CAPÍTULO 8
Paso una semana, Alex se
convirtió en la sombra de Brenda, nunca la dejaba sola. Mientras tanto Daniel
buscaba el paradero e información del ex novio de Brenda. Estaba decidido a
encontrarlo y enviarlo a la cárcel. Alex trataba de verse seguro ante ella, no
quería mostrarle que también sufría porque tenía un pasado parecido.
Brenda seguía con miedo, pero al
sentir a Alex cerca se sentía segura. Y últimamente siempre se le quedaba
observando cuando él no se daba cuenta. Como está vez, Alex estaba en la cocina
preparando café. Ella lo miraba desde el sofá donde estaba sentada. En una
milésima de segundos su mente recordó la vez que su mano toco su rostro. Fue la
noche después de aquel suceso en el bar. Resulta que Daniel y Alex se invitaron
solitos esa noche al departamento de las chicas.
Daniel: - Aquí llegan las pizzas…
Alex: - Y las cervezas…
Ana: - ¿Qué? – Preguntó cuando
abrió la puerta y los escucho y encima le pasaron al lado entrando como panchos
por su casa al departamento.
Daniel: - Noche de pelis… ¿Qué
vamos a ver? – Preguntó sonriendo y sosteniendo las dos cajas de pizzas con las
dos manos.
Ana: - No alquilamos nada.
Daniel: - ¿Cómo? No hay pelis –
acotó Daniel dándose la vuelta y volviendo hacia la puerta – entonces no hay
pizza
Ana: - Ey, Ey…
Daniel: - Ey… nada, sin pelis no
hay pizzas – dijo seriamente.
Por su lado Brenda, que se
encontraba sentada en el sillón, los miraba sin hablar. Alex, pasó calladito y
se sentó al lado de ella.
Alex: - ¡Hola! – dijo en voz baja.
Ella le respondió también - ¡Hola!
Los dos sentados en el sillón
miraban a los dos que parecían estar divirtiéndose peleando. Él saco una lata
de cervezas de pack y le convido a Brenda.
Mientras tanto delante de ellos,
Daniel y Ana peleaban y se tironeaban las cajas de pizzas.
Ana: - Pero ya estas acá y ya
entraste…
Daniel: - Pero yo vine a ver
pelis….
Ana: - Pero nadie te invito.
Daniel: - Pero yo no tengo la
culpa que ustedes dos sean unas aburridas….
Ana: - ¿Y vos que sabés de
nosotras? – dijo ella tironeando las cajas.
Daniel: - Que no hay pizzas sin
pelis – y tironeaba las cajas para su lado.
Ana: - Que malo que sos…
Daniel: - Si muy malo, pero
comeré pizza…
Y la discusión continuaba…. Alex
reía mientras los miraba. Brenda también sonreía, pero ya no los miraba se
quedo observando el mentón de Alex, que estaba algo morado a causa de la
trompada que había recibido la noche anterior. Lentamente acercó su mano y le
rozo el mentón y sintió la suavidad de su piel…
Alex volteo su rostro para
mirarla…
Brenda: - ¿Te duele? – dijo
retirando rápidamente su mano.
Alex: - No, para nada – respondió
sin poder evitar que el rubor se apoderada de sus mejillas.
Daniel y Ana seguían peleando por
las pizzas, y Alex se paró y le grito:
- Ya basta niños…. Que se enfría
la pizza.
Ambos lo miraron como diciéndole
“¿Qué te metes?”. Pero al instante sonrieron. Ana soltó las cajas de pizzas.
Daniel poniendo cara de enojado la miró a Ana y le habló:
- Que conste que no me ganaste
porque se enfrían las pizzas.
- No, No… claro que no… por las
pizzas cualquier cosa…. – respondió Ana riendo.
Los cuatros se sentaron riendo y
charlando para comer pizzas esa noche.
Brenda se preguntaba por qué
recordaba esa noche. Pero en realidad, lo que más le llamaba su atención era la
suavidad de su piel. Se estaba dando cuenta que Alex siempre estaba presente no
sólo a su lado, por no dejarla ni a sol ni a sombra sola, sino también que
estaba en sus pensamientos. Es que acaso se estaba enamorando de él. No podía
ser, él se comportaba como amigo nada más. Además era tan educado y tan suave
que era más que seguro que esa timidez de Alex era porque era gay. Así pensaba
ella. Pero estaba sintiendo algo por él. Aunque Alex no se comportaba como
Daniel con Ana, que siempre la estaba buscando o coqueteándole. Y se notaba de
lejos que a Daniel si le gustaba Ana. Alex no demostraba eso. Siempre se
alejaba de ella cuando estaban cerca. Y seguía Brenda pensando en lo que le
estaba pasando a ella con Alex. Mientras él en la cocina preparaba el café,
pensaba en lo linda que se veía hoy, y al mismo tiempo se decía a si mismo que
dejara de pensar en ella. Porque no tenía ninguna oportunidad. Sólo podía
aspirar a tener su amistad. Pero sabía que se estaba enamorando mal de esa
chica tímida.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Jjaxxel - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario