Sandra
caminó por el pasillo del hospital buscando la habitación que en recepción le
habían indicado.
-¡Hola!
– Saludó Sandra entrando en el cuarto y mirando a Stone sentada al lado de la
cama de Laura.
-¡Hola!
¿Qué Haces aquí? – Preguntó sorprendida Stone al verla.
-Vine
a verte, me dijeron en comisaría que estabas con tu compañera en el hospital.
-¡Ah!
Entiendo creíste que estaba herida y viniste a verme antes de que pasara a
mejor vida…
-¡Qué
Tonta eres! Ya sabía que la que recibió la herida no eras vos… - Se acercó más
a la cama – A propósito ¿Cómo está?
-Bien,
no es grave la herida, simplemente que perdió sangre y la tienen acá por unas
horas… mañana ya nos volvemos a Buenos Aires.
-No te irás antes de leerme en el diario ¿No?
-¿Traes
el diario?
-Esta
noche sale la nota… y creo que será mi oportunidad para las ligas mayores…
-¡Ah
sí! Eso sería genial.
Las
dos salieron de la habitación coqueteándose entre sí. Las horas pasaron y Laura
despertó y le dieron de alta. Y escoltada por Sara y Stone volvieron al hotel a
pasar esa noche en Córdoba para regresar a Buenos Aires temprano.
Ya
en la capital, Stone seguía en contacto con la cordobesa vía mail, celular y
mensajes de texto… Con el paso de los días se comenzó a notar el acercamiento
entre Estévez y Stone… Ella seguía peleándolo pero lo hacía con buen tacto y se
mostraba respetuosa de su trabajo. Los celos de Laura eran evidentes para Sara
y Estévez, pero Stone no veía sus cambios de humor como celos. Si antes fue
Stone la que la ignoraba, Laura había optado esa postura y trataba de alejarse
de ella. Sentía tantos celos al ver a Joan hablar por teléfono con Sandra o
escucharla nombrarla.
Stone
sentía que Sandra le gustaba mucho, no sabía hacia donde podía llegar con ella,
pero no podía dejar de coquetear, de jugar ese juego de seducción que Sandra le
proponía. Y cuando la joven periodista le avisó que tendría una entrevista de trabajo
en Buenos Aires, no dudó en insistir en salir a festejar si lograba el empleo.
Laura
se encontraba mirando televisión sentada en el sofá cuando Stone entró
corriendo al departamento… al pasar frente a ella la saludó y se metió en su
cuarto y a los diez minutos salió de nuevo, y volvió a salir corriendo del
departamento diciendo “Nos vemos”.
Sus
celos la desesperaban, ya había escuchado a Stone conversar en vestuarios con
Sara, y se había enterado que esa noche saldría a cenar con Sandra… Pensando en
que no se podía pasar la noche del viernes encerrada mientras Stone la pasaba
bien con su conquista decidió salir al bar a tomar algo…
Ya
en el bar, se sentó en la barra a beber cervezas y a charlar con el barman.
Quien atendía y le hablaba a ella y a la vez, se movía a la otra punta de la
barra y conversaba con un hombre de unos 30 años. A Laura le pareció bastante
lindo, pero siguió metida en sus pensamientos y bebiendo. Hasta que ese hombre
se sentó al lado de ella…
-Disculpa,
¡dice mi amigo que ahogas penas en las cervezas!
-¡Ah!
-Perdón,
ya no me vende más alcohol dice que ya bebí demasiado…
-Así
es, no hay más alcohol para ninguno de los dos – Dijo el barman acercándose a
los dos.
-¡Pero
yo no estoy borracha!
-No,
ninguno está borracho, pero un par de copas más y lo estarán… -Dijo y
apoyándose en la barra continuó su discurso -
Así que mejor compartan sus penas en vez de tomarse todo el licor de mi
bar, porque si no lo saben… Las penas saben nadar, no van a ahogarlas con
alcohol – Y se dio media vuelta para atender a otros clientes.
-¡Maldito!
– Le dijo el hombre y giró hacia Laura para presentarse – Soy Gastón ¿y vos?
-Laura
-Antes
que nada, te aviso que no ando onda levante – se explico él ante la mirada que
le tiró ella.
-Menos
mal, porque rebotarías…
-¿Por
qué son tan complicadas ustedes las mujeres?
-Si
lo supiera creo que ya hubiera escrito un libro y sería rica – Le contestó
riendo.
-Y
yo no me hubiera casado entonces porque hubiera leído tu libro…
-¡Ah!
¡Eres casado!
-Tramitando
mi divorcio y a punto de perderlo todo…
-¿Por
eso bebías?
-No…
bebía por idiota… porque aún la quiero, y soy un estúpido cornudo que la
perdonaría si ella volviera…
-¡No
es para tanto!
-No,
No… he perdido mi autoestima por ella, no valgo nada, ni me importa perder todo
por lo que trabajé – Dijo bajando la cabeza.
-Seguro
mañana encuentras otra que si te ame y valga la pena.
-No
te rías… pero estoy como esos que se queman con leche, y cuando ven la vaca
llora… así estoy, ni para tener aventuras quiero acercarme a una mujer.
-¡Estás
metiendo en la misma bolsa a todas las mujeres!
-Perdón,
estoy dolido… - Le contestó mirándola – Pero y vos… ¿Por qué bebías? Acaso, ¿Algún
idiota te dejó?
