Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Sin ti no sé vivir 11 – KamZoe

Sin ti no sé vivir 11 (final)

Natalia estaba a punto de perder la razón, sus piernas ya casi no tenían fuerzas para sostenerla y sólo su mano aferrada a la manilla de la puerta de la habitación, la mantenía en pie. Su otra mano, podía sólo apretar la cara de Fabiana a su intimidad, la cual devoraba con hambre insaciable. 


Su lengua la volvía loca al frotar rápidamente su punto sensible, moviéndolo sin dirección alguna saciando su necesidad de sentirla. Su pulgar estimulando sus labios menores empapándose en sus abundantes jugos y sus labios, presionando de cuando en cuando su clítoris hinchado haciéndola gritar. Natalia cabalgaba en la boca de Fabiana sin control, deseando, necesitando esas caricias que sólo ella sabía darle. Habían pasado 7 meses desde que se habían reconciliado y cada vez que Fabiana le hacía el amor, era una total y completa locura. Bastaba sólo una mirada, o un roce para encenderla a niveles inimaginables.

Cuando el orgasmo era inminente, Fabiana la penetró lentamente con su pulgar y comenzó a embestirla al ritmo de sus gemidos. La combinación de las penetraciones y las succiones constantes a su clítoris, la hizo explotar en un orgasmo tan intenso que Fabiana tuvo que sostener todo su peso cuando las piernas le fallaron. Tuvo que ayudarla a rodar hasta el piso para poder abrazarla mientras su respiración agitada y gemidos de satisfacción, mermaban. 

  • ¡Diooooosssss que ricooooooo! _ Ronroneó Natalia hundiéndose en el cuello de Fabiana - Eres maravillosa amor.
  • No vida, maravillosa eres tú ... lo que hago, lo hago porque es tu cuerpo el que me provoca y eres tú la que me hace desearte hasta la locura ... así que el mérito es tuyo _ Le dijo al oído. 
  • Natalia levantó la cara para mirarla.
  • Es un mérito compartido, porque sólo tú me haces acabar de esta manera _ Tomó a Fabiana por la cabeza para bajarla hasta sus labios y besarla intensamente. 

Su entrepierna aún palpitaba del orgasmoy su cuerpo lo sentía como gelatina, pero las ganas de devolverle el placer a su amor, eran incontrolables, así que poco a poco fue cambiando de posición hasta que quedó sobre Fabiana.  

  • No prefieres ir hasta la cama _ Le sugirió entre besos.
  • ¿Tú pudiste esperar? _ Le devolvió sin darle tregua 

Fabiana sonrió y con eso, se abandonó a los deseos de Natalia quien sin esperar un minuto más, la despojó de su ropa y comenzó a besarla con hambre y con pasión. Ciertamente nunca habían tenido problemas en esa área, pero no podía negar que los años de experiencia que cada una había tenido, las había hecho ser más desinhibidas y audaces en muchas cosas. Sin embargo, en ese momento lo que prevalecía era la lujuria simple y básica, los bajos instintos y la necesidad de saciarse una de la otra, así que sin dudarlo, cuando Natalia se disponía a ir hasta el sur de su anatomía, Fabiana la detuvo para poder voltearse y quedar en un perfecto 69. 

No se dieron tregua, así que sin esperar ni un minuto más, comenzaron a deleitarse mutuamente. Besos, succiones, mordidas ligeras, gemidos incontrolables, jadeos constantes y gritos amortiguados por la piel, era todo lo que se escuchaba en la habitación. 

Era difícil saber quién dominaba la situación, pues cuando una llegaba al orgasmo, de inmediato embestía con más fuerzas para robarle gritos de placer a laotra, sin pausa ni descanso. Sus cuerpos estaban insaciables y no fue sino hasta unos cuantos orgasmos más, que finalmente se rindieron al cansancio. 

Como pudieron, se arrastraron hasta la cama y allí cayeron en un profundo y satisfactorio sueño, pero no sin antes decirse lo siguiente:

  • Gracias por decir que sí.
  • Gracias por pedírmelo. 

Esa noche había sido el retorno de Natalia al modelaje. Un diseñador Italiano de renombre que la había usado en sus desfiles años atrás le había pedido que asistiera para el lanzamiento de su nueva línea de ropa de verano en España.  Natalia se había negado en un primer momento alegando que su atención estaba en la haciendo y su ronería, pero luego de discutirlo con Fabiana, decidieron que ese sería su desfile de despedida del modelaje. Era una carrera que le había dado muchas satisfacciones, pero ninguna como la que sentía con Fabiana en su hogar. Sin embargo, dado que su salida de ese mundo había sido tan abrupta, consideraron que hacer ese desfile era la mejor manera de poner punto y final a ese período de su vida.

El desfile había sido todo un éxito. Fabiana había quedado hipnotizada al ver a Natalia en acción. Cada vez que salía con un nuevo traje, el resto del mundo perdía sentido. Era muy distinto verla en televisión, que verla en vivo. La magia que despedía con cada movimiento era algo sin igual. 

Se preguntó si realmente el retirarse era lo adecuado, pues la sintió como pez en el agua y dudó de si tal vez, ella estaba hecha para ese mundo y no para los negocios. Pensaba planteárselo a Nati cuando todo aquello terminara, pero en la rueda de prensa que procedió después del desfile, un periodista le preguntó justamente eso y la respuesta de Natalia fue más que suficiente para entender que las prioridades de Natalia habían cambiado y que era feliz con esa decisión. 

