12
“Pobre mujer”, declaró
Mar, después de escuchar la historia entre Luna y Nora.
“¿Por qué la
compadeces? Fue solo un instrumentoque resultó dañado”
Luna continuaba
abrazada a su cuerpo. Mar notaba que poco a poco la alienígena recobraba su
fuerza.
“¡Oye! En primer lugar,
yo también soy un instrumento, así que por favor observa un poco más de respeto
a quienes te servimos, aunque seamos humanos inferiores”, Mar hablaba medio en
serio, medio en broma. “En segundo lugar,
y si estoy entendiendo bien esta situación, si te materializaste de acuerdo a
sus pensamientos y pensaste que ella sería tu vínculo y ella recuerda algo de
eso, seguramente se estaba volviendo medio loca al estar pensando una y otra
vez si todo en verdad sucedió”
“Tu capacidad de
empatía es una de las razones por las que te elegí como mi vínculo”
“Te agradezco mucho por
notar lo empática que puedo ser… Luna, tú quieres conocer los sentimientos
humanos, pero rechazas a Nora porque es una especie de remolino emocional. No
entiendo”
“Era abrumador estar
dentro de sus emociones. Nora es capaz de sentirlo todo sin necesidad de
estímulos demasiado grandes. Todo está dentro de su cabeza”
“Eso suena interesante.
Nora parece una persona interesante.”
“Es interesante, sí,
pero no para llevar un control y generar informes. Yo no estoy aquí en un viaje
diplomático, estoy aquí porque quiero conocer, Nora no es el ser correcto”
“¿Y no has pensado que
estudiarla sería provechoso para tu investigación? Digo, quizá sí es muy
intenso estar dentro de ella y meterte a vivir su vida, pero creo que Nora es
una gran oportunidad para que descubras cómo sentimos”
“No lo había
contemplado desde ese punto de vista”
Luna rompió el
contacto. Mar y Luna se incorporaron en la cama.
“¿Te sientes mejor?”
“Sí, agradezco que te
hayas quedado conmigo”
“Para eso estamos los
vínculos… Oye Luna, ¿puedo hacerte una pregunta?”
“Adelante”
“¿Por qué me elegiste?”
“Porque así es como debía
ser. Porque eres perfecta”
Mar se ruborizó.
“Como sujeto de vínculo,
además, ofreces la ventaja de que tus sentimientos, como te dije en otra
ocasión, no esperan retribución. A diferencia de Nora, no pasas por encima de
las personas, aún a costa de lo que más deseas. Eso me parece sumamente
interesante, tienes tu arte para desahogarte pero no te vuelcas en él sin
pensar en lo que te rodea”
“Ah… vale, entonces me
elegiste porque soy una reprimida”
“Te elegí porque eres
considerada, porque eres mi ser correcto”
“No siempre es así”
“No. Pero procuras
serlo. Eso te convierte en un perfecto sujeto de estudio”
“Gracias, supongo… ¿qué
vas a hacer con Nora?”
“Necesito descubrir el
fallo, corregirlo y hacer que me olvide. No puede seguir en este mundo
conociendo lo que conoce”
“¿Es ilegal en tu mundo
o algo así?”
“No está permitido”
“Bueno, ya
encontraremos una solución para evitar que Nora sea abducida por tus superiores”
“Asfros”
“¿Qué?”
“Es la locución
correspondiente a este mundo. Los grandes maestros se llaman Asfros”
“Asfros, suena al
refunfuño de un elefante. Asfrooooos, todo ceremonial y artificial”
“¿Los elefantes
refunfuñan?”
“Todos los seres vivos
refunfuñamos, es así, aunque no lo digan tus bases de datos”
Luna sonrió. Mar se
preguntó si había sido Nora quién le había enseñado a reír. Sí, seguramente
había sido Nora. Solo quedaba una pregunta, estaba cansada, el largo día de
preocupación la había dejado agotada, ni siquiera el café de la tarde parecía
obrar el efecto insomne esperado.
“Cuando termines tu
estudio, ¿te olvidaré?”
“Será como si nunca
hubiera pasado”
La mezcla de alivio y
decepción que inundó a Mar como una ola, la llevó a ponerse de pie con la
intención de retirarse a su alcoba. Todavía tenía que inventar alguna
explicación para Sara. Sara, que le había dado un beso… ¡un beso!, apenas hasta
ese momento cobró consciencia de lo que había pasado.
“Pareces decepcionada”,la
voz de Luna la interrumpió.
“Supongo que será lo
que tenga que ser”
Mar comenzó a salir de
la habitación, pero aún quedaba un asunto pendiente.
