17
A la mañana siguiente,
en el trabajo, Mar tomaba una taza de café con una dona glaseada. Había
decidido que esa mañana no le importaban las calorías, aunque la verdad pocas
veces le importaban (y sí, qué envidia por su metabolismo). Luna, que la
acompañaba con otra dona, la observaba en silencio.
Mar había amanecido de
buen humor, porque aunque una amenaza alienígena se cernía sobre seres cercanos
a ella, incluso sobre ella misma, había encontrado una posible solución.
Superficial, burda y aun así, totalmente lógica. Luna, que no podía ocultar del
todo su preocupación, debía intensificar su proceso de enamoramiento con
aquello que los seres humanos consideraban, con diferente nivel de compromiso,
el clímax del proceso de cortejo: un buen acostón. En su experiencia, Luna
probaría todo de Nora y se engancharía totalmente. La primera razón, desde el
punto de vista de Mar, era que la galáctica nunca había experimentado semejante
situación física y sin duda lo encontraría fascinante. La segunda y más
importante, es que estaba segura de que Nora se le entregaría con todo su
corazón y eso se sentiría dulce, auténtico y ni siquiera una alienígena podría
dejar de sentir ternura.
“¿Hoy no irás con
Nora?”
“Sí. La veré en una
hora”
“Perfecto”
“En realidad es algo
complicado, Mar. Ayer toda mi capacidad para sentirme preocupada fue
descubierta y es difícil para mí mantenerme racional. No estoy segura de poder
mantener un comportamiento objetivo; no puedo dejar de pensar en que corre
peligro”
“¿También sientes
miedo, marciana?”
“Es correcto.”
“Mira, Luna. Yo también
estoy preocupada y tengo miedo, pero no podemos quedarnos clavadas en esos
sentimientos negativos. Tenemos que encontrar una solución y pronto. ¿Puedes
mantenerte enfocada en eso?”
“Sí. Me programaré para
enfocarme en soluciones”
“Además, te tengo una
buena noticia: creo que tengo una estrategia.”
“¿Cuál?”
“Confía en mí,
marciana. Por lo pronto, hoy que veas a Nora tendrás que hacer exactamente lo
que te diga”
“Escucho con atención”
“Vas a besarla. Mucho.
Fuerte. Lento. Rápido. Todas las veces que te sea posible”
“Lo haré. Sin embargo,
existe un contratiempo a tus instrucciones. Cuando besé a Nora me debilité
mucho”
Mar no había pensado en
ese detalle. Eso significaba un problema a su plan. Si Mar no era capaz de
besuquear a Nora sin convertirse en un bulto pulposo, sería poco probable que
pudiera hacer el amor con ella.
“¿Qué podemos hacer al
respecto? No querrás que me esconda detrás de un árbol para que beses mi mentón
entre sus sesiones de besos…”
“Incluso yo, sé que no
sería correcto”
“¿Y si nos vinculamos
un par de veces muy fuerte? ¿Crees que con eso resistas?”
“Podemos intentarlo”
“Bien. Ven”
Sin pensarlo dos veces,
Mar tomó a Luna de la mano y haciendo gala de dotes sigilosas (que no poseía),
la arrastró hasta una pequeña bodega. Cerró la puerta.El lugar no estaba
hundido en completa oscuridad gracias a una pequeña ventana.
“Esto empieza a ser
divertido”,dijo Mar.
“Te encuentro
especialmente entusiasta el día de hoy”
Mar sonrió y atrajo a Luna
hacia ella. Luna posó sus labios en el mentón de la terrícola. Los dejó ahí
varios segundos. Mar pudo sentir el incremento de calor en el área. Se
separaron y luego fue el turno de Mar de hacer lo propio. Cuando se separaron
de ese segundo proceso, ambas estaban agitadas. Se había sentido más que de
costumbre, pensó Mar. Claro que esa había sido la intención, para que durara el
efecto lo más posible. Eso. El efecto de la vinculación, para que entonces Luna
fuera y pudiera besar a Nora muchas veces. Era una prueba. Eso, un ensayo. Y
por eso ya debían salir de la bodega porque finalmente estaban dentro del
edificio de su trabajo y en horario laboral. Y el espacio sí que era reducido,
notó Mar, de repente.
Mar y Luna salieron de
la bodega. Mar le deseo a Luna un buen día y mucha suerte y le recordó varias
veces, como si fuera necesario, que debía seguir sus instrucciones. Luna le
aseguró que haría su mejor esfuerzo y salió del edificio para ir al encuentro
de Nora.
