Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Pase lo que pase - Despistada - 3

CAPITULO 3

No podía dejar de pensar en ella, pero me decía que se me pasaría. Sylvie insistía. Me mensajeaba constantemente proponiéndome planes que yo amablemente rechazaba. Por lo menos, me decía a mi misma, yo tenía la deferencia de contestarla, que era más de lo que ella había hecho conmigo. Un día, al entrar en una cafetería en la que había quedado con mi prima Kaitlyn, la vi con un grupo de amigos. Se acercó y me saludó. Charlamos un poquito, pues ellos se iban y me arrancó una cita para ir al cine la semana siguiente. Fuimos y ella estuvo encantadora. Yo no. La soberbia me podía, el orgullo me reconcomía. Ella siguió insistiendo. Me arrancó una segunda cita para tomar un café y de nuevo ella estuvo encantadora y yo no. Se acercaba mi cumpleaños y me propuso ir a cenar. Le dije que tenía planes, que unas cuantas amigas y amigos vendrían a mi apartamento y consiguió que la invitara o consiguió invitarse sin que yo me opusiera. El día de mi cumpleaños apareció en mi puerta con una rosa roja y un regalo, más guapa imposible, más tierna imposible, más deseable imposible. El pantalón negro que llevaba se le ceñía a sus preciosas y largas piernas, estilizadas más si cabía aún por unos botines negros con un suave tacón. Debajo de una levita gris lucía una blusa blanca larga que le daba un aire desenfadado y adorable. Llevaba perfectamente peinada y alisada su media melena rubia y el suave maquillaje hacía destacar aún más el rojo de sus labios. Unos labios que no podía dejar de mirar. Unos labios que no podía dejar de desear. Unos labios que, me había jurado no probar nunca.Los invitados fueron llegando y aunque ella no me quitaba ojo de encima (lo presentía, lo sabía) mantenía una prudente distancia, supongo que para no agobiarme, supongo que para no invadir mi espacio pero mantenerse cerca de él.  Cuando estuvimos todos, le presenté a mis amigos y amigas (Kaitlyn, Emma,  Hanna,  Amy, Madison,  Lena, Alicia,  Mya, Derek, Ian  y Michael, al que ya conocía). Se mostró agradable y sociable. Y alguna de mis amigas también hubiera querido socializar con ella, si no hubieran sabido lo que en su momento yo sentí por ella (¿sentí? ¿sentía? Mi soberbia no me dejaba contestarme a esa pregunta). Avanzada la fiesta, Kaitlyn, mi prima, me arrastró a mi habitación.


Kaitlyn: ¿Cuándo vas a dejar de hacer el bobo?
Yo: ¿Por qué dices eso?
Kaitlyn: ¿Hasta cuándo vas a tener a esa pobre chica sufriendo por ti?
Yo: Yo no hago eso
Kaitlyn: No seas hipócrita. Aquí está. Aquí aguanta aunque tú, que te la comes con los ojos, no la estés haciendo ni caso. ¿Qué más va a tener que hacer la pobre para que la perdones? ¿Qué más va a tener que hacer para que le digas lo que sientes y os deis una oportunidad?
Yo: Pero yo no quiero ya nada con ella
Kaitlyn: ¿Cuántas veces crees que vas a tener que repetirte eso para que tu corazón se entere? Tu cabeza dirá lo que quiera, pero tus ojos me dicen otra cosa. Y piénsatelo bien antes de seguir acallando tu corazón, porque no creo que ella vaya a seguir eternamente detrás de ti. Es un bellezón y en cualquier momento se va a dar por vencida contigo y alguien te la va a quitar
Yo: Pues muy bien. Además es heterosexual
Kaitlyn: Qué manía con poner etiquetas. Se ha enamorado de ti. Quieres una etiqueta, pues ponle la de bisexual, porque hasta donde yo sé tú eres una mujer y ella está enamorada de ti
Yo: O confundida
Kaitlyn: ¿Y cómo vas a saberlo si ni siquiera te atreves a probar? En el peor de los casos, las cosas no quedarían entre vosotras peor de lo que ya están ahora
Yo: No quiero nada con ella(Volví a repetir, con menos convicción)
Kaitlyn: Tú misma. Yo ya te he dicho lo que te tenía que decir. Harías bien en pedirle que se quedara esta noche en la habitación de invitados. Y mañana, las dos solas, con calma, debierais hablar de lo que os pasa
Yo: No sé, no lo veo claro
Kaitlyn: Haz lo que quieras. Pero las cabezotas y las cobardes nunca tocan el cielo con la punta de los dedos. Y ahora se acabaron los sermones y volvamos a tu fiesta. Vamos a divertirnos

Nos reunimos con los demás. Ella nos vio salir de mi habitación  a Kaitlyn y a mí y vi una sombra de tristeza cruzar sus ojos. Pero mantuvo el tipo. Siguió charlando, siguió bailando. La fiesta estuvo divertida, pero al final comenzó a desmadrarse. Michael se besuqueaba con Ian en el sofá,  Amy  manoseaba a Alicia en la cocina, y yo no estaba centrada. Kaitlyn se dio cuenta y unilateralmente dio por terminada la fiesta. Vi que Sylvie se dirigía a coger su levita. Llevaba el gesto serio.

Yo: ¿Has venido en coche?
Sylvie: No. Cogeré un taxi
Yo: Pero a esta hora va a ser muy difícil encontrar uno
Sylvie: No te preocupes, me las arreglaré
Yo: Puedes quedarte si quieres en la habitación de invitados
Sylvie: No quiero molestar
Yo: No es ninguna molestia.  Quédate.( Sylvie asintió. En ese momento, mi prima salía de la cocina. Me volví hacia ella). Kaitlyn, ¿vas a quedarte a dormir?
Kaitlyn: Ni hablar, guapa, yo me voy con los otros a seguir la fiesta. Hoy te vas a quedar sin achuchón nocturno (Me guiñó un ojo)

      Mi prima recogió sus cosas y se despidió de Sylvie. La acompañé a la puerta. Allí me besó tiernamente en la mejilla y me susurró al oído “no hagas más el tonto

      Sylvie nos observaba desde el salón. El gesto entre serio y abatido. Le alcancé uno de mis pijamas y un cepillo de dientes nuevo, le di las buenas noches y me encerré en mi cuarto. Oí cómo ella también cerraba suavemente la puerta de la habitación de invitados. No podía dormir, daba vueltas en la cama. Alcancé el libro que tenía en la mesilla “Rimas y leyendas” de Gustavo Adolfo Becquer. Abrí una página para leer un poema al azar. Fue revelador:

RIMA XXX
Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?
´
El poeta me gritó lo que yo ya sabía y no quería entender: el orgullo y la soberbia son malos consejeros y si seguía así la iba a perder. Definitivamente. Salí de mi habitación y me dirigí al cuarto de invitados. Al acercarme, percibí un llanto quedo, silencioso. Toqué con los nudillos y entreabrí la puerta. Asomé mi cabeza. Estaba sentada en la cama. Rápidamente enjugó las lágrimas que le corrían por las mejillas.

Yo: ¿Puedo?
Sylvie: Claro
Yo (Sentándome a su lado): ¿Estás bien?
Sylvie: ¿Eres lesbiana?
Yo: ¿Por qué me preguntas eso?
Sylvie: Contéstame, por favor, ¿eres lesbiana?
Yo: Lo soy
Sylvie: ¿Por qué nunca me lo dijiste?
Yo: Nunca te dije ni que sí ni que no
Sylvie: Pero cuando me hablabas de tu pareja, de la persona con la que habías convivido siempre supuse que era un hombre
Yo: Nunca dije que lo fuera
Sylvie: Nunca dijiste lo contrario
Yo: Nunca vi la necesidad de aclararlo
Sylvie: Pensaba que podía, pero no puedo, Amaia. No puedo
Yo: ¿Qué no puedes?
Sylvie: Ser tu amiga, Ahora no. No hasta que se me pase lo otro que siento por ti. Cuando te he visto despedirte de Kaitlyn el corazón se me ha encogido en el pecho. ¿Estás con ella, verdad?  ¿Hoy se hubiera quedado a dormir contigo si no me hubieras invitado a mí, verdad? ¿Tendrías a alguien que se durmiera abrazada a ti si yo no estuviera aquí, verdad?
Yo: Sí.  Kaitlyn se hubiera quedado conmigo esta noche y se hubiera quedado dormida abrazada a mí. Lo hace siempre. Mi prima es muy pegajosa y muy cariñosa
Sylvie: ¿Tu prima?
Yo: Es de la opinión de  que contra el mal de amores lo mejor son unos buenos achuchones. Ya ves, siempre confundes a mis primos con ligues. Seguro que me hubiera gustado que mi prima me hubiera abrazado antes de dormirme. Pero lo que de verdad deseo es dormir abrazada a ti. Si no lo he fastidiado todo definitivamente, me gustaría decirte que te quise casi desde el principio. Que todavía te quiero. Y que he sido una estúpida. Por favor, perdóname
Sylvie: ¿Tú me quieres? ¿Por qué no me lo dijiste nunca?
Yo: Cuando te conocí tenías novio. Estabas con un hombre.  Te quería en mi vida, aunque solo fuera como amiga. Preferí reprimir mis sentimientos hacia ti y no arriesgarme a perderte
Sylvie: Y lo estropeé todo
Yo: Espero que no sea así. Espero que tú y yo tengamos todavía una oportunidad. Sé que estás asustada y confundida
Sylvie: No. Asustada sí, pero confundida no. Sé identificar muy bien lo que siento por ti. Estoy enamorada, no tengo duda. Pero nunca he estado con una mujer. No sé cómo reaccionará mi cuerpo a la intimidad con una mujer
Yo: No tengo ninguna prisa. Iremos despacio, te lo prometo, iremos a tu ritmo. Me gustaría que hoy durmiéramos juntas. Me gustaría estrecharte entre mis brazos. Solo eso