“Luna, ¿qué fue lo que
vi anoche flotando en la habitación?”
“Me viste a mí, viste
mi mundo, viste el tiempo circulando”
“Y yo que pensé que a
lo mejor te gustaba quedarte dormida viendo caricaturas…”
“Yo no necesito dormir”
“Lo sé. Lo que vi era
hermoso. Anoche y hoy aprendí lo lejos que estamos tú y yo. Buenas noches,
Luna”
“Buenas noches”
Ni siquiera tenía ganas
de taparse con una sábana. ¿Para qué? Aparentemente es lo que está dentro de nosotros
lo que resulta más peligroso, a menos que tuviera una sábana dentro de ella (y
la sola idea era perturbadora), no tenía ningún caso repetir una vez más su
acto infantil. La pobre Nora, arrebatada, por andar sintiendo de más, estaba en
peligro de ser secuestrada por una horda de maestros alienígenos. Por cierto,
qué guardadito se había tenido ese pequeño detalle Luna. Considerando lo que le
había contado la galáctica, ella también podría correr algún peligro, claro que
Luna no contaba con que ella también pudiera resistirse a sus poderes de olvido.
Quizá solo Nora era la especial. ¿Y no debería alegrarse por eso? Pues sí, que
sí, que sí.
Escuchó cómo sus papás
llegaban. Su madre les gritó desde el primer piso si estaban en casa. Ella
respondió con otro grito. Escuchó cómo Luna salía de la habitación y se
reportaba presente en una voz mucho más mesurada, siempre tan perfecta. Que no,
que ella era la perfecta. Sí, perfecto ratón de laboratorio intergaláctico.
Pataleó sobre la cama y se sintió aliviada de que nadie la estuviera viendo. “Y
todavía falta hablar con Sara y mañana empezar a arreglar lo de Nora, ¿y es que
ni las mujeres intergalácticas vienen sin conflictos?”
Por fin tomó el celular
y pulsó el tercer número de marcado rápido. Sara tendría que estar impaciente.
Y lo estaba, la línea dio tono una sola
vez y entonces Mar pudo escuchar a su amiga del otro lado de la línea.
“¿Cómo estás?”,fue lo
primero que escuchó Mar.
“Bien”
“¿Ya sabes qué fue lo
que ocurrió?”
“Sí, hablé un poco con
Luna, quien por cierto ya se encuentra mejor”,si es que le interesaba saberlo.
“Me alegro. ¿Qué dijo?”
“Pues… ¿recuerdas que
me contaste sobre el examor de Luna que no pudo ser?”
“¿Era esa mujer?”
Mar se estaba obligando
a mentirle a Sara, pero no tenía opción, pero no quería mentir (¿pero qué otra
opción tienes?). Decir la verdad ni hablar, por lo menos no por teléfono.
Además esos grandes maestros que deseaban abducir a Nora no parecían muy
contentos por saberse conocidos. Mejor que Sara supiera lo menos posible.
“Todo indica que ella y
Luna tienen una historia”
“¿Regresó por ella?
¿Siempre son tan dramáticas las lesbianas?”
“Siempre”,Mar no estaba
segura si considerar a Nora un ser homosexual, pero ya habría tiempo de aclarar
ese punto. Estaba obsesionada con Luna, pero eso no quería decir que quisiera
recorrer toda su piel intergaláctica. Aquello era un poco más complicado que un
drama amoroso.
“¿Entonces todo el
cuadro ‘me desmayo’, de tu prima fue para espantar a la exnovia psicópata?”
“Más bien creo que fue
el estrés del momento, además ya te dije que Luna no está del todo bien
físicamente”
“Lo que faltaba, la
cada-vez-más-misteriosa-prima ahora también tiene una condición física
especial. ¿Te das cuenta que parece un personaje de Goethe?”
“Sara…”
“Pero las damiselas
románticas de piel pálida, débiles y que hablan raro no existen, ni los
vampiros, ni los enanos verdes, ni los marcianos. Tu prima es una actriz muy
buena, pero yo no me creo su papel y esperaría que tú tampoco”
“Venga, Sara. Luna no
está inventando cosas. ¿Podrías por favor, por lo menos darle una oportunidad?”
“Ya se la he dado y le
daré todas las que sean necesarias para mantenerme cerca de ti, pero de eso a
creerle, hay un abismo”
Mar suspiró, no había
modo de hacer cambiar de opinión a Sara, no por teléfono y no esa noche.
“Mar… sobre el beso”
¡El beso! Sara estaba
mencionándolo, la noche continuaba trayendo sorpresas. Mar intentó decir algo,
pero apenas salió de su garganta una especie de pujido. Escuchó que Sara continuaba.
