi estomago que impedía que el aire llenara mis pulmones, mi cabeza dio un vuelco que casi me hizo perder la vertical y un miedo invadió mi ser acompañado de un frio desolador; mi cerebro empezó a terminar de formar el rompecabezas porque en ese doble fondo se encontraba el resto de las piezas que me develaban una verdad que no estaba preparada para descubrir de esa forma tan brusca.

     Me quede como estatua mirando dentro del closet el resto de las piezas del rompecabezas, cuando mi cabeza termino de unir todas las piezas sentí el dolor más agudo que puedo recordar que atravesó mi corazón cimbrando mi ser

     Mi celular me hizo regresar de nuevo a tierra “Diga” conteste por decir algo “Al, soy yo Dana, me he enterado lo de tu tío por las noticias, hablo para ver cómo están si necesitan algo” me dijo, yo no conteste nada porque mi mente aun no dejaba de trabajar, de cuestionar de querer tomar control de la situación “Al, ¿Estás ahí?… ¿Me escuchas?” su voz despejo por un momento mi mente “Si, Dana aun estoy aquí, ¿Estás en tu trabajo?... necesito un favor” al terminar mi llamada con Dana tome mi bolso, cerré el apartamento y salí a prisa.

     Después de pasar por la oficina de Dana para tomar prestado su auto, de hacer un alto en una farmacia para comprar un botiquín de primeros auxilios, avance atravesando la ciudad sorteando el trafico abundante de las calles, comencé a abandonar la urbe hasta llegar a la pequeña desviación en la autopista, todo el trayecto trate de que mi mente estuviera tranquila y despejada, a lo lejos alcance a ver la motocicleta de Ely estacionada cerca de la entrada a la bodega que habíamos visitado las ocasiones anteriores, estacione el auto a una distancia considerable para que no escuchara el ruido del motor, por fortuna el auto de Dana era de trasmisión automática y no se me dificultaba manejarlo solo con la mano izquierda, tome el botiquín del asiento del copiloto cerré el auto con cuidado y camine con paso firme pero con un remolino de emociones rumbo a la entrada.

     Tome una respiración profunda pero sentía que el aire en la atmosfera era tan denso que no alcanzaba a filtrarse por mi nariz, cerré los ojos por unos instantes, decidí entrar a la bodega a enfrentar la verdad para desenmascarar a la mujer de quien estaba locamente enamorada pero que en esos momentos había confirmado no conocer en absoluto, cuando di mi segundo paso al interior del local, aturdida por el cambio de iluminación del sol unos segundos antes y ahora la penumbra escuche un ruido de una cuchilla al mismo tiempo que sentí algo frio posarse en mi garganta, me quede quieta, paralizada, cuando mi vista se termino de acostumbrar al lugar la vi parada a un costado mío, empuñando su espada la cual descansaba en mi garganta, vestía completamente de negro, aun traía una máscara en su rostro y solo se alcanzaba a ver sus ojos como el día anterior en que había acudido a mi rescate, nuestras miradas se encontraron y con una voz suave (demasiado diría yo) le dije “Ely baja por favor tu espada, permíteme ver tu herida ¿Si?”…


Capitulo Diecinueve.

     Hace tiempo cuando era más joven en la escuela recuerdo haber leído un texto que más o menos decía así:
No soy malvado, simplemente no me has juzgado de la forma correcta, por mis venas corre sangre como por las tuyas, mi corazón palpita repudiando mis hechos como el tuyo lo hace, mi conciencia me reclama justicia como la tuya te exige que me juzgues… solo que a mí no me rige esa justicia que a ti si, querido amigo, a mi me rige la venganza… esa es para mí justicia…’

