Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Reinos - Enamorándome del cielo azul - Júpiter Asterix - 5


Capítulo 5

  
Por la tarde como fue pactado entraron en el cuarto de la Reina, sus sonrisas se ensanchaban mientras murmuraban entre ellas, no pasaron desapercibidas ante la pareja que les esperaban en el sillón sentadas muy juntas agarradas de la mano.


Reginne no podía dejar de sentirse dichosa de la mujer que le acompañaba agarrada de la mano, a pesar de la edad su acompañante era inteligente y muy bien educada.

El vestido que Maía llevaba tenía un escote que aunque reservado la llevaba a la imaginación del prominente pecho que bien sabia tenia, la sencilla trenza que le acompañaba a un lado  le dejaba espacio para saborear el cuello, nuevamente se preguntó porque salió de su cuarto cuando pudo haber gozado a esta mujer, pero claro tenía que ser prudente, recordó el sufrimiento mientras veía vestirse y más aún no tocarla, se volvió a ella y esta  le apretó la mano a sabiendas que eran observadas mientras saludaban, Ryot fue la primera en hablar.

-Era hora que llegaran, ven dame un beso, pequeña.

-Ry, siempre es bueno verte, como te sientes. Maía le abrazo, dándole un beso en la mejía.

-Cada vez mejor.

- Me alegro.

-Dianna, es bueno verte.

-Y tú, has descansado, te estas comportando. Dijo con el tono más ligero que pudo, su enojo a punto de desbordarse mirándola fijamente.

Mientras le decía esto las otras mujeres se saludaban y bromeaban, Maía esperaba que no hubieran escuchado, hizo todo un esfuerzo para no arremeter con una contestación que llevaría a levantar sospecha.-Muy bien, de hecho, no te preocupes por mí. Le dio una mirada severa quedando claro el desacuerdo.

-Si no lo hago yo, entonces quién. Levanto la vos ahora las otras mujeres estaban atentas ante la explosión de Dianna.

Maía respiro profundo y devolvió la mirada sonriendo a las otras mujeres que esperaban. -Discúlpennos un momento por favor.

Agarro del brazo a Dianna conduciéndola hasta llegar a un ventanal, se acercó susurrándole.-Compórtate, quiero tener una cena tranquila y me gustaría que te unas a nosotras.

-No soy yo la que no se comporta, que crees que haces, sabes perfectamente lo que pasará muy pronto.

-Cállate. Grito Maía. El enojo y frustración por lo que no podía cambiar, se hacía más fuerte con el paso de los días, porque no podía soñar, poco le importaba el mañana, era el ahora que quería recordar y quería un recuerdo bonito.

-Te diré por última vez, únete a la cena compórtate o vete, esta noche no la arruinaras, entiendes. La vos paso de enojo a súplica.

-Ahora no confías en mí y en lo que te digo, si sigues, tu corazón sufrirá. Dianna la envolvió en sus brazos sin querer que pasara lo que sabía pasaría o peor aún se alejara de ella.

-Tú también me negaras estar con quien elija. Dijo conteniendo las lágrimas mientras devolvía el abrazo.

Dianna agarro el mentón asegurándose que viera a los ojos, dibujando una sonrisa. -Tu felicidad será mi dicha, deberías saberlo.

-Entonces déjame serlo aquí, mientras dure, luego te seguiré sin dudar. Dianna la veía, sin responderle cuanto tiempo pasara mientras esperaba la respuesta.  como bien sabia Maía estaba midiendo los efectos que provocarían su respuesta.Con los ojos enrojecido expectante veía a Dianna quien era la persona más importante para ella, sin duda la conocía y a la que más respetaba, gracias a ella era como era, de ahí lo importante de su respuesta, la única que importaba.-Ann, lo único que me importa es tu aprobación.

Dianna se río ante lo dicho, sabiendo que era utilizada como siempre, por el amor que le tenía siempre cedía y porque no esta vez, tenía que aprender con tropiezo como vivir se dijo “a veces tendrá que hacer cosas que no querrá por deber”.

-Solo lo que dure que el invierno llegue, luego nos iremos.

-Si! Grito Maía, tirándose a los brazos nuevamente de Dianna.

Era la oportunidad de vivir, sin que nadie mandatar a como proceder, Dianna la levanto y le daba vuelta como cuando jugaban en el cuarto a solas, ambas reían por las locuras que iban a cometer sin importar el después.

Apenas se percataron de que ambas eran observadas,Dianna bajo a la pequeña, se dijo,que, si este sería un tiempo para vivir, ella también podría soñar despierta ante la mujer más maravillosa que había conocido, talvez no fuera mal plan después de todo.


