Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Reinos - Luz de mi vida - Jupiter Asterix - Capítulo 9



Capítulo 9

Entro sin hacer ruido, no le gustaba estar enojada, escucho ruido era Ryot que se mantenía en el cuarto de baño, debía tranquilizarse, ahora se preguntaba porque estaba los lugareños llegando, vio entrar a un gran grupo de personas. 

Se acomodo contra el marco de la ventana, viendo a la mujer que se vestía con un atuendo delicado no usado anteriormente, manteniendo la sencillez, embriagador, seguía cada movimiento, escucho lo que supuso era un saludo. 

-Ryot, espero tu descanso fuera provechoso, saldrás. Le beso en la mejía, paso acomodarse en un sillón. 

-Igual a ti querida…No, pero tendré que dar audiencia, al parecer no puede esperar. Has comido. 

-No, acabamos de volver. 

-Bien vamos a comer entonces, cuéntame que hicieron. 

Se obligo a moverse buscando cualquier cosa que hacer, le fascinaba los movimientos que Ryot hacia inconscientemente mientras se vestía, eran tan únicos que le embellecía. 

-Rowen me enseño el alrededor, trajimos un ciervo para la comida, el rio es tan hermoso, disfrutamos mucho incluso nos dimos un baño desnudas. 

Se dio vuelta ante el ruido de trasto cayendo, vio a Ryot en el suelo, se apuró ayudarla, pero cuando vio sus ojos, sabía que estaba pensando “cada vez pienso menos con ella cerca” se sentía acalorada siempre que tenía esa mirada, a decir verdad.-Ahora que paso. Trato de sonar seria. 

-Me tropecé. 

-Debes de tener cuidado, dame tu mano. La ayudo a levantarse, quito las migajas de comida, “algo dirá” segura estaba que iba a decir alguna cosa como siempre. 

-Anny, debería ayudar a limpiarte, es más creo que podemos tomar un baño juntas. Empezó a soltar su camisa, pero con una mano la detuvo riéndose de la propuesta, si no se cuidaba aprobaría pronto. 

-Creo que me he mojado lo suficiente, pero agradezco tu ofrecimiento. 

-Bien, la próxima vez iremos al rio solas y podremos bañarnos desnuda también. Se acerco a besarla esta vez en la boca. 

-Eres tan descarada. Se rio ante la mirada que le daba a pesar del bofetón. 

-Viste a Louren, me ayudara con las audiencias. 

-Creo que Louren y Rowen se van atrasar, estaban en el cuarto y por lo que escuche tenían que arreglar asuntos pendientes. 

-Ellas siempre se han querido, sin embargo, Rowen se alejó, ignoro la causa. Termino de vestirse y ajustó su espada y daga en su cintura, vio a la pelirroja comiendo uvas descuidadamente, “como me voy a concentrar con esa visión” se acercó y le puso una en su boca, mordió la mitad y ella se comió la otra mitad. 

-Estaré ocupada todo el día, tienes pensado en que ocuparte. 

-No, creo que esperaré a Maía y saldremos a dar un paseo en el jardín, será un bonito día…pero debo esperarla. 

-Quieres asistirme, mientras esperas. 

Dianna detuvo su mano que se dirigía a la boca con una uva, viéndola fijamente, no se esperaba la solicitud de participar, nunca había tenido inclusión en temas como las audiencias. 

-Yo nunca he participado, no sabría que hacer. 

-Tontería, acompáñame, me vendría bien tu consejo. 

-Pero… no soy… las mujeres no debemos hacerlo. Miro sus manos, tratando de no delatar lo incómoda que se sentía, siempre se opuso a ese pensar que los regentes siempre eran hombres. 

-Sigues comparándome. Dio un beso casto. 

-Lo siento, asistiré si me lo permites. Abrazo sin pensar en que debía como portarse o en el tiempo, era tan reconfortante estar abrazada sin pretensiones por el momento.  -Dije a Rowen que darías tiempo para hablar del ataque. 

-Bien. Ryot acariciaba todo lo que podía, “aprovecha idiota” poco importaba que aceptaba a su pesar se apartó “Mía” rugió, escucho golpes en la puerta sabía que debía contenerse, abajo esperaban por ella. -Vamos. 