  • Señorita Castillo¿este regreso marca el inicio de un nuevo período en el modelaje? ¿Cómo compaginará su trabajo de modelo con su faceta de empresaria? 
  • Este desfile marca un nuevo inicio, pero no en el modelaje. Es mi despedida. Mi retiro de todo este entorno, a partir de ahora, me dedicaré de lleno a la empresa que tengo en mi país.
  • Se dice que esa decisión tiene más que ver con un viejo amor, que por negocios _ Dijo otro reportero, a lo que Natalia sonrió ampliamente antes de contestarle.
  • Te equivocas _ Corrigió - No se trata de un viejo amor, se trata del amor de mi vida que hoy está más presente que nunca _ Sin dejar de sonreír, Natalia miró a Fabiana un instante antes de volver su atención hacia los reporteros.
  • ¿Su pareja no está de acuerdo en que siga en el modelaje? _ Preguntó otro un poco más incisivo.
  • Yo no he dicho eso. Por el contrario, ella me apoya incondicionalmente en mis decisiones, soy yo la que quiero dedicarme a mi relación y a mi empresa de lleno.

La palabra "ella" de inmediato originó un revuelo en la sala. La noticia no era algo nuevo, pero sí era la primera vez que lo admitía desde que habían llegado dos semanas atrás. 

  • ¿Finalmente admite su homosexualidad? _ Preguntó el mismo. 
  • Nunca la he negado, pero no sentí la necesidad de hacerlo público hasta ahora. 
  • ¿Y por qué ahora? _ Preguntó otro.
  • Porque soy feliz y no quiero ocultarme del mundo sólo porque mi felicidad está al lado de una maravillosa mujer.
  • ¿Se casarán? _ Se logró escuchar entre el bullicio de preguntas. 
  • Si ella me acepta _ Miró a Fabiana - Sí. 

Por unos segundos, el resto de la sala desapareció para ellas. Se quedaron viéndose mutuamente con una sonrisa de enamoradas en la boca y Fabiana, ligeramente asintió. No fue sino cuando sintió los flashes en su cara que cayó en cuenta que toda la sala se había vuelto hacia ella y alternaban fotos entre las dos. Las preguntas no dejaban de llover, pero para ellas, la rueda de prensa había terminado. Natalia se levantó de la mesa y caminó hasta ella, se miraron fijamente antes de tomarse de la mano y salir de allí dejando toda una locura tras de ellas.

Durante todo el camino hacia el hotel, el deseo y las ganas se respiraba en el ambiente, así que en cuanto cerraron la puerta, Fabiana saltó sobre ella sin pensarlo. 

A la mañana siguiente luego de desayunar, se fueron directo al aeropuerto rumbo a Francia. Dado que estaban en Europa, decidieron tomarse un par de semanas para ir a algunos lugares que deseaban visitar juntas. Primera parada, la torre Eiffel.

Hubiesen podido quedarse un poco más en Madrid, pero después de la locura de la noche anterior y los titulares de la prensa que estaban dedicados a ellas, decidieron adelantar la ida. 

A pesar de la insistencia de los reporteros, nada les hacía perder el buen humor, así que al contrario de lo que se esperaba, dedicaron unos minutos a posar para la prensa antes de montarse en el taxi que las llevaría al aeropuerto.

Mientras esperaban la salida del vuelo, hablaron con Bárbara y Mariela por Skype. Se habían enterado de la "propuesta de matrimonio" y estaban como locas con la noticia.

  • Podían haber esperado a estar aquí para lanzar esa bomba ¿no? ¿Cómo se les ocurre salir con eso estando tan lejos?
  • No fue planeado Bárbara _ Le contestó Natalia riendo pues.
  • Claro, es que ese es el problema, que nunca es planeado y siempre nos dejan por fuera.

Bárbara estaba más que feliz por la noticia, pero no podía evitar hacer su drama acostumbrado cuando era la última en enterarse de algo. Lo había hecho una primera vez en broma, pero luego, ya se había vuelto una costumbre. 

  • A ver, ahora no nos vengan a decir que se casarán por allá ¿o sí?
  • Noooojajajajajaja ni siquiera hemos hablado de eso aún _ Respondió mirando a Fabiana, quien al igual que ella, estaba sonriendo y mirándola a su vez.
  • Aunque no sería mala idea _ Dijo Fabiana.
  • ¿Queeeee? _ Dijeron al unísono Bárbara, Mariela y Natalia.
  • Podríamos aprovechar y hacerlo legal _ Explicó.
  • No nonono y no ... no nos van a dejar por fuera _ Protestó Bárbara.
  • ¿Lo dices en serio? _ Preguntó Natalia visiblemente sorprendida, pero a la vez, emocionada.
  • Sí ... hagámoslo _ Respondió Fabiana sonriendo ampliamente.

A lo lejos se escuchaban las protestas de Bárbara y las risas de una Mariela que intentaba calmarla, pero en el mundo de Natalia y Fabiana sólo existía el abrazo fuerte que se dieron y el palpitar acelerado de sus corazones por la felicidad de lo que harían.

Luego de instalarse en Paris, comenzaron a hacer las averiguaciones pertinentes para poder llevar a cabo los nuevos planes. Todo aquello les parecía un sueño, pero un sueño adorable. Habían contactado a varias personas que las habían orientado sobre todo el procedimiento legal y lo único que debían esperar era que llegara el día siguiente para poder dirigirse a la jefatura correspondiente y concretar su solicitud.

La alegría no les cabía en el pecho, así que era imposible mantenerse tranquilas en el hotel, razón por la cual decidieron pasear por la ciudad para apaciguar un poco las mariposas que sentían en su interior.

El hotel quedaba en un boulevard bastante concurrido, así que caminaron tomadas de la mano, disfrutando del ambiente ligero y relajado de la ciudad y de las luces que daban vida a la noche. Al pasar frente a un café que ofrecía pequeños dulces que se veían muy apetitosos, entraron dispuestas a probar todos los que pudieran. Agarraron una bandeja y comenzaron la labor de escoger los sabores que más les provocaban entre risas y chistes. Estaban tan inmersas en su mundo que no se dieron cuenta que a sólo unos pasos más allá, estaba Eugenia paralizada viéndolas.

