CAPITULO 7
Alex entró a su departamento, por
detrás lo siguió Daniel. Ambos se miraron. Daniel abrió sus brazos y dijo:
-Ven acá, que de hacerte el
fuerte ya no te queda ninguna testosterona falsa en el cuerpo – Exclamo Dani y Alex
se abrazó a él y lloró.
-Ella está sufriendo – Dijo
sollozando Alex.
-Vos también – Le respondió Daniel.
Lo sucedido a Brenda en su
pasado, había detonado como una bomba en Alex, despertando los recuerdos de su
niñez. Y Daniel lo sabía. Y no podía permitir que sufriera otra vez. Sabía que
lo sucedido a Brenda le recordaba su pasado a Alex. Y al él le reabriría la
herida de la culpa. Nunca se perdonó no haber ido al colegio ese dijo. Y el
recuerdo de todo lo sucedido invadió la mente de ambos.
Alex y Daniel que eran
inseparables. Asistían a un colegio a seis cuadras del orfanato donde vivían.
El día anterior, los dos juntos
se pasaron la tarde jugando en el arroyo que estaba a dos cuadras del
orfelinato. Alex le pidió que le enseñará a besar. Y Daniel que siempre era
quien le enseñaba todo, lo hizo. Le besó. Y media hora después le encontró
detrás de un árbol besándose con una amiguita. Daniel sabía que eso estaba mal
para los ojos de las monjas, así que le dijo a Alex que no se lo contara a
nadie. Que él nunca hablaría. Cuando regresaban se largo a llover y ambos
llegaron empapados.
A la mañana
siguiente, Daniel amaneció con fiebre, por
ende las monjas no lo dejaron ir al colegio. Y Alex se fue sin él. Paso toda la mañana en cama, y para la tarde
cuando ya estaba mejorando, salió de su cuarto a buscar a Alex. Pero las monjas
que andaban a las corridas no se habían percatado que Alex no había regresado
del colegio.
Cuando Daniel las alerto,
salieron a buscarla. Pero nadie sabía de Alex. Desde que salió del colegio de
regreso al orfanato nadie decía haberle visto. El policía del pueblo, comenzó a
buscar por todos lados. Todos pensaron que había huido. Pero alguien encontró
su mochila. Y comenzaron a pensar lo peor. Todo el pueblo salió en su búsqueda.
Y Daniel estaba desesperado. Tenía tan sólo 10 años y siempre se había sentido
responsable por Alex.
Tres días después, encontraron un
cuerpo a orillas del arroyo, a unos 12 kilómetros del
pueblo. El cuerpecito de Alex, había sido ultrajado por más de cuatro hombres y
se encontraba inconsciente. Le habían cortado la espalda con un cuchillo, y le
habían tirado al arroyo creyendo que ya había muerto. Pero no fue así. Sobrevivió,
aunque paso más de un mes en el hospital recuperándose de sus heridas y por más
de un año no hablo.
Desde lo sucedido, Alex no dejó
que nadie se le acercara. Sólo Daniel podía acercársele. Y éste, que era apenas
un niño, sintió la culpa de haberse enfermado y no haberle acompañado al
colegio. Él pensaba que si hubieran estado juntos nada le hubiese pasado.
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autor.
Que pasado tan cruel les ha tocado a ambos, ahora entiendo más de su forma de ser.
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