Por un sendero alterno tomada de la mano condujo a Dianna, era mucho la urgencia que tenía, acomodándola contra la pared silencio el grito con un beso urgido, era poco, pero compensaba. 

-Espero que no sea costumbre al invitar a las audiencias. A pesar de ser tomada por sorpresa era tan agradable sentirse querida. 

Se reía sintiendo el corazón tan desbocado como el propio, negó sin apartar sus labios del cuello era una parte tan deliciosa, sabía que la ponía urgente. 

-Ry, nos esperan. 

-Oh! Mi vida, no lo sabes aún. Seguía lamiendo el cuello sin prisa. -No comenzaran sin nosotras. Sonrió por la risita que escuchaba, era cierto debía comportarse dio un beso de despedida, sin poder terminarlo “como haré para que no se note”. 

-Suficiente. Dianna se alejó tomando aire debía comportarse. - ¡No, quédate ahí… no! Quieres que todos sepan. Siempre con preguntas tontas, claro que quiere que todos sepan, se recrimino contestando el beso con la misma urgencia. 

 

 

-----

 

 

En la puerta anexa, sostenida de la mano reviso el amplio salón, puesta en una posición superior presidiendo a su pueblo una única silla de piedra, decorada con un lobo resguardando cada lado, si llegara a posar las manos sujetaría el lomo de cada animal que parecían listo para atacar. Adelante dos sillas decorativas con similar decoración, aunque hechas con mayores delicadezas puestas a cada lado resguardando a la reina. 

-Te agrada. 

Asintió mientras continuaba observando, los ventanales iluminaban lo necesario, así como el fresco que entraba desde todas partes. Noto alejado de las sillas una división sin duda para los lugareños, sonrió agradándole las vasijas puestas para que bebieran si eran necesario, “siempre atendiendo a su pueblo”. -Es tan majestuoso y amplio. 

-Así es, también es antiguo, se ha dejado sin cambios por mucho tiempo, me agrada venir y recordar lo poco que viví con… 

-Entiendo, tu consorte seguro le agradaba acompañarte. Sonrió dándole un apretón, no es mi lugar pensó. -Ry creo que lo mejor será que me retire.

-Suficiente. Porque siempre trataba de alejarse. -Has aceptado. Dio un beso casto. 

-Ciertamente, acepte. 

Siguió el paso lento de su anfitriona silenciosamente, había añoranza en su mirada, fue conducida hacia otra puerta sin duda un salón con menos magnificencias incluso aseguraba que las decoraciones y muebles eran recientes. 

-Ry. 

-Dime. 

-Todo está listo, solo tres o cuatro grupos… esperaras por las pequeñas. 

-Ella me ayudara. Sonrió, aunque no le gustaba la forma en que se dirigía, debía hablar con ella, pero no era momento.

- ¿Segura? 

Asintió manteniéndose controlada, no daría importancia a tonterías, además estaba tan feliz. 

-Bien haré que todo este listo entonces.

-Ryot. Susurro, no sabía que pasaba, pero todo lo sucedido era más que simple palabras, el abrazo que obtuvo era tranquilizador no daría importancia a lo sucedido, habría tiempo para saber. 

Condujo a su acompañante al asiento, feliz sonreía “Cálmate primero las tareas” se decía tanto como podía, suspiro escuchando como el guardia pedía permiso para hacer pasar a los lugareños. 

Las audiencias estaban divididas según los problemas, así que los primeros que pasaron fueron disputa por pagos, vio que era la mayoría de gente, rápidamente le dio solución a ese tipo de disputa. 

-Todos los que tenga este tipo de problema, vayan con el guardia el anotara el valor y la persona que les debe, se les dará tiempo para pagar hasta el próximo invierno, de no hacerlo se les quitara las tierras y se las dará en cambio. 

Con eso dicho, Ryot espero que salieran y entraran el siguiente grupo de lugareños, era disputa de tierras entre familia y disputa de herencia le fue anunciado, se acercó a su acompañante susurrando. 

