Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Reinos - Enamorándome del cielo azul - Júpiter Asterix - 4

Capítulo 4


Saboreaba del cuerpo cercano, sintiendo los latidos, sin pensar en nada más que el recorrido demi mano hacía la cadera del cuerpo, sin urgencia, un suspiro escapo de su boca, me sentí contenta de estar acompañada de la mujer más hermosa que existía. Por los rayos del sol era aún temprano, continúe las caricias hasta que note el cambio de respirar.


-Tu corazón va tan rápido como si corrieras.

-Lo sé, estar así contigo me hace sentir cosas. Se reía ruborizada.

-Quieres que me aparte. “Torpe” dale salida, “es tan inocente”.

- No, yo… solo no acostumbro a dormir acompañada menos de esta manera. Me pregunto si es normal sentirse así.

-Oh, esto es muy normal… para los amantes, compartir caricias y conocerse mejor.

            -Pero, entre nosotras, somos dos mujeres. “Está prohibido, no se puede”.

El cuerpo de la joven se tensó ante cualquier pensamiento de estar haciendo lo incorrecto, seguramente si supiera su padre la desterraría sino mataría a su amante por ser prohibido como tanto escucho por sus soldados.

-Calma. Susurre mientras me ponía más cerca su cuerpo. -Sientes mis caricias, crees que estén mal.

-No, siento que surge en mí algo que aviva todo mi ser.

Era la oportunidad para saber qué hacía aquí en el castillo. -Qué haces aquí con la Reina.

            -Soy invitada por una temporada, junto con la pelirroja.

Idiota “eres una idiota” como era posible que había pensado que era dama de compañía, pero si no lo era que hacía ahí con ella.-Me gusta sentirte así de viva, te aseguro,pocos amantes pueden sentirse tan bien con tan pocos arrumacos.

-Como cual.

-Como esto. Puse la mano en su pecho. – y un beso.Me acerque besando los ojos que mantenía cerrado,seguí besándole las mejillas, di un beso casto en los labios como nunca recuerdo haber dado, pero rápidamente en mi surgió la necesidad de poseerla, le acune la cara con mis manos y continúe el beso hasta que de pronto  me respondió urgente, tanto que ninguna quería detenerse, sin que pudiera pensarlo mi pierna empezó a moverse entre las suyas y esta gimió en el frenesí que se encontraba respondiendo al mismo ritmo.

-Espera mi cielo, espera, si continuas no podré mantenerme lejos. Ambas suspiramos, alejando solo los labios.

-Te gusto. Susurro la joven.

-El mejor beso que me han dado.Asegure con una sonrisa hambrienta, no dudaba que haríamos más, sí dejara que pasara.Temblaba por las ganas de tomarla y hacerla mía, quería a esa mujer que regresaba la mirada tan depredadora,me pregunte si habría alguien que esperaba por ella.

-Debemos levantarnos, creo que es tiempo de comer ahora. Hablo la joven, mientras me acomodaba el cabello, no tenía duda que pronto seria mi amante y estaba feliz por pensarlo.

-Cierto, iré a limpiarme al cuarto de baño luego podemos comer.

-Ve entonces, me ocupare de eso ahora mismo.

-Dile al guardia, que Reginne solicita sean sus platos favoritos para dos.Susurré dándole un beso mientras me pegaba más a su cuerpo, cuando me di cuenta que era mejor poner distancia, corrí hacia al baño,pero me detuve para a ver a la mujer en la cama quien me reviso, el cuerpo desnudo.

-Sal y pregunta ala sirvienta, donde Maía te espera para desayunar. Contesto la joven con una sonrisa aún en sus labios.

Mantenía la urgencia de ir tras ella, pero era mejor entrar en razón para lo que tenía que ocuparme y empezar el día.

 --------

La puerta contigua se abrió, ambas mujeres se acercaron, la pelirroja vestía de forma sencilla y cómoda, con una trenza a un lado, la Reina vestíacon pantalón a la espera de tomar su armadura, ambas se complementaban en los colores y pieles que usaban, la joven sonreía ampliamente esperándolas.

-Buen día, podemos pasar. Dijo la Reina pasando al balcón.

