Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Pase lo que pase - Despistada - 5

CAPITULO 5

      Sylvie estaba decidida a que nada empañara nuestra felicidad y yo no me podía sentir más enamorada ni más agradecida a la vida. En la serie, cuatro semanas después, hicieron que su personaje tomara la decisión de abandonar el equipo, la montaron en un avión y el último plano de Sylvie se rodó en una avioneta alejándose de los otros “travellers”. Lejos de entristecerse, le vio el lado bueno rápidamente. Al tener menos trabajo, podría atender más al rodaje de la película y tendría más tiempo para buscar una casa nueva para nosotras. A mí me daba mucha rabia, porque justo hacía poco que una cadena norteamericana y varias europeas habían comprado los derechos de emisión de la serie, lo cual era una plataforma inmejorable para los actores y actrices que trabajaban en ella. Sylvie me decía que no me preocupara, que  su personaje aparecía en dos temporadas y media y que ella tendría también su escaparate por mucho que les pesara a los productores.


      Y así fue. La serie tuvo mucho éxito en Estados Unidos y pronto empezaron a requerir a los actores para entrevistas en diferentes programas. Siempre echaban en falta a Sylvie. Los responsables de la serie iban dando excusas, pero eso no hizo más que despertar la curiosidad y el cariño de los espectadores, que no entendían por qué una de las protagonistas más queridas y más ponderadas por la crítica no aparecía con el resto de sus compañeros. Proliferaron los foros de internet que reclamaban su presencia y se comenzaron a manejar diversas conjeturas sobre su ausencia  que empezaron a enturbiar  la promoción de la serie. Se extendió el rumor de que el personaje de Sylvie desaparecía mediada la tercera temporada y empezaron entre el público las sugerencias de boicot si eso se confirmaba.  Todo se convirtió en un auténtico polvorín que Sylvie y yo observábamos entre divertidas e incrédulas. Ella, que es muy prudente, nunca se pronunció y siempre que algún periodista se ponía en contacto con ella, lo remitía a la productora de la serie. Esta, viendo peligrar el negocio, reconvino hacer volver a la serie a Sylvie, a cambio de que ella participase en la promoción de todas las temporadas de la serie  por tierras norteamericanas. Eso costó una renegociación del contrato por la que Sylvie pasaba a tener unas inmejorables condiciones de trabajo y un sueldo más que sustancioso. Voló  a USA  para seguir la rueda de entrevistas con el resto de los compañeros, puso cara de que no había podido estar en la primera parte de la promoción porque estaba rodando una película ( qué lista mi chica, aprovechando  el tirón de su personaje para dar a conocer su nuevo trabajo) y aseguró que estaría en la cuarta temporada de la serie (que, por cierto, sería la última para todos)  con lo cual los ánimos de todos se templaron.

      Fue estupendamente acogida por sus compañeros de reparto (quienes se habían indignado bastante por la forma y el motivo por el que  decidieron que mi novia dejara la serie) y aprovechó la ocasión para invitarlos a todos a nuestra inminente boda, para la que apenas faltaban ya tres meses. Mientras ella estaba fuera yo aprovechaba para trabajar todos los días que podía y acumulaba horas de guardia que me permitieran cogerme un par de semanas libres antes de la boda y atender a los últimos detalles de los preparativos. Nunca había estado tan nerviosa, tan excitada, tan feliz.

Sylvie: Todavía no me has dicho cómo vas a ir vestida a la boda
Yo: Claro, porque si te lo cuento, ¿dónde  estará la sorpresa? Quiero esperarte en el altar y no perderme ni un detalle de tu vestido. Y quiero que mientras camines hacia mí, no te pierdas ni un detalle del mío
Sylvie: ¡Ah! ¿Entonces vas a llevar vestido y no traje?
Yo: ¡Por supuesto que voy a llevar vestido!
Sylvie: ¿Estás segura?
Yo: Por supuesto. ¿Y tú? ¿No tienes ninguna duda?
Sylvie: ¿Duda? ¿Por qué iba a tener dudas?¿Hablamos del vestido o estamos hablando de otras cosas?
Yo: No sé, Sylvie. A lo mejor  cuando te imaginabas tu boda te imaginabas otra cosa
Sylvie: Lo único que una se puede imaginar del día de su boda es casarse con una persona a la que quiera por encima de todo y de todos y sentirse a su vez querida por encima de todo y de todos
Yo: Esas, sin duda, somos nosotras. ¿Estás nerviosa?
Sylvie: Eso sí. Estoy muy nerviosa. Quiero que todo sea perfecto
Yo: Y lo será.  Incluido el viaje posterior
Sylvie: No piensas decirme dónde vamos de luna de miel, ¿verdad?
Yo: No. Ese será mi regalo especial para ti