     Asintió. La tomé de la mano y la conduje a mi habitación. Nos acostamos. Rodeé su cuerpo con mis brazos y apoyó su cabeza en mi pecho. Le acariciaba su pelo y su frente, recreándome en la suavidad de su piel.

Sylvie: Estoy cansada, muy cansada. Creí que te había perdido, Amaia
Yo: Duerme. Descansa. Perdóname. Fui una estúpida

      Pero ya no me oía. Notaba su respiración acompasada y su cuerpo libre de tensión. La besé en la frente y observé la dulzura de sus rasgos, la perfección de la línea de su rostro, disfruté de la levedad de su cuerpo pegado al mío,  aspiré el olor de su piel y recorrí el contorno de sus labios con mis dedos, sin apenas rozarlos, sin poder apartar mis ojos de esa boca, que tanto había deseado. Ella descansaba abandonada a mi abrazo y nunca, nunca jamás en mi vida me había sentido tan plena, tan feliz.

      Despertamos casi en la misma postura. Yo antes que ella. Todavía pude observarla un rato antes de que la luz del día la despertara. Abrió los ojos y me sonrió. Leí la ternura en su mirada y la luz del día se coló así por cada poro de mi piel, bañando mi interior. Estaba segura de que en cualquier momento me pondría a brillar de pura felicidad.
Yo: Buenos días. ¿Has dormido bien?
Sylvie: Muy bien. ¿Y tú?
Yo: No dormía tan bien desde hace muchísimo tiempo. ¿Te apetece un café?
Sylvie: Claro, gracias. Tengo que estar dentro de dos horas en el set de rodaje
Yo: Prepararé el desayuno mientras te duchas
Sylvie: ¿Me prestas algo de ropa?
Yo: Claro Coge lo que necesites. O lo que puedas. Tenemos la misma talla de pantalón, pero tú tienes ese generoso y precioso pecho del que yo carezco, así que te va a costar más encontrar una camiseta que te valga (La sonreí y la guiñé el ojo, mientras ella me golpeaba juguetona con la almohada)

      Cuando salió a la cocina a punto estuve de derramar la jarra de zumo que llevaba en las manos. Era preciosa. Era espectacular. Y me quería. Nos sentamos a desayunar.

Yo: En estos momentos soy la mujer más feliz del mundo. Pero quiero pedirte un favor. No te voy a presionar. Voy a dejar que marques tú los ritmos. Pero debes entender que estoy enamorada de ti. Y a mí no me supone ningún problema estar enamorada de una mujer o desear intimar con ella.  Me voy a dejar llevar, lo sé, ya me estoy dejando llevar. Y voy a acabar enamorándome de ti profundamente, no voy a poder evitarlo. Te pido por favor que, si las dudas te superan, si no te sientes capaz de seguir con esto, me lo digas. De verdad que lo entenderé. Pero no juegues conmigo, por favor
Sylvie: No tengo ninguna intención de hacerlo y te agradezco que no me presiones. De momento, vamos a volver a ser amigas, para intentar ser noviamigas y acabar siendo novias. ¿Te parece?
Yo (La sonreí): Pero ten en cuenta que ya me has roto una vez el corazón. Ya has agotado tu cupo (Le guiñé de nuevo el ojo)
Sylvie (Sonriéndome a su vez) : Te lo prometo. A partir de ahora voy a ser completamente honesta contigo
Yo: ¿Cenamos esta noche?
Sylvie: Claro

     La conversación derivó hacia otros derroteros más livianos y relajados  y al final disfrutamos de un agradable desayuno. Después me dio un beso en la mejilla y se despidió de mí hasta la noche. Salimos a cenar. No me voy a detener a explicar cómo de espectacular apareció en el restaurante, porque nada que dijera se acercaría siquiera a describirla. No podía separar mis ojos de ella. No podía dejar de mirarla. Tanto, que me asustó incomodarla. Pero ella parecía distendida y feliz. Charlamos, reímos, bromeamos. Una velada lejos de la gravedad que había acompañado nuestra relación los últimos tiempos. La llevé en coche a su casa y me moría por robarle un beso. Pero no podía. En esta sinfonía que componían nuestros corazones, ella erala que debía llevar la batuta, y por más que quisiera o lo deseara, me había propuesto firmemente seguir la partitura hasta que la directora de la orquesta (ella) marcara otro tempo. La vi nerviosa y le sujeté dulce la mano.

Yo: He pasado una velada estupenda. Gracias, Sylvie
Sylvie: Yo también. Añoraba estar así contigo
Yo: Hablamos mañana, ¿vale?
Sylvie: Sí, adiós


      Abrió la puerta del coche y cuando pensé que saldría del mismo, metió de nuevo la pierna que tenía afuera, volvió su cuerpo hacia el mío y ante mi asombro, me sujetó la cara con sus dos manosy acercó sus labios a los míos. Depositó una delicada y tierna caricia en mis labios en forma de beso y cuando terminó me miró a los ojos. Yo no podía pensar, no podía reaccionar. Me susurró “me moría por probar tus labios”. Descendió sus manos por mis brazos y apoyó su frente en mi frente. Yo no podía decir nada, no quería decir nada. Cerré los ojos. Separó su frente de la mía, sujetó una de mis manos y se la llevó a su mejilla, la besó, me susurró “gracias” y salió del coche. La vi alejarse corriendo hacia su casa y yo solo pude murmurar sin que ella me oyera “te amo”.
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21 comentarios:

  1. ...Que emoción de capitulo.... que ternurita.... firme en la sintonía Despistada, saludos.... Atenea Palas!!!

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    1. Ja ja ja. Es verdad. Qué pastelosa soy. Bueno, en mi descargo diré que son 14 capítulos y un epílogo. Pensé esta historia como un relato corto, pero luego me fui liando aquí y allá... así que alguna cosilla que rompa la armonía ya irá pasando...
      Un abrazo, Atenea Palas

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  2. Hola despistada. Me acabo de enganchar leyendo los 3 capitulos. Como siempre me atrapaste con tu historia. Que temita el orgullo, si nos llevara a cometer estupideces, lo bueno es poder reaccionar a tiempo aunque por desgracia no siempre lo hacemos. Me quedo a la espera del proximo capitulo. Te mando un saludo. Vero

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    1. Hola Vero. Qué bueno leerte de nuevo. En catorce capítulos pasarán cosas. Pero vamos a dejar a las chicas que disfruten un poquito...
      Un saludo

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  3. Huyyyyy q interesante se esta poniendo pero no creo q sylvie lo tenga muy claro creo q va a ver mucho sufrimiento en esta relacion

    Espero el próximo capitulo
    M.S(galicia)

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    1. Sylvie está asustada, desde luego. pero está pilladísima. Veremos si es valiente y tira para adelante.
      Un abrazo

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  4. Ya se me hacia raro, tu no eres de las que las hacen sufrir mucho y eso me gusta mucho de tus historias, que si bien pones intriga también las haces quedar juntas, espero no equivocarme en esta.

    Dicen que el/la que no arriesga no gana, y siento que esta por ganarlo todo, a veces te toca perder pero cuando ganas... Ufff, sabes que valió la pena.

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    1. Jaja. Es verdad. Soy de las que van al grano rápido. Veo que entre unas y otras me tenéis calada. Un abrazo

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  5. Hola Despistada, como siempre siguiendo tu historia. Una que me esta gustando cada dia más, pero hay otra variables que pueden complicar esta relación que el orgullo de la Dra. Y las inseguridades de Silvie y es que ella es una actriz en ascenso y hay que ver si la pareja aguanta los flashes, los cotilleos inventando romances, si van a ser valientes para hacer publica esa relación, la presión de el entorno ufff...me pongo a pensar y no termino mas jajaja....La verdad es que creo que tu historia tiene mucho hilo en el carretel para terminar en solo 14 capítulos (solo es mi opinión)...saludos y abrazos desde Argentina

