Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

El raro diseño de la luna - Laura T.D - 17

17


A la mañana siguiente, en el trabajo, Mar tomaba una taza de café con una dona glaseada. Había decidido que esa mañana no le importaban las calorías, aunque la verdad pocas veces le importaban (y sí, qué envidia por su metabolismo). Luna, que la acompañaba con otra dona, la observaba en silencio.

Mar había amanecido de buen humor, porque aunque una amenaza alienígena se cernía sobre seres cercanos a ella, incluso sobre ella misma, había encontrado una posible solución. Superficial, burda y aun así, totalmente lógica. Luna, que no podía ocultar del todo su preocupación, debía intensificar su proceso de enamoramiento con aquello que los seres humanos consideraban, con diferente nivel de compromiso, el clímax del proceso de cortejo: un buen acostón. En su experiencia, Luna probaría todo de Nora y se engancharía totalmente. La primera razón, desde el punto de vista de Mar, era que la galáctica nunca había experimentado semejante situación física y sin duda lo encontraría fascinante. La segunda y más importante, es que estaba segura de que Nora se le entregaría con todo su corazón y eso se sentiría dulce, auténtico y ni siquiera una alienígena podría dejar de sentir ternura.
“¿Hoy no irás con Nora?”
“Sí. La veré en una hora”
“Perfecto”
“En realidad es algo complicado, Mar. Ayer toda mi capacidad para sentirme preocupada fue descubierta y es difícil para mí mantenerme racional. No estoy segura de poder mantener un comportamiento objetivo; no puedo dejar de pensar en que corre peligro”
“¿También sientes miedo, marciana?”
“Es correcto.”
“Mira, Luna. Yo también estoy preocupada y tengo miedo, pero no podemos quedarnos clavadas en esos sentimientos negativos. Tenemos que encontrar una solución y pronto. ¿Puedes mantenerte enfocada en eso?” 
“Sí. Me programaré para enfocarme en soluciones”
“Además, te tengo una buena noticia: creo que tengo una estrategia.”
“¿Cuál?”
“Confía en mí, marciana. Por lo pronto, hoy que veas a Nora tendrás que hacer exactamente lo que te diga”
“Escucho con atención”
“Vas a besarla. Mucho. Fuerte. Lento. Rápido. Todas las veces que te sea posible”
“Lo haré. Sin embargo, existe un contratiempo a tus instrucciones. Cuando besé a Nora me debilité mucho”
Mar no había pensado en ese detalle. Eso significaba un problema a su plan. Si Mar no era capaz de besuquear a Nora sin convertirse en un bulto pulposo, sería poco probable que pudiera hacer el amor con ella.
“¿Qué podemos hacer al respecto? No querrás que me esconda detrás de un árbol para que beses mi mentón entre sus sesiones de besos…”
“Incluso yo, sé que no sería correcto”
“¿Y si nos vinculamos un par de veces muy fuerte? ¿Crees que con eso resistas?”
“Podemos intentarlo”
“Bien. Ven”
Sin pensarlo dos veces, Mar tomó a Luna de la mano y haciendo gala de dotes sigilosas (que no poseía), la arrastró hasta una pequeña bodega. Cerró la puerta.El lugar no estaba hundido en completa oscuridad gracias a una pequeña ventana.
“Esto empieza a ser divertido”,dijo Mar.
“Te encuentro especialmente entusiasta el día de hoy”
Mar sonrió y atrajo a Luna hacia ella. Luna posó sus labios en el mentón de la terrícola. Los dejó ahí varios segundos. Mar pudo sentir el incremento de calor en el área. Se separaron y luego fue el turno de Mar de hacer lo propio. Cuando se separaron de ese segundo proceso, ambas estaban agitadas. Se había sentido más que de costumbre, pensó Mar. Claro que esa había sido la intención, para que durara el efecto lo más posible. Eso. El efecto de la vinculación, para que entonces Luna fuera y pudiera besar a Nora muchas veces. Era una prueba. Eso, un ensayo. Y por eso ya debían salir de la bodega porque finalmente estaban dentro del edificio de su trabajo y en horario laboral. Y el espacio sí que era reducido, notó Mar, de repente.
Mar y Luna salieron de la bodega. Mar le deseo a Luna un buen día y mucha suerte y le recordó varias veces, como si fuera necesario, que debía seguir sus instrucciones. Luna le aseguró que haría su mejor esfuerzo y salió del edificio para ir al encuentro de Nora.
Una vez frente a su escritorio, Mar encontró menos apetitosa la mitad de dona que todavía no había consumido. Luna no tuvo reparos en aceptar sus indicaciones, claro, pues ella era la especialista en cuestiones de amor humano. De otros enamorados, claro, no de ella misma, porque en eso era un desastre. Pero ahora lo importante no eran sus sentimientos vueltos un mar de confusiones, sino salvar a Nora y terminar lo antes posible con la aventura intergaláctica. ¡Ja! Ella era un mar de emociones, qué exagerada y medio ridícula con el juego de palabras.Lo mejor sería enfocarse en el trabajo, por lo menos hasta la tarde, ya que entonces se enteraría si Luna había soportado y podía proceder su plan.
Mientras Mar se sumergía en el pantone, Nora podía ver que Luna estaba preocupada. La mujer sin tiempo ni espacio era completamente transparente con lo que sentía. Nora dudó si preguntar o no, supuso que ya se enteraría si algo pasaba. Por lo pronto lo mejor sería disfrutar la compañía. Otra vez podía tenerla solo para ella. Esta vez, Luna la acompañaría a su nueva vivienda: un cuarto de renta en un edificio modesto. Sin duda Nora podía permitirse un lugar mejor ubicado y con más comodidades (y más bonito en términos generales), pero era una persona sencilla que vivía en lugares sencillos. El cuarto solo tenía lo esencial como un escritorio, una cama, un refrigerador y una pequeña cocineta, un baño privado y un balcón sin buena vista.
Nora estaba nerviosa, aún no se acostumbraba a estar a solas con su musa encarnada. Le ofreció un vaso con agua que Luna aceptó y ahora bebía a pequeños sorbos sentada en su cama. Por un momento la imagen de Luna sentada en su cama le secó la garganta y la escritora tuvo que apurar la mitad de su cartón de jugo individual.
“¿Todo bien con Mar?”,preguntó Nora, buscando acomodarse en la silla del escritorio.
“Sí. Ella está bien”
“¿Y lo de la mujer de cabello corto?”
“Creo que solo buscaba encontrar un espacio para estar sola.”
“Ya veo. ¿Problemas con Sara?”
“Sara siempre es una persona problemática”
“No te agrada…”
“Su existencia en la vida de Mar me es irritante. Es correcto”
“Considero que el amor es una actitud ante las situaciones. No todos amamos igual porque no todos enfrentamos la vida igual. No conozco bien la historia, pero el hecho de que Sara no se comporte como cabría esperar de alguien enamorada, no significa que no lo esté”
“No considero que el amor humano sea una actitud. Asumirlo de esa manera es muy conveniente para ustedes, lo entiendo. A los humanos les importan las acciones, las demostraciones, pero no todo puede ser demostrado, no todo es racional. El amor, de acuerdo a mis observaciones, es una especie de fuerza que no solo envuelve todo lo que hacen, sino todo lo que piensan, lo que desean, es como una especie de…”
“Locura”, completó Nora con seguridad. “Creo que nos has observado muy bien, Luna”
“Esa es mi misión”
“Yo estoy enamorada”
“Lo sé. Estás enamorada de mí”
“Espero no consideres eso una violación a tus límites espacio-temporales”
“En realidad, es justo lo que necesito”
“¿Entonces, está bien que yo te ame?”
Luna se puso de pie, dejó a un lado el vaso que aún sostenía y le ofreció a Nora una de sus manos. Nora aceptó el gesto, encarando a Luna. Eran casi de la misma estatura, la misma complexión.
“Yo busco amarte, Nora”
Y entonces Luna puso en marcha el plan de Mar. Varias veces, hasta que a Nora le faltó el aliento. Hasta que tuvieron que acomodarse sobre la cama para evitar la debilidad que sentían en las piernas. Nora por la emoción; Luna porque cada golpe de labios fríos la debilitaba.
Pero Luna resistió y en el juego de labios y lenguas empezó a disfrutar el contacto de Nora, porque Nora poco a poco también encontraba un ritmo parecido al de las estrellas con las que Luna se movía entre dimensiones.
Esa tarde, Luna estaba aprendiendo que un beso es cuestión de sincronización, así tenía tiempo de recuperarse y evitar convertirse en un ente de cabello y ojos blancos. Tal vez, después de todo, el amor sí era una actitud y sobre ésta se podía tomar decisiones, como en un beso, abrir, cerrar, respirar. Y si era así, estaba cerca de enamorarse.