      Apenas faltaban dos meses para la boda. Notaba a Sylvie más nerviosa de lo habitual. Desde hacía un par de días volvía taciturna a casa y yo me decía que era el estrés acumulado por los nervios y por nuestro inminente enlace, sin embargo, en el fondo de mi corazón, sabía que había algo más, aunque ella no me lo contara. Aquel día llegó a casa y dijo la fatídica frase: “Tenemos que hablar”. Tremendamente nerviosa, la seguí al sofá, esperándome casi lo peor.

Yo: ¿Qué pasa? ¿Algo va mal?
Sylvie: Me temo que sí
Yo: ¿Cuál es el problema? ¿Por qué estás tan nerviosa estos últimos días?
Sylvie: Parece ser que mi ex novio Nicholas ha concedido una extensa entrevista a una revista en la que, por lo que me han dicho, no solo desvela nuestra relación, sino que carga contra ti. Parece ser que te achaca haberme separado de él en un momento en el que yo estaba especialmente vulnerable emocionalmente y te acusa poco menos que de tenerme abducida. Dice palabras muy feas sobre ti. Y no he tenido forma de pararlo. Lo siento, lo siento mucho (Comenzó a sollozar)
Yo: No te voy a negar que no me hace ni pizca de gracia que eso esté pasando, pero lo siento especialmente por ti, por lo que pueda afectarte en tu trabajo en el futuro y sobre todo por lo que te está afectando personalmente en el presente. Ven, nollores más. Ese imbécil no se lo merece  (La atraje hacia mi cuerpo y la abracé). Hubiera preferido mil veces que solo estuvieras disfrutando de nuestro próximo enlace, mirando folletos de muebles conmigo para decidir cómo vamos a amueblar nuestra nueva casa. Lo demás, me da igual
Sylvie: Pero la gente puede pensar que tú…
Yo: No puedo controlar  lo que piense la gente, pero sé dos cosas, que toda esa sarta de memeces no va a hacer cambiar su opinión sobre mí a la gente que me importa y que pase lo que pase y pese a quien pese no hay nada en la vida que quiera hacer más que estar contigo y ningún idiota vomitando insensateces va a cambiarlo
Sylvie: Pero debiéramos dar nosotras una entrevista para contestar y defenderte
Yo: Lo mejor es no entrar en su juego, sino quedaremos atrapadas en su tela de araña de dimes y diretes. Lo mejor es que sigamos nuestra vida con normalidad
Sylvie: Pero te van a acosar hasta que hables
Yo: No te preocupes. Pasará. Si no entramos en el juego se aburrirán
Sylvie: Lo siento, mi amor. Lo siento
Yo: No ha sido culpa tuya. Tranquila. Te quiero
Sylvie: ¿Qué vamos a hacer?
Yo: Pues tú darte una ducha y relajarte un poco. Y yo coger mi bolsa de deporte y acercarme al gimnasio. Los miércoles, ya sabes que voy a mis clases de Krav Magà. Y creo que hoy me van a venir mejor que nunca (La besé en los labios). No dejemos que ese estúpido altere nuestra vida, por favor. En una hora estaré de vuelta en casa, ¿te parece bien?
Sylvie: Tienes razón, mi amor