Quiso salir de allí sin ser vista, pero cuando se volteó para ir hasta la salida, tropezó con un joven y la bolsa y las bebidas que llevaba en sus manos se esparcieron por todo el piso. 

El chico de inmediato se apresuró a disculparse y a cerciorarse de que estuviese bien y aunque Eugenia le aseguraba que sí y que sólo quería irse, él insistía en reponerle la compra. 

Con todo el barullo que se formó, fue inevitable que Fabiana y Natalia prestaran atención a lo que sucedía y que las miradas se encontrarán. En ese segundo, las 3 se quedaron en un limbo del que no lograban reaccionar, sólo el movimiento excesiva alrededor de Eugenia y las personas tratando de agarrarla las hizo darse cuenta de lo que sucedía. Había un charco de líquido entre los pies de Eugenia que indicaba claramente que la fuente se le había roto.

Sin pensarlo, tanto Fabiana como Natalia corrieron para ayudarla, la llevaron hasta la silla más cercana mientras algunos de los presentes llamaban a emergencias. 

  • ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? _ Preguntó una Fabiana nerviosa.
  • No ... estoy bien _ Respondió aún sin poder creer que ellas estuviesen allí y que justo en ese momento su trabajo de parto estaba por comenzar.
  • !Llamen a una ambulancia por favor! _ Pidió Fabiana. 
  • Ya lo están haciendo amor _ Trató de calmarla Natalia. 

Fabiana la miró un segundo entendiendo que debía mantener la calma. Estaba arrodillada al lado de Eugenia, quería tomarla de la mano pero no se atrevía, sólo atinaba a verla.

  • ¿Quieres llamar a alguien Eugenia? _ Preguntó Natalia, que aunque estaba igual de nerviosa, lograba mantenerse controlada. 

Eugenia aún aturdida, se centró en la pregunta que Natalia le hacía. 

  • Sí, en mi bolso está el celular ... _ Le extendió el bolso - Llama a Claudia por favor.

A pesar de lo irreal de todo aquello, en el fondo se alegraba de tener caras conocidas en ese momento. Tenía días nerviosa dado que sabía que estaba en los días y le aterraba que sucediera estando ella sola como efecto acababa de suceder. Pero con lo que no contaba era, con que el destino la acompañaría de esa manera, mandándole a las personas que menos esperaba, pero que sin duda, la hacían sentir más tranquila. Sabía que no la dejarían sola aunque se los pidiera, así que se olvidó de lo sucedido y les dio la bienvenida a ese momento tan especial para ella.

Luego de que Nati llamara, Eugenia las miró a ambas antes de hablar.

  • Qué bueno que están aquí _ Les brindó una sonrisa cálida y las tomó de la mano - Un encuentro inesperado, pero muy oportuno.

Fabiana se quedó sin habla y tuvo que pestañear muchas veces para alejar las lágrimas tan inoportunas que se querían formar en sus ojos, mientras que Natalia, asintió y sonrió ampliamente dándole las gracias por aquel gesto. Aunque no lo dijeran, aquello significaba el perdón que pensaban nunca tendrían, un alivio que creían imposible de tener y la oportunidad tal vez, de formar parte de la vida de ese bebé que quería nacer.

Todo pasó muy rápido, en un momento estaban esperando la ambulancia, al otro ya estaban dentro de ella y al siguiente, ya tenían a Eugenia en una habitación esperando el chequeo de su médico, que resultó ser la fulana Claudia.

Estaba atendiendo otro parto por lo que no pudo asistir de inmediato, pero había avisado que iría al desocuparse.

Las contracciones estaban empezando a aparecer y entre Fabia y Nati, hacían que Eugenia las pasara lo más controladas posible. 

  • Respira _ Les decían ambas marcando con sus respiraciones el ritmo que la enfermera les había enseñado. 
  • ¡En eso ando, en eso ando! - Se quejó cuando el dolor la atravesó.

Estaban paradas cada una a un lado dándole apoyo, pero a pesar de ello, no podía dejar de preguntarse cuando le venían las olas de dolor intenso, en qué demonios estaba pensando cuando decidió embarazarse.

  • ¿Piensan tener hijos? _ Les preguntó luego de que la calma llegara. 

Ambas se quedaron calladas sin saber qué responder, pues desde la ruptura de Fabiana con Eugenia, el tema de los hijos se había obviado.

  • Si piensan hacerlo _ Continuó con los ojos entrecerrados - Tendrás que hacerlo tú Natalia, porque dudo mucho que Fabiana aguante esto. 
  • ¿Qué? _ Fue lo único que atinó a decir Fabiana antes de que las otras dos, rompieran en carcajadas. 
  • Jajajajajajajaja es verdad, dudo que lo haga _ Estuvo de acuerdo Natalia. 

No era un secreto para ninguna de las dos que Fabiana era poco tolerante al dolor físico, así que aquello había resultado un muy buen chiste para ellas.

  • ¡Qué graciosas! _ Respondió Fabiana arrugando la boca, gesto que más que calmarlas, las hizo reír con más fuerzas - Claro, claro búrlense ... les queda muy bonita la gracia.
  • No te pongas así que sabes eres muy cobarde para el dolor _ Dijo Eugenia aun riendo. 
  • Siiii lo sé ... pero tampoco es para tanto _ Puso los ojos en blanco.
  • Bueno, hablando en serio ... ¿lo han pensado? _ Habló seria luego de calmar las carcajadas.

Fabiana se quedó en silencio, no podía responder a ello. Era un tema que aún le dolía por lo sucedido. 

  • Es algo de lo que no hemos hablado aún _ Respondió Natalia tratando de que Eugenia centrara su atención en ella y no en la mirada ensombrecida de Fabiana. 
  • ¿No quieres hijos? _ Indagó
  • No es eso ... es sólo que no nos lo hemos planteado aún - Mintió. 

Eugenia volvió la mirada hacia Fabiana y se le quedó mirando durante unos segundos fijamente. 