Una vez frente a su
escritorio, Mar encontró menos apetitosa la mitad de dona que todavía no había
consumido. Luna no tuvo reparos en aceptar sus indicaciones, claro, pues ella
era la especialista en cuestiones de amor humano. De otros enamorados, claro,
no de ella misma, porque en eso era un desastre. Pero ahora lo importante no
eran sus sentimientos vueltos un mar de confusiones, sino salvar a Nora y
terminar lo antes posible con la aventura intergaláctica. ¡Ja! Ella era un mar
de emociones, qué exagerada y medio ridícula con el juego de palabras.Lo mejor
sería enfocarse en el trabajo, por lo menos hasta la tarde, ya que entonces se
enteraría si Luna había soportado y podía proceder su plan.
Mientras Mar se
sumergía en el pantone, Nora podía ver que Luna estaba preocupada. La mujer sin
tiempo ni espacio era completamente transparente con lo que sentía. Nora dudó
si preguntar o no, supuso que ya se enteraría si algo pasaba. Por lo pronto lo
mejor sería disfrutar la compañía. Otra vez podía tenerla solo para ella. Esta
vez, Luna la acompañaría a su nueva vivienda: un cuarto de renta en un edificio
modesto. Sin duda Nora podía permitirse un lugar mejor ubicado y con más
comodidades (y más bonito en términos generales), pero era una persona sencilla
que vivía en lugares sencillos. El cuarto solo tenía lo esencial como un
escritorio, una cama, un refrigerador y una pequeña cocineta, un baño privado y
un balcón sin buena vista.
Nora estaba nerviosa,
aún no se acostumbraba a estar a solas con su musa encarnada. Le ofreció un
vaso con agua que Luna aceptó y ahora bebía a pequeños sorbos sentada en su
cama. Por un momento la imagen de Luna sentada en su cama le secó la garganta y
la escritora tuvo que apurar la mitad de su cartón de jugo individual.
“¿Todo bien con Mar?”,preguntó
Nora, buscando acomodarse en la silla del escritorio.
“Sí. Ella está bien”
“¿Y lo de la mujer de
cabello corto?”
“Creo que solo buscaba
encontrar un espacio para estar sola.”
“Ya veo. ¿Problemas con
Sara?”
“Sara siempre es una
persona problemática”
“No te agrada…”
“Su existencia en la vida
de Mar me es irritante. Es correcto”
“Considero que el amor
es una actitud ante las situaciones. No todos amamos igual porque no todos
enfrentamos la vida igual. No conozco bien la historia, pero el hecho de que
Sara no se comporte como cabría esperar de alguien enamorada, no significa que
no lo esté”
“No considero que el
amor humano sea una actitud. Asumirlo de esa manera es muy conveniente para
ustedes, lo entiendo. A los humanos les importan las acciones, las
demostraciones, pero no todo puede ser demostrado, no todo es racional. El
amor, de acuerdo a mis observaciones, es una especie de fuerza que no solo
envuelve todo lo que hacen, sino todo lo que piensan, lo que desean, es como
una especie de…”
“Locura”, completó Nora
con seguridad. “Creo que nos has observado muy bien, Luna”
“Esa es mi misión”
“Yo estoy enamorada”
“Lo sé. Estás enamorada
de mí”
“Espero no consideres
eso una violación a tus límites espacio-temporales”
“En realidad, es justo
lo que necesito”
“¿Entonces, está bien
que yo te ame?”
Luna se puso de pie,
dejó a un lado el vaso que aún sostenía y le ofreció a Nora una de sus manos.
Nora aceptó el gesto, encarando a Luna. Eran casi de la misma estatura, la
misma complexión.
“Yo busco amarte, Nora”
Y entonces Luna puso en
marcha el plan de Mar. Varias veces, hasta que a Nora le faltó el aliento.
Hasta que tuvieron que acomodarse sobre la cama para evitar la debilidad que
sentían en las piernas. Nora por la emoción; Luna porque cada golpe de labios
fríos la debilitaba.
Pero Luna resistió y en
el juego de labios y lenguas empezó a disfrutar el contacto de Nora, porque
Nora poco a poco también encontraba un ritmo parecido al de las estrellas con
las que Luna se movía entre dimensiones.
Esa tarde, Luna estaba
aprendiendo que un beso es cuestión de sincronización, así tenía tiempo de
recuperarse y evitar convertirse en un ente de cabello y ojos blancos. Tal vez,
después de todo, el amor sí era una actitud y sobre ésta se podía tomar
decisiones, como en un beso, abrir, cerrar, respirar. Y si era así, estaba
cerca de enamorarse.
El día resultó
provechoso,pensó Mar, mientras dejaba su maletín de trabajo a un lado de la
puerta de entrada de su casa. Estaba agotada, había puesto mucho ímpetu en
realizar todas sus actividades y además estaba la desvelada de la noche
anterior que la mantenían en un estado físico como de resaca.
“¡Llegaste, fea!”
Mar sintió una ola de
felicidad (otro juego de palabras medio ridículo) al escuchar la voz de Hugo,
quien bajaba a recibirla en pantalones cortos y camiseta sin mangas.
“¡Ya estás aquí!”,exclamó
Mar mientras abrazaba a su tío con fuerza.
“La moto está bien
aceitada, calibrada, afinada y lista para largarnos de aquí y ver mujeres”
“Dios… cómo necesito
eso”
“¿Ver mujeres?”
“No, de mujeres estoy
harta. La moto y largarme, eso necesito.”
“Pues vámonos, antes de
que tus papás vengan y nos amargen la tarde”
“Espera, primero
necesito hablar con Luna”
“¿La prima, hija de tu
pariente paterno loco?”
“La misma”
“Pues tendrá que ser en
la noche. Nadie ha llegado a esta casa y yo no voy a quedarme esperando y
tienes cara de que tú tampoco quieres quedarte. Anda, ya tendrás tiempo de presentarme
a tu prima. ¿Es linda?”
“Mucho”
“Entonces entre más
rápido partamos, más pronto podré echarle un ojo a la prima”
Mar suspiró. Hugo tenía
razón, necesitaba un poco más de tiempo para afinar detalles de un plan que
durante el transcurso del día había perdido entusiasmo. Las testosteronas de
Hugo quizá pudieran añadirle nuevos puntos de vista.
“¿Qué tan bueno tiene
que ser el sexo para que alguien se enamore de otro alguien?”
“¿Alguien como tú, como
yo o como un perro?”
“Alguien como un bebé
emocional”
“Imagen rara. Pero creo
que entiendo. Si es su primera vez, bastaría un acostón moderadamente
satisfactorio para lograrlo. No creo siquiera que sea necesario un orgasmo. Yo
me enamoré por primera vez con tan solo verle las tetas a una mujer”
Vale. Quizá la opinión
de Hugo serviría, quizá.
“Larguémonos”
Sentenció Mar, saliendo
junto a su tío joven sin rumbo definido.
Llegaron hasta un
mirador, casi a las afueras de la ciudad. No había nadie cerca, con todo y que
el mirador estaba bien habilitado, con luces y hasta bebederos.
Hugo le contó sobre su
trabajo, lo charlatanes que eran sus jefes, sobre su última novia y lo grande
que se había puesto su hijo. Le contó que quiso casarse, pero que finalmente
había entendido que la vida marital no era lo suyo. Luego llegó su turno. Hugo
la cuestionó sobre su trabajo, sobre sus diseños y trazos y finalmente preguntó
por Sara, como cabría esperar.
Mar le contó sin
tapujos lo último que había pasado. Sobre Sara confesándose enamorada y luego
desmintiéndose libre para estar con ella.
“Fea, tú estás
obsesionada con Sara y ella contigo, no es más que eso”
“Lo dices tan seguro”
“Estoy seguro. Mira,
ella y tú se traen ganas”
“Ya nos hemos acostado,
por ahí no van las cosas”
“Claro que sí. No lo
hicieron bien. Yo opino que si vas y
repites, esta vez bien hechas las cosas, vas a poder salir finalmente de esa
cosa que es todo menos una amistad desinteresada”
“No es tan fácil”
“Lo es. Y tú lo sabes,
solo que no quieres verlo. ¿Por qué se puso histérica Sara?”
“Por Luna”
“Luna, Luna, la famosa
Luna. ¿Es tan especial como para poner en jaque a la diosa de la frialdad?”
“Al parecer sí”
“Ya quiero conocerla”
Mar quería contarle
todo a Hugo, pero no era algo factible. Por mucho que se quisieran y tuvieran
confianza, la cosa interestelar la haría parecer una loca. Hasta a ella misma
le parecería increíble. Suspiró.
“Dime ya qué es lo que
estás ocultando”, presionó Hugo.
“Verás, le estoy
ayudando a Luna a enamorarse de una mujer que por cierto es asombrosa”
“¿Ayudándola a
enamorarse? ¿Tienes idea de lo tonto que suena eso?”