      Cogí mi bolsa de deporte y me acerqué al gimnasio que había en nuestra manzana. Hacía mucho tiempo que iba al mismo gym con Amy. Mi amiga  se había empeñado en que tomáramos clases de defensa personal, así que todos los miércoles desde hacía un año, en lugar de hacer  spinning, como el resto de los días,  iba a las sesiones de Krav Magà  y debía confesar que me gustaban y me desfogaban más de lo que quería reconocer.  Procuré ahuyentar todos los fantasmas de mi cabeza y ni siquiera Amy notó que me pasara algo raro. No quería que Sylvie se preocupara y si yo no era capaz de sobreponerme a mi propia frustración por lo sucedido, ¿cómo iba  la pobre Sylvie a relajarse? Así las cosas, derribé a un par de contrarios, paré media docena de ataques y volví a casa sudada pero tranquila. Esa noche no hablamos más de ello, pero al día siguiente cuando me levanté de la cama Sylvie estaba en la cocina, con la revista sobre la mesa, llorando y repitiendo como una letanía “lo siento, lo siento”. Le retiré la revista de las manos, la senté sobre mis piernas y la abracé, hasta que su cuerpo dejó de agitarse.

Yo: No podemos permitir que ese estúpido abra una brecha en nuestra felicidad, mi amor
Sylvie: Pero es que todo lo que dice son majaderías. No sé a qué viene todo eso ahora
Yo: La gente busca sus cinco minutos de fama sin importarle a quién pise y el daño que haga
Sylvie: Pero no tienen ningún derecho a mentir
Yo: Claro que no, pero debes aprender que el mundo también está sembrado de malas personas
Sylvie: ¿Pero qué le hemos hecho nosotras?
Yo: Nada, pero probablemente será un cúmulo de cosas lo que le haya obligado a comportarse tan mezquinamente
Sylvie: ¿Pero qué?
Yo: Qué se yo. El dinero. El orgullo herido porque lo abandonaste por una mujer. Vete a saber
Sylvie: ¡Pero es tan injusto!
Yo: Lo injusto sería que un estúpido nos amargara la vida. Así que vístete, ponte guapísima y no le dejes ver que esto te ha afectado de ninguna forma
Sylvie: Tienes razón. El mayor desprecio es no hacer aprecio. Así que, ¡que le den!
Yo: Esa es mi chica. Escucha, para que tu vida no sea un agobio continuo, quizás sea mejor que te quedes unos días en casa de Michael hasta que todo este revuelo pase. No quiero que te hagan más daño
Sylvie: ¿Y esconderme? ¿Y esconderte? ¡Ni hablar! No pienso ocultar que te quiero, que vivo contigo. ¡Nos vamos a casar en dos meses!
Yo: Nunca nos hemos ocultado, nunca nos hemos  escondido y no vamos a empezar a hacerlo ahora.  Pero es mejor no alimentar toda esta absurda bola
Sylvie: Pero no quiero. Quiero estar contigo
Yo: Y estás conmigo. Pero vamos a usar la cabeza. Es muy probable que estos días tengas a unos cuantos periodistas detrás de ti incomodándote. Y yo, los próximos tres días tengo guardia y vas a estar sola en casa. Estás muy alterada y no creo que te convenga estar sola. Instálate con Michael. Así estarás acompañada. Yo hoy salgo de trabajar a las seis de la tarde, pero tengo que volver otra vez a las doce de la noche. No quiero que estés sola.
Sylvie: Vale, pero solo si vienes a cenar esta noche con nosotros
Yo: Lo haré. Voy a llamar a Michael y preguntarle qué le parece (En un momento llamé a mi amigo y sin tener que explicarle prácticamente nada dijo que sí. Me comentó que esa noche organizaría una pequeña cena en casa y que Sylvie podía quedarse cuánto quisiera) Ya está, cariño. Esta tarde te acercaré a su casa una bolsa con tu ropa y tus cosas de aseo. ¿Te parece bien?
Sylvie: Pues no mucho, pero si tú consideras que es mejor así lo haré, Pero que conste que solo lo hago por agradarte a ti. No me gusta esconderme.