  • ¿Es por mí? ¿Por lo que hice a tus espaldas? _ Le preguntó sin rodeos.
  • No _ Negó con la cabeza de inmediato - Eso no tiene nada que ver.
  • Sé que cometí un error al hacerlo así Fabi y que eso de seguro te aterró, pero te aseguro que es algo que disfrutarás y mucho ... y más si es con tu amor _ Le dijo sinceramente. 

Todos esos meses le habían servido para pensar que si bien Fabiana había aceptado al bebé a pesar de las circunstancias, esa ilusión había sido sólo de ella, no de ambas y que la ruptura, por muy dolorosa que haya sido, fue lo mejor para todas. Le daba la libertad necesaria a Fabiana para estar con el verdadero amor de su vida, le daba la posibilidad de poder vivir la experiencia de la maternidad con la persona que realmente le hiciera tener esa ilusión y por último, le había abierto las puertas a ella para conocer a la mujer que hoy se había ganado un puesto importante en su vida.

No podía decir que ya no amaba a Fabiana, había bastado sólo oírle la voz para que un nudo muy grande apretujara su corazón, pero estaba aprendiendo a vivir con ello, sin que representara un obstáculo en su vida. Claudia, la doctora que había hecho posible su inseminación, le había confesado su atracción unos meses después de que Eugenia se residenciara en París. En una de las consultas de control cuando logró ver que el feto estaba formado, Eugenia se había derrumbado y terminó contándole todo lo sucedido a la doctora. Ésta escuchó pacientemente y cuando Eugenia se había calmado, le había dicho lo mucho que ella le gustaba y que si ella se lo permitía, quería estar allí para ella y apoyarla durante todo el resto del embarazo. Sin exigencias, sólo ser su soporte en aquella experiencia tan única e irrepetible como lo era el primer embarazo. 

Al principio, Eugenia se había sentido contrariada con la propuesta, estaba tan perdida emocionalmente que no concebía darle entrada a alguien más en su vida, pero la vida le había empujado a darse cuenta que no debía cerrarse a las posibilidades que se le daban, había coincidido con Claudia en diferentes lugares haciéndolas compartir, así que poco a poco la fue dejando entrar y ahora, aunque no eran exactamente una pareja, las condiciones estaban dadas para ello y allí, viendo a Natalia y a Fabiana juntas, se dio cuenta que debía continuar con su vida tal y como ellas lo habían hecho, sólo faltaba dar el sí. 

  • Sí bueno ... ya lo discutiremos _ Dijo tratando de cortar el tema, pues no estaba preparada para hablar de ello y mucho menos, delante de ella - En este momento lo importante eres tú _ Le sonrió aunque esa sonrisa no llegó a sus ojos. 
  • Necesitaba alejarme Fabi _ Insistió - Sabía que la decisión que tomaste era la mejor para todas pero, necesitaba alejarme. ¿Lo entiendes verdad? 

Natalia se sentía fuera de lugar en esa conversación, así que pensó que lo mejor era dejarlas a solas.

  • Yo ... esperaré afuera.
  • ¡No! _ La detuvo tomándola de la mano -Por favor, quédate _ Le pidió Eugenia - Esto es algo que nos compete a las tres.

Natalia miró a Fabiana antes de asentir y quedarse en el lugar que estaba. 

  • Quiero que sepan que estoy tranquila. Me costó mucho aceptar toda la situación no se los voy a negar, pero finalmente lo he hecho. Sé que no había otra salida ... tú nunca dejaste de amar a Natalia así que era cuestión de tiempo que esos sentimientos dominarán la razón. Más bien fui yo la ilusa al pensar que podía ocupar ese lugar _ Sonrió ligeramente - Pero hoy en día estoy bien, he tenido a alguien que me ha apoyado en todo esto _ Señaló su barriga - Ha estado incondicionalmente conmigo y me ha ayudado no sólo en lo físico, sino también en lo emocional ... así que estoy bien ... quiero que lo sepan ... ambas _ Les dijo alternando la mirada de una a la otra.

Antes de que pudieran reaccionar a las palabras dichas por Eugenia, una contracción se hizo presente y toda la atención se centró en ella. Poco antes de que terminara, entró a la habitación una doctora cabello castaño recogido en una coleta, ojos marrón claro, con rasgos finos y una altura promedio. A pesar de la ropa de trabajo, se podía ver que tenía buen cuerpo a pesar de su edad.  Estaba ligeramente maquillada, pero aun así se podía ver que no era ninguna jovencita, pero los años le habían sentado bien, pues era atractiva.

  • Buenas noches _ Dijo dirigiéndose a Fabiana y Natalia rápidamente antes de acercarse a Eugenia y tomarla de las manos - Hola, ¿Estás bien? ¿Qué tan seguido son las contracciones? _ Preguntó de inmediato.
  • Están seguidas, pero no te sé decir qué tiempo hay entre una y otra.
  • Bien, tomaremos el tiempo entonces _ Se volvió hacia las chicas - ¿Una de ustedes fue la que me llamó?
  • Sí, fui yo _ Respondió Natalia.
  • Muchas gracias, no tengo cómo agradecerles.
  • No tienes por qué, no habríamos dejado sola a Eugenia aunque no los pidiera _ Respondió.

Claudia se quedó en silencio unos segundos atando cabos.

  • Clau ... _ La llamó Eugenia - Ellas son Natalia y ... Fabiana.
  • Oh _ Dijo sin poder evitar su sorpresa, pero de inmediato se recuperó - Bueno, de todos modos gracias, es un alivio que haya podido contar con ustedes _ Les sonrió antes de volverse hacia Eugenia y preguntarle con la mirada si estaba bien con aquello.

Natalia y Fabiana se retiraron un poco dándoles privacidad, pues entendieron de inmediato que esa doctora, era la persona de la que les había hablado minutos antes.