-No,
nadie me ha dejado, mejor dicho ni me registra…
-¡Es
un ciego pelotudo!
-Ciega
– Corrigió Laura, siendo la primera vez que admitía a alguien que no fuera Sara
que era una mujer la que la tenía así, tan enamorada.
-Oh
Oh… ¿Eres lesbiana?
-Ni
idea, siempre me gustaron los hombres, pero desde que la conocí, sólo he
pensado en ella.
-Si
te invito un café – Mirando su reloj – ¿aceptarías?
-¿No
era que no andabas de levante?
-Así
es, pero son casi las cinco de la mañana, y aquí ya no nos dan de beber, vamos
a desayunar y seguimos charlando…
-¿Y
por qué debería aceptar?
-Porque
es la primera vez que hablo con una mujer y no busco llevármela a la cama… y me
agrada la charla que tengo contigo.
-jajá,
¡Cómo si hubiéramos hablado mucho!
-Lo
suficiente como para mostrarnos como somos…
La
conversación continuó, y ambos salieron caminando del bar y se fueron a un
pequeño café a dos cuadras. Desayunaron y continuaron contándose sus vidas y
penas…
Stone
bajó del auto y lo rodeó para abrirle la puerta del acompañante para que Sandra
bajara…
-Ya
es tarde
-Sí,
¿ya te vas a dormir?
-Es
hora de dormir – Contestó Joan.
-¡Uy,
yo que iba a invitarte a desayunar conmigo!
-Ehhh,
¿Y qué incluye el desayuno?
Sandra
se acercó a Joan y acarició sus mejillas… buscando lentamente su boca con la
suya para besarla al fin…
De
ahí al cuarto del hotel de Sandra en menos de cinco minutos para pasar lo que
quedaba de la noche entregándose al deseo.
Desayunaron
en la habitación juntas… se ducharon e hicieron el amor bajo el agua… y pasaron
todo el día disfrutando de la Ciudad. Stone se convirtió en su guía turística
ese día.
Laura
volvió cerca de las ocho de la mañana a su departamento, al entrar se dio
cuenta que estaba sola… trató de aguantar los celos, no quería imaginarse a
Joan con Sandra, quería sacar esas imágenes que pasaban por su cabeza. No podía
estar todo el tiempo así por ella, estaba más que claro que nunca se acordaría
si sintió algo por ella. Se tiró en la cama a dormir hasta el media día y se ocupó
de ella misma, salió a pasear, fue a supermercado, se cocinó a la noche, cenó
sola… Stone no apareció.
A la
mañana siguiente la vio muy sonriente en el trabajo, por Sara se enteró que
había pasado todo el fin de semana en el hotel con Sandra y que el lunes a
primera hora la llevó al aeropuerto para que tomara su avión a Córdoba. Y sin
dormir regresó al trabajo.
Ese
mismo día Alterio les comunicó que tenía decidido jubilarse en tres años, pero
quería que alguien de su equipo ocupara su sillón, así que había decidió preparar
a su discípulo. Todos en la sala miraron a Estévez y a Stone… y ella saltó…
-Jefe,
ya nos estamos imaginando a quien va a elegir como su sucesor, ¿pero no cree
que falta mucho?
-Vos
más que nadie sabe que con la junta no se puede confiar. Cuando me toque
retirarme propondré a mi sucesor, pero quiero que cuando llegue ese momento,
los de la junta no tengan ni un pero.
Stone
miró a Estévez y luego a Alterio y volvió a hablar.
-Ok,
Jefe, apoyaremos a su preferido.
-No
es mi preferido
-¡Ah!
Bueno jefe, no nos dé más vueltas, ¿a quién debemos ayudar para que ocupe su
puesto dentro de tres años?
-A Estévez,
Desde hoy estará a cargo de todos los procedimientos… Y espero que acaten sus
órdenes…
-¿Quiere
decir que usted se dedicara a trabajo de escritorio y a firmar papelitos? –
Preguntó riéndose Stone.
-Estaré
detrás de Estévez todo el tiempo…
Stone
se giró para ver a todos sus compañeros, ella sabía que si no fuera que a los
de la junta no le caía bien, ella hubiera sido la elegida del jefe. Pero
también sabía que después de ella, el único capaz de ocupar ese puesto era
Estévez.
-No
sé preocupe Señor, No pudo elegir mejor candidato, nos ocuparemos de hacerle la
vida imposible, pero de que se luzca siempre ante la junta….
-¿Hay
alguno en esta sala que no esté de acuerdo con mi decisión? – Interrogó Alterio
mirando a cada uno de sus hombres. Pero ninguno dijo ni una palabra. No había
ninguno en ese escuadrón que no admirara a Estévez.
Después
del aviso del Jefe, Estévez comenzó a repartir los casos. Se acercó a Stone con
el último caso…
-Este
es tuyo, ve con Romano y encuentra ese individuo – Le dijo dejando en sus manos
un expediente.
Cada
uno salió de la sala a trabajar en lo que le tocaba hacer, Stone miró a Laura,
quien no le miraba con buena cara, se notaba que no estaba alegre de tener que
trabajar con ella. Volvió la vista a Estévez quien ya se estaba retirando de la
sala y lo llamó por su nombre.
-Wal
-¿Qué?
– Le respondió Estévez dándose la vuelta parado en la puerta para mirarla.