“Ya sé que parece una
estupidez, pero es así, Luna tiene poca experiencia en eso de las relaciones y
entonces yo le aconsejo cosas y todo iba más o menos bien, pero entonces tiene…
quiere enamorarse y esto se complicó”
“¿Por eso la pregunta
sobre el sexo?”
“Sí”
“¿Y tú qué tanto
interés puedes tener en que tu prima se enamore? No sabía que fueras un alma
tan caritativa. Bueno sí, lo eres, pero por lo regular te mantienes al margen
de situaciones como esa”
“Me siento en la
obligación de cuidar de Luna”
“Esa obligación no
existe. Tú te la impones”
“Como sea, así lo
siento, quiero que logre todos sus objetivos y que…” Y que esto termine de una
buena vez sin daños colaterales, pensó Mar, sin poder decirlo en voz alta.
“Tal vez si dejas pasar
el tiempo, Luna termine por enamorarse sola, lo normal”
“Es que no tenemos
tiempo. Es urgente”
“Mujeres…”Hugo giró los
ojos. “¿Siempre es el amor tan urgente?”
“Claro que no. Pero en
esta ocasión sí”
“Sigo sin entender nada
sobre la situación de tu prima. Estaré aquí un par de días y si necesitas
hablar, sabes que cuentas conmigo”
“Siempre tan cursi,
tío”
“¿Volvemos?”
“Volvamos”
El viento sobre su
casco de copiloto calmó un poco los pensamientos de Mar. Estaba pensando cómo
plantearle a Luna lo que debía suceder entre ella y Nora y aquello le causaba
malestar. Por Nora, claro, porque después de todo la orillaría a entregarse enteramente
a un ser de otro mundo y tiempo solo para después olvidarlo todo. Eso era lo
peor de la situación, el olvido inevitable.
Todos estaban ya en
casa. Sus papás, que los interceptaron para darle la bienvenida a Hugo, y Luna
que la observaba desde el barandal en lo alto de la escalera. Mar le sonrió en
silencio desde el recibidor y Luna correspondió la sonrisa. Entonces Mar
escuchó que la puerta del baño del segundo piso se abría y Nora apareció junto
a Luna; también estaba sonriente.
Muy bien, pensó Mar.
Que aún estén juntas es buena señal.
Mar se excusó para ir
al encuentro de las otras dos mujeres. Hugo siguió sus movimientos y aventuró
un saludo de manos desde abajo. Mar le dijo que después las alcanzara y él
estuvo de acuerdo.
“Hola, Nora. ¡Qué bueno
verte por acá!” ¿Había sonado demasiado entusiasta?
“Buenas tardes, Mar.
Solo quise asegurarme que Luna estuviera bien hasta que llegaras. Enseguida me
retiro.”
“No te tienes que ir.
Puedes quedarte un rato si quieres, aprovechen el tiempo juntas”
“Creo que lo hemos
aprovechado”
Mar encontró una mancha
interesante en el barandal, mientras Luna y Nora compartían una mirada
cómplice.
“Ahora me retiro.
Buenas noches mi Luna”
Luna asintió y se dejó
besar en los labios muy suavemente.
“Hasta luego, Mar”
Nora se despidió de la
diseñadora con un beso en la mejilla y bajó las escaleras, sola. Mar supuso que
ya conocía más que bien el camino de salida y no consideró necesario
acompañarla. Escuchó que Nora se despedía de sus papás y que saludaba a Hugo y
luego se fue.
“Si mi mamá hubiera
visto ese besito, ni tus poderes de control mental hubieran impedido el
escándalo”
“Hice lo que me
solicitaste”
“Sí, pude notarlo.
¿Cómo estuvo todo?”
“Fue fascinante”
Mar examinó el rostro
de su amiga interplanetaria para encontrar algún rastro de cansancio o
debilidad. Pero no, el rostro de Luna estaba normal.
“¿Fue mejor esta vez?”
“Es correcto. Besar a
Nora fue agradable”
Agradable era bueno.
Agradable era poco más que aceptable así que las cosas estaban yendo bien.
Ahora quedaba explicarle a Luna el resto de su plan. Pero podía hacerlo mañana,
porque hoy estaba cansada, eso, y todavía faltaba presentarle a Hugo y pues
así, mañana sería.
“Me parece que estás
cerca de enamorarte. Me alegra que hayas resistido sin necesitarme”
“No creí que mi cuerpo
fuera capaz, pero concentrándome en mantener un buen ritmo pude controlar mi
necesidad de estar cerca de ti”
“Demasiada información,
marciana”
Luna guardó silencio.
