—¿Alguien dijo
Pókemon Go? —comentó Kara en tono divertido cuando se aceraba a toda velocidad
por los cielos de Washington D.C.
—¡Oh, por favor!, la última vez que
hicimos una referencia terminamos luchando con un dragón,—refutó Alex por el
intercomunicador, medio molesta, medio en broma, desde las instalaciones del
DEO donde, gracias a la alta resolución de sus satélites y la eficiente
asistencia de Briniac, seguían todos los movimientos de Kara en tiempo real.
—No puedes
negar que eso fue divertido… y muy cool, —respondió Kara con una sonrisa, cuando
una criatura especialmente violenta aparecía casi en sus narices. Sin embargo,
su sonrisa se esfumó cuando el gigantesco ser logró clavarle una espina en su
pierna y se alejó en el aire, dejándola por un instante aturdida y con la
visión nublada por el dolor.
—¡Supergirl a tu derecha! —La voz de Alex dejaba notar
preocupación a la par que urgencia, aquel alienígena estaba resultando
especialmente problemático, como si su apariencia de puercoespín con esteroides
no fuese suficiente.
La chica de
acero había intentado congelarlo con su aliento, pero la espina que tenía
clavada en su muslo derecho era la prueba de que el hielo no lo detendría y la
fatiga por la pérdida de sangre le estaba causando problemas a la hora de fundirlo
con su mirada. Al parecer la espina estaba cargada con algún tipo de sedante,
tenía la mirada borrosa y su cuerpo empezaba a sentirse demasiado pesado para
su gusto.
Supergirl
llevaba tres minutos persiguiendo ese escurridizo grupo de rebeldes que
amenazaban con destruir la casa Blanca y lo único que había conseguido era una
hemorragia. Frustrada, giró a su derecha y trató de enfocar al centro de la
enorme mole espinosa que era su atacante, para disuadirlo con una potente
descarga de su mirada láser. Suerte que eran casi las tres de la tarde y el
ardiente sol estaba compensando sus fuerzas menguadas por la herida, debía
sacarse la espina pronto, pero a pesar que lo estaba intentando con su mano,
por alguna razón no podía sacársela.
Por su parte,La
agente Vásquez y un escuadrón del DEO se encargaban del troll al otro lado de
la calle, mientras la fuerza aérea perseguía al gigantesco murciélago verde que
trataba de abalanzarse contra la cúpula de la casa presidencial. Finalmente,la
hija de la casa de El tuvo éxito, el puerco espín yacía inmóvil en el suelo y ella
había logrado arrancarse la maldita espina de su pierna, de inmediato recobró
la plenitud de sus fuerzas y se lanzó al ataque contrael murciélago,
leharíaresponder un par de preguntas.
—¿Estás bien? —preguntó Alex en su oído.
—Sí, todo bien,
¿qué noticias tienes del Sr presidente?
—Está a salvo, el servicio secreto y la
guardia presidencial están haciendo un buen trabajo.
—Bien, ve
preparando las celdas para estos grandulones, es hora que tengamos algunas
respuestas… Vásquez, te encargo el puercoespín.
—No te preocupes Supergirl, nos encargamos de
esto.
Atrapar al
murciélago fue sencillo, un certero golpe en mitad del cráneo noqueó a la
criatura, dejándolo como un flácido bulto de carne que ahora acarreaba a las
instalaciones del DEO.
~
~
Pesadas
cadenas mantenían a un hombre de robusta contextura y cabello encanecido,
suspendido en el aire. Los grilletes en sus manos provocaron heridas de las que
la sangre brotaba. Su overol de limpia ventanas estaba sucio y destrozado en algunas
partes, manchas de sudor, mugre y otros fluidos agudizaban su aspecto
lamentable. Sollozaba en silencio.
Sin embargo,
aquel aparente descanso no duró mucho, el ruido de pesadas botas le hizo
temblar, lo que provocó el sonido chirriante de las cadenas sobre su cabeza,
empezó a llorar desconsoladamente, no soportaría otra paliza más, aún no
entendía cómo es que un día de trabajo se había torcido de manera tan macabra. Todos
los acontecimientos de las últimas horas se repetían en su mente una y otra vez,
tratando de encontrar el porqué de toda su situación.
En la mañana
del día anterior había sido enviado por su superior a atender la petición de un
cliente que solicitó expresamente sus servicios, alguien había dado buenas
recomendaciones suyas y el nuevo cliente solicitó la limpieza de una propiedad
pequeña, según las indicaciones recibidas, una sola persona bastaba para hacer
el trabajo, y ya que lo habían pedido expresamente a él, no tuvieron reparo
alguno en enviarlo.
Aquello le
pareció extraño, no recordaba haber tenido alguna interacción especial con
ningún cliente anterior, por lo que no veía cómo habrían podido recomendarlo.
Sin embargo, se tranquilizó a sí mismo pensando que nada malo pasaría, después
de todo, National City era la ciudad de Supergirl. Todo estaría bien, quizá se
llevaría una buena propina a casa al final del día.
Aquella
esperanza se esfumó una vez llegó a la dirección indicada, no había edificio
con ventanales, en su lugar, una vieja fábrica abandonada, de aspecto sombrío y
oxidado se elevaba ante él, dando inicio a la pesadilla que ya llevaba 36 horas
padeciendo.
Un golpe lo
privó de la conciencia por un momento, cuando pudo recobrarse estaba allí
encadenado.Todos, unos 20 hombres por lo que pudo calcular, portaban la misma máscara
metálica, sin embargo, entre ellos, uno sobresalía. Su traje negro era más
elaborado, su máscara un poco diferente, pero lo más espeluznante era su voz,
gruesa, siniestra, cargada de oscuridad. Empezó preguntando por sus mascotas,
aquello fue lo más extraño de todo, ¿por qué sus mascotas? Ante su silencio, un
golpe en el abdomen lo dejó sin aire. Pero luego, la revelación de aquel hombre
enmascarado le heló la sangre. Sabían exactamente quién era, de qué planeta
había venido y cuál era su familia.
Le mostraron
fotos de su esposa y sus tres hijas, amenazándolo con sus muertes si no accedía
a sus peticiones: usar sus mascotas contra la casa blanca. El terror por la
muerte de su familia le pudo, después de todo, sus mascotas no eran violentas,
pero sí podrían causar destrozos si “jugaban” en su forma original en algún
lugar. Ante los ojos humanos sólo eran un hámster, un murciélago y un gato
esfinge, pero una vez tomaban su forma, eran formidables criaturas, leales y
nobles, pero feroces, capaces de todo por defender a su familia. Aquel grupo de
enmascarados habían descubierto su existencia después de ver al dragón de su
hermano pelear contra Supergirl.
Esa misma
noche, aquellos hombres irrumpieron en su casa, robaron sus mascotas e
instalaron cámaras de vigilancia, para mostrarle hasta qué punto su familia
estaba en sus manos. No tuvo más remedio que dar la orden a sus mascotas, sin
embargo, aprovechó la circunstancia de hablarles en su idioma natal, para pedirles
que se dejasen capturar por Supergirl si ella aparecía, con la esperanza que
ella investigara y llegara hasta el final, confiaba de esa manera salvar a su esposa
y a sus hijas.
—Tus mascotas
resultaron incompetentes. —Comenzó la voz espeluznante.
—Por favor, no
le hagas daño a mi familia. —Suplicó.
Un puñetazo en
la cara fue la respuesta —¡No he dicho que hables maldita cucaracha!
El hombre
herido murmuró algo, pero la mandíbula desencajada por el golpe le impidió
pronunciar con claridad.
—Fueron
derrotados por Supergirl, —escupió las palabras casi con asco—, sin embargo, de
alguna manera cumplieron su objetivo. Pronto recuperaremos nuestro planeta y
las malditas cucarachas serán exterminadas. —Sentenció el enmascarado.
Otro golpe,
esta vez en el estómago, lo dejó sin aire. Entonces lo supo, jamás tuvieron la
intención de liberarlo, él moriría, nunca volvería a verlas. Pensar lo que les
harían a ellas si Supergirl llegaba demasiado tarde lo quebrantó, el llanto, la
angustia y la desesperación se apoderaron de él. No había salvación, la
Kriptoniana era su única esperanza.
~
~
—Kara, debes
ir con Lena de inmediato, al parecer tenías una entrevista en vivo y trató de
localizarte al celular, me llamó hace cinco minutos, le dije que estabas en un atasco
de tráfico en la interestatal y que habías agotado la batería de tu móvil. —Alex
la puso al tanto mientras caminaban hacia la celda con el murciélago a rastras.
—¡Oh no!! Esa
entrevista es muy importante, tendré suerte si conservo mi trabajo al final del
día. —Respondió con evidente preocupación mientras cerraba la celda—. Gracias
por cubrirme la espalda, te debo una. Avísame cuando tengas respuestas, nos
vemos esta noche en casa. —Agregó apresurándose hacia la salida.
90 segundos
después aterrizaba en la azotea de CatCo. Lo primero que divisó al salir del
ascensor fue el ceño fruncido de Lena y la sonrisa mortificada de Nia, quien
fue la primera en notar su llegada y salió a su encuentro hablando
apresuradamente.
—¡Kara! Qué
bueno que llegaste, Miss Luthor ha estado haciendo tiempo mientras llegas,
¿cómo lograste salir del tráfico?
—¡Kara! —Lena
se acercó al dúo captando la última pregunta que acababa de hacer Nia Nal—…Justo
iba a preguntarte lo mismo, hace solo diez minutos tu hermana me dijo que
estabas en la interestatal, ¿cómo lograste venir tan pronto? —Sus cejas
levantadas y su intensa mirada evidenciaban la sorpresa en su rostro.
—Oh… Nia,
Lena, ¿Alex no te dijo que envió un motorista en mi rescate? Logré pedirle
ayuda antes que mi celular muriera… ¿está todo listo? —Kara respondió con lo
que esperaba fuese su sonrisa más inocente.
—Sí, de hecho,
estaba preparada para tomar tu lugar, pero podemos empezar cuando estés lista. —Lena
respondió mirándola atentamente
—Lo estoy.
—Bien, vamos
entonces.
La entrevista
al Gobernador y al senador del estado de California salió mejor de lo que
esperaba, necesitaba contar con el apoyo de representantes fuertes para
consolidar una política de apertura e inclusión de los refugiados
extraterrestres y mermar de manera efectiva los violentos actos xenofóbicos
contra esta población, que ya contaba con un gran número de víctimas.
Sin embargo,
lo que más le preocupaba a la reportera Danvers, era el éxito que estaba
teniendo el nuevo programa del profesor Lockwood, quien se proclamaba a sí
mismo como un ferviente “humanista” y no se cortaba en exponer abierta y
tenazmente sus ideas, con el lema “primero la tierra”, contra lo que él
consideraba una invasión alienígena. Kara ya lo había comprobado en persona,
gracias a la entrevista que tuvo personalmente con el heredero de la extinta compañía
de Aceros Lockwood, en la que cubrió a James la semana pasada.
Por esta razón,
actos como el de esta tarde no sentaban bien a la causa, pues tal vandalismo
por parte de los alienígenas, reforzaba el rechazo de la población humana hacia
ellos.
La jornada en
CatCo continuó tan acelerada como de costumbre, Lena volvió a las instalaciones
de L-Corp, mientras en las instalaciones del DEOAlex y Briniac buscaban
alternativas para instalar en los cautivos el sistema de camuflaje humano que
les hiciera más fácil la comunicación y poder averiguar quién estaba detrás de
los ataques a la casa Blanca, eran ya las 6 de la tarde y aún no se había
logrado nada.
A las 6:15 le
llegó un mensaje a su celular:
Lena: ¿Puedes venir a L-Corp
ahora?
Kara: Sí claro, ¿pasó algo?
Lena: Solo un poco frustrada con
una investigación que estoy realizando, ¿tal vez un punto de vista fresco pueda
ayudarme?
Kara: será un honor, te veo en
cuanto termine mi redacción para mañana.
Lena:
Gracias. Te
espero.
Kara: ¿cómo suena Donuts?
Lena: ♥ Fantástico. No tardes.
A las 6:20 una
llamada de Alex:
—Kara, tenemos problemas, los inductores de
imagen no funcionan en ellos por alguna extraña razón.
—eso quiere
decir que no han podido entenderles ni una palabra.
—Exacto. Briniac tiene una teoría.
—¿Qué es?
—Él piensa que son de nuestra galaxia, pero
en algún sistema con múltiples soles, pues dada la composición de sus células
parecen estar adaptados a una radiación más intensa, lo que los ubica en un
sistema cerca del centro de la galaxia.
—por lo que
los dispositivos no hacen ningún efecto pues están diseñados para organismos
expuestos a un menor nivel de radiación.
—Exacto. Necesitamos rediseñar los
dispositivos por completo.
—Bien, ¿cuál
es el problema?
—Que son propiedad de L-Corp, y sólo Lena
tiene acceso al software para hacer los ajustes correspondientes, necesitamos
su ayuda.
—Perfecto,
justo en este momento me dirijo a L-Corp, ¿quieres que pase primero por el DEO?
—Sí Kara, te lo agradeceríamos.
—No te
preocupes, tenlo todo listo, nos vemos en un minuto exactamente.
~
~
(En algún
momento del mes anterior):
El oscuro pasillo a la celda de máxima
seguridad resonaba con las pesadas botas del guardia y su acompañante, un
estirado intelectual que había conseguido audiencia con el presidiario más
famoso de Metrópolis.
Pasaron tres estrictos controles, donde
su maletín y vestuario fueron revisados y escaneados rigurosamente, antes de
detenerse frente a una pesada puerta de acero reforzado, con seguridad biométrica.
Al entrar, el visitante se encontró con una celda de cristal blindado,
plenamente iluminada con una luz blanca, que le daba a la estancia una
atmósfera fría y estéril. Una anodina silla de plástico blanco había sido
puesta frente al cristal.
Al interior de la celda el mobiliario
era inexistente, salvo por el futón de lana gris, a juego con el uniforme del
recluso, que le servía como lecho de descanso. Un grueso libro de lomo blanco
servía como mesilla para un improvisado tablero de ajedrez dibujado en una
hoja, cuyas figuras, también de papel, esperaban silenciosas la siguiente
jugada.
El hombre de mediana edad, completamente
calvo, le esperaba sentado en posición de loto, en aparente estado de
meditación. No dio señal alguna de haberse percatado de la entrada de sus
visitantes.
—Tiene quince minutos. —Informó el
guardia en tono severo y salió asegurando nuevamente la entrada.
El visitante tomó asiento y se dispuso a
extraer un delgado y antiguo libro de su maletín de cuero, mismo libro que pasó
en silencio por la ranura destinada a la bandeja de comida. Solo cuando volvió
a su lugar, el recluso abrió al fin sus ojos fijando en él su fría mirada.
—Veo que mi querida Mercy ha encontrado
un criado obediente esta vez.
El tono de su voz era suave,
aterciopelado, casi demasiado dulce para la figura adusta y fuerte que tenía
frente a sí. Aquel susurrante sonido causó un escalofrío en la espalda del
recién llegado, quien supo disimular la repulsión que le produjo aquella voz,
acomodando el nudo de su corbata a la par que aclaraba con un carraspeo su
garganta, preparándose para decir la contraseña que le había enseñado la ya
difunta Mercy Graves quien lo había reclutado para encarnar al Agente de la
libertad.
—El Superhombre deberá ser el sentido de
la Tierra, permaneced fieles a la tierra. (Nietzsche)
Ben Lockwood debía tragarse el repudio
que le producía trabajar con un Luthor, cuando precisamente aquel apellido, la
indiferencia con que había sido tratado por una de los suyos, como si él fuese
sólo un lacayo insignificante, era en parte responsable de la ruina de su
familia. Y precisamente éste hombre, quien tras las rejas mostraba la misma
actitud arrogante, sólo acrecentaba las náuseas en su estómago. Pero
irónicamente era su dinero, era su tecnología, y era otra de los suyos quien
había creado al personaje que ahora le daba un objetivo y una causa dónde
desahogar su ira y desprecio por los alienígenas. Así que puso su mejor gesto y
aceptó con estoicismo el resto del encuentro.
