Las lecciones del destino - Xiion - 18

Capítulo 18

ABIGAIL

No me podía creer lo que estaba pasando. ¡Alejandra había venido hasta mi casa y nos estábamos besando! ¡Besando! Sus labios acariciaban los míos en un beso lento y dulce, me imaginé infinitas veces lo que sería besarla pero ninguna se podía comparar con lo que estaba sintiendo en ese momento, sentía que iba a explotar con tanta felicidad. La tenía agarrada por su cintura y ella tenía sus manos en mi nuca. Después de no sé cuanto tiempo, me separé lentamente de sus labios y pegué mi frente a la suya.

-       Dime, por favor, que esto no es un sueño- pude ver su preciosa sonrisa, subí una de mis manos hasta su bello rostro y lo acaricié con mis dedos lentamente, ella, ante mi contacto, cerró los ojos y sonrió aún mas- y si lo es, no me despiertes nunca.

-       No lo es, es mucho mejor- me besó, ¡ella me besó! ¡joder! Ese beso fue aún mejor que el anterior porque fue ella la que lo comenzó. No me pude aguantar las ganas y bajé mis manos hasta su culo, apretándolo con fuerza para pegarla mas a mi. Me encantaba esa sensación, no quería que se acabara. En mi estómago no había mariposas revoloteando, no, en mi estómago había elefantes que saltaban contentos con cada movimiento de sus labios y que se volvieron completamente locos cuando ella metió su lengua en mi boca buscando encontrarse con la mía. Me separé de sus labios y comencé a besar su cuello, su piel era tan suave... comencé a subir hasta su cara para mirarnos a los ojos.

-       Alejandra... te quiero, te quiero como nunca había querido a nadie- ella me volvió a besar pero esta vez con mas ansias y necesidad.

ALEJANDRA

Abigail me acaba de decir que me quería después de un beso maravillo. Sus besos me embriagaban y me hacían sentir que estaba volando. Sus caricias por mis glúteos me habían vuelto loca. La quería y estaba bien claro que ella a mi también y no quería perder mas tiempo, no, bastante habíamos perdido ya por un estúpido malentendido...

-       Yo también te quiero- le dije entre besos- te quiero y te deseo...- ella dejó de besarme para mirarme a los ojos, parecía que me quería preguntar con la mirada si me refería a lo que ella estaba pensando, yo la volví a besar con mas ganas, me separé y le susurré al oído- te deseo Abigail... quiero que me hagas tuya- ella me besó y me volvió a mirar a los ojos buscando una mínima duda en mi, pero no la podría encontrar, sabía perfectamente lo que quería, la quería a ella. Sonrió levemente y me cogió de la mano.

-       Ven...- y sin decir nada mas me llevó hasta su habitación.

Al llegar nos quedamos enfrente de la cama y, sin mediar palabra, ella me acarició la mejilla y me besó. Cada beso que me daba hacía que mi cuerpo se sacudiera como nunca lo había hecho. Se sentó en la cama y me hizo sentar encima suya a horcajadas volviéndome a besar. Sus besos eran suaves y lentos, como si tuviésemos todo el tiempo del mundo, como si no fuera a amanecer nunca. Sus manos, que acariciaban mi cuello, se deslizaron hasta mis hombros para bajar hasta mi cintura, me sentía en las nubes... de repente sus manos subieron hasta mis pechos arrancándome un gemido inesperado que hizo que ella sonriera. Pasó sus manos hasta mi culo y nos impulsó hasta el centro de la cama. Ella se quitó su camiseta y dejó a la luz ese precioso torso y ese abdomen que me hacía volverme loca. Pasé mis manos lentamente por su barriga hasta llegar a su sujetador negro que guardaba sus bellos pechos. Tenía el cuerpo mas perfecto que jamás había visto. Ella me volvió a besar, esta vez con mas intensidad, la necesitaba y mucho, necesitaba notarla mas cerca, notar mi piel con su piel, mi alma con su alma. Mientras me besaba comenzó a desabrochar mi camisa y, por un momento, surgieron unas terribles inseguridades. Ella había estado con tantas mujeres y seguro que mucho mas guapas y con mejor cuerpo que yo...

-       Puedes apagar la luz... por favor- ella se separó un poco mas para mirarme extrañada. Tan solo había una tenue luz de la lamparita de la mesita de noche.