Se recargó en el barandal y Mar hizo lo mismo.
“¿Dónde estuviste?
¿Viste a Sara?”
A Mar le tomó por
sorpresa la pregunta. Por lo regular, Luna nunca estaba muy interesada en lo
que ella hiciera o dejara de hacer.
“No. Estuve con Hugo, a
quien conocerás en un rato. Fuimos a pasear en su motocicleta. Espero tengas
oportunidad de andar con el viento en la cara. Es algo que todo humano e
investigador de los humanos debería experimentar. Además… yo estoy enojada con
Sara, no tendría por qué verla”
“Eso no es correcto. Sé
que has arreglado tu situación emocional
con ella”
“¿Te metiste en mi
cabeza?”, Mar estaba comenzando a molestarse.
“No. No lo haría sin
que tú lo pidieras. Pero lo supe desde la mañana, estabas de muy buen humor”
“Pero no fue por Sara.
Es decir, sí hablé con ella y aclaramos algunas cosas y confundimos otras
cosas, pero por lo que realmente estaba contenta es porque tengo ya una idea de
cómo lograr que el vínculo entre Nora y tú se haga muy fuerte. No puedes verme
feliz y de pronto suponer que se debe a que estoy bien con Sara. Luna, te estás
convirtiendo en un verdadero ser humano, prejuiciosa”
“Me disculpo. ¿Cuál es
esa idea?”
Mar guardó silencio.
¿Entonces no será posible esperar hasta mañana? Bien, pues si la galáctica lo
solicitaba entonces tendría que responder.
“Vas a hacer el amor
con Nora”
Luna parecía confundida,
así que Mar continuó.
“¿Sí sabes a qué me
refiero?”
“Es un eufemismo para
denominar la cópula”
“Efectivamente. Te
entregarás a Nora y ella se entregará a ti”
“No”
Mar no esperaba una
negación tan tajante, pero antes de poder cuestionar a la mujer intergaláctica,
Hugo comenzó a subir las escaleras, llamándola.
“Tú debes ser la
famosísima Luna. ¿Qué tal?”
“Es correcto. Mi nombre
es Luna.”
“Soy Hugo, tío de Mar,
pero eso ya lo sabías”
“Es correcto, ya lo
sabía”
“Ey… si interrumpo algo
solo díganlo y me esfumaré”
Mar y Luna guardaron
silencio. Hugo iba a emprender la retirada pero entonces Mar lo detuvo.
“No interrumpes. Luna
solo me contaba que había pasado una buena tarde con su novia”
“¿Tu mamá sabe que
estaba aquí con su novia? No sabía que ya se permitían las tardes románticas en
casa”
“Mi comportamiento en
casa de Mar se ajusta completamente a las normas de sus padres. Nora y yo
terminamos los besos apenas cruzar la puerta de entrada”
“¿Estuvieron besándose
todo el camino hasta aquí?”, Hugo parecía divertido.
“Es correcto”
“¿Podemos bajar y
contárselo a mi hermana?”
“No entiendo por qué
haríamos eso”
“No entiendo por qué no
lo haríamos”
“Basta, Hugo. No
molestes a mamá, ni a Luna.”
“Vale. ¿Ves, Mar? No
tenías nada de qué preocuparte, creo que Luna ya te lleva ventaja en las
lecciones. ¿Cuándo fue la última vez que pasaste una tarde como la de Luna?”
“Supongo que sí…Yo me
retiro. Tengo un poco de trabajo urgente para mañana”
“Fea, son las nueve de
la noche. Tienes otro poco de tiempo”
“Es urgente. Buenas
noches. Buenas noches, Luna”
Sin ver atrás, Mar se
metió a su habitación.
“¿La quieres, verdad?”,preguntó
Hugo al aire.
“¿Disculpa?”, Luna no
logró entender completamente que se dirigía a ella.
“A tu novia, claro. ¿La
quieres?”
“Nora es un ser humano
muy importante para mí y le tengo afecto”
“No eres la mujer más
cálida del mundo, ¿cierto?”
“No lo soy”
“Me lo figuraba. Mar no
siempre dice todo lo que piensa o siente”
“Es correcto”
“¿La conoces bien?”
“Nos conocemos desde
hace mucho tiempo”
“Ya veo, por eso
desataste la histeria”
“¿Cuál histeria?”