El día resultó provechoso,pensó Mar, mientras dejaba su maletín de trabajo a un lado de la puerta de entrada de su casa. Estaba agotada, había puesto mucho ímpetu en realizar todas sus actividades y además estaba la desvelada de la noche anterior que la mantenían en un estado físico como de resaca.
“¡Llegaste, fea!”
Mar sintió una ola de felicidad (otro juego de palabras medio ridículo) al escuchar la voz de Hugo, quien bajaba a recibirla en pantalones cortos y camiseta sin  mangas.
“¡Ya estás aquí!”,exclamó Mar mientras abrazaba a su tío con fuerza.
“La moto está bien aceitada, calibrada, afinada y lista para largarnos de aquí y  ver mujeres”
“Dios… cómo necesito eso”
“¿Ver mujeres?”
“No, de mujeres estoy harta. La moto y largarme, eso necesito.”
“Pues vámonos, antes de que tus papás vengan y nos amargen la tarde”
“Espera, primero necesito hablar con Luna”
“¿La prima, hija de tu pariente paterno loco?”
“La misma”
“Pues tendrá que ser en la noche. Nadie ha llegado a esta casa y yo no voy a quedarme esperando y tienes cara de que tú tampoco quieres quedarte. Anda, ya tendrás tiempo de presentarme a tu prima. ¿Es linda?”
“Mucho”
“Entonces entre más rápido partamos, más pronto podré echarle un ojo a la prima”
Mar suspiró. Hugo tenía razón, necesitaba un poco más de tiempo para afinar detalles de un plan que durante el transcurso del día había perdido entusiasmo. Las testosteronas de Hugo quizá pudieran añadirle nuevos puntos de vista.
“¿Qué tan bueno tiene que ser el sexo para que alguien se enamore de otro alguien?”
“¿Alguien como tú, como yo o como un perro?”
“Alguien como un bebé emocional”
“Imagen rara. Pero creo que entiendo. Si es su primera vez, bastaría un acostón moderadamente satisfactorio para lograrlo. No creo siquiera que sea necesario un orgasmo. Yo me enamoré por primera vez con tan solo verle las tetas a una mujer”
Vale. Quizá la opinión de Hugo serviría, quizá.
“Larguémonos”
Sentenció Mar, saliendo junto a su tío joven sin rumbo definido.
Llegaron hasta un mirador, casi a las afueras de la ciudad. No había nadie cerca, con todo y que el mirador estaba bien habilitado, con luces y hasta bebederos.
Hugo le contó sobre su trabajo, lo charlatanes que eran sus jefes, sobre su última novia y lo grande que se había puesto su hijo. Le contó que quiso casarse, pero que finalmente había entendido que la vida marital no era lo suyo. Luego llegó su turno. Hugo la cuestionó sobre su trabajo, sobre sus diseños y trazos y finalmente preguntó por Sara, como cabría esperar.
Mar le contó sin tapujos lo último que había pasado. Sobre Sara confesándose enamorada y luego desmintiéndose libre para estar con ella.
“Fea, tú estás obsesionada con Sara y ella contigo, no es más que eso”
“Lo dices tan seguro”
“Estoy seguro. Mira, ella y tú se traen ganas”
“Ya nos hemos acostado, por ahí no van las cosas”
“Claro que sí. No lo hicieron bien.  Yo opino que si vas y repites, esta vez bien hechas las cosas, vas a poder salir finalmente de esa cosa que es todo menos una amistad desinteresada”
“No es tan fácil”
“Lo es. Y tú lo sabes, solo que no quieres verlo. ¿Por qué se puso histérica Sara?”
“Por Luna”
“Luna, Luna, la famosa Luna. ¿Es tan especial como para poner en jaque a la diosa de la frialdad?”
“Al parecer sí”
“Ya quiero conocerla”
Mar quería contarle todo a Hugo, pero no era algo factible. Por mucho que se quisieran y tuvieran confianza, la cosa interestelar la haría parecer una loca. Hasta a ella misma le parecería increíble. Suspiró.
“Dime ya qué es lo que estás ocultando”, presionó Hugo.
“Verás, le estoy ayudando a Luna a enamorarse de una mujer que por cierto es asombrosa”
“¿Ayudándola a enamorarse? ¿Tienes idea de lo tonto que suena eso?”
“Ya sé que parece una estupidez, pero es así, Luna tiene poca experiencia en eso de las relaciones y entonces yo le aconsejo cosas y todo iba más o menos bien, pero entonces tiene… quiere enamorarse y esto se complicó”
