Nota de Autor: Queridos lectores,
estos últimos meses he estado un poco muy… ocupada. Mudanzas, nueva vida, etc
etc etc, que les iré explicando luego. Lo importante es que ya regresa la
historia sin interrupciones! el día de mañana subo otro capitulo y finalmente
será un capitulo semanal. Mis más sinceras disculpas. Continuemos con la
historia!
CAPITULO OCHO
Tan solo noventa minutos fueron suficientes para que mis
niveles de adrenalina fueran una alocada montaña rusa. En estos momentos tengo
un torbellino de pensamientos y los interrumpe la voz de mi mamá.
-Genesis tengo casi ¡veinte minutos aquí esperando! ¿Y
no eres capaz de contestar la llamada?
-¡lo siento, lo siento! Ya, vámonos- sonriendo le contesto.
-aja y… ¿Como te fue hija? Entendiste la clase de matemáticas
¿no?.
- si Ma, todo lo de matemática me quedó… Clarísimo- más claro
que el agua, imposible.
Con mi cara de asombro observo cómo avanza el auto de mi
madre. El viento golpea mi rostro con fuerza y ya es una señal de que perdí de
vista la camioneta de los D’amico
-hora de la charla querida- no estoy de humor para tan grata
conversación -lo puedes alargar todo lo
que quieras pero no te vas a salvar.
Rememoro lo acontecido y es tan ¿imposible?. Realmente se me
hace difícil de creer todo lo que me dijo…
eres súper inocente, pero en el buen
sentido por supuesto, y eso es lo que me enamora de ti. Tu risa me enloquece.
Me gustas gene, desde hace ya un tiempo.
Nuevamente mi madre se interpone entre mis pensamientos.
-por cierto, me llamó
rosalba- ¿para qué habrá llamado la mamá de William a mi mamá? Espero que no
sea otra cena familiar.- nos invitó a
que este fin de semana vayamos a su casa, harán una parrillada. Lo que sí me
causó intriga fue que me pregunto si tú y William se han visto. ¿Todo bien con
él hija?- Jajajajaj si “bien” se refiere a que la novia está
aburrida del chico, entonces sí, todo va perfectamente bien.
-jajajaja si mamá- no puedo evitar reírme de lo que
pensé sin embargo es totalmente cierto. Justo hasta el día de hoy, jueves, se
cumplen casi cuatro semanas que no veo a William. Detesto ser la que siempre
tenga iniciativa de hacer distintas cosas, como salir, ir al cine, comer un
helado. Si él no me quiere ver, él se lo pierde; tampoco es que tenga
demasiadas ganas.- solo que… Bueno son varias semanas que no lo veo.
-¿semanas? Bueno y ¿qué espera él? ¿Que vayas hasta su casa?.
-no ma’ pero si analizamos la situación, iré a su casa de
todas maneras ¿no crees? tampoco es algo de lo que quiero hablar ¿si?.- observo
el tráfico y reconozco la ruta por donde maneja mi madre- ¿vamos a casa de
Analy? ¿Y eso? Hoy no nos toca quedarnos en su casa.
- lo sé hija pero tu hermana necesita hablar con nosotras y
creo que Arlenis también va a estar.- extraño, no son de hacer reuniones
improvisadas- Ana me llamó esta mañana, y como ambas tenemos ropa de repuesto
allá, le dije que si.
Analy, mi hermana mayor, por ser la representante y manager
de mi cuñado y padrino a la vez, nos pidió que entre semana nos quedáramos con
los niños para cuidarlos, debido a que por reuniones, presentaciones e incluso
conciertos, mi abuela no puede quedarse con los dos. En ocasiones es un poco
incómodo ya que se me dificulta terminar mis tareas de la escuela, con mis
niños merodeando a mi alrededor aunque eso no se compara con las locuras que
inventamos juntos. Veo la fachada del edificio donde vive mi hermana y me
dispongo a desabrochar el cinturón de seguridad, en cinco minutos estaremos
ahí.