-Dianna, que crees que deba hacer. Esperaba ver como actuaria si un día le ayudara en estas tareas de regir, no podía con todo, así que era una buena idea empezar a educarla como proceder. 

-Lo dividiría en partes iguales sin pensar el tiempo que paso con la persona fallecida. 

-Bien, eso haremos. Se sentó en su silla sosteniendo momentáneamente la mano de Dianna, escucho los relatos eran todos los casos similares, se levantó y proclamo. -Todos los que tengan esta disputa, vayan con el guardia, tomara nota de la valía que se disputan y dividirá en partes iguales todo lo que dejara el fallecido. Vio a Dianna estaba inconforme “que falta” detuvo de hablar para susurrarle. -Dime. 

-Solo pensé en los infantes o los próximos en nacer. 

Asintió a ella, tomo nuevamente la palabra. -Guardia escribe, las crías recién paridos y los próximos a parir del fallecido sean incluidos, obtendrán parte iguales. 

Al final quedo un solo tema disputa entre padre e hijos, espero a que entraran los lugareños. Dianna vio a un hombre de buen vestir entrar, atrás entraron dos guardias con dos crías, una era de apenas caminar y la otra un poco mayor, ambas sucias como la ropa misma. 

Volvió a ver a Ryot quien parecía inmutable siguió observando cuando se acercaron era mayor la suciedad, noto rabia surgir, esperaba que se comportara como las anteriores audiencias y castigara al responsable. 

-De que trata esta audiencia. 

El guardia pasó al frente con el hombre con ropa de mucho uso pero de limpia apariencia. 

-Majestad permíteme decirle, soy del pueblo que es regente Adrián siendo muy buen amigo mío. Vine a este pueblo donde me casé con la madre de esta criatura que solo problema me ha traído. Dijo señalando a la cría mayor. -Gracias a ella se perdió la cosecha, la soporte porque su madre era una viuda de la que me hice cargo, tuvimos a la pequeña que ve ahí. 

-Dime cual es el problema. 

-Su majestad, esta inmundicia que le di cobijo en mi casa, se ha escapado de casa con mi hija, la quiero devuelta, a ella que se la coman los lobos. 

-Quien es la madre y porque no está aquí. Aunque escuchaba cada vez mas voces, no dio reparo en lo que decían, debía prestar atención para poder dar un buen mandato. 

-Mi mujer ha muerto, se llamaba Laura del pueblo del norte. 

- ¿Qué les ha pasado a las crías? 

El guardia contesto: -Ellas vagaban entre los puestos de hortalizas, hicieron que muchos de ellos se perdieran cuando huían del padre. 

-Solo la pequeña es mi hija. Grito enojado el hombre. 

-Cállate boñiga (estiércol). continúo diciendo el soldado: -Mi Reina los guardias las agarraron y la trajeron aquí para que tu tomaras la decisión más sabia como siempre. 

-Así que están solas, lleva a las infantas al cuarto de al lado, hablaré con ellas, luego diré que hacer. 

Agarro la mano de Dianna, esperando se levantará, ambas fueron al cuarto, las infantas entraron temblorosas, no se sabía si de frio o temor, agarro de las manos y las llevo a un sillón, mientras Ryot iba por algo de comer. 

-Me llamo Ryot y ella Dianna, me dirías tu nombre. 

-Eres Ryot, la amiga de mi Mamá. La miro contenta de ver por fin a una amiga. 

-Si ella te lo dijo, seguramente lo fue. 

 -Soy Laura y ella Lour. 

-Me contarías que paso. 

-Ese hombre hizo que Mamá aceptara a la fuerza desposarse con él, me lo dijo antes de morir… Me dijo que te buscara y que no dejara que se llevara a Lour porque seriamos suya apenas pudiera. 

-Inmundo bastardo. Susurro Dianna. Increíble lo que escuchaba, sabia de tanta pobreza seguramente aquí también existía y que era un mundo regido por hombres, siempre vio lo déspota que pueden ser, pero estas infantas habían sobrevivido a tantas penas en tan poco tiempo. Escucho que Ry tosió tratando de ocultar el insulto, viéndola a la cara divertida, “será que nunca te enojes conmigo”. 

-Lour, quieres estar con Laura o con Papá. Aunque estaba segura dela respuesta escucharla decir que Papá golpea mientras meneaba la cabeza negando era todo lo que necesitaba. 

-Bien. Ryot agarro ambas niñas las cargo en sus piernas, las acariciaba mientras se quedaban adormecida en su regazo.-Qué hacemos Ann. 

-Mandemos al frente de la primera batalla a esa porquería, que no tenga oportunidad de repetir esto. 

-Crees que él fue causante de su muerte. 

-Me temo que al menos lo forzó, aunque no sé de qué moriría la mujer. 

Estaba ahora segura que Dianna era una mujer como pocas que había conocido de casa noble, sabía que pertenecía a la nobleza, tenía educación, pero nunca creyó que fuera tan protectora, el corazón latía más fuerte, “única” sin duda la quería para ella por siempre. 

-Entonces así se hará. 

-Qué cosa. Dianna estaba centrada viendo a las niñas mientras contestaba enojada por el abuso que seguramente se encontraban con el hombre. 

-Mandarlo al frente, que no vea más a las niñas. 

-Porque crees tanto en mí. 

-Porque no hacerlo, espero que te hagas cargo de esta tarea próximamente. Le sonrió lascivamente. 

-Deja de sonreír así, Ry estas en audiencia. 

-Bien…Dejemos a las niñas descansar, vamos a terminar esto. 

Entraron al salón, el barullo de palabras contra el hombre fue callándose mientras se situaban en sus sillas, Ryot se tomó con toda tranquilidad tiempo para acompañar y esperar que Dianna tomara asiento a su lado, sonrió y tomo su asiento, hizo ademán al guardia que acercará al hombre que decía ser el padre de la niña. 

-Hable con las niñas, ciertamente solo la menor es tuya…¿Hace cuánto vives en mi Reino? 

-Su Majestad, vivo desde hace poco antes que naciera Lour. 

- ¿Has jurado ya lealtad a mí y a mi Reinado? 

-Yo… Aún no majestad. 

-Pero te casaste con una mujer bajo mi resguardo, sabes que toda mujer en mi reino está bajo mi protección, sin importar la edad. 

-Mi Reina soy amigo del Regente Adrián, espero que me apoyes en mi solicitud. 

-Escuche eso la primera vez, ahora… para poder hacer lo que solicitas, requiero tu lealtad hacia mí. 

El hombre reacio de hacerlo, se tomó tiempo hasta que se arrodillo. 

-Repite demando un soldado: Juro lealtad a mi Reina y su descendencia, mi vida le pertenece, si he de ir a batalla seré el primero en asistir, daré gustoso mi vida si así lo pide. 

Aún más nerviosos repitió todo lo dicho, se levantó cuando le dijeron, quedando a disposición de la Reina.-Majestad, que decisión has tomado. 

-Has solicitado que los lobos coman a las infantas. 

-Solo la mayor, pero si así decides para las dos, no tengo problema de aceptar tu decisión. 

Un barullo de voces se incrementó, los aldeanos al saber lo que pasaba esperaban la decisión que tomaría la Reina, se escucharon gritos maldiciendo al hombre, los guardias apaciguaron el bullicio. 

-Entonces guardias, lleven inmediatamente a las dos niñas al bosque hasta que sean comidas por lobos, que partan con su Madre hacia lo eterno. 

 Dianna volvió su mirada a Ryot, no podía ser cierto lo que escuchaba, no era posible, debía esperar porque actuaba así, fue cariñosas con ellas “no voy a dudar” se dijo una y otra vez mientras aguardaba callada, como el resto en el salón. 

-Gracias mi Reina, me iré inmediatamente. 

-Ahora. Dijo sin prestar atención a lo que decía el hombre. -Guardias, tomen al hombre y que se instruya como soldado, deberá ganarse la aceptación de vivir en mi Reino, pasara al menos cinco inviernos sirviéndome de esa manera, llévenselo. 

-Pero, yo no quiero, no es lo que quiero. 

A pesar de sus quejas fue sacado por los guardias, los aldeanos le golpeaban donde pudierana su paso muchos gritaban que merecía morir. 

Miro a Dianna que estaba blanca como la leche, todo lo que había escuchado hizo que se enojará, pero hablar con ella, hacía que los problemas se solucionaran de forma fácil y rápido, tomándola de la mano la llevo al cuarto donde estaban las niñas, cerró la puerta quedando a solas. 

- ¿Qué pasa Ann? 

-Es cierto…harás eso con las infantas. 

Se río con ironía, le golpeaban las palabras, “Siempre dudaras de mi” talvez si siguieran conociéndose cambiaria la forma de pensar, suspiro talvez un día.-Bueno creo que debo hacerlo, así lo asegure. Abrió la puerta. 

-Esta Florence presente. 

-Si mi reina, lo traeré de inmediato. 

Se sentó en el sillón a la par delas infantas dormidas, con una palangana con aguaempezó a limpiarlas, mientras esperaba, por el movimiento despertaron, ambas somnolientas se acomodaron en sus brazos. 

-Laura, debo pedirte que hagas cosas para que ese hombre no regrese por tu hermana y por ti, podrías. 

-Cualquier cosa…Mamá dijo que hiciera todo lo que me dijeras sin preguntar, me dijo, tú eres su amiga y que Eleonora fue su hermana más querida. 

Como no había hecho vínculo con ese nombre y el lugar, los ojos se le llenaron de lágrimas ante lo que escucho, “ahora que haré, debo criarlas”, si bien al principio quería protegerlas, ahora tenía la obligación de hacerlo. 

-Oh, debo decirte que recuerdo a tu madre, fue la mujer más dulce que conocí, te pareces tanto a ella. 

Entro un hombre alto y elegante vestido de guardia. Ahora con luz de día parecía distinto que cuando le conoció era mayor, Dianna no aseguraba que tanto, se mantendría sin incluirse se propuso. 

-Aquí estoy, dime. 

-Florence, siéntate, estas niñas son hijas de Laura quien era hermana de mi querida Eleonora y ahora tengo que dejar que un lobo se las coma a las dos… sonreía mientras acariciaba a las infantas, eran tan bellas como su madre. -Me preguntaba si podrías atenderlas un tiempo en tu casa. 

-Oh!... ellas, Ry, es un honor que me confíes a tus seres queridos, Clarence estará alegre de tener con quien compartir tanta comida. 

-Gracias Florence, eres un buen amigo, sé que Louren va mucho a tu cabaña. 

-Eso es secreto, cosas de pequeña no te preocupes. Sonrió. -Buscaré ropa para ellas y me las llevaré al bosque para que el lobo se las coma. 

Ambos se rieron de lo que decían, mientras el hombre salía de la habitación, cargo a las niñas empezó a desnudarlas para restregarlas era demasiado lodo. 

Dianna se mantenía observando, tenía razón al pensar que no les haría daño a las pequeñas, pero su actuar dijo otra cosa, ahora sentía que había lastimado con su falta de confianza, se acercó a Ryot arrodillándose puso su frente en la pierna. 

-Ry, crecí ante tantos déspotas que soy incapaz de mantenerme confiando en que harás lo mejor siempre, te he defraudado nuevamente y mi corazón sufre por ello. Lagrimeaba por compararla siempre con gente de mal corazón. 

Ryot levanto hacia sus brazos, tratando de entender que era una mujer con problemas de aceptar que existían buenos Reyes. -Tranquila querida, si bien no me gusta que dudes de mí, espero que pronto eso cambie. 

-Así será lo aseguro, trato de que mi cabeza lo entienda, pero a veces no lo supero. 

-Basta, vamos a ocuparnos de las niñas y dejemos eso olvidado, me ayudas a ponerles nombres. 

Se quedo mirándola como si había dicho una locura, pero haría lo que dijera sin oponerse. Agarro a la tierna, limpiándola. 

- ¿Qué te gusta? 

-Dulce 

- ¿Y a ti que te gusta más? 

-Dulce de Anís. 

-Que bien, ¿Qué más te gusta? 