     Ely de forma rápida quito la espada, giro su cabeza escondiendo su mirada de la mía y se quedo quieta sosteniendo su espada con su mano derecha pero ya no amenazándome si no dirigida al piso, camine con un temblor leve que invadía mi cuerpo sin poder controlarlo, me puse a su costado y con mi vista en su cuerpo analice donde podía estar su herida, hasta que vi que en su brazo izquierdo traía humedecida su ropa, di unos pasos más hasta estar frente a ella a centímetros de distancia, pero ella seguía con su rostro girado a la pared evitando ser vista por mí “¿Te duele?” le pregunte en voz baja, ella simplemente negó con la cabeza, en la esquina de la pared note que había unas piedras grandes que había estado usando como asiento y junto a estas se encontraba una maleta deportiva color negra con vivos en azul, “Siéntate, para poder curar tu herida” le dije mientras me dirigía hacia la esquina, ella me siguió en total silencio coloco su espada en la funda que descansaba exactamente en la esquina y se sentó, me hinque frente a ella entre sus piernas, rasgue su ropa por la parte de su hombro y me encontré con una herida más abajo del hombro por el lado del brazo izquierdo que sangraba copiosamente, del botiquín que había comprado en la farmacia saque unos guantes de látex coloque el de la mano izquierda y le extendí el otro a ella para que lo usara, se puso el guante en su mano derecha “Necesito tu ayuda” ella en absoluto silencio miraba lo que hacía saque de la caja de plástico un paquete de algodón y agua oxigenada así como alcohol, con los dientes abrí el algodón colocándolo cuidadosamente dentro de la caja abierta, sostuve el alcohol y lo extendí a ella para que me ayudara a romper el sello a la botella, luego se la entregue mientras yo tomaba un poco de algodón con mi mano, ella coloco abundante alcohol en la mota de algodón que traía y con sumo cuidado empecé expandirlo por su herida, seguramente le dolió mucho pero se quedo quieta esperando a que terminara de limpiar la herida.

     Cuando termine de limpiarle, me percate que la herida era superficial y que seguramente esa no era la que había provocado que sangrara cuando el capitán Barra le disparo, con su ayuda le vende y tapamos el flujo de sangre, pero entonces lleve mi mano a su costado derecho justo debajo de sus costillas, esta acción hizo que se estremeciera por la sorpresa o el dolor al retirar mi mano el guante salió manchado de sangre, “Quita la parte superior de tu ropa, por favor” le dije, Ely obedeció, con cuidado desamarro y saco de su cuerpo la obscura vestimenta y se quedo solo con un top deportivo, además de sus pantalones, cuando vi su herida un vuelco estrujo mis entrañas había abundante sangre de una perforación de bala que había entrado en su costado y que había salido por la parte posterior de su cuerpo, le pedí que vaciara un poco mas de alcohol en mis manos para limpiar los guantes manchados y comencé a tocar con cuidado con las yemas de mis dedos para tratar de averiguar si la bala había salido completamente o había dejado restos dentro del cuerpo de Ely, según lo que tocaba no había nada anormal, mas allá de la herida, solo me preocupaba la abundante sangre que salía “¿Te duele cuando respiras?, ¿Has tenido dificultad para respirar?” le pregunte mientras un nudo se apoderaba de mi garganta, ella negó con su cabeza “¿Segura?” y de nuevo sin pronunciar palabra movió su cabeza afirmativamente “Si no me estas mintiendo, según veo, la herida no toco algo dentro de ti, solamente perforo y salió… por fortuna” le dije con un suspiro “Hay que cerrar la herida, para que no sigas sangrando, ¿Ely estás segura que no te duele cuando respiras, que no has tenido dificultades para tomar aire?” ella llevo su mano diestra a la base de su cabeza y desabrocho unas cintas de tela que comenzó aflojar su máscara, la retiro por completo y entonces vi su rostro pálido que denotaba cansancio, sus labios no eran rosados más bien blancos y sus ojos se veían perdidos, con su voz ronca me dijo al fin “No me ha tocado ningún órgano, solo es el tejido, no te preocupes, puedes suturarme”.