-       ¿Te moleta?- yo miré hacia abajo, cogí la sabana y la alcé para intentar tapar mi cuerpo hasta las caderas. Me sentía un poco estúpida, nunca me había pasado eso, pero comparándome con su cuerpo, era imposible no sentirme mal.

-       Abi... es mejor que apagues la luz... mi cuerpo no es tan bonito como el tuyo, tengo marcas en mi barriga y en mis pechos a causa del embarazo- le dije un poco avergonzada sin mirarla. Seguro que lo había estropeado todo... entonces ella me tomó del mentón y me lo alzó para que la mirase.

-       Eres preciosa Alejandra, toda tu eres preciosa y no hay parte de tu cuerpo que no me guste y si tienes unas pequeñas marquitas no me importan, porque son por la razón mas maravillosa por la que se pueden tener- en su mirada podía ver sinceridad y ternura. No aguanté mas las ganas y me lancé a por su boca.

Después de esas palabras mi vergüenza se esfumó. Dejé que me desnudara con una parsimonia casi dolorosa: terminó de quitarme la camisa y besó la parte descubierta de mis pechos, luego, las dos nos pusimos de rodillas y nos quitamos nuestros pantalones para luego volver a la misma postura en la que estábamos, se sentía tan bien... podía notar como mi sexo se humedecía cada vez más y más pero parecía que ella quería alargar esa deliciosa tortura. Desabrochó mi sujetador casi sin darme cuenta y me lo quitó depositando besos por toda la piel que iba quedando descubierta.

Al estar yo encima de ella, estaba a la altura perfecta para besar mis pechos. Hundió la cara entre los dos y con sus manos se los acercó para ir dándole besos y pequeños mordiscos a uno y a otro como si fuera la última comida que iba a hacer en su vida, como si estuviese sedienta y mis pechos fueran un oasis. Como pude, le quité su sujetador y dejé al descubierto sus pechos firmes cuyos pezones estaban duros a mas no poder. La separé de los míos y me lancé hacia ellos, eran una delicia. Los lamía y chupaba con necesidad, no podía parar, se habían convertido, de repente, en una droga para mi. Seguimos besándonos hasta que me volvió a poner de rodillas para quitarme las bragas. Metió los dedos por la cintura y los deslizó hasta llegar a ambos lados de mis caderas y bajarlas con lentitud. Yo hice lo mismo con ella y, sin esperar un segundo más, me volví a sentar encima suya ya que esos segundos sin sentir su piel eran toda una tortura. Al pegarme a ella, mi sexo chocó con su barriga y pude notar como mis fluidos mojaban su piel cosa que hizo que ella, entre besos, sonriera y cogiera mis nalgas para pegarme mas a ella. Yo empecé a mover mis caderas para frotarme con ella y hacerla saber que no podía esperar mas por lo que ella me separó un poco de ella sujetándome las caderas. Yo me puse de rodillas quedando encima de sus piernas. Acarició mis pechos, pasó sus manos por mi vientre y llegó hasta mi bello que acarició con parsimonia hasta que por fin hundió dos dedos dentro de mi. Un gemido se escapó de lo mas profundo de mi garganta cuando sus dedos salieron y volvieron a entrar con mas fuerza. A la vez que entraba y salía, puso su pulgar en mi clítoris hinchado para estimularlo. Después de varias acometidas, mis caderas tenían vida propia y se movían exigiendo mas rapidez en sus acometidas. Estaba tocando el cielo con la punta de mis dedos ya que nunca había sentido esos niveles de placer. Mientras tanto su boca no había permanecido quieta, besaba mis pechos, chupaba mis pezones y me daba pequeños mordiscos en el cuello. Cuando yo estaba ya apunto de llegar al clímax, ella agarró mi cara y la puso enfrente de la suya para que la mirase a los ojos cuando me corriese, mi boca abierta jadeante estaba muy pegada a la suya que también jadeaba. En ese momento una explosión de placer inundó todo mi cuerpo, tuve que cerrar los ojos por unos segundos ya que ese placer tan intenso me hizo creer que iba a explotar. Apoyé mi frente en la suya mientras que ella seguía moviendo su mano mas lentamente dándome los últimos coletazos de placer y, cuando mi cuerpo se relajó, los sacó lentamente, besó mi boca y me hizo tumbarme encima suya, me tapó con las sabanas y yo me acurruqué posando mi cabeza en su pecho. Había sido maravilloso, fantástico, increíble.... mágico. El sueño me venció mientras ella acariciaba mis brazos y me susurraba al oído que me quería.