      Terminamos de desayunar y se dirigió al set de rodaje. En cuanto oí cerrarse la puerta de mi apartamento, me abalancé sobre la revista y leí el reportaje. Pintaba a Sylvie como una pobre chica sin personalidad y a mí como una lesbiana maquiavélica que se había aprovechado del momento de debilidad de Sylvie al perder a su madre, para enredarla, confundirla y aprovecharse de ella, de su fama y de su dinero. En fin, tenía que quitármelo de la cabeza, porque, en verdad, no quería que el demenciado de Nicholas nos amargara la vida. Así que me preparé y me fui a trabajar como si fuera un día más en mi vida. En la planta del hospital, el reportaje de la revista era la comidilla, pero la gente que me conocía lo utilizaba para hacerme bromas y quitarle así hierro al asunto. Afortunadamente, nadie creía una palabra de lo publicado  y hasta nos reimos un buen rato  cuando una de mis  compañeras al retirar su café de la máquina cuando yo estaba cerca, gritó guiñándome un ojo “¡cuidado, que no saque su poción lesbianizante, poneros a salvo…!” Así las cosas, se me fue pasando el enfado e incluso acabé el día de bastante buen talante. Cuando a la tarde me retiraba a mi casa, al ir a salir por la puerta principal del hospital, como cada día, Joshua, uno de los guardias de seguridad se me acercó cariacontecido.

Joshua: Doctora Lekue, será mejor que hoy no salga por la puerta principal. Es preferible que utilice la salida posterior
Yo: ¿Qué pasa, Joshua?
Joshua: Hay unos cuantos periodistas ahí afuera y me temo que después de la cantidad de estupideces que ha publicado hoy una revista sobre usted, la están esperando para asediarla a preguntas
Yo: Pues no me pienso esconder. No he hecho nada malo y no van a conseguir que me escurra por la puerta de atrás como si tuviera algo de lo que avergonzarme. Pienso salir por la puerta principal, como cada día
Joshua: Por lo menos deje que la acompañe hasta el parking
Yo: Te lo agradezco, pero estoy segura de que puedo llegar yo sola. Gracias por tu preocupación, Josh

      Tragué saliva y franqueé la puerta. Media docena de periodistas se aproximaron corriendo hacia mí, blandiendo sus micrófonos, sus grabadoras, sus cámaras, asediándome a preguntas. Por una décima de segundo, se me pasó por la cabeza echar a correr y no parar hasta llegar a mi coche y creo que eso era lo que estaban esperando que hiciera, porque cuando me paré ante ellos aparentando la mayor calma que podía, ellos también se quedaron quietos y desconcertados por unos segundos.

Periodistas: ¿Está usted con la señorita Tissot? ¿Es cierto que se aprovechó de la muerte de su madre para seducirla? ¿Es verdad que impidió al señor Nicholas Flynn verla?¿ Es cierto que administra usted los bienes de la señorita Tissot? ¿Va a contestar las declaraciones de…? (No paraban de ametrallarme con sus preguntas, cada una más hiriente que la anterior. Decidí dejar que expulsaran toda la porquería que quisieran por la boca y cuando acabaron de escupir estupideces, respiré hondo y hablé)
Yo: Soy cardióloga en este hospital. Mi trabajo es velar por la salud y la seguridad de mis pacientes y cuando tengo el corazón de alguno en la mano, no creo que su preocupación sea con quién me acueste o me deje de acostar, sino que esté centrada en mi trabajo y lo haga lo mejor que pueda. Eso querrían ustedes también si alguna vez tienen la desgracia de acabar en mi quirófano.  No voy a hablar de mi vida personal con ustedes, espero que comprendan que yo no me dedico al espectáculo, sino a la medicina. Hagamos pues cada uno nuestro trabajo lo mejor que podamos. Aunque en el caso de alguno de ustedes, déjenme decirles que harían bien en contrastar opiniones, revisar fechas… Les agradezco su atención y les doy las gracias por anticipado por respetar mi decisión

      Increiblemente el bullicio cesó, se apartaron y me dejaron pasar. Desfilé entre ellos, les despedí con un “muchas gracias” y pude llegar a mi coche sin más molestias.

      Sylvie pasó por una situación similar en su trabajo, que solventó atendiendo amablemente a la prensa pero sin hacer ningún tipo de declaración ni afirmando ni desmintiendo. Le preguntaron mil veces si era lesbiana, si vivía con una mujer. Se limitó a contestar que estaba en una situación tanto personal como profesional muy estable y feliz, que nunca había hablado con la prensa ni concedido una exclusiva para airear su situación personal, cualquiera que fuera y así no consiguieron arrancarle ni una palabra sobre su vida sentimental, como habíamos acordado hacer. Yo estaba convencida de que si no entrábamos en confrontación ni en un cruce de declaraciones absurdas con el impresentable de Nicholas, el interés mediático pronto se pasaría y podríamos continuar con nuestra vida y nuestros proyectos.