“¿Por eso la pregunta sobre el sexo?”
“Sí”
“¿Y tú qué tanto interés puedes tener en que tu prima se enamore? No sabía que fueras un alma tan caritativa. Bueno sí, lo eres, pero por lo regular te mantienes al margen de situaciones como esa”
“Me siento en la obligación de cuidar de Luna”
“Esa obligación no existe. Tú te la impones”
“Como sea, así lo siento, quiero que logre todos sus objetivos y que…” Y que esto termine de una buena vez sin daños colaterales, pensó Mar, sin poder decirlo en voz alta.
“Tal vez si dejas pasar el tiempo, Luna termine por enamorarse sola, lo normal”
“Es que no tenemos tiempo. Es urgente”
“Mujeres…”Hugo giró los ojos. “¿Siempre es el amor tan urgente?”
“Claro que no. Pero en esta ocasión sí”
“Sigo sin entender nada sobre la situación de tu prima. Estaré aquí un par de días y si necesitas hablar, sabes que cuentas conmigo”
“Siempre tan cursi, tío”
“¿Volvemos?”
“Volvamos”
El viento sobre su casco de copiloto calmó un poco los pensamientos de Mar. Estaba pensando cómo plantearle a Luna lo que debía suceder entre ella y Nora y aquello le causaba malestar. Por Nora, claro, porque después de todo la orillaría a entregarse enteramente a un ser de otro mundo y tiempo solo para después olvidarlo todo. Eso era lo peor de la situación, el olvido inevitable.
Todos estaban ya en casa. Sus papás, que los interceptaron para darle la bienvenida a Hugo, y Luna que la observaba desde el barandal en lo alto de la escalera. Mar le sonrió en silencio desde el recibidor y Luna correspondió la sonrisa. Entonces Mar escuchó que la puerta del baño del segundo piso se abría y Nora apareció junto a Luna; también estaba sonriente.
Muy bien, pensó Mar. Que aún estén juntas es buena señal.
Mar se excusó para ir al encuentro de las otras dos mujeres. Hugo siguió sus movimientos y aventuró un saludo de manos desde abajo. Mar le dijo que después las alcanzara y él estuvo de acuerdo.
“Hola, Nora. ¡Qué bueno verte por acá!” ¿Había sonado demasiado entusiasta?
“Buenas tardes, Mar. Solo quise asegurarme que Luna estuviera bien hasta que llegaras. Enseguida me retiro.”
“No te tienes que ir. Puedes quedarte un rato si quieres, aprovechen el tiempo juntas”
“Creo que lo hemos aprovechado”
Mar encontró una mancha interesante en el barandal, mientras Luna y Nora compartían una mirada cómplice.
“Ahora me retiro. Buenas noches mi Luna”
Luna asintió y se dejó besar en los labios muy suavemente.
“Hasta luego, Mar”
Nora se despidió de la diseñadora con un beso en la mejilla y bajó las escaleras, sola. Mar supuso que ya conocía más que bien el camino de salida y no consideró necesario acompañarla. Escuchó que Nora se despedía de sus papás y que saludaba a Hugo y luego se fue.
“Si mi mamá hubiera visto ese besito, ni tus poderes de control mental hubieran impedido el escándalo”
“Hice lo que me solicitaste”
“Sí, pude notarlo. ¿Cómo estuvo todo?”
“Fue fascinante”
Mar examinó el rostro de su amiga interplanetaria para encontrar algún rastro de cansancio o debilidad. Pero no, el rostro de Luna estaba normal.
“¿Fue mejor esta vez?”
“Es correcto. Besar a Nora fue agradable”
Agradable era bueno. Agradable era poco más que aceptable así que las cosas estaban yendo bien. Ahora quedaba explicarle a Luna el resto de su plan. Pero podía hacerlo mañana, porque hoy estaba cansada, eso, y todavía faltaba presentarle a Hugo y pues así, mañana sería.
“Me parece que estás cerca de enamorarte. Me alegra que hayas resistido sin necesitarme”
“No creí que mi cuerpo fuera capaz, pero concentrándome en mantener un buen ritmo pude controlar mi necesidad de estar cerca de ti”
“Demasiada información, marciana”
Luna guardó silencio. Se recargó en el barandal y Mar hizo lo mismo.
“¿Dónde estuviste? ¿Viste a Sara?”
A Mar le tomó por sorpresa la pregunta. Por lo regular, Luna nunca estaba muy interesada en lo que ella hiciera o dejara de hacer.
“No. Estuve con Hugo, a quien conocerás en un rato. Fuimos a pasear en su motocicleta. Espero tengas oportunidad de andar con el viento en la cara. Es algo que todo humano e investigador de los humanos debería experimentar. Además… yo estoy enojada con Sara, no tendría por qué verla”
“Eso no es correcto. Sé que has arreglado tu  situación emocional con ella”
“¿Te metiste en mi cabeza?”, Mar estaba comenzando a molestarse.
“No. No lo haría sin que tú lo pidieras. Pero lo supe desde la mañana, estabas de muy buen humor”
“Pero no fue por Sara. Es decir, sí hablé con ella y aclaramos algunas cosas y confundimos otras cosas, pero por lo que realmente estaba contenta es porque tengo ya una idea de cómo lograr que el vínculo entre Nora y tú se haga muy fuerte. No puedes verme feliz y de pronto suponer que se debe a que estoy bien con Sara. Luna, te estás convirtiendo en un verdadero ser humano, prejuiciosa”
“Me disculpo. ¿Cuál es esa idea?”
Mar guardó silencio. ¿Entonces no será posible esperar hasta mañana? Bien, pues si la galáctica lo solicitaba entonces tendría que responder.
“Vas a hacer el amor con Nora”
Luna parecía confundida, así que Mar continuó.
“¿Sí sabes a qué me refiero?”
“Es un eufemismo para denominar la cópula”
“Efectivamente. Te entregarás a Nora y ella se entregará a ti”
“No”
Mar no esperaba una negación tan tajante, pero antes de poder cuestionar a la mujer intergaláctica, Hugo comenzó a subir las escaleras, llamándola.
“Tú debes ser la famosísima Luna. ¿Qué tal?”
“Es correcto. Mi nombre es Luna.”
“Soy Hugo, tío de Mar, pero eso ya lo sabías”
“Es correcto, ya lo sabía”
“Ey… si interrumpo algo solo díganlo y me esfumaré”
Mar y Luna guardaron silencio. Hugo iba a emprender la retirada pero entonces Mar lo detuvo.
“No interrumpes. Luna solo me contaba que había pasado una buena tarde con su novia”
“¿Tu mamá sabe que estaba aquí con su novia? No sabía que ya se permitían las tardes románticas en casa”
“Mi comportamiento en casa de Mar se ajusta completamente a las normas de sus padres. Nora y yo terminamos los besos apenas cruzar la puerta de entrada”
“¿Estuvieron besándose todo el camino hasta aquí?”, Hugo parecía divertido.
“Es correcto”
“¿Podemos bajar y contárselo a mi hermana?”
“No entiendo por qué haríamos eso”
“No entiendo por qué no lo haríamos”
“Basta, Hugo. No molestes a mamá, ni a Luna.”
“Vale. ¿Ves, Mar? No tenías nada de qué preocuparte, creo que Luna ya te lleva ventaja en las lecciones. ¿Cuándo fue la última vez que pasaste una tarde como la de Luna?”
“Supongo que sí…Yo me retiro. Tengo un poco de trabajo urgente para mañana”
“Fea, son las nueve de la noche. Tienes otro poco de tiempo”
“Es urgente. Buenas noches. Buenas noches, Luna”
Sin ver atrás, Mar se metió a  su habitación.
“¿La quieres, verdad?”,preguntó Hugo al aire.
“¿Disculpa?”, Luna no logró entender completamente que se dirigía a ella.
“A tu novia, claro. ¿La quieres?”
“Nora es un ser humano muy importante para mí y le tengo afecto”
“No eres la mujer más cálida del mundo, ¿cierto?”
“No lo soy”
“Me lo figuraba. Mar no siempre dice todo lo que piensa o siente”
“Es correcto”
“¿La conoces bien?”
“Nos conocemos desde hace mucho tiempo”
“Ya veo, por eso desataste la histeria”
“¿Cuál histeria?”
“La del planeta tierra”
Luna se quedó atónita y poco a poco comenzó a dibujar una mirada amenazadora, dispuesta a luchar si era necesario.
“Tranquila, tranquila… de Sara, me refiero a Sara. Sara se ha puesto histérica con Mar”
Luna se relajó visiblemente.
“Sara no es digna del interés de Mar”
“Estoy de acuerdo. Tú y yo vamos a llevarnos bien. Voy a bajar a ver televisión. ¿Vienes?”, Hugo siguió la mirada de Luna, clavada en la puerta del cuarto de Mar. “Es mejor que la dejemos sola un rato”
“Bajaré a ver televisión”
Y alienígena y tío joven bajaron a la sala.

