Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Reinos - Luz de mi vida - Jupiter Asterix - Capítulo 5



Capítulo 5

Escuchaban pasos de corceles, era un momento de temor por no saber si eran enemigos o los soldados que solicito, todas se alegraron al escuchar a Louren gritar “son nuestros” mientras se acercaban. 

Deteniéndose completamente Louren bajo de la carreta, necesitaba saber quiénes eran “Gracias Flo” debía agradecerle como se debía, eran soldados de los mejores a cargo de una de las mejores, abrazo a quien dirigía. 

-Pequeña, dime pronto. 

-Gracias al cielo estas aquí… Ry está herida. Susurro quejándose por todo lo pasado. 

-Tranquila… seguramente esta de holgazana. Seguía llorando en sus brazos “es serio” por lo que se apresuro a gritar. -Ry… 

-Apura que tengo que llegar a casa pronto, tengo invitadas que atender. 

-Te dije. Susurro a la pequeña que reía entre lágrimas. -Regresemos, mantén la galera en movimiento llegaremos pronto. Sabía que estaba temerosa, pero era una buena cría podría con la tarea.

Con cuatro capuchas a su regreso, dio tiempo que las invitadas se las pusieran y empezaron avanzar, ahora todas estaban seguras, los guardias se mantenían alrededor de la galera, resguardando. 

De pronto, tras escuchar un grito, la galera empezó a moverse rápido, no era bueno para nada dijo Maía y las demás igual comentaron. Dianna levanto un poco la cabeza, el brazo en su cintura la mantenía cerca de Ryot apenas pudo ver lo que sucedía, se acercaban soldados por ambos lados del camino, era una emboscada, serían atacados en cualquier momento, aunque la galera mantenía el paso, veía caer flechas aún están lejos pensó porque no llegaban a dar. 

-Louren, deja la mitad de soldados que ataquen de frente, ambos lados parecerá que somos más, mientras continuamos. Le gusto que la pequeña así ordeno y siguieron avanzando tan rápido como podían, acariciaba a Ryot, aunque no se quejaba seguramente estaba conteniéndose por el golpeteo. 

- Ya casi llegamos, haré sonar los cuernos. Grito Louren, rápidamente frente a ellas soldados cabalgaban listos para el combate, al pasar por la galeras aludaron en un grito practicado. 

Las puertas fueron cerradas apenas entraron, estaban a salvo, la pequeña espero que Ryot bajara sola, quiense acomodó la capucha sentada tomándose tiempo, las mujeres se sostuvieron en cada antebrazo, los que miraban no sabían lo herida que estaba, ni tampoco lo inservible de la ropa. De forma disimulada ayudaban a Ryot a caminar sosteniéndola en cada tropiezo.

Louren seguía dando instrucciones a los soldados para que se hicieran cargo de la seguridad del castillo, no quería separarse de su Madre, pero quien podría dejar a cargo. 

-Louren, ve con ellas, ahora que están aquí me aseguraré que nada más pase. 

-Oh Florence!... que haría sin ti… Gritaba, mientras corriendo entraban al Castillo, las llamo para llevarlas por un acceso rápido y corto, mantuvo en sus brazos a su madre sin quejarse del peso, asentía escuchando “estoy bien” pero no podía creerlo, no todavía. 

Desviándose en un pasillo sin tomar candelabros recorrieron el pasillo en penumbras trato de ser lo mas rapido, aunque los escalones como bien sabia eran muchos, hasta que las condujo frente a unas puertas dobles, puso a su madre para que caminara el pasillo resguardado de soldado y espero paciente que entraran, apenas cerro, tomo en brazos posándola finalmente en la cama. 

-Iré por un curandero. Susurro. 

-Nadie me tocara. 

-Pero, es necesario que te curen, Madre. 

-Tengo que repetirlo. Elevo la vos viéndola enojada. 

Aparto la mirada, sintiéndose rechazada nuevamente se levanto.-Como dispongas, iréa cerciorarme de la seguridad del castillo. 

Rápidamente Ryot le agarro la mano y la jalo a su lado. -Lo lamento. Estaba nuevamente alejando a las personas que la querían. -No confió más en esos ignorantes, solo sirven para matar… solo necesito descansar. 

-Madre no puedo perderte a ti también, ella… yo… la quise…mucho. 

-Lo sé mi pequeña, ella también te quiso… a todas. Louren lloraba en sus brazos. 

-Deja que te curen…Suspiro, pero no obtenía respuesta. 

-Ryot, nosotras podemos ayudarte, Madre nos educó. Dijo la joven. 

Sonrió la pelirroja yendo hacia la cama, tomo la otra mano viéndola sin decir palabra, con una sonrisa recibida supo que hacer, tomo la mano de Louren.-Vayan, busquen raíces, encuentren algo que sirva, me quedaré asistiéndola. 

-Ve, ya escuchaste…esperaré con ella.

Louren dio muchos besos a su madre mientras asentía, agarro a la joven diciéndole mientras se apresuraba por salir. -Madre tiene un montón de hierba que huelen horrible, seguro encontraremos las que requieres.

 

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Dianna limpiaba tan delicado como podía sentada en la cama, tuvo que romper la ropa inservible como el vestido que portaba, observaba el cuerpo con golpes en todas partes lo que más le preocupaba era la cabeza que seguía sangrando. 

Sin querer hacer la pregunta, pero tampoco quería contestar quien era, se mantenía en silencio seguramente el cansancio estaba haciendo ahora efecto. Le sonreía cuando despertaba, pero volvía a dormirse. 

Ahora sin más que hacer se paseaba de un lado a otro hasta ponerse a la par del ventanal con el bosque frente a ella, lo mejor era hacer una presentación rápida y evitar mayores complicaciones, no creía que fueran los mismos enemigos quienes atacaron. Interesante ahora que estaba segura, no sabía del reino, al menos no lo había visitado por algún motivo, “tampoco es que asistiera a las invitaciones” pero sin duda debía haber escuchado de él. 

-Por qué te alejas de mí. 

-No sé quién eres, ni como dirigirme a ti. Cerro los ojos pensando cómo había pasado de maltratar a la mujer, sin pensar que debía mostrar respeto, seguía avergonzada por su comportamiento. 

-Soy Ryot, la misma que conociste en el bosque, nunca seré otra persona, solo tu consorte, tendrás mucho tiempo para conocerme. 

-Tan segura estas. 

-Dianna, diste tu palabra. Susurro. 

-Lo hice Ryot, ahora descansa. 

-Pronto lo haré,  antes necesito hablar con Louren, dile que venga quiero saber. 

-Luego, debes descansar. Aunque sabía que era una orden quedo viéndola implorándole con la mirada “como solicites” se dio vuelta preocupada, saliendo del aposento. -Guardia, trae rápido a la princesa Louren. 

 Aunque no quería dejarla sola, espero afuera por la pequeña “implorando, es tan irreal” debía controlarse antes de entrar. En el pasillo sonaban pasos apresurados “Idiota, creerá que está falleciendo” vio subir completamente las gradas ambas estaban pálidas corriendo apresuradamente. -Ella está bien. Grito, aunque siguieron apresurada. 

-Dianna, dime… ella. 

-No. Abrazo a las dos, debía pensar antes de actuar. -Ella está bien, solo quiere verte. 

-Oh! Dianna, ella… yo… 

-Lo sé, ahora tranquila, respira. 

-Anny, no vuelvas asustarnos de esa forma. Dio un manotazo. 

-Lo siento, es el cansancio no pensé. Debía prepararla lo mejor posible, pensó. -Louren, ella solicitara saber, haz cuanto puedas, te apoyaremos. Ambas asintieron, bien era momento. 

Apenas se abrió la puerta Louren corrió abrazar a su Madre, sin duda no creía lo dicho, beso cuanto pudo aferrándose a la mujer en la cama. 

-Oye, tranquila, te dije, recuerdas. 

No podía hablar, así que solo espero que ella hablara sin dejar de besar y aferrarse al abrazo. 

-Dime todo lo que sabes. 

-Madre, fui con Maía a la cabaña de Flo por la galera… luego regresamos por ti, el vino por ayuda y Gill nos resguardó hasta llegar. 

