Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

El raro diseño de la luna - Laura T.D - 11

11     


Nora estaba sentada frente al pequeño escritorio del cuarto de hotel. En la pantalla de su computadora portátil, el cursor parpadeaba al inicio de un nuevo documento. Podía sentir que estaba cerca de ella y entonces aquella era su gran oportunidad. Iba a intentar reconectar con ella de la misma manera en que todo había comenzado. El poemario conseguido en la tarde le había recordado que tenía que dejarse desbordar, que sus emociones debían estallar en pensamientos, letras y palabras para llamarla. Escribió sin pensar demasiado. Casi tenía los ojos entrecerrados mientras presionaba cada letra, cada espacio. Se había abandonado al vértigo de escribir en prosa un llamado. Aquella era su última esperanza y tenía que aprovecharla porque de otra forma estaba resignándose a una vida incompleta.

Escribió sobre el vacío; sobre el color de los ojos de un gato; escribió sobre ausencias; sobre el torbellino de verse rodeada de gente y tener que esforzarse porque incluso lo bueno tuviera sentido. Escribió sobre pájaros que solo pueden volar en el silencio, sobre jaulas hechas de tiempo y de olvido. Escribió sobre noches despejadas y calurosas en las que se resistía  a ver la luna.
Cuando terminó, estaba agitada y tenía hambre. No había probado bocado desde hacía horas. Eran las tres de la mañana así que consideró imprudente salir a comprar comida. Tomó agua, que era lo único que tenía a la mano y se metió a la cama. Mientras se quedaba dormida pensó de nuevo en todas esas cosas sobre las que había escrito. “Ven, por favor”, la llamaba y así se entregó al sueño.
Se despertó temprano, obligada por su estómago. Se había dormido con la ropa puesta. Se cambió. Se asomó a la computadora y sin leer lo que había compuesto la noche anterior, la cerró. Necesitaba recobrar fuerzas si es que iba a intentarlo nuevamente. Utilizó el ascensor para llegar a la planta baja del hotel. Dejó la llave en el mostrador, para resguardo y tenía la firme intención de ir al puesto de jugos que le había gustado. Pero entonces, apenas saliendo del edificio, la vio.
“Eres tú”, pudo decir una vez estuvo frente a ella.
“Esto no es correcto. Tú no debías llamarme, ni siquiera deberías recordarme”
Ella observaba a Nora con tranquilidad.
“Pero lo hago. Te recuerdo perfectamente y he dedicado mucho tiempo a buscarte. Por fin te encontré”. Nora sintió que un par de lágrimas le brotaban de los ojos. Aquella sensación de alivio era indescriptible.
“Seguramente se trata de alguna falla. Por favor permíteme arreglar este desperfecto”
“¿Qué dices? ¿Quieres hacerme olvidarte? ¡Buena suerte con eso!...”
Ella se acercó a pocos centímetros de Nora. “Olvídame”, ordenó, pero no pasó nada. Sus poderes no tenían efecto sobre Nora.
“No puedes, ¿cierto? Ya me lo imaginaba”
“¿Qué tipo de ser humano eres?”
“Del mismo tipo de todos, no tengo nada especial”
“¿Por qué puedes recordarme? ¿Por qué no puedo controlarte?”
“Tú eres el ser maravilloso, dímelo tú”
“Necesito consultarlo. Esto no debería ser posible”
“Aquí esperaré. Me hospedo en este lugar. Habitación 103”
Y en un parpadeo, Ella desapareció.
Nora compró algunos comestibles en una tienda cercana, lo más rápido que pudo y fue a su cuarto a esperar. Nada más cerrar la puerta detrás de ella, sintió ganas de ponerse a saltar. ¡Lo había conseguido! La había vuelto a ver y aunque ella asegurara que todo se trataba de un error, aquello tendría que ser el destino. Nora estaba destinada a recordar y Ella tenía que hacerse responsable.
Pasó el tiempo escribiendo, temerosa de que Ella no volviera. No se concentraba tanto como la noche anterior, pero esperaba que por lo menos sirviera para que Ella no olvidara el camino de regreso.
Algunas horas después, llamaron a su puerta. Ella entró.
“¿Conseguiste respuestas?”,preguntó Nora.
“Siéntate, humana”,ordenó. Nora obedeció pero no de manera automática, sino interesada en lo que vendría.
“¿Qué es lo que sabes de mí?”, preguntó Ella.
“Sé muy poco, o nada en realidad. No tengo idea de quién o qué seas. Solo sé que no eres de este mundo. Sé que no envejeces y que  nunca has sido más joven, sé que estuviste conmigo desde que era pequeña. Sé que no eres una persona, que no siempre has tenido un cuerpo. Sé que solo te había hablado antes en sueños, sé que de alguna manera eres justo como te imaginé”
“Humana, es correcto, yo no pertenezco a este mundo  ni tiempo.Estoy en una misión de reconocimiento. Quiero saber qué es lo que sienten los seres  humanos, comprender cómo funcionan las emociones y saber por qué parece que son tan importantes. Tú fuiste una fase inicial que debió terminarse y luego ser olvidada.”
“Entonces no son seres tan perfectos y superiores, señora sin tiempo y espacio, porque te recuerdo. Aún sin haberte visto nunca, pude sentirte desde el primer día que te alejaste de mí”
“Eso es lo extraño. Mis bases de datos no tienen información sobre precedentes similares. Quizá se trate de tu configuración cerebral.Los grandes maestros, quieren examinarte, les he pedido tiempo, conozco la fragilidad de los seres humanos”