Al día siguiente...

Un fuerte sonido nos hizo despertar a las dos. Era la alarma del móvil de Abi. Alargué mi mano hasta alcanzarlo, lo apagué y ella se abrazó mas fuerte a mi y me ronroneó. Estaba detrás mía abrazada a mi cuerpo y una de sus manos agarraba uno de mis pechos. Al recordar la noche anterior sonreí. Ella me besó la nuca y apretó su mano contra mi pecho.

-       Buenos días preciosa- su nariz me hacía cosquillas en la nuca.

-       Buenos días- me di la vuelta y besé sus labios, mirándola a los ojos después- Abi... lo de ayer fue... muy especial para mi- me besó.

-       Para mi también preciosa- acarició mi cara- nunca había sentido lo que sentí anoche contigo, te quiero.

-       Yo también te quiero- nos volvimos a besar. Me encantaba sentir sus labios y su piel rozándose con la mía, pero su alarma había sonado por una buena razón: ella tenía que ir a trabajar, así que, aunque nos costó muchísimo, nos tuvimos que levantar. Como tenía que volver a casa para ducharme y cambiarme antes de ir a la facultad, ella me dijo que podíamos ir a desayunar con mi madre y con Víctor ya que los echaba mucho de menos y yo acepté encantada.

Abi se fue a la ducha y en menos de un cuarto de hora ya estaba lista y tan bella como siempre, preparó todo lo que se tenía que llevar al trabajo y antes de irnos, entró a su habitación de videojuegos para salir de ella con unas bolsas muy grandes de papel, yo la miré extrañada y ella sonrió.

-       Mucho antes de nuestro malentendido, compré unos regalos para vosotros por navidad, pero como al final me fui... se quedaron ahí- buscó entre las bolsas y me tendió la mas pequeña- feliz navidad, preciosa.

-       No tenías porqué, Abi, yo... yo no te compré nada- dije avergonzada.

-       No es nada tonta, solo es un detalle- abrí la bolsa y dentro de ella había un estuche alargado, lo saqué y lo abrí encontrándome en su interior una bonita pulsera de plata.

-       Es preciosa... gracias- ella me miraba con una tierna sonrisa. Saqué la pulsera del estuché y se la tendí para que me la pusiera dándole en agradecimiento un beso que se alargó mas de lo que nuestro tiempo nos permitía. Me obligué a separarnos y nos fuimos hasta casa en su coche. En todo el trayecto ella no soltó mi mano salvo para cambiar de marcha, la acariciaba con el pulgar y la besaba. La quería tanto, aún no me creía que hubiese tenido tanta suerte de ser correspondida por la mujer mas maravillosa del mundo. Llegamos a casa y antes de subir, yo la paré- oye Abi... quería saber qué pensabas acerca de contarle nuestro noviazgo a Víctor, no sé si sería mejor contárselo ya o esperar a ver qué pasa- ella frunció el ceño e hizo que me pusiera nerviosa.

-       ¿Nuestro noviazgo?-  Ay mierda...

-       Sí, bueno, yo, yo pensé que después de lo de anoche tú y yo e, eramos...- agaché la cabeza avergonzada pero ella enseguida me la alzó mirándome con su característica media sonrisa.

-       Preciosa- me acarició la cara- aunque esa no ha sido la declaración de intenciones mas bonita del mundo, si, me gustaría ser tu novia- yo no puse evitar golpearle el brazo y ella se quejó entre risas- auch, el primer día de relación ¿y ya me maltratas?- no pude evitar reírme.

-       Me habías asustado- ella me agarró de la cintura y me dio un profundo beso.

-       Cuando tú estés preparada para decírselo, a mi me parecerá bien- me dijo ya seria- yo estoy muy segura de mis sentimientos hacia ti y no hubiese dado ese gran paso si no quisiera algo serio contigo y eso incluye a Víctor- no pude evitar volverla a besar. Sus palabras llenaban mi corazón de dicha. No me importaba ni lo mas mínimo la gente que pasaba o los vecinos que entraban y salían del portal. La quería y quiera que todo el mundo viese la mujer tan maravillosa que tenía por fin a mi lado- Será mejor que subamos, estás helada.

Subimos en el ascensor hasta mi piso y, al llegar a la puerta, le di un último beso antes de abrirla. Cuando la cerramos, mi pequeño apareció por el pasillo aún soñoliento.

-       Hola mami- decía frotándose los ojos pero, al ver a Abi, los abrió de par en par y una gran sonrisa apareció en su rostro- ¡ABI!- corrió hasta a ella y se tiró a sus brazos haciendo que ella soltase todo lo que llevaba en las manos.

-       Hola campeón, ¡guau! Pesas muchísimo mas que el año pasado, ya mismo no te podré cargar- él se rio.

-       Lo dices como si no nos hubiéramos visto en un año de verdad, aunque yo te he echando mucho de menos- se abrazó a ella.

-       Y yo a ti renacuajo- pude ver como ella cerraba los ojos y lo estrechaba entre sus brazos. Ese abrazo tan sincero y lleno de cariño me derritió el corazón.

-       Feliz año, Abigail- dijo mi madre muy sonriente apareciendo de la cocina.

-       ¡Victoria! ¡Feliz año nuevo!- se acercó y le dio dos besos con Víctor aún en sus brazos

-       Hija te extrañamos en navidad.

-       Y yo a vosotros Victoria, pero me fui por trabajo y... bueno, yo creo que ya no me iré mas a ninguna parte- mi madre me miró con una gran sonrisa y yo sonreí mas aún agachando la cabeza un poco avergonzada, sabía que mas tarde me tocaría una sesión de preguntas que seguro me sacarían los colores- pero bueno, aunque vengan con retraso os he traído a este pequeñajo y a ti vuestros regalos de navidad- mi pequeño la miró con los ojos muy abiertos- las dos bolsas grandes son tuyas y la pequeña de la abu- le señaló las bolsas que se habían quedado a mi lado- llevatelas al salón y las abrimos.

-       Siii- se bajó y, como un torbellino, las cogió y se las llevó sin esperar a nadie.

-       Te veo muy feliz, Abigail- le dijo mi madre mirándola a los ojos.

-       Lo estoy, Victoria, mas que en toda mi vida- esa afirmación hizo que mi corazón latiera a mil revoluciones por minuto.

-       Me alegro... bueno, vamos a ver con qué has consentido esta vez a nuestro peque.

Entramos en el salón y él estaba sentado en el suelo enfrente de la mesita de café donde había dejado los regalos.

-       ¿Cuál abrimos primero Abi?

-       Primero que abra la abuela el suyo y luego tú, ¿vale campeón?

Y así lo hicieron, mi madre sacó de la bolsa su regalo y lo abrió. Eran unos bonitos pendientes de perlas, que iban muy bien con el estilo de mi madre.

-       Oh Abigail, son preciosos- se abrazó a Abi- no tenías porqué, no era necesario, además nosotras no te compramos nada.

-       Me alegro que te gusten, Victoria, y por eso no te preocupes, ayer me dieron el mejor regalo que me podían dar- se separaron del abrazo sonriéndose- bueno peque, es tu turno, abre el que quieras

-       Siiiii- mi pequeño abrió los dos paquetes encontrándose, en el mas grande, un coche tele-dirigido y, en el mas pequeño, unos muñecos de sus dibujos preferidos. Le habían gustado muchísimo y, en agradecimiento, se tiró encima de Abi para abrazarla- muchísimas gracias Abi,me encantan, eres la mejor,te quiero- mi pequeño se puso colorado y las tres nos reímos.

-       Y yo a ti campeón, cuando tenga tiempo, vamos al parque a probar el coche, ¿te parece?

-       ¡Si! ¡Iremos con mami y con la Abu!

Recogimos todo el papel de regalo y las cajas para preparar la mesa para el desayuno. Mi pequeño y Abi se encargaron de poner en la mesa todo lo necesario y mi madre y yo de la cocina, aprovechando mi madre la oportunidad a solas para enterarse de todo que pudiera.

-       Por tu hora de llegada y vuestras sonrisas veo que está todo arreglado- me dijo en voz baja, bajé la cabeza y sonreí- no seas mala y cuéntame.

-       Está todo mas que arreglado mamá, fue solo un malentendido.

-       Pero parece que gracias a ese malentendido ha surgido algo bueno ¿no?

-       Si... Algo perfecto- la miré, mi madre me miraba ya impaciente- ¿qué?

-       Que quiero que dejes de darle vueltas y me cuentes- sabía que al final ella se saldría con la suya ya que siempre lo hacía y que acabaría contándoselo todo- ¿te acostaste con ella?

