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Danza entre Lobos - Cristalsif - 30 - Parte 2

Danza Entre Lobos

Capítulo 30

Rebelión II

La mujer mayor levantó su rostro preocupada, el hielo de un mirar azul como aquel, un color y expresión que recordaba a los años mozos de Christoff y a su suegro, cuando un Ho mira de esa forma es seguro que no dudará en sus acciones sin importar las consecuencias. -No reprocharé, no permitiré a nadie decir injuria alguna que te hiera y silenciaré los pensamientos que no entiendo... pero no te vayas así, dejándome semejante angustia- Tomando la mano de Erstin, como si temiera que se apartara corriendo sin mirar atrás, como si estuviese hecha de bruma vaporosa, se apresuró a abrazarla y a su oído susurró con voz tranquila como si de una nana se tratara. -... encontraremos la forma y si no es el caso, yo te ayudaré para que vayas a su encuentro-

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El día anterior...

Tomaron los almuerzos que la abuela había dispuesto para todos con ayuda de la servidumbre y fueron a las caballerizas. Iperion estaba listo y contento de servir nuevamente a su ama, principalmente porque había sido el transporte de la bella de Tsu a quien tenía el orgullo de llevar en su lomo, con el cuidado y protección extra de la Duquesa.

Natsuki tendió su mano a Shizuru para ayudarle a subir en el corcel que también ponía de su parte, haciendo una reverencia. Pese a que la Fujino ocupaba atuendos más cómodos con un pantalón bajo su vestido, ello no implicaba que la joven Kruger dejase de lado sus modales y gallardía. Con la castaña delante la pelinegra, la morena asió las riendas y el viaje hacia los campos de trigo tuvo lugar.

El camino se hizo apacible y tranquilo en la contemplación del paisaje, aún con la comitiva de sirvientes que se adelantaba en carretas o a caballo, era como si aquel lugar se sirviese en belleza solo para las dos, con las arboledas de Fukka a cada lado del camino, a lo lejos en el horizonte pudo ver el brillo dorado de las espigas en los campos, como si estos fueran un mar amarillo del cual el viento procurase olas. En ese momento, el simple movimiento de las patas de Iperion acompasado a su paso fino, el cálido cuerpo que la envolvía a sus espaldas, la suave respiración que acariciaba cerca de su cuello, hacía que para Shizuru no hubiese un mejor lugar en el mundo, ninguno más seguro que los brazos de Natsuki, de cierta manera ella desprendía esa sensación de tranquilidad con tanta facilidad que no sentía temor de nada. A la par recordaba la castaña, que vivía un deja vú en lo profundo de su memoria, traía consigo diversas y confusas memorias de un día que se antojaba ya muy lejano... la Duquesa ya le había abrigado con sus brazos, ya le había susurrado dulces palabras para darle calma, aun sin entender si estaba en medio de alguna clase de peligro, la sensación de su gentileza permanecía dentro de ella.

Quiso preguntar, pero las circunstancias se lo impidieron con su arribo a los campos de trigo, allí ya había reunido un numeroso grupo, entre ellos los antiguos sirvientes de Tsu que alzaban sus manos para saludarles, Sergei y Nina, con una prudente distancia de por medio, Akira apoyada en un árbol redactando lo que pareciese una carta y los demás sirvientes, oriundos de la misma Fukka. La marcha se detuvo, Natsuki bajó primero y le tendió la mano para ayudarle a bajar, la recibió en sus brazos, tan cerca que no evitaron mirarse una a la otra con ojos enamorados. La chifla y la reclamación de los serviles no se hicieron esperar. -Nada de comer pan frente a los menos afortunados Kuga- La expresión de Takeda no tardó en abochornarlas, más separadas se hicieron las distancias no por gusto, más bien por decoro.

-Llegas tarde...- Musitó Yamada palmeando el hombro de Natsuki con una confianza que sorprendió a los demás sirvientes, aquellos que eran oriundos de Fukka no recordaban haberse referido a la duquesa con tanta cercanía.

-Importantes menesteres me retuvieron amigo mío... pero no es tarde para la cosecha, aún no acarician los rayos del sol sobre las montañas- Mayor fue la estupefacción del grupo al notar como la joven ama respondía al castaño con un apretón de manos. No es que Natsuki fuese fría o cruel con sus siervos, simplemente era distante a causa de los rumores y las miradas desdeñables que le fueron dirigidas desde la más tierna infancia, sólo así y hasta esa ocasión se desvirtuaba la idea del pétreo corazón de la joven ante las gentes. Sin embargo la marabunta de serviles atribuía el hecho a la preciosa doncella que ahora acompañaba a Natsuki y que portaba en su dedo la unión anillada del compromiso nupcial. Muchos de aquellos campesinos miraban con reserva el lazo, al tratarse de dos mujeres, otros simplemente se alegraban al ver la dicha que delataba el rostro de las dos doncellas y otros ignoraban el género corpóreo de su ‘patrón’ por lo que no cuestionaron nada.

-Entonces, ¿Alguien va a explicarnos cómo lo hacen aquí?- Cuestionó Tate removiendo en su cabeza los mechones rubios, él miraba con curiosidad los artilugios con los que “podarían” la plantación entera y que otros hombres bajaban de las carretas que posteriormente emplearían en el traslado de la preciosa carga hasta las moliendas en el poblado. -Es claro que con esto las señoritas no podrán ayudarnos- Añadía mientras levantaba en su mano, una herramienta de un metal bastante pesado para la mano femenina y esmerada para la musculatura masculina, era como una espada arabesca con la hoja alargada y con la curva pronunciada hacia adentro, eran sin lugar a dudas guadañas modificadas. Sin embargo siendo originarios de Tsu, los leales a Natsuki desconocían los modos de los lugareños de Fukka, así como sus métodos en la siembra y recolección del trigo.

-Las doncellas ocupan una labor que no solicita fuerza bruta, pero la habilidad con la que hagamos nuestro oficio, facilitaría considerablemente su tarea- Informó Natsuki mientras acariciaba la mano enguantada de Shizuru. -Sin ellas nuestro esfuerzo sería un desperdicio...-

-Esto es una competición señores- Intervino Sergei, que para la ocasión lucía atuendos más apropiados, un pantalón de lana ancho, una camisa sin mangas y un sombrero para cubrir sus ojos miel de la luz solar. -Quien se precie lo suficientemente fuerte y hábil lo va a demostrar aquí- Tomó la espada de curva invertida hacia el centro, he hizo un par de movimientos con ella, los demás sirvientes de Fukka le imitaron. -Este año voy a vencer-

-Esta vez no será la ocasión Sergei- Natsuki se desprendió de sus guantes e hizo entrega de ellos a su joven esposa, ella los depositó dentro de los bolsillos de la montura de Iperion.

-¿A qué se refiere alteza?- El rubio de más edad alzó una ceja contrariado, ¿No tendría una de esas locas ideas su joven ama?