No. La marciana había dicho que no. Certera. Tajante. Y Mar se sentía frustrada. No. Tan segura la marciana. Era la mejor oportunidad que tenían, hacía un momento había dicho que le habían gustado los besos y ahora el No. Solo era llevar un poco más allá los besos, solo era atreverse a ser vulnerable con Nora, la inofensiva Nora. Y con todo y la molestia que la negativa le producía, estaba acostada en su cama mucho menos preocupada que hacía un par de horas.
Bien, si Luna había rechazado su plan, seguramente ya tenía otra solución. Luna, después de todo, era una superalienígena con poderes que seguramente rebasaban su capacidad de encontrar soluciones. Seguro. Eso. Y acostarse con Nora no era necesario.
Mar encontró muy divertido aventar su almohada de manera vertical una y otra y otra vez.
Arriba. Luna no tenía que llegar con Nora más allá de los besos. Arriba. A lo mejor ya ni las tandas de besos eran necesarias. Arriba. Probablemente ya ni siquiera tuvieran que estar enamoradas. Arriba.
Para aclarar esa situación tenía que hablar con Luna, cierto, pero eso podía ser más tarde. Mar escuchaba el televisor desde la planta de abajo y alguna que otra risa de Hugo. Supuso que estaría con sus papás y quizá con Luna, porque Hugo se oía muy animado (cosa que correspondía a la presencia de una mujer bonita). Todos estaban juntos pasando un buen momento y ella... No. No se quedaría ahí como una tonta aventando una almohada. Así que de mejor ánimo se puso de pie y bajó hasta la estancia donde, efectivamente, todos estaban reunidos viendo una película sobre robots.
“Siéntate aquí”, llamó su mamá, señalando un lugar en el sillón entre ella y Luna. Mar obedeció y su mamá la recibió rodeándola con un brazo y dejando que su hija acomodara la cabeza en su hombro. “¡Qué bueno que bajaste!”