-       Mamaaaá- el color rojo de mi cara tuvo que llegarme hasta los pies. Miré por la puerta de la cocina al pasillo para ver dónde estaba Abi. Afortunadamente seguía en el salón jugando con Víctor con los muñecos que le había regalado.

-       ¿Qué? No es la primera vez que hablamos del tema- Era verdad, yo consideraba a mi madre mi mejor amiga y ese tema, para nosotras, no era tabú aunque siempre me había dado vergüenza, al fin y al cabo, era mi madre.

-       ¿Por qué no te esperas a hacer esas preguntas cuando Abi no esté aquí?

-       No nos escucha y yo estoy muerta por saber.

-       Cotilla.

-       Cuenta

-       Mamá...si, es lo único que te voy a decir, todo fue muy natural y...- ni yo encontraba las palabras que explicaran algo tan bello- no nos acostamos, hicimos el amor- notaba como me latía la cara de tan colorada que la tenía- ¿contenta?- ella tenía una gran sonrisa.

-       Por ahora, me alegra mucho verte así de feliz hija- me abrazó- anda, vete duchándote mientras yo termino esto, ya habrá tiempo de que me cuentes lo sucedido antes de que os besarais.

-       ¿No te quieres perder ni un detalle eh?

-       En absoluto, esto es mejor que cualquiera de mis telenovelas- no pude evitar reírme, mi madre era un caso aparte y la quería aún mas por ello.

Me fui para la ducha y cuando volví ya vestida todo estaba preparado en la mesa y los tres amores de mi vida me esperaban para empezar a desayunar. Mis niveles de felicidad estaban en niveles insospechados, era una estampa perfecta, tenía a mi madre, la mujer que ha estado ahí siempre y que me ha apoyado incondicionalmente, tenía a mi hijo, mi sol, la razón por la que he luchado tanto todos estos años y el hombre de mi vida y, por último, tenía a Abigail, la mujer mas maravillosa que podía tener a mi lado, todos los adjetivos se quedaban cortos para describirla, era, sencillamente, increíble. Aparte de ellos no había persona en la tierra a la que necesitara, la única persona que me podría hacer mas falta era mi padre, pero ya no estaba con nosotros. Me dio pena, me habría gustado que mi padre conociera a Abi, estoy muy segura que se habrían llevado genial pero, desgraciadamente, no se puede tener todo en esta vida, aunque me quedaba el consuelo de creer que él nos cuidaba donde quiera que estuviese...

Terminaros de desayunar y recogimos entre todos para hacerlo mas rápido ya que todos íbamos con la hora justa a nuestros correspondientes destinos. Nos despedimos y Abi y yo nos fuimos a la facultad, yo para estudiar y resolver dudas con mis compañeros y ella para ayudar a sus compañeros con los exámenes y para corregir todos lo que llevaba en el maletín.

ABIGAIL

Intenté leer por decimocuarta vez el examen que tenía frente a mi pero se me hacía totalmente imposible. Mi mente se iba hasta la noche anterior en la que hice mía a Alejandra. Joder aún no me lo creo... Me lo decía a mi misma para creérmelo pero aún estaba flipando. Me había atrevido a decirle que la quería, cosa que nunca en la vida había hecho, y ella me correspondió,  joder, me correspondió, una hora antes estaba corrigiendo exámenes autocompadeciéndome y una hora después estaba en la cama con ella poniendo todo de mi parte para hacerla sentir como nunca. Fue todo tan bonito y delicado, me centré en complacerla de la forma mas bonita posible para que nunca olvidara nuestra primera vez y estaba claro que yo nunca lo haría ya que, aunque yo no llegué al orgasmo propiamente dicho, sentí un placer inmenso al ver sus reacciones ante mis estímulos, fue, para mi, una noche que recordaría hasta el último de mis días. Al despertarme esa mañana por el ruido del despertador y notar su piel desnuda pegada a mi cuerpo obtuve la sensación mas placentera que jamas había experimentado. Obviamente no era la primera vez que amanecía así pero ninguna de las veces se pudo comparar con aquella, con ella todo era especial.

Me levanté de mi silla y cogí el examen para leerlo. Tenía que centrarme en mi trabajo, cuanto antes corrigiera los exámenes que me quedaban antes podría disfrutar plenamente de mi tiempo con Alejandra y con Víctor.

Estaba intentando releer una de las preguntas de desarrollo para ver si la había puntuado bien cuando alguien tocó a mi puerta abriéndose enseguida, era Santi que se acercó hasta mi y me dio dos besos.