  • Han sido de gran ayuda _ Le respondió en voz baja. 
  • Bien ... tengo a otras pacientes que chequear, dejaré instrucciones para que me avisen en cuanto estés lista ... ¿Quieres que se queden contigo? _ Preguntó con un poco de recelo. Eugenia acarició la mejilla de Claudia antes de responder.
  • Sí _ Asintió. La mandíbula de Claudia se tensó por un momento dando muestras de que aquello la afectaba, pero de inmediato la relajó, pues a la final, no tenía derecho alguno sobre Eugenia y sus decisiones.

Si bien era cierto que se habían acercado en los últimos meses, aún no había nada definido entre ellas, así que debía morderse la lengua y aceptar que aquello era lo que Eugenia quería.

  • Está bien ... estaré aquí en cuanto sea la hora _ Le sonrió.
  • Más te vale _ Le advirtió en broma. Hubo una pequeña pausa.
  • Me voy ... quédate tranquila que todo irá bien.
  • Espera _ La retuvo antes de que se irguiera otra vez, a lo que Claudia inmediatamente respondió acercándose a ella nuevamente.

Con la misma mano con la que antes le había acariciado la mejilla, le tomó la cabeza enredando sus dedos en el cabello y la acercó hasta que sus labios se tocaron y pudo darle un beso que, en un principio, Claudia no supo responder por el schok del momento, pero que en cuanto cayó en cuenta de lo que aquello representaba, no dudó en corresponderlo. El pitido de su busca persona las interrumpió, pero antes de revisar el mensaje, Claudia se quedó mirando a Eugenia con una sonrisa boba en sus labios.

  • ¿Eso es producto de la emoción del momento o ...? _ Dejó la oración incompleta.
  • Es producto de que quiero continuar mi vida y hoy, con ellas aquí, finalmente los fantasmas se han ido _ Le explicó.

La emoción que Claudia sintió superaba su capacidad de habla, así que se limitó a asentir con una inmensa sonrisa en sus labios. El busca personas volvió a sonar y aunque quería quedarse allí, sabía que no podía.

  • Debo irme pero ... te juro que no te arrepentirás _ Le aseguró, le dio un beso rápido y salió disparada de la habitación.   

Hubo un pequeño silencio incómodo después de la salida de Claudia, silencio que Eugenia rompió luego de unos segundos.

  • Ella es de quien les hablé _ Explicó, aunque ya no hacía falta dado lo que habían visto.

Natalia y Fabiana asintieron con una ligera sonrisa en los labios.

  • Es muy bonita _ Comentó Natalia para aligerar el momento. 
  • Sí _ Sonrió - Lo es ... podría decirse que yo también tengo a mi modelo _ Bromeó

Natalia abrió los ojos como plato antes de sonrojarse, mientras que Eugenia se carcajeaba de nuevo. Aunque sonara increíble, la presencia de ellas más que estresarla, le estaba haciendo muy bien, por fin sentía que podía hacer las paces con esa parte de su historia y se sentía capaz de reír con ello. Fabiana estaba como en una especie de sopor, pues no sabía cómo actuar ante las bromas de Eugenia, sin embargo, al verla reír de esa manera tan genuina como solía hacerlo, entendió que con ese encuentro, las tres finalmente estaban pasando la página y entre risas, cuentos y contracciones, se pusieron al día sobre todo lo que había sucedido durante esos meses, tanto en la hacienda, como en la vida de Eugenia.

Cuando el trabajo de parto comenzó, Natalia y Fabiana se quedaron en la habitación a petición de Eugenia y allí, conjuntamente con el personal de Claudia, acompañaron paso a paso al nacimiento del bebé, un varón grande y hermoso. Quizás por la emoción en colectivo o tal vez, porque para todas, ese nacimiento tenía un significado más allá de lo obvio, pero todas sintieron tal emoción que no pudieron contener las lágrimas de felicidad.

Para Eugenia era la realización de su tan ansiada maternidad, para Claudia, era la culminación de una etapa que por primera vez, había vivido casi en carne propia. Para Fabiana, significaba la luz en un período muy oscuro emocionalmente y para Natalia, significaba carta blanca para pensar en transitar ese camino con Fabiana.

Ese bebé, a quien Eugenia llamó Diego Alejandro, fue recibido con el mayor de los amores y las bendiciones de las 4 mujeres allí presentes y quizás fue esa armonía emocional que envolvía la habitación, o la paz que se respiraba en ella, pero el bebé luego de ser arropado por los brazos de su madre, cayó en un sueño tan profundo y tranquilo, que dejó hipnotizadas a todas. No hubo palabras, sólo miradas de emoción, sonrisas incontrolables y lágrimas furtivas, pero con una felicidad tan plena que fue casi imposible despegar a Fabiana y a Natalia de aquel lugar, sólo la necesidad de Eugenia de descansar las hizo concientizar que debían irse y volver al día siguiente.

Está de más contar que a la mañana siguiente, antes de ir al hospital, Fabiana y Natalia se dedicaron a realizar compras de cosas para el bebé, cada cosa que veían la agregaban a la cesta de compras, sabían que estaban exagerando y que de seguro, Eugenia ya tendría miles de cosas compradas, pero ni si quiera ese razonamiento las hizo desistir de la tarea. Al llegar a la habitación, donde estaba Eugenia alimentando a Diego plácidamente, se sorprendió por la cantidad de bolsas que traían. En un primer momento pensó que habían perdido la razón, pero al verles las cara de felicidad mostrando cada prenda, cada accesorio o casa lencería que sacaron de las bolsas, se dio cuenta que no habría  existido poder de dios que las disuadiera de regalarle todas esas cosas al niño, así que sin más protestas, disfrutó del momento y de esa certeza de que su niño recibiría el amor incondicional de aquellas dos mujeres.