Diez días
antes del presente:
La charla con
Lex le dio claridad en muchos aspectos, sobre todo, en el comportamiento
reciente de la menor de la familia. Le proveyó de la información necesaria para
ultimar los detalles. La maldita cucaracha con capa a quien llamaban Supergirl
muy pronto caería. Ahora, frente al escuadrón de mercenarios de élite expuso el
objetivo final de su misión:
—Muy bien, su
objetivo es Lena Luthor, a la más mínima oportunidad caeremos sobre ella. —Habló
con seriedad tras su máscara de Agente de la libertad—. Harán lo mismo con la
reportera Danvers. —Remarcó, dejando ver que era igual de importante que la
millonaria ejecutiva, después de todo, les estaba pagando una fortuna por aquel
operativo—. Recuerden, todo debe quedar grabado. Se les descontará el 50% si no
me traen la evidencia en video. —Aquello era de suma importancia, no podía
sembrar terror si no tenía cómo mostrar el alcance de sus acciones—. Necesitamos
dejarle ver a Supergirl y al público, que su red de publicistas ha sido
destruida. Y ella no pudo hacer nada al respecto.
—¿Con que es
así? Ese plan tiene una falla… no me gusta el asunto de los paparazis, no
arriesgaremos nuestras identidades, —argumentó el líder de los mercenarios, un
hombre de fuerte complexión y mirada astuta. Llevaba un pasamontañas, así como
todos los de su equipo, sin embargo, sus cejas dejaban en evidencia que era un
pelirrojo. Sin duda su apodo de “Barba Roja” con el que se hacía conocer, no
era muy creativo.
—Creí que eran
profesionales. ¿Debo pensar entonces que sus servicios están sobrevalorados?— Cuestionó
Ben con suficiencia.
—En absoluto,
pero si haremos el trabajo sucio en su nombre, lo justo es que llevemos su
bandera. Nos darán las mismas máscaras de sus hombres. —señaló al escuadrón de
acompañantes enmascarados apostados a las espaldas del Agente Libertad.
—Desde luego,
de otra manera, ¿cómo podríamos adjudicarnos la responsabilidad de los hechos?
—Ben selló el pacto con un fuerte apretón de manos y una sonrisa de
satisfacción que jamás fue vista.
~
~
Encontró a la
ojiverde en su oficina, muy centrada en los diagramas de su pantalla
holográfica. Kara la observó un instante en silencio, sentía una gran
admiración por esta mujer, y verla en su trabajo era simplemente impresionante,
pero la había llamado por alguna razón, y había escogido las Donuts favoritas
de Lena, sería un merecido break después de una jornada tan intensa.
—Hey, ¿alguien
quiere Donuts?—Valió la pena romper la concentración de su amiga sólo por la
gran sonrisa con que fue recibido su saludo.
—¡Kara!! ¿te
he dicho que eres mi persona favorita?
—Ven aquí,
mereces un descanso, —fue la respuesta de Kara con los brazos abiertos. Se
fundieron en un reconfortante abrazo para luego dirigirse al sofá
—Me malcrías,
siempre me traes mis favoritas. —Dijo Lena con evidente placer tras dar la
primera mordida.
—Estás
invitada el domingo a casa, Alex está planeando una tarde de chicas; por lo que
he oído, ella misma cocinará. Podrías pasar con nosotras un rato agradable.
—Cuenta
conmigo, allí estaré.
—Hablando de
Alex, —dijo rebuscando en su bolso—, el equipo del DEO logró capturar esta
tarde a los tres alborotadores de la casa Blanca, pero no han podido
comunicarse con ellos.
—¿Qué sucede?
—dijo Lena con evidente confusión y suspicacia en su mirada.
—Intentaron
con tu inductor de imagen, pero al parecer no funciona con ellos… tienen una
composición biológica muy distinta a todas de las que se tienen registro hasta
ahora. —Le contestó Kara sacando de su bolso la caja que le entregó su hermana
con uno de los dispositivos y muestras de tejido de los tres individuos—. Mi
hermana me pidió que te entregara esto, tal vez podrías echarle un vistazo y
darles algunas pistas.
—Por supuesto,
acompáñame al laboratorio.
Lena señaló el
ascensor privado oculto en la pared falsa al costado de su oficina, llevaba
directo a las instalaciones privadas, laboratorios y bóvedas de seguridad.
Mientras llegaban al nivel del laboratorio, Kara retomó la conversación.
—Por cierto,
¿qué era lo que querías mostrarme?
—Ah, lo verás
enseguida.
—¿Puedo tener
una primicia?
—¿Para CatCo?
Aún no, sólo estoy comenzando con el prototipo. Quiero que sea perfecto cuando
salga a la luz.
—¿Y qué es?
—Un detector y
potabilizador de aguas subterráneas. Es mi forma de lidiar con el bloqueo que
me ha generado… mi última investigación. —Comentó Lena diciendo esto último con
cierta molestia, procurando guardarse la frustración y enfado que sentía
consigo misma por su reciente fracaso científico. Replicar la piedra Harun-El
sintéticamente y estudiar sus propiedades con el propósito de curar el cáncer
la había llevado a tener la responsabilidad por la muerte de una persona. Por
lo que adelantaba otra investigación con miras al beneficio de comunidades
desfavorecidas, de esa manera se mantenía activa mientras intentaba resarcir de
alguna manera el daño. Por suerte, Eve estaba resultando de gran ayuda, jamás
imaginó que la ex asistente de Cat Grant tuviese tantas habilidades
científicas. Pero en este momento necesitaba la frescura que le aportaba su
resplandeciente amiga reportera—. Quiero llevarlo a las poblaciones vulnerables
de África y Suramérica. Estudié todos los sistemas disponibles hasta el
momento, pero todos tienen fallas, y la eficacia del más avanzado sólo llega al
75%. Necesito que éste llegue al 100%
—¡Oh, Lena,
eso es fantástico! —Exclamó Kara con evidente admiración en su mirada azul—. Sabes,
eres una verdadera súperhéroe.
—¿Qué dices?,
¿un Luthor superhéroe? No lo creo. —Refutó con tristeza y decepción en su
mirada.
—Para mí lo
eres sin lugar a dudas. —Afirmó Kara con convicción, entendió que su amiga se
estaba cargando nuevamente con la culpabilidad de su apellido.
—Quisiera ser
un poco más como tú, —la mirada esmeralda era indescifrable, a pesar que sus
labios intentaron sonreír—, pareces saber qué es lo correcto en cada momento.
—El rostro de Adam pasó por su mente y el dolor la invadió, seguido de un
intenso repudio a sí misma. Su mirada se desvió involuntariamente al
laboratorio adjunto, donde yacía la evidencia de la fatal ineptitud de la Dra.
Kieran.
—Lena, mírame.
—Kara se propuso con firmeza sacar a su preciada amiga del lugar oscuro al que
la habían llevado sus pensamientos. Le dolía verla agobiada por el peso de
culpas que no le pertenecían—. Tú no eres tu apellido. Has creado tu propio destino
y debes estar orgullosa de ello, no puedes seguir cargando con el peso que no
te corresponde, cuando tú dedicas tantos esfuerzos para que cientos de miles de
personas puedan tener una mejor calidad de vida. Eres maravillosa Lena, jamás
usarías tu conocimiento para hacer daño, porque es la bondad de tu corazón la
que toma las decisiones y gracias a ti, quizá el apellido Luthor comience a ser
sinónimo de esperanza.
Lena casi
sonrió… las palabras de su amiga no distaban mucho de lo que había dicho Adam segundos
antes de instarla a aplicar en él la sustancia que lo llevaría a la muerte.
Aquella similitud en ambos, la confianza absoluta que depositaban en ella,
agrandó el vacío en su corazón.
~
~
El convertible
se detuvo en medio de la nada, Ben revisó por enésima vez su celular, el
informe de inteligencia mostraba los movimientos de la joven Luthor y la
reportera Danvers en los últimos 5 días. Al parecer, Lena vivía en la torre de
L-Corp. Pues en todo ese tiempo, apenas si la habían visto salir de allí. Su
oficina mantenía iluminada hasta altas horas de la madrugada, pero el mayor
inconveniente era la seguridad, la tecnología de reconocimiento facial con que
contaba el edificio, hizo imposible la infiltración de los mercenarios, después
de haberlo intentado hasta como operarios de limpieza.
La única
manera de atacarla es cuando vuelva a abandonar el edificio. Aquella era la
conclusión a la que Barba Roja y él mismo habían llegado. Hoy darían el golpe
de gracia a la pequeña Luthor.
La reportera
en cambio, tenía mucha más actividad, su itinerario iba de la sede de CatCo a
las instalaciones del DEO y las calles, había sido una semana de mucha
actividad para la rubia, tanto así que aún no habían podido localizar su
vivienda. Lo más sospechoso era la estrecha relación que mantenía con el DEO Si
era uno de sus agentes encubiertos trabajando para la prensa, sin duda tendría
algún sistema de rastreo, lo que los mantenía en guardia a la hora de seguirla
o intentar algo, sin embargo, el plan era ir primero por la Luthor y luego por
la Danvers.
—Registramos otro
movimiento del canario. —Aquel día, el ataque a la Casa Blanca había
incrementado la actividad en CatCo, incluso Lena había estado allí en las primeras
horas de la tarde—. Acaba de ingresar a L-Corp. —Fue el mensaje recibido por el
intercomunicador en su oído.
—Perfecto, quizá
le den caza junto al sinsonte. Esta noche cenaremos pajarillos, no me fallen.
—fue su respuesta.«Dos pájaros de un tiro»
se dijo con optimismo.
Aquello sólo
era la primera parte del plan, seguirían cortándole el paso con el DEO donde,
según el informe de su inteligencia, la otra Danvers era el enlace de la
Kriptoniana. Dejarla sin apoyo y mostrar su ineficacia al proteger a los suyos,
le mostraría al mundo que los alienígenas no eran la mejor opción a la hora de
confiar la seguridad de la nación y del planeta entero. Ellos eran invasores, y
como tales debían ser expulsados.
Con aquello en
mente, Ben Lockwood sonrió con suficiencia, mientras ultimaba detalles del
guion para su programa de mañana, aquel en que pondría en evidencia la
ineptitud de Supergirl ante la muerte de la dueña de CatCo Worldwide Media, y
su reportera estrella.
~
~
Dos horas
después, Kara había dado algunas ideas para el potabilizador de agua y Lena
había comenzado el conteo del ADN de las muestras recibidas por parte del DEO.
Al parecer, no bastaba sólo con hacer unos ajustes al software disponible, era
necesario rediseñarlo por completo, para ello necesitaba el informe final del
ADN y ello significaba la noche entera, pues las cadenas mostraban una
complejidad nunca antes vista en otro ser vivo.
Lena estaba
fascinada por la información que las muestras estaban arrojando, pero a pesar
de ello, algo en lo recóndito de su conciencia le recordó que se había saltado
el almuerzo y que la Dona que le había traído Kara no sería suficiente, por lo
que dejó que el sentido común se hiciera cargo.
—Kara, esto
llevará toda la noche, no creo que podamos hacer algún avance significativo
hasta que este informe esté completo. ¿Te importaría unirte conmigo en la cena?
—¡Oh! Seguro.
Gracias por la invitación.
—Mi placer.
Lena activó
los códigos de seguridad antes de abandonar las instalaciones y dirigirse al
parqueadero para abordar su sedán negro rumbo a un restaurante, mientras Kara
caminaba a su lado, texteando a Alex contándole de los avances realizados por
Lena en el inductor de imagen y avisándole que tardaría en llegar a casa.
—Conozco un lugar
cercano, sirven una pasta deliciosa. —Comentó Lena mientras encendía el auto.
—Oh, eso suena
genial. —Dijo Kara abrochándose el cinturón de seguridad en el asiento del
copiloto.
—No es que no
adore comer una Big Billy Burger, pero hoy me apetece pasta para variar un poco.
—Lena puso su mejor cara entusiasta.
—Por supuesto,
la pasta siempre es una buena alternativa. —Kara respondió con una gran
sonrisa, ahora que pensaba en ello, estaba hambrienta.
~
~
Los vigilantes
esperaban atentamente apostados en ubicaciones estratégicas, no perdían el más
mínimo detalle de lo que pasara en la torre L-Corp y sus inmediaciones, por
ello, ya pasadas las 8 de la noche, notaron la salida del sedán, mismo vehículo
que habían logrado identificar días antes como propiedad personal de la joven
Luthor. Hora de actuar.
El hacker hizo
su movimiento y las luces de tráfico cambiaron a rojo, dándole tiempo al equipo
en la avenida para maniobrar el abejorro. Un sofisticado dron de tamaño
minúsculo, que llevaba consigo el chip de rastreo y espionaje que los llevaría
a la siguiente ubicación de la empresaria.
El abejorro se
posó en la placa trasera del automóvil, instaló su carga y regresó a las manos
de sus dueños, quienes pasaban desapercibidos como una pareja de turistas
parados inadvertidamente en la esquina del semáforo tomando fotografías con sus
celulares.
El chip se
activó y Barba Roja sonrió al identificar la voz de la acompañante de la
pelinegra. ¡Bingo!... —¡A sus puestos! Operativo sinsonte en marcha. —A su
orden todos sus hombres se movieron.
~
~
Llegaron al
restaurante y se instalaron en una de las mesas privadas, el ambiente del lugar
era bastante cálido e íntimo, los detalles de la decoración, así como la
tonalidad piedra de las paredes, tenían una reminiscencia a las casas
solariegas de la Toscana. Lena ordenó una botella del mejor vino, que les fue
traída y servida ceremoniosamente.
Lena tomó la
copa entre sus dedos mientras su mirada no se apartaba de los ojos de su mejor
amiga, sonrió ladinamente de sus propios pensamientos, Kara intrigada y un poco
sonrojada por el exceso de atención preguntó:
—¿Qué?
—Nada. —Respondió
Lena inspirando profundamente y bajando la mirada.
—Te estabas
sonriendo, algo pensabas, dime qué es. —insistió Kara con suavidad.
—Pensaba que
nos hacía falta un momento así… con tantas cosas que han pasado últimamente, no
he podido disfrutar un buen momento con mi mejor amiga.
Kara se
sonrojó levemente, pero con una cálida sonrisa respondió, —tienes razón, yo
también extraño nuestros desayunos.
—Sí,
totalmente. —concordó Lena con una gran sonrisa, luego suspiró y levantó la
copa para brindar, —Por nosotras, por más cenas juntas
Kara afirmó,
—Por mi mejor amiga. Salud
—Salud.
Ambas tomaron
un gran sorbo, Lena seguía totalmente absorta en su mejor amiga, Kara le
devolvía la mirada con una sonrisa en sus labios. Lena continuó la
conversación.
—Sabes, soy
muy afortunada de tenerte. Nunca pensé que podría hallar alguna vez una amistad
como la tuya.
—Siempre
estaré contigo Lena, sin importar qué, me tendrás junto a ti para apoyarte en
lo que sea. Incondicionalmente.
Lena sonrió
ante las palabras de Kara y centró la mirada en su copa de vino mientras
rumiaba sus pensamientos.
—Sabes, el
incidente con Supergirl el año pasado me hizo apreciar aún más tu amistad, sé
que puedo confiar plenamente en ti, sé que jamás me traicionarías. Eres siempre
tan honesta y has estado apoyándome y creyendo en mí desde que te conocí, y eso
es invaluable Kara. —Lena enfocó su mirada en la copa entre sus dedos, pero de
nuevo sus ojos secentraron en aquellos azules que la miraban como si el resto
del mundo hubiese desaparecido y sólo existieran ellas, esa mesa, ese instante—.
No me importó tener a Supergirl en mi contra, ni a mi madre, no me importa
cuántos vengan tras mi cabeza, porque cuento contigo, tu amistad es mi
verdadero soporte.
Kara bajó la
mirada y se ajustó los lentes nerviosamente, buscando cuidadosamente cómo
responder. Se odió a sí misma en ese momento por no haber tenido el valor de
confiar su identidad a Lena desde que se hicieron cercanas. La excusa que se
daba a sí misma de no decírselo para “protegerla” ya no tenía valor alguno. Se
lo dijo a Winn mucho antes de conseguirse el apodo de “Supergirl” y aquella
revelación sólo estrechó más la confianza entre ambos, pero Lena significaba
mucho más para ella, y ese secreto era como una bomba atómica en medio de ellas
que amenazaba con explotar en cualquier momento, destruyéndolo todo a su paso.
Finalmente se
atrevió a mirarla, para responder no sin algo de nerviosismo en su voz.
—Me halagas
Lena. Tú eres maravillosa y me honra que me tengas en tan alta estima, y es
cierto que siempre contarás conmigo y estaré ahí junto a ti cuando me
necesites, pero también es cierto que eres la persona con más fuerza y poder
que conozco, y no porque seas la CEO de la corporación más grande de National
City, sino porque tienes un gran corazón, tu nobleza no tiene igual. Eres
grandiosa Lena, soy yo quien se siente afortunada de poder llamarte amiga.