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Reginne noto la cara enojada de Dianna desde que entraron, sin duda no aprobaba que amabas pasaran tanto tiempo a solas y lejos de ella, trato de no darle importancia ya que por lo que veía Ryot compartía tiempo con ella y le gustaba la compañía, acaso Dianna quería compartir las noches con ambas.

Trato de comportarse por su acompañante a quien le había prometido pasar una buena velada, pero cuando ambas se apartaron, recorría en ella una urgencia de proteger, la forma con que Dianna se dirigía a Maía, si bien no podía escuchar estaba segura que estaban discutiendo.

Cuando Maía grito “Cállate” inmediatamente se levantó para dirigirse a ella, nadie tenía porque hacer enojar a su mujer, menos Dianna, aún no sabía quién era, ni porque estaban alojadas en el castillo, pero cada vez le molestaba más.

-No se te ocurra ir, siéntate.

Una mano la jalo haciendo se sentará, se preguntaba de donde salía tanto poder de esta mujer, sin duda no era la persona que pretendía ser, tan cariñosa que se presentaba, pero peligrosa.

Por supuesto conocía muchas historias de batallas y otras que había compartido con ella, podía ser muy letal pero nunca la había visto despiadada, sentía orgullo de quien era Ryot y lo que habían logrado, aunque dolía las vidas que habían perdido para lograrlo. Aun sabiendo eso, la ira hablo por mí.

-Quieres que permanezca sentada y calmada como tú, cuando ella me necesita.

-Yqué piensas hacer.

-Lo que me corresponde, ir y proteger a Maía a como dé lugar. Reginne no dejaba de ver a Maía y Ryot a ella con una sonrisa satisfecha.

- Capricho o algo más serio.

Reginne le devolvió la mirada, si hubiera dicho eso otra persona ya le habría caído a golpes, pero siendo Ryot no podía.-No te incumbe… No me gusta como la trata Dianna, debo decirte que ella no la tocara más, no me importa el trato que tuviesen.

-Celosa. Decía Ryot mientras ocultaba una risa tomando un trago de vino.

-Ryot no sé qué pasa aquí, no me has dicho nada de ellas dos, quienes son.

-Ellas son mis invitadas y tú te comportaras, entiendes, es todo lo que necesitas saber.

-Quien es Dianna, para que demande tanto de Maía. ¿No está contigo? o ¿eres de las que comparte sin problemas?

En un movimiento rápido que impresiono a la misma Reginne, Ryot la tenía agarrada de la camisa con una mano, mientras con la otra le agarraba el mentón presionándolo lo suficiente para hacerse entender, donde habría caído la copa que tenía en mano se preguntó, el sillón chirrío del movimiento tan brusco, esa era la persona que tanto temía desde que podía recordar, siempre espero no tener que hacerla enojar como ahora.



-Escucha bien lo que te digo, no lo repetiré. Te comportaras con mis invitadas, te dirigirás a Dianna y tendrás respeto como si fuera yo misma y harás lo que ella demande de ti. Con Maía la trataras como la doncella que es y cómo la hija que querría tener, comprendes. (Silencio) Si esto es un juego u otro capricho vete inmediatamente, te llamaré cuando te necesite.

Reginne supo que Dianna era importante y se maldijo a si misma por no pensar en los sentimientos de Ryot, seguro también le habría dolido la forma en como la había tratado. Era tan idiota como tanto le había dicho, que no prestaba atención, se habría convertido solo en una máquina para matar, no era una disculpa por su comportamiento, pero seguro era en parte culpa por tan malos modales sobre todo con Ryot.

-Ryot, discúlpame, si de verdad puedo ganarme tu perdón, es solo mi enojo ante el poder que parece tener haciaMaía quien hablo... Nunca nadie le hará daño a Dianna, la protegeré y amaré como a ti hermana mía… Creo que tantas batallas en las que participe me han hecho tan descortés, no quiero perderte a ti por sobre todas las cosas.

-Reggie tienes que dejar la batalla en el pasado, quiero que empecemos a vivir, ya no busques guerra, querida.

-Un buen plan para mí, me siento cansada de ver tanta muerte,solo estaré a tu disposición, espero que me quieras cerca.

Una riza hizo volver a ver a la otra pareja, las veían jugando como niñas mientras daban vueltas felices, las hermanas abrasadas, suspiraron ante la imagen queriendo guardarla para siempre entre sus más preciados recuerdos.

-Vamos por ellas, creo que ya aclararon lo que debían. Dijo Ryot.

-Como nosotras, espero.

Ambas caminaron hacia ellas, apenas Reginne saludo Maía se lanzó con los brazos al cuello para darle un beso, luchaba por no derramar las copas de vino que llevaba en cada mano.

-Mi cielo, ten clemencia es buen vino.

Todas rieron. Maía estaba contenta de estar donde estando abrazada y más porque vio a Dianna le dio un beso en la mejilla a Ryot quien se sorprendió,pero sonrío ampliamente en respuesta.

Pasaron al balcón sin salir por el tiempo helado, ambas parejas se mantenían juntas, la primera que hablo fue Dianna.-Es una luna llena realmente hermosa, su luz alumbrara los lugares más ensombrecidos, realmente bella.

-Como tú, lo eres para mí. Contesto Ryotal oído, mientras le abrazaba desde atrás queriendo decir por fin lo que en tantos días había pensado, pero sin atreverse hacerlo por temor a espantarla, a que jugaban no lo sabía, pero lo cierto es que ya era hora de pasar por crías que no saben lo que quieren, poso su mentón en su hombro suspirando de felicidad.

Maía seguía abrasada a Reginne sin querer separarse admirando la luna tan bella, espalda a la pareja contigua, sintió el beso que le dieron en el pelo y el dedo que le rosaba suavemente el antebrazo, si estas caricias seguían dudaba que se quedara a cenar sin que robara un beso, sin embargo, no duro mucho la indecisión ya que fue anunciado, la cena estaba lista.



Tomada de la mano mientras era guiada por Reginne, vio el salón maravillada que la mesa era pequeño y ovalado, lo cual no había visto anteriormente, en medio un candelabro daba un ambiente romántico, en un rincón un grupo de músicos tocaban canciones desconocidas sin embargo eran suave, las parejas se sentaron de forma que Reginne quedo frente a Ryot y a la par Maía frente a Dianna.

Comieron entre risas por los recuerdos que Reginne contaba de Ryot su forma como corría detrás de las gallinas para ella poder cocinarlas, - Al final Madre simplemente pedía a la cocinera hacer un plato extra ya que nunca quedaba bien cocinado.

-Reggie mi pollo quedaba bien cocinado, era tu culpa que quedara con mal sabor, por tantas especies que le echabas. Le apuntaba con un cubierto mientras lo decía tratando de sonar seria.

-Si claro, deberíamos de hablar a Madre y ver si esa es su opinión, tal vez puedas cocinarnos tu platillo tan bueno, que ellas decidan.

-Me gustaría mucho conocer a tu madre. Dijo con una sonrisa Dianna mientras le veía con algo más serio en sus ojos, Ryot no sabía cómo sofocar el calor que empezaba a sentir sin ser pillada.

-Voy a disponer todo para el viaje mañana. Dijo Ryot agarrando la mano a Dianna se volvió a ella. -Quieres ayudarme, a decidir que llevar.

-Por supuesto, podemos empezar más tarde si deseas. Dijo Dianna quien recibió un beso en la mano.

-Me gustaría mucho, mi vida. Pero antes tengo que saber que ha pasado con Reginne aún no me ha contado todo, de la perdida de Leonora.

-Bien, cuando gusten nos retiraremos.

Ryot quedo mirándola fijamente sin poder descifrar lo que veía en los ojos de Dianna, pero para Maía estaba claro que lo que profesaba, era amor, aunque nunca se había enamorado,Maía veía a sus padres comportarse de la misma forma, esperaba con todo su corazón tener la misma dicha pronto, escuchar su nombre la volvió a la realidad.

-Creo que Maía debe empezar a conocer la realidad de la vida de un señor que conlleva a la muerte, pueden quedarse no es necesario se retiren, que dices Reginne.

-No tengo inconveniente siempre que me dejen hablar sin interrupciones, como tú siempre lo haces, luego se me olvidan parte y te quejas de mi mala memoria.

-Reggie, deja de decir eso, tu siempre oculta cosa, tengo que andarme enterando por tus caballeros, casi mueres crees que no lo sé cuántas veces fueron.

-Esos bocazas, ya les haré pagar por eso.Susurra enojada. Reginne terminaba el postre en silencio, sin querer aventurarse a ver aMaía, le rondaba el pensamiento que una vez escuchara lo que había pasado, le diría que fue culpable y que por su culpa Leonora estaba en un lugar sin protección, sin las personas que la quieren, suspiro elevando al cielo una plegaria para que no fuera mancillada por sus captores.

-Si no quieres que esté presente puedo retirarme.Agarro la mano de Reginne mientras sonría cariñosa, tratando de disfrazarlo nerviosa que esta se encontraba.

-Es solo que… no quiero que pienses que soy mala persona. Le susurro al oído.

-Nunca podría.

Con eso dicho, el corazón de Reggie sintió que un gran peso era quitado, una de las personas más importante era la que tenía a la par y verla a los ojos la hacía creer en la lealtad y fidelidad como una vez lo hizo antes.


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1 comentario:

  1. Me encanta esta historia espero y la actualices pronto saludos

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