El apartamento es el último piso; corresponde al penthouse del edificio. Por supuesto
mucho más grande a los tradicionales. Al entrar se puede apreciar la cocina, en
la cual hay un mesón de mármol más el comedor. Pasando la cocina se encuentra
el espacio respectivo para lavar la ropa, y un cuarto más el baño de servicio.
En el área de la sala, ésta se divide en dos. El primer espacio tiene dos
muebles, uno grande de cuatro puestos y el otro para una sola persona, ambos de
color beige. En el segundo espacio, también hay dos muebles; los dos de color marrón oscuro. Hay una pared que
divide parte del apartamento donde está otro lugar de esparcimiento, con su
computadora y una televisión. En total hay cinco cuartos, aunque solo uno no se utiliza y tres baños.
El principal que tiene un vestier y
su propio baño, es el de mi hermana con mi cuñado, el contiguo a ese, es el de
mi sobrina mayor. Un tercer cuarto que se utiliza para trabajar. Y por último,
la cuarta habitación es de mi sobrino. Por falta de espacio ni mi mamá ni yo podemos disgustarnos.
Sinceramente es cómodo quedarnos aquí, sin embargo extraño mi casa.
-¿quién falta por estar aquí?- dice mi hermana, contando a
cada uno de los que estamos en la cocina. Mi abuela haciendo café, mi cuñado
recostado en el mesón con su guitarra y el otro jugando en el celular. mi
hermana con mi sobrino dándole su biberón
y yo… Solo viendo a cada quien.- mi mamá donde se habrá metido. ¡Mamá!-
grita Analy.
-¡estoy en el baño ya voy!- mi mamá sin filtro como de
costumbre.
-bueno Analy apúrate, habla- adoro cuando mi abuela presiona
a los demás.
-no abuela, mi mamá tiene que estar presente- de nuevo grita-
mi mamá si se antoja, ¿no puede ir al baño en otro momento?.
-Jajajaja ni que ella lo controlara- mi hermana me mira con
cara de pocos amigos y mi cuñado se ríe.
-ya ya ya… Aquí estoy. Una no puede ir tranquila al baño.
Hasta eso hay que hacerlo rápido- es inevitable no reirse de ese comentario.
-aja… Ya que están aquí, Reinaldo y yo queremos darles una
noticia- Ana le hace un ademán a rey para que se acerque a su lado. Ambos se
miran para ver cuál continúa.
-Jajajaja Analy sigue hablando- esta vez Arlenis responde.
-mmm… Bueno familia. Estoy embarazada.- sin ninguna
anestesia, mi hermana culmina su discurso.
La noticia, de alguna manera, me la esperaba por tanto
misterio, pero aun así fue una bomba sorpresiva saber que nacerá otro pequeño,
otro secuaz más para las locuras con su tía, sus hermanos y su primo.
El café colombiano preparado por mi abuela y el que toma mi
madre justo ahora, cubrió casi la mayoría de la ropa de mi cuñado y parte de la
vestimenta de mi hermana. Mi abuela se ríe, conocerá otro bisnieto y más razón
para estar feliz, no existe. Tanto Arlenis como yo, estamos emocionadas por ser
tías nuevamente, mis cuñados se abrazan y felicitan. Mi mamá, imitando al Salto
Angel, llora de alegría.
-Se ha vuelto una costumbre dar este tipo de noticia en la
cocina ¿no es así?- dice mi madre mirando a mis dos hermanas ya que siempre nos
enteramos de esa manera.- pero… ¿Cómo hija?.
-¡mama! Jajaja eso ya lo sabemos, no hace falta- no pude
evitar interrumpir a mi madre.
- no vale chica eso no, sino que… Ana con el parto de
Sebastián a ti te ligaron…¿cómo fue posible?.
-mamá créeme que esa misma interrogante la tenía hasta que
fui a donde la doctora. Le pregunté y me dijo que cuando hacen ese
procedimiento después del parto, existen probabilidades de volver a quedar
embarazada- sonrojada nos explica Analy.