Volvieron a
entrechocar sus copas con miradas cómplices, Kara tomó un poco más, pues había
un nudo en su garganta por lo que estaba ocultando, sin embargo, se palmeó la
espalda mentalmente por haber superado este pequeño momento, y se hizo la
promesa de resolverlo pronto. Buscaría el momento y la manera más adecuada para
decírselo sin herirla. No ser completamente honesta con Lena era ya insostenible.
Con esa
resolución en mente, Kara pudo relajarse y disfrutar de la compañía de su mejor
amiga por el resto de la velada.
~
~
Los mercenarios
de Barba Roja, rodearon la manzana donde se encontraba el restaurante. El mapa satelital
de la zona les proporcionó ubicaciones privilegiadas desde donde podrían
actuar. Buscaron especialmente lugares óptimos para instalar las cámaras desde
donde pudieran registrar con claridad los acontecimientos.
~
~
Los platos
fueron traídos a la mesa con elegancia, lucían apetitosos, Kara miró el plato y
luego a su amiga, a quien dedicó una luminosa sonrisa de agradecimiento.
—Bon apetí,
Ladies. —Fueron las palabras del maître antes de dejarlas a solas nuevamente.
Las cejas de
Lena se levantaron en reconocimiento, su sonrisa en respuesta a la de Kara fue
el gesto con el que dieron inicio a la cena, cuyo exquisito sabor logró gestos
de absoluto placer en las dos mujeres.
~
~
El pelotón de
Barba Roja contaba con 50 hombres, sin embargo, traían un grupo extra de los
propios hijos de la Libertad, a los que llamaría “cuervos” durante la
intervención, quienes se encargarían de las cámaras, ya que aquello parecía de
suma importancia para su cliente. Afortunadamente aquel grupo era obediente,
así no serían un lastre para toda la operación.
—¿Sector sur?
—cuestionó por el sistema interno de comunicación
—¡Listos
Señor!
—¿Alguna
novedad? —Preguntó en general
—Un pequeño
inconveniente en el edificio oeste,—se oyó la voz de un joven—, ya lo estamos
resolviendo señor.
—Bien, quiero
saber con exactitud cuando todos los cuervos estén instalados.
~
~
—Pude hablar
con Nia esta tarde mientras llegabas.—Comentó Lena casualmente—, te tiene en
muy alta estima.
Kara se ajustó
los lentes con nerviosismo, —ella fue recomendada por la mismísima Cat Grant.
Creo que le irá muy bien, es realmente muy buena.
—Seguro que lo
es, teniéndote a ti como mentora. —Lena la miraba con orgullo y satisfacción,
una de sus cejas se levantó en afirmación a sus palabras.
Kara abrió los
ojos como platos ante el cumplido, —qu…qué… —no pudo evitar la sonrisa
nerviosa—. No creo que merezca el título de mentora.—Aquello le recordó las
palabras de James el día que conoció a Nia Nal—. Sólo la estoy acompañando,
ella es realmente hábil por sí misma.
Lena sonrió
ante el sonrojo de su amiga, —Vamos, no seas tan modesta, —la miró fijamente
para darle mayor peso a sus palabras—, debes reconocer tu experiencia, eres una
excelente reportera, el reconocimiento que tienes ahora lo conseguiste más allá
del madrinazgo de Cat Grant.
~
~
—¿Situación de
los cuervos? —cuestionó Barba Roja.
—¡Todos listos
Señor!
—¿Panteras?
—Hambrientos y
con las garras afiladas.
Barba Roja
sonrió ante la respuesta, reconociendo la voz de su impaciente camarada. —Muy
bien, atentos en cuanto los pajarillos se muevan.
~
~
—Alex también
te tiene aprecio, la he escuchado muy agradecida contigo desde la valiosa ayuda
que prestaste al DEO hace pocos días.—Kara quiso halagar a su amiga y sondear
el terreno para cuando se presentara la oportunidad de revelar su identidad.
—Oh, sabes que
siempre estaré dispuesta a colaborar, tu hermana hace un buen trabajo. —Lena
sonrió, sin embargo, continuó con mayor seriedad—. En cuanto a otras personas,
no necesito confiar en alguien para trabajar con ella, si la ayuda está en mi
mano, estaré dispuesta a darla. —Respondió con algo de tristeza, refiriéndose a
Supergirl.
Kara puso su
carita de cachorro regañado ante las últimas palabras, su alter ego necesitaba
redimirse con urgencia ante la brillante CEO—. Creo que ella está profundamente
agradecida contigo, después de todo, le salvaste la vida.
—Bueno, gajes
del oficio. —Respondió la pelinegra secamente.
—¿Cómo está
Sam? —cuestionó, en un intento de cambiar el ambiente pesado con el tema
“súper”
—¡Oh! Le está
yendo muy bien.—Respondió la empresaria con evidente alegría, aliviada por el
cambio—. Ha hecho una excelente gestión en California.
—Eso es
genial, me alegro mucho por ella. Alex extraña mucho a Ruby.
—Sí, al
parecer se tienen mucho cariño, la niña también me habla de ella cuando nos
vemos. —Lena sonrió de algo que al parecer sólo ella sabía.
—Creo que será
buena idea sugerirle a Alex que vaya a visitarlas. —Dijo Kara pensativa.
—Oh, eso sería
una agradable sorpresa, Ruby estaría más que encantada de volver a verla. —Lena
respondió con picardía.
—Es verdad. —Kara
reflexionó un poco—. Mi hermana ha estado ansiosa por adoptar el último año.
Canceló su boda por ese motivo.
—¿En serio?
—Maggie no
estaba lista para tener hijos, de hecho, no contemplaba la maternidad en
absoluto, mi hermana en cambio, no veía la hora de convertirse en madre, ese
fue el motivo de la ruptura.—Kara expuso con seriedad.
—Debió ser
duro para ambas. —Reconoció Lena conrespeto. —Recuerdo a Alex taciturna
aquellos días, cuando conoció a Sam y Ruby, ¿ese era el motivo entonces?
—Así es, fue
pocas semanas después de la ruptura.
—En ese caso, —afirmó
levantando sus cejas—, respaldo aún más esa visita a Ruby ¿qué dices si les
organizamos un fin de semana?
—¡Lena! Eso sería
maravilloso. Cuenta conmigo en eso. —Fue la respuesta de una Kara absolutamente
encantada con aquellaconfabulación. Con todo el asunto de los hijos de la
libertad, un par de días de descanso con personas queridas, le haría un gran
bien a su hermana.
Los platos
vacíos fueron retirados oportunamente por dos meseros; una vez despejada la
mesa, las copas fueron llenadas nuevamente, no sin ceremonia, por el maître.
~
~
Ben observó
con aprobación en su celular el circuito cerrado de tv que los hombres de Barba
Roja habían creado para el operativo. Acomodó las últimas piezas de su traje y
se puso en camino a la ubicación. Entraría en escena al final, para hacer su
declaración sobre los cadáveres y retar a Supergirl. Contaba con que tomaran
sus amenazas en serio y el apoyo a la alienígena fuese retirado.
~
~
El maître
regresó con el postre, la delicada decoración del platillo hizo sonreír a Kara,
quien continuó con la conversación.
—¿Y cómo van
las cosas con James?, lo vi taciturno ayer en la mañana. —Inquirió con
delicadeza, estaba realmente preocupada, los había visto pelearse en Acción de
Gracias, y al parecer la tensión seguía presente en la pareja.
—Nada bien. De
hecho… terminamos. —Reconoció Lena secamente.
—Uh. —Kara se
quedó un momento en silencio sin saber qué decir, mientras la noticia se
asentaba. Intentó sondear el estado de ánimo de su amiga—, Cómo lo siento...
¿Tú cómo te sientes?
Lena pareció
meditar un momento, intentó parecer firme, pero la sombra de tristeza en sus
ojos no pasó desapercibida para su querida amiga. —No lo sé Kara. Creo que es
lo mejor para ambos. Al parecer entendemos cosas distintas sobre lo que
significa cuidar de quien amas.
Kara entrecerró
sus ojos, ¿qué había hecho o dicho James? ¿por qué esa tristeza en la mirada
verde? Por un momento quiso darle un golpe a su corpulento amigo por poner esa
tristeza en su querida Lena. Quiso abrazarla y protegerla, sin embargo, lo que
ella necesitaba en este momento era sentirse libre.
—Bueno, sabes
que puedes contar conmigo en cualquier momento. Creo que la invitación de Alex
es más que oportuna. —Lena sonrió—. Podemos también hacer otros planes, —continuó
Kara—, siempre eres bienvenida cuando quieras a mi casa, o podemos salir alguna
noche a divertirnos, lo que te haga sentir mejor.
Lena bajó la
mirada, entendió la genuina preocupación de su amiga y agradeció el soporte que
le brindaba. Saboreó lentamente la última cucharada del postre y levantó sus
ojos verdes, Kara aún tenía un poco en su plato. —¿Qué hay de ti? —Kara frunció
el ceño sin entender sobre qué le preguntaba—, quiero decir, ¿hay alguien que
te haya interesado últimamente? —Lena sondeó; recordaba muy bien lo mucho que
le había costado la ruptura con Mike/Mon-El, se preguntó qué pensaría su
inocente amiga si supiera que se había enamorado de un Daxamita, cuya madre la
había secuestrado y había querido casarlos, que además ahora había vuelto al
futuro con su esposa.
Kara sonrió, —Estoy
bien, de verdad,—respondió sinceramente—. Me estoy enfocando en mi carrera,
incluso he podido tomar clases de idiomas. —dijo con un poco de orgullo—, siento
que estoy en mi mejor momento. Creo que me sienta bien la soltería.
Las oscuras
cejas de la joven Luthor se elevaron en grata sorpresa por su amiga, su sonrisa
dejó notar lo bien que era recibida aquella declaración. —Enhorabuena. Me
alegra escucharte hablar así.
~
~
—¡Show time!
—exclamó Barba Roja al ser notificado del movimiento al interior del
restaurante. La cuenta había sido pedida y el automóvil estaba siendo puesto en
marcha por el valet en el parqueadero.
Sus tropas se
pusieron alerta en sus puestos, la adrenalina de lo que vendría los tenía
inquietos. La victoria estaba más que asegurada, después de todo, era sólo un
par de mujeres contra un ejército en comparación. No tenían la más mínima
oportunidad.
~
~
Lena le
comentaba algunas ideas que tenía para divertirse juntas, mientras caminaban
por la acera para abordar el coche que el valet acababa de parquear frente a
ellas, cuando un grupo de cinco sujetos enmascarados y fuertemente armados las
abordaron por el costado izquierdo, rodeándolas e impidiéndoles cualquier vía
de escape. Lena, inicialmente en Shock sujetó a Kara del brazo, buscando
mentalmente cómo protegerla, su coche era blindado, por lo que instintivamente
se acercó a él con la intención de meter a su amiga dentro, pero Kara fue más
rápida y se interpuso entre Lena y los asaltantes.
—Hoy es
nuestro día de suerte amigos,—dijo uno de ellos con voz rasposa—, vinimos por
la pequeña Luthor y nos encontramos además con la molesta reportera.
Todos
estallaron en carcajadas mientras otro replicó,—Es porque hoy es miércoles de
2x1
—Mejor para
nosotros, cobraremos el bono extra a la eficacia.
Kara los
observaba minuciosamente al mismo tiempo que buscaba una salida sin hallarla,
estaban atrapadas, no podía traer a Supergirl sin delatarse, y al parecer el
grupo había sido contratado para matar. Se maldijo por no llevar en su oído el
intercomunicador para contactar con el D.E.O. se lo había sacado poco antes de
entrar al restaurante y junto con su celular, yacía en el fondo de su bolso,
por lo que buscarlo ahora no era una opción.
Con su visión
de rayos X analizó las armas, no detectó Kriptonita, ninguna de ellas
presentaría una real amenaza, el único inconveniente era su identidad, “Kara Danvers”
se suponía que no era a prueba de balas, el auto blindado de Lena era su única
salida, pero sólo abrir la puerta implicaría una ráfaga de disparos que
“humanamente” no podría esquivar sin una excusa válida. Frustrada, optó por
hacerlos hablar y distraerlos mientras Lena podría ponerse a salvo dentro del coche.
—¿Quién los
envía? ¿quién ordenó nuestro secuestro? —Sondeó sus intenciones.
Una carcajada
grupal fue la respuesta, hasta que el primero en hablar y que parecía ser el
líder respondió en tono de burla:
—Nadie ha
dicho nada sobre secuestros, mi Lady, ¿acaso nos ves cara de niñeras?
—Ya que ella
pregunta, podríamos tener un poco de diversión, digo, están malditamente
calientes, ¿o no jefe? —dijo el más bajo de ellos y que estaba en el extremo
más cercano al automóvil, los demás murmuraron con aprobación a sus palabras,
pero una vez más Barba Roja se hizo sentir.
—¡Cállate
idiota! negocios son negocios, harán su trabajo y luego si quieren se
divertirán con sus cadáveres, no perderé mi fortuna porque ustedes no supieron
mantener su pito en sus pantalones, ¡maldita sea!
Cuanto más
hablaban, más fruncía el ceño Kara, ¿quién había pagado al parecer una fortuna
por sus muertes? Necesitaba sacarles la mayor información posible, pero, sobre
todo, necesitaba poner a Lena a salvo.
—Muy bien, si
como dices, nuestra muerte es segura, al menos tenemos derecho a saber por qué
y quién lo ordena.
—Reportera
hasta el último instante ¿eh? —comentó Barba Roja—, ¿qué dicen chicos? La rubia
quiere saber.
—Supongo que
se lo podemos conceder jefe, después de todo, los cadáveres no hablan.—contestó
el que estaba a la izquierda del jefe, a lo que los demás rieron con
aprobación.
Lena por su
parte, apreciaba el tiempo que les estaba comprando Kara, había quedado entre
la espalda de la rubia y su automóvil, pero de espaldas a este, por lo que
lentamente dio dos pasos hacia atrás hasta que alcanzó la manija de la puerta,
la prioridad era entrar al auto, pero la manija no respondía. ¿Por qué demonios
el valet no le abría desde adentro? ¿a qué estaba esperando?
El sonido de
un cuerpo cayendo al piso le dio la respuesta, entonces se giró y atónita vio
cómo su auto se ponía en marcha dejando tras de sí el cuerpo sin vida de un
joven con el uniforme del restaurante, el valet era la primera víctima. En el
mismo instante, otros tres hombres ocuparon el espacio que dejaba el auto. Lena
palideció, estaban perdidas, recurrió a su teléfono activando su protocolo de
seguridad personal de L-Corp. Había culminado hacía sólo un par de semanas las
modificaciones a la armadura que le había desmantelado a su madre,
convirtiéndolo en un traje hecho a su medida, que le brindaría seguridad a la
par que potentes armas de ataque. Estimaba que el tiempo de respuesta tardara
unos diez minutos, quizá fuera demasiado tarde.
Los
movimientos de Lena no habían pasado desapercibidos para sus asaltantes,
quienes una vez más se burlaron en su cara.
—La pelinegra
quería huir en el auto, Jefe. —Habló uno de los recién llegados.
—Acéptalo Lena
Luthor, es tu fin. —Afirmó Barba roja.
—No has
respondido la pregunta que ella te hizo. —Dijo Lena con firmeza—. ¿Quién los
envía?
—Está bien, me
cansé de esta conversación, acabemos con esto de una vez por todas y vamos a
cobrar nuestro millón de dólares. —Habló Barba Roja con cansancio.
Kara sintió su
sangre hervir ante el precio ridículo que habían puesto a la vida de la
brillante CEO y por un segundo creyó perder el control, acabaría incinerándolos
a todos con su visión láser, pero el toque suave de Lena en su espalda y la
profunda inspiración que escuchó, a la par que el ritmo acelerado de su corazón,
fue lo que mantuvo su cordura, Lena, su polo a tierra, su entrañable y cálida
amiga no perecería esta noche.