     Minutos después con mucho trabajo, termine, guarde todo en el botiquín y me quede viéndola detenidamente, ella guardaba silencio, “¿Por qué no habías curado tus heridas?... ¿Por qué dejaste que perdieras tanta sangre?” le pregunte, de nuevo su silencio y su vista clavada en el piso, eso me hizo perder los nervios “¡¡¡Carajo!!! ¡Querías desangrarte lentamente hasta morir Ely!... Tu no piensas verdad… ¿De qué maldito planeta vienes?” y sin poderlo controlar mi voz se rompió, trate de ponerme de pie rápidamente tratando de que mis ojos controlaran el liquido cristalino que amenazaba con salir, pero un dolor en mi abdomen impidió la maniobra así que regrese a mi posición anterior, ella se percato de lo que sucedía y se hinco de forma automática frente a mí, “¿Te has lastimado?” me pregunto, pero yo estaba tan cansada, completamente confundida, no sabía que sentir o mejor dicho como me sentía en ese momento, bruscamente me puse de pie ignorando el dolor “¿De verdad te importa mi bienestar?… ¿O me crees tan estúpida y crédula como para seguirte creyendo?” y mis lagrimas empezaron a bajar por mis mejillas,  “Deja ya de burlarte de mí, me gustaría que tuvieras el valor Ely de ser honesta aun que sea una vez en la vida conmigo… Creo que mínimo merezco eso ¿no?” Ely se quedo quieta mirándome sin decir palabra, solo me observaba, al ver su pocas ganas de hablar, con un peso enorme sobre mi pecho di la media vuelta y comencé a caminar hacia la salida, sintiendo que algo se rompía dentro de mí, cuando estaba a punto de salir su mano fría rodeo mi brazo y me lo impidió, me jalo ligeramente para ponerme de frente a ella y cuando mis ojos con lágrimas se encontraron con su rostro, vi en su cara una angustia que nunca le había visto y distinguí ese brillo en sus ojos de nuevo que en ese momento me percate que en verdad era miedo… su voz temblorosa comenzó hablar “No soy capaz de darte una explicación bonita… porque mis actos no la tienen… quieres que sea honesta contigo y te diga la verdad… pues bien la única verdad que se ahora mismo es que te amo con todas las fuerzas de mi ser y mas allá de ellas… No podía permitir perderte… porque si te pierdo a ti, me pierdo yo misma… por eso lo hice… Por qué si ellos de nuevo lo intentaban tal vez ahora si te quitarían de mi vida… Ellos ya me han arrebatado todo, no podía permitir que te arrebataran a ti ahora, por qué tú eres lo que más amo… Daria mi vida por ti…”
Capítulo Veinte.

     “No soy capaz de darte una explicación, bonita, … porque mis actos no la tienen… quieres que sea honesta contigo y te diga la verdad… pues bien, la única verdad que sé ahora mismo es que te amo con todas las fuerzas de mi ser y más allá de ellas… No podía permitir perderte… porque si te pierdo a ti, me pierdo yo misma… por eso lo hice… Porque si ellos de nuevo lo intentaban tal vez ahora si te quitarían de mi vida… Ellos ya me han arrebatado todo, no podía permitir que te arrebataran a ti ahora, por qué tú eres lo que más amo… Daría mi vida por ti…”