“Yo no estoy lista para
eso, yo ni siquiera…”
Y ahí estaba, se iba a
disculpar. Ya decía que era mejor no hablar esas cosas, prefería vivir en la
incógnita que verse rechazada nuevamente.
“Sara, no me des
explicaciones. Nunca te las he pedido, ni lo voy a hacer, es más, nunca te he
pedido nada. Si fue el momento o exceso de cafeína o lo que sea, está bien, lo
olvidaremos y superaremos. Además, fue solo un roce, un momento, casi nada.”
“No”,la interrumpió
Sara.
¿No?
“No quiero que lo
olvidemos. Solo no estoy lista. ¿Entiendes? Hablamos después”
Claro que no. Claro que
no entendía nada. Mar estaba estupefacta con el celular pegado al oído. Le
llevaría algunos momentos entender qué es lo que había dicho Sara y de todas
formas no iba a entenderlo del todo. Pero Sara ya había cortado la
comunicación. “Reinas del drama”; podría sin duda decir que estaba rodeada de
reinas del drama y ella se sentía en medio de todo, como si fuera el mago
Merlín en la corte de Arturo, solo que en lugar de caballeros, eran mujeres
revoltosas.
Llamaron a su puerta.
¿Y ahora qué?
“¿Quién osa llamar a mi
castillo?”
“Soy Luna. ¿Qué
castillo?”
Mar suspiró.
“Adelante. Puedes
pasar, querida Lancelot”
Luna entró a la
habitación.
“Veo que te sientes ya
completamente restaurada”,dijo Mar, apenas viendo a Luna mientras se ponía de
pie frente a ella.
“Me disculpo por
interrumpirte. Es correcto que mi materialización se encuentra mucho más
estable, pero necesito un poco más de fortaleza en mi cuerpo para establecer
una línea de contacto con el vertedero de espacios y tiempos”
“¿Cómo puedo ayudarte
con eso? ¿Necesitas mi sangre o algo así?”
“Tus fluidos no son
necesarios en este momento. Ya estás familiarizada con mi proceso de
vinculación.”
Mar entendió.
“Ah, vale, quieres
besarme la barbilla”
“Es correcto”
“¿Y ahora por qué estás
pidiéndome permiso?”
Luna parecía no haber
caído en cuenta de ese detalle.
“Como sea…”, continuó
Mar, “hiciste bien, estamos en casa y aunque puedas borrarle la memoria a mis
papás, sería extraño que nos descubrieran vinculándonos. Voy a cerrar esto…”,
Mar cerró la puerta.
“¿Me permites entonces?”
Mar seguía sorprendida
con la insistencia de Luna en pedirle permiso,
“Dale con confianza. Ya
hemos superado esa barrera”
Luna se acercó a ella y
colocó sus labios sobre el lugar habitual. Mar sintió la tibieza de siempre, cerró los ojos. No era como que
se acostumbrara, pero ya no le parecía absolutamente raro. De pronto un
recuerdo golpeó su mente. El beso de Sara se le manifestó, como un déjàvuinvertido. Al abrir los ojos se
encontró de frente con los de Luna. La alienígena tenía posado uno de sus dedos
sobre los labios de Mar.
“Ella te besó y fue
diferente”
Luna había visto a
través de ella. No solo el beso de Sara, sino todo lo que había significado. El
proceso de vinculación era íntimo.
“Sí. Ella lo hizo y fue
diferente. Pero dice que no está lista, supongo que para aceptar que le atraigo
de una forma no tan amistosa y más romántica”,explicó Mar, sonrojándose,
hablando trabajosamente porque Luna no retiró el dedo de sus labios que ahora
estaba empapado con el aliento de la terrícola.
Guardaron silencio.
Luna la veía fijamente y el dedo continuaba sobre su boca. Mar se revolvió,
poniéndose un poco nerviosa. Luna bajó su mano. Sin previo aviso volvió a
acercarse a Mar y entonces volvió a besarla en la barbilla. Esta vez Mar no fue
consciente de otra cosa más que de Luna.
“¿Vínculo
reestablecido?”, bromeó Mar una vez se separaron. “Hoy tocó doble”
“Solo para estar
segura”,Luna sonrió, de manera un poco misteriosa, le pareció a Mar.
“¿Ya estás segura?”
“Es correcto, gracias”
“Buenas noches, Láncelot”
“Buenas noches, reina
Ginebra”
Alcanzó decir Luna,
antes de cerrar la puerta.
“Muy bien”, pensó Mar,
aparentemente ella también era una reina del drama.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Laura T.D - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario