Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Reinos - Luz de mi vida - Jupiter Asterix - Capítulo 6


Capítulo 6

Después del suceso no había salido de la habitación, preocupada seguía recordando a Ryot indefensa siendo arrastrada por el río, la respuesta que había dado cuando le pregunto Maía enojada porque lo hizo, “era devolverle la protección que le había dado, nunca dejaría atrás quien luchara a su lado,” falso suspiro sabiéndolo. 

Sonrió, como tan descaradamente invito a dormir con ella y sobre todo como sin dudar ambas lo hicieron, ahora era costumbre “nunca hará nada sin solicitarlo, como podría con Louren y Maía en la misma cama”. 

A través de la ventana, veía como se mecían los árboles, no se cansaba de verlos en movimiento, pronto nevaría lo sabía, se asustó ante el canto del pájaro, rogo no fuera cierto, escucho un canto similar cuando casi muere. 

-Por qué te asustas. 

-Espero tu descanso fuese reparador de tus dolencias. Sonrió viéndola animada. -Solo pensé que pronto tendría que irme, estas mejor cada día. 

-Cada día mejor gracias a ti, tu compañía siempre me hace sentir mejor, ven a mi lado…Donde están las pequeñas. 

-Ambas salieron en búsqueda de hierbas, pronto regresaran…Quieres beber o comer. 

-Querida, solo quiero tenerte cerca. 

Ryot extendió los brazos, gratamente acepto, era tan cómodo estar tan cerca de ella, sin pensar que podía ser asesinada en cualquier momento, sobre todo no tendría que matar. 

-Tengo que ver a Madre, podrían venir con nosotras a la cabaña, iremos con guardias no habrá peligro…luego te acompañare hasta tu hogar. 

Asintió no quería pensar, hacía mucho que no se sentía tan bien, resguardada y querida sobre todo. Sin poder detenerlo las lágrimas salían, sin hacer ruido lloraba, se aferró a la mujer, a pesar de las locuras que habían hecho días antes, sentía cariño por ella. 

-Nada nos pasara, lo aseguro. La mantenía en sus brazos dejando que se desahogara, seguramente estar a solas la hacía poder expresarse mejor, se parecía a ella, rara vez expresaba sus emociones, pero cuando estaba con ella no importaba quien la viera, esperaba que no fuera tan notorio cuando estuviera en casa de Madre. -Sabes que me gustaría. 

-Dime. 

-Me gustaría que, al contraer nupcias, pasemos un tiempo en la cabaña de Madre, te llevaría al río nadaríamos desnudas, te cocinaría el pescado que agarraría para ti y luego que comiéramos y te chupes los dedos de mi delicioso pescado, te llevaría en brazos hacia la alcoba y no te dejaría salir por varios días, adivina por que. 

 Rio por lo que escuchaba, siempre la hacía sentir mejor. -Ry, es bonito tu sueño, pero no creo que se realice. 

-Porque no. Miro seria “Mía, matare a cualquiera que se interponga” se dijo a sí misma. 

-Tengo un pasado, no es bonito, mejor busca a una mujer recatada. 

-También tengo un pasado, pero sobre todo…yo te escogí a ti… escógeme. Susurro, como sabia no contestaria, acaricio su cabello “sé que lo harás”. - Descansemos, hace mucho que no te tengo cerca, puedo quitarte la ropa, estariamos comodas. 

Dianna se río negando con la cabeza ante lo dicho sin duda era desvergonzada, empezaba a sentir por ella de igual manera, siguieron conversando sin prisa por lo que pasara afuera hasta dormirse.


-----

 

Mientras comían en el balcón, observaba como los últimos rayos de luz hacían del cabello de Ryot cambiara de color, sonrió agradándole ver como el viento jugaba meciéndoselo y como afanosa se lo volvía a su lugar. Inconscientemente le acomodo el cabello tras el último viento, las miradas se cruzaron era tan hermosa, acaricio la herida ahora cerrada, en poco tiempo no se notaría. 

-Gracias, me parece requiero un recorte. 

-Solo un poco, te veras aún más hermosas. Las risitas de ambas la volvieron a la realidad, se sonrojo por el descaro dicho, sermoneo. -Compórtense, solo aseguro que requiere un recorte. 

            -Todas lo necesitamos… me lo cortare del largo de Ry. Se rio por el quejido de Dianna, era fácil hacerla perder el control. 

            -Aquieta… no querrás irte a la cama sin comer dulce. 

            -Bien, pero al menos déjame retocarme un poco. Se alegro de obtener lo pedido, debería pedir más, por lo que veía perdía la cordura viendo a Ryot, incluso aseguraba era de ambas partes. -Louren, aprovecha pide. 

            -Madre, quiero más monedas. Hablo sin dejar de comer, esperando la negación, pero no había contestación. -Ry, me escuchas, volvió a verla. 

            -Suma cinco más…a tus hermanas también. 

            Louren detuvo la cuchara, no podía creer lo que escuchaba, dijo lo primero que pensó siguiendo el juego, pero escuchar la contestación. -Pero que hechizo le has hecho… ella siempre me quita si lo solicito. Se apresuro a probar nuevamente. -Madre, verdad que soy tu hija más querida y la que más oro tendrá. Esperaba con ansias que contestara, aunque le gustaba ver que ambas hablaban con las miradas, necesitaba la contestación. -Ry. 

            -Hija. Volvió a ver a su hija quien estaba expectante, “tonta también se jugar”. -Hija mía te quiero más que... Estaba a punto de saltar, lo sabía bien, beso la mano de Dianna sonriente, noto ansiosa a su pequeña era momento. -A mi corcel e igual que tus hermanas. La risa de sus invitadas, era tan alta y natural que le alegraba grandemente. 

           -Deja de reír. Apunto con la cuchara. -Al menos obtuve mis monedas. 

         -Ciertamente, Louren suma 5 monedas y resta 8 monedas a ti, al resto déjalas igual.

          -Pero, pero…

     -Pero soy tu Madre y te digo que hacer. Aunque no haría tal cosa, esperaba mediación, era tan natural en ella.

            -Ry, ellas solo juegan. Susurro Dianna. 

       -Además le dará dolor de estómago, mírala. Aseguro Maía recibiendo mirada acusatoria. 

            -Ella tiene la culpa, me dolerá mi estomago…Ry, llego gimiendo como cachorro, suplicando atención. -Y si trabajo en lo que mandates hasta que viajemos, así te olvidas de lo dicho. 

            No podía más, se rio viendo a su pequeña traviesa, la abrazo haciéndole cosquilla y recibiendo igual. -Bien, lleguemos a un acuerdo. Asintió sin apartarse. - ¿Por qué las pequeñas servían? 

            -Hay pocas mujeres, Gill y yo reunimos a todas las que se quedarían, se les dijo que era prohibido para las pequeñas y donde debían mantenerse. 

            - ¿Qué crees que paso? 

            -Ellas son hermanas, hijas de la cocinera sin duda no había quien lo hiciera. 

            -Entonces porque paso. 

            -Ry!… la miro porque seguía preguntándole, era una enseñanza, volvió abrasarla aprovechando tenerla solo para ella. -Gill no pensó y yo tampoco. Se quejo por la nalgada. -Es cierto. Otra nalgada. 

            -Apura quiero mi dulce. También Maía se quejó por el pellizco, amonestada asintió quedando en silencio.

            -Debí conversarlo con Gill, al menos dejaríamos a varios soldados que ayudasen si era necesario. 

-Bien, olvidaré todo si te haces cargo, sabes que es prohibido ver pequeñas que sirvan menos en aposentos. 

            -Lo sé, pensé en eso apenas entraron…Iré inmediatamente, te quiero tanto, madre. Se aferro tanto como podía, ahora afirmaba había pasado lo peor. 

            -Tranquila, estoy bien. Beso cuanto pudo asegurándoselo. Espero paciente hasta que se apartó de su lado para hacer lo dicho. -Dile a Gill que preste atención sino quiere recibir una paliza. 

            -Ry… quieres que reciba una por decirlo. Dijo mientras salía del cuarto, como siempre escuchando la riza, no le importaba decirlo era mejor evitar. 

            -Ya sabes que hacer…corre rápido. Siguió riéndose, pequeñas. 


                                                         -----


Viéndola descansar en el sillón, Dianna pensaba que pronto empezaría a regir, sonreía por todas las cosas que soñaba que harían sin embargo sabía que rápido cambiaban las personas, supo que estaba despierta, Maía que se encontraba en sus brazos también lo estaba.-Ry, Quieres reposar. 

-Es pronto, vamos a la sala, podemos jugar a las cartas un rato, quieres pequeña. 

-Si! quiero ese collar que ayer casi te quito. 

-Tendré que tomar más reinos si quiero recuperarme. Reía gratamente sus acompañantes eran amorosas y joviales, no le importaba perder joyas de poco valor ante la pequeña, también aseguraba que ambas lo sabían, pero se comportaban como sino importara, tenía la certeza que a Madre les caería bien. 

La puerta fue abierta, Dianna contemplaba a Ryot alterada viendo quien entraba mientras lagrimas salieron de sus ojos. Ambas ayudaron a que se levantara, sabían del moretón que mantenía en la cadera, hablo al soldado. Mientras veía como se intercambiaban palabras, más enojo surgió en Ryot. 

- ¿Ya has vuelto?, ¿Por qué vienes tan tarde ante mi? 

-Disculpa mi señora, es importante. 

- Entonces acércate. Sucia y maloliente sin duda era serio lo que diría, ver cómo le costaba incluso dar los pasos para acercarse era desolador “tranquilízate está viva”. Sin duda se comportaría como siempre, asuntos del reino y así hizo poniéndose de rodilla ante ella saludando, “tranquilízate, déjala que hable luego dale el golpe”. 

- ¿Qué pasa?, dímelo ya. Sabía que debía contener el enojo “ataque, ¿Quién?, ¿Por qué?” pero no podía esperar más tiempo. Trato de acercarse rápidamente, el impulso la mareo. Sonrió a Dianna siempre a su lado. 

-Ry, ten calma. Susurro. 

Asintió, le gustaba tenerla cerca, sostuvo la mano de la pequeña sonriéndole, ambas estaban preocupadas manteniéndose a su lado. 

- ¿Cuéntame? Alzo la vos, trataría entonces el asunto como lo que era. Cada palabra lastimaba, no podía controlarse más “Leonora raptada” ahora no había duda revisaría cada cabaña de su reino y de los cercano, quien fuera el causante moriría. 

-Si creen que pueden ofenderme de esa forma, están equivocados. Grita enojada, rápidamente se puso frente del soldado sin soltarse de sus protectoras. -Varios días entonces…Y porque no fui inmediatamente comunicada.  

Seguía comportándose tan idiota como siempre, creyendo que puede sola con todo “como fuiste capaz de irte sola tras ella”. Con la cabeza sujeta se aseguró que atendiera.-Revisaste todo el bosque, porque no la encontraste.  Grito más enojada aún. Se volvió ante Dianna quien susurro sosteniéndole la otra mano. 

-Ry, por favor, mírala esta lastimada al igual que tú. 

Sonrió “oh Dianna, tanto te importo” soltó al soldado, debía terminar su asunto.  -Alguien tiene que pagar por esto, es Leonora de la que hablamos.  

-He deshonrado tu confianza nuevamente, haz lo justo entonces. 

Era abrumador verla con daga en su garganta, “respira, también esta temerosa”, cerro los ojos con cada respiro trataba de contenerse. 

-Ryot, mira como cansada esta ante ti, eso no es necesario…requieres saber todo antes de tomar esa decisión. 

-Ciertamente, además sería un desperdicio si lo haces… ensuciarías tan agradable aposento. 

Ambas se inmiscuían en sus asuntos, era tan bueno sentirse acompañada, miro a ambas. -Pequeña, ciertamente quieres hasta mi aposento. Beso la mejía. -Querida, estoy bien, no le hare daño solo estoy un poco abrumada. 

Tomo la daga con una mano, con la otra jalo a su lado en un abrazo. Hablo tan cariñosamente como pudo. - Te quiero tanto. Aunque se resistía debía ser paciente, agradeció al cielo cuando respondió a sus caricias, se aseguró que fuera cierto tenerla a su lado por fin. 

Acaricio cuanto pudo, era tranquilizador tenerla cerca, pero sabía que estaban cansada, ambas lo estaban. -Lamento no poder asistirte como debes, aun me recupero de mis lesiones. Como bien sabia objetaría y pediría salir con soldados. -Ahora haz caso… Eres tan terca, tienes tanto tiempo fuera, te quedaras en el dormitorio azul, descansa, mañana en la noche cenaras con nosotras y hablaremos. 

-Va a requerir asistencia por las heridas. Maía aseguro viéndola seria. -Iré con ella. 

Dianna escuchaba, aunque le incomodaba fuera, era necesario permanecer con Ryot se mantenía palida, muy a su pesar accedió. -Ry, descansa, ella estará bien… ve con ella y asístela. 

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Esperaba impaciente, “era asistir, que tanto haces” pero si el soldado fue puesto en un aposento cercano seguramente era de confianza, aun así, podría salir lastimada “como sigas sin aparecer, iré por ti y te daré nalgadas”. 

Noto que Ryot despertó, después de la llegada del soldado, había quedado tan exhausta que apenas salieron del aposento se durmió sentada en el sillón. Sostuvo su mano, le agradaba sentirla, fuerte pero delicada en cada caricia que hacía.- ¿Qué está pasando? Ryot. Susurro, quería saber, pero estaba claro que no debía inmiscuirse, sonrió cuando escucho. 

-Mi hija Leonora ha sido secuestrada, mi hermana acaba de decirme y al parecer Madre estuvo bajo ataque…como yo. 

-No lo puedo creer, tu estabas en peligro también…Quién quiere destruirte. 

-Son muchos los que quieren el Reino, no sabría. Fui emboscada Ann, solo que no estaba ahí. 

-De que hablas. 

-Me separé de mis guardias, cuando entramos al bosque y te conocí, ellos fueron atacados y muertos, fui informada apenas regresamos…Deberíamos descansar. Se levanto lentamente, no estaba de ánimo para disimular el dolor, sobre todo por saber que su cría estaba en peligro.

-Así que te persiguen, debes de mantener a tus mejores hombres cerca. 

-Gracias, así lo haré. 

Nuevamente se quedaron en silencio, pensando. Dianna se levantó del sillón, quería traerla de vuelta, lo haría en este momento, solo le dijo que fuera asistir las heridas porque se quedó tanto tiempo, ¿estaría en contra de su voluntad? ahora a sabiendas del peligro constante en que se encontraban debía mantenerla cerca. 

-Adónde vas. 

-Iré por ella, no es su lugar. 

Agarro por los hombros viéndole, cuando iba hablar se escuchó “He dicho que no” en el otro aposento, Ryot siguió sosteniéndola pensando que podía hacer.-Dianna, iré y te aseguro que la haré pagar si su comportamiento es incorrecto, pero no te incluyas, me escuchas. Zarandeo, esperando que contestara. 

-Si Majestad haré cuanto solicite. Dijo Dianna sin verle, apartándose enojada, camino hacia la puerta. 

No lo podía creer, porque el cambio tan brusco, ellas se trataban como parientes, el corazón dejo de golpear, lo cierto es que sentía que todo le fallaba. También sabía que su hermana estaba nerviosa, cualquier cosa la podría enojar, no dejaría que pasara con eso resuelto entro al cuarto. 

Mientras veía que la pequeña no estuviera en peligro, a pesar de ser de distintas en crianza ambas se llevaban bien, sin dudar la joven acepto el refugio de su hermana al entrar en los brazos, estaba en lo cierto, “es tontería pensar que pudiera estar en peligro”, al menos hizo que se aclarara la situación, con eso Dianna estaría más tranquila. 

Al regresar al aposento sintió que seguía el mismo temor, la pequeña había dicho que quería quedarse, pero Dianna seguía intranquila, caminaba furiosa de un lado a otro, que le pasaba, no había problema inconcluso en el otro aposento, se aseguró de eso. 

-Ya podemos dormir o falta otra cosa. Dijo Ryot tratando de contenerse, no le gustaba que se alejase. 

-Agradezco su intervención, que descanse Majestad.Se dirigió al lado opuesto de la cama, hacia un sillón en la sala. 

Pero por todos los espantos desmembrados en batalla, que le pasaba ahora, porque actuaba así.-Qué me escondes Dianna. Demando rápidamente. 

-Nada, su Majestad. 

Ryot estaba al instante abrazándola, aunque estuviera resistiéndose, no haría lo solicitado, si la soltaba no la tendría de nuevo, el corazón seguía doliéndole y la cabeza ya sentía como el golpe del burro. Besaba la mejía, donde pudiera, se atrevió a susurrarle:- Mi vida, que hice, por favor dime. Seguía besándola manteniéndola en sus brazos, sintió que se calmaba y con eso ella también.

– Por favor, háblame. 

-Solo te aseguraste que tu hermana, haciendo uso de tu señoría, obtuviera lo que requería. 

Ahora sí que eso golpeo y muy fuerte, trato de asimilar cada palabra, en qué momento hizo eso, es cierto, quería a su hermana, quería evitar se llevaran mal pero nunca estuvo la seguridad de la pequeña en duda, se alejó no iba a ponerla en peligro con su furia desbordándose. 

-Piensas que soy alcahueta de mi hermana, que puede obtener cualquier cosa que requiera, para eso soy la reina y por supuesto puedo demandar lo que quiera de cualquiera, cierto. 

Grito con más dolor que cólera por ser acusada de ser tirano. Se dirigió al baño, donde se encerró, no tenía fuerzas para discutir con ella, estaba a punto de salirse de control, no quería que viera como era cuando eso pasaba menos por un tema tan sencillo, “pero para ella es serio, yo no importo”. 

Fue directo a la puerta principal, tenía que alejarse ya no pensaba claramente, la furia estaba creciendo cada vez más, salió del cuarto sin siquiera verle, el cuarto de huéspedes más alejado serviría, entro al cuarto de baño y empezó con rabia a destrozarlo. 

No dejo pieza en su lugar, destrozo todo incluso las paredes de piedra fueron golpeadas con los puños, cuando al fin se sintió cansada y tranquila cayo arrodillada contra la pared, ya no tenía dolor alguno, el sudor que recorría por su cuerpo era tan helado, “esa parte del castillo siempre fue así, seguramente por eso Madre enviaba a sus huéspedes desagradables a descansar en ese aposento”. 

Viendo a través de la ventana, el cielo estaba colmado de estrellas, era bello, sin duda se avecinaban tiempos de mucho pesar, siempre que estaba en paz pronto estaban los momentos de lucha y llanto, ahora más serena miraba el destrozo a su alrededor, estando en la cabaña saldría al bosque no se notaría el daño, pero aquí, bueno era conocida como lunática “tengo que merecerme el título”. 

Suspira avergonzada sobre todo ahora tendría que volver al cuarto, la ropa estaba empapada de tanto sudor, con suerte Dianna ya estaría dormida, con eso en mente salió del aposento. 

-Ry. 

-Consigue a Madre, di: Leonora ha sido raptada, iremos a guerra…no quiero que nos molesten hasta su regreso, mantenme informada, que Florence te ayude…quiero todos los soldados listos. Hablo sin detener el paso. 

-Así será…Ry, estaremos listo.

 

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