     Me quedé congelada perdida en sus ojos, que ahora me permitían ver en el interior de su corazón por primera vez desde que la conocí, me mostraban el dolor que escondía, el miedo que existía en su ser a la perdida, el odio…
- Quise corregir mis actos cuando te conocí, pero ya no pude, en lugar de hacer las cosas bien, te involucré a ti y te puse en la mira de esos malditos… No podía permitir que te dañaran… Anoche mientras hacíamos el amor… Cuando toqué tu piel, cuando te sentí mía, me di cuenta que tenía que hacer algo para que no te dañaran más de lo que ya lo habían hecho- Con su dedo pulgar acariciaba lentamente mi mano, dudando dio un paso más para acercarse a centímetros de distancia, sus ojos no se apartaron de los míos, su voz profunda hacía en mi con cada palabra que comprendiera mas su personalidad, qué mi corazón la amara más -No me acerqué a ti buscando usarte o aprovecharme de la situación para un beneficio personal… Me acerqué a ti… Porque mi abuela hablaba de ti con respeto y con cariño… Porque me fijé en tu sonrisa cada tarde que llegabas al edificio, en tu belleza única… Porque de inmediato me di cuenta que eras diferente… Porque cuando vi tus ojos verdes, esa tarde en el pasillo, me atraparon… Te amé desde ese instante… ¡Dios!… Cuando esa madrugada me dijiste aquí mismo que me amabas, me hiciste tan feliz y quería gritar que yo también te correspondía… Pero… - Soltó mi mano, dio media vuelta, caminó unos pasos atrás y señaló la máscara tirada en el piso, así como la espada-Pero… eso me lo impedía… - dijo en un susurro, mis lágrimas no dejaban de fluir de mis ojos, sentía ganas de abrazarla, de besarla, pero algo lo impedía, caminé lento para ponerme de nuevo frente a ella,
-¿Por qué no me lo dijiste?- ella puso en su rostro una media sonrisa nerviosa, negando con la cabeza…
-Tenía miedo de que me repudiaras… Aun lo tengo… Pero, mi corazón me dice que he hecho lo correcto… No me arrepiento… Porque así me den la pena capital… así me pudra en una celda por el resto de mi vida… Saberte a salvo, eso es para mí suficiente… Saber que ellos no te van a tocar, es suficiente para soportar todo lo demás… Porque aunque mi forma de amar no sea la correcta, puede que ni la más sana, mi corazón está tranquilo… aunque me odies, estás bien… eso es lo importante.

     El momento de conocerla por completo sabía que era ese, que otra oportunidad probablemente ya no tendría para revelar lo que era y como había llegado a serlo
-¿Por qué?- ella me rodeó y caminó lento para sentarse de nuevo sobre donde había estado minutos antes, fue entonces que me percaté que tenía pequeñas gotas de sudor en su rostro
-Mi madre biológica fue asesinada cuando mataron al abuelo, ella pasaba por ahí cuando el incidente, no alcanzó a escapar de las balas, yo era una bebé  de apenas meses de nacida, en ese momento mi madre no tenia documento alguno en su poder que le identificara, aunado a que nadie se presentó a reclamarme o a ella… los Leen se enteraron de mi condición, así que empezaron a mover sus influencias, pidieron el cuerpo de mi madre para darle sepultura y que no fuera a parar en una fosa común… Chin y Lía tenían tiempo de casados así que iniciaron los trámites para adoptarme, después de meses lo consiguieron, desde ese momento ellos fueron mi familia, me quisieron como una hija sin hacer diferencias con Kian, era tan feliz… Hasta que tres años después asesinaron a mi padre y uno más tarde a mi madre y hermano…- Cuando terminó de contarme su voz sonaba como ausente, cerró los ojos y recargó su cabeza en la pared- Yo también acompañaba a mi madre y hermano en el auto cuando una camioneta salió en el camino aventándonos debajo de un puente… por alguna extraña razón yo sobreviví…- Bruscamente se puso de pie y apretó los puños- Cuando salí del hospital, la abuela temía por nuestras vidas, así que decidió mandarme con su hermano a Japón, él tenía un dojo y ahí me educaron y me entrenaron, hasta los 14 años que regresé para estar con la abuela… fue cuando descubrí todo lo ocurrido, cuando la abuela enfermó tiempo después, antes de su muerte, le prometí que me encargaría de hacer justicia, así que con la información que tenía empecé a localizar a los cómplices y culpables de la muerte de mi familia”- Di unos pasos hasta llegar más cerca de ella
-¿Por qué matarlos? ¿Por qué no buscaste otro tipo de ayuda?- Ely sostuvo mi mirada…
-No tenía nada que perder y sí mucha sed de venganza, la rabia me cegó… Más que justicia quería verlos destruidos… Para los peones, la muerte; para los líderes destruir su carrera y luego sus vidas, por eso empecé a poner los pañuelos en la cabeza y colocar los cuerpos de cierta forma, quería llamar la atención y que los relacionaran hasta llegar a los tres peces gordos… Luego me enamoré de ti y comprendí que sí tenía mucho que perder… Cometí un gran error… Te involucré tratando de emendar mis actos… Ahora sé que te pierdo, pero también te gano porque estás viva y eso me basta…             

     Mi corazón le ganó a mi razón y caminé hacia ella, la abracé, necesitaba sentir sus brazos, porque a pesar de todo, ella era mi hogar, mi refugio, mi vida, mi mundo, mi amor…
-Te amo… Te amo…- Le susurraba una y otra vez mientras me aferraba a ella. Ely hizo su rostro hacia atrás para mirarme con una sonrisa triste, acarició mis labios con la yema de sus dedos, besó mi nariz, mis ojos llenos de lagrimas, mis mejillas, mi frente, hasta llegar a mis labios, lentamente sus labios tocaron los míos, más que un beso fue una caricia suave, que dejaba fluir lo que ambas sentíamos, que nos envolvía en cada emoción, que derribaba cada miedo, que fortalecía el lazo que nos unía, que rompía cada duda que nos podía separar; de nuevo me hacía perder en el tiempo, me hacia olvidar del espacio, me trasladaba a un universo donde la justicia no existía, donde el dolor se desvanecía, un sitio donde sólo importaba ella, sus labios, su aliento, donde yo me perdía para que ella se convirtiera en mi todo, no sé si duramos horas besándonos, minutos, o tal vez fueron unos cuantos segundos, pero con ese beso Ely me mostró el significado de la palabra eternidad, ahí comprendí lo que significaba amar para siempre, no en el sentido de mas allá de la muerte, si no en el sentido de más allá del espacio y del tiempo, porque eso hace el amor, extravía la razón en un universo paralelo, eso es el amor, el sentimiento que invade los sentidos, enloquece el alma y satisface el corazón… El amor es locura, porque no entiende de sentidos comunes, del deber, sólo entiende de un corazón que palpita con fuerza por otro, de una sed que sólo puede saciar otra persona, sin importar religión, sexo, moralidad, el amor va mas allá de lo común, de lo que la lógica dicta.

    Al terminar nuestro beso, ella me miraba con una tranquilidad que a mí también me traía paz.
-No quiero que hagas nada para salvarme o librarme del castigo que mis actos merecen…- Cuando escuché eso yo abrí mi boca para protestar por su pedido- Shht…- Tapó con sus dedos mis labios para impedir que dijera algo- Te amo por lo que eres, por lo que crees y lo que persigues, si buscas protegerme irías contra esos principios que te hacen ser quien eres, yo amo quien eres y no quiero cambiarte por más amor que me tengas… tu siempre haces lo correcto y no quiero que ahora sea diferente… Prométeme que vas hacer lo correcto- yo la miré con mis ojos desorbitados, porque no quería prometer eso, me pedía que prácticamente la arrestara y la llevara ante la justicia para que la destrozaran por asesinar a tres hijos de la mala vida, que para muchas personas en esta ciudad eran ciudadanos honorables, me pedía que la llevara ante los buitres para que la devoraran y yo no podía hacer eso, porque ella había hecho justicia, no de la forma correcta, ¿Pero en este mundo quien rige lo correcto? Así que no le contesté, me le quedé viendo, ella me sonrió
-¿Acaso tu no me odias por lo qué he hecho?- Me dijo con una sonrisa que en el fondo no me dio buena espina
-Te amo Ely, No comparto lo que has hecho del todo, pero te amo… No me pidas que omita el amor que siento por ti, no puedo, me pides demasiado- ella acarició mi rostro tiernamente.
-Entonces confió en que también perdones esto que voy hacer ahora mismo…
 Apenas terminó su frase y sentí un pequeño pinchazo en mi espalda, mi mente empezaba abandonar este mundo ‘No… no… no lo hagas’ no estoy segura si se lo dije o sólo lo pensé, una oscuridad se apoderó de mí, perdí el control de mi cuerpo, de mis sentidos, algo súbitamente me hizo perder la conciencia de todo…

Capítulo Veintiuno.