-Bien hecho, ve por ellos. Louren temblaba, no sabía si había escuchado. -Estoy bien hija mía. Sin duda lloraba callada. 

-Quédate ahí, le diré a los guardias. Dijo Maía mientras se dirigía a la puerta. 

Nuevamente se escuchaban pasos apresurados, Dianna tomo de la mano a Maía y la llevo hasta el sillón en la sala, así no incomodarían. 

La puerta se abrió y cerro, rápidamente ambos estaban a la par de la cama, vieron a las dos acostadas con ojos cerrado, no había duda que Louren era quien roncaba. 

-Ry. 

-Estoy bien, solo golpes. 

-Sabes quien fue, iré inmediatamente. 

- ¿Qué ha pasado? Hablo sin querer responder dirigiéndose a Florence quien se mantenía en silencio. 

-La pequeña llego a la cabaña, vine lo más rápido que pude para mandar a los soldados por ti, no sabía que tanto peligro había… mientras me asegure de tener resguardado el castillo, ella insistió ir por ustedes, cuando llegaste fui por ella, debo decirte que me costó hiciera caso. 

-Gracias por todo, eres tan buen amigo…volvió a verla seria. -Habla. 

-Fui a encontrarte, eran alrededor de 50 soldados, al menos 30 fueron muertos, me preparo para salir por el resto. 

-No saldrás, espera a Madre pronto llegara y … 

- ¿Cómo?, iré… no dejaré que…

Ryot se levantó rápidamente con Louren en brazo, tomándola del mentó con la mano libre. -Suficiente, harás lo que te digo…Flo regresa a tu cabaña y lleva soldados para tu seguridad. Mientras hablaba más apretaba, esperaba reaccionara, apretó más. -Tú, estarás a cargo de mi seguridad, de mis invitadas y del castillo. 

-Ry, ellos te lastimaron, tus guardias fueron muertos acabo de saberlo. Susurro sin moverse. 

Abrazo a Gill, al menos estaba comportándose. -No podré descansar sin tu ayuda, además esto lo hizo un lobo. 

- Un lobo apenas, eres tan inútil, Frunció el ceño, inconcebible la conocía bien, le reviso cuanto pudo las piernas, la espalda. 

-Eran seis… además fui rescatada por ellas. 

-Qué… rescatada, pero, pero… dejo de revisar para verle a la cara. -Cada vez estás más lenta, sin duda la vejez te ha llegado. 

Quiso acallar la risa de Florence viéndolo enojada, pero nunca lo conseguía “Idiota respétame”. -Qué. 

-Nada, me iré a mi cabaña, ustedes aguarden a la reina. Se dirigió al soldado. -Sabré que hiciste, no me hagas enojar. 

-Ah! Solo eso me faltaba, déjame ir Ry debo atender asuntos. Dijo mientras besaba el mentón. 

-Vayan, resguárdenla cabaña. 

-Así será. Contestaron mientras salieron tan rápido como llegaron. 

Toco su cabeza, la herida estaba abierta nuevamente, sin duda era peligroso, “al menos no se dieron cuenta” sino habría puesto en peligro a sus guardias como bien los conocía saldrían buscando terminar con los enemigos. Se sentó aturdida con Louren en brazos, “roncas tan horribles, pero alegras mi vida” sonrió mientras acariciaba a su pequeña. 

-Ryot, deja te asista. Volvió a verla sonriente, era sin duda lo mejor que le había pasado, “me cuida” asintió, ambas la limpiaban y acomodaban en la cama. 

-No vuelvas a levantarte. Dijo Maía enojada. -Qué. Se quejo del pellizco. -Me enoja que te comportes como ella, nunca hace caso. Termino diciendo en un susurro. 

-Ven aquí. Abrazo a Maía, sin duda también se preocupaba por ella, aunque no sabía el motivo poco importaba era lo que pidió. -Me portare bien pequeña…solo aseguraba que no hubiera problemas. 

-Con semejante Castillo, además Dianna nos cuida. 

-Cierto, nada pasará, descansa Ry. 

-Ven, cabemos todas así descansaré mejor.

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