-¿Ya
sabías que el jefe te iba a elegir?
-No,
siempre pensé que te elegiría a ti, pero después que pasó lo de la junta
contigo, supe que no le quedaba otra persona que mi persona.
-Por
descarté…
-Crees
que me gusta saber que siempre estoy después de ti…
-No
seas estúpido, yo nunca tuve oportunidad y lo sabes, soy demasiado rebelde para
sentarme en un escritorio… - Lo palmeó en la espalda – Y Tranquilo, te seguiré
haciendo la vida imposible, pero prometo nunca desobedecer tus órdenes, ya me
diste carta blanca para que actué como yo, sin pasar por encima de ti.
-¿Podrás
hacerlo?
-mmmm
sí… aunque no te banco, te cuidare la espalda como siempre, porque después de
mi, sigues tu… y no es justo que este escuadrón se quede sin sus mejores
hombres… ¿no?
Stone
había decidido apoyar a Estévez, eso implicaba tener que seguir siempre sus
órdenes sin oponerse.
En
su escritorio Laura leía el expediente, cuando Stone se acercó y se sentó en la
silla enfrente a ella.
-¿Qué
tenemos?
-Es
un estafador, ha estafado a más de 2000 jubilados en todo el país…
-¡El
cuento del tío!
-Así
es, siempre cambia de cuentito, y los pobres abuelos siempre caen…
-Debe
ser muy astuto e inteligente.
-La
policía lo sigue hace tres años y no puede agarrarlo. Cambia de identidad, de
auto, y hasta de imagen.
-Digamos
que no será fácil encontrarlo….
-La
policía de Santa fe, tiene información que se encuentra en José Molina (un
pueblo con menos de 1000 habitantes ubicado en el sur de Santa Fe).
-Pues
allá vamos… - Dijo tomando su campera y caminando al vestuario a buscar el
bolso que siempre debía estar preparado para cuando tuvieran que viajar.
Stone
entró al vestuario, abrió su locker y sacó su bolso, por detrás entró Laura,
quien hizo lo mismo.
-Tú
manejas – Dijo Stone…
-Por
supuesto que manejo yo, vamos en mi auto, si vos aún no te compraste uno, usas
el de Sara siempre – Le contestó de mala gana.
-Uy,
que humor que tenemos – Dijo en voz baja Joan.
Esa
misma mañana salieron camino a Santa Fé, y rumbo a José Molina, para corroborar
la información que la policía santafecina había enviado. A unos pocos
kilómetros del pueblo, el cielo comenzó a nublarse, una tormenta se acercaba
lentamente.
-Aprieta
el acelerador que nos agarra el agua – Comentó Stone.
-Uy,
bueno, perdón le tienes miedo a las tormentas en la ruta… pobrecita, aún no
superaste tu accidente – Respondió Laura irónicamente.
-¡Porque
no te haces coger! – La insultó Stone y miró hacia el camino.
Laura
llena de bronca continuo manejando sin decir una palabra. Al llegar a una
estación de servicio comenzó a llover, estacionaron, y el encargado del lugar
llenó el tanque del auto.
-¿Falta
mucho para José Molina? – Preguntó Stone al hombre.
-Siguen
derecho unos 500 metros y encontraran una calle, a la derecha, esa es la
entrada al pueblo… Pero mejor se apuran porque se viene fea la tormenta… parece
que ya llovió más al sur y el rio viene crecido…
-¿Y
bueno habrá que buscar hotel en el pueblo?
-Mejor
se apuran hay sólo un hotel con cuatro habitaciones y en épocas de tormenta se
llena…
Stone
recordó haber pasado un puente a unos cuantos kilómetros antes y ver el rio
caudaloso. Se subió al auto al mismo tiempo que Laura, se despidieron del
hombre y continuaron viaje…
Al
llegar a la calle que el hombre de la estación de servicio les había señalado
Stone visualizó que en frente a la entrada al pueblo se localizaba un motel de pasó…
-Y
bueno, si no conseguimos habitación, nos queda el motelito ese – Dijo
señalándolo.
-Yo
no voy a ir a un telo con vos…
-No
hay problemas, vos dormís en el auto – Le contestó riendo. Lo que por supuesto
no le causó mucha gracia que digamos a Laura quien le echó una mirada de hielo.
Entraron
al pueblo, enseguida localizaron la comisaría y se bajaron a hablar con la
policía local.
Después
de las presentaciones con el único oficial a cargo y de guardia, este les contó
que el sospechoso se encontraba alojado en el hotel, cruzando la calle, desde
hacía tres días, ya que su auto había resultado averiado y lo tenía en el
mecánico del pueblo.
Stone
le mostró varios identikit y el oficial señaló uno de los tantos dibujos…
-Se
parece a este – Dijo – Pero tiene menos cabello, digamos que más entrada en la
frente señorita.
-Es
él – Acotó Laura.
-Necesitamos
que nos acompañe para arrestarlo y mantenerlo aquí en la celda hasta que
podamos trasladarlo a Rosario.
-Mejor
nos apuramos porque se acaba de largar la lluvia.
Salieron
de la comisaría apresurados y corrieron cruzando la calle, llegaron a la puerta
del hotel empapados. Apenas entraron la encargada y dueña del pequeño hotel,
que más que hotel era una simple posada de paso… Saludó al oficial, tras las
presentaciones de Stone y Romano, y de preguntar por el sospechoso, la mujer
contestó que el hombre se había retirado hacia más de una hora, había pagado he
ido a buscar el auto al taller mecánico porque ya estaba listo.
-¿Dónde
queda ese taller?
-A
cinco cuadras de acá – Señaló el policía e inmediatamente salieron y se
subieron a la vieja patrulla los tres.
La
lluvia se hacía cada vez más intensa, casi ya no sé podía ver a más de cinco
metros. Apenas llegaron, el mecánico ya estaba cerrando el taller.
-Héctor
¿Hace cuanto se fue el viajante? – Preguntó rápidamente el policía.
-Hará
media hora, me dijo que debía llegar rápidamente a Rosario… le advertí que no
viajara con esta lluvia que era peligroso pero no me hizo caso…
-Debes
avisar a la comisaría del próximo pueblo para que lo detenga – Le dijo Stone al
joven policía. Quien inmediatamente subió a su patrulla y vía radio se comunicó
con la policía del pueblo vecino dándole la información del auto y del
sospechoso.
-Vamos
para allá - dijo Laura…
-¿Tu
vas a manejar con esta lluvia? – Le preguntó señalando la lluvia que caía, era
imposible ver a menos de dos metros…
-¿Me
vas a decir que tienes miedo?
-Mira
Laura, yo seré una loca suicida pero no soy pelotuda. Y menos por un estafador
de cuarta…
Laura
bajó la cabeza, y se metió a la patrulla… Sabía que Stone tenía razón. Era
peligroso manejar en la ruta con tanta agua cayendo. El policía los llevó al
hotel, pero ya no había habitaciones.
-¡No
queda otra que ir al Motel! – Comentó Stone mofándose.
-Idiota
Ambas
esperaron un buen rato en el hotel hasta que mermó la lluvia. Inmediatamente
apenas se podía visualizar algo el camino subieron al auto y manejaron hacia el
motel. Pidieron una habitación, estacionaron el auto en la cochera cubierta. Y
al entrar al cuarto, el oficial llamó al celular de Stone.
-Acaban
de avisar que no ha pasado ningún auto desde hace más de media hora, porque el
puente se cayó… Preguntaron al peaje que hay a 100 kilómetros de aquí y nada,
hace más de cuarenta minutos que nadie maneja en la ruta.
-Pero
el salió hace más de cuarenta minutos.
-Se
los dije, y mandaron a revisar las cámaras de seguridad del peaje para
verificar las patentes… pero ningún auto con las características que le di pasó.
-Entonces
mintió y no viaja a Rosario…
-Demasiado
astuto para dejar pistas… - Comentó Laura.
-Se
me hace que lo pasamos en el camino y ni nos enteramos…
Fue
entonces cuando le pidió al policía que avisara a los próximos pueblos que se
encontraban camino a Buenos Aires.
Laura
corrió una cortina y maldijo.
-¡Y
la ventana la puta madre!
-Nena,
es un telo, acá se viene a coger no a mirar el paisaje… - Le replicó Stone
metiéndose al baño y cambiándose de ropa porque la que tenía puesta estaba toda
mojada.
No
le contestó. Siguió maldiciendo en silencio, para sus adentros. Podía oírse la
lluvia caer, de nuevo había empeorado la tormenta. Abrió la puerta del cuarto
para mirar hacia el patio del predio del Motel. Más que lluvia torrencial era
aguacero. Puteó de nuevo y cerró de un portazo la puerta.
-Hey,
no seas mala, ¡qué culpa tiene la puerta de tu mal humor de hoy!
-Mejor
ni me hables – Le gritó y se tiró en la cama ocupando el medio de la misma.
-Ok,
no te hablo más pero hazme lugar porque pienso acostarme a dormir un poco – Le
dijo y con sus manos trató de empujarla para que se corriera en la cama para un
costado. A lo que Laura de mala gana se movió. Y Stone se acostó.
Apenas
apoyó la cabeza en la almohada Joan se durmió… Laura intentó moverse en la cama
para despertarla, lo que quería era molestarla y no dejarla dormir. Pero Stone
se dio media vuelta y le dio la espalda y siguió durmiendo.
Laura
se resignó, se levantó y fue al baño a sacarse la ropa que aunque no la tenía
mojadas si la sentía húmeda. Al volver al cuarto decidió dormir ella también.
No
sabía cuando había dormido pero el sonido de un celular la despertó, se sentó
en la cama.
-Es
el tuyo – Le gritó Stone acurrucándose más en su lugar de la cama.
Laura
sacudió su cabeza para despabilarse y para recordar donde había dejado el
maldito celular que seguía sonando. Se paró y corrió a buscar la campera que
estaba colgada en el respaldo de la silla. Sacó el móvil que había dejado de
sonar. Miró, tenía dos llamadas perdidas de Gastón. Así que automáticamente
presionó devolver la llamada.
-Gastón,
¡Disculpa me quedé dormida! – Fue lo primero que dijo cuando su nuevo amigo le
respondió a su llamado.
-Todo
bien, amiga, sólo te llamaba para invitarse a ir al bar por unas copas.
-Creo
que me será imposible aceptar, no porque esté media dormida sino porque estoy
en Santa Fe…
-Pues
lo dejamos para cuando regreses
-Dale,
salimos a tomarnos esas birras
-Mejor
sigue durmiendo, yo mejor salgo a dar una vueltita.