—Verás
preciosura, has cabreado a los hijos de la libertad y han puesto precio a tu
cabeza y la de tu rubia amiga, un millón por ti, medio millón por ella. —Al oír
aquello, Kara cayó en cuenta que fueron las cámaras de CatCo las que
transmitieron su mensaje a favor de los refugiados alienígenas y sus derechos,
Lena ahora era la propietaria de la gran compañía de telecomunicaciones, la
había puesto en peligro sólo por prestarle ayuda a Supergirl—. Sabemos que eres
dura de matar en tu propia fortaleza, pero hoy nos diste la oportunidad de oro,
por eso no hemos escatimado en gastos. El mensaje debe ser claro, quienes
apoyen a la maldita cucaracha con capa que se hace llamar Supergirl, acabarán
como ustedes, —recitó textualmente el mensaje que el Agente Libertad le había
dado para la ocasión—. Todo está en cámara preciosuras, ¿creían que sólo éramos
nosotros?… miren alrededor, hay cámaras y francotiradores apostados en todos
los edificios, no tienen escapatoria.
—Para acabar
con un par de mujeres, se han tomado muchas molestias. —Comentó Kara con
orgullo y desafío.
Lena
palideció, sin embargo, habló una vez más con autoridad —¿Quién puso el dinero?
—Le pareció una burla del destino, que precisamente una Luthor fuese perseguida
por apoyar a Supergirl, cuando la relación con la chica de acero no era lo más
cordial que quisiera, y que también su mejor amiga, quien de manera absurda se
había puesto ante ella como escudo humano, pereciera por ser cercana a la súper
heroína. En ese breve instante pudo comprender un poco a su madre adoptiva y el
odio que alimentaba hacia los Súper por la ruina de su medio hermano.
—Curioso, él
dijo que lo preguntarías, te tiene muy bien estudiada, ¿sabes? todo esto fue
idea suya… también dijo que cuando preguntaras te diéramos su mensaje: “L-Corp.
no vendrá en tu ayuda, pequeña Lee”
—¡Lex!
—escupió Lena su nombre como un insulto.
Kara,en alerta
máxima, registró todo el movimiento a su alrededor, se habían quedado sin
tiempo. Al parecer la respuesta de Lena, el nombre de su hermano, era la
contraseña para abrir fuego. En lo que su amigo Barry llama “flash time” se
giró hacia Lena implorando su perdón con la mirada, la tomó en sus brazos y la
besó, elevándose con ella a súper velocidad en el mismo instante que las balas
se cruzaban donde se suponía que estarían sus cuerpos.
~
~
Ben, quien estaba
apostado en un edificio cercano, esperando su momento de entrar en escena, miraba
atónito cómo desaparecieron ante sus ojos. Maldijo furiosamente que se les
hayan escapado de las manos, aún sin comprender cómo. Ellas simplemente
desaparecieron, como si hubiesen sido un holograma, lastimosamente no tenían
cámaras de alta velocidad, por lo que no pudieron captar con exactitud los
movimientos hechos por las dos mujeres, su cámara de mayor resolución, sólo
mostraba el instante en que Lena activaba algo en su celular, un par de minutos
después, ellas simplemente se habían desvanecido.
Lex, en su
celda, sonreíacínicamente mientras murmuraba: “muy astuta, hermanita” y
arremetía agresivamente contra las defensas informáticas de L-Corp. desde un
dispositivo inteligente escondido en las solapas del libro blanco que le servía
de mesa para su juego de ajedrez, esperando infiltrarse, sin mucho éxito, aún.
~
~
Espera…
espera… ¿Qué?... en un segundo, ella estaba escupiendo el nombre de su hermano
y al siguiente, sus retinas registraron un destello, sin embargo, un par de
ojos azules la miraban con arrepentimiento. En ese instante, más breve que un
parpadeo, todo se detuvo. “Como si detener el tiempo fuera posible” se dijo.Por
otro lado, las sensaciones registradas en su cuerpo no fueron las esperadas.
Ella pensó que quizá dolería, bueno, tal vez una docena de balas de alto
calibre atravesando tu cuerpo causarían algún dolor ¿verdad? No era así. En su
lugar, los cálidos brazos de su amiga la rodearon, y con una fuerza que jamás
imaginó en ella, la elevaron en el aire, tal y como se carga a un bebé. Aquella
postura se le hizo familiar, pero no pudo recordar por qué. Esos brazos…los
sintió cálidos, suaves, fuertes. Uh… definitivamente no son balas.
Lo siguiente
fue… el rostro de Kara cerca, demasiado cerca, sí, muy cerca, tanto que pudo
sentir su aliento… espera… no su aliento, algo más… cálido, húmedo… ¿dulce? … y
suave, demasiada suavidad. Oh sí, aquello sabía demasiado bien. Quiso
investigar más, descubrir a fondo qué era aquella fantástica sensación en su boca,
aquel aroma, aquel sabor. Abrió sus labios para permitir la entrada, el sabor
se intensificó, aquella suavidad en movimiento reclamaba su labio inferior, su
lengua quiso probar, y en respuesta, otra lengua se le unió, aquello fue
demasiado, quiso atrapar con sus dientes un escurridizo y carnoso labio
inferior que estaba jugueteando con ella. Un gemido de placer se le escapó
inconscientemente. ¿Estaba gimiendo? ¿y por qué sentía como si no hubiese
gravedad en absoluto? ¡Al diablo con todo! Su cerebro no pudo más. Aquella
sensación en su boca era demasiado buena como para preocuparse por otras cosas…
lo que sea que fuera, podría esperar, ahora era sólo el momento de disfrutar.
~
~
Cuando Kara
finalmente interrumpió el beso, estaban a salvo, flotando tranquilamente a unos
tres mil metros de altura. Lena estaba en Shock, era demasiada información para
procesar y su brillante cerebro quedó en blanco.
¿Qué acaba de
pasar? Fue la pregunta que pudo formularse al fin en su mente, el gesto atónito
no abandonaba su rostro.
Había armas,
algo sobre Lex, un millón de dólares y unos enmascarados, disparos… recordó. —¿Estamos
muertas? —pudo apenas verbalizar
—No, Lena, no
hemos muerto… tal vez tú quieras que yo lo esté cuando finalmente descubras el
resto de la historia
—¿Qué? —Lena,
a pesar de haber escuchado cada palabra no entendió ni una sola, nada tenía
sentido.
—Sabes, estaba
preparándome para decírtelo, jamás quise que lo descubrieras de esta forma.—Continuó
Kara ante la atónita mirada de Lena entre sus brazos—. No existe infierno en
este mundo, o en cien mil mundos, que me hiciera arriesgar tu vida por un
estúpido secreto.
Lena intentó
procesarlo, —¿Yo te gusto? —se atrevió a preguntar lo absurdo. Aunque el beso
parecía declaración suficiente. Había sido… intenso, por decir lo poco. Jamás
imaginó que lo disfrutaría tanto y aquello la confundió aún más. El sabor de
Kara en sus labios le hacía casi imposible pensar en otra cosa.
Kara sonrió
culpable. —Mira a tu alrededor Lena… estamos volando.
Lena
finalmente escuchó y miró alrededor, abriendo aún más sus ojos. —¿Cómo?
—preguntó con estupor.
—Necesito
contarte mi verdad, erróneamente creí que guardar el secreto te mantendría a
salvo. Pero de nada ha servido y aquí estamos, una vez más con tu vida en
riesgo por mi causa.
Lena entonces
la miró con atención, frunciendo el ceño, pero aún sin comprender del todo la
situación. Kara inspiró hondo y habló pausado y claro, pero sin detenerse,
tenía que sacarlo todo de una sola vez o no sería capaz de hacerlo en absoluto.
—Sabes que fui
adoptada a los 12 años por la familia Danvers. Mis padres murieron en un
accidente de tránsito, o eso es lo que dice la versión oficial. —Decidió
comenzar desde el principio, lo sintió oportuno—. Pero realmente la muerte de
mi padre fue sólo una de cientos de millones de muertes que le acompañaron.
—Sus ojos azules revelaron la tristeza que sentía al recordar el momento en que
abandonó su planeta y lo vio explotar mientras quedaba terriblemente sola,
abandonada en el espacio—. Recientemente descubrí que mi madre pudo sobrevivir
junto a otro pequeño grupo. Su nombre es Alura Zor-El… y mi verdadero nombre es
Kara Zor-El. —Hizo una pausa, para que la noticia se asentara. Lena había
conocido a su madre hacía pocos meses, cuando ella había venido a ayudar en la
batalla contra Regin. Los ojos verdes de su amiga se abrieron en entendimiento,
una sombra de dolor cruzó por ellos en cuanto el peso de aquella información la
golpeó, pero Kara siguió hablando, necesitaba contar su versión antes de ser
juzgada.
—Nací en
Kriptón y a los 12 años fui enviada tras mi primo Kal–El para cuidarlo, pero la
explosión de mi planeta desvió el curso de mi nave y terminé atrapada en la
zona Fantasma durante 20 años, allí el tiempo no pasa. —El motivo de su presencia
en este planeta era importante, Lena seguía escuchando, ahora con mayor
atención—. Una anomalía expulsó a mi nave de allí y pude finalmente concluir mi
viaje.Para cuando llegué aquí, seguía siendo una niña, mientras que mi primo
era ya un adulto y servía al nuevo planeta bajo el nombre de Superman. Él me
llevó con los Danvers, quienes amablemente me dieron asilo y un nombre humano
con el cual mezclarme entre la multitud. —Una leve sonrisa acompañó el recuerdo
de ese primer encuentro con su familia humana.
—Juntos
acordamos en no revelar mis habilidades, ni mi procedencia, así que permanecí
en las sombras todos estos años, pero el fallo del avión en el que mi hermana
Alex viajaba rumbo a Suiza, hizo que el mundo supiera de mi existencia cuando
salí a su rescate hace tres años. Cat Grant me bautizó con el nombre de Supergirl,
aunque debo decir que al principio odié ese título, demasiado rosa para mi
gusto. —La discusión con su temible jefa por el apodo dado a la heroína de
National City vino a su memoria, e inevitablemente le sacó una sonrisa—. Mi
hermana Alex me reveló entonces que nunca trabajó para el FBI, sino para la
organización del DEO que ahora tú también conoces. Con ellos recibí
entrenamiento, y durante un año pude poner a prueba mis habilidades, a la par
que aprendí en el camino lo que significaba portar el símbolo de mi casa en el
pecho. —No era una súper heroína de nacimiento, el título de súper fue algo que
conquistó con sus acciones y determinación.
—Así fue como
poco después te conocí.—Esta era la parte importante de su discurso, su mirada
azul se hizo más profunda, dejando ver la honestidad de sus palabras—. Te he
admirado desde el principio, Lena Luthor. Tú fuiste quien me inspiró y animó a
seguir la carrera de reportera. Al principio no quise revelarte mi identidad
para protegerte, pues si te revelaba mi secreto pondría otra diana en tu
cabeza, y ya estabas siendo lo suficientemente perseguida en ese momento. Pero
luego superamos esa crisis y creí que guardar el secreto era lo mejor que había
hecho, estabas a salvo y sin llevar la carga de mi verdadero nombre. —La miraba
con intensidad, era evidente la profunda admiración que sintió por la mujer en
sus brazos desde que la conoció. Por su parte, Lena comparaba todo lo que le
era dicho con sus propias memorias.
—Disfrutaba
siendo sólo Kara Danvers contigo, amaba ser sólo humana a tu lado, pero
entonces nuestra amistad se hizo más fuerte y el secreto me comenzó a pesar.
Para empeorar las cosas, apareció Regin, fue mi peor momento. —Reconoció con
pesar, la gravedad de aquel recuerdo le hizo fruncir el ceño—Me superaba con
creces, y la frustración al no poder vencerla nubló mi juicio. Fui una completa
irracional contigo, pues en mi corazón sabía que jamás usarías la Kriptonita
para dañarme, pero fue mi temor y mi frustración lo que salió a flote y
traicioné tu confianza como Supergirl, —aquel era un recuerdo crítico: la
desconfianza entre ellas, las duras palabras, la herida que había causado en la
joven empresaria. Ese recuerdo le hizo brotar lágrimas y su voz se quebró, pero
siguió exponiendo su defensa—. Sabes, tener todas estas habilidades hace que
sienta que llevo el mundo sobre mis hombros, Reign hizo que me enfrentara a mi propia
vulnerabilidad, y saber que tenías en tu poder la única sustancia en este
planeta que es realmente letal para mí, en un momento en el que me sentía en
desventaja nubló mi juicio. —Lena miraba fijamente el rostro de la kriptoniana,
su expresión no podía ser más indefensa—. Aquellas palabras que me dijiste en
el ascensor, cuando íbamos a visitar a Ruby y Sam eran tan ciertas, crucé una
línea que jamás debí tocar, rompí la confianza que habías depositado en una
Súper, y aquella grieta me dejó sin salida, me hizo casi imposible plantearme
siquiera la idea de revelarte mi nombre.
Kara tomó na
inspiración profunda, las emociones bullían en su interior, pero a la vez iba
sintiendo el efecto liberador de poder finalmente sacar toda su verdad. Lena
por su parte, la miraba atentamente, sin atreverse a romper el silencio.
—Solo hace
pocos días me salvaste la vida con ese maravilloso traje que creaste para
desintoxicarme. ¡Cielos! Ni siquiera te di las gracias apropiadamente. —La voz
de la Kriptoniana se quebró nuevamente—. Y sabes, ya no temo a la Kriptonita,
morir envenenada por ella sería, de lejos, menos doloroso para mí que perder tu
amistad. —Su expresión era de absoluta vulnerabilidad, pensar en el rechazo de
su amiga y ver el dolor en sus ojos verdes la estaba matando—. Tú eres mi polo
a tierra, me comprendes de una manera que mi hermana envidiaría, me apoyas y me
inspiras a ser la mejor versión de mí. Eres increíblemente valiosa para mí Lena
Luthor. Perderte rompería definitivamente mi corazón, sin embargo, a pesar de
ese riesgo, no iba a permitir que acabaran con tu vida esta noche. Te prometí
que te protegería, y pienso mantener mi promesa hasta el fin de mis días, sin
importar lo que decidas acerca de mí, ahora que conoces mi verdad.
Lena había escuchado
atentamente cada palabra, su mirada brillante por las lágrimas derramadas,
manifestaba la extensa gama de emociones que experimentaba con lo que le era
dicho, incredulidad, sorpresa, vulnerabilidad, enojo, decepción, esperanza,
soledad. Sobre todo, estaba vulnerable emocional y físicamente, y ella, amante
del control y la independencia, odiaba sentirse de esa manera, a merced de otra
persona.
—¿Por qué me
besaste? —La pregunta salió de su boca como por voluntad propia, pues muchas
otras inquietudes se agolpaban en su mente, ataba cabos y caía en cuenta de
muchas similitudes, su amistad y cariño profundo hacia Kara entró en conflicto
con los desacuerdos que tenía con Supergirl, y entre todo eso, ¿sólo preguntó
por un beso? Claro está, aquel era otro componente en la ecuación que no
acababa de asentarse.
La mirada azul
por un momento mostró absoluta incredulidad ante la pregunta, sin embargo,
también experimentó cierto alivio, pues esperaba algún duro reproche. Respiró
profundamente. —Oh… be… be… el beso? … wow…—no supo qué decir. Ya que fue algo
que hizo por impulso, pero ahora su mente se exprimía y vio una salida:
¡tiempo!—Yo… uh…—carraspeó un poco. Sus ojitos de cachorro torturado eran
adorables—. Sólo iba a besarte en…¿la mejilla… creo…? —Sus cejas se juntaron en
un intento de disculpa—. Creo… creo que no pude ver con claridad. —dijo
evidentemente abochornada y sintiéndose completamente torpe—. Necesitaba que me
escucharas, estaba nerviosa por cómo lo tomarías y creí que sería la última vez
que podría abrazarte como mi amiga, supongo que… quedé atrapada en el momento…No
sé por qué te besé. —Admitió al fin con expresión culpable. La verdad era esa,
no sabía por qué la había besado, lo que sí podía decir, es que, gracias a
ello, Lena la había escuchado, en lugar de mandarla al infierno en cuanto se
enteró de quién era ella en realidad—. Supongo que… me compré un poco de tiempo
con el beso…—dijo casi con sorpresa, más para sí misma.
Lena la
cuestionó con su mirada.
—¿Funcionó?
—preguntó Kara en tono de disculpa.
—¿Que si…? —Lena
un poco desorientada empezó a hablar, luego cayó en cuenta de lo que Kara realmente
preguntaba—. ¡Oh! ¿que si funcionó el…? ¡Claro que funcionó! funcionó
completamente… me dejaste absolutamente… aturdida.—Respondió definitivamente
exaltada y luego guardó silencio pensativa.
En un acto
reflejo intentó ocultar su rostro de las miradas de Kara, pero muy tarde tomó
conciencia de la postura aún más íntima que había adoptado al guardarse bajo el
cuello de su amiga. El calor que emanaba de Kara la mantenía a salvo del frío
de la atmósfera, pero a su vez la hacía más consciente del contacto entre sus
cuerpos. Estaba abochornada y sentía su cara arder por el sonrojo. ¿Desde
cuándo la afectaba el contacto físico con lareportera?
Kara en
cambio, la miraba preocupada. En su mente, todas las veces que imaginaba a Lena
enterándose de su identidad, siempre ocurría lo peor, la mayoría de las veces imaginaba
ver profunda decepción en sus ojos verdes, seguido de enojo y la ruptura
definitiva de todo lazo que hubiese existido entre ellas. Pero al verla en tal
estado de confusión y lucha interna, no sabía qué hacer. El beso fue algo
espontáneo, que surgió en el último segundo, se suponía que solo sería un
inocente pico en los labios, pero nunca imaginó que quedaría atrapada en el
momento, ni que realmente funcionara para derribar las defensas de Lena y
permitirle ser escuchada.
Ellahabía
estado demasiado preocupada por la reacción de Lena al revelarle su secreto,
que no prestó tanta atención, quizá fueron los nervios, el miedo a perder su
amistad y todas las emociones que bullían en su interior en esos momentos, lo
que la hizo perderse en ese beso, ahora, que al parecer era en lo único que su
amiga pensaba, se reprochó mentalmente no haber disfrutado lo suficiente del
momento. Pero no podía pensar en eso ahora, aún estaban en peligro, necesitaba
llevarla a un lugar seguro, sin embargo, la tensión del momento le decía que
debía esperar a que Lena diese el siguiente paso y procesara toda la información
que acababa de entregarle.
Lena, aún
perdida en sus pensamientos, levantó su mano izquierda para quitar los lentes que
ocultaban la mirada azul. Se quedó observándola detalladamente por lo que
pareció una eternidad.
—Todo el
tiempo estabas ahí, escondida a plena vista. —Su mano derecha, que rodeaba el
cuello de Kara, subió hasta disolverle el peinado que le recogía el cabello en
un moño alto. Entonces sonrió tristemente—. Me siento tan estúpida, ¿cómo es
que me negué a ver lo evidente? … Me engañaste muy bien… todo este tiempo.
—Lena, no…—Kara
quiso aclararse, pero fue silenciada de inmediato por el dedo índice de Lena,
que selló sus labios.
—Shh… no digas
más. —Su mirada reflejaba ahora tristeza.
—Por favor,
jamás quise hacerte daño. Eres muy importante para mí. —Kara suplicó, esperando
firmemente que su amistad pudiera vencer al final.
Los ojos
verdes la miraron acusadoramente, pero entonces su mirada se distrajo
nuevamente con sus labios, —¿y ese beso…? si eran inocentes tus intenciones, no
debiste poner tanta pasión en ello. ¿Acaso te gusto Kara? ¿o simplemente
disfrutas jugando conmigo?
—Eres mi mejor
amiga, siempre te protegeré. —Se apresuró a responder con semblante serio.
—No es eso lo
que pregunté. —Desafió Lena—, ¿Estás enamorada de mí?
Ahora fue Kara
quien quedó sin palabras, completamente en shock. ¿En qué momento se torcieron tanto
las cosas? Tres veces intentó responder sin éxito, hasta que finalmente logró articular
una torpe respuesta, —Uh… bueno, yo… como dije… jamás lo había pensado… pero la
verdad es que… fue algo que se me ocurrió en el último segundo. —Lena le dio
una mirada significativa, oh no, estaba en serios problemas—. No es lo que
piensas… la verdad es que… estaba aterrada por las consecuencias de revelarte
mi identidad y almismo tiempo preocupada por sacarte de ahí que no…—Intentaba
explicarse, pero se sentía torpe con las palabras. Tuvo que parar y respirar
hondo para tratar de oxigenar su mente—. Te he admirado desde el principio, y
desde que nos hicimos amigas te he querido sincera y profundamente… nunca te he
mirado de forma inapropiada… jamás hubiese hecho algo así. —Kara lo meditó un momento
con evidente confusión, pero entonces cayó en cuenta de algo—, Oh por Rao… ¿eso
quiere decir que crees que soy como Alex?
Lena sonrió
ladinamente al ver la confusión en su rostro, secretamente disfrutaba el cambio
de roles y quiso ponerla en apuros. —¿Alex?
—Ella es gay,
ya sabes… pero, quiero decir… yo no lo soy… ¿o sí?
—No lo sé
Kara, ¿lo eres? …—Lena la miraba intensamente, lo que causó más turbación en la
mirada azul.
—Quiero decir…
te quiero, pero jamás te había mirado… de esa forma. —Su tono al final de la
frase fue dubitativo, estaba sorprendida de sí misma—. Es decir, no es que no
me haya gustado besarte, tus labios son muy suaves… ugh… ¡Rao!! Esto es
incómodo…—Respiró profundo tratando de ordenar sus ideas—. Lena, lo que quiero
decir, es… que eres mi mejor amiga, te respeto demasiado, y si descubro que de
alguna manera soy como mi hermana, serías totalmente mi tipo; eres hermosa y
tienes el corazón más noble que conozco.
Lena puso su
mejor cara de sorpresa, pero se divertía a costa de la incomodidad de Kara, no
sin dejar de ser consciente del calor corporal de la kriptoniana, que en el
último minuto había subido algunos grados. Le complació saber que tenía el
poder de hacerla sonrojar. —Así que te gusto ¿eh?
—Uh… ¡por
favor! ¿seguirás con eso?...—La mirada de cachorro torturado evidenciaba lo
incómoda que se sentía con el tema, Lena por su parte no quitó un ápice de
intensidad a su mirada, una ceja se levantaba esperando atentamente las siguientes
palabras de la rubia—. Claro que me gusta cómo eres, me gusta pasar tiempo
contigo, siempre me has apoyado, eres una persona muy noble y en verdad te
quiero mucho, jamás te mentí con eso. —Remarcó esas palabras, quería dejar
claro que su amistad siempre fue honesta—. Eres muy importante para mí. Ahora
sólo quisiera que nuestra amistad pueda salir delante de todo esto, quizá mucho
más fuerte justo ahora que ya no quedan secretos entre nosotras. En verdad
sería feliz si pudieras encontrar la forma de perdonarme.
«¿Amigas? Sí, claro.» Pensó. Una respiración
profunda precedió sus palabras.—Ahora mismo no puedo decir nada. Es demasiado.
—Admitió Lena bajando la mirada—. Estoy en un enorme conflicto, me siento
vulnerable… y una parte de mí te odia y se siente traicionada, otra parte de mí
quiere creerte…—La miró seriamente y decidió—. Creo que la prioridad ahora es
detener a mi hermano, llévame a L-Corp.
Kara,sin poder
argumentar más, tomó el rumbo que Lena le había indicado, pero apenas había
empezado a moverse, cuando detectó que alguien las seguía. Lena, que en ese
instante había estado más atenta a su entorno, pudo notar que se trataba de su
traje, por lo que se apresuró a advertir, —¡No lo ataques! —Kara la miró
confusa—, Es mi traje, lo activé cuando estaban a punto de dispararnos… ha
tardado exactamente 15 minutos en encontrarme. —Dijo mirando su reloj, como
notificándose a sí misma aquel hecho, su mente científica había vuelto y
registraba todas las variables, debía mejorar el sistema, pues aquel tiempo de
respuesta podría ser fatal en adelante—. De no ser por ti no habría encontrado
más que mis cenizas y se hubiese auto destruido también, junto con toda mi
compañía.
Kara la
cuestionó frunciendo el ceño, —¿Toda tu compañía?
—Hay
tecnología e investigaciones sumamente avanzadas en mis edificios, jamás
permitiría que Lex pusiera un dedo en ello. —Admitió Lena con seriedad.
Kara observó
el traje atentamente, tenía una muy leve similitud con el que Lena le había fabricado
para su desintoxicación. De apariencia completamente metálica, marcaba una
silueta evidentemente femenina,de formas estilizadas y diseño altamente
sofisticado. Su color era negro, con apliques y líneas en un hermoso verde esmeralda,
y tenía la L de L-Corpen el característico gris corporativo, plantada en medio
del pecho como escudo. Era impresionante y poderoso. Se camuflaba perfectamente
en la noche, sería muy difícil de detectar si no se sabía a dónde mirar
exactamente.
—Muy bien,
¿cómo te meterás ahí? —preguntó lo práctico, pues aún la sostenía fuertemente
entre sus brazos.
—Exactamente
como el suyo. —Ante la mirada confusa de Kara, ella aclaró—, es cierto, ella
estaba inconsciente, quiero decir, tú lo estabas. —Aún le costaba reconocer a
las dos identidades como una sola—. Me obedece sólo a mí. —Dijo como si
aquellas palabras fueran la explicación más obvia.
Con esto, Lena
extendió su mano y tocó la L en medio del pecho, de inmediato, el traje se
comprimió alrededor de su muñeca y comenzó a extenderse por todo su cuerpo
hasta dejarla completamente dentro de aquella sorprendente armadura. Kara
observó todo el proceso fascinada, había tardado solo un par de segundos, por
lo que el cambio fue asombroso y no pudo menos que reír maravillada como un
niño en navidad.
—¡Wow! ¡Lena,
eres increíble! —diciendo aquello la soltó de su abrazo y Lena flotó a su lado.
La mirada de
orgullo y asombro en el rostro de Kara le sacó una sonrisa a Lena, —¡Hora de
irnos! —anunció, pero Kara apenas se movía, seguía viéndola como idiota—, ¿Qué?
—¿Sabes? Deberías
cambiar el nombre de tu empresa. —Comentó Kara con su gran sonrisa, volando
lentamente a su lado.
—¿Qué tiene de
malo L-Corp? ¿Cómo se supone que debería llamarla? —preguntó Lena con el ceño
fruncido. Expresión que la kriptoniana pudo ver gracias a su visión de rayos x,
pues el casco del traje de L-Corp le ocultaba por completo el rostro… o la
cabeza, para ser más exactos.
—Bueno, es que
mírate, te ves impresionante en él, es un traje poderoso, te pone al nivel de
los Súper, no sé… podrías llamarla… Súper Corp.—respondió encogiéndose de
hombros al final.
—¡¿Qué?!
—Exclamó incrédula.
—Eres Súper
Lena ahora, ¿por qué no? —le guiñó un ojo sonriente.
Lena no pudo
evitar una sonrisa, —Con que “Súper” ¿eh?... Prefiero la “L” en mi pecho, ya
hay demasiadas “S” volando por ahí… Veamos cuánto esta L puede patear tu súper
trasero. —Y aceleró a máxima potencia dejándola atrás.
—Bueno… quizá
no tan súper, después de todo. —Dijo Kara al alcanzarla un segundo después,
volando de espaldas, con los brazos cruzados y mirándola con gesto engreído.
—Ya cállate. —Le
respondió entre divertida y molesta—. Esto no ha acabado, Kara “como sea que te
llames” —Amenazó seriamente.
A pesar de
todo, Lena no podía dejar de mirarla: llevaba los bolsos de ambas sobre su
hombro izquierdo, su vestido color crema, sin mangas, tan bien puesto como
cuando arribó a su oficina con una bolsa de donuts, solo que ahora su cabello
caía libremente sobre sus hombros, y sus ojos azules estaban libres del marco
de sus omnipresentes lentes. Kara Danvers volando, con esa pose engreída y
llamándola “súper Lena” era una imagen que le resultaba más que chocante, tuvo
que reconocerlo. Tardaría en conciliar lo que siempre creyó que eran dos
personas absolutamente distintas.
—Una vez que
resolvamos este asunto con mi hermano, lidiaré contigo.—Sentenció.
—Me parece
perfecto, cuento con ello. —Kara sonrió esperanzada. Quizá no todo estaba
perdido.
~
~
Alex,
caminando sin descanso alrededor de la sala en casa de Kara, marcó por enésima
vez el número de su hermana, y una vez más fue enviada al correo de voz. Estaba
preocupada por ella. Sabía que había salido en compañía de Lena a cenar,había
estado chequeando twitter cuando vio el video que alguien había subido, donde
avisaban de un posible secuestro de la empresaria en la puerta del restaurante.
A pesar del pésimo enfoque y el temblor en la mano de quien hizo la toma, pudo
identificar las siluetasde Lena y Kara. No poder comunicarse con ella la tenía
con los nervios de punta. El incidente de esa mañana con los alienígenas de la
Casa Blanca, de los que aún no lograba sacar información, la tenía frustrada.
Ahora, su hermana desaparecida junto a Lena Luthor era algo que no podía
tolerar. ¿Por qué demonios su intercomunicador tampoco funcionaba?
Encendió la
Tv. Estaban dando un reporte de último minuto sobre el posible secuestro de una
importante empresaria en la última hora. La noticia acaparaba todo el espacio
al aire. Sin importar el canal que cambiara, todos estaban cubriendo la misma
historia. Lo apagó por la salud de sus nervios. No soportaba más estar
esperando una respuesta de su hermana. Se puso su chaqueta y su casco. Encendió
la motocicleta y se dirigió al lugar de los hechos.
~
~
—Esto es un
maldito desastre! —Gritó Ben furioso en su escondite, uno de los parqueaderos
subterráneos del edificio en frente del restaurante—. ¿Qué están esperando?
¡Limpien su porquería y larguémonos de aquí! —Sus gritos se escucharon por todo
el lugar.
No era así
como lo había planeado. Había cuerpos de sus mercenarios tirados en medio de la
calle, víctimas de sus propias balas, no sabía si Barba Roja había sobrevivido,
ya que el sistema de comunicación de los hombres involucrados directamente con
ellas había fallado. Lo menos que necesitaba ahora era algún chismoso que
subiera una estúpida foto a internet. Lo que tanto había insistido y buscado se
volvía en su contra.
—¡Quiero todos
los malditos videos en mi mano! ¡Ahora! —Siguió gritando, metiendo presión a
sus hombres y sobresaltando a algunos de los más novatos.
Los
Mercenarios, a pesar de todo, probaron su valía. Limpiaron sus huellas en
tiempo récord. Sólo manchas de sangre quedaron inevitablemente como testigo,
alrededor del joven valet que había caído por estar cumpliendo con su deber.
Las
autoridades tardaron cerca de 15 minutos en llegar al lugar. Una llamada al 911
los había alertado de la situación. Los primeros en llegar fueron los del
cuerpo de policía, minutos después se les unió el FBI. Para entonces, no había
rastro alguno de los hijos de la libertad.
~
~
Al acercarse a
la azotea de L Corp., notaron al menos tres helicópteros de las principales
cadenas de noticias, al parecer la nueva de la desaparición de Lena en el
restaurante había corrido con demasiada rapidez. Kara y Lena se miraron
extrañadas.
—Bueno, esto
es un cubrimiento demasiado rápido, ¿Siempre son tan eficientes los reporteros?
—Depende de la
rapidez de las fuentes… creo que alguien se adelantó a los acontecimientos.
—O alguien
está demasiado ansioso por obtener publicidad. No mintieron acerca de las
cámaras.
Kara se
apresuró a acercarse a Lena. —Sé que estás ansiosa por detener a Lex, pero no
creo que entrar a tu edificio sea lo más sensato en este momento… al menos no
con toda esa atención. —dijo señalando los helicópteros, que, gracias a la
escasa luz nocturna y al hecho que ellas estaban por lo menos a una milla de
distancia sobre ellos, aún no se habían percatado de su presencia
Lena asintió,
—¿Crees que puedes entrar a suficiente velocidad como para no ser captada en
cámara?
Kara
entrecerró sus ojos en sospecha, —¿Qué tienes en mente?
—Bueno, aún no
has visto todo lo que mi traje puede hacer, estoy segura que puedo abrir la
puerta de emergencias para ti sin ser notada.
—Ok…—asintióinsegura
de lo que acababa de escuchar—, Intentaré no romper las paredes…—dijo
encogiéndose de hombros con una expresión de insegura disculpa en su rostro.
Lena levantó
sus cejas —Más te vale, o de lo contrario tendrás que quitarle el ‘súper’ a tu
nombre.
La kriptoniana
abrió su boca en incredulidad,—¿me estás retando?
—¿Tienes
miedo? Después de todo, los agujeros de tu tamaño abundan por todos los
edificios de National City, al parecer la sutileza no es uno de tus súper
poderes.