      Sylvie se dirigió directa desde su trabajo a casa de Michael (seguida por unas cuantas agencias de prensa, que se parapetaron en su portal). Yo acudí a la noche, con mi prima Kaitlyn y mi amiga Amy y allí encontramos además a Emma, Ian y Dereck. La sobremesa se convirtió en un acalorado debate sobre cómo debíamos actuar. Sylvie defendía encendidamente la postura de que no debíamos ocultarnos y debíamos pregonar nuestro amor a los cuatro vientos, yo defendía menos acaloradamente la postura de que debíamos ser discretas e intentar continuar con nuestra vida sin mucho más drama, mi prima Kaitlyn reclamaba que contratáramos los servicios de un abogado y denunciáramos a Nicholas, Michael defendía que debíamos contratacar a través de los medios…en fin, tantas opiniones como personas. Eran las 11 y media y yo tenía guardia en el hospital media hora después.

Yo: ¿Estás bien, amor?
Sylvie: Estoy bien. Pero no sé cómo disculparme contigo por lo que te estoy haciendo pasar
Yo: Te quiero, Sylvie. Y mientras tú me quieras a mí también, podremos enfrentarnos al mundo entero si hace falta
Sylvie: Te quiero muchísimo. Y ahora, aún más si cabe. No he oído un solo reproche de tus labios. Estás siendo tremendamente generosa
Yo: ¿Pero qué iba a reprocharte a ti, cariño?
Sylvie: No lo sé. Nada y todo. Si no fuera por mí, no te verías envuelta en esta situación tan comprometida para ti
Yo: No. El único culpable es Nicholas. Pero ni siquiera estoy enfadada con él. Solo es un pobre diablo. No siento ni siquiera rencor. Solo pena por él. Tengo que marcharme, mi vida (La besé). Ya verás cómo las aguas vuelven a su cauce
Sylvie: Dentro de tres días y haya pasado lo que haya pasado, cuando termines tus guardias, volveré a casa contigo
Yo: Pero…
Sylvie: No hay pero que valga. Volveremos juntas a casa . ( Me besó). Ya te extraño


Amy me llevó en su coche al hospital y al ver de nuevo a los periodistas parapetados se ofreció a acompañarme hasta la puerta. Decliné amablemente su invitación aunque le agradecí el gesto. De nuevo los periodistas me rodearon y tras atenderlos de nuevo, pero sin decir ni una sola palabra de Sylvie, de Nicholas o del artículo, traspasé las puertas del hospital, agradecida  ante la posibilidad de tres agotadoras jornadas de trabajo por delante que me mantendrían ocupada y lejos de ese bullicio. A las 12 en punto estaba ya en mi puesto en la sala de Urgencias donde me tocaba trabajar esa noche y en menos de diez minutos estábamos atendiendo un accidente de tráfico en el que desgraciadamente un fragmento del  hierro de la carrocería había traspasado el pecho del conductor del vehículo quedando alojado a escasos milímetros de la aorta. Me esperaban unas cuantas horas de quirófano con todos mis sentidos enfocados en la lesión que tenía delante y en la vida del chaval que dependía de la suerte y de la pericia y el acierto de mis manos.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Despistada - Derechos Reservados
© Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del autor.

17 comentarios:

  1. Aquí llegan las complicaciones, deberían de hacer su vida normal demostrando q les importa una mierdas todo, y el payaso ese q está resentido darle una patada en el culo
    Me encanta como avanza la historia

    Bicos e saudos
    M.S (galicia)

    ResponderEliminar
  2. Hola despistada. Muy buen capitulo, logras que nos perdamos en la historia y en lo que van viviendo ambas protagonistas. Claro que quiero saber de que actriz se trata, es mas ya estoy pensando cual puede ser..dame alguna pista jaja. En cuanto a lo dulce me encanta , soy loca por el dulce de leche asi que... Te dejo un saludo. Vero

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vamos con la primera pista. La actriz es como la protagonista, rubia, estilizada y de habla francesa (es que me la imagino hablándome en francés al oido... y no puedo con mi vida).
      Si te gusta el dulce, ya verás que vas a coger un empacho en el próximo capítulo.
      Un abrazo, Vero

      Eliminar
  3. Wuaoooo sabia que el ex novio trataria de vengarse Despistada adiviné tu sorpresa
    Ese ex es un ####????? Espero que con esta prueba que están pasando el amor se reafirmé mas lo bueno que ambas se están dando apoyo después del numerito del ex solo falta que en su trabajo Sylvie sea respetada tal como es Despistada contigo me tengo que preparar para cada sorpresa aver aquien tendrá que intervenir en el quirófano Amaia no será al ex porque ahí si que seria sorpresaaa jajajaja
    Despistada un gran abrazo desde aquí Curicó Chile

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La palabra ex, cuando vuelve a aparecer en tu vida casi siempre llega con la etiqueta de "problemas a la vista".Pero mi Sylvie es muy valiente.
      Lo de que interviniera al ex en el quirófano no se me había ocurrido, pero hubiera estado bien, la verdad.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. Me enamere de sylvie la.ree ama son bellas.las dos cada y ese estupido infeliz no lo soporto cada vez mejor el capitulo besos mi hermosa escritora muchos besos Rosana Argentina

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Besos para tí tambien Rosana. Sylvie es un amor... pero muy impulsiva. Alguna sorpresita nos espera con ella. Pero qué es la vida sin un poco de drama. Como decís por allí ( ya me corregirás, que seguro que lo escribo mal) "si la querés la tenés que bancar"
      Un abrazo y gracias por comentar

      Eliminar
  5. ....Uy bendito se vino con todo el dramón... a ver como siguen afrontando tanta presión... como personaje me encanta Sylvie.... yo creo que para este melodrama tocaría aplicar un dicho muy popular de mi país: pa'las que sea y como sea.... atenta al próximo episodio.... ah y como siempre saludos cordiales desde Colombia para ti Despistada!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya te digo, yo también con Sylvie, como dice un dicho de por aquí "Contigo, al fin del mundo". Gracias por comentar. Un abrazo

      Eliminar
  6. Me encantan esas mujeres fuwrtea y decididas... Despistada el rumbo que lleva esta historia conquista... Mil gracias por escribir

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias a ti por leer mi historia. E infinitamente agradecida por comentarla. Me encanta leer lo que os parece, lo que os mueve...
      Un abrazo

      Eliminar
  7. El Nicholas Flynn esta ardido,sangrando por la herida el hombre que habla mal de una mujer no sirve para nada...Sylvie es una excelente actriz aclamada por su publico...la trajeron con una cantidad sustancial de dinero y mejores condiciones.El talante de la Dra.Lekue me gusta pq cuida y calma a Sylvie.Ahora sera ver si puede poner todos sus sentidos en esa cirugia tan y tan delicada...Pq se necesita la pericia y ser certera con sus manos...
    Estas mujeres tienen clase,son cultas,finas.hablan de forma elegante a la prensa a mi me encantan.Las mujeres que hablan Frances o tienen el acento,se puede sentir una sensualidad impresionate pq te enamoras.

    Un saludo muy cordial

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy contigo. No hay nada más cantarín, evocador y excitante que alguien te hable en susurros al oído en francés. es que solo de pensarlo me pongo enferma. Qué calor.
      Un abrazo y gracias por comentar

      Eliminar
  8. me encanta como se va desarrollando la historia tanto con la doctoro como con nuestra querida actriz.. Despistada me encantan todas tus historias eres Grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mi me encanta que tú estés al otro lado disfrutándola. Creo que tú eres de mi club. Blanditas y dulcecitas. Un saludo, Nallely

      Eliminar
  9. Drama!!! :D justamente andaba necesitando un poquito de eso en mi día. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jaja. No sé si va a haber tanto como para saciarte. A lo mejor, mi querida amiga, se va a quedar solo en melodrama...Un abrazo

      Eliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...