-       Hola guapa, ¿te pillo en mal momento?

-       No, la verdad es que no tengo cabeza ahora mismo para mas exámenes, ¿querías algo?

-       No, tenía un rato libre entre examen y examen y, como ayer te vi algo triste y no hemos hablado a solas desde antes de navidad, he aprovechado para venir, aunque hoy por lo que veo tu cara refleja todo lo contrario.

-       Las cosas han cambiado mucho de ayer a hoy, Santiago.

-       Y por eso escucharé atento toda la historia- me dijo con una sonrisa y moviendo sus cejas.

Aprovechando que estábamos a solas, yo le conté todo, desde el fin de semana en el que Alejandra se quedó a dormir en casa hasta ayer. Al terminar, la sonrisa de Santi era parecida a la mía.

-       Me alegro mucho Abi, en serio, ya era hora de que encontraras la mujer indicada- me abrazó por unos segundos y nos separamos sonriéndonos.

-       Hablas como Esther- nos reímos- la verdad es que nunca he sido tan feliz como ahora.

-       Yo sabía que entre ella y tú había algo, se veía claramente cuando os mirabais, la verdad es que nunca te he visto mirar así a nadie y estaba muy feliz por ello y qué decir de Esther, ya estaba planeando las vacaciones de verano para los cuatro- nos reímos- y ayer cuando te vi así supe perfectamente que era por ella, pero bueno ya está todo solucionado- me volvió a abrazar- estoy muy pero que muy feliz Abi- yo lo apreté mas contra mi.

-       Te quiero Santi.

-       Y yo a ti- nos separamos- te advierto que, probablemente, Esther te llamará esta noche exigiendo detalles y gritándote por no habérselo dicho antes, además te propondrá mil planes para hacer los cuatro cuando termine la época de exámenes, quien avisa no es traidor- no pude evitar reírme, era exactamente la reacción que esperaba de ella, pero me daba igual, quería gritarle  al mundo lo mucho que la quería aunque, en ese mismo instante caí en la cuenta que para ello, tendría que esperar tres semanas.

Nota: Hola, por lo pronto querría pedir perdón por la tardanza del anterior capítulo, yo lo mandé a la teta el día cinco de octubre por la noche y no sé  porqué hasta ahora (día 10 que es cuando he mandado este capítulo) no se ha publicado, la verdad que no lo sé. Querría agradecerles a todas la paciencia que han tenido, se que muchas os habéis desesperado un poco y es normal, yo también leo todas las historias que encuentro por la red y sobretodo las que se publican en este blog y también me meto cada dos por tres para ver si está el siguiente capítulo de la historia que estoy leyendo, os comprendo y lamento que tengáis que esperar pero tenéis que comprender que es un hobby y que no le puedo dedicar todo el tiempo que quisiera aunque debéis saber que también me angustia dejaros esperando y ver que los capítulos no se publican. Puede que fuera un error no esperar a terminar la historia para mandarla, pero es algo que ya no tiene solución. Aunque hay algunos comentarios que me han molestado un poco, no quiero entrar en discusión, tenéis todo el derecho a expresaros y a decirme lo que penséis de la historia, sea bueno o malo, aunque os pido que tengáis en cuenta que voy a terminar la historia si o si y que tengo muchas obligaciones que cumplir cada día, e intento que la de escribir, aunque sea un poco, sea una de ellas. Os dejo mi correo, para que os pongáis en contacto conmigo, si tenéis alguna pregunta, o veis que tarda mucho el siguiente capítulo y queréis preguntarme cuánto le queda, no dudéis en mandarme un correo y yo encantada os respondo.

xiion1707@gmail.com

Un besito a todas ;*

Nota Adminitrador del Blog: Disculpen, pero no he tenido tiempo, estoy con demasiado trabajo. Por algo pido siempre que envíen las historias completas, porque las subo y dejo programadas. Vengo muy ocupada, y se me hace difícil estar todos los días revisando mail, y publicando. 

En cuanto a los comentarios que molestaron a Xiion, Chicas Tengan en cuenta que ella escribe por hobby, no le pagan por esto. Así que no pueden exigir. En mi caso, también lo hago por amor al arte, Yo debo trabajar para vivir, a mi no me dan sueldo para mantener el blog. Yo ya deje de mantener La Teta Feliz porque no me dan los tiempos. Seguí con este porque no es tan pesado. Pero puedo dejar de hacerlo en cualquier momento.

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