Uh, aquello
era un buen golpe, sintió la adrenalina del desafío y cuadró sus hombros a la
vez que elevaba su mentón y su mirada adquirió la fuerza de la determinación. —Ok,
acepto el reto, pero si logro entrar por esa puerta, sin el más mínimo rasguño
a tu propiedad, ¿qué tendré a cambio?
Lena respondió
con su mirada más letal, —Bueno, quizá pueda hacerle unas mejoras a tu traje…
no es muy práctico cargarlo en el bolso o llevarlo puesto debajo de la ropa…
¿no crees?
Kara se
sorprendió, ¿cómo es que no había solucionado eso antes ella misma? No es como
si no conociera personas que pudieran ayudarla con eso. A su mente acudió la
imagen de Cisco y el anillo que hizo para Barry. —¡Hecho!
—¡Ni un
rasguño Kara! ¡Ni el más mínimo!
—Nunca pensé
que te importaran tanto las paredes.
—Oh no, no es
por las paredes, es que honestamente no entiendo cómo es que no puedes salvar
el día sin dejar un reguero de escombros a tu paso.
Kara se tragó
una réplica mordaz apretando los puños. —Deja de hablar y hagámoslo de una vez.
—Todo en Kara era la viva imagen del desafío.
~
~
Los
reflectores de los helicópteros enfocabanla torre de L-Corp rodeando el
edificio de arriba abajo, el traje de Lena onduló y su revestimiento se hizo
más oscuro, como si de repente la luz no pudiese tocarlo, invisible al ojo
humano, no para la Kriptoniana que aún podía ver la emisión ultravioleta del
calor corporal de su amiga. Lena descendió sobre la azotea aprovechando un
punto ciego en la vigilancia de los helicópteros y abrió la puerta de
emergencias. Kara tomó una inspiración profunda y se lanzó a toda velocidad
hacia allí, sus sentidos estaban en alerta máxima, debía frenar a tiempo o
atravesaría las paredes, pero no estaba dispuesta a perder este desafío, así
que tomó control de cada uno de sus músculos y frenó una vez atravesó la puerta.
La sonrisa triunfante en su rostro no se hizo esperar.
—¡Ja! Toma
esta, Lena Luthor.
—¿Debería
aplaudir o algo?
—No creías que
lo lograría, ahora me debes un traje.
Lena no pudo
evitar una pequeña sonrisa. —Al parecer puedes conservar tu nickname.
La rubia no
podía dejar de sonreír, la situación no podía ser más surrealista teniendo en
cuenta la confesión que había hecho momentos antes. Una vez en el ascensor,
Kara buscó su móvil y comprobó que tenía 50 llamadas perdidas de parte de su
hermana, se apresuró a contactarla, sin embargo, la llamada apenas había dado
tono cuando la voz de su hermana, evidentemente preocupada, gritaba del otro
lado.
—¡Kara! ¿Dónde demonios estás? ¿por qué no
respondías el teléfono?
—¡Alex! Hey,
estoy con Lena ¿qué pasó?
—¿Que qué pasó? ¿me preguntas qué pasó?
¡Maldita sea Kara! ¡Estás en las noticias! ¡estás por todo internet! ¿Dónde
infiernos estás?
—Uh… Alex,
cálmate, estoy bien, Lena y yo estamos bien, en este momento estamos en L-Corp.
—¿Qué demonios estabas pensando Kara? Sabes
que esto pone en riesgo tu identidad. ¡Maldita sea! No te muevas de ahí, voy en
camino. No hagas ninguna declaración a la prensa hasta que hayamos hablado.
—Alex, cálmate,
todo va a estar bien.
—Kara, esto es un maldito desastre y lo sabes.
Más te vale que no te muevas, estaré ahí en cinco minutos. No hables con la
prensa.
—Ok. Está
bien, aquí te espero.
El ascensor se
abrió en el piso de la oficina de la CEO…
—Um…—Kara
aclaró su garganta, —Mi hermana viene en camino, está un poco alterada.
—Avisaré a
seguridad para que le permitan la entrada. —Lena tecleaba en el panel de
seguridad para abrir la puerta de su oficina, luego presionó su mano y
finalmente escaneó el iris de su ojo izquierdo.
—Alex está
preocupada por la prensa, creo que debemos pensar en una declaración oficial.
El traje de
Lena se había desactivado mientras salían del ascensor y reposaba ahora como
una pequeña caja entre sus manos, su mente buscaba alternativas más prácticas,
mejoras en el diseño, que le permitieran llevarlo consigo, de esa manera no
estaría en desventaja una próxima vez. Siendo una Luthor, los atentados contra
su vida estaban a la orden del día. Los complejos cálculos en su mente, le
impidieron escuchar la pregunta de la rubia que caminaba insegura a su lado
ingresando a la oficina.
—¿Lena?
—Ah… disculpa,
¿decías algo?
—Um…
¿declaración oficial?
—Sí, claro.
Permíteme verificar primero mis protocolos de seguridad. Ponte cómoda. —Dijo
señalando hacia el sofá, mientras ella se dirigió con premura al escritorio,
activando su computadora.
Kara,
dubitativa, siguió a Lena y depositó los bolsos en el asiento para invitados
frente al escritorio de la CEO decidió revisar las principales páginas de
noticias en su celular, de esa manera podría elaborar una declaración
consistente, quizá las especulaciones que se manejaran en los medios le darían
una salida a la hora de cubrir su identidad.El silencio se estableció entre
ellas, Lena tecleaba frenéticamente fortaleciendo sus escudos electrónicos,
había encontrado el ataque que le dirigía su hermano y ahora estaba a punto de
derrotarlo con su contraataque. Kara, de pie a un costado del escritorio,
seguía revisando los principales tabloides recolectando toda la información de
la que los medios disponían hasta el momento.
Mientras
tanto, al pie del edificio, justo en la entrada principal, una pequeña masa de
reporteros y camarógrafos se agrupaba en la puerta, atentos a cualquier
movimiento en L-Corp;no por nada los helicópteros habían puesto su atención en
el edificio. Alex rodeó el edificio e ingresó por el acceso privado reservado a
los corporativos.
—¡Kara! Qu…
—Alex irrumpió abruptamente en la oficina, pero se detuvo al ver el silencio y
la tensión entre las dos mujeres. Pasó una mano por su pelo y trató de
componerse. Su entrada la había hecho objeto de ambas miradas—. Ahem… Uh… Kara,
Lena.
—Directora
Danvers, —¡Alex! — Hablaron las dos a la vez, pero Kara se acomodó sus lentes y
miró a Lena cediéndole la palabra, la pelinegra solo miraba a la agente a la
expectativa.
—Kara, dime exactamente
qué fue lo que pasó, —habló Alex acercándose ante la mirada atenta de ambas—. Sólo
he podido ver lo que muestran las redes, tengo a Brainy escaneando todas las
cámaras de seguridad, pero aún no me ha dado un reporte definitivo.
—Ah… Alex,
—Habló Kara después de dar una breve mirada a Lena. —Al parecer Lex y los hijos
de la libertad han puesto precio a la cabeza de Lena. —Una ceja se levantó en
el rostro de la ejecutiva al dirigirle a la reportera una mirada significativa.
—y a la mía también. Pretendían hacer una declaración de no tolerancia a
quienes apoyen a Supergirl.
La boca de la directora
se abrió y cerró varias veces, mientras trataba de contener la furia que se iba
acumulando exponencialmente en su interior. —¡Lex!… ¡¿Lex Luthor?!
—Um… sip. Al
parecer ha vuelto al ataque contra su hermana. —afirmó Kara mirando a la
aludida con preocupación en sus ojos.
Alex las miró
alternativamente con preocupación, y preguntó lo más práctico en el momento, —¿Cómo…
cómo llegaron ustedes aquí? pues sé que fue tu responsabilidad el haber salido
de allí ilesas. —Apuntó a su hermana con determinación, diciéndole con la
mirada que estaba en serios problemas.
—Um… —Kara iba
a responder, pero súbitamente fue interrumpida por la firme voz de la CEO quien
habló con cierta agudeza mientras se limpiaba las impolutas uñas de su mano
derecha con el pulgar:
—Al parecer tu
hermana puede entrar a un edificio sin derribar las paredes.
La rubia quedó
con su boca abierta, no solo por haber sido interrumpida, sino por la
incredulidad de lo que estaba escuchando, mientras que Alex la miraba
significativamente con las cejas levantadas, al parecer se estaba perdiendo
detalles jugosos de la historia.
—Ok, creo que
sabré esos detalles pronto, —siguió mirando a su hermana, —Pero debemos
ponernos manos a la obra, si Lex está detrás de todo esto…
—Ya lo he
hecho, bloqueé el ataque que dirigió a mi sistema de seguridad, lo prioritario
ahora es ir a la prisión y asegurarse de que siga confinado en su celda.
El silencio se
instaló de nuevo entre ellas, mientras las miradas se cruzaban de unas a otras,
finalmente Alex habló.
—Bien, hablaré
con la Casa Blanca.
Alex les dio
la espalda y se alejó un momento para hacer sus llamadas, por su parte, Lena
volvió al escritorio, mientras Kara seguía buscando información en su celular.
No sabía cómo leer a la pelinegra, esa aura seria, solemne y enfocada, pero
hacía una broma de ella con el asunto de las paredes, ¿porque eso era una broma
verdad?…y de nuevo otra vez todo seriedad y reserva… de corazón esperaba que
pudieran tener una buena conversación más adelante, así podría saber con
certeza en qué términos estaba con la joven empresaria.
Alex volvió
enfocada y decidida, con una misión entre las manos. Se dirigió a Kara
—Lex sigue en
prisión, sin embargo, se ha puesto la alerta máxima y en este momento un
pelotón de élite de la marina se dirige a lacárcel para respaldar la seguridad.
Dime lo que tienes,¿cuál es la coartada para ustedes?
—Lena y yo
fuimos rescatadas a tiempo por sus guardaespaldas y estamos ahora en un lugar
seguro. Responsabilizaremos a los hijos de la libertad por el atentado, dado
que soltar la bomba de Lex sólo generaría inestabilidad y pánico. —Kara miró a
Alex en busca de aprobación, un simple asentimiento fue su respuesta, ella
continuó—, He visto que la teoría más extendida en los tabloides hasta el
momento, es que se trataba de un intento de secuestro a Lena, el único video
que registra el momento es el que un usuario del restaurante grabó desde su
celular y subió a Twitter, por fortuna no es muy nítido, lo que nos da la
libertad de plantear un escape seguro antes del tiroteo.
Lena la miró
con suspicacia entrecerrando sus ojos. —¿Recuerdas que el que parecía el cabecilladijo
que lo tenían todo en cámara?
Alex extendió
su mano en dirección de la ojiverde, —Espera ahí, ¿ellos hablaron con ustedes?
—Las miró alternativamente, sus rostros lo decían todo—, bien, necesito ahora
mismo que me cuenten exactamente qué pasó, segundo a segundo, sin omitir
detalles.
La expresión
en el rostro de Alex era de absoluta determinación, dejando claro que no
aceptaría subtextos, necesitaba ver los hechos con claridad.
Kara fue quien
tomó la iniciativa, relatando al detalle todo lo que había pasado, —…y fue
entonces cuando no tuve opción, tomé a Lena y nos alejé de allí a súper
velocidad, no creo que las cámaras hayan siquiera podido registrar nuestros
movimientos. —Se detuvo y miró a Lena, no quería contar lo que pasó justo
después, era algo que sólo les pertenecía a las dos. Lena por su parte, miraba
intensamente a la reportera, su expresión era ilegible.
—¿Y? —Alex
pidió la continuación del relato, sin pasar por alto la interacción de miradas
entre las dos mujeres frente a ella, al parecer algo importante estaba pasando
allí.
—Y… nos traje
aquí…
La rubia no
sabía cómo seguir, el asunto del beso que aún ella misma no lograba comprender,
su larga confesión, si revelar o no, el traje de Lena, silenciosamente le pidió
ayuda con la mirada, por lo que la empresaria levantó una ceja en su dirección,
apreciando el beneficio de la reserva que le era dado en ese momento por la
menor de las Danvers, antes de dirigirse a Alex y continuar:
—Tu hermana se
las arregló para evadir los helicópteros y entrar por la azotea sin derrumbar
el edificio, de inmediato tomé el control del sistema y pude contrarrestar el
ataque cibernético de mi hermano.
—¿Eso es todo?
—indagó Alex con reserva entrecerrando los ojos, sabía que algo se estaban
guardando.
—Bueno, te
llamé cuando estábamos en el ascensor, luego tú llegaste… y… aquí estamos.
—Agregó Kara, quien miró a Lena con un leve asentimiento, sus labios se
curvaron en una leve sonrisa, puesto que Lena había decidido reservarse el
detalle de su traje.
—Bien. —Alex
se lo pensó un momento antes de seguir, —Tenemos que llegar al fondo de todo
esto, los hijos de la libertad se están volviendo cada vez más audaces, primero
la cacería en acción de gracias, luego lo que pasó hace sólo tres días contigo
y James en la isla Shelley, y sólo esta mañana el ataque a la casa blanca, y
ahora esto. —dijo con exasperación en su voz, pero con una mirada de genuina
preocupación en su rostro. —Kara, el comunicado de prensa debe dejar claro que
fue un intento de asesinato; y debes señalar la responsabilidad de Agente
Libertad y sus secuaces. No mencionaremos a Lex, no le vamos a dar esa
publicidad, Lena, cualquier información que puedas darnos sobre tu hermano
sería de gran ayuda. Yo volveré al DEO y veré si Brainy ha podido tener algún
avance con los alienígenas capturados.
—Yo estoy
trabajando en un rediseño del inductor, en cuanto lo tenga listo te lo enviaré.
—Intervino Lena.
—Gracias. Aprecio
su ayuda, la coronel Haley se está volviendo un auténtico dolor en el trasero
desde que los capturamos, necesito resolver ese caso antes que me vuelva loca.
—¿Tal vez
Supergirl pueda ayudar? —Ofreció Kara.
—Bien, puedes
intentarlo, no hay nada que perder.
—Ok, a
trabajar entonces. —Concluyó alegremente la kriptoniana, feliz de entrar en
acción.
Alex estaba ya
cerca de la puerta, cuando hizo una pausa y se giró mirando a Lena un momento
antes de hablar:
—¿Tendré que
hacerte firmar un acuerdo de confidencialidad?
Lena, quien
estaba ya detrás de su escritorio tecleando en su computadora, se detuvo,
irguió su postura en la silla, cuadró sus hombros, elevó el mentón y enfrentó a
Alex con su mirada patentada de multimillonaria CEO, poseedora de uno de los
más altos coeficientes intelectuales del planeta.
—Comprendo
perfectamente las implicaciones y el riesgo de seguridad nacional que supone el
conocimiento de la identidad secreta de una de las alienígenas más poderosas
entre nosotros, Directora Danvers. No necesito un llamado a la discreción, pero
si eso la hace sentirse más tranquila, firmaré el acuerdo que me pida, sólo
envíelo a mi buffet de abogados para que ellos revisen minuciosamente sus
términos y condiciones. ¿Le parece bien?
Alex, en
secreto intimidada y sorprendida por la súbita muestra de autoridad de la joven
empresaria, se las arregló para mantener la compostura. La miró fijamente unos
momentos antes de asentir suavemente y responder con seguridad en el mismo tono
formal.
—Entiendo. No
creo que haga falta, Miss Luthor. Confiaré en su buen juicio.
—Eso pensé.
—Fue la respuesta de la pelinegra mientras levantaba una de sus cejas para
luego volver a centrarse en su trabajo.
Kara sólo
levantó sus cejas en sorpresa por ese intercambio entre las dos. Sabía que ella
tenía mucho que ver en el ánimo tensionado de Lena, pero no esperó que Alex
recibiera parte de las consecuencias. Su boca se abrió en incredulidad sin
lograr articular palabra alguna, hasta que por fin logró emitir casi en un
susurro
—Lena… —el
silencio por parte de la empresaria fue la respuesta, la kriptoniana insistió,
—Lena… ¿por qué no le hablaste de tu traje?
La joven
Luthor finalmente le dirigió la mirada, con un gesto audaz y un tono de
sarcasmo en su voz le respondió:
—¿y por qué no
le dijiste? Después de todo fuiste quien dio el informe de los hechos.
Kara se sintió
acorralada por un segundo, inspiró profundamente antes de hablar, —Bueno, quise
darte la oportunidad de revelarlo por ti misma, después de todo es tu
información para compartir, no me correspondía hablar de ello.