     Un zumbido empezó a invadir mis oídos, a lo lejos escuchaba un timbre que hacía ruido constante, una luz brillante hizo que cerrara de nuevo mis ojos, cuando las voces a mi lado fueron más claras empecé abrir mis ojos poco a poco entonces vi el rostro de Dana que estaba a mi lado, alcé la vista al techo para verlo de color blanco, sentía que estaba en algún lugar extraño, cuando mis sentidos regresaron, un mareo se apoderó de mí y de nuevo me obligó a cerrar los ojos
-Tranquila Al, no te muevas- me susurraba Dana.
-Ya reaccionó- Escuché una voz masculina familiar- Salvatierra ¿Me escuchas?- de nuevo abrí mis ojos para encontrarme con Rayan y Dana que me observaban.
-¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?- pregunté al ver que de nuevo estaba en la cama de un hospital, todos los recuerdos regresaron a mi mente de golpe y una desesperación se apoderó de mi, intenté sentarme pero un mareo me lo impidió.
-Tranquila, estás segura, afortunadamente pediste ayuda a tiempo antes de que te matara- me dijo Rayan, seguramente mi cara era de confusión total (en realidad estaba más que confundida)-Ya sabes el Fantasma que resultó ser mujer, que atrapaste, bueno que te ayudamos atrapar…
Un torbellino de nervios, miedo, incertidumbre se apoderó de mi estómago, cerré los ojos para tratar de no perder el control y mostrarme serena
-No recuerdo qué pasó, ¿Tú estabas ahí?- dije con fingida tranquilidad
-Se recibió el llamado a la central de tu localizador pidiendo ayuda, dijiste que necesitabas refuerzos que habías descubierto la ubicación del fantasma, nos diste las coordenadas exactas del complejo industrial, llegamos lo más rápido que pudimos, yo abordé uno de los helicópteros que acudió a tu llamado, mientras otras patrullas llegaron al sitio, fueron 15 minutos de tardanza entre tu llamada y nuestra llegada, cuando entramos al lugar ella estaba inconsciente, supongo que ambas pelearon y en el intercambio se lastimaron, estabas frente a ella con ese golpe en la cabeza, cuando ingresamos vimos que te desvaneciste
Sentía ganas de llorar, de buscar a Ely y ahorcarla, me sentía sola mas sola que nunca…
-¿Cuánto tiempo ha pasado?- dije en voz baja
-Cuatro horas… Te trasladamos aquí de emergencia junto a ella, sus heridas son también delicadas, aun no la dan de alta, está en calidad detenida aquí mismo en el hospital… Tu venías un poco menos lastimada, traes una conmoción, te van a tener en observación por las próximas 24 Hrs…

    Dejé de escuchar a Rayan después  que me dijo que Ely estaba internada, cerré mis ojos para tratar de escapar de la espantosa realidad que existía, no para dormir, si no para dejar de sentir, mi vida era una pesadilla… Me enamoré de Ely a pesar de mí, siempre había pensado que no era bueno enamorarse de personas demasiado jóvenes, porque la experiencia de vida tarde o temprano cobraba factura, claro ella llegó y rompió eso, había prometido no volver a salir con ninguna artista (eso por mi última experiencia nada grata con una guitarrista) y claro de nuevo Ely hizo que no lo cumpliera, había prometido nunca ser yo la que se enamorara de nuevo, sino hacer que alguien más se enamorara de mi para no ser la que más sufriera y he aquí otra cosa que la niña había hecho que rompiera, pero el amor es así, rompe todos los paradigmas, todas las creencias, transforma realidades, quebranta las más altas barreras, rompe el escudo más resistente y debilita al más fuerte para convertirlo en vulnerable e indefenso, como yo me encontraba en ese momento.

