CAPITULO 4
Estaba todo
preparado, una manta en un buen lugar en el césped con una cesta con unos
sándwiches y una botella de vino, deje a mis amigos vigilando y me fui a por
Liz, llego a su portal y llamo me dice que ya baja y yo espero nerviosa. La veo
y me quedo embobada, lleva unos jeans ajustados con unas botas por encima de
las rodillas, una camiseta de tirantes blanca y por fuera una camisa azul que
le queda perfecta.
Yo: vaya estas
preciosa
Liz: gracias tú
también, te queda muy bien esa camisa negra
Yo: gracias me
he puesto lo primero que he visto (mentira, tarde una hora solo en decidir lo
que me pondría)
Liz: nos vamos?
Yo: claro morena
Liz: por cierto,
no piensas decirme a donde me llevas
Yo: es una
sorpresa, confía en mí
Cogemos un taxi
y vamos hacia el cine, cuando llegamos cojo su mano y siento como mi corazón
late más deprisa, la dirijo hacia donde tengo todo preparado y le aviso a mis amigos que ya pueden irse. Cuando
llegamos al lugar veo que Liz está sorprendida y sonrió porque siento que le ha
gustado y eso hace que me alegre.
Liz: vaya que
bonito, no me lo esperaba la verdad
Yo: me alegro
que te guste y espero que te guste la película que he escogido
Liz: cual
veremos?
Yo: tomates
verdes fritos, yo ya me la he visto y es una de mis pelis favoritas, la he
escogido porque pensaba que te gustaría espero no equivocarme.
Empieza la peli
pero yo lo único que veía era su rostro, detalle cada centímetro de su cara,
hubo un momento es que ella se giro para decirme algo y nuestros rostros se
quedaron a centimentros de distancia, nuestro ojos no querían dejar de
encontrarse, entonces tome valor y me fue acercando poco a poco hasta sentir su
aliento y entonces ocurrió, ella se acerco y junto nuestros labios, fue solo un
beso casto y tierno pero en ello estaba demostrándole lo que sentía en ese
momento. Sus manos me acariciaban el pelo, se posicionaron en mi nuca mientras
las mías estaban en su espalda acercándola más a mi mientras nuestro beso se
volvía más profundo, mi lengua fue en busca de la suya y cuando la encontró
hubo más que fuegos artificiales, poco a poco nos fuimos separando por falta de
aire, nuestras frente quedaron pegadas y en nuestra boca se veía una sonrisa.
Yo: no sabes lo
mucho que deseaba esto, el poder sentir tus labios con los míos, el
convertirnos en una sola. Mis manos fueron a su rostro para acariciarlo y le di
un beso en la frente.
Liz: que me has
hecho niñita
Yo: primero no
soy una niñita y segundo lo único que he hecho es demostrarte lo increíble que
es besarme jajajajja
Liz: tontita
Me acosté y
tomándola de la mano la arrastre conmigo y se acostó con su cabeza en mi pecho,
en esa posición terminamos de ver la peli, ella recostada en mí y yo dándole
tiernos besos y caricias. Después de terminar la peli recogimos todo y la
acompañe a su casa, me despedí de ella con un beso y le dije que al llegar a
casa le hablaría para decirle que llegue bien.
Había pasado una
semana desde nuestra primera cita, aunque hablábamos por mensajes todos los
días la echaba muchísimo de menos ya que por su trabajo y mis clases no nos
habíamos podido ver. Pero por fin había llegado el fin de semana y podría
disfrutar de sus labios.
Mientras sonaba
Donatella de Lady Gaga me preparaba para verme con Liz, había escogido una
camiseta sin mangas un poco holgada
donde se me veía el sujetador negro que llevaba, pantalones largos de
jeans y unas zapatillas. Esa noche iríamos
a cenar y luego nos iríamos a tomar una copa.
Me encuentro en
su portal y estoy nerviosa, no sé cómo es que en tan poco tiempo logra ponerme
así esta mujer, la veo venir hacia mí y sonrió. Le digo lo hermosa que esta y
ella me gratifica con un beso en donde nuestras lenguas no pierden tiempo y
empiezan a moverse al compas, terminamos el beso y nos quedamos mirándonos
fijamente mientras intentamos en vano recuperar el aire y lograr calmar
nuestros agitados corazones. La tomo de la mano y nos dirigimos al coche para
ir a cenar, esta transcurre entre malos chistes y vergonzosas anécdotas pero
también nos contamos cosas personales y vamos conociéndonos poco a poco, cuando
terminamos pago la cuenta y nos vamos a un bar cerca de su casa a tomar una
copa y seguir con la velada.
Liz: así que
odias las verduras?
Yo: puaj lo
verde se lo dejo a las vacas yo soy más de carne y tú?
Liz. Pues a mí
me encanta el pescado. Mientras me dice esto me guiña un ojo y no podemos
evitar reírnos del doble sentido.
Yo: pues que
sepas que odio el pescado, no lo soporto mi abuela tiene que hacer verdaderos
milagros para que lo pueda comer
Liz:
jajajjajajajjaja
Entre risas y
tonterías se nos hace tarde y tenemos que irnos, la acompaño al portal y me
despido de ella con un beso que nos deja, al menos a mí con un cosquilleo en el
bajo vientre y palpitaciones en la entrepierna.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Frida - Derechos Reservados
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Me gusta mucho esta historia...aunque encuentro los capitulos muy cortos.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo los capítulos son cortos muy cortos y yo sufro por esto .....XD ten piedad de nosotras pobres mortales y has los capítulos mas largos .
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