—Oh… ¿ahora
vas a darme lecciones de ética Supergirl? —La miró fijamente antes de
continuar, —La tecnología L-Corp no es un secreto de estado, si bien esta es
una empresa privada y como su propietaria y CEO tengo el derecho a la reserva
sobre los proyectos en desarrollo, eso no quita que, en el momento indicado y
con los debidos permisos judiciales, el estado o sus agentes, puedan
inspeccionar y comprobar la transparencia de mis acciones y productos derivados
de mi compañía y sus aliadas. —Se levantó de su escritorio y caminó mientras
hablaba, hasta estar a solo dos pasos de su interlocutora. —El traje es un
proyecto personal sí, pero no es un secreto Supergirl, en ningún momento te
pedí ocultar esa información, lo hiciste por tu cuenta, lo que me confirma lo
fácil que es para ti hablar con medias verdades y ocultar información. —La miró
fijamente y acercó su rostro al de la rubia bajando el tono de su voz tan
suavemente, que la alienígena tuvo que esforzarse para no perder la
concentración dada la cercanía de la humana. —Ella es tu hermana, y aun así no
pudiste confiarleese pequeño dato de información, si no confías en tu propia
familia, ¿qué me asegura que puedas hacerlo conmigo?
Kara guardó
silencio un segundo, Lena estaba malinterpretando sus intenciones y no sabía
cómo explicarse con claridad sin enfadarla más. —Lena, no es así. No le oculté
información a mi hermana porque no confiase en ella, lo hice porque quise darte
la oportunidad de hablarlo por ti misma, es tu trabajo, no me correspondía
hablar de ello.
Lena torció
sus labios en una media sonrisa, sin embargo, mantuvo la dureza en su mirada.
—Creo que ambas tenemos trabajo que hacer, ¿no te parece? —Le sostuvo la mirada
un momento antes de girarse para volver a su escritorio con la elegancia que la
caracteriza.
—Sí, creo que
tienes razón, hablaremos mejor en otro momento.
Kara aguardó
en silencio unos instantes antes de recoger sus cosas y salir tras su hermana
rumbo al DEO.
~
~
En las celdas
de seguridad del DEO Supergirl miraba fijamente a los tres prisioneros, con su
pose patentada de súper heroína. Había intentado hacerlos hablar, pero no había
conseguido nada. Brainy se acercó desde la puerta, con su habitual gesto
estoico.
—No te
preocupes Supergirl, también lo hemos intentado todo, con los mismos
resultados. Me temo que hasta no tener el dispositivo mejorado por la señorita
Luthor, no podremos hacer nada.
—No lo sé
Brainy, siento que me son familiares de alguna forma, pero no sé cómo.
—Lo dudo mucho
Supergirl. Según mis cálculos, existen al menos 1’589.097 posibilidades que
sean de una galaxia distinta a la que habitamos en este momento y al menos un
0,00005% de que sean compatibles con el sistema planetario de Kriptón… o el
mío.
—Tiene que
haber alguna manera de comunicarse con ellos, tal vez en el bar alienígena
alguien tenga algún conocimiento de su especie.
—Ciertamente
eso aumenta las posibilidades. Necesitarías encontrar un sujeto que haya estado
en contacto con la mayor cantidad de alienígenas. Y existe una posibilidad del 75.8%
de que encuentres un sujeto así en ese lugar. Excluyéndola a usted, por
supuesto.
Kara lo meditó
un poco… —Sé de alguien más que podría ayudarme.
Sin esperar
respuesta salió volando al amanecer, en busca de J’onn J’onzz
~
~
Manchester
Black esperaba en un callejón pacientemente. Estaba cada vez más cerca de
descubrir al Agente Libertad. Había logrado encontrar información crucial en la
isla Shelley, ahora estaba a punto de confirmar sus sospechas.
Un hombre de
aproximadamente 40 años de acercaba a paso firme, con un pastor alemán a su
lado. Se detuvo frente a una casa con un amplio jardín frontal, la calle apenas
empezaba a mostrar señales de vida, con las luces que se iban encendiendo al
interior de las casas de aquellos que madrugaban a prepararse para sus
trabajos. El hombre acomodó su gorro de lana mientras su mano izquierda fue al
bolsillo de la chamarra para sacar las llaves, pero nunca llegó a entrar a la
casa. Su perro había caído al suelo con apenas un gemido lastimero, mientras un
dardo tranquilizante sobresalía en la parte posterior de su cuello. El hombre
no había corrido con tanta suerte. Un fuerte golpe en la cabeza, lo envió de
manera sangrante a la inconsciencia.
«Un paso más cerca, Fiona» se dijo internamente con
convicción, mientras ataba al hombre amordazado a la tina de su baño.
~
~
—Por favor,
ayúdeme a encontrar a mi esposo. —Una mujer de mediana edad suplicaba a J’onn
después de haberle expuesto su caso, estaba acompañada de sus dos hijas listas
para ir a la escuela, y de su cuñado y su sobrina.
—Mire señora,
haré lo que pueda, pero creo que también haría bien en hablar con la policía.
—No creo que
me escuchen, mi marido y yo solo somos refugiados en este planeta, y las cosas
no están bien para gente como nosotros en este momento.
—¡J’onn!
Perdona que entre de esta manera… —dijo Supergirl entrando por una de las
ventanas al apartamento del marciano, sin percatarse de la pequeña familia
reunida, solo después de dar un paso se percató de que no estaban solos. —Uh,
perdona la interrupción.
—Tranquila…
—¡Supergirl!
—La pequeña que estaba de la mano del hombre de aquella familia interrumpió a
J’onn, para casi saltar emocionada al lado de la súper heroína.
—Hola—saludó
amigablemente a la niña acariciando su cabeza. —un gusto en conocerte, ¿cómo te
llamas?
—Alana, ¡tú
salvaste a Spike, mi dragón!! —Exclamó totalmente emocionada, mirando a su
ídolo con adoración.
—Oh, hola
Alana, sí lo recuerdo, tienes un bonito dragón. —Kara respondió genuinamente
alegre, su sonrisa completamente adorable.
—Supergirl,
por favor, ¿puedes ayudarnos? —Intervino la madre en tono suplicante y con
esperanza en sus ojos.
—¿Qué sucede?
—interrogó dirigiéndose a J’onn.
—Su esposo ha
desaparecido hace tres días, y también sus mascotas. —Informó el marciano—. En
la empresa dicen que acudió al pedido de un cliente, pero no regresó, ni se
reportó. Su teléfono está apagado.
—Uhm… sus
mascotas… ¿qué tipo de mascotas son?
—Flufy, Bobo y
Pelusa, un gato, un murciélago y un hámster, pero son… especiales. —Respondió
la mujer mirando nerviosamente a su familia.
Supergirl
entrecerró los ojos, atando cabos. —mmm… ellos… ¿Acaso son como Spike?
—Ellos son muy
tiernos y dóciles, pero sí, son como Spike.En nuestra galaxia los de su especie
son guardianes fieles por naturaleza, pueden adoptar formas dóciles mientras se
sientan a salvo y protegidos, pero cuando detectan el peligro, revelan toda su
forma y poderes en plenitud y pueden llegar a ser muy feroces cuando ven en
peligro a los que aman. — Expresó la mujer.
—Oh, entiendo…
mmm discúlpame de nuevo, ¿cuál es tu nombre?
—Oh, lo siento
por no haberme presentado, Candice, y estas son mis hijas Diana y –Sofía. Él es
Mattew, hermano de mi esposo y padre de Alana
Kara sonrió,
—Gracias Candice, es un gusto conocerlos a todos. Candice, podrías decirme qué
forma adoptan tus mascotas cuando… ¿cambian de estado? —preguntó un poco
insegura.
—ahmm… Flufy
es una esfinge coloso, su aspecto es algo semejante a los Orcos del Señor de
los Anillos; Bobo una bacante, familia de los dragones, puede parecer un
murciélago gigante, pero en lugar de fuego escupe ácido corrosivo y Pelusa es
un Cannis venom, un titán de gran tamaño y fuerza, acorazado con espinas
venenosas, puede saltar tan alto que parece volar.
—Uh, wao,
parecen formidables guerreros.
—Lo son, pero
ellos sólo son fieles a nosotros, quien sea que se los haya llevado, está en
grave peligro. Me temo que mi esposo también lo está.
—Entiendo.
—Dijo Kara con expresión seria. —Candice, ¿podrías excusarnos un momento,
necesito hablar a solas con J’onn… —Le dirigió al aludido una mirada
significativa —. ¿J’onn?
J’onn asintió
y se dirigió a la cocina, seguido de Supergirl.
—¿Qué sucede?
—J’onncreo que
esas mascotas fueron las responsables del ataque a la Casa Blanca ayer.
—Oh… ¿Estás
segura?
—Un 99%, como
diría Brainy. Los alienígenas que capturé coinciden con la descripción que nos
acaba de dar.
—¿Crees que su
esposo está detrás de todo eso?
—No, creo que
su esposo fue secuestrado por los hijos de la libertad.
—Eso tiene
sentido… iré a investigar a su lugar de trabajo, ¿crees que el DEO podría
ayudar?
—Creo que
Ella, podría ayudarnos, aún no sabemos cómo comunicarnos con ellos.
—Bien,
hagámoslo.
De vuelta a la
sala, y después de haberlo consultado con Alex por teléfono, Supergirl habló
con Candice, quien estuvo de acuerdo en acompañarla al DEO, mientras su cuñado
cuidaba de sus hijas.
~
~
—Directora
Danvers. —La elegante ejecutiva ingresó a la sala principal del DEO demandando
la atención de la pelirroja.
—¡Lena!
—Alex saludó sin contener el tono cordial, sin embargo, recapacitó ante el tono
y la mirada formal que le era dirigida y acotó—, oh, um… Señorita Luthor,
supongo que su presencia aquí tiene que ver con los inductores de imagen que
solicitamos. —Un asentimiento
por parte de
la pelinegra fue la respuesta—. Acompáñeme por favor. —Con un gesto de su mano
derecha indicó el camino, pero la entrada de cierta súper heroína por el
balcón, llamó la atención de ambas.
Supergirl
llegaba con una mujer en brazos, el rostro de Alex expresó su confusión,
mientras que Lena se cuadró de hombros adquiriendo una postura aún más fuerte,
mientras que su mirada intensa se enfocaba en la alienígena con capa, si sus
ojos pudiesen lanzar rayos, en aquel momento de seguro lo habrían hecho.
—¡Alex!… uh…
Lena, hey, em… les presento a Candice, um… —La kriptoniana se dirigió al par de
mujeres que la miraban con tal intensidad—, ella nos puede ayudar con nuestros
tres reclusos.
—Supergirl,
traer civiles a nuestras instalaciones es una terrible violación a nuestros
protocolos de seguridad. —La Coronel Haley hizo su entrada, hablando con
severidad.
—ah… Coronel
Haley… —Supergirl comenzó a exponer sus razones, pero fue interrumpida por la
autoritaria voz de la militar.
—Debo pedirle
que se retire de inmediato, o me veré forzada a suspenderla de su servicio.
Supergirl
abrió su boca para refutar, pero la incredulidad ante lo que acababa de
escuchar le impidió emitir sonido alguno.
—Discúlpeme
Coronel Haley, pero creo que deberíamos escucharla, Supergirl conoce
perfectamente nuestros protocolos de seguridad, y tengo la absoluta certeza, de
que tiene una poderosa razón para traer esta civil ante nosotros. —Alex
enfrentó a la militar con determinación.
La coronel
miró con severidad primero a la directora del DEO y luego a la súper heroína.
Una inclinación de su cabeza, le indicó a esta última que tenía una única
oportunidad de convencerla antes de patearle el trasero con alguna pesada medida
disciplinaria.
—Coronel,
Candice conoce con exactitud el tipo de alienígenas que tenemos bajo custodia.
—Su mirada recorrió a toda su audiencia, deteniéndose por último en su
invitada, quien asistía a todo aquel intercambio con evidente nerviosismo.
—Ella sabe cómo comunicarse con ellos.
—Tengo
entendido que para eso está la señorita Luthor aquí.
—Pero la
señorita Luthor no los vio nacer, ni los ha cuidado a lo largo de su vida.
—Habló finalmente Candice encontrando valor en la mirada de la kriptoniana.
La coronel
elevó sus cejas, —Bien, creo que este asunto debemos tratarlo con mayor
privacidad. —Sin decir más, lideró la marcha a una de las salas privadas,
tomando asiento a la cabecera de la mesa.
Alex trataba
de dominar la exasperación que sentía, evidentemente frustrada ante el abuso y
la socavación de autoridad que descaradamente la coronel hacía ante sus
narices. Definitivamente no soportaba a la militar.
Alex tomó
asiento a la derecha, seguida de Lena, mientras que Supergirl se ubicó a la izquierda,
acompañada de Candice.
—¡Nombre
completo! —La coronel inició el protocolo de seguridad y registro de la
invitada.
Lena sintió un
déjà vu al estar en una situación similar el año anterior. Ciertamente aquella
organización sereta era hipócrita, la habían obligado a rendir cuentas y le
demandaban transparencia, mientras sus integrantes le ocultaban verdades
descaradamente. No pudo evitar mirar con dureza a la kriptoniana mientras duró
todo aquel proceso, ajena a las respuestas de la nueva víctima.
Kara por su
parte se miró las manos un momento, luego a Candice y por último a Lena, no
entendía por qué le dedicaba aquella mirada, y solo le pudo corresponder con
una expresión de disculpa, sin saber a ciencia cierta el motivo de la
incomodidad de la joven Luthor.
—Entonces
sospechas que tu esposo fue secuestrado. —Alex inquirió luego de escuchar el
relato de cómo toda su familia había llegado a la tierra, junto a sus mascotas
y la misteriosa desaparición de su esposo tres días atrás.
—Eso creo, y
además pienso que quien lo haya hecho, fue quien robó nuestras mascotas la
misma noche que él desapareció.
—¿Cómo crees
que el posible asaltante se enteró de su naturaleza? ¿es acaso otro refugiado
de su misma especie?
—Creo que fue
debido a la pelea de Spike, el dragón de mi cuñado, contra Supergirl el día de
Acción de Gracias.
Al escuchar
aquello, Lena mostró un súbito interés en la forastera. Ciertamente había
encontrado características tan únicas en aquel ADN y las mejoras hechas al
inductor las había pensado para seres que creía de inteligencia superior a las
distintas razas humanoides que ahora se refugiaban en la tierra. Pero escuchar
que eran sólo “mascotas” la dejó perpleja. Tenía una enorme curiosidad ahora
por ver cómo afectaría su dispositivo modificado a aquellas criaturas, y si
realmente surtiría el efecto deseado de “humanizar” su imagen y facilitar la
comunicación.
—¿Puedo
preguntar nuevamente su lugar de origen? —Inquirió la ejecutiva con evidente
interés.
—Mi familia y
yo venimos del sistema planetario que llamamos Gnmucl’kxgtk —pronunció
guturalmente en su idioma natal la mujer, sonidos aquellos que a un humano le
tomaría años lograr replicar con exactitud—, lo que en este idioma podría
traducir como “Hogar”; nuestras mascotas en cambio, son de un sistema vecino en
nuestra propia galaxia, con quienes llevábamos un próspero intercambio cultural
y económico de muchas generaciones atrás,—explicó—. Los humanos han nombrado a
nuestra galaxia como M94: NGC 4736. de la constelación de Canis Venatici…
Candice se
extendió en explicaciones rigurosas, utilizando lenguaje propio de un astrónomo
experto, Kara se aburría, pensando que estaban perdiendo valioso tiempo
enredadas en la burocracia del DEO, miró alrededor de la mesa y no pudo evitar
una sonrisa ante la mirada emocionada de Lena, quien escuchaba cada palabra de
la forastera con fascinación. La kriptoniana exhaló susurrando para sí misma
con un deje divertido:
—“Nerd”
Alex miró a su
hermana, captando el gesto y se aclaró la garganta, interrumpiendo así el
académico monólogo de Candice y centrándolas a todas en la solución práctica al
problema que tenían entre manos.
—Bien, creo
que lo importante ahora es ver si podemos llegar al fondo de todo esto, y es
saber quién utilizó tus mascotas para atacar la Casa Blanca, si aquello está
relacionado con la desaparición de tu esposo, o si es él quien debe rendir
cuentas ante la justicia.
—Le aseguro
por mi vida que mi esposo es inocente.
~
~
(Momentos más
tarde)
—Supergirl,
mantente en posición. El equipo en tierra está a tres minutos de la ubicación.
—Habló la coronel Haley con autoridad desde el centro de mando del DEO.
Mientras tanto
Lena y Brainy escaneaban todo el lugar gracias al diminuto dispositivo de
rastreo con cámara incorporada que instalaron en el pecho del murciélago, que
volaba en su diminuta e inofensiva forma.
—Encontré al prisionero. —Avisa
Supergirl, —está en una cámara bajo
tierra. Voy a entrar.
—¡Supergirl
espera! —Habla Alex, pero la conexión se interrumpe súbitamente.
—¡Es una
trampa! —Exclama Brainy impotente.
—Hay
Kriptonita bajo los pies del prisionero, —Informa Lena, quien había detectado
el mineral gracias a la imagen captada por la cámara segundos antes de perder
la señal.
El centro de mando
del DEO estaba a ciegas, la única comunicación disponible era con el equipo en
tierra que ya estaba por entrar al lugar. Alex tomó la iniciativa antes que la
coronel Haley volviera a usurpar su lugar.
—Nadie da un
paso dentro de esas instalaciones, ¿entendido? —esperó unos instantes para
recibir la confirmación por parte de sus agentes.
—¡Entendido, directora Danvers! —La voz
de la agente Vásquez sonó para todos, fuerte y claro.
Alex soltó el
aliento que había contenido. —Muy bien, quiero informe táctico de su posición.
—Tenemos rodeado el lugar, directora Danvers,
Equipos de asalto en posiciones norte y sur, rescate y contraataque, posición
este y oeste. —informó la agente con seguridad y esperando instrucciones.
—Agente
Vásquez, necesito que siga estrictamente mis instrucciones: hay obstrucción de
comunicación al interior del edificio, Supergirl está ahí dentro pero no
tenemos información de su estado, o del prisionero. —La seguridad en la voz de
mando de Alex demostraba a sus agentes la seriedad de la situación—. Envíe sólo
un equipo de reconocimiento al interior. Manténgase en el perímetro para que
pueda informarnos, repito, quédese fuera del edificio, usted es el único enlace
que tenemos en el momento.
—Entendido, directora Danvers.
—Y Agente
Vásquez,
—¿Sí, señora?
—Asegúrese de
traer a todos a casa.
—Como ordene, directora.
La coronel
Haley observaba a Alex con gesto pétreo, dejando ver que no estaba para nada
impresionada con el liderazgo de la directora, mientras tanto, Lena y Brainy hacían
lo que podían para restablecer las comunicaciones con Supergirl y el
batifriend.
Por otro lado,
al interior de la abandonada fábrica, Kara luchaba contra el dolor provocado
por la Kriptonita, mientras trataba de liberar al inconsciente hombre. El murciélago
no hacía más que revolotear a su alrededor, fastidiando sus intentos por romper
las cadenas de Nth metal.
—Ahhhh… —se
quejó Kara expresando su dolor, su piel se mostraba cenicienta y sus venas
irradiaban el color verde característico del envenenamiento, —¿podrías… dejar
de revolotear un momento? Estoy tratando de trabajar aquí. —le dijo al
murciélago con un toque de exasperación en su voz.
Un leve
quejido se escuchó por parte del secuestrado en el momento en que Supergirl
trató de usar sus pocas fuerzas en desprender las cadenas de la viga del techo.
La kriptoniana centró en él su atención.
—¡Robert! ¿me
escucha?... —lo sacudió de nuevo insistiendo. —¡Robert! Soy Supergirl, hemos
venido a rescatarlo, ¿me escucha?
El pobre
hombre se quejó de nuevo, sus ojos lastimados por los golpes estaban tan
ensangrentados e hinchados que apenas si podía parpadear, sin embargo, pudo
abrir levemente su ojo izquierdo.
—Ayúdame.
—exhaló casi inaudibles las palabras, —¡Ayúdame!
—Robert,
escúchame, tu esposa y tus hijas están a salvo, he venido en tu rescate, pero
estás atrapado en cadenas de Nth metal, y hay Kriptonita bajo tus pies, por eso
no he podido liberarte. —Kara intentó informar al hombre de su situación. —Hay
un equipo de rescate en camino, pronto te sacaremos de aquí.
—Bo… —susurró
el hombre. —Bo… Bo… Bobo… Bobo!!
Kara no
entendía sus palabras, pero Robert se esforzaba por decirlo más fuerte.
—Bobo… Bobo!!
…Bobo!!!
El murciélago
finalmente revoloteó estático frente al rostro de su amo, y en un breve
instante sufrió violentos espasmos, aumentando su tamaño colosalmente, una vez
transformado, vomitó ácido sobre las cadenas, para luego tomar al hombre en una
de sus garras y a Supergirl en la otra, elevándose con fuerza mientras dejaba
un enorme cráter de hierro retorcido y escombros a su paso.
Los agentes en
el perímetro no daban crédito a sus ojos, y a duras penas reaccionaron a tiempo
para ponerse a salvo. La violenta salida del murciélago lo derrumbó todo como
si de una potente explosión demoledora se tratase, levantando una columna de
polvo y derribando a los más incautos.
La Agente
Vásquez miraba impotente, sólo unos segundos antes había dado la orden de
ingresar al equipo de apoyo. No tenía idea del estado de sus hombres, no sabía
si el derrumbe había caído sobre ellos. Sin pensárselo dos veces corrió hacia
la polvareda determinada a sacarlos de allí.
—¡Agente
Vásquez!… Agente Vásquez, ¿me escucha?… ¡Agente Vásquez! ¿me copia?… ¡Agente
Vásquez! ¡Responda por favor!
Todos en el
centro de mando habían oído la explosión. La tensión podía cortarse con una
cuchara. Alex estaba al borde, sentía todo el peso de la responsabilidad en sus
hombros y la coronel Haley añadía más peso a su carga. Se movió desesperada en
círculos, detestaba sentirse impotente, si ella hubiera ido, al menos podría
evaluar la situación con sus propios ojos y tomar una decisión más acertada.
Pero estaba ciega y con las manos atadas en el centro de mando, bajo la mirada
justiciera de una militar que detestaba con todas sus entrañas.
—rrzzxzz… —el
intercomunicador recibió la primera señal después de largos minutos de
angustia, —zzz… rrgnn… pia… zzzz… e…opia…
—Aquí
directora Danvers, informe su situación.
—oficiales heridos… evacuación inmediata, ¿me
copian? —Finalmente lograron escuchar con claridad unas palabras, y no eran
alentadoras. La voz masculina sonaba desesperada.
—Equipo de
evacuación en camino, mantengan su posición. —Alex logró responder con firmeza.
Sin embargo, sólo un segundo después, una voz conocida se escuchó por todo el
lugar a través del intercomunicador.
—¡Alex!… ¡Alex, Bobo va en camino! —informó Kara, —él lleva al señor Robert consigo, voy a
rescatar a los agentes atrapados.
Alex exhaló
aliviada. —Supergirl, ¿te encuentras bien? ¿qué sucedió?
—Había Kriptonita en el lugar, Bobo tuvo que
rescatarnos, pero lo derrumbó todo en el proceso… ya sabes, inconvenientes de
su tamaño. —Informó la kriptoniana con un tono de disculpa en su voz.
Solo un par de
minutos después Supergirl entraba con un agente muy malherido en sus brazos,
pasando directo a la estación médica para luego volver a salir a toda
velocidad, en total, fueron cinco agentes heridos, mientras el resto de la
tropa salió de allí con unos cuantos kilos de polvo encima y fuertes ataques de
tos.
La coronel
Haley se paró firme, mientras miraba con severidad a la súper heroína y a la
directora del Departamento de Operaciones Extranormales. Parecía a punto de
darles una fuerte reprimenda, sin embargo, sus palabras desentonaron con su lenguaje
corporal.
—Buen trabajo
Supergirl, Directora Danvers. Fue una operación exitosa a pesar de los
inconvenientes. Las espero en una hora en la sala de interrogaciones para
recibir las declaraciones del señor Robert. —hizo una pausa para hinchar su pecho.
—pueden descansar.
Alex hizo un
saludo militar, mientras que Supergirl solo inclinó levemente su cabeza con
expresión de extrañeza en su mirada. Lena y Briniac, quienes presenciaron todo
aquel incómodo intercambio apenas si se miraron mutuamente con cara de póker.
~
~
—¿Cuántas
veces debo decir que el balcón no es la entrada a esta oficina? —La voz de la
joven Luthor era gruesa y calmada, su volumen apenas hubiese sido escuchado por
alguien sentado muy cerca de ella, pero no hablaba para un oído humano, sino
para la visitante kriptoniana que acababa de aterrizar en su balcón.
—Uh, lo
siento, pero creo que no hubiera podido entrar de haber usado el ingreso
regular. Aún hay reporteros a tus puertas.
—¿Y una
reportera no sabe cómo lidiar con sus colegas?… —el tono mordaz de sus
palabras, daban a entender el estado de ánimo de la empresaria.
—Lena, por
favor… solo, no podía irme a casa sin intentar de nuevo hacer las paces
contigo, no me gusta esta tensión entre nosotras. ¿podrías… podríamos…
—No he sido yo
quien te ha mentido a la cara durante años, Supergirl. Sabes, esta escena me
parece conocida… ya usaste esas mismas palabras anteriormente. Si vas a ser
repetitiva, entonces lo seré yo también. No doy mi confianza dos veces, y mucho
menos a quienes me mienten y traicionan… es una lección que aprendí duramente
al crecer en la mansión Luthor. —Sus ojos verdes la traspasaban como si de
dagas de Kriptonita se tratasen—. Alex, Briniac, James, Winn… todos lo sabían,
todos, excepto yo. Me pregunto cuánto de todo esto ha sido honesto y cuánto
sólo un montaje para espiarme, para mantenerme vigilada mientras te ganabas mi
confianza.
La mirada de
Kara era de dolor y preocupación, estaba a punto de quebrarse, sin embargo,
resistió. —Lena, no es así. Entiendo que estés enojada conmigo, lo sé. Pero no
veas veneno donde no lo hay. Tú no eras la única que bajaba sus barreras, yo
también bajé mis barreras contigo, tú te has acercado a mí más que nadie, me he
permitido ser vulnerable contigo, me has permitido ser humana a tu lado, ese es
un lazo que sólo he compartido con Alex durante muchos años, pero que tú
forjaste en muy poco tiempo. —Finalmente su control se rompió y espesas
lágrimas rodaron sin permiso por sus mejillas—. Mi amistad hacia ti es honesta
y mi relación contigo es un vínculo muy importante para mí, Lena. Y sabes, a
pesar del dolor que me causa ser la fuente de tu decepción, me siento aliviada…
me siento aliviada al fin, porque ya no podía seguir manteniendo ese secreto
contigo, finalmente me siento en libertad de que me conozcas completamente,
como siempre he querido, como te mereces.
Lena
finalmente no pudo seguir sosteniendo su máscara, y el dolor se reflejó en su
mirada y en la expresión completa de su rostro.
—Entonces…
¿por qué?
Kara seguía de
pie ante el escritorio, Lena se sintió incómoda en su silla ejecutiva y se
levantó en busca de un trago de licor. Se sirvió en silencio dándole todo el
tiempo la espalda, y luego se dirigió al sofá. Silenciosamente la alienígena la
siguió, sentándose, no a su lado como era su costumbre, sino en uno de los
sillones enfrente de ella.
—Dime por qué.
—Inicialmente
lo hice para protegerte…
—Sé cuidar de
mí misma, y al contrario, mantener esa información lejos de mí sólo serviría
para manipulaciones de… no sé, por ejemplo ¿mi madre?
—Lo sé, de
hecho, ella me lo advirtió —Lena abrió los ojos con estupor ante aquella
información—. Ella lo sabe por Jeremiah, de hecho, lo usó contra él para
mantenerlo cautivo todos estos años. Lilliam pudo revelártelo cuando luchamos
contra la invasión Daxamita, pero no lo hizo porque sabía que esa información
me haría perder tu amistad cuando lo descubrieras por ti misma. —Kara recordó
aquel instante y sintió escalofríos ante la verdad que encerraban las palabras
de la matriarca Luthor. —De hecho, sus palabras en parte alimentaron mi temor a
revelarte la verdad.
—Ja! ¿así que
ahora culpas a mi madre?
—¡No la culpo!
Solo trato de exponerte mi punto de vista. —Kara la miró con impotencia—.
¿nunca hiciste algo de lo que te avergonzaras? ¿algo que guardaras en secreto
por temor a ser rechazada si llegaban a descubrirlo? ¿nunca te has sentido
así?… yo sí, sentía terror con la idea de que accidentalmente lo descubrieras,
porque tenía miedo de perder tu amistad.
Lena guardó
silencio ante aquellas palabras, porque efectivamente tenía algo de qué
avergonzarse, de pronto el Harun-El pesó en su conciencia con la fuerza de
millones de toneladas. Claro que entendía. Se tomó su tiempo mientras saboreaba
el amargo licor en su boca, tan amargo como el desencanto que sentía, quemaba
su garganta de la misma forma que la mentira corroía sus entrañas, sin embargo,
al final un suave aroma a madera y miel se quedaba en su lengua.
Sí, miró el
vaso con atención, donde sólo quedaban unas gotas del ambarino licor. Perfecta
analogía para lo que estaba pasando… ¿quizá después de la amargura podría
disfrutar de la dulzura de un lazo irrompible? Nunca fue una persona optimista,
aprendió a levantar muros para protegerse, para no sucumbir a las maquiavélicas
manipulaciones de su familia, para mantenerse a salvo. Jamás dio su confianza
dos veces después de una traición, y jamás confió totalmente en nadie a la
primera… ¿Cómo es entonces que Kara se había colado allí dentro? ¿cómo había
atravesado sus barreras? …pero sobre todo, ¿cómo es que había estado tan ciega
para no ver la evidencia tan explícita ante sus ojos? Sentía vergüenza de
llamarse a sí misma una mujer de ciencia después de aquello, pero lidiaría con
ello, lo cierto es que la calidez del cariño de Kara había nublado su juicio,
se permitió ser vulnerable y ahí estaba su error… ¿o no lo era? Kara le había
aportado alegría, confianza, ¡ja! sí confianza, aunque no quisiera admitirlo.
¿Realmente quería volver a encerrarse en su propio castillo de soledad? No
quería averiguarlo, aunque su orgullo gritara resentido. Respiró profundamente
antes de volver a clavar la mirada en aquella kriptoniana y decidirse a hablar.
—Me has herido
Kara, y sabes que no perdono fácilmente. No creo que esté en condiciones de
volver a brindarte mi amistad, al menos no en un futuro cercano. Sin embargo,
quiero apostar a tu buena voluntad, quiero creer en tus razones, porque para mí
la relación entre nosotras también era especial, era el lazo más importante que
había podido construir con otra persona… y también me duele haberlo perdido.
Sin embargo, puedo tenderte una rama de olivo. Si el lazo era tan fuerte como
creíamos, volverá a crecer. Por ahora no seré tu amiga, pero puedo ser tu
aliada, después de todo, tenemos enemigos en común. ¿Qué dices?
Kara soltó el
aire que no sabía que estaba conteniendo, al menos era algo, Lena le estaba
tendiendo un puente y lo tomaría con todas sus fuerzas para demostrarle que era
digna de su confianza nuevamente. Sin querer, una sonrisa se dibujó en sus
labios.
—Me parece
bien. Seremos aliadas entonces.
Lena asintió y
se levantó, Kara la imitó, y por un momento se inclinó hacia adelante en busca
de un abrazo, pero se contuvo en el último instante. Lena la miró fijamente, la
dureza había sido reemplazada por expectativa. Kara inclinó su cabeza en un
leve asentimiento antes de dirigirse al balcón para surcar de nuevo el cielo de
National City. Lena la observó partir, la sombra de una sonrisa cruzó por su
rostro, depositó su vaso en el escritorio, recogió sus cosas y salió de su
oficina cerrando la puerta.
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Exelente que la pagina tenga ... Nuevas cosas para ver sam colombia
ResponderEliminarHey! gracias por leer!!! un fuerte abrazo desde Medellín
EliminarMe encanto leer y quiero seguir leyendo mas por favor
ResponderEliminarExcelente historia! Me encanta que sabes detallar los sucesos, fue como si lo estuviera viviendo. Hace mucho quería una historia de esta pareja, mil gracias! Mis mejores deseos para ti, sigue escribiendo.
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