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    1. Con esta historia y con la anterior que hice me pasó algo curioso, creo que ya lo comenté.
      Cuando empecé a escribirla tenía una idea en la cabeza, pero luego fue la historia la que me llevó a mi por donde quiso.Personajes que creía que iban a ser importantes se diluyeron, y aparecieron otros que no imaginé siquiera en los comienzos, por lo que la historia siguió otro camino al que yo había previsto.
      Por otra parte, las historias largas me cuestan mucho, o me cansan mucho, no sé. Y seguramente tienes razón y es muy probable que la historia se hubiera podido exprimir más de lo que yo lo he hecho. Pero sigo peleando con mis limitaciones.
      Un abrazo, María y gracias por comentar

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  6. Wuao que capítulo bueno ellas tenían que hablar y aclarar las situaciones que venían viviendo Amaia dejo el orgullo fuera del corazón y dejo que hablara el amor Sylvie a pesar de sus miedos y de no tener ninguna experiencia con mujeres esta segura de lo que siente por Amaia me en canto la prima y su frase digna de una excelente reflexión
    Las cabezotas y las cobardes nunca tocaran el cielo con la punta delos dedos genial
    Despistada eres romántica y aquí lo haz dejado plasmado en esta historia con Bécquer al dejar este precioso poema
    Asomaba a sus ojos una lágrima
    Y ami labios una frase de perdón
    hablo el orgullo y se en jugo su llanto
    Precioso Despistada el detalle del poema te felicito
    Y Sylvie genial al despedirse
    Me moría por besar tus labios ¡Uffffff !!!!
    Despistada creo que esto es solo un poquito de felicidad verdad tu tienes sor presas verdad espero que no sea el ex novio de Sylvie que viene a joder jajajaja ahoraaaa
    Un abrazó desde aquí Curicó Chile

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    1. La felicidad les va a durar un rato. pero siempre habrá alguna nota discordante... Y lo de la poesía, bueno, me pareció oportuna. No va a ser la única que utilice en este relato. De hecho, es una poesía la que da nombre a esta historia, de una autora que me gusta bastante. Soy una lectora voraz y la poesía es una de mis pasiones. Ya sé que es una afición un poco anacrónica, pero ya ves, todo está en la sintonía de lo pastelosa que soy...
      Ay, el exnovio. No sé Gladis...
      Un abrazo y gracias por seguir comentando

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    2. Despistada No eres una pastelosa
      simplemente eres una escritora romántica
      Y que bien que en esta historia hayas incluido poesía y mas que lleve el nombre de un poema y que gusto saber que una de sus pasiones es la poesía hoy dia se lee poco poesía
      Yo tambien leo poesía bueno tengo a dos poetas nacidos aquí en chile conocidos mundiales don Pablo Neruda y la gran Gabriela Mistral
      En Latinoamérica hay grandes poetas
      Gracias por incluir buena poesía Despistada un abrazó desde aquí

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  7. Me emcantaa la historia me gustan tus historias y a seguir leyendo cada capitulo besos Rosana de Argentina

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    1. Estoy halagada Rosana. Espero que te sigan gustando los próximos capítulos. Gracias por dejar un comentario. Un abrazo

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  8. Amaia dejo el orgullo de lado y le pidio perdon a Sylvie gracias a su prima y a Gustavo Adolfo Becquer.Ahora tiene que esperar a que Sylvie este lista a dar el paso...Me dio gracia cuando Sylvie retrocede y posa sus labios sobre los de Amaia acaricia sus brazos y besa su mano se quedo estupefacta.Espectante de como se desarrollara la pasion entre ellas.Luego vendran los dichosos horarios de la Dra. y las grabaciones de la actriz.

    Un Cordial para ti

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    1. Me encanta cómo vais haciendo la lectura paralela de los capítulos. Me pareció oportuno que fuera un poeta romántico el que insuflara un poco de cordura en el confuso corazón de la doctora. La preciosa quebequense tiene claro lo que quiere. Veremos si puede con ello. Un abrazo y muchísimas gracias por comentar

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  9. Simplemente buen inicio. Linda historia
    Excelent!
    MYAM

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    1. Hola MYAM. Gracias por tus amables palabras. Espero que te gusten los derroteros por los que discurrira el relato. Ya me contarás. Un abrazo

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  10. Hola! Como siempre ya me tienes enganchadisima, yo me esperó a tener unos cuantos capítulos para empezar a leer pero ya no podía esperar más. Se podría decir que hacemos "equipo", tu despistada y yo con memoria de pez, je je!!!
    Pues nada, intentare morderme las uñas lo menos posible.
    Un saludo afectuoso.

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    1. Me encanta cuando en los comentarios a mis capítulos veo nombres que reconozco de otras historias que he escrito. Estoy muy agradecida por tus palabras. Un abrazo

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