-Me da tanto gusto verlas.  Maía se levantó de su asiento, corriendo para abrazar a las dos mujeres.

-Buen día. Contesto la pelirroja, quien no la soltaba de su abrazo, le dio un beso en la mejía,sonriéndole frente a Reginne.

Sin pensar en sus actos, Reginnese levantó dirigiéndose ante las mujeres que se abrazaban, con la mano en su daga, sin embargo, la Reina se adelantó interrumpiéndole el paso.

-Qué piensas hacer.

-De que hablas. Contesto sin apartar la mirada de las mujeres que se abrasaban y reían, sin considerar las demás.

-Cuida tu comportamiento.Urgió la Reina.

-Tu siempre demandando.Grita eufórica Reginne.

-Qué es lo que me quieres decir, dilo directamente. Le empujo con un dedo, sabía que tenía que mantener la calma, pero con ella era tan fácil perderla, sobre todo con lo sucedido la última vez.


-Que hiciste con ella, te cansaste y ahora te gustan pelirrojas, sabias lo que significaba para mí…las dejo y ahora te encuentro no con una sino con dos en tu cuarto.

Las palabras salían sin poder detenerlas, el dolor que había albergado por tanto tiempo, hizo que dijera cada una de ellas, aunque lo ocurrido no significaba nada ahora, todo era pasado, pero aun dolía. Ver como abrasaba a Maía y la mantenía a su lado, sobre todo como Maía iba directo a las dos,surgió el sentimiento que conocía, solo con matar tendría calma, aunque fuera por poco tiempo.

-Ahora, escúchame bien. Ultima vez que me hablas en ese tono acusador, recuerda quien soy.

-Agradece que lo recuerdo, sino hace tiempo…

Antes de terminar de hablar, la reina la abofeteo, haciendo que su cabeza girara, la reacción ante eso fue tirarse a ella para golpearla, sin embargo,fue tomada de las manos, se las mantuvo por detrás de la espalda, sostenida en un abrazo forzado.-Reggie, mi querida hermana, detente. Susurró.

La reina siguió sosteniéndola a fuerza mientras Reginne colérica trataba de soltarse, le besaba, aferrándola cerca, cuando sintió que se calmó, le soltó las manos, masajeando la espalda. “Como había dejado de tener calma, esto era lo que tanto miedo guardaba defraudar a su hermana, ahora tenía que hacerse entender”.-Eres mi amor, mi más grande amor, implore tanto que regresaras a mí, te necesito tanto, por favor créeme.






Reginne no podía creer lo que escuchaba, por mucho tiempo espero por ella, soñaba llegaría hasta donde estaba y traerla de vuelta, apartándola de las batallas y muertes, porque paso tanto tiempo alejándola. Le respondió al abrazo sin poder evitarlo, trato de decidir si empezar de nuevo, tal vez había razones para lo que sucedió, si se alejará nunca sabría.

-Trate de odiarte por tanto tiempo, tu no pensaste en mí, poco te importo.Decía entre lágrimas.

-Lo único que he hecho es amarte, Reggie nunca hice nada a sabiendas que podría herirte.

-No digas eso, sabes que la quería. Sollozo.

Levanto el mentón,limpiando las lágrimas con el pulgar.-Eres tan terca, ella siempre fue tuya aun cuando partió.

            -Que has dicho! Grito con el corazón adolorido.

            -Traté de decírtelo, pero nunca tuve certeza que te dieran la noticia. La reina mantenía en sus brazos dejando que llorara, era una noticia que la dejaría con muchas preguntas como bien sabia.

Cuando sintió que se había calmado se apuró a susurrarle. -Te quiero muchísimo, eres mi hermana, lo que viste esa noche fue un malentendió, créeme por favor. Espero pacientemente, tenía que hacerla entender que era inocente, respiro gustosa, cuando con un movimiento de cabeza lo acepto. -Ahora mira lo que te hice.

-Eres bien bruta, Madre tendrá que saber esto.

La risa ahora trajo tranquilidad, lo dicho era en buena medida ofrecimiento de paz, ambas sabían que no podrían estar enojadas tanto tiempo y la reina sonrió por eso.
-Bueno antes que vayas de llorona y me den palos por tu culpa. Debes saber que te amo y Madre quiere que hablemos las tres.

-Huy! Espero que aún este perdido el látigo del burro. Madre debe estar enojada, vine directo aquí.

- ¿Podrás esperar?, te prometo diré todo lo que quieras saber, Madre juzgará.

-Esperaré. Sin pensarlo rápidamente acepto, debía de asimilar la noticia, no podría ahora escuchar los motivos de su partida mucho menos sin la presencia de su Madre, donde estaría aun no la veía desde su partida.

-----

Un golpe estruendoso se escuchó, la puerta seguramente necesitaría cambiarse ya que se desencajo al abrirse, ante ellas estaba una mujer con una belleza inigualable, Maía la revisaba desde su lugar, la vestimenta era de un caballero, su cabello amarillo como los rayos del sol, su cara tan encantadora seguramente los hombres la seguían por montones, pero quien seria, se aferró a su mentora sin moverse del lugar.

-Que haces aquí.

-Madre, he vuelto, me alegra tanto verte.La amaba y verla la hacía tan feliz.

-Crees que, con eso, arreglaras las cosas. Se dirigió ante las dos mujeres.

Ahora Maía veía que esa mujer emanaba tanta fuerza, que increíblemente ese par de mujeres estaban asustadizas sosteniéndose una a otra, no creía fuera la reina por lo joven, pero seguro era alguien que respetaban mucho.


-Cierren la puerta, pronto.

Apenas se cerró la puerta desde afuera, la mujer empezó a quitarse la espada la puso en un sillón y se dirigió ante las mujeres con la correa. Se puso frente a las dos, indico con una mano que fueran y bajaran, ambas sin dudar apuradas se pusieron de rodias ante ella.

-Habla. Dijo directamente a Reginne.

-Madre, yo vine ayer, porque perdí a Leonora en un ataque y vine por soldados para regresar a buscarla.

-Ahora soy Madre, te importo poco irte sin decir una palabra, esperas que te reciba con los brazos abiertos.Se quedaron viéndose, sin decir una palabra.

-Bájense los pantalones, rápido.

-Mamá, pero yo... la reina fue callada por una cacheta, que le partió el labio.

-Quien creen que soy, alguien que pueden dejar de lado cuando tengan conveniencias.

-Reginne pon tus manos adelante. Apenas lo hizo dos golpes con la correa sonaron. Sin hacer ruido conteniendo las lágrimas permaneció como le dijo.

-Eso es por apartarte de mí y de tu familia, ahora habla rápido.

-Madre,solo quería alejarme, temía que si hablaba contigo, me darías palos y me encerrarías para evitar que me fuera. Dijo con vos temblorosa.

-Bueno, eso no te salvo, verdad.

La Reina se acercó a las manos extendidas abrasándola, no importaba mucho porque se había alejado, ahora estaba completa tenía a su Reginne en sus brazos. Aunque no le gustaba hacerlas parecer crías tenía que tomar las riendas en ocasiones, “tal vez esto las salvaría cuando estuvieran cerca de su Madre” se dijo.

- ¿Volverás hacerlo?

-Nunca me alejaré de tiy de la familia.Se aferraba a la cintura, llorando por la falta del amor que vivió por tanto tiempo, esa mujer que siempre había estado a su lado ahora la tomaba en sus brazos sin dudar de su amor.Le levanto la cabeza, viendo el labio partido, le paso el pulgar.

-Madre, ella me golpeo.

La Reina grito “qué”, viéndola con ojos furiosos, pero no dijo nada más.

-Extiende tus manos. Dos fuertes golpes sonaron, aunque se notaba adolorida, contuvo tocarse.-Porque dejaste que pasara tanto tiempo para arreglar esto.

-Madre yo no pude llegar hasta ella, pero siempre la mandé a llamar y no quiso regresar.

-No es cierto. Grito Reggie. Nuevamente una cachetada sonó.

-Espero que vuestra Madre tenga el látigo del burro y me lo preste.

Ambas suspiraron viéndola fijamente en suplica. Se apresuro a levantarlas, amarro a cada una, las correas de los pantalones, como si fueran niñas que necesitaban ayuda. Maía no podía creer los cambios de animo tan rápido que había entre ellas, sin embargo, era amoroso todo el trato.

-Ven aquí Reginne. La aferro a ella besándola la mejía, le agarro la quijada.-Tienes que crecer, no puedes tener secretos con tu familia, empieza a confiar más. Si vuelves a defraudarme, te arrepentirás. Entiendes.

-Si, Me he sentido tan sola, te amo tanto Madre.Ahora lloraba abrasada, aun así, le dio una nalgada que la hizo gritar.

-Mas te vale que no se te olvide.La veía tan delgada y tan maltratada que se preocupó.

-Ven Ryot. La acerco abrazándola en el otro brazo, una nalgada más sonora se escuchó.-Ryot, tienes que aprender a que un dolor puede evitar un dolor más profundo. Tienes que regir con justicia siempre, pero sobre todo que no se te olvide tu familia, recuerda que eres una más, entiendes.

-Si Madre, espero me ayudes a regir con justicia. Suspiro en sus brazos.

Después de un estar abrasadas por un tiempo, Madre volvió su mirada, atrás veía a dos mujeres jóvenes que parecían asombrada por lo que habían presenciado, sonrió pensando que no se incluyeron por educación, con quien estarían.

-          Pequeñas, esas dos mujeres, quienes son.

Ryot miro a su Madre con una mirada que irradiaba amor, una cosa curiosa, nunca antes la había visto así “será posible que al fin la encontrará”.

-Ellas, me ayudaron a regresar cuando fui atacada mientras iba hacia la casa de Madre, les debo la vida ciertamente.Te las presentaré camino junto a ellas.-Madre Cassiopeia, te presento a Dianna ella me salvo la vida y ahora es mi invitada, pero pronto la reclamaré.

Ver feliz a su hija de esa manera, apenas unos días atrás estaba preocupada por ver como era de infeliz y ahora Ryot ya quería reclamar a la pelirroja, tendría que vigilarlas para estar segura que su hija era correspondida.

-Reina, es un placer conocerla, espero no tener que hacerla enojar.

Las risas era una muy buena oportunidad de dejar el enojo, ahora esta mujer pelirroja era casi de la edad de Ryot por lo que Cassiopeia sonrió descaradamente y rogó al cielo fuera el amor de su hija.

-Madre te presento a Maía, ella me ayudo cuando vine ayer y ha sido maravilloso conocerla. Dijo Reginne.

-Reina, es un placer conocerla, me da gusto que alguien ponga en su lugar a Reginne, a veces parece necesario.

Aunque estaba admirada de la forma en que hablo la joven, Cassiopeiaestaba casi segura que Reginne estaba embelesada por ella, suspiro esperando lo mejor para ambas.

-Me alegro de conocerlas. Abrazo a las dos, susurrándoles. -Tengan paciencia con mis hijas son muy tercas, pero de buen corazón.

-Si Reina. Contestaron.

-Ahora hijas mías debo retirarme, voy a asegurar los caminos para que regresemos con Heloisse, esperen noticias, Ryot prepara todo, Reginne compórtate.

Ambas asintieron mientras la reina salía de la habitación, apenas cerraron las puertas. Dianna se apresuró acercarse a Ryot sobándole el brazo mientras está la miraba embelesada, contenta de tenerla cerca.

-Lo notaste, no menciono a Madre, que está pasando Ryot.

-No lo sé Reggie, pero apenas te marchaste ella vino conmigo y no regreso más, es la primera vez que menciona a una de ellas.

-Vamos te untaré una mezcla para que te ayude, eso pareció doloroso.Susurro Dianna mientras la llevaba de la mano.

-Ni te comento, todo por esta idiota que siempre hace enojar a Madre.

-Yo!, tu eres la descarada de hacerte la que no tira una piedra, haces enojar a Madre y siempre me arrastra. Grito mientras la jalaban al cuarto de baño para darle una dosis igual.

-Pues, ansío ver que te hará Madre, por todo esto.

-Madre Heloisse no dejara que me haga nada, ya verás.


-Sigue creyéndolo. Grito Ryot mientras cerraba la puerta.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Jupiter Asterix - Derechos Reservados
© Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del autor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...