“La del planeta tierra”
Luna se quedó atónita y
poco a poco comenzó a dibujar una mirada amenazadora, dispuesta a luchar si era
necesario.
“Tranquila, tranquila…
de Sara, me refiero a Sara. Sara se ha puesto histérica con Mar”
Luna se relajó
visiblemente.
“Sara no es digna del
interés de Mar”
“Estoy de acuerdo. Tú y
yo vamos a llevarnos bien. Voy a bajar a ver televisión. ¿Vienes?”, Hugo siguió
la mirada de Luna, clavada en la puerta del cuarto de Mar. “Es mejor que la
dejemos sola un rato”
“Bajaré a ver
televisión”
Y alienígena y tío
joven bajaron a la sala.
No. La marciana había
dicho que no. Certera. Tajante. Y Mar se sentía frustrada. No. Tan segura la
marciana. Era la mejor oportunidad que tenían, hacía un momento había dicho que
le habían gustado los besos y ahora el No. Solo era llevar un poco más allá los
besos, solo era atreverse a ser vulnerable con Nora, la inofensiva Nora. Y con
todo y la molestia que la negativa le producía, estaba acostada en su cama
mucho menos preocupada que hacía un par de horas.
Bien, si Luna había rechazado
su plan, seguramente ya tenía otra solución. Luna, después de todo, era una
superalienígena con poderes que seguramente rebasaban su capacidad de encontrar
soluciones. Seguro. Eso. Y acostarse con Nora no era necesario.
Mar encontró muy
divertido aventar su almohada de manera vertical una y otra y otra vez.
Arriba. Luna no tenía
que llegar con Nora más allá de los besos. Arriba. A lo mejor ya ni las tandas
de besos eran necesarias. Arriba. Probablemente ya ni siquiera tuvieran que
estar enamoradas. Arriba.
Para aclarar esa
situación tenía que hablar con Luna, cierto, pero eso podía ser más tarde. Mar
escuchaba el televisor desde la planta de abajo y alguna que otra risa de Hugo.
Supuso que estaría con sus papás y quizá con Luna, porque Hugo se oía muy
animado (cosa que correspondía a la presencia de una mujer bonita). Todos
estaban juntos pasando un buen momento y ella... No. No se quedaría ahí como una
tonta aventando una almohada. Así que de mejor ánimo se puso de pie y bajó
hasta la estancia donde, efectivamente, todos estaban reunidos viendo una
película sobre robots.
“Siéntate aquí”, llamó
su mamá, señalando un lugar en el sillón entre ella y Luna. Mar obedeció y su
mamá la recibió rodeándola con un brazo y dejando que su hija acomodara la
cabeza en su hombro. “¡Qué bueno que bajaste!”
Mar sólo sonrió. Sí.
Qué bueno que bajó. Entonces sintió la mano cálida de Luna tomando la suya que
había quedado sobre el sillón, de manera que nadie más pudiera verlas. Supuso
que ya era necesario reestablecer el vínculo, así que la aceptó y la sostuvo
con seguridad durante el resto de la película.
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Hermoso capitulo!!! Saludos
ResponderEliminarLuna y mar..lun y mar...mar y luna!!!!
ResponderEliminarSigo insistiendo en q la historia esta en ese par!!!
Me encanta tu historia!!! Gracias!
C.R
Muy buen capítulo, gracias por publicar a diario
ResponderEliminarWoww creó que el vínculo que Luna tiene con Mar siempre ha sido mucho,mas que un simple vinculo para sobrevivir en nuestro mundo yo,ya creó que ella existe porque Mar existe y por eso esta aquí y Nora es solo un error de logística por eso cada vez que la besa ella pierde energía el amor no hace perder energía la aumenta espero que Mar bese en la boca a Luna pronto para que seden cuenta que ambas siempre han estado conectada muy buen capítulo
ResponderEliminarSaludos Laura desde Chile
Sigo enganchadísima a tu historia. Me asombra y me intriga el no rotundo de Luna a hacer el amor con Nora. No se me han olvidado los otros alienígenas y pienso que ese nuevo contratiempo pone en franco peligro no solo a la escritora-creadora-de-musas-alienígenas, sino a la propia Luna e incluso a Mar. Pobrecilla. Ella siempre tan espléndida y generosa. ¿Y enamorada?
ResponderEliminarEsperando tu próximo capítulo. Un gustazo leerte, Laura
ahhhh me encanta la dirección que esta tomando la historia! estoy super emocionada! increíble manera de escribir, estoy enganchadisima a la historia.
ResponderEliminarsaludos.