Mar sólo sonrió. Sí. Qué bueno que bajó. Entonces sintió la mano cálida de Luna tomando la suya que había quedado sobre el sillón, de manera que nadie más pudiera verlas. Supuso que ya era necesario reestablecer el vínculo, así que la aceptó y la sostuvo con seguridad durante el resto de la película.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ®  Laura T.D - Derechos Reservados
© Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del autor.

6 comentarios:

  1. Hermoso capitulo!!! Saludos

    ResponderEliminar
  2. Luna y mar..lun y mar...mar y luna!!!!
    Sigo insistiendo en q la historia esta en ese par!!!

    Me encanta tu historia!!! Gracias!
    C.R

    ResponderEliminar
  3. Muy buen capítulo, gracias por publicar a diario

    ResponderEliminar
  4. Woww creó que el vínculo que Luna tiene con Mar siempre ha sido mucho,mas que un simple vinculo para sobrevivir en nuestro mundo yo,ya creó que ella existe porque Mar existe y por eso esta aquí y Nora es solo un error de logística por eso cada vez que la besa ella pierde energía el amor no hace perder energía la aumenta espero que Mar bese en la boca a Luna pronto para que seden cuenta que ambas siempre han estado conectada muy buen capítulo
    Saludos Laura desde Chile

    ResponderEliminar
  5. Sigo enganchadísima a tu historia. Me asombra y me intriga el no rotundo de Luna a hacer el amor con Nora. No se me han olvidado los otros alienígenas y pienso que ese nuevo contratiempo pone en franco peligro no solo a la escritora-creadora-de-musas-alienígenas, sino a la propia Luna e incluso a Mar. Pobrecilla. Ella siempre tan espléndida y generosa. ¿Y enamorada?
    Esperando tu próximo capítulo. Un gustazo leerte, Laura

    ResponderEliminar
  6. ahhhh me encanta la dirección que esta tomando la historia! estoy super emocionada! increíble manera de escribir, estoy enganchadisima a la historia.

    saludos.

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...