-Está
todo bien ¿no?
-Bajoneado,
pero tranquila, no me voy a emborrachar, sólo saldré a distraerme… ¿y vos cómo
estás? – Gastón se había convertido en un buen amigo, tanto que ya eran
confidente y se estaban apoyando mutuamente los dos para intentar superar a
esas mujeres que aún amaban.
Laura
caminó rápido hacia el baño, y entró para poder hablar con él y que Stone no la
escuchara.
-No
vas a creerlo
-Contame
-Estoy
en medio de la nada, en un puto motel con Stone…
-¡Quéeeeee!
-¿¿¿Te
la llevaste a la cama???
-Nooooooo,
tonto… acá llueve a cantaros – aún podía escucharse la lluvia caer – y en el
hotel del pueblo al que veníamos no le quedaron habitaciones así que como no se
puede andar en la ruta porque de paso el rio se llevó el puente y no se ve ni
dos montados en un burro… vinimos al motel que está en la entrada del pueblo
sobre la ruta.
-¡Ah!
¿Y cómo va la cosa?
-Ni
hablamos, nos pasamos todo el viaje peleando y diciéndonos cosas para herirnos…
-¿Qué
hace ella ahora?
-Ronca
como un búfalo…. Apenas entramos al cuarto se tiró en la cama y se durmió.
-Tranquila,
seguro dormirá toda la noche y no te molestara, y mañana podrán seguir viaje…
-Eso
espero… porque ya no la soporto… me pone muy nerviosa…
-¿Cuánto
de nerviosa?
-Tanto
como para tener miedo de dormir a su lado y despertarme abrazada a ella.
-Mejor
te atas las manos…
La
conversación siguió por unos minutos más, cuando Laura salió del baño, Stone
estaba sentada en la cama jugando con el control remoto…. Cambiaba de canales.
-¿Qué
haces? – Preguntó Laura caminando a su lado de la cama.
-Busco
una porno con lesbianas….
-¿Quéeee?
-No
hay una sólo porno con lesbianas, son todas pornos de mierda para heteros…
-Y
que esperabas, es un motel para heteros
-¡Ah!
Sí, entonces ¿por qué nos dieron la habitación si somos dos mujeres?
-Ehhh…
no será por qué afuera llueve a cantaros y además por qué vos le mostraste tu
identificación de policía.
-Jajajaja…
-¿De
qué te ríes?
-De
nada…
-Uy
si que graciosa que es la nada… - Dijo Laura y se dio la vuelta dándole la
espalda.
-¿Y
vos?
-Yo
queeeé
-Digo,
¿todo bien con tu noviecito?
-¿Qué
noviecito? – Preguntó dándose la vuelta en la cama para mirarla.
-Ese
que te llamó…
-Gastón,
jajaja – Se rio, no podía creer que Stone creyera que ella y Gastón salían – No
es… - Se frenó… - No te importa…. Mejor llama a tu noviecita, la cordobesa, que
seguro estará preocupada de que no le has mandado ni un mensaje en todo el día.
-Primero,
no es mi novia, segundo si le mandé, mucho no me has prestado atención.
-¡No
es tu novia! – Exclamo riéndose - ¿Y ella lo sabe?
-Ella
más que nadie sabe que no somos novias, sólo nos divertimos juntas…
-¡Ah!
-¿Ah
Qué?
-Nada,
como actuabas muy feliz desde que la conoces, y te pasaste el fin de semana
pasado con ella… y siempre se están mandando mensajitos de texto, o llamando…
pensé, que ya eran novias… Perdón me equivoqué…
-Perdonada…
Si fuera mi novia ya lo sabrías…
-Pues
si Gastón fuera mi novio también lo sabrías…
-¿O
sea que las dos seguimos solteras?
-¿Me
lo estás preguntando?
-¡Ah!
No, no sólo dije algo que pensé en voz alta… - Se explicó Stone y se levantó y
se metió al baño.
Laura
no sabía que pensar con eso que había dicho… “Acaso le importaba que siguiera soltera, que diablos pasa por su
cabeza, ya no sé qué pensar…”
Stone salió del baño y se dirigió a la puerta…
-¿Dónde
vas?
-A
buscar algo de comer – Dijo abriendo la puerta y saliendo del cuarto.
-Te
vas a mooj… - La puerta se cerró y Laura no terminó su frase. Se levantó y
corrió a hacía la puerta al abrirla pudo ver vio a Stone caminar por el patio
del Motel hacia la entrada, donde había un pequeño bar. El sonido del celular
de Stone la hizo cerrar y correr a atenderlo, no pensó que no era su celular,
el único pensamiento que vino a su cabeza era que podía llamar el policía del
pueblo con alguna novedad. Así que apresurada tomó el móvil sin mirar de quien
era la llamada y atendió…
-¡Hola!
-Hola,
Perdón ¿Quién Habla?
-¡Qué
te importa! – En ese momento se dio cuenta de la metida de pata y reconoció la
voz de Sandra.
-¿Cómo?
-Perdón
¿Sandra? – Se disculpó para tratar de enmendarse – ¿Sos vos?
-Sí,
soy Sandra ¿y vos quien sos?
-Ehhh,
Laura la compañera de departamento de Joan… perdón, no estoy de humor, y no te
reconocí la voz…
-¿Está
Joan?
-Sí,
salió a buscar algo para cenar – Poniendo voz de buena amiga – Apenas regrese
le digo que te devuelva la llamada.
-Ok,
Gracias Bye – Contestó de manera cortante Sandra y cortó la llamada.
-Carajo,
¿Por qué no me callé la boca?
En
ese instante Stone abrió bruscamente la puerta y entró.
-Mierda,
me mojé toda… se largó con todo de nuevo…
Laura
se levantó y corrió al baño a buscar una bata… Stone dejó sobre la mesita de
luz, una bandeja de plástico con unos sándwiches y dos latas de gaseosas. Y
comenzó a quitarse la ropa mojada…
-Toma,
sécate – Le dijo Laura dándole una toalla y la bata.
-Gracias
– Dijo Joan quien ya se había sacado la camisa, y se encontraba en ropa
interior. Laura intentó no mirarla… caminó hacia la cama y se sentó.
-Joan,
no te enojes…
-¿Y
ahora por qué me voy a enojar?
-Es
que… - No sabía cómo decirle lo de Sandra.
-¿Qué
pasa? ¿No me digas que ahora un simple sándwiches de jamón y queso no te gusta?
Porque no hay nada más que eso para cenar…
-No,
no para nada, es que… - Hizo una pausa y decidida encaró la situación – Llamó
Sandra a tu cel, la atendí y no le reconocí la voz y la mande a freír churros…
-¡Ah!
– Exclamó Joan poniéndose la bata… - ¿Y por qué atendiste mi celular?
-Es
que pensé que podrían llamar para informarnos sobre el caso… lo siento, no fue
mi intención enojarme con ella.
-Tranquila…
Ya la llamo y le explico que estás en esos días y estás histérica….
-Idiota…
-Laura,
por favor, podrías variar en los insultos…
-Estúpida…
-Bueno
algo es algo… - Dijo riéndose y sentándose en la cama – Toma – Dijo Stone
dándole un sándwich.
-¿No
vas a llamarla? – Preguntó viendo que Joan comía acostada en la cama muy
tranquila…
-Noo
pue…do con la boca llena…
Laura
le dio un bocado a su sándwich.
-Me
pasas la gaseosa – Dijo algo atragantada con el bocado Laura.
-Sí
– Y sin soltar lo que quedaba de su sándwich, tomó la lata y se la pasó a su
amiga.
Comieron
sin hablar, cuando Stone terminó la gaseosa recién se levantó tomando el
teléfono celular de la mesa de luz y caminó al baño.
Laura
se quedó pensando en la situación “¿Por
qué se va a el baño a hablar si no son novias? ¿Qué oculta?” Miró su reloj
ya era casi medianoche. Así que se quitó los pantalones, abrió la cama donde
habían dormido antes… corrió la sábanas y se acostó. Mentalmente controlaba el
tiempo, le parecía que Joan estaba desde hacía mucho tiempo en el baño. Pero en
realidad sólo llevaba unos diez minutos… Esta salió riendo… y se acercó a la
cama, la miró, se sonrió. Se quitó la bata y en ropa interior se metió bajo las
sábanas.
-¿De
qué te ríes?
-De
qué la ex de Sandra se enteró que estuvo conmigo y ahora quiere volver…
-¿Y
qué es lo gracioso?
-Qué
Sandra le contó todo para herirla, y que consiguió lo que hacía meses quería…
que su ex volviera con la cola entre las patas, de rodillas…
-Pero
si vuelve con su ex… ¿Y vos?
-¿Yo
qué?
-Perdón,
cierto que no eran nada…
-Laura,
sólo la pasamos bien… Pero ella sigue enamorada de su ex… y yo… - No continuó
hablando.
-Aún
amas a Verónica
-Siempre
la amaré, pero Vero ya no está, debo seguir con mi vida… y en estos momentos no
encuentro una mujer que me enamoré.
-¡Seguro
la buscas igual a Verónica!
-No,
tan imbécil no soy, no hay ninguna mujer en este mundo que sea como ella. La
mujer que me enamore debe ser ella misma. No quiero clones de Verónica –
Respondió Stone muy segura de sí.
-Y
decime… ¿Cómo debe ser esa mujer?
-Acaso,
¿me quieres presentar a alguien?
-No,
sólo pregunté por curiosa…
-Mañana
te cuento curiosa… vamos a dormir… Esperemos que mañana ya haya parado de
llover – Le dijo acostándose y dándole la espalda.
-Ok,
buenas noches…
Ninguna
se dormía, daban vueltas y vueltas en la cama, siempre lo hacía muy lentamente
pensando que la otra estaba dormida y no queriendo despertarse entre sí.
-¿Qué
te pasa? ¿No puedes dormir? – Preguntó Stone casi susurrando en su oído… Lo que
hizo que Laura se sobresaltara y se diera vuelta bruscamente… para quedar su
cara muy cerca de la de Joan.
-Se
me fue el sueño…
-A
mí también…
-Encima
cada vez que miro al techo me veo en el espejo.
-Debe
haber algún interruptor para apagar ese foco rojo de mierda que hay sobre la
puerta… - Comentó.
-Le
daría un tiró – Dijo riéndose.
-Estás
loca, después me hacen un sumario por andar jugando a los tiros en un telo…
-¿Por
qué a vos, si la que dispararía sería yo…?
-Uy
si, pero para la junta yo siempre tengo la culpa de todo… jajaja… - Dijo esto y
se levantó y caminó hacia la puerta… miró el foco y regresó al centro del
cuarto, alzó la silla y la llevó al lado de la puerta para subirse en ella y
sacar el foco… - Prendé la luz boluda que no veo nada ahora…
-Jajaja
– Laura se reía
-Dale
bolu que no sé ve nada…
Laura
estiró el brazo y tocó el botoncito de la lámpara de la mesa de luz. Y el
cuarto se iluminó… Stone bajó de la silla y la regresó a su lugar… para luego
volver a meterse en la cama…
-¡Contenta
ahora!
-Mmmm
-Mmm
¿Qué?
-Me
gustaba como se veía el cuarto con esa luz roja…
-Si
serás gata flora
-¡Gata
tu abuela!
-¡De
quién crees que saqué la histeria!
-Sí
que eres tarada…
-Uy,
¡¡¡y por casa como andamos…!!!!!
-Mejor
apago la luz y dormimos – Dijo Laura estirando la mano y apagando la luz de la
lámpara. Pero quedándose como estaba acostada, mirando a Stone en la oscuridad.
-Y
bueno… si no hay nada más que hacer – Se expresó Joan riendo y acurrucándote
más en su lugar.
-Sí,
a dormir…
Las
dos intentaron dormir, pero Stone se sentía bien charlando con ella… y recordó
la vez que hablaron en su casa y quería saber que más se había olvidado con
respecto a Laura. Sentía que había algo que Sara no le había dicho, y que Laura
ocultaba….
-Laura
– Dijo susurrando… Pero Laura no respondía - ¿Estás dormida?
-No,
¿qué quieres? – Le respondió en voz baja.
-Ehhh…
nada…
-Ah
nooooooo, me despiertas por nada – Dijo levantando un poco la voz y empujando
con su mano el cuerpo de Stone que estaba casi pegado al de ella.
-Bueno,
pero no te enojes….
-Yaaaa,
¿qué pasa? – Volvió a insistir Laura.
-Cuando
me hice pasar por tu novio… - Hizo un pequeño silencio, como pensando lo que
iba a decir – ¿Qué tal estuve?
-Ah,
era eso… egocéntrica….
-Soy
curiosa, recuerda que tengo amnesia, no te burles…
-Pues
tan bien, que hasta el día de hoy mi madre aún crees que eres un tipo… - Dijo
riéndose Laura.
-Como
que cree que soy hombre, no era que le habías dicho la verdad delante de mí.
-Sí,
pero le dije que no eras mi novio, que estabas fingiendo, en ningún momento
dije que eras mujer. Y como mi mamá no me dirigió la palabra por meses, cuando
me volvió a hablar, no tocó el tema…
-¿Nunca
preguntó nada?
-No,
ella es así. Odia la mentira… cuando entré a la academia de policía también le
mentí y no me habló por más de un año y medio, y cuando volvimos a hablar, todo
fue como si nada, e intento no hablar de mi trabajo. Y con esto igual… lo que
sí… ya me está tirando candidatos como siempre…
-Persistente
tu vieja….
-Cuando
se le pone algo en la cabeza no hay quien se lo saque…
-Me
debe odiar
-No
sé, sé que le dolió porque fuiste el yerno perfecto… y estaba encantada con
vos…
-Sí,
porque creía que era un hombre si supiera la verdad ni me quiero imaginar lo
que pensaría.
-Yo
tampoco… Espero que nunca lo sepa…
-O se
arma la de Troya…
-Troya
es poca creo…
-Y
por qué le dijiste la verdad, no era que ibas a decirle que nos habíamos
peleado…
-Ehhh
– No sabía que decirle… no podía decirle que todo era culpa de un estúpido mal
entendido… que ella había creído cualquier cosa
y que no había razonado bien.
-Eh
dale… ¿por qué?
-Supongo
que me levanté con el pie izquierdo no sé… se lo dije y ya… a mí tampoco me
gustan las mentiras…
-Uy…
tan histérica eres… te gusta hacerme la competencia…
-¡¡¡Se
nota!!!
-No,
para nada – le dijo Joan devolviéndole el empujón de hacia unos minutos atrás.
-¡Te
estás riendo!
-¿Qué?
Nooooooooo
-Sí,
te estás riendo de mí
-Pero
no mujer, por qué me tendría que reír de vos… porque sos recontra histérica….
-Y
dale con lo histérica…
-Bueno
¡ehhh! que la verdad no ofende…
-Pero
duele…
-Umm
pobechita… - Impostando la voz con un tono muy tierno- ¿Te duele? ¿Dónde? –
Acercándose a Laura y tomándola por los hombros para abrazarla…
-Acá
– Le respondió Laura, tomando la mano de Joan y poniéndola en su pecho del lado
del corazón… A lo que Stone, comenzó a acariciarla despacio diciéndole – Sana,
sana colita de rana… - Laura se tentó, nunca la había visto ser tan tierna con
alguien ni con ella… y comenzó a reírse.
-Ah,
bueno ahora te ríes de mí, no se vale…
-Perdón,
es que sonaste tan tierna…
-Primero
soy estúpida y ahora tierna… - comenzó diciéndole Stone mientras la empujaba
dejando de espalda al colchón a Laura y ella se subía encima – ¿te burlas de
mí?
Laura
comenzó a forcejear con Stone, no usaban ninguna la fuerza, estaban jugando…
pero un movimiento de Laura hizo que Joan quedara pegada a ella… en plena oscuridad, podían sentir sus cuerpos
pegados, la respiración de ambas, no necesitaban verse… se deseaban… no podían
negarlo…
Y
Stone dio el primer pasó, se acercó más, quedando su boca casi pegada a la de
Laura. Y esta no pudo resistirla, su respiración se agitó y Joan lentamente la
besó… con un beso tierno y corto… al darse cuenta que Laura que no la rechazaba
continuó besándola suavemente. Sus manos poco a poco se deslizaron por los
brazos de Laura hasta llegar a sus manos. Fue bajando sus besos lentamente por
su rostro hacia el cuello… para escuchar como la respiración de Laura se
convertía en suspiro… y sus manos se soltaban para apoderarse de Joan, y
comenzaba a despeinar y jugar con el pelo de ella. Cuando la boca de Stone se
deslizaba por su piel acercándose a sus senos… Laura clavó sus uñas en la
espalda de su amiga… haciendo que Joan gimiera y volviera rápidamente a la boca
de Laura para besarla desesperadamente. Las caricias de Laura se apoderaron del
cuerpo del Stone… haciendo que esta se desarmada ante el tacto de la yema de
los dedos quemando su piel… De repente el celular de Stone comenzó a soñar y
toda la pasión se apagó… Joan la soltó y encendiendo la lámpara tomó el celular
de la mesa de luz.
-Ho...
La… - Dejando un pequeño silencio para escuchar a quien llamaba – Ok… Sí, Buen
trabajo… A primera hora estaremos ahí… - Cortó… Dejó el móvil sobre la mesita.
Al volverse hacia Laura, ella se encontraba abrazada a su almohada tratando de
no mirarla… la vergüenza se había apoderado de ella.
-¿Estás
bien? – Se animó a preguntar Stone.
-Sí
– Y se levantó rápido y corrió al baño…
-Maldición
– Exclamó Stone y corrió detrás de ella… parándose al llegar a la puerta que
Laura ya había cerrado – Por favor, sal, hablemos…
-No
tenemos nada que hablar – Le respondió desde adentro.
-No
seas chiquilina, por favor – Seguía insistiendo Joan… Ella sabía que lo que
había pasado no era un juego… no se había sentido así desde hacía mucho tiempo…
Dentro
del baño, Laura sentada en el inodoro lloraba… tratando de que Stone no la
escuchara ahogaba su llanto en sus manos.
-Por
favor, sal… no me hagas tirar la puerta abajo…
-Déjame
sola… - Le gritó…
-No
puedo, te sentí y me gustó – Gritó a
través de la puerta Joan.
Algo
atónica Laura pensaba en lo que Stone le había dicho, “¿Por qué admitiría que
le gustó besarme? Acaso, ¿sentía algo…? Sólo saliendo y enfrentándola podría
obtener respuestas. Se paró y caminó lentamente a la puerta. Detrás Stone
apoyada la esperaba. Abrió lentamente… Joan dio un paso atrás para que ella
saliera… y caminó hacia el centro de la habitación… para ser seguida por su
compañera.
-¿Qué
significa que te gustó? – Preguntó Laura.
-Yo…
no sé… - Se sentó en la cama tomándose la cabeza con sus manos. Laura se dio la
vuelta y se acercó a ella, para sentarse a su lado.
-¿Cómo
qué no sabes?
-Hacía
mucho que una mujer no me volvía loca así.
-Eso
es bueno o es malo… ¿Decime?
-¿Vos
sentís algo por mí, verdad? – mirándola a los ojos a Laura.
-¿Importa?
-Mierda,
como ¡¡¡IMPORTA!!! – Levantó la voz Stone tomando con sus manos a Laura por los
hombros… - ¿¿¿Acaso sólo querías revolcarte conmigo esta noche??? – Sacudiéndola
un poco.
-¿Vos
no buscabas eso?
-Yo
no… sólo sé que pasó… y no me pude contener… y…
-¿Y
qué?
-Me
gustó lo que sentí en tus brazos… - Confesó mirándola fijamente a los ojos.
-A
mí también
Stone
se acercó más y se abrazó a ella… Laura lentamente aceptó el abrazo y con sus
manos la rodeo también.
-¿Y
cómo sigue esto? – Preguntó con voz temblorosa Laura.
-Creo
que con una ducha fría y comenzar de cero…
-¿Qué?
-No
pienso volver a la cama con vos hasta que no sepamos qué carajo sentimos… - Se
explicó Stone – Así que me daré una ducha…
-¿Eso
es todo?
-No,
es sólo el principio…
-¿Cómo
el principio?
-Uy
Dios, ¡¡¡tengo que explicar todo!!!
-Sí,
¿no sé qué intenciones tienes?
-Es
eso… jajaja… Ok… Me gustas, pero no quiero que tener una aventura, primero porque
compartimos departamento, segundo porque somos compañeras de trabajo y tercero
porque me gustas para más de una noche… ¿Te queda claro ahora? – Dijo
levantándose y dirigiéndose al baño.
-¿Siempre
eres así de directa con las mujeres?
-Sólo
con las que son duras de entender – Contestó entrando al baño.
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