-¡así que fue concebido en Estados Unidos!- la cara de mi
hermana mayor es todo un espectáculo.
-pues… Si, nosotros no perdimos el tiempo- abrazando a Ana, se
ríe mi cuñado alardeando de lo acontecido en el Resort de Disney World, en
donde se hospedaron. Él mismo se dirige hacia la alacena de madera en busca de
algún líquido que contenga altos niveles de alcohol; como buen anfitrión, a
cada uno nos sirve una copa de champagne para así poder brindar. El resto de la
tarde transcurrió entre cuentos y anécdotas.
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Era un lugar que por cualquier parte
decía lujuria, todo a su alrededor era íntimamente prohibido, en un momento
estábamos en la soledad tú y yo en una cercanía que decía a distancia que
éramos más que amigas aunque solo era una tela fina lo que separaba la multitud
de nuestra soledad. En un momento que mis ojos no pudieron visualizar nuestra
soledad se vio quebrantada por dos figuras que a la primera no distinguí pero
en solo una fracción de segundos, mi cuerpo adquirió una postura defensiva. Una
de las dos figuras se reía maliciosamente mientras te veía como si fueras
sencillamente un vil pedazo de carne , la otra, solo observaba a su compañera
con ojos inexpresivos. Me sentí impotente, mi mente me decía que nos fuéramos,
que solo ignorara lo que podría pasar, pero mi cuerpo estaba estático, solo con
el fin de que aquella figura despreciable no osara tocar un centímetro de tu
piel. Solo en el instante que lo pensé fue como si ella, con su piel de
porcelana, leyera mi mente y me dirigiera una mirada de picardía. Su amiga me
agarro con una fuerza que no entendía como podía tener. La contextura de
aquella mujer no reflejaba la fuerza que tenía, mientras que la mente maestra
de aquella pareja se abalanzó sobre ti como si de íntimas fueran. Mis ojos no
podían creer lo que veían, solo sentía un líquido salada correr por mis
mejillas al mismo tiempo que algo dentro de mí se rompía, pero ahí seguía,
parada gracias a la mujer que me sostenía porque no sabía con qué fuerza estar
de pie, mientras aquellas imágenes me eran obligatorias verlas. En mil pedazos
sentí romperse mi corazón y mil veces más me negué a creer que tus labios
probaban otros labios que no eran los míos, y como si de una horrible jugada
del destino, escucho la mujer detrás de mí hablar al oído sin pena alguna,
"ellas siempre estarán juntas, se pertenecen" me dolía inmensamente
escuchar aquellas palabras que me golpeaban como balas de acero, solo gritaba
que era mentira, nosotras, nos pertenecíamos, yo era tuya al igual que tú eras
mía, nos lo dijimos y lo sentíamos. Pero para callarme vi como poco a poco la
mujer encima de ti se desprendía de cada
pieza de ropa al igual que te quitaba la tuya como si fuera un juego, lo
disfrutaba, lo sé, se le notaba en la mirada como si de un niño con juguete
nuevo se tratara… Quedaron piel con piel y lo único que impedía la desnudez
total eran las ropas íntimas que a pocos minutos desaparecerían. Mis ojos sufrían al ver tal acto, mi corazón
me pedía que todo pasara y mi mente me decía que eso acabaría pronto. Por
primera vez sentí odio profundo hacia aquella mujer, odie cada parte de ella,
odie la forma como te miraba, odie como te besaba... Ese sentimiento se iba
metiendo más y más en mi piel, pero era más el dolor al ver cómo le
correspondias cada cosa que hacía, las caricias, los besos, Dios! No sabía que
una persona podría albergar tanto dolor en su cuerpo pero yo era el vivo
ejemplo de que si era posible. Rezaba porque se acabara aquel martirio, y como
si mis súplicas hubiesen sido escuchadas todo paró, todo se congeló y lo único
que escuchaba era un ruido constante, parecido al de una alarma.