****** Días después ******


  • Señorita Fabiana Carolina Cifuentes Moreno, ¿acepta por esposa a la ciudadana Natalia Castillo Pernía? _ Preguntó el prefecto que oficiaba la boda civil de las dos mujeres sonrientes que tenía  frente a él.
  • Sí, acepto _ Respondió Fabiana con los ojos brillosos de la felicidad.
  • Firme aquí por favor _ Le indicó el asistente del prefecto para que estampara su firma en el libro que atestiguaría que a partir de ese momento, Natalia sería su esposa ante la ley del hombre.

Con el revuelo del nacimiento de Diego Alejandro, habían retrasado todo lo relacionado con el matrimonio, pero en cuanto Eugenia estuvo instalada en su casa con una Claudia entregada en cuerpo y alma al cuidado de ambos, se abocaron a averiguar lo que necesitaban para poder casarse. La sorpresa fue que al momento de ir y cerciorarse que tenían todo lo necesario y que además, había oportunidad de casarse en ese mismo momento, decidieron que no había motivos para retrasarlo, cuando lo único que les faltaba era el sí por parte de ambas, así que sin más dilación, se lanzaron a la aventura de oficializar su unión ante la ley. Poco importaba si en Venezuela no era legal el matrimonio entre personas del mismo sexo, para ellas, tenía todo el valor del mundo y eso era lo único que importaba.

  • Señorita, Natalia Castillo Pernía ¿acepta por esposa a la ciudadana Fabiana Carolina Cifuentes Moreno? 
  • Sí, acepto _ Respondió una Natalia igual de emocionada que Fabiana.

Al haberse sucedido todo tan de imprevisto, funcionarios de la prefectura firmaron como testigos de la unión entre ellas y así, en pocos minutos más, ya estaban unidas en matrimonio.

No cabían en sí de la emoción, era la culminación de una etapa accidentada de noviazgo, pero el comienzo de un nuevo y maravilloso período.

Por el poder que me confiere la ley, las declaro esposa y esposa ... pueden besarse _ Culminó el prefecto a lo que Fabiana y Natalia, sin podérselo creer, se daban su primer beso como esposas.

Todo había sido tan imprevisto que por supuesto, no habían preparado nada especial, sin embargo, al salir de allí, fueron a una joyería para comprarse los aros de matrimonio y luego decidieron entrar a una vinatería, compraron dos botellas de champán, unos canapés, algunos embutidos y se fueron al hotel.

Durante el camino, Fabiana fue pensando en hacer algo diferente para celebrar la ocasión, así que cuando llegaron a la habitación, envió a Natalia al área de la piscina sin derecho a queja, le dijo que le diera una hora antes de subir, así que sin poder oponerse, se cambió y bajó hasta la piscina para ponerse a leer mientras pasaba el tiempo indicado. Aunque en realidad, lo menos que hizo fue leer, su mente no dejaba de dar vueltas y vueltas acerca de todo lo que habían pasado para llegar allí. Pensaba en que hacía unos tres años atrás, había estado en esa misma ciudad sumida en una soledad tan amarga, que no había disfrutado de las maravillas de Paris. Había participado en el desfile de esa ocasión, había asistido a las comidas y salidas planificadas por la agencia, pero no había disfrutado de nada en realidad.

Pensó en lo autómata que había vivido su vida en todos esos años sin Fabiana y sin poder evitarlo, lágrimas de alivio surcaron su rostro. Nunca antes se había sentido tan completa, tan en paz y tan en armonía con su vida y todo lo que había en ella. Nunca antes había mirado hacia el futuro con esa sensación de libertad y con esa certeza de que lo que le esperaba, sería sin duda alguna, mejor que lo que ya tenía, y era mucho decir dado que ya se sentía realizada.

Por supuesto que habría continuado su vida, por supuesto que habría alcanzado más éxitos en el modelaje, pero a nivel sentimental, habría estado seca y árida, pues ahora entendía, que aunque hubiese podido seguir viviendo sin Fabiana, era ella la que completaba su ser, la que le daba sentido a su vida y con la que quería envejecer.

Al cumplirse la hora, Natalia se apresuró en subir, no sólo quería saciar la curiosidad de lo que Fabiana había preparado, sino que además, necesitaba abrazarse a ella y cerciorarse que aquello no era un sueño, que todo era real. Que aquella felicidad extrema que sentía, era real.

Fabiana le había impedido llevarse la llave, así que no le quedó otra que tocar la puerta anunciando su llegada. Pasaron escasos segundos antes de que la puerta se abriera, pero no por completo, sólo una pequeña abertura desde la cual logró escuchar la voz de Fabiana.

  • Cierra los ojos _ Le dijo suavemente.

Natalia sonrió llena de emoción antes de cumplir con la petición.

  • Listo _ Avisó.

A los segundos, sintió como la mano suave de Fabiana la agarraba y la guiaba dentro de la habitación. Estaban hospedadas en un hotel vanguardista, donde las habitaciones eran muy coloridas y con muebles modernos, sin embargo, cuando sintió que la puerta se cerró por completo, pudo sentir la oscuridad del ambiente y un agradable olor a rosas. Fabiana le quitó de encima el bolso y el pareo que llevaba puesto y sin decir palabra, la guio hasta la habitación. Una vez allí, con mucha delicadeza, la despojó del brasier del traje de baño y luego, se arrodilló para quitar el bikini cuidando de rozar cada espacio de su piel con las yemas de sus dedos. Al llegar a nivel de los tobillos, la hizo levantar el pie para sacar la prenda, pero antes de permitirle apoyarlo otra vez, besó ligeramente su rodilla. Repitió el proceso con la otra pierna.

Natalia que siempre era tan sensible a las caricias de Fabiana, no pudo evitar sentir el pequeño corrientaso que atravesó su intimidad y que por supuesto, produjo un poco de humedad en su entrepierna. Sintió cómo Fabiana se levantó y sin separarse mucho de ella, la sintió moverse. Por la pequeña corriente de aire que la recorrió, supuso que ella también se estaría desnudando.