“¿Maestros?”
“Seres similares a mí, con mayor rango”
“¿Existen más como tú?”
“Es correcto”
Nora no entendía, pero estaba fascinada.
“¿Entonces tus superiores quieren examinarme porque puedo recordarte?”
“Es correcto”
“Realmente, hagan conmigo lo que sea. Estoy tan feliz de tenerte frente a mí, que nada más importa”. Nora pensó en todos, pensó más en su pequeño hermano, pero aquello era cierto, nada importaba.
“No”,dijo Ella, tajante. “Examinarte puede significar borrar tu existencia en este mundo, no sobrevivirías y la memoria sobre ti sería eliminada de todos los que te rodean. Yo no estoy dispuesta a sacrificar seres humanos”
“¿Te importan los seres humanos?”
“Es probable que mi materialización humana haya modificado en parte mi objetividad. No estoy interesada en tu vida de manera particular pero, mientras esté en mis manos, no voy a permitir que se haga daño a ningún ser vivo. Sin embargo, es necesario entender por qué no puedo controlar tu mente y por qué puedes recordarme”
“Si sirve de algo, ni siquiera estoy segura de qué es lo que recuerdo, solo he sentido que debo encontrarte. Esa sensación me atormentaba cada día, me sentía incompleta, vacía”
“Tú eres mi creadora”
“¿Tu creadora?”
“Yo me muevo entre dimensiones, tiempos, espacios. Por eso puedo moverme entre pensamientos. Son muy interesantes. Sobre todo cuando duermen, entonces los humanos se liberan de las represiones sociales a las que están sometidos todos los días. La primera vez que visité tus sueños eras muy pequeña. Tus pensamientos eran cristalinos; a diferencia de muchos, tú permitías que tus emociones y pensamientos se manifestaran. Nunca perdiste esa capacidad mientras crecías. Cuando me asigné la misión de conocer los sentimientos humanos consideré que podía usarte como mi vínculo para este mundo.”
“¿Un vínculo?”
“Es correcto. Intenta entender. Para que mi materialización sea posible, es necesario recordar que se pertenece a un espacio y tiempo determinado, un recordatorio físico de que se existe y no sólo se es un pensamiento. Por eso se elige un ser humano a cuya existencia se liga la propia. Te elegí a ti y entonces utilicé tus sueños para materializarme. Las virtudes y defectos que tú considerabas importantes sirvieron para configurar mi materialización. Tú me imaginaste y con eso me creaste, es probable que tomara demasiado de ti”
“¿Entonces por qué no permaneciste conmigo?”
“Porque no eras la indicada. Mi misión es estudiar la complejidad de las emociones humanas. Tú no sirves a ese fin. Tú explotas en sentimientos. Eres como una tormenta, incluso cuando sueñas. Vives en un eterno soliloquio de emociones y pensamientos. No eras el sujeto adecuado para la investigación. No eres el ser para mí”
“Soy como soy, ¿qué esperabas?”
“Es correcto. Es culpa de mi deficiente observación previa. No debí usarte como primer vínculo y como creadora. Sin embargo, cuando se dio por terminada tu participación en el experimento, debiste olvidarlo todo”
“No puedo creer que seres superiores comentan la estupidez de asegurar tal tontería. ¿No dices que soy una tormenta de emociones? Las tormentas arrastran guijarros, basura, escombros y las hunden en el mar”
A Nora le pareció que Ella se descomponía un poco ante su declaración anterior. Quizá estaba siendo ruda con un ser de otro mundo. Pero Ella también era demasiado directa. Quizás Ella tenía razón y se comportaba como una tormenta.
“¿Estás bien?”
“He establecido el vínculo con otro ser humano”
“La he visto, las seguí hace unos días por el centro de la ciudad”
“Yo necesito estar cerca de ella”
“Yo no estoy dispuesta a volver al vacío que siento cuando no estás”
“Es necesario atender este error, pero por el momento, necesito volver con ella”
“Yo voy contigo”
“No es posible”
“¿Por qué no?
“Sólo necesito un vínculo y ya lo tengo”
“Te dejaré en paz. Solo muéstrame dónde encontrarte”
“No es necesario, yo sabré encontrarte”
Ella comenzaba a palidecer. A Nora también le pareció que sus ojos comenzaban a oscurecerse más, como si la pupila se dilatara. Nora vio que Ella intentó moverse hasta la salida, pero trastabilló, parecía mareada y desorientada.
“Me encuentro débil, no puedo transportarme sola hasta mi vínculo. Tendrás que ayudarme”

Nora asintió, enganchó uno de sus brazos a uno de Ella y la condujo fuera de su habitación, por el pasillo, por el elevador, hasta fuera del edificio. Nora la condujo por el camino que Ella indicaba, cada vez sintiendo que el brazo que tenía enlazado con el suyo, se volvía más frío. Toda Ella despedía una sensación de frío y aunque se veía fatal, Nora se negó a rendirse. En el umbral de la puerta de la casa desconocida, le suplicó a Ella que no la abandonara, que podía volver a ser su vínculo si lo quería, que no podía dejarla incompleta nuevamente, que aquello era cruel. Pero entonces la otra chica llegó y abrazó a Ella con tanta naturalidad que entendió que su vínculo estaba roto, que tendría que encontrar otra manera y lo haría, porque todo siempre terminaba por salirle bien.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ®  Laura T.D - Derechos Reservados
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