Capítulo
Trece.
“Podrán
callar mi voz matando mi cuerpo pero mi sangre y alma gritaran por justicia
eternamente…”
Una
parte de mi me gritaba que mejor sería parar ahora y dejar las cosas así,
mientras otra parte me obligaba a llegar hasta las últimas consecuencias,
probablemente estaría luchando contra fuerzas mucho más poderosas y con muchas
influencias, pero en la justicia que yo creo es aquella que se imparte sin
mirar más allá de los actos cometidos que merecen ser castigados.
Después
de hablar Rayan con el jefe salió de su oficina y se dirigió a mi escritorio
“¿Hay algo que no has dicho?” me dijo mirándome fijamente “Si” le dije mientras
tomaba mi portafolio “Pero no sé si es bueno decírtelo, no sé si es verídico…
amigo en este momento no sé qué creer” el se acercó, tomó mi mano y me llevó
hacia fuera rumbo a la cafetería que estaba a dos cuadras de la comandancia,
caminé junto a él aun sin saber si sería bueno hablar del contenido del sobre
con él, pero si no era con Rayan seguramente no podría confiar en nadie. Él
durante el tiempo que había estado en el departamento de homicidios había sido
mi amigo, mi compañero en muchos casos que habíamos resuelto, me había
demostrado con hechos que podía confiar, pero mi miedo también era involucrarlo
en algo que probablemente en poco tiempo me sobrepasaría, me sentía un poco
desolada como si estuviera en medio del mar y no hubiera nada a alrededor de
que aferrarme, entonces mi mente me trajo la imagen de Ely, como diciéndome que
yo no estaba sola que la tenía a ella, ‘¿A
caso el amor que sentía por Ely sería suficiente para ayudarme a sobrevivir?,
¿Sería tan poderoso para protegerme de lo que estaba enfrentando ahora?’
esas eran las preguntas que mi mente gritaba.
Llegamos a la cafetería, pedimos un
emparedado de carnes frías, ocupamos una de las mesas que estaban hasta el
rincón del lugar alejados del bullicio “Te conozco desde hace mucho Al, más que
una compañera de trabajo te veo como una hermana, eres mi amiga” me dijo
estirando su mano por la mesa para apoderarse de la mía “Si crees que no debo
saber lo que has descubierto, yo confió en tu criterio e instinto por qué es
ese el que siempre nos ha ayudado a resolver los casos más difíciles, como
este” me dijo, lo observé fijamente viendo en sus ojos la sinceridad de sus
palabras entonces decidí que podía confiar en él, subí a un costado de la mesa
el portafolio lo abrí y saqué el contenido completo del sobre que el fantasma
había mandado a mi correo, lo puse ante sus ojos y le hice una seña con la cabeza
para que lo viera. Mientras el leía y pasaba hoja tras hoja, vi las reacciones
que su rostro revelaba, pasando de la incredulidad, la sorpresa, el
desconcierto y estoy segura que hasta algo de miedo, “Dios Al… Esto es grave”
dijo alzando la vista de las hojas “Si lo que el fantasma nos pone aquí es
verdad, estamos ante una mafia que ahora es más poderosa que en los 90’s” nos
quedamos en silencio sin saber que decir “Hay que verificar la veracidad de las
acusaciones, tampoco podemos guiarnos por los señalamientos de un asesino” dije
sin convicción “Vamos Al, ambos sabemos que hay altas posibilidades de que esto
sea real…” yo le interrumpí “Lo sé, pero con esto no es suficiente para hacer
un caso sólido contra los tres, son acusaciones serias a personas muy
importantes, necesitamos pruebas muy concretas para detenerlos” el asintió con
la cabeza “Mi preocupación es que si no actuamos pronto el que va hacer algo es
el Fantasma” dije dando un suspiro “Lo sé, puede ser injusto que tratemos de
atrapar a una persona que sólo busca justicia y proteger a personas que
seguramente han abusado de su posición para quedar impunes de todos sus
delitos” dijo él con desprecio en su voz, “Nosotros tenemos que ver que la Ley
se cumpla amigo, aun que implícitamente parezca injusto”…
Cuando regresamos Rayan y yo de nuestra
plática, acordamos que siguiera revisando en los archivos para ver si corríamos
con suerte y encontrábamos algo para hacer justicia, ambos decidimos que esto
era algo que nadie más podía saber.
Cuando
el turno de los guardias administrativos terminó bajé al sótano de la
comandancia donde estaban los archivos, pasé horas revisado algunas carpetas
buscando en miles de cajas que se encontraban ahí, hasta que di con los
expedientes que requería, fotocopié cada archivo que necesitaba (aun que eso
está prohibido) acomodé las carpetas en su lugar y salí del sitio con las
copias en mi portafolio.
Era cerca de las tres de la mañana cuando
salí al estacionamiento, el aire fresco de la noche golpeaba mi rostro, por
instinto subí mi vista al cielo buscando las estrellas pero sólo vi una a lo
mucho dos, resignada ante mi nulo éxito camine a mi auto y decidí que era
momento de ir a casa, no a descansar si no con la idea de ahí con mas
privacidad leer y analizar mejor cada uno de los expedientes que había
fotocopiado.
El
tráfico en la ciudad era prácticamente inexistente a esas horas, conducía por
la misma ruta que tomaba siempre a mi departamento, de pronto por mi espejo
retrovisor veo que un auto deportivo negro se acerca a toda velocidad pasando
el semáforo en rojo que apenas había cruzado yo un minuto antes, mi cuerpo se
tensó como alerta del peligro; de inmediato lleve mi mano a la cintura buscando
mi pistola a la vez que aumentaba aun más la velocidad de mi auto, escuché que
varios impactos de bala irrumpían el silencio de la noche, sentí el estruendo
del vidrio trasero de mi auto que se rompía en mil pedazos y veía que el auto
deportivo ya casi alcanza al mío, saqué mi pistola por la ventanilla, comencé a
dispararle, prácticamente me alcanzó poniéndose a mi lado, vi un cuerpo inerte
que colgaba por la ventanilla mientras seguí disparando, cuando me di cuenta
que otro hombre se asomaba en el asiento del copiloto sacando un arma de más
alto calibre para dispararme, al ver eso frené bruscamente mi vehículo mientras
me anidaba en el asiento sin dejar de disparar al auto que siguió su marcha a
toda velocidad consiente que las últimas balas de mi cargador probablemente no
den en algún blanco, mi coche impactó con la orilla de la acera y a lo lejos
escuché el motor que aun está encendido, un aroma a quemado invadió mi olfato,
intenté moverme pero sentí un dolor agudo en mi abdomen que atravesaba todo mi
cuerpo, además de sentir que mi brazo derecho tenía un hormigueo y que este ya
no podía sostener mi pistola, algo humedeció mi piel ¿sangre o sudor?, mi mente
se bloqueó así que sólo alcancé a oprimir con la mano izquierda el botón de
auxilio de mi localizador, mi visión se nubló, mi oído dejó de registrar lo que
pasa alrededor, un frío me abrazaba, mi cuerpo cedió lento al agotamiento que
me invadía, mis parpados cayeron pesadamente, mi memoria me trajo la imagen de
Ely que se diluyó paulatinamente, a la vez que mi cerebro se perdió en un
abismo de oscuridad donde no sabía si aún vivía o dejaba de existir para
siempre…
Capítulo
Catorce.
“Necesito espacio”... “Su pulso es débil”… “Hemorragia”…
“Muévanse”… “La perdemos”… “Necesito ayuda aquí”… Un
silencio largo, una luz que rompe la obscuridad, el dolor ya no está, mi cuerpo
no se siente ‘¿Acaso he muerto?’...
“Alondra quédate conmigo, me escuchas”… “Tienes que ser
fuerte”… “Salvatierra no dejes de luchar, esto no te va a vencer”… “Te
necesito… por favor… por favor… no me abandones… tu no”…
No, aun no he muerto, estoy dormida, es sólo un sueño…
Intenté
abrir mis ojos, pero la luz me lo impidió, sólo pude apretar mi mano izquierda,
había alguien que la sostenía, “¡¡Se está moviendo!!” escuché una voz familiar
“Bonita, me escuchas, puedes abrir tus ojos” una voz ronca susurraba cerca de
mí y sentí una mano fría que acunaba mi rostro, mi interior dio un vuelco, mi
cerebro se conectó, mis ojos lucharon para abrirse, sólo distinguí unas
siluetas que estaban enfrente, de nuevo abrí y cerré los ojos en varias
ocasiones hasta que mi visión se aclaró lo suficiente para ver a la mujer de
mis sueños con su cara de preocupación; su hermoso rostro se veía demacrado,
bajo sus bellos ojos había sombras que denotaban cansancio, al verla quería
tocarla con mi mano derecha pero un dolor sordo lo impidió “No te muevas,
tranquila” me dijo ella, entonces mis sentidos empezaron a tomar nota de lo que
había alrededor, “Hija, Dios que susto” giré mi vista lentamente para ver a mi
tía con lagrimas en sus ojos que sostenía mi mano izquierda sentada junto a mi
“D… do… donde… es… to… y” dije con dificultad porque luego fui consciente de un
dolor agudo en mi abdomen, además de un tubo que estorbaba en mi boca, “Shht,
estas en el hospital, tranquila no te muevas” dijo Ely depositando un beso en
mi frente al mismo tiempo que con todo el cuidado acomodaba un mechón largo de
mi cabello castaño tras mi oreja, los ojos verdes de mi tía no dejaban de
emanar lágrimas mientras inclinaba su rostro para besar mi mano. En determinado
momento (honestamente no me di cuenta) estaba a mi lado un hombre de mediana
edad con su bata blanca iluminando mis ojos con su lámpara de exploración,
“Alondra escúcheme, está en el hospital, esta entubada, no haga movimientos
bruscos y no trate de hablar” una enfermera tomaba mi pulso mientras el doctor
realizaba unos apuntes supongo que era una bitácora o algo así, entonces observé
a Dana parada en medio de mi tía y Ely que observaban lo que el médico y la
enfermera hacían “Probablemente aun esté confundida con los acontecimientos que
le trajeron hasta aquí, no fuerce los recuerdos, trate de descansar y hablar lo
menos posible, aun esta delicada” fue el comentario que el doctor me hizo,
luego volteó hacia donde se encontraban las tres mujeres “Aún quedan veinte
minutos de visita, no la hagan hablar, en un momento más vendrá la enfermera a
ponerle medicamento para el dolor, cualquier cosa estamos para ayudarles” el
doctor y la enfermera salieron…
Mis recuerdos de los días en terapia intensiva
del hospital son flashback, la mayor parte de mi estancia ahí, fue con
medicamentos muy fuertes para el dolor, pero mi mente si registró la presencia
de Ely que todas las noches estaba a mi lado cuidando de mi, mi tía permanecía
en las mañanas y Dana me visitaba por las tardes. Pasé un día más bajo
observación médica hasta que me pasaron de terapia intermedia a una habitación
para que siguiera mi recuperación ya que debido a la herida en mi abdomen
habían quitado parte de mi intestino grueso, eso sin contar que la herida en mi
brazo había perforado parte del hueso y habían colocado unos injertos en él
para reparar el daño, por fortuna el disparo no había tocado los nervios sólo
parte del músculo, al final el recuento de los daños en términos generales no
eran tan graves como la balacera podría sugerir.
La primera noche que pasé fuera de
cuidados intensivos después de tres días y medio de haber entrado al hospital,
recuerdo que luego de una pesadilla donde soñaba que alguien me asfixiaba con
una almohada ahí mismo en esa habitación, abrí mis ojos para encontrarme con la
mirada preocupada de la joven que permanecía a mi lado "¿Un mal sueño?"
me dijo con su voz profunda, yo le sonreí tratando de tranquilizarla y
tranquilizarme "No me acostumbro aun a esta cama, ni a este lugar"
dije tratando de desviar la conversación, ella no apartaba su vista de mi, como
si quisiera decirme muchas cosas pero algo se lo impedía "Gracias por
estar aquí Ely, mi tía me ha dicho que desde que ingresé no te has apartado de
mi..." ella comenzó a menear su cabeza de forma negativa "No me
agradezcas... por favor... eres una persona muy importante para
mi..." al mismo tiempo que
acariciaba mi rostro con ternura y cuidado "Aun así gracias" dije
"Te agradezco no sólo por estar ahora aquí, te agradezco por que... en
gran parte gracias a ti estoy viva..." ella cerró sus ojos apretó su mandíbula
como conteniéndose de algo, cuando de nuevo sus ojos se posaron en mi un
destello de dolor los delataba "No tienes que decir nada, sólo que la vida
es tan corta Ely, que no sé si de nuevo tenga la oportunidad de decirte lo que tú
has significado en mi vida, no sé si pueda decirte de nuevo cuanto te
am..." y sus labios callaron todo lo que podría decir, su beso fue muy
lento, tierno, cargado de muchos sentimientos que son indescriptibles
"Bonita... yo..." su voz se quebró y sus manos apretaron con fuerza
la barandilla de la cama de tal forma que la hizo crujir "Tranquila, no
digas nada... vamos a estar bien" ella asintió con la cabeza, permanecimos
en silencio, hasta que el cansancio se apoderó de mí y me hizo dormir de
nuevo.
Al día siguiente me visitó mi amigo Rayan,
“Vaya Salvatierra sí que eres un hueso duro de roer” me dijo a forma de saludo
cuando entraba “Se necesita más que esto para sacarme por completo de la
jugada” le contesté con una sonrisa “¿Cómo sigues?” dijo mientras se sentaba a
mi costado en un sillón individual en el que había dormido Ely unos momentos
antes “Estoy mejor, al parecer mi intestino es un poco más corto ahora, voy a
necesitar terapia para mi brazo, pero respiro” le dije mirando las líneas de
tensión en su rostro “Sé que me estimas, pero confió que no sea sólo por eso
que estás aquí” le dije “No es bueno hablar de trabajo, estas convaleciente y
necesitas estar tranquila para recuperarte…” no le dejé terminar la frase
“Vamos amigo sabes que voy a estar tranquila hasta que sepa que es lo que está
pasando y lleguemos al fondo de las cosas” el ante mi determinación dio un
largo suspiro talló sus ojos con sus manos y después de mirarme por un largo
rato se decidió hablar “Al siguiente día de lo que te pasó… encontramos a tres
hombres muertos en el interior de unas bodegas, dos de ellos decapitados y el
otro con varias herida de bala…” mis ojos se abrieron “¿El fantasma?... pero
hasta ahora no había usado nunca arma de fuego…” el negó con la cabeza “Deja
terminar de contarte… el muerto por impactos de bala, sus heridas coinciden
totalmente con las balas que tu disparaste, tú fuiste la que lo mató en el
atentado” dijo mirándome fijamente, mi sorpresa era mayúscula mi corazón latía
fuerte “Los otros cuerpos estaban tendidos boca arriba, extremidades abiertas, sus
cabezas colocadas entre las piernas, pañuelo blanco sobre ellas y dentro de la
boca de uno de ellos había un mensaje” me dijo dudando si hacia bien en
contarme todo eso “El mensaje era si
ustedes no hacen justicia la haré yo, además encontramos un auto
deportivo con armas de fuego y casquillos que se usaron cuando intentaron
matarte… como siempre todo limpio ninguna huella” mi mente trataba de colocar
las piezas en un rompecabezas “¿Como los encontró el fantasma tan rápido?, ¿El estaba
detrás de mi atentado?”,dije mientras un pánico nublaba mi mente "No, más
bien creemos que el fantasma te ha seguido, mi teoría es que él los siguió después
de que te atacaran y los mató" lo que me decía para mí no tenía sentido
"Crees que él me protegió" el asintió con la cabeza "Lo más
seguro es que el crea que tu eres la persona correcta para destapar lo de
Fuentes, Robles y Barra por eso te eligió a ti... Claro que nuestros amigos también
lo creen por eso te han intentado sacar del medio" me dijo con un tono
lleno de frustración "Rayan, que es lo que no me has dicho" le dije viéndolo
fijamente "Al, los tres que han intentado matarte eran policías, uno
retirado ya y los otros dos en servicio..." un coraje invadió mi cuerpo,
provocando un ligero dolor en mi herida "El jefe ¿Qué ha dicho al
respecto?" pregunté apretando la mandíbula "Anda muy inquieto con
todo esto... no sólo él, los compañeros están indignados por lo ocurrido, todos
te apoyan y creo que eso los va a detener para seguir con sus intensiones...
por el momento" un torbellino de temor de apoderó de mi razón, “Afortunadamente,
cuando te atacaron reaccionaste rápido, pidiendo la ambulancia y ayuda a la
comandancia, poquito más… y… no la cuentas” mi cuerpo se estremeció al escuchar
su comentario “¿De qué hablas?, si yo no pedí una ambulancia, el botón de
pánico si recuerdo haberlo oprimido, pero la ambulancia no” Rayan abrió sus
ojos de forma desorbitada “Alondra cuando llegamos en respuesta a tu pedido de
auxilio, tú estabas en el asfalto inconsciente con tu abrigo en forma de
torniquete en tu abdomen, con tu celular en la mano, el arma a un costado y
casi al mismo tiempo llegó una ambulancia respondiendo al pedido de ayuda de la
detective Salvatierra, de tu celular salió la llamada para pedir la ambulancia”
mi cabeza empezó a recordar todo lo que había pasado, pero yo no recordaba nada
de eso, mis recuerdos se habían quedado hasta cuando pedí ayuda y me encontraba
dentro del auto aun “No Rayan yo estoy segura que me quedé inconsciente dentro
del auto, no podía moverme… ¡¡Dios mío!! mi portafolio Rayan lo había olvidado
lo llevaba conmigo ese día en el asiento del copiloto, ¿Tu lo tienes?” Rayan se
puso de pie bruscamente se llevó sus manos a su nuca y me volteó a ver “No
había nada en el auto Alondra…” los dos reaccionamos al mismo tiempo “El
fantasma” dijimos al unisonó “Si él uso mi celular para realizar la llamada,
debe estar registrados en las grabaciones del 911” ambos sonreímos “Voy a pedir
las grabaciones, te voy a mantener informada de todo, tu cuídate y trata de
recuperarte” me dio un beso en la frente y salió de la habitación, yo me quedé
ahí sola con una sensación de temor en mi porque no sabía si estar agradecida
con el corta cabezas o tener miedo de que estaba demasiado cerca de mí, eso sin
contar con los otros tres mafiosos que buscaban mi cabeza, algo era claro mi
vida ahora corría peligro más que nunca...
Capítulo Quince.
Tres días mas fue mi estancia en el
hospital, en los cuales había desfile de compañeros dándome muestras de afecto
y ánimos para recuperarme lo más pronto posible, entre las visitas se
encontraba mi muy querido (hijo de perra) jefe aparentando genuina preocupación
y quien me daba todo su apoyo para que lo acontecido no quedara impune.
Cuando me dieron de alta decidí ir a mi
casa, aunque mi tía me insistía en que fuera con ella para ayudar a mi cuidado,
Dana también quería cuidar de mi, pero yo sabía lo difícil de la situación y no
quería que si de nuevo atentaban contra mi vida hubiese más personas
involucradas, o que terminaran pagando un precio que no les correspondía. Ely
me llevó a casa y me ayudó a instalarme, me gustaba la idea de que se
preocupara por mí, pero temía por su seguridad, ella con esa habilidad muy
propia para sorprenderme adivinó mis pensamientos "No te voy a dejar, ni
se te ocurra pedirme que me aleje, tú necesitas ayuda y yo quiero estar ahora aquí
contigo" yo la observé de donde me encontraba sentada en el sillón de la
sala, como siempre ella con su mirada férrea, su postura fría, tranquila y que
no dejaba lugar a dudas "Yo te agradezco lo que haces por mi Ely... pero
creo que no es muy buena idea que estés todo el tiempo conmigo... no estoy
segura de lo que pasa y no quiero que si hay otra ocasión en la que vengan por mí,
tu estés aquí y te pase algo, no me lo perdonaría..." Ella movió sus manos
con impaciencia y apretó sus puños "No se te ha ocurrido pensar en lo que sentiría
yo si algo te pasa, deja que te cuide, por lo menos estos días en los que no
puedes valerte todavía por ti, caray ni siquiera puedes caminar, tú no estás
sola... por favor bonita" y como siempre ocurría cuando me miraba a los
ojos y me decía bonita con esa voz ronca, hacía que mi cerebro se derritiera,
dejara de funcionar y que mi razón cediera ante sus pedidos "Está bien,
como siempre tu ganas" ella me sonrió y se hincó frente a mi descansando
una mano sobre mi rodilla mientras con la otra me acariciaba el rostro "No
quiero ganarte.. Sólo quiero asegurarme que vas a estar bien y que nada te va a
pasar".
Los días pasaban tan lentos, yo estaba
aburrida en casa sin poder caminar aun bien, Ely, mi tía y Dana siempre al
pendiente, turnándose para estar siempre que las necesitaba, Ely prácticamente
la mayor parte del día estaba en casa, me preparaba de comer, siguiendo las
instrucciones del doctor por mi nueva condición, cuidando las heridas que no se
infectaran, pendiente que no me excediera en el tiempo de estar completamente
sentada, etc. Sólo salía por las mañanas para ir a la escuela y siempre
regresaba para la hora de comida, y en las tardes generalmente estaba conmigo.
Ese miércoles por la mañana sentada en mi
recamara fastidiada de ver tv, recordé que mi padre tenía la costumbre de
guardar o anotar en un libro de vida lo más importante de los casos que había
llevado en su carrera como policía, recuerdo que cuando el falleció y recuperé
esos libros, fueron en parte la inspiración para seguir sus pasos. Entonces me
levanté de la cama, con problemas caminé rumbo a un pequeño armario que había
al final del pasillo en medio de las dos recamaras de mi departamento, donde
guardaba todo lo referente a mis padres, cuando abrí el armario inmediatamente
localicé las cajas donde había puesto todas las pertenencias de mi padre,
comencé abrirlas y gracias a que yo era una obsesionada del orden no batallé
para localizar los libros de las fechas en los que se desató todo lo ocurrido
en el 92, me senté en el piso, recargué mi espalda en la pared con mis piernas
extendidas y comencé a hojear esos cuadernos, las notas de mi padre tenían fechas
y horas, abrí el cuaderno que tenia la fecha de 1992, comencé a hojearlo hasta
que di con una nota que llamó mi atención, muerte de Lía Leen y su pequeño hijo
de 8 años Kian Leen en un supuesto accidente a principios de 1992, según las
notas de mi padre, había recibido unas llamadas desde hacia tiempo de Chin Leen
esposo de Lía (padre de Ely) quien argumentaba tener pruebas de la verdadera
identidad de los cabecillas de los rusos pero dicha reunión no se llevó a cabo
porque el hombre fue asesinado a mediados de 1991, tiempo después recibió la
llamada de la esposa quien al igual que el primero le pedía una entrevista para
entregar unos documentos así como fotografías incriminatorias, con la condición
de que recibiera protección por temer por su vida, pero al igual que con su
esposo fueron asesinados antes del encuentro, para mi padre era claro un
homicidio, pero por órdenes del capitán Francisco, se cerró el caso, en ese
*Accidente* solo sobrevivió una niña de 5 años que también salió lastimada
gravemente y según lo escrito por mi padre la llevó a estar en el hospital por
varias semanas, al final del reporte con letras rojas escribió: Deuda pendiente con personas inocentes
que clamaban por justicia y a las cuales no pude proteger ‘Dios’
un temblor se apoderó de mi, mi padre conocía a los Leen y no sólo eso se había
sentido culpable por no poder ayudarles, busqué el libro que contenía el año
1991, lo empecé a hojear y encontré las notas sobre el Sr. Chin Leen, los
escritos señalaban que el señor Leen se comunicaba con él, pidiendo ayuda
porque según sus palabras estaba siendo despojado de varias propiedades de su
familia así como de haberle robado su fábrica de telas, él había iniciado una
investigación por sus propios medios que lo habían llevado a descubrir quienes
estaban detrás de los hechos, señalaba que eran acusaciones graves a
personalidades importantes y que necesitaba verlo para entregarle las pruebas,
cuando acordaron la cita, el señor Leen no llegó y lo encontraron muerto días
después con señas claras de tortura, tirado en un callejón, ‘No, no, por favor no’ mi cabeza me comenzó a girar sentía unas
náuseas, un dolor profundo por las notas de frustración que mi padre escribía y
por saber lo que pudo haber sufrido la mujer que amaba, de pronto escuché que
alguien tocaba mi puerta bruscamente en dos ocasiones, me levanté con
dificultad, llegué hasta la puerta tomé el arma que estaba sobre la mesita, me
asomé por la mirilla pero no vi absolutamente nada, abrí la puerta con sumo
cuidado y de pronto en el piso vi el maletín que había desaparecido la
madrugada del tiroteo, me asomé por el pasillo pero no había nadie, jalé el
portafolio dentro del departamento, lo observé y parecía intacto, caminé con él
hasta llegar al lugar donde estaba viendo los cuadernos y me senté de nuevo,
abrí el portafolio, tomé el contenido e inmediatamente busqué los archivos
fotocopiados del caso de Chin Leen, en este archivo primeramente había la
denuncia del despojo de varias propiedades así como de su fábrica de telas de
forma fraudulenta por el contador de la empresa de ese entonces David Thompson cuando
vi el nombre sentía que el aire dejaba de entrar a mis pulmones David Thompson
era la última víctima del fantasma (hasta antes de los que intentaron matarme)
y seguí viendo las direcciones así como las acusaciones que no procedieron en
contra del sujeto, cuando vi que las bodegas en cuestión eran las que Ely y yo
habíamos visitado en anteriores ocasiones de nuevo tuve un mal presentimiento
de estos descubrimientos, me percaté que no faltaba mucho para que Ely llegase
así que decidí meter de nuevo todo al armario para evitar que se diera cuenta
de lo que había hecho toda la mañana...
Capitulo Dieciséis
Soy sobreviviente gracias a la suerte…
Ely entro al departamento puntual como
siempre minutos antes de la una “Hola, ¿Cómo sigues?” me dijo mientras dejaba
el juego de llaves sobre la mesilla de siempre, yo estaba parada a un costado
de la sala, con mi cabeza aun aturdida por los últimos descubrimientos, solo le
sonreí, ella como de costumbre se acerco y me dio un beso en los labios, me
observo detenidamente por unos instantes y su gesticulación cambio a una preocupación
“Bonita ¿Te encuentras bien?, te ves algo pálida” su pregunta me saco de mi
aturdimiento moví la cabeza para despejarme aun que parecía que estaba diciendo
no “Estoy bien, solo es que me acabo de despertar y ando aun desubicada, no te
preocupes” dije tratando de sonar convincente “¿Como fue tu día hoy?” comente
tratando de cambiar el tema “Muy bien, gracias por preguntar” luego cerró los
ojos haciendo una mueca muy simpática “Auch he olvidado pasar por la despensa
para la comida… de inmediato regreso” me dio otro beso, tomo las llaves de la
casa y salió disparada cerrando la puerta tras de sí, dejándome con una sonrisa
en los labios por su forma peculiar de ser.
Me dirigí a la recamara pues había
permanecido sentada por un largo periodo de tiempo y eso me provoco un ligero
malestar, en eso me percate que había dejado mi arma en la esquina de la
pared a un costado de la puerta del
armario, molesta con mi descuido arrastre mi existencia a recoger la pistola,
cuando me incorporaba con el arma en la mano izquierda ya que mi derecha aun
estaba inmovilizada, se escucho un disparo, una patada en la puerta que se
abría bruscamente, mi corazón se acelero cuando escuche que personas entraban
al departamento, me metí en la puerta de la recamara para invitados que estaba
próxima mientras la adrenalina invadía mis venas, para evitar que los intrusos
se acercaran adonde estaba, me arrodille, entre abrí la puerta y dispare en varias
ocasiones con algo de dificultad pues la izquierda no era mi mano diestra, inmediatamente
con un arma de alto calibre me contestaron los disparos; por los ruidos y voces
que escuchaba me di cuenta que eran varios hombres lo que estaban dentro, oía
sus voces que decían que me tenían que ahora si no me escaparía, así que de
nuevo dispare en varias ocasiones con separación de tiempo entre disparos para
no gastar todas mi balas.
Estaba sin comunicación ya que mi nuevo localizador
estaba en mi habitación, la única esperanza era que los vecinos al escuchar los
disparos llamaran de inmediato a la policía, pero no estaba segura si podría
mantenerlos a raya durante tanto tiempo, seguí disparando con separación de
segundos, de pronto escuche varios quejidos, mas disparos pero ya no hacia el
pasillo donde me encontraba, cuando asome mi cabeza por la puerta empuñando mi
arma, en ese momento vi a un hombre con pasamontañas azul caer de rodillas
frente a mí, mientras otra persona con vestimenta completamente negra, su
rostro tapado con una especie de mascara que solo dejaba ver sus ojos, cortaba
con una espada la cabeza del encapuchado, el cuerpo inerte callo hacia el
frente y la cabeza rodo hacia el pasillo, mientras abundante sangre salía del
cuello amputado, salí lo más rápido que pude hacia la sala tratando de evitar
la visión del hombre sin cabeza, cuando mi vista me mostro que otro sujeto se
arrastraba en dirección de un arma para dispararle al (oportuno) misterioso de
negro, yo sin saber bien por qué razón, le dispare evitando que le hiriera,
mientras este le dislocaba el hombro a otro tipo corpulento con pasamontañas y
chaqueta azul, a la vez que con un movimiento rápido le rompía el cuello, otro
de los sujetos con pasamontaña sacaba una automática para dispararle al de
negro, yo le apunte con mi arma para impedirlo pero mis balas ya se habían
terminado, pero el habilidoso salvador lanzo una daga con tal fuerza y
precisión que le atravesó la tráquea, antes de que este accionara su arma,
luego dio un mortal hacia tras para llegar y patear otra arma que intentaba
coger un hombre que yacía en el piso con herida de bala que yo le di en el
intercambio de tiros, antes de un
parpadeo el ninja mal ubicado, de nuevo con su habilidad, desenvaino su espada
y corto la cabeza en un movimiento rápido y preciso, di unos pasos más hacia la
sala, recargue mi espalda a la pared, cuando me percate de otro tipo caído en
un charco de sangre que yacía al otro lado del pasillo con un impacto de bala
en su frente, (también cortesía mía) otro más sin uno de sus brazos y con su
cabeza a distancia de su cuerpo al igual que la extremidad que aun sostenía un
arma, de inmediato mi atención regreso al encapuchado de negro que caminaba
hacia donde estaba parada con espada en mano, sentí un escalofrió recorrer todo
mi magullado cuerpo, cuando vi que se inclino sobre uno de los cuerpos para
retirarle la daga que le había lanzado, el hombre parecía que aun tenia vida
por el ruido de asfixia que salía de él, con total brusquedad y sin
contemplaciones retiro la daga de su garganta, provocando que abundante sangre
escapara de la herida, con la base de la empuñadura de su espada le dio un
golpe fuerte en su garganta haciendo que gotas de sangre salieran disparadas,
manchando el piso y sus guantes, golpe que termino de matarle, uso la misma
ropa del individuo para limpiar rápido la hoja del cuchillo así como la
empuñadura de su espada, guardando la daga en una funda que llevaba en su
pierna derecha y la espada en su espalda.
A lo lejos se empezó a escuchar el ruido
de las sirenas de las patrullas que se acercaban al edificio, nuestros ojos se
cruzaron por unas milésimas de segundo, eran de color casi negros, su mirada
era escalofriante y fría, el ninja de pie a unos pasos de mi cerro su puño lo
coloco en su corazón a manera de saludo dio una inclinación de cabeza, salió corriendo
atravesando mi sala para aventarse por la única ventana cuyos vidrios no habían
sido rotos por el reciente tiroteo, el sujeto en cuestión estaba loco o era un
suicida pues mi departamento se ubicaba en el piso 5, así que con toda la
adrenalina que aun recorría mi cuerpo, camine lo más rápido que me fue posible
para asomarme, pero el tipo por arte de magia había desaparecido.
Varios minutos después subieron varios
compañeros policías, entre ellos el capitán Barra, mi adorado primo Andrés y mi
amigo Rayan, entraron y vieron los 7 cuerpos tendidos sobre mi sala note de
inmediato la sorpresa del capitán, supongo que lo que él esperaba ver era mi
cadáver y no los de sus matones, le mire desafiantemente como diciéndole que
sabía que él era quien estaba detrás de todo esto “Dios, ¿Que ha pasado?”, dijo
Andrés mirando con asombro lo sangriento de la escena “¿Al estas bien?” me
pregunto con genuina preocupación Rayan “Estoy bien, no me ha pasado nada por
fortuna” dije mirando a todos los oficiales que observaban la escena.
Después de tomar mi declaración de los
hechos y explicarles detalladamente lo ocurrido, mientras peritos forenses
tomaban huellas, fotografías, nos interrumpió uno de los expertos pidiendo que
viéramos algo, cuando giramos nuestra vista lo que vimos era que debajo de los
pasamontañas se encontraban dos compañeros policías en activo, y uno más que no
hacía mucho tiempo se había dado de baja de la corporación, “Dios esto es grave
serian con estos dos, cuatro policías que tratan de matar a una detective y dos
más que han pertenecido en algún momento al departamento, asuntos internos va a
solicitar una investigación federal” dijo Andrés, tras el comentario de Robles,
analice la reacción del comandante quien tenía el nudo de su corbata flojo como
señal de la tensión que ya no podía ocultar, su vista se cruzo conmigo yo sin
poderlo evitar le sostuve la mirada de forma desafiante, cosa que seguro le
confirmo que yo sabía que él era parte de estos atentados “Deberías explicarnos
Salvatierra, como es que un psicópata aparece en tu departamento, para ayudarte
a esto” dijo señalando mi casa, “No tengo idea, en todo caso primero deberíamos
averiguar por qué policías tratan de matarme, seguramente cuando lleguemos a
ese punto lograremos entender por qué el psicópata me ayudo” le dije con mi
tono despreciativo “Alondra es una víctima aquí capitán, deberíamos
preocuparnos por mantenerla a salvo por si hay más policías que la quieren
muerta” dijo Rayan en un tono conciliador “Sin ofender amigo pero no confió en
ningún policía en estos momentos para mi protección” dije en tono burlón, “Lo
mejor será que asuntos internos realice los requerimientos necesarios para que
la investigación de federales empiece a indagar lo ocurrido” dije “Seguramente
también ellos tomaran el caso del fantasma por que según veo todo se relaciona”
termino de comentar Andrés, el capitán salió del departamento con su cara
desencajada, Andrés salió tras el preocupado por su bienestar “Lo vamos a
conseguir” me dijo Rayan en un susurro y salió tras de ellos. Un oficial se
acerco a mí con su radio en mano “Detective Salvatierra hay una chica que dice
que vive en el departamento de enfrente y pregunta por usted”…
Capitulo
Diecisiete.
La verdad
oculta tarde o temprano será revelada…
Baje por el ascensor hasta llegar a la
recepción, la mayoría de los vecinos se encontraban en la planta baja, otros
más afuera de las puertas del edificio, cuando el elevador se abrió todos los
ojos de los presentes se clavaron en mi, Ely estaba a un costado recargando su
espalda a la pared, su rostro se veía tenso, preocupado y a los pies de ella se
encontraba unos bolsos con la compra que había realizado para la comida, al
mirarme camino con paso rápido para encontrarme, me abrazo con cuidado para no
lastimarme y sentía un pequeño temblor en su abrazo “Estoy bien, no me paso
nada” le susurre al oído, aflojo el abrazo sin retirar sus manos de mi cintura
“¿Cómo lo soportas?” al realizarme la pregunta note algo en sus ojos, algo que
en ese momento no entendí “Me entrenaron para cosas como estas” con mi mano
izquierda acaricie la piel suave y fría de su rostro, no sé si fue su cercanía,
lo ocurrido anteriormente, o simplemente que sentir algo tan fuerte y callarlo
era imposible “Te amo…” y de nuevo como las veces anteriores su misma reacción,
después de mirarme, cerraba sus ojos me abrazaba y hundía su rostro en mi
cuello sin hacer comentario alguno, ahora claro está que no estábamos solas,
teníamos alrededor a multitud de mujeres cincuentonas (puede que hasta de más
de setenta), que no perdían detalle de nuestros movimientos, además de varios
oficiales de policías que disimuladamente también observaban la escena. Siempre
me gustaba ser discreta con mi vida privada en la comandancia, no por
vergüenza, si no por qué mi vida es mía y a nadie le incumbe lo que haga.
Después de unos segundos nuestro abrazo
fue interrumpido por Rayan que raspando su garganta anuncio su llegada
“Perdón..." Ely se separo de mi, sin
apartar una de sus manos de mi espalda mientras yo giraba para ponerme de
frente a el que nos miraba contemplativamente, pero con su rostro en total
serenidad "Al... en un buen tiempo no vas a poder usar tu departamento...
sabes que si lo deseas... pues mi casa esta a tu disposición" le sonreí
sabiendo que su oferta la hacía con las más sinceras intensiones, en ese
instante sentí la mano de Ely que dejaba mi espalda para apoderarse de mi mano
izquierda dándome un ligero apretón "No te preocupes amigo, te agradezco
tu ofrecimiento... pero con todo esto no es buena idea exponer a un peligro a
nadie más..." Rayan asintió con la cabeza se despidió de mi no sin antes
ponerse a mi disposición para todo lo que necesitara.
Mi
casa al convertirse en escena de un crimen se quedaba en seguridad hasta que no
hubiese más pruebas que pudieran servir a la investigación, pero no así el
departamento de Ely, que solo compartía piso
mas no era parte ni del objetivo de los criminales, ni de los policías
para una investigación, así que no muy
convencida acepte ser su huésped "Debería buscar un hotel" Ely me
miro desde la cocina donde preparaba algo para comer ya que eran cerca de las 5
de la tarde y por lo ocurrido ni ella ni yo habíamos comido "No vamos a
discutir de nuevo por el mismo tema, aquí estas bien..." la mire
estudiando su rostro para ver si encontraba temor o duda de sus palabras, pero
como siempre su rostro serio sin demostrar sentimiento alguno impedía leer sus
pensamientos, me acerque con dificultad, porque estaba cansada de todo el
ajetreo del día, además de que mis nervios no daban para mas, "Tengo
miedo..." le dije en un susurro apenas audible, ella de inmediato dejo de
hacer lo que preparaba, levanto su vista y de nuevo aparecía en sus ojos ese
destello que aun no sabía cómo interpretar "No de morir.. Me refiero a
que... no... no estoy segura... de que si vienen aquí de nuevo por mi... si tu
estas Ely... si te pasa algo por estar a mi lado... yo..." ella rodeo
rápido la isla de la cocina donde preparaba los alimentos y me abrazo "Yo
voy a estar bien bonita, no te preocupes por mí, ahora hay que pensar en que te
vas recuperar pronto y vas atrapar y patearle el trasero a los que han
intentado... dañarte" siempre había confiado en mis instintos para todo, pero
en esta ocasión algo me decía que muy probablemente de esta no saldría bien
librada.
Después de la comida tardía de tomar mis
medicamentos, Ely amablemente coloco la
tina de baño para mí, me metí en ella, el agua tibia junto a las sales de baño,
era un alivio para mi cuerpo, pero lo mejor fue cuando ella se unió a mí,
tímidamente me ayudo a bañarme, de pronto Ely tenia esa duplicidad de
comportamiento, en un momento era una mujer apasionada, segura de sí misma y en
otras ocasiones como esta, era como una niña tímida y tierna, que hacía que mi
corazón la amara aun mas, el baño fue un bálsamo para mi cuerpo, pero sus
labios, sus manos, su piel sobre mi piel esa noche fue el mejor alivio para mi
espíritu.
Desperté al día siguiente para encontrarme
sola en la cama enredada en la sabana, una sensación de tranquilidad invadía mi
cuerpo, me levante un poco desubicada, en ese instante me di cuenta que no
había llevado ropa de mi casa para cambiarme, así que camine hacia el closet
que se ubicaba detrás de la puerta de la recamara, enfrente de la cama, abrí
las puertas y busque algo que usar, tome una camisa de Ely que estaba colgada
color blanca, busque dentro de los cajones, encontré unos pantalones de algodón
color gris que tome prestados, supuse que era tarde y que Ely ya se había
marchado a la escuela, camine con cuidado a la cocina, cuando vi el reloj me di
cuenta que en verdad aun no era tan tarde como había pensado apenas daban las 7
de la mañana, di por hecho que Ely se había ido al supermercado para traer el
desayuno, cuando de pronto escuche mi celular que timbraba el cual me saco de
mis pensamientos, levante la bocina conteste y luego de escuchar sentí un
escalofrió que recorría todo mi cuerpo… ‘Dios
no… no puede ser, así no’…
Capitulo
Dieciocho.
'¿Que
es mejor querida amiga? vivir engañadas pero felices o sobrevivir con la
verdad'
Llegue a la comandancia en un taxi lo más
rápido que me fue posible, ahí estaba Andrés con su rostro desfigurado
conteniendo el dolor y la rabia, mi tía en un mar de lagrimas, Rayan con
incredulidad reflejada en su mirada, la planta baja era un hervidero de
personas, que corrían que subían como nunca antes había recordado, mi tía al
verme se aferro a mi soltando un llanto desgarrador, Andrés al escuchar el
llanto de su madre apretó los puños giro el rostro y su cuerpo reflejaba un
leve temblor, de pronto las personas que se encontraban ahí, empezaron a tomar
rostro y nombre estaba la esposa del delegado Fuentes además de la familia
completa del capitán Barra, el fantasma había tenido mucho trabajo esa
madrugada matando a los tres hombres.
Después de convencer a mi tía de que su
presencia ahí no serbia de nada que lo mejor era que fuera a casa a descansar,
Rayan y yo tuvimos un momento para hablar de lo ocurrido “¿Qué has averiguado”
le pregunte apenas se acerco “Puede que tengamos ahora al fantasma, el capitán
Barra lo alcanzo a herir antes de que le cortara la cabeza, encontramos
pequeñas gotas de sangre que no corresponden a las que esparció el cuerpo del
capitán al momento de ser decapitado” por alguna extraña razón no me sentía
alegre de saber que podríamos atrapar al fantasma, sentía muchos sentimientos
encontrados, pena por mi tía y hasta por el primo Andrés pero paz de saber que
por lo menos alguien se había atrevido hacer algo que segura estoy yo nunca
hubiese podido, vengar la muerte de mis padres, sentía compasión por los hijos
huérfanos y las esposas viudas, pero un destello de satisfacción por saber que
de alguna manera habían pagado parte de sus delitos aun que sea con su muerte.
Cerca de las 13.00 hrs. Decidí regresar al
departamento de mi dulce tormento para que no se preocupara cuando regresara,
subí por el ascensor, con el juego de llaves que me había dado el día anterior,
entre al departamento, pero para mi sorpresa todo seguía igual como lo había
dejado, una pequeña punzada en mi estomago me decía que algo no andaba bien,
marque por decima vez a su celular pero como las otras ocasiones que había lo
hecho desde la comandancia no había respuesta de ella, entre a la recamara para
ver si en la mañana por las prisas había omitido ver alguna nota que me hubiese
dejado avisándome de que tenia cosas pendientes que hacer pero en efecto no
había nada, abrí de nuevo el closet para buscar ropa más apropiada para un
funeral, porque mi departamento aun estaba clausurado y note algo que en la
mañana no me había percatado seguramente por mi adormecimiento, la parte donde
tenía colgada la ropa estaba un poco separada hacia al frente de donde estaban
los cajones, intrigada por eso se me ocurrió jalar hacia delante ambas cosas
cuando se movieron de forma automática se encendió una pequeña luz que develo
ante mis ojos algo que en mi cerebro había sospechado días atrás, pero que mi
corazón se había encargado de negarlo, sentí como un golpe en mi estomago que
impedía que el aire llenara mis pulmones, mi cabeza dio un vuelco que casi me
hizo perder la vertical y un miedo invadió mi ser acompañado de un frio
desolador; mi cerebro empezó a terminar de formar el rompecabezas porque en ese
doble fondo se encontraba el resto de las piezas que me develaban una verdad
que no estaba preparada para descubrir de esa forma tan brusca.
Me quede como estatua mirando dentro del
closet el resto de las piezas del rompecabezas, cuando mi cabeza termino de
unir todas las piezas sentí el dolor más agudo que puedo recordar que atravesó
mi corazón cimbrando mi ser
Mi celular me hizo regresar de nuevo a
tierra “Diga” conteste por decir algo “Al, soy yo Dana, me he enterado lo de tu
tío por las noticias, hablo para ver cómo están si necesitan algo” me dijo, yo
no conteste nada porque mi mente aun no dejaba de trabajar, de cuestionar de querer
tomar control de la situación “Al, ¿Estás ahí?… ¿Me escuchas?” su voz despejo
por un momento mi mente “Si, Dana aun estoy aquí, ¿Estás en tu trabajo?...
necesito un favor” al terminar mi llamada con Dana tome mi bolso, cerré el
apartamento y salí a prisa.
Después de pasar por la oficina de Dana
para tomar prestado su auto, de hacer un alto en una farmacia para comprar un
botiquín de primeros auxilios, avance atravesando la ciudad sorteando el
trafico abundante de las calles, comencé a abandonar la urbe hasta llegar a la
pequeña desviación en la autopista, todo el trayecto trate de que mi mente
estuviera tranquila y despejada, a lo lejos alcance a ver la motocicleta de Ely
estacionada cerca de la entrada a la bodega que habíamos visitado las ocasiones
anteriores, estacione el auto a una distancia considerable para que no
escuchara el ruido del motor, por fortuna el auto de Dana era de trasmisión
automática y no se me dificultaba manejarlo solo con la mano izquierda, tome el
botiquín del asiento del copiloto cerré el auto con cuidado y camine con paso
firme pero con un remolino de emociones rumbo a la entrada.
Tome una respiración profunda pero sentía
que el aire en la atmosfera era tan denso que no alcanzaba a filtrarse por mi
nariz, cerré los ojos por unos instantes, decidí entrar a la bodega a enfrentar
la verdad para desenmascarar a la mujer de quien estaba locamente enamorada
pero que en esos momentos había confirmado no conocer en absoluto, cuando di mi
segundo paso al interior del local, aturdida por el cambio de iluminación del
sol unos segundos antes y ahora la penumbra escuche un ruido de una cuchilla al
mismo tiempo que sentí algo frio posarse en mi garganta, me quede quieta,
paralizada, cuando mi vista se termino de acostumbrar al lugar la vi parada a
un costado mío, empuñando su espada la cual descansaba en mi garganta, vestía
completamente de negro, aun traía una máscara en su rostro y solo se alcanzaba
a ver sus ojos como el día anterior en que había acudido a mi rescate, nuestras
miradas se encontraron y con una voz suave (demasiado diría yo) le dije “Ely
baja por favor tu espada, permíteme ver tu herida ¿Si?”…
Capitulo
Diecinueve.
Hace tiempo cuando era más joven en la
escuela recuerdo haber leído un texto que más o menos decía así:
‘No soy malvado, simplemente no me has
juzgado de la forma correcta, por mis venas corre sangre como por las tuyas, mi
corazón palpita repudiando mis hechos como el tuyo lo hace, mi conciencia me
reclama justicia como la tuya te exige que me juzgues… solo que a mí no me rige
esa justicia que a ti si, querido amigo, a mi me rige la venganza… esa es para
mí justicia…’
Ely de forma rápida quito la espada, giro
su cabeza escondiendo su mirada de la mía y se quedo quieta sosteniendo su
espada con su mano derecha pero ya no amenazándome si no dirigida al piso,
camine con un temblor leve que invadía mi cuerpo sin poder controlarlo, me puse
a su costado y con mi vista en su cuerpo analice donde podía estar su herida,
hasta que vi que en su brazo izquierdo traía humedecida su ropa, di unos pasos más
hasta estar frente a ella a centímetros de distancia, pero ella seguía con su
rostro girado a la pared evitando ser vista por mí “¿Te duele?” le pregunte en
voz baja, ella simplemente negó con la cabeza, en la esquina de la pared note
que había unas piedras grandes que había estado usando como asiento y junto a
estas se encontraba una maleta deportiva color negra con vivos en azul,
“Siéntate, para poder curar tu herida” le dije mientras me dirigía hacia la
esquina, ella me siguió en total silencio coloco su espada en la funda que
descansaba exactamente en la esquina y se sentó, me hinque frente a ella entre
sus piernas, rasgue su ropa por la parte de su hombro y me encontré con una
herida más abajo del hombro por el lado del brazo izquierdo que sangraba
copiosamente, del botiquín que había comprado en la farmacia saque unos guantes
de látex coloque el de la mano izquierda y le extendí el otro a ella para que
lo usara, se puso el guante en su mano derecha “Necesito tu ayuda” ella en
absoluto silencio miraba lo que hacía saque de la caja de plástico un paquete
de algodón y agua oxigenada así como alcohol, con los dientes abrí el algodón
colocándolo cuidadosamente dentro de la caja abierta, sostuve el alcohol y lo
extendí a ella para que me ayudara a romper el sello a la botella, luego se la
entregue mientras yo tomaba un poco de algodón con mi mano, ella coloco
abundante alcohol en la mota de algodón que traía y con sumo cuidado empecé
expandirlo por su herida, seguramente le dolió mucho pero se quedo quieta
esperando a que terminara de limpiar la herida.
Cuando termine de limpiarle, me percate
que la herida era superficial y que seguramente esa no era la que había
provocado que sangrara cuando el capitán Barra le disparo, con su ayuda le
vende y tapamos el flujo de sangre, pero entonces lleve mi mano a su costado
derecho justo debajo de sus costillas, esta acción hizo que se estremeciera por
la sorpresa o el dolor al retirar mi mano el guante salió manchado de sangre, “Quita
la parte superior de tu ropa, por favor” le dije, Ely obedeció, con cuidado
desamarro y saco de su cuerpo la obscura vestimenta y se quedo solo con un top
deportivo, además de sus pantalones, cuando vi su herida un vuelco estrujo mis
entrañas había abundante sangre de una perforación de bala que había entrado en
su costado y que había salido por la parte posterior de su cuerpo, le pedí que
vaciara un poco mas de alcohol en mis manos para limpiar los guantes manchados
y comencé a tocar con cuidado con las yemas de mis dedos para tratar de
averiguar si la bala había salido completamente o había dejado restos dentro
del cuerpo de Ely, según lo que tocaba no había nada anormal, mas allá de la
herida, solo me preocupaba la abundante sangre que salía “¿Te duele cuando
respiras?, ¿Has tenido dificultad para respirar?” le pregunte mientras un nudo
se apoderaba de mi garganta, ella negó con su cabeza “¿Segura?” y de nuevo sin
pronunciar palabra movió su cabeza afirmativamente “Si no me estas mintiendo,
según veo, la herida no toco algo dentro de ti, solamente perforo y salió… por
fortuna” le dije con un suspiro “Hay que cerrar la herida, para que no sigas
sangrando, ¿Ely estás segura que no te duele cuando respiras, que no has tenido
dificultades para tomar aire?” ella llevo su mano diestra a la base de su
cabeza y desabrocho unas cintas de tela que comenzó aflojar su máscara, la
retiro por completo y entonces vi su rostro pálido que denotaba cansancio, sus
labios no eran rosados más bien blancos y sus ojos se veían perdidos, con su
voz ronca me dijo al fin “No me ha tocado ningún órgano, solo es el tejido, no
te preocupes, puedes suturarme”.
Minutos después con mucho trabajo,
termine, guarde todo en el botiquín y me quede viéndola detenidamente, ella
guardaba silencio, “¿Por qué no habías curado tus heridas?... ¿Por qué dejaste
que perdieras tanta sangre?” le pregunte, de nuevo su silencio y su vista
clavada en el piso, eso me hizo perder los nervios “¡¡¡Carajo!!! ¡Querías
desangrarte lentamente hasta morir Ely!... Tu no piensas verdad… ¿De qué
maldito planeta vienes?” y sin poderlo controlar mi voz se rompió, trate de
ponerme de pie rápidamente tratando de que mis ojos controlaran el liquido
cristalino que amenazaba con salir, pero un dolor en mi abdomen impidió la
maniobra así que regrese a mi posición anterior, ella se percato de lo que
sucedía y se hinco de forma automática frente a mí, “¿Te has lastimado?” me
pregunto, pero yo estaba tan cansada, completamente confundida, no sabía que
sentir o mejor dicho como me sentía en ese momento, bruscamente me puse de pie
ignorando el dolor “¿De verdad te importa mi bienestar?… ¿O me crees tan
estúpida y crédula como para seguirte creyendo?” y mis lagrimas empezaron a
bajar por mis mejillas, “Deja ya de
burlarte de mí, me gustaría que tuvieras el valor Ely de ser honesta aun que
sea una vez en la vida conmigo… Creo que mínimo merezco eso ¿no?” Ely se quedo
quieta mirándome sin decir palabra, solo me observaba, al ver su pocas ganas de
hablar, con un peso enorme sobre mi pecho di la media vuelta y comencé a
caminar hacia la salida, sintiendo que algo se rompía dentro de mí, cuando
estaba a punto de salir su mano fría rodeo mi brazo y me lo impidió, me jalo
ligeramente para ponerme de frente a ella y cuando mis ojos con lágrimas se
encontraron con su rostro, vi en su cara una angustia que nunca le había visto
y distinguí ese brillo en sus ojos de nuevo que en ese momento me percate que
en verdad era miedo… su voz temblorosa comenzó hablar “No soy capaz de darte
una explicación bonita… porque mis actos no la tienen… quieres que sea honesta
contigo y te diga la verdad… pues bien la única verdad que se ahora mismo es
que te amo con todas las fuerzas de mi ser y mas allá de ellas… No podía
permitir perderte… porque si te pierdo a ti, me pierdo yo misma… por eso lo
hice… Por qué si ellos de nuevo lo intentaban tal vez ahora si te quitarían de
mi vida… Ellos ya me han arrebatado todo, no podía permitir que te arrebataran
a ti ahora, por qué tú eres lo que más amo… Daria mi vida por ti…”
Capítulo
Veinte.
“No soy capaz de darte una explicación,
bonita, … porque mis actos no la tienen… quieres que sea honesta contigo y te
diga la verdad… pues bien, la única verdad que sé ahora mismo es que te amo con
todas las fuerzas de mi ser y más allá de ellas… No podía permitir perderte…
porque si te pierdo a ti, me pierdo yo misma… por eso lo hice… Porque si ellos
de nuevo lo intentaban tal vez ahora si te quitarían de mi vida… Ellos ya me
han arrebatado todo, no podía permitir que te arrebataran a ti ahora, por qué
tú eres lo que más amo… Daría mi vida por ti…”
Me quedé congelada perdida en sus ojos,
que ahora me permitían ver en el interior de su corazón por primera vez desde
que la conocí, me mostraban el dolor que escondía, el miedo que existía en su
ser a la perdida, el odio…
-
Quise corregir mis actos cuando te conocí, pero ya no pude, en lugar de hacer
las cosas bien, te involucré a ti y te puse en la mira de esos malditos… No
podía permitir que te dañaran… Anoche mientras hacíamos el amor… Cuando toqué
tu piel, cuando te sentí mía, me di cuenta que tenía que hacer algo para que no
te dañaran más de lo que ya lo habían hecho- Con su dedo pulgar acariciaba
lentamente mi mano, dudando dio un paso más para acercarse a centímetros de
distancia, sus ojos no se apartaron de los míos, su voz profunda hacía en mi
con cada palabra que comprendiera mas su personalidad, qué mi corazón la amara
más -No me acerqué a ti buscando usarte o aprovecharme de la situación para un
beneficio personal… Me acerqué a ti… Porque mi abuela hablaba de ti con respeto
y con cariño… Porque me fijé en tu sonrisa cada tarde que llegabas al edificio,
en tu belleza única… Porque de inmediato me di cuenta que eras diferente… Porque
cuando vi tus ojos verdes, esa tarde en el pasillo, me atraparon… Te amé desde
ese instante… ¡Dios!… Cuando esa madrugada me dijiste aquí mismo que me amabas,
me hiciste tan feliz y quería gritar que yo también te correspondía… Pero… - Soltó
mi mano, dio media vuelta, caminó unos pasos atrás y señaló la máscara tirada
en el piso, así como la espada-Pero… eso me lo impedía… - dijo en un susurro,
mis lágrimas no dejaban de fluir de mis ojos, sentía ganas de abrazarla, de
besarla, pero algo lo impedía, caminé lento para ponerme de nuevo frente a ella,
-¿Por
qué no me lo dijiste?- ella puso en su rostro una media sonrisa nerviosa,
negando con la cabeza…
-Tenía
miedo de que me repudiaras… Aun lo tengo… Pero, mi corazón me dice que he hecho
lo correcto… No me arrepiento… Porque así me den la pena capital… así me pudra
en una celda por el resto de mi vida… Saberte a salvo, eso es para mí
suficiente… Saber que ellos no te van a tocar, es suficiente para soportar todo
lo demás… Porque aunque mi forma de amar no sea la correcta, puede que ni la
más sana, mi corazón está tranquilo… aunque me odies, estás bien… eso es lo
importante.
El momento de conocerla por completo sabía
que era ese, que otra oportunidad probablemente ya no tendría para revelar lo
que era y como había llegado a serlo
-¿Por
qué?- ella me rodeó y caminó lento para sentarse de nuevo sobre donde había
estado minutos antes, fue entonces que me percaté que tenía pequeñas gotas de
sudor en su rostro
-Mi
madre biológica fue asesinada cuando mataron al abuelo, ella pasaba por ahí
cuando el incidente, no alcanzó a escapar de las balas, yo era una bebé de apenas meses de nacida, en ese momento mi
madre no tenia documento alguno en su poder que le identificara, aunado a que
nadie se presentó a reclamarme o a ella… los Leen se enteraron de mi condición,
así que empezaron a mover sus influencias, pidieron el cuerpo de mi madre para
darle sepultura y que no fuera a parar en una fosa común… Chin y Lía tenían
tiempo de casados así que iniciaron los trámites para adoptarme, después de
meses lo consiguieron, desde ese momento ellos fueron mi familia, me quisieron
como una hija sin hacer diferencias con Kian, era tan feliz… Hasta que tres
años después asesinaron a mi padre y uno más tarde a mi madre y hermano…-
Cuando terminó de contarme su voz sonaba como ausente, cerró los ojos y recargó
su cabeza en la pared- Yo también acompañaba a mi madre y hermano en el auto
cuando una camioneta salió en el camino aventándonos debajo de un puente… por
alguna extraña razón yo sobreviví…- Bruscamente se puso de pie y apretó los
puños- Cuando salí del hospital, la abuela temía por nuestras vidas, así que
decidió mandarme con su hermano a Japón, él tenía un dojo y ahí me educaron y
me entrenaron, hasta los 14 años que regresé para estar con la abuela… fue
cuando descubrí todo lo ocurrido, cuando la abuela enfermó tiempo después,
antes de su muerte, le prometí que me encargaría de hacer justicia, así que con
la información que tenía empecé a localizar a los cómplices y culpables de la
muerte de mi familia”- Di unos pasos hasta llegar más cerca de ella
-¿Por
qué matarlos? ¿Por qué no buscaste otro tipo de ayuda?- Ely sostuvo mi mirada…
-No
tenía nada que perder y sí mucha sed de venganza, la rabia me cegó… Más que
justicia quería verlos destruidos… Para los peones, la muerte; para los líderes
destruir su carrera y luego sus vidas, por eso empecé a poner los pañuelos en
la cabeza y colocar los cuerpos de cierta forma, quería llamar la atención y que
los relacionaran hasta llegar a los tres peces gordos… Luego me enamoré de ti y
comprendí que sí tenía mucho que perder… Cometí un gran error… Te involucré
tratando de emendar mis actos… Ahora sé que te pierdo, pero también te gano
porque estás viva y eso me basta…
Mi corazón le ganó a mi razón y caminé
hacia ella, la abracé, necesitaba sentir sus brazos, porque a pesar de todo,
ella era mi hogar, mi refugio, mi vida, mi mundo, mi amor…
-Te
amo… Te amo…- Le susurraba una y otra vez mientras me aferraba a ella. Ely hizo
su rostro hacia atrás para mirarme con una sonrisa triste, acarició mis labios con
la yema de sus dedos, besó mi nariz, mis ojos llenos de lagrimas, mis mejillas,
mi frente, hasta llegar a mis labios, lentamente sus labios tocaron los míos,
más que un beso fue una caricia suave, que dejaba fluir lo que ambas sentíamos,
que nos envolvía en cada emoción, que derribaba cada miedo, que fortalecía el
lazo que nos unía, que rompía cada duda que nos podía separar; de nuevo me
hacía perder en el tiempo, me hacia olvidar del espacio, me trasladaba a un
universo donde la justicia no existía, donde el dolor se desvanecía, un sitio
donde sólo importaba ella, sus labios, su aliento, donde yo me perdía para que
ella se convirtiera en mi todo, no sé si duramos horas besándonos, minutos, o
tal vez fueron unos cuantos segundos, pero con ese beso Ely me mostró el significado
de la palabra eternidad, ahí comprendí lo que significaba amar para siempre, no
en el sentido de mas allá de la muerte, si no en el sentido de más allá del
espacio y del tiempo, porque eso hace el amor, extravía la razón en un universo
paralelo, eso es el amor, el sentimiento que invade los sentidos, enloquece el
alma y satisface el corazón… El amor es locura, porque no entiende de sentidos
comunes, del deber, sólo entiende de un corazón que palpita con fuerza por
otro, de una sed que sólo puede saciar otra persona, sin importar religión,
sexo, moralidad, el amor va mas allá de lo común, de lo que la lógica dicta.
Al terminar nuestro beso, ella me miraba
con una tranquilidad que a mí también me traía paz.
-No
quiero que hagas nada para salvarme o librarme del castigo que mis actos
merecen…- Cuando escuché eso yo abrí mi boca para protestar por su pedido- Shht…-
Tapó con sus dedos mis labios para impedir que dijera algo- Te amo por lo que
eres, por lo que crees y lo que persigues, si buscas protegerme irías contra
esos principios que te hacen ser quien eres, yo amo quien eres y no quiero
cambiarte por más amor que me tengas… tu siempre haces lo correcto y no quiero
que ahora sea diferente… Prométeme que vas hacer lo correcto- yo la miré con
mis ojos desorbitados, porque no quería prometer eso, me pedía que
prácticamente la arrestara y la llevara ante la justicia para que la destrozaran
por asesinar a tres hijos de la mala vida, que para muchas personas en esta
ciudad eran ciudadanos honorables, me pedía que la llevara ante los buitres
para que la devoraran y yo no podía hacer eso, porque ella había hecho
justicia, no de la forma correcta, ¿Pero en este mundo quien rige lo correcto?
Así que no le contesté, me le quedé viendo, ella me sonrió
-¿Acaso
tu no me odias por lo qué he hecho?- Me dijo con una sonrisa que en el fondo no
me dio buena espina
-Te
amo Ely, No comparto lo que has hecho del todo, pero te amo… No me pidas que
omita el amor que siento por ti, no puedo, me pides demasiado- ella acarició mi
rostro tiernamente.
-Entonces
confió en que también perdones esto que voy hacer ahora mismo…
Apenas terminó su frase y sentí un pequeño
pinchazo en mi espalda, mi mente empezaba abandonar este mundo ‘No… no… no lo hagas’ no estoy segura si
se lo dije o sólo lo pensé, una oscuridad se apoderó de mí, perdí el control de
mi cuerpo, de mis sentidos, algo súbitamente me hizo perder la conciencia de
todo…
Capítulo Veintiuno.
Un zumbido empezó a invadir mis oídos, a
lo lejos escuchaba un timbre que hacía ruido constante, una luz brillante hizo
que cerrara de nuevo mis ojos, cuando las voces a mi lado fueron más claras
empecé abrir mis ojos poco a poco entonces vi el rostro de Dana que estaba a mi
lado, alcé la vista al techo para verlo de color blanco, sentía que estaba en
algún lugar extraño, cuando mis sentidos regresaron, un mareo se apoderó de mí
y de nuevo me obligó a cerrar los ojos
-Tranquila
Al, no te muevas- me susurraba Dana.
-Ya
reaccionó- Escuché una voz masculina familiar- Salvatierra ¿Me escuchas?- de
nuevo abrí mis ojos para encontrarme con Rayan y Dana que me observaban.
-¿Dónde
estoy? ¿Qué ha pasado?- pregunté al ver que de nuevo estaba en la cama de un
hospital, todos los recuerdos regresaron a mi mente de golpe y una
desesperación se apoderó de mi, intenté sentarme pero un mareo me lo impidió.
-Tranquila,
estás segura, afortunadamente pediste ayuda a tiempo antes de que te matara- me
dijo Rayan, seguramente mi cara era de confusión total (en realidad estaba más
que confundida)-Ya sabes el Fantasma que resultó ser mujer, que atrapaste,
bueno que te ayudamos atrapar…
Un torbellino
de nervios, miedo, incertidumbre se apoderó de mi estómago, cerré los ojos para
tratar de no perder el control y mostrarme serena
-No
recuerdo qué pasó, ¿Tú estabas ahí?- dije con fingida tranquilidad
-Se
recibió el llamado a la central de tu localizador pidiendo ayuda, dijiste que
necesitabas refuerzos que habías descubierto la ubicación del fantasma, nos
diste las coordenadas exactas del complejo industrial, llegamos lo más rápido
que pudimos, yo abordé uno de los helicópteros que acudió a tu llamado,
mientras otras patrullas llegaron al sitio, fueron 15 minutos de tardanza entre
tu llamada y nuestra llegada, cuando entramos al lugar ella estaba
inconsciente, supongo que ambas pelearon y en el intercambio se lastimaron,
estabas frente a ella con ese golpe en la cabeza, cuando ingresamos vimos que
te desvaneciste
Sentía
ganas de llorar, de buscar a Ely y ahorcarla, me sentía sola mas sola que nunca…
-¿Cuánto
tiempo ha pasado?- dije en voz baja
-Cuatro
horas… Te trasladamos aquí de emergencia junto a ella, sus heridas son también
delicadas, aun no la dan de alta, está en calidad detenida aquí mismo en el
hospital… Tu venías un poco menos lastimada, traes una conmoción, te van a
tener en observación por las próximas 24 Hrs…
Dejé de escuchar a Rayan después que me dijo que Ely estaba internada, cerré
mis ojos para tratar de escapar de la espantosa realidad que existía, no para
dormir, si no para dejar de sentir, mi vida era una pesadilla… Me enamoré de
Ely a pesar de mí, siempre había pensado que no era bueno enamorarse de
personas demasiado jóvenes, porque la experiencia de vida tarde o temprano cobraba
factura, claro ella llegó y rompió eso, había prometido no volver a salir con ninguna
artista (eso por mi última experiencia nada grata con una guitarrista) y claro
de nuevo Ely hizo que no lo cumpliera, había prometido nunca ser yo la que se
enamorara de nuevo, sino hacer que alguien más se enamorara de mi para no ser
la que más sufriera y he aquí otra cosa que la niña había hecho que rompiera,
pero el amor es así, rompe todos los paradigmas, todas las creencias,
transforma realidades, quebranta las más altas barreras, rompe el escudo más
resistente y debilita al más fuerte para convertirlo en vulnerable e indefenso,
como yo me encontraba en ese momento.
Mucho tiempo pasó mientras tenía mis ojos
cerrados, escuchaba como Rayan se fue, que alguien más entraba y que luego de
un tiempo salía.
-Sé
que estás despierta Al… ¿Me puedes explicar qué pasó? No la versión oficial, si
no la realidad de las cosas- abrí mis ojos para encontrarme con la mirada
preocupada de Dana
-Ella
lo hizo todo- dije con frustración
-Lo
sé, está en el noticiero, mató a tu tío…- yo moví mis manos con impaciencia
apretando las sábanas que me cubrían—
-Me
refiero a que ella fue la que llamo para pedir refuerzos, ella fue la que
prácticamente se entregó, no me dejó protegerla… no me permitió ayudarla…
decidió por mi- terminé de decir con un nudo de coraje en mi garganta.
Dana
me observaba tranquila
-Entonces
ella te está protegiendo para no involucrarte… Sabés que lo ha hecho por tu
bien…- me senté bruscamente en la cama.
-Ely
no sabe nada de lo qué es bueno para mí, ella no tiene idea de lo que necesito
para estar bien…- Dana se puso de pie inmediatamente, para llegar a mi lado- Busca
a un maldito doctor para que me deje salir de aquí- le dije bruscamente, ella
conociéndome como me conocía, sabía que si no lo buscaba, me levantaría yo para
ir por él o en el peor de los casos saldría del hospital con o sin alta médica,
así que resignada salió en busca del médico.
Después de alrededor de quince minutos
regresó con un joven de bata blanca, quien me observaba detenidamente por verme
sentada en la cama
-Usted
está en observación médica no puedo darle el alta- dijo el joven con toda la
seguridad que pudo, (antes en interrogatorios había hecho temblar a hombres con
más edad que este niño, que segura estaba no me duraría ni cinco minutos), con
una sonrisa burlona me paré para encararlo.
-Me
da igual su maldita observación médica, necesito que me firme el pase de salida
ahora mismo- con mi dedo índice le señalé el pecho mientras le hablaba- Necesito
que me traiga mi ropa así como mis pertenencias personales- le dije con mi tono
seco, dándole una orden más que pidiéndole un favor
-Yo…
no puedo… darle de alta- dijo el joven un poco intimidado por mi agresividad
-Entonces
muévase y tráigame un médico de verdad que pueda darme de alta, ¡de una maldita
vez!- El joven me miraba no sabiendo que hacer, y yo estaba a punto de terminar
de perder mis nervios
-¿Dónde
fuiste a buscar al doctor a una guardería o qué?- le dije a Dana que trataba de
controlar su risa
-Tranquila
Alondra, él sólo hace su trabajo- me decía Dana tratando de que calmara mi
histeria
-Si
hiciera su trabajo, estaría ya vestida y lista para irme…- el joven con mucha
educación, trataba de hablarme pero yo estaba desesperada, frustrada, con ganas
de estrangular a quien fuese, sentía que si no salía de ahí para ver cómo
estaba la situación con Ely, con el mundo entero me moriría.
-Me
voy bajo mi responsabilidad, traiga los papeles que tenga que firmar ya mismo-
el pobre muchacho salió un poco asustado por mi mal carácter y Dana se retiró a
la esquina más lejana para darme espacio a tranquilizarme.
Pasaron algunos minutos hasta que regresaron
para darme el alta médica, así como para entregarme la ropa con la que había
ingresado, mi bolso, zapatos y demás pertenencias, me vestí lo más rápido que
me fue posible y salí a paso firme del lugar, la oscuridad envolvía el
ambiente, Dana caminaba tras de mi tratando de darme espacio para que yo no
terminara rematando con ella
-Alondra,
el detective me trajo mi vehículo, está en el estacionamiento, vamos será mejor
que te quedes en mi casa- me dijo tratando que parara mi caminar, al ver mi nula respuesta
continuó hablándome -Eres consciente de que es cerca de la media noche, ¿A
dónde vas?-
La
verdad es que no sabía dónde ir, me
encontraba atrapada en un remolino de emociones, me sentía defraudada, herida,
tenía coraje, frustración además de un dolor de cabeza que no sabía si era por
tanto pensar, por el golpe que me había dado Ely o porque mi cerebro había
colapsado y ya no daba para más.
-Me
gustaría estar sola, perdóname Dana, pero necesito oxigeno, no quiero hablar…
necesito tranquilizarme ¿Si me entiendes?-
Dana con cuidado me dio un abrazo y un beso en
mi mejilla…
-Cualquier
cosa sabes que cuentas conmigo… por favor Al no hagas locuras…
Di
la media vuelta y seguí caminando
sabiendo que muy probablemente el único camino que ahora me quedaba era la
demencia…
Continua ACÁ
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:O por que nadie ha comentado nada este relato es muuuuuy bueno mis felicitaciones y agradecimiento a quien regala estas lineas
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