-La nieve. 

-Bien entonces Ry te presento a Dulce y Nieves. 

-Excelente. Se puso a la altura de la mayor y le hablo lentamente.-Lo que te pido es importante para que nunca tengas problemas con ese hombre, entiendes. Cuando asintió con la cabeza esperando le dijera que hacer, continuo. -Iras a casa de unos amigos y te quedaras ahí por un tiempo, entiendes. Volvió asentir.-Te daremos el nombre de Nieves y a tu hermana Dulce así nadie las molestara. 

Florence esperaba paciente por las crías, sonrió viéndolas salir nerviosas. -Ry, crees que pueda llevármelas, vi un dulce recién hecho afuera y si nos apuramos buscaré otras ropas para ellas. 

Las niñas reían de alegría por lo que escuchaban, ahora estaban limpias sin parecerse a las dos irreconocibles criaturas malolientes. 

-Florence ven. Espero a que se acercara no quería que las crías escucharan podrían malentender lo que pasaba. -Toma, Florence. Le tendió una bolsa con monedas. -Para que no tengas preocupación con sus necesidades, cuando salgas dile a Gill que incluya cada tercer día menguante la misma cantidad. 

-Ry esto es mucho, ellas no son potros para cuidar hasta que los necesites. 

Dianna, lo abraso dándole un beso en la mejía, con la certeza que estarían en un buen hogar.-Eres lo que necesitan, tu hogar lo es. Le agarro la mano cerrándola con la bolsa dentro. -Además deberías aprovechar que Ry quiere vanagloriarse de su poderío ante mí. 

Ambas mujeres se rieron, Ry puso una mano en la cintura de Ann, por lo que el hombre quedo viéndolas hasta que una sonrisa se dibujó en su cara. 

-Ry, bien por ti, recuerda que celebraremos con ellas. 

-Claro que sí, ahora vete que Ann me hará sacar todas mis monedas si continúas aquí. 

 

                       -----

 

Al cerrar la puerta, se abrazaron sin duda estaban bien en compañía de la otra. Después de un tiempo Ryot, se separó aún estaba dolida por como seguía pensando mal, que tanto la habían hecho sufrir para que se comportara de esa forma, debía calmarse, mantenía un solo pensamiento “Haré pagar a quien te hirió”, se volvió revisándola con la mirada.- ¿Cansada?. 

-Mucho, Ry como lo haces, tantos asuntos que atender. 

-Con ayuda, los casos de menor importancia las pequeñas me ayudan, sin embargo, el día de hoy no aparecieron, que estarán haciendo. Sintió mareo sin duda estaba cansada, se sentó manteniendo los ojos cerrados. 

-En verdad te lo preguntas, Rowen estaba hablando amenamente con Louren que esta enamorada sin duda. 

 -Talvez ahora puedan recuperar tiempo perdido… ellas son desde la primera vez que se conocieron pares, lo supe inmediatamente, solo esperaba que crecieran, me da tanta alegría por ellas. 

-Si debe ser único crecer con tu par...verdadero amor. Susurro suspirando.

-Me gustaría ser el tuyo Ann. 

Sonrió no podía responder, aunque no había duda, beso castamente,-Ahora que harás. 

-Ahora tengo que revisar que pasará con el castillo mientras no estoy, además de asegurarme que no habrá problemas en nuestro viaje. 

-Entonces te dejare para que sigas. 

-Espera Ann, sería conveniente que conocieras el recorrido que haremos, podría complicarse el viaje. 

-Bien, entonces buscare a Maía podemos revisar contigo… gracias por dejarme estar a tu lado. Se sentó sobre sus piernas acomodando su cabeza en el hombro, sintiendo el golpeteo del corazón de la maravillosa mujer. 

-De nada, ya te dije que me ayudaras, pero un baño cuando termine el día también servirá, ya quiero desnudarte. 

-Ry deja de ser descarada, dispondré que lleven la comida a la habitación no creo que las pequeñas logren llegar, iré por Maía. Siempre la hacía sentir bien, dio un beso en la mejía seguido de una palmada, saliendo sonriente del cuarto.

 

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