    Mucho tiempo pasó mientras tenía mis ojos cerrados, escuchaba como Rayan se fue, que alguien más entraba y que luego de un tiempo salía.
-Sé que estás despierta Al… ¿Me puedes explicar qué pasó? No la versión oficial, si no la realidad de las cosas- abrí mis ojos para encontrarme con la mirada preocupada de Dana
-Ella lo hizo todo- dije con frustración
-Lo sé, está en el noticiero, mató a tu tío…- yo moví mis manos con impaciencia apretando las sábanas que me cubrían—
-Me refiero a que ella fue la que llamo para pedir refuerzos, ella fue la que prácticamente se entregó, no me dejó protegerla… no me permitió ayudarla… decidió por mi- terminé de decir con un nudo de coraje en mi garganta.
Dana me observaba tranquila
-Entonces ella te está protegiendo para no involucrarte… Sabés que lo ha hecho por tu bien…- me senté bruscamente en la cama.
-Ely no sabe nada de lo qué es bueno para mí, ella no tiene idea de lo que necesito para estar bien…- Dana se puso de pie inmediatamente, para llegar a mi lado- Busca a un maldito doctor para que me deje salir de aquí- le dije bruscamente, ella conociéndome como me conocía, sabía que si no lo buscaba, me levantaría yo para ir por él o en el peor de los casos saldría del hospital con o sin alta médica, así que resignada salió en busca del médico.

    Después de alrededor de quince minutos regresó con un joven de bata blanca, quien me observaba detenidamente por verme sentada en la cama
-Usted está en observación médica no puedo darle el alta- dijo el joven con toda la seguridad que pudo, (antes en interrogatorios había hecho temblar a hombres con más edad que este niño, que segura estaba no me duraría ni cinco minutos), con una sonrisa burlona me paré para encararlo.
-Me da igual su maldita observación médica, necesito que me firme el pase de salida ahora mismo- con mi dedo índice le señalé el pecho mientras le hablaba- Necesito que me traiga mi ropa así como mis pertenencias personales- le dije con mi tono seco, dándole una orden más que pidiéndole un favor
-Yo… no puedo… darle de alta- dijo el joven un poco intimidado por mi agresividad
-Entonces muévase y tráigame un médico de verdad que pueda darme de alta, ¡de una maldita vez!- El joven me miraba no sabiendo que hacer, y yo estaba a punto de terminar de perder mis nervios
-¿Dónde fuiste a buscar al doctor a una guardería o qué?- le dije a Dana que trataba de controlar su risa
-Tranquila Alondra, él sólo hace su trabajo- me decía Dana tratando de que calmara mi histeria
-Si hiciera su trabajo, estaría ya vestida y lista para irme…- el joven con mucha educación, trataba de hablarme pero yo estaba desesperada, frustrada, con ganas de estrangular a quien fuese, sentía que si no salía de ahí para ver cómo estaba la situación con Ely, con el mundo entero me moriría.
-Me voy bajo mi responsabilidad, traiga los papeles que tenga que firmar ya mismo- el pobre muchacho salió un poco asustado por mi mal carácter y Dana se retiró a la esquina más lejana para darme espacio a tranquilizarme.

     Pasaron algunos minutos hasta que regresaron para darme el alta médica, así como para entregarme la ropa con la que había ingresado, mi bolso, zapatos y demás pertenencias, me vestí lo más rápido que me fue posible y salí a paso firme del lugar, la oscuridad envolvía el ambiente, Dana caminaba tras de mi tratando de darme espacio para que yo no terminara rematando con ella
-Alondra, el detective me trajo mi vehículo, está en el estacionamiento, vamos será mejor que te quedes en mi casa- me dijo tratando  que parara mi caminar, al ver mi nula respuesta continuó hablándome -Eres consciente de que es cerca de la media noche, ¿A dónde vas?-
La verdad es que no sabía  dónde ir, me encontraba atrapada en un remolino de emociones, me sentía defraudada, herida, tenía coraje, frustración además de un dolor de cabeza que no sabía si era por tanto pensar, por el golpe que me había dado Ely o porque mi cerebro había colapsado y ya no daba para más.
-Me gustaría estar sola, perdóname Dana, pero necesito oxigeno, no quiero hablar… necesito tranquilizarme ¿Si me entiendes?-
 Dana con cuidado me dio un abrazo y un beso en mi mejilla…
-Cualquier cosa sabes que cuentas conmigo… por favor Al no hagas locuras…
Di la media vuelta y seguí  caminando sabiendo que muy probablemente el único camino que ahora me quedaba era la demencia…



Continua ACÁ
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1 comentario:

  1. :O por que nadie ha comentado nada este relato es muuuuuy bueno mis felicitaciones y agradecimiento a quien regala estas lineas

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