No pasó mucho tiempo antes de que sintiera a Fabiana abrazarla por la espalda pegando su cuerpo tibio y desnudo al suyo. Rodeó sus caderas con las manos y le habló muy pegada a su oído.

  • Abre los ojos amor _ Dijo casi en susurro.

Cuando abrió los ojos, se encontró con el baño iluminado sólo por la luz de las velas que estaban distribuidas alrededor del mismo en forma dispareja, pero dando aquella luz tenue que invitaba a la intimidad. La bañera estaba llena de agua humeante hasta un poco más de la mitad, decorada con algunos pétalos de rosas rojas, azules y blancas que sobresalían de la capa de espuma existente.

Esa era su Fabiana. Romántica, dedicada, la que cuidaba cada detalle y la que siempre buscaba de pintarle una sonrisa en sus labios a diario.Hoy por supuesto, no podía ser diferente, así que sin esperar más, se volteó hasta quedar frente a frente con ella y la besó intensamente. Un beso que le decía lo mucho que la amaba, lo mucho que agradecía tenerla en su vida y lo mucho que le gustaba aquella sorpresa.

Las respiraciones de aceleraron sin poderlo evitar, pero Fabiana tenía otros planes, así que reuniendo toda la fuerza de voluntad que tenía, terminó con el beso y pegó su frente a la de ella para agarrar un poco de aire y de claridad. Su cuerpo había reaccionado de inmediato al contacto con el cuerpo de su amada, pero además, con ese beso tan profundo, había sido imposible no humedecerse por completo y que sus senos se convirtieran en botones híper sensibles.

  • Gracias _ Le dijo Natalia - Eres todo lo que necesito para ser feliz ... ¿ lo sabes no?
  • Sí ... _ Se separó para poder verla a los ojos - Y ahora eres mía _ Dijo con toda la posesividad que pudo imprimirle a esas palabras.
  • Lo soy ... hoy más que nunca lo soy _ Le sonrió.

Se abrazaron sin dejar espacio para el aire entre ellas antes de que Fabiana la instara a entrar en la tina. Ella primero y luego ayudó a Natalia a entrar sentándose Fabiana pegada a la tina y Natalia en medio de sus piernas apoyada en el torso de Fabiana. Natalia repartió las dos copas de champán que estaban en la cabecera de la tina para brindar.

  • Brindo por nosotras ... por nuestro amor, por nuestra unión _ Dijo Natalia ligeramente ladeada viendo a Fabiana con una gran sonrisa enamorada.
  • Yo brindo por ti ... por lo que eres, por lo que me haces ser cuando estoy contigo ... _ Con la mano que le quedaba libre, le acarició la mejilla - Brindo, porque de no haberte ido cuando lo hiciste, tal vez hoy, no estaríamos aquí. Tal vez no sabríamos el valor de esto que nos une y quizás, sólo quizás, no estaríamos celebrando este gran día ... el día en que te convertiste en mi esposa y yo en la tuya.

El brillo de los ojos de Natalia no tenía igual. Conocía bien esa mirada, pero nunca antes había sido tan limpia y transparente como en ese instante, así que supo de inmediato, que esa felicidad que ahora compartían, sería para siempre. Chocó su copa con la de ella y desde ese instante, no hubo mejor manera de hablar que la de sus cuerpos. Dos cuerpos que se conocían muy bien y que no se saciarían de amarse nunca.

Fabiana les liberó las manos de las copas e hizo que Natalia se agarrara de los bordes de la tina mientras que ella la rodeaba con sus manos acariciando todo su torso lentamente hasta rodear sus senos por completo. Luego de masajearlos por unos segundos, tomó un pequeño frasco de vidrio que contenía un líquido de un color muy parecido a la miel. Al destaparlo, no supo identificar qué aroma tenía, sólo sabía que era agradable. Fabiana se untó las manos con él y de inmediato volvió a tomar los senos de Natalia entre sus manos. Una sensación cálida y aceitosa la invadió, haciendo de los movimientos de esas manos un completo deleite.

Jugó con sus pezones de una manera que la hizo perder la noción del tiempo y el espacio, toda su atención estaba en esos dedos que estimulaban, presionaban y acariciaban sus picos sensibles. Una de esas manos se dirigió al sur, encontrándose con una fuente de miel caliente que salía de Natalia. Una miel que empapó los dedos de Fabiana aún por encima del agua que las rodeaba. Natalia, abandonada al placer que sentía, abrió las piernas lo más que pudo dándole la bienvenida a aquellos dedos que la llevarían a la gloria.

Fabiana estaba jadeante y sensible igual que Natalia, escucharla gemir, jadear y restregar su cuerpo del suyo era el clímax en sí, pero quería hacerla estremecer como tantas otras veces, sólo que ahora, lo haría como la señora Natalia de Cifuentes.

Con la yema de sus dedos, comenzó una lenta caricia sobre el clítoris hinchado de Natalia. Una caricia que apenas rozaba la punta de aquel botón que la hacía saltar de la excitación. Acarició los labios mayores al tiempo que los arañó ligeramente con las uñas para luego, bajar hasta los labios menores y acariciarlo tanto por los pliegues externos, como los internos. Los movió de un lado a otro sin prisa, sólo haciéndose sentir y recibiendo la reacción incontrolable de Natalia, que para ese momento, ya había enredado sus dedos entre los cabellos de Fabiana tratando de anclarse a este mundo.

Fabiana hundió ligeramente su dedo corazón hasta quedar justo en la abertura de su vagina y allí, sin penetrarla del todo, comenzó un juego de presión y de movimientos de arriba hacia abajo que estimulaba no sólo su abertura, sino también sus labios menores y la base de su clítoris. Movimientos que de inmediato obtuvieron como respuesta gemidos muchos más intensos y profundos y la búsqueda de Natalia de alivio a su necesidad de liberación.

  • ¡Bésame! _ Exigió Natalia.

Sin dudarlo ni un segundo, Fabiana se comió la boca de Natalia en un beso dominante y hambriento, que tan sólo por segundos, logró amortiguar los gemidos cada vez más altos de Natalia. Un beso que acompañó la penetración lenta y torturante que llenó esa cavidad húmeda y caliente que la recibía tan gratamente. Sacó su dedo corazón y lo acompañó con su dedo índice, para penetrarla una vez más y llenar ese interior que pedía a gritos, la liberara de su tensión. Se quedó quieta por unos segundos esperando a que Natalia se dilatara lo suficiente para comenzar el movimiento de mete y saca que inició con movimientos cortos y lentos y que poco a poco se fueron convirtiendo en estocadas rápidas e intensas que con el movimiento de la mano, lograba presionar y estimular ese clítoris inflamado que buscaba de frotarse con la palma de su mano.

Cuando sintió los signos inminentes del clímax de Natalia, la rodeó aún más con su mano libre para aguantar los espasmos que se harían presentes en los instantes siguientes. Los gemidos se convirtieron en gritos y los movimientos de caderas de Natalia más apremiantes, hasta que finalmente los dedos de Fabiana fueron apresados en su interior con la corriente y explosión que la recorrió de pies a cabeza. 

Sólo la entrega total e incondicional a ese viaje tan maravilloso como lo era el orgasmo que sólo Fabiana lograba darle y un "Te amo" que retumbó dentro de esas 4 paredes, fue todo lo que existió por varios minutos. Minutos donde una vez más, esas dos almas se fusionaban y le gritaban al destino, que no había nadie más en este mundo que las hiciera vivir y vibrar de esa manera.  


Que no había obstáculo, tormenta o infierno que no atravesarían por permanecer juntas como almas inmortales. Porque así se sentían, inmortales en su amor.

Nota de la autora

Este relato ha sido toda una experiencia emocional para mí, al principio me sentí perdida y desconectada de la historia y sus personajes, como les dije en una ocasión, quise hasta dejarlo sin concluir y abandonarlo en el baúl de los recuerdos, sin embargo, la musa me susurró al oido y me dijo que le diera una oportunidad, que me diera una oportunidad de reeditar esta historia que tenía años escrita y darle una vida que sólo hoy día era capaz de darle y así lo hice. Volví a leerla y dejé que mis dedos reflejaran las ideas que fueron apareciendo en mi mente y que hoy, tuve la suerte de concluir.

Digo suerte, porque al escribir sobre la marcha tuve mis momentos oscuros en los que dudé si podría ofrecer un final digno de leer y disfrutar, tuve días en los que por más que quería, ni una sola idea coherente salía de mi mente, pero por suerte, la musa siempre aparecía y me ayudaba a avanzar. Quizás un poco lento para ustedes, pero citando a algunos comentarios recibidos, "la espera valía la pena". Espero que este capítulo les llene tanto como a mí y puedan disfrutarlo al máximo. 


Gracias por todos y cada uno de sus comentarios tanto públicos como en privados. Gracias por su fidelidad al seguir cada una de mis historias. Gracias por dejarme conocer no sólo sus opiniones, sino también, a algunos de ustedes como personas. Simplemente gracias por estar ahí. Se les quiere un montón.

Y por último, pero no menos importante, gracias a mi musa Carol Vir Perez, no sólo agradezco tu presencia en mi vida, sino también, esa inspiración que me das cada día con una palabra, una sonrisa o con sólo mirarme con esos ojos que me desvisten el alma. Gracias por cruzarte en mi camino y formar parte de mi existencia. Este capítulo es por y para ti u.u

Cariños para todos y hasta un próximo relato.

Kam ;)

PD: Por sugerencia de un par de amigas, he creado un perfil en Wattpad donde iré subiendo todos mis relatos anteriores y los futuros, espero visiten mi perfil y podamos interactuar un poco más. Les dejo el link:   https://www.wattpad.com/user/KamZoe 
http://kamzoe.blogspot.com/

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8 comentarios:

  1. ¡Ufffff! ¿Que final para esta historia grandiosa historia
    Kam deseó que vuelvas a repetir
    esta aventura de escribir otra historia de mas capítulos y espero que tu musa te siga inspirando a escribir a si con tanta pasión y lleno de romanticismo este final me me gusto mucho mucho un abrazó desde Chile y felicitaciones por esa imaginación espectacular que tienes y que haces que esperemos cada capítulo con ansias de leerlo

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  2. Bravoooooo hermoso final d la historia y gracias por no dejarla inconclusa besos hasta la proxima

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  3. Todos los capitulos valieron la pena esperar! Y este capitulo -- bellisimo! Te felicito por esta historia tan maravillosa!

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  4. A mi me ha fascinado la historia con un final esplendido...Kam no dejes de escribir nunca pq es un deleite leer tus historias por el romance,el amor y la pasion que le imprimes...Ellas son almas gemelas.Sera hasta tu proximo relato.
    Chao!

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  5. Hola, gracias por sus mensajes, me alegra mucho que les gustara la historia y que disfrutaran hasta su último capítulo.
    Espero regresar pronto con otro relato que puedan disfrutar por igual.
    Cariños y besos :)

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  6. seguí esta historia de principio a fin y, aunque había obviado comentar hasta ahora, este ha sido uno de los mejores relatos que he leído en esta página y sin duda es una gran satisfacción de que escritoras tan buenas como Kam Zoe se den el tiempo para escribir por estos rincones del ciberespacio.

    P.D. ya hace rato de la última actualización de este blog, aun continúa?

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  7. Hola Oriana, gracias por comentar. Sí, de hecho acabo de actualizar con un nuevo relato único que también se publicará por aquí. He estado un poco ocupada y por eso no he podido agregar más información al blog, pero seguirá activo y actualizándose cada tanto ;)

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  8. Maravilloso final!!!y toda la historia excelente!!
    Aplausos para la escritora y aca estaremos presente para la proxima entrega.
    Saludos!!mia de bsas

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