Me levanto agitada e hiperventilando por aquel extraño sueño.
De alguna parte conozco a la mujer con la que he soñado pero a las otras dos no
y… La que podía ver todo ¿era yo?. Observando todo a mi alrededor compruebo que
estoy en el cuarto y en la cama donde me acosté hace siete horas- ¿pero qué
carajo…? - siento aún el dolor de la persona que se supone que soy yo-
Definitivamente debo estar volviéndome loca por los parciales finales. - tu subconsciente te hace trampa querida…
Sabes que la del sueño eres tú, por ende, la chica que veías era tu ¿pareja?- si,
sin duda le pediré a mi mama que me haga una infusión de valeriana, seguro son
solo nervios.
-gene… Shh, tengo sueño- ¡rayos! Se me olvidó por completo
que estoy durmiendo con mi sobrina angélica.- te moviste demasiado, ¿tuviste
alguna pesadilla?- supongo que podría llamarla pesadilla.
-mi angie disculpa, si tuve una pesadilla. Pero mira
dormilona, ve despertándote, ya sonó la alarma.
Ambas luchamos contra las calientes sábanas de la cama y de
una vez nos levantamos. Ella se dispone a buscar su ropa y camina prácticamente
sonámbula hacia el baño.
-si te tropiezas y te golpeas, me voy a reír y después te
ayudo- le digo al oído.
-¡tía que mala!- las dos nos reímos.
Angélica desde pequeña ha sido como una muñeca para mi; al
principio fue un cambio muy significativo ya que la atención que me podían
dirigir, se la llevaba la recién nacida. Mientras iba creciendo discutíamos por
cualquier cosa, pero igualmente adoraba tener una pequeñita a la cual podía
peinar y vestir. Hoy en día es la niña de mis ojos y la cuido más que a nadie.
-bueno, date prisa, yo veré qué nos preparó abuela jani de
desayuno- ese era el apodo de mi mamá.- aunque primero vamos a cepillarnos los
dientes.
Entrando a la cocina el olor que percibo es indudablemente
uno que hace que mis papilas gustativas se activen.
-ma’ bendición- la beso después de hablar- mmm empanadas…-
puedo saborearlas.
-Jajajaja saca las manos de aquí.
-yo quiero comerme una ahorita.
-una sola- al agarrarla me quemo las manos- huy huy… Ya va.
-¿cuántas te llevas para el colegio?.
-dos mami- le digo mordiendo la empanada- lo siento jajaja.
-como que pasaste calor hija, estás sudando- de inmediato
paso rápidamente la mano por mi frente y mi mamá tiene razón, parece que
estuviera dentro de un sauna.
-si ma’ sabes cómo me pongo con el calor- me río para
disimular todo. Ese sueño me dejo peor de lo que creo.
-bueno, cómete eso y cámbiate que falta poco para que sean
las 6:00 y conoces el tráfico tan terrible que se forma después de cierta hora.
El reloj, mi fiel compañero, nunca se equivoca, a las 5:50
entro a la ducha para empezar a bañarme. Enjuago mi cabello y enjabono cada
parte de mí, cerciorándome de cubrir toda mi piel con el jabón de avena y miel.
Mientras el agua tibia cae y recorre todo mi cuerpo, hago mi mayor esfuerzo por
recordar el sueño. ¿Será que la protagonista era yo? ¿Por qué me parece tan
tentadora la idea de verme con una mujer como mi pareja?. Enjuago mi cara para
sacar de mi cabeza esa idea.
-esa chica… ¿En dónde la he visto?-el eco del baño es mi
único expectador.-¿era morena?... Las caras estaban borrosas...Aaafff, detesto
no recordar. Solo sé que la he visto en alguna parte.
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Nos dirás que ocurrio contigo? la historia si será seguida? saludos desde colombia
ResponderEliminartranquila que la historia retomara su curso y en los siguientes capítulos se desplegara la historia. saludos!
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