-Yo también participaré y será junto a Shizuru- Posteriormente la morena aflojó algunos botones de su chaleco de cuero negro, dejando notar las abultadas y curvas formas de su pecho bajo una camisa blanca. Shizuru que no perdía ni un solo detalle de los acontecimientos no tardo en tragar un poco de saliva, entrecerró los ojos agudizando la vista, pero con los botones bien cerrados de la prenda y las vendas de sostén bajo la tela, no había nada de piel a la vista y ello calmó el pequeño monstruo de los celos de la Fujino. -Ella y yo venceremos este año- Natsuki sonrió convencida de su victoria pues con Shizuru a su lado sentía que todo era posible. Tomó dos de las espadas árganas en apariencia sin dificultad, esta vez la pelinegra quería competir en igualdad de condiciones y era esa una oportunidad que le obsequiaba el regalo de la diosa, era tan humana como cualquiera en ese momento. Si fuera uno de esos días lobunos vencería sin dificultad, pero en ese momento solo contaba con su fuerza humana, la cual estaba fortalecida a base de su constante ejercitar y de su resistencia física normal.

-Mi lady, haga entrar en razón a su alteza... estará tremendamente agotada antes de ver cumplido su cometido- Solicitó Sergei a Shizuru, sabiendo que si la dama se negaba a participar, Natsuki no competiría. -Además, usted podría lastimar sus manos- El rubio de más años se inclinó tomó la mano de la joven Condesa y beso su envés, cosa que no agradó demasiado a Natsuki, pero se contuvo intentando no parecer una mujer posesiva, Sergei había jugado sucio.

-Sergei no lo sabe, pero yo fui criada como una mujer de campo, no temo a las difíciles labores de la tierra... lo que tampoco comprende aún, es que yo iría al mismísimo Yomi si es con Natsuki a mi lado- Musitó tan tranquilamente, con esa sonrisa sofisticada en los labios, que por un momento el rubio pudo sentirse intimidado, la mirada rubí podía ser gentil, pero en momentos como ese se antojaba como ver la fría sangre cristalizada.

-¿Entonces Shizuru competirá junto a mí?- Preguntaba de lo más ilusionada Natsuki, sin siquiera percatarse de los nervios y estupefacción del capitán de la guardia.

Ante la observación del rubio, se hicieron dulcísimos los ojos de Shizuru al mirar a Natsuki, con una sonrisa asintió, enternecida por la repentina inseguridad de su esposa. -Me esforzaré junto a Natsuki-

La lobuna no tardó en sentirse más que dichosa, afortunada por la presencia de Shizuru a su lado y todo aquel que las viese, podía sentir que sus ojos se desbordaban de esa dulce magia que se desprendía de la pareja, con la más sutil de las miradas o el roce más sencillo. -Hoy Shizuru verá una de las tradiciones de Fukka, nada tan ceremonioso como la recolección de las uvas en Tsu, pero si algo importante para nosotros-

La castaña sonrió dispuesta y lista para la tarea, escuchó las indicaciones de Natsuki a ese respecto, quien explicó sobre la mejor forma de hacerlo susurrando en su oído, estaba claro que se trataba de su propia estrategia para vencer en aquella particular contienda, dispusieron los guantes y la pelinegra levantó las cimitarras invertidas como si tuvieran el peso de un pequeño cuchillo, una impresionada Shizuru levantó su ceja sonriendo. -¿Acaso quieres lucirte frente a mí?- Susurró por lo bajo, muy cerca de los labios de la pelinegra sin dejar de mirarla o variar esa sonrisa ladina, Natsuki bajó sus espadas pues sintió mágicamente su fuerza desvanecerse y su aliento evaporarse.

-“No conocía la mirada lobuna de... mi esposa. Me sentí devorada por sus ojos”- Pensó suspirando y con la cara sonrojada, tenía cierta agitación en su pecho, que recompuso al instante. -No quiero que tus ojos miren a otro lado, si tengo que hacerme brillar como una estrella lo haré para que siempre mires hacia mí- Musitó con una sonrisa en sus labios. -“Para que tu corazón sea finalmente mío”-

-Ya te miro, ya pienso en ti... a cada momento- La ternura que delataban las palabras de la castaña mientras un gentil mimo era prodigado a la mejilla de Natsuki hizo de ese momento un instante eterno en su memoria.

No necesitaban demasiado, perderse en los ojos de la otra, hacer que el mundo desapareciera a su alrededor y solo el aire se hiciera intruso en ese momento particular, una máscara de metal, pero para Shizuru simplemente no estaba allí, ver la esmeralda de unos iris tan expresivos, tan brillantes como las luces de todo el firmamento, significaba ver la profundidad de su alma y todo lo demás una envoltura. Quiso quedarse en el regocijo de ese vínculo sin contacto, supo entonces que nadie la miraría con tanto amor, que nadie ingeniería el poema más inspirado para describirla, ningún otro u otra estaría dispuesta a la mitad de las cosas que esa mujer de belleza escondida y supo así que sería solo suya hasta el último instante de sus vidas, así no temió más, ni una gota de duda se alojó en su corazón.

-Vamos a ganarles a todos estos novatos- Se escuchó la voz de Sergei pasar junto a la Duquesa y su esposa, pero ellas lo ignoraron como si no existiera, de hecho estaban en otra dimensión mental o algo similar, pensó el capitán de la guardia.

El rubio era seguido por una de las doncellas del castillo, había sido precavido al elegir a la mujer de la dupla que ganó el año anterior, tenía una deuda con su orgullo, no dejaría que le venciesen dos Kuga en tan poco tiempo, aun si la duquesa fuera una criatura sobrenatural, para Wong no dejaba de ser más que solo una mujer ya que jamás la había visto luchar contra sus enemigos, conocía del entrenamiento que el mismo Takeru le instruyó, pero nada más, debido a que los Kruger eran bastante sigilosos sobre el dominio de sus artes de combate.

Los ojos miel de Wong se posaban sobre la singular pareja, entendía las circunstancias que habían llevado a la señorita Shizuru a desposarse con su joven ama, en cuanto supo sus circunstancias se sintió indignado con el Duque Kruger, lleno de frustración tuvo que aceptar la decisión, la maldición exigía que se agotaran todos los esfuerzos posibles, Fukka no sería liberada de aquella sombra oscura sin la ayuda de la dama. Con el paso del tiempo y una vez se consumó el matrimonio entre las doncellas, pasó del encono a la admiración, una persona dispuesta a sacrificarlo todo por su familia, alguien capaz de hacer caso omiso de las leyes de la naturaleza por amor a hermanos y padres, la engrandeció a los ojos de Sergei, le parecía aún más noble y al final, al verla caer bajo aquel extraño influjo maldito que manaba la duquesa... todo ello lo comprendía de la bella de Tsu, pero no así de Natsuki.

Para Sergei, la hija de Takeru hubiese podido hacer que un hombre la amara hasta la locura misma con solo mostrarle su rostro durante la luna llena y ella rechazó esa idea, escogió una camino inverosímil y antinatural, primero con Nao Yuuki, una desgraciada mujer que acabó en la casa de citas de Fukka y luego a Shizuru, una hija honorable, le indignaba en sobremanera la forma en que se daban las cosas, pero había jurado lealtad a Takeru, una deuda vitalicia era lo que pagaba y aunque no pensaba que el lobuno fuera un mal hombre, estaba molesto con él por romper el compromiso, con Natsuki por sugerir la idea y especialmente con Nina, con ella más que con nadie... por destrozar sus anhelos de una familia, de los bellos hijos que hubieran nacido de los dos y de lo dichoso que hubiera sido, pues hubiera vivido para complacerla. Pero ahí estaba sentada bajo la sombra de un árbol sin siquiera mirarlo, la joven había abandonado los atuendos femeninos propios de una dama, usaba ropas como las de su prima, si no supiese de la mujer cuya mano sostuvo en sus largas caminatas por el castillo, tendría la sensación de no haberla diferenciado de un muchacho. -“No hay nada peor... buscando confundir con aquella faz, como un endemoniado ángel que esconde su hermosura en las burdas prendas de un hombre...” Alguien que no podría amarme...- Susurró como anhelando tenerla cerca pero sabiendo lo imposible de su deseo. Se la miraba en un estado de abrumadora melancolía, parecía absorta en la contemplación de una pequeña pica y Wong sabía a quién pertenecía la rudimentaria herramienta. -“No sufras por ella... no dejes que sufra por ti”- Pensó al mirar la escurridiza lágrima que se escapó en el rostro de porcelana, luego la gota fue retirada por la mano fémina y él solo pudo ser un observador silencioso.

Llegó el momento de cegar los sembradíos, hombres y mujeres se formaron en dos grandes líneas frente a los campos, con los ojos puestos en el horizonte y la luz del sol bañando las montañas hasta acariciar las espigas nutridas de los campos de trigo, el inmenso mar de oro se mecía suavemente con la gentil brisa vespertina. La primera línea de personas sostenía cimitarras invertidas en sus manos, pero solo los más fuertes tenían la capacidad de blandir dos y abarcar cortes más amplios, lo cual hacía de los esfuerzos de la segunda línea, algo en verdad esmerado. Las mujeres ocupaban la labor de armar los manojos de espigas y atarlas, luego otras doncellas deberían subirlas a medianas carretas para poder transportarlas a los graneros donde se pilaría el trigo y su grano se almacenaría para vender a otros poblados, así como abastecer el propio mercado local. Debido a la longitud de las armas y los movimientos ocupados tradicionalmente, había una prudente distancia entre las dos líneas, todo meticulosamente calculado para evitar lesiones accidentales.

La respiraciones se hicieron profundas y otras se contuvieron en cuanto la guardia personal de la casa Kruger, la joven Okuzaki pasó frente al primero de los competidores escrutando la igualdad de los términos para todos, Akira caminó a lo largo de la fila con semblante serio y estricto, asegurándose de no encontrar nada extraño en las manos de ninguno de los participantes y una vez alcanzó el último, extrajo un arma de su cintura. Alzó su voz grave. -Todo aquel que ose atacar a un compañero de línea, sea incapaz de sostener el peso de su cimitarra, o deje rezagada en más de 10 metros a su compañera de recolección, estará finalmente descalificado... por su parte, el ganador recibirá un premio equivalente a un año de trabajos y una joya honoraria entregada personalmente por la Condesa Fujino. Es de aclarar que en esta ocasión participarán algunos miembros de la familia Kruger y su guardia, si llegase a ganar alguno de ellos, se hará entrega del premio al segundo, tercero o cuarto que resulte ser miembro de la campiña- Tales palabras incendiaron los ánimos de los competidores, eso significaba que si los nobles participantes ganaban, ellos no perderían su oportunidad, pues a fin de cuentas la competencia personal entre Natsuki y Sergei solo debía quedarse entre ellos. -Preparados... en sus marcas...- Apuntó con dirección de las nubes. -¡Fuera!- Gritó a la par que un disparo resonó a lo largo de todo el campo.

La competencia dio principio y las cimitarras comenzaron a segar los medianos tallos de las espigas. La mayoría no prestaron atención de la quietud que vino en las manos de la Duquesa y lo hicieron a su manera, cortando la mayor cantidad de tallos a su alcance, algunos se desperdigaban en el suelo sin sentido y dirección, por lo que las mujeres se esmeraban en acumular las espigas en manojos y atarlas con la mayor rapidez posible a pesar de que en algunas ocasiones el viento no les favorecía, una vez concluido un manojo se apresuraban a construir el siguiente hasta formar una especie de caminillo en el mar dorado. Ocurridos los primeros minutos algunos de los sirvientes se olvidaban de la distancia permitida entre ellos y sus compañeras de equipo, siendo descalificados con prontitud por una atenta Akira, y aunque ya no calificaban al premio como ganadores, continuaban segando el trigo como parte de sus labores remuneradas, ese día la casa Kruger pagaba la jornada al doble del precio habitual.

Sergei había contado con el hecho y medía meticulosamente la distancia, Minako, su joven compañera, era muy rápida para realizar la labor de recolección y atadura de los manojos, pero él siempre lograba ganarle 8 o 9 metros de ventaja con poco esfuerzo, por lo que se detenía a esperarla cada cierto número de cortes. En estas pausas obligadas para no ser descalificado, él se tomaba la oportunidad de ubicar a su más directa contendiente. Pero Natsuki y Shizuru ni siquiera se habían movido de su lugar, ni se había segado el primer tallo con las cimitarras en sus manos, por lo que ya les llevaban una buena ventaja, la mitad del campo. El rubio sonrió ante la circunstancia, al parecer su alteza había declinado en el último momento su entrada a la competencia y claramente él sería el vencedor, pues contaba con casi el doble de manojos que la mayoría de los sirvientes. Se quedó a mirarlas mientras Minako recolectaba el manojo más cercano, entonces se percató de que la joven Kruger levantaba su barbilla como dejando que el viento le acariciara el rostro, sus labios se abrieron brevemente sin que pudiera oírla en la distancia, la vio levantar sus espadas a lo largo con sus brazos completamente extendidos, gruñó pues incluso para él sujetar el peso de estas espadas en esa posición resultaba difícil, lo siguiente que vio le dejó con la boca abierta.

Las espadas de Natsuki fueron deslizadas casi con lentitud hasta lograr una sincronía perfecta entre las dos hojas en los lados opuestos, la pelinegra emulaba con sus movimientos las corrientes de aire que circulaban en el lugar para después controlarlas, el viento mismo junto a las espigas que poco a poco cortaba Natsuki con aquella singular danza de espadas, atraía las espigas de trigo hacia su centro de gravedad formando en el aire un manojo abundante y estrecho, si no fuera ya suficiente con aquella demostración de técnica y dominio sobre los elementos, estaba claro que con solo ese truco le evitaba el inconveniente de agacharse a recolectar a su compañera. La mandíbula de Sergei desencajó cuando contempló con sus ojos miel algo aún más insospechado, con un contrapeso en la cuerda que sostenían las manos de Shizuru, la castaña pronto imitó los movimientos de su esposa y como si de magia se tratara, con un movimiento rápido de muñeca la joven de Tsu enrollaba el manojo en el aire sin siquiera rozar la ropa de la joven Kruger, un jalón cuidadoso y lo atraía hacia ella evitando el contacto con las espadas, algo que se miraba diametralmente imposible.

“En nuestra familia las mujeres dominan la Naginata, es tan tradicional como la ceremonia del té o la danza sobre las uvas, sé que si algún innombrable intentara sobrepasar la gentileza de mi Shizuru, tengo por seguro que se llevaría una tremenda sorpresa. La virtud y la dignidad de una mujer debe ser defendida a toda costa... comprenderás querida que esto se debe a una historia que remonta 300 años atrás, la bella Kiyohime, hija de...” Recordó una de las conversaciones de las abuelas en la cocina del castillo, por la forma en que la anciana Kuga sonrió supuso que se trataba de alguna broma, pensó que Kaede hablaba de otra cosa, nunca imaginó que la señorita fuera capaz de dominar un arma, menos aún una tan complicada como la Naginata -también conocida como la lanza extensible- Tal cosa requeriría muchos años de entrenamiento y Fujino era demasiado joven.

Cuando Wong finalmente comprendió la estratagema de la Duquesa se dio cuenta que ella le había dado una prudente ventaja solo para no avergonzarlo demasiado. Sergei se apresuró a continuar cortando el trigo sin comprender del todo como era que Natsuki atraía el trigo hacia ella o cómo es que Shizuru lograba ejecutar semejantes curvas solo con una cuerda y un contrapeso, parecía hacerlo con tal facilidad que... que resultaba irritante. -¡Apresúrate Minako!- Gritó al verla llegar al límite de los casi 10 metros y notar que con pasos tranquilos, en medio de su extraña movilidad ceremoniosa, a Natsuki y Shizuru les faltaba poco para alcanzarlo.

Cuando las jóvenes se encontraron codo con codo con Sergei, el rubio desesperó y cortó en falso más de la distancia permitida. -Wong-san ¡Eliminado!- Se escuchó la voz arbitral. El capitán de la guardia se apresuró a devolver un paso y volver sus ojos molestos sobre la joven pelinegra.

-¿Estás ciega Akira? ¡Aun estoy dentro del rango permitido!- Argumentaba molesto el rubio.

-¿Ciega quién?- La Okuzaki se acercó al lugar con paso rápido, pero este tiempo fue aprovechado por Minako para concluir un manojo y dar pasos dentro de los 10 metros establecidos, la chica no prestó atención a las discusiones, continuó armando sus manojos meticulosa y rápidamente con un solo pensamiento -“Hombres... siempre recogiendo sus desastres... no pienso perder por su orgullo estúpido”-.

Mientras la discusión continuaba cada vez con tintes más airados entre Akira y Sergei, el sincrónico movimiento entre Shizuru y Natsuki se detuvo sin que ello atrajese más miradas que las suyas propias, la joven Kruger clavó la espada curva en el suelo, hizo un ademán con su mano para que su esposa aguardara quieta en su lugar, la castaña obediente hizo un rápido movimiento y el contrapeso en la punta de su cuerda volvió a su mano, como a la espera de más indicaciones sobre su labor. La pelinegra observó cortos surcos hacerse en la marejada dorada del trigo, para el ojo humano aquello podría fácilmente confundirse con el viento pero Natsuki no lo juzgó así y su instinto no le falló, sintió un roce junto a sus botas y vio una mancha negra moverse cerca de las faldas de su esposa, un rápido movimiento de su cimitarra y el gruñido agudo de una rata se escuchó antes de que cayera muerta al suelo.

-Un par de roedores... algo común en un lugar como este- Sonrió la castaña. -Pero siempre es admirable el que mi Natsuki quiera protegerme hasta de lo más simple, aunque le aseguro que no voy a gritar escandalosamente por eso, yo me crié en un lugar como este- Musitó Shizuru intentando tranquilizar la tensa faz de Natsuki, pero la pelinegra no dejaba de mirar en múltiples direcciones, de ese modo volvieron a pasar a su lado otro par de animales rastreros y así de tanto en tanto.  La duquesa plantó su rodilla en el suelo, inclinándose para observar de cerca el sembradío frente a ella, retiró su guante de cuero y posó su larga mano sobre la tierra como sospechando la razón de la agitación de las ratas. -Tiembla... muy sutilmente- Musitó con voz grave y el ceño fruncido. -¡Akira! ¡Sergei!- Se levantó instantáneamente del suelo y miró a sus dos amigos, los cuales estaban muy próximos a resolver sus rencillas con el filo de los metales. -¡Este no es el momento!- La perturbación de Natsuki sorprendía a Shizuru, quien desconocía esa faceta en ella, de hecho pocas veces había visto tanta preocupación en la mandíbula que se asomaba bajo la máscara.

Akira volvió la vista hacia su joven ama, apenas se percataba de que ya no cegaba el trigo con esa técnica tanto original como ceremonial, soltó el cuello de la camisa de Sergei y comenzó a caminar para llegar a su encuentro. -¡Disculpe alteza! Estoy a su servicio-

-Acérquense pronto- Natsuki tomó la cimitarra olvidada en el suelo y una vez yacieron reunidos, Akira, Sergei, Shizuru y ella, señaló con la punta de su espada el bosque más cercano, ese que iniciaba al pie de la montaña y concluía junto al campo de trigo con apenas una distancia de 50 metros. -No pretendo alarmar, pero he percibido un leve temblor mientras cosechaba el trigo... son vibraciones inusuales- Una pequeña bandada de aves se elevó, pero el grupo no prestó atención de ello.

-Fukka no es lugar de temblores según escuché- Acotó Shizuru con voz suave, no entendía a qué se debía tanta agitación, teniendo en cuenta que no se trató de un sismo violento.

-No conocemos uno que haga temblar la tierra, ninguno tan grande- Akira mantuvo un bajo perfil, hablaba en susurros para que apenas pudieran escucharla ellos, sin embargo los demás estaban demasiado entretenidos en la competencia que todavía tenía lugar, el señor Tamamura había logrado la delantera junto a su joven esposa y se hacían de la ventaja con el paso de los minutos. -Señor... debe continuar- Se escuchó la voz de Minako bastante inquieta pues ya había amasado su último manojo y tenía bastante afán en proseguir, aún podían alcanzar a los primeros.

-En un momento Minako- Respondió Sergei quien volvió sus ojos miel sobre Natsuki. -Si este es un truco para dejarnos en la cola de la competencia, lo está logrando Duquesa- Orgullo, aquel defecto fatídico era el más molesto del rubio.

Natsuki negó con la cabeza, no tenía tiempo para detenerse a pensar en esa clase de estupideces. -Debes marcharte de aquí y te llevarás a todos los sirvientes... que suban los ancianos y las mujeres a las carretas, que los hombres tomen los caballos y carguen a quienes puedan con dirección del castillo, los demás, quienes puedan correr... que lo hagan y vayan hacia el pueblo, ellos nunca se acercan tanto ahí-

-Pero majestad, la cosecha no va ni a la mitad y no hay ningún peligro- Intentó refutar Sergei.

-Las vidas son siempre más valiosas Sergei... sé que no cuestionarías a mi padre, así que si tienes un problema conmigo, encontraremos la forma de resolverlo más tarde... por ahora, ¡Obedece!- Natsuki no prestó atención a las muecas del rubio, pero fue suficiente para que él corriera hacía las carretas llevando consigo a Minako a quien le ofreció en desagravio pago originalmente pactado por su participación en la competencia. Una vez llegó cerca de los demás sirvientes comenzó a dar órdenes, las que había recibido de tan mala gana.

-Ya están aquí- Natsuki volvió la mirada sobre el bosque. -Los oídos de los mortales jamás escucharán de la misma forma que los malditos, los Orphan hablan en susurros y lamentos, pero este hiede a kilómetros- Shizuru sujetó la mano de Natsuki, como queriendo infundir fuerza. -Tú también debes ir a un lugar seguro, Iperion te llevará, te aseguro que no podrán cruzar, yo no lo permitiré-

-No iré a ningún lugar sin ti- La abrazó sin dar lugar a más palabras. La castaña no había olvidado lo atemorizante del ataque del oso gigante aquel día, apenas había salvado el cuello con la intervención divina de Mikoto Entonces ¿Qué podría hacer Natsuki al respecto? No estaba segura pero ¿No se suponía que el matrimonio se basaba en esa clase de cosas? Juntas en las buenas y las malas, más las malas que las buenas. Natsuki la apartó gentilmente y la miró a los ojos con ternura, acarició su mejilla. -Yo siempre volveré junto a ti, eso sí que te lo prometo... pero ahora debes ir con ellos, te juro que solo me preocupa tu bienestar-

A sus espaldas, una corriente de aire surgió del bosque y un olor nauseabundo comenzó a inundarlo todo a pesar de yacer en campo abierto, desde las sombras de los árboles ennegrecidos, casi marchitos a la vista, en breves momentos emergió una figura encapuchada de 2 metros de alto, era la fuente de aquella pestilencia. La criatura se acercaba parsimoniosamente al campo de trigo y a cada paso que daba dejaba un hueco en el suelo como si pisara sobre barro. No era posible observar nada abajo de la gigantesca tela cuya sombra escondía de la luz del día la forma de aquel ser, pero en cuanto alcanzó la frontera del campo de trigo las espigas comenzaron a oscurecer y marchitarse, las pocas que continuaron en alto fueron devoradas por un cúmulo de roedores sin fin, así un enorme cerco circular comenzó a consumir el mar dorado de los campos, ampliándose progresivamente y dejando tras de sí una mancha purulenta en la tierra. A la diestra del Orphan nauseabundo, a unos 600 metros de distancia, otro horripilante monstruo apareció y para entonces la lentitud de la huida del grupo que se negaba a dejar tiradas sus tareas, se convirtió en confusión y luego en pánico, ya se atropellaban unos a otros, casi lanzaban a las doncellas sobre las carretas y empujaban afanosamente a los ancianos, algunos incluso corrieron despavoridos sin preocuparse de la suerte de los demás.

-¡Nina! ¡Akira!- Gritó Natsuki. -¡Ustedes detengan el avance del escorpión!- No cabía otra descripción mejor, si es que fueran tenidas en cuenta las dimensiones de la criatura casi tan alta como un caballo y tan ancha como una carreta. Se trataba de un enorme escorpión negro, salvo que en el lugar donde debería yacer su diminuta cara, tenían una enorme mancha blanca con forma ovalada y unos ojos pequeños más rojos que la sangre misma, en su boca había una hilera dentada como si fuese las fauces de un tiburón.

Las jóvenes acometieron rápidamente al punto de intersección entre la horrenda criatura y los indefensos habitantes de Fukka, justo antes de que el Orphan lograra alcanzar a algunos de los sirvientes rezagados, aquellos que fueron los menos atentos a las indicaciones de Sergei. Por su parte Natsuki miró a Shizuru y la tomó por los hombros. -No imaginas cuanto necesito ahora que te apartes de este campo de batalla, ayuda a las personas a llegar a salvo al castillo... con eso mi corazón estará tranquilo-

La joven Fujino no tuvo más remedio que atender la solicitud suplicante de la dama y se apresuró a correr hacía el cerco de personas que rodeaba las carretas y caballos, todos angustiados por obtener un medio de transporte rápido. Cuando apenas faltaban unos metros para unirse a la marabunta donde Iperion relinchaba siendo sujeto a tientas por Yamada, Takeda y Tate, se escuchó un estruendo a su espalda que era el sonido de una explosión, así falló la voluntad de la castaña, se detuvo, meció el viento sus cabellos a la par que giraba su rostro afanosamente para ver lo que ocurría. Sus pupilas se expandieron espantadas, la criatura dotada de una insospechada agilidad se dirigía a pasos agigantados sobre el cerco, sobre la persona más cercana en la línea, Natsuki no se miraba por ninguna parte.

Shizuru sintió el horror de las personas tras ella, los hombres soltaron las riendas de Iperion aterrados y abrumados ante aquella criatura que no podían comprender, “¡Demonio!” Gritaron algunos y el pánico se dispersó por todo el lugar, el caballo encabritado corrió hacia la ella, pero sabía bien que el valeroso corcel no llegaría a tiempo. Centro sus iris rojos sobre la criatura que amenazaba su hogar, a las personas que protegía su amada y de esa forma una sensación de cólera le llenó por dentro, no más solo observar. -¡No lo harás! ¡No te lo permitiré!- Concentró todo su poder espiritual en levantar una muralla de energía pura, la barrera cristalina se cerró un segundo antes de que el Orphan chocara contra ella. El sonido de las piedras rompiéndose inundó los oídos de todos, Shizuru posó su rodilla en el suelo, el aire entraba como fuego en sus pulmones y de su frente perladas gotas emergían, pero la barrera creada por su fuerza de voluntad se mantenía intacta.

Una vez disuelto el humo más allá de muro transparente, se vio la tela negra desgarrada en el suelo y a un lado el Orphan que olisqueaba el aire en busca de su presa, por fin al descubierto reveló ser lo que parecía una rata humanoide de proporciones inmensas, el pelaje de la criatura era como gruesos y puntiagudos hilos de hierro negro, toda la criatura estaba hecha de este resistente material, incluso sus ojos metálicos de color rojo. Resultaba comprensible entonces porque Shizuru sintió como si un tren de vapor se estrellara contra su escudo, no estaba muy segura de poder soportar muchas más embestidas.  -Entonces, no te moverás- Se dijo más a sí misma que al monstruo, retiró el muro y una fracción de segundo después, comenzó a deslizar sus dedos como si tejiera, de aquella forma pudo visualizar en su mente lo que hacía, una intrincada red de hilos brillantes como la luz de la luna se formaron alrededor del monstruo. Al principio el Orphan se resistió cortando varios de ellos con sus filosas zarpas, pero pronto fueron demasiados enredándose sobre su cuerpo, incapacitándolo poco a poco hasta que ya no pudo moverse y así tras lo que pareció un eterno minuto, la rata de hierro se halló envuelta como un ovillo de lana luminosa.

Shizuru se encontrada extenuada, impedir la movilidad de un ser hecho de un material tan duro y pesado se antojaba del tipo de cosas que solo ocurren en pesadillas, pero solo necesitaba cumplir su promesa... dar el tiempo suficiente a las personas, si... esas gentes que se habían quedado estupefactos mirándola conjurar algún tipo de rito espiritual al mejor estilo de una Miko antigua. Pero ese no era su caso, Shizuru jamás había entrenado sus habilidades súper-naturales, solo sabía que estaban ahí a veces causándole temor, había hecho caso omiso de ellas esperando tener una vida lo más normal posible, pero allí estaba, sudando más que en las termas de Tsu, con los respiros contados y unos idiotas sin cerebro o sentido de la supervivencia, clavados al suelo bajo su pies. -¡HUYAN! ¡No podré contenerlo mucho tiempo!- Gritó con voz firme, mientras sus cabellos se adherían a su frente sudorosa, a su lado yació inquieto Iperion quien relinchaba instándole a subir, pero no era un lujo que pudiera darse, apenas pudo hablar y mantener al Orphan sujeto al mismo tiempo.

Los ojos de Shizuru buscaron en la distancia a Natsuki, pero está aún yacía tirada en el suelo sin moverse, una punzada de temor estranguló su corazón, si ella estuviera gravemente herida o si tal vez... ¡No! No podía siquiera permitirse semejante idea, no sabría soportar tal cantidad de dolor. Rodó su mirada llena encono sobre la criatura. -Lo que le hiciste a mi Natsuki, vas a pagarlo con creces- Los hilos azules se tornaron del más intenso color carmesí, junto con el aura de Shizuru ahora llena de rencor, con un tenue movimiento de sus manos la bella de Tsu comenzó a presionar los hilos para aplastar a la criatura. Un horripilante chillido se escuchó a lo ancho y basto del devastado sembrado, mientras los hilos estrangulaban lentamente la dura piel de acero de la rata.

-Lady Shizuru...- Musitó con voz ahogada Sergei, él miraba igual de espantado que el resto de los sirvientes, la dama emanaba una brillante llamarada roja, estaba casi de rodillas sobre la tierra pero sin quemarse o consumirse con aquel extraño fuego, la imagen infundía terror de solo verla. Justamente el miedo que ocasionó el poder de Shizuru fue lo que hizo reaccionar a la gente, nadie se quedaría para averiguar como aquella maldita mujer había invocado un poder destinado solo a la última Miko de Fukka, Misha Izanami.

Mientras los últimos corrían con sus propios pies, entre ellos Minako y la pareja de esposos que habían logrado hacerse del primer lugar antes del ataque, Sergei, Yamada, Tate y Masashi se apropiaron de una de las carretas, con sus cimitarras en mano intimidaron a todo insulto que pretendiera llevarse el último transporte disponible, ninguno tenía previsto dejar a su suerte a Natsuki y compañía. Pese a los desplantes de Nina, Sergei aun la amaba y no sería tan cobarde para escapar de allí dejándolas varadas a la merced de aquellos monstruos, por su parte Takeda miraba con idéntica preocupación a la figura inconsciente de la Duquesa, contra sus deseos continuó guardando uno de los flancos de la señorita Shizuru, de otro modo estaba seguro que cuando la Duquesa Kruger despertara, lo golpearía si se atrevía a faltar a su promesa de servicio.

Yamada busco afanosamente en la carreta y encontró un rifle con algunas cajas de munición, el tipo de cosas que fuera prudente llevar a ese tipo de lugar por seguridad, tal vez les daría alguna oportunidad un buen disparo, lo puso a un lado al alcance de la mano, aprovechó los manojos de trigo más cercanos y con una de las mantas sobre la carreta improviso una almohada, esperaba hacer del transporte algo más cómodo teniendo en cuenta el estado de la duquesa o el temible trance de Lady Fujino, a la par Tate se encargaba con su espada de las criaturas rastreras que amenazaba con encabritar a sus caballos, el rubio se preguntaba de donde emergió tal cantidad de roedores. Sergei tenía buena puntería y mientras Fujino mantuvo a raya a la rata gigante, logró acertar buenos disparos al escorpión gigante que amenazaba continuamente la vida de Akira y Nina, pero las ráfagas espirituales de aquella pistola que Takeru le había obsequiado, apenas causaban algún rasguño a la fiera, a su suerte las municiones se agotarían cuando la misma clase de energía se extinguiese dentro de él y para eso faltaba mucho, podría disparar dos días seguidos con sus noches antes de desfallecer.

Pese a todo, el capitán Wong estaba sorprendido viendo combatir a esas dos damas contra el temible monstruo, se dio cuenta de la diferencia abismal entre sus habilidades, ese aguijón ponzoñoso ya lo habría empalada cinco veces por lo menos de haber estado en la posición de Nina, las fauces filosas lo habrían devorado en un par de bocados si fuera Akira o el aliento de fuego de la criatura lo hubiera carbonizado en más de una ocasión. Le abrumaba verla, como una aguja clavada en el centro de su corazón donde cada latido resultaba ser doloroso, era una diosa ante sus ojos, ‘una deidad inalcanzable’ comprendió el de ojos miel. Nina se movía de un lado a otro procurando una buena distracción a pesar de verse rodeada del fuego que a mala hora comenzaba a diseminarse por el inflamable campo de trigo, en sus manos enarbolaba valerosamente una espada cristalina que un hombre difícilmente podría sostener o manejar con esa maestría, aunque la hoja se miraba en muy malas condiciones y Sergei dudaba, tal vez el filo mellado del arma pudiera hacer algo contra la dura coraza del Orphan, afortunadamente se equivocó, Nina pudo cercenar una de las patas de la criatura, pero esta se aventuró con su aguijón sobre ella, la Kuga abandonó la empuñadura y se apartó de un salto quedando desarmada en el suelo, en cuanto la espada de cristal quedó plantada en la tierra se convirtió en una Katana común y corriente.

El escorpión se adelantó para terminar a su presa con un ataque que no podría evadir estando de espaldas al suelo y Nina rogaba a su suerte que no usara el chorro de fuego de sus fauces, Sergei se sintió impotente a semejante distancia, disparó a la mancha blanca un par de veces sin temor a llamar la atención del escorpión, pero eso no le hizo ni cosquillas al escorpión aunque llamó su atención lo suficiente, había molestado a un insecto súper desarrollado ¡Que bien! Akira salió disparada de la sombra cercana de un árbol, atravesó una llamarada girando en el aire y con su Kunai cercenó el aguijón mortífero antes de que logra asestar un golpe definitivo, aún más rápido Nina rodó por el suelo para evadir un chorro de icor ardiente, volvió a empuñar su espada ahora de dimensiones normales y sin dilaciones la clavó en el centro de la mancha blanca que imaginaba era la cabeza de la criatura.

La pelinegra extrajo la hoja y el magma burbujeante continuó saliendo del escorpión en cantidades alarmantes, volvió la vista sobre Akira y con un mudo “¡Corre!” se apresuraron a poner distancia entre ellas y el Orphan. No faltaron sus instintos, el escorpión del tamaño de una carreta explotó con un último esmero por llevarse a la tumba a sus rivales. Nina y Akira se arrojaron al suelo en el momento justo sintiendo la ola explosiva rozar sobre sus espaldas mientras se cubrían la cabeza con las manos. Cuando se pusieron en pie nuevamente ya hacía mucho más calor del tolerable, ardían sus ojos y el humo comenzaba a llenarlo todo con la ayuda del viento, pedazos incendiados del Orphan en diversas partes se evaporan en un millar de esporas verdes luminiscentes, el fuego se propagara en todas direcciones, incluso la arboleda de la ladera cercana, se oyó un gemido agónico en la profundidad del bosque pero había más cosas de las que preocuparse.

El sembradío se había convertido en un verdadero infierno y el único lugar en el que el fuego no proliferaba era cerca de Shizuru y del monstruo que aprisionaba con sus hilos inundados de dolor y rabia, tal vez se debía al suelo marchito y fangoso, o la tremenda aura asesina que despedía la joven Fujino. -Que terrible poder- Musitó por lo bajo Akira, incapaz de moverse, se había erizado el vello de sus brazos, aquel algo chamuscados. En ese momento Nina no estaba segura de si sería mejor caminar sobre las llamas o acercarse a una iracunda Shizuru. -Pero... ¿Por qué?- Entonces una punzada de entendimiento le advirtió de la situación ¿Donde estaba Natsuki? Solo algo malo, muy malo podría ocasionar que la siempre serena castaña se convirtiera en un demonio como aquel.

-Ayuda a Sergei y los demás, yo iré por mi prima... sea lo que sea que esté haciendo Fujino, está consumiéndose completamente y solo Natsuki puede calmarla- Era difícil ver a través del fulgor rojizo, pero tenía la horrible sensación de que para mantener tan asombroso poder, Shizuru se estaba jugando mucho más que su suerte, tal vez, la pureza de su alma o de su corazón. Akira asintió y corrió hacia Sergei atravesando los obstáculos que suponían las llamas desperdigándose por todo el lugar, aprovechando algunas rocas, árboles a medio prender y su increíble destreza logró llegar junto a él.

-Debemos llevarnos a Lady Shizuru inmediatamente- Akira dijo lo obvio a Sergei, casi reprochando en su tono de voz la falta de actividad del capitán de la guardia.

-Si puedes acercarte a ella sin desintegrarte en el intento, adelante- El rubio señaló hacia la doncella que emanaba una intensa aura roja, así de cerca la Okuzaki pudo comprender porque la imagen había espantado a todo el mundo, el Orphan no soportaba pacientemente la tortura a la que estaba siendo sometido por la fiera voluntad de Shizuru, con sus chillidos atraía incontables roedores de todos tipos, hordas enteras llegaban desde la profundidad de los bosques formando un río de bolas negras y marrones que se precipitaron contra una Shizuru en transe, ninguna de las alimañas llegaba a tocarla, se desintegraron en cuanto alcanzaban su aura o terminaban decapitadas por las manos de los tres leales sirvientes de Natsuki.

-Eso... podría ser un problema- Admitió Akira sin saber cómo sacar a su joven ama de un incendio que manaba desde su propio interior. -Encontraré un flanco descubierto... no importa cómo- Comenzó a acercarse sigilosamente a la joven enceguecida por la ira. -Prepárate Sergei, tendremos que eliminar a los roedores cuando ella despierte-

Nina no lo tuvo más fácil, debió pasar de un campo incendiado a una masa fangosa que se había formado alrededor del monstruo, casi con la extensión de un pequeño lago y eso no era una experiencia agradable. En cuanto logró llegar junto a Natsuki, la acomodó en su regazo y verificó su respiración. Suspiró de alivio al notar que solo se encontraba inconsciente, la removió un poco hasta que logró que se reincorporó sacudiendo la cabeza, tenía mareos y había soñado algo en verdad absurdo. -Siento que me pasó una manada de caballos salvajes encima-

-Una rata gigante de hierro es casi lo mismo, necesito que espabiles porque Shizuru está un poco loca por allá- Nina no perdió tiempo en explicaciones complejas, solo señaló la llamarada más intensa del lugar, lo que era mucho decir teniendo en cuenta que el incendio ya se expandía sobre casi todo el campo de trigo. -Nunca mencionaste que tuviera semejantes habilidades- La menor Kuga aún se notaba perpleja por ese hecho.

-Yo... no lo sabía- Murmuró con tono amargo, pero el desencanto de verse sorprendida por aquel develado secreto tendría que esperar, los ojos esmeralda miraban más allá del alcance de una persona común, en el centro del aura rojiza de Shizuru justo a la altura de su pecho se posaba una pequeña flama azul que con el paso de los segundos perdía intensidad como si estuviera a punto de ser consumida por el torrente de ira. Natsuki se puso de pie con dificultad y Nina se acomodó el brazo de su prima en el hombro para servirle de soporte, ya que las piernas le fallaban todavía.

-Tengo que despertarla- Masculló entre dientes Natsuki, una ola de culpa comenzaba a taladrar más que el dolor punzante en su cabeza, un descuido y cuando se giró a ver a su oponente este ya estaba demasiado cerca, tan rápido como una sombra la embistió con tal fuerza que de no ser por su casco, quizás habría convertido en pudin su cabeza, sentía algo de humedad bajando por su cuello y por lo tibio suponía que tendría que ser sangre.

-Di su nombre con todo lo que tengas... yo te sostendré- Insistió Nina asiendo firmemente a su prima por la cintura. -Ella solo podrá escucharte a ti, allá donde quiera que esté su mente... solo tú puedes alcanzarla-

Natsuki tensó la mandíbula, contemplar a su amada en ese estado, poderosos hilos contenían al monstruoso Orphan, pero el costo era demasiado alto, podía sentir la oscuridad cernirse sobre ella hasta consumirlo todo, incluso su puro corazón. -Shizuru...- Pero la voz apenas le salió desde la profundidad de una caverna, tenía la boca seca y le sabía a sangre. -Shizuru...- Volvió a intentar con un poco más de voz, se apartó del apoyo que ofrecía Nina y apresuró sus pasos dejándola atrás. -¡Shizuru!- Se vio corriendo hacia ella a pesar de que no tenía tanto equilibrio como quisiera, zigzagueaba cual sería más cerca de la dama, pero esta no reaccionaba, finalmente llegó al límite de llamar rojas. -¡Shizuru!- Tendió su mano para tocar el denso aire rojo a su alrededor

-¡No lo haga alteza!- Gritó Akira, cuya mano se miraba lastimada, sangraba y humeaba como si ya hubiese tenido la idea de entrar en el capullo de energía espiritual, de hecho Takeda, Yamada y Tate se miraban algo chamuscados y no precisamente por el incendio proliferando en todas direcciones pero que por alguna razón sobrenatural no se acercaba en un área de , de toda la servidumbre aquellos hombres originarios de Tsu y Sergei, fueron los únicos que no huyeron, sostenían en las manos las cimitarras para ahuyentar las alimañas más grandes que se acercaban y cuidaban lo mejor posible de sus jóvenes patronas.

Natsuki lo agradeció en silencio, miró de cerca a solo centímetros eso parecía un capullo rojo que protegía la preciosidad de su interior. -Se desintegrará antes de llegar a ella, simplemente no puede escuchar ahí dentro... ya le dije que usted estaba bien pero no pudo oírme-

-Ella no me hará daño... jamás podría- Natsuki sonrió de lado y Akira tuvo la impresión de ver un brillo de locura en su glauco mirar.

La Okuzaki no tuvo tiempo de gritar más advertencias, la Duquesa tomó un breve impulso antes de saltar sobre el centro del capullo. Contuvo el aliento, a pesar del impulso, de su fuerza, Natsuki quedó suspendida con su mano extendida a solo unos centímetros del rostro de Shizuru sumergido en extrema concentración, si bien no fue consumida inmediatamente como los roedores, o los vendajes de su mano, se miraba una fuerte tensión en el interior, como si el aura aun no decidiera si se trataba de una amenaza. Nina llegó detrás de Natsuki y Akira se apresuró a impedirle el paso -No tendrás la misma suerte que ella ¿Lo entiendes?- La morena asintió.

-Ahora debemos eliminar a la criatura, porque cuando se libere de sus ataduras...- Nina no necesitó decir nada más, Akira corrió hacia el lugar donde la rata de hierro continuaba apresada y se apresuró a atacar los puntos donde algunos hilos habían logrado causar un gran daño.

-Cuiden de ellas por favor... les confío lo más preciado para nosotros muchachos- Ni siquiera se dignó mirar al rubio o a los otros tres guardianes, corrió para unirse a Akira, dio un gran salto, en el aire desenvainó a Neptuno y convocó su poder, con toda su fuerza asestó un potente golpe en la base del cuello de ‘Tesso’ la rata de hierro, pero apenas logró nada, la hoja se estremeció temblorosa hasta lastimar las manos de la guerrera. -Está hecho de hierro... y Neptuno está...- Nina maldijo por lo bajo, la hoja encantada estaba tan mellada que su filo no podría cortar la el pelaje de aquel Orphan, una frustración similar vivía Akira cuyas Kunai no tenían en más mínimo efecto, sus manos estaban ya llenas de ampollas tras tanto insistir sin lograr nada, a pesar de atacar donde los hilos habían cortado el pelaje y cortado la piel magullada del Orphan.

La joven Kruger pudo sentir la presión en cada músculo de su cuerpo ardiendo, más no se consumía su carne, era más como estar dentro de una máquina presurizadora de uvas como la de Tsu, sumergida de cabeza en un infierno de dolor e ira, a escasos centímetros de ella, sin poder impulsarse con nada más era como apreciar un abismo de distancia entre las dos. -“¿Qué es este lugar?”- Ante la ausencia de sonidos Natsuki se dio cuenta que no podía mover los labios sin ahogarse o emitir sonido alguno. -Este es el eterno mundo de su soledad, la soledad alimenta la ira... una insoportable sensación de vacío- La voz que escuchó en sus oídos no era otra que la de la diosa, pero no la veía cerca de ningún lugar, simplemente no estaba allí, al menos no de cuerpo presente. -“¡Ella no está sola! ¡Yo siempre estaré a su lado!”- Refutar molesta ahora intentando mover sus brazos con gran esfuerzo, como si nadara en un denso mar. -Ha estado sola durante mucho tiempo, ha sido lastimado su corazón con las mismas miradas de desdén que un día soportaste tú, los humanos siempre temen u odian lo que no entienden ¿Nunca viste la frialdad en su mirada durante el tiempo que estuviste en Tsu?- Ante aquella pregunta Natsuki dudó, era justamente esa expresión en su rostro lo que hacía que Shizuru fuera inalcanzable en aquel lugar, tenía la sensación de que no podría acercarse a ella, justo como en ese momento, podía estar a su lado, hablar con ella, pero parecía estar siempre fuera de su mundo. -“Yo conozco la soledad... pero esa sensación se ha desvanecido lentamente, no se quedó a vivir por siempre dentro de mí”- Si, claro que recordaba la fría muralla de ira que construyó para proteger a su lastimado corazón, cuando Nao Yuuki simplemente se marchó sin dar ninguna explicación además de su desprecio, sintió como todas sus esperanzas se desvanecían con la sombra de su ausencia, pensó que quizás no era suficiente para ella, ¿Quien podría amar a un monstruo? Alguien con un aspecto tan desagradable, siempre llena de secretos... alguien a quien maldijeron para que nadie pudiera amar. -“¡ELLA ME AMÓ!”- La voz de Mikoto no volvió a resonar, quizás no necesitaba decir nada más, porque Natsuki abrió sus ojo con fuerzas renovadas, ya no importaba si Nao Yuuki le detestaba solo porque Shizuru fue capaz de mostrarle la calidez oculta bajo su altivez, alargó su mano cuan larga era y sus dedos por fin pudieron rozar la suave mejilla de la castaña. -¡SHIZURU!- Gritó con cada ápice de su ser y por un instante el sonido hizo eco dentro del capullo.

Los ojos de Shizuru se abrieron lentamente y a pesar de estar rodeadas de aquella aura rojiza, Kruger pudo ver nuevamente sus intensos ojos carmesí en todo su esplendor, una pequeña sonrisa se dibujó en los finos labios de la dama y aunque no pudo escuchar su nombre en aquellos labios, pudo leer las palabras atrapadas en su garganta. Natsuki casi quiso odiar al destino por permitir la más ansiada frase de su amada en un punto y lugar donde la acústica simplemente no funcionaba, pudieran ser también figuraciones suyas pero juraba haber leído un “te amo” seguido de su nombre. Finalmente no importó, extendió los brazos y los de la castaña la recibieron, una vez el contacto se afianzó, la tonalidad del aura volvió a ser tan pura como el cristal y más rápido aún comenzó a desvanecerse. Natsuki contempló a su joven esposa caer en un gentil sopor a causa de su agotamiento, muy a su pesar no podía quedarse a disfrutar de ese privado momento, volvió la vista hacia atrás y observó como el Orphan se liberaba lentamente de sus ataduras, los hilos se rompían o deshacían en una nube de vapor mientras Nina y Akira continuaban golpeando a diestra y siniestra a la criatura.

En cuanto el capullo de energía espiritual se deshizo completamente, los roedores siguieron su camino hacia las dos mujeres, pero un muy diestro Sergei comenzó a disparar sus revólver encantados, una ráfaga de haces de luz azul comenzaron a deshacerse de aquella espantosa cantidad de alimañas, no sin la ayuda de tres prestos sirvientes que batían sus espadas para acabar con los roedores que audazmente lograban atravesar la línea de tiros. Casi sin pestañear a cada disparo el capitán Wong se acercó a la pareja dando tiempo a Natsuki a ponerse de pie y depositar a Shizuru sobre la carreta que él tan fieramente había resguardado con el grupo de leales. -Llévala al castillo junto con Akira y Nina- Apeó a Iperion junto con los otros dos caballos, de modo que la carga no fuera abrumadora para aquellos corceles.

-Pero usted... no se encuentra en condiciones Alteza- Ahora Sergei no tonteaba ni cuestionaba la autoridad de la lobuna, la mancha roja en la base de su cuello era sin lugar a dudas motivo de preocupación.

-Un descuido que no pude prevenir capitán Wong, espero que Shizuru pueda perdonar mi debilidad... me preocupé demasiadas veces por lo que está a la vista- Natsuki le dio la espalda al rubio sí que pudiera entender el significado de sus palabras, no al menos hasta que el casco abollado en lo que fuera el hocico de un lobo terminó en el suelo. -Ya no más, no hace falta... “porque nunca más estaré sola”- Llevó su mano a su boca y allí con sus colmillos aplicó un nada sutil desgarro del que brotó su propia sangre. Mientras los ojos verdes miraban al Orphan librarse de su prisión ella rompía con letras de sangre el sello de su propio cuerpo.

-Nina, Akira... a la carreta ¡Ya!- Ordenó aquella voz gutural lo suficientemente fuerte para que ninguna de las dos tardara en obedecer. Cada una cruzó hacia la carreta pasando a cada lado de los hombros de Natsuki, miraron de soslayo la transformación que tenía lugar en el hermoso rostro y sin importar cuantas ocasiones hubieran tenido oportunidad para verlo, volvieron a sorprenderse y asustarse de la abrumadora magia, prosiguieron la carrera a puerto seguro, de un salto subieron a su transporte y aseguraron a la inconsciente Shizuru para que el movimiento no lastimara su cabeza o su cuerpo, se la miraba verdaderamente fatigada, aún sudaba copiosamente como si tuviera fiebre y eso preocupaba a Nina. Akira miró hacia atrás y notó que los zafiros encantados de la Duquesa caían al suelo como las pesadas piedras que eran, las cadenas del espíritu maldito del lobo se han roto...

Una vez se pusieron en marcha Nina vio alejarse la silueta de su prima, apretó los dientes al verla de rodillas, sujetándose el pecho como si le costara respirar y apoyada en una mano que poco a poco se convertía en garfa, notó su cuerpo agrandarse más allá de lo confortable, sus piernas incrementaron su masa muscular hasta romper parte de la tela de su pantalón, pero también crecieron hasta hacer de la prenda unos rasgados pantalones cortos, los espolones inferiores destrozaron las botas de cuero dejando sus patas desnudas sobre la tierra muerta y fangosa, la negra melena se tornó gris como toda la extensión del pelaje que pronto cubrió cada espacio de piel. La cabeza dejó atrás los rasgos humanos para tomar la forma lobuna que fuera el símbolo principal del escudo de armas de la casa Kruger.

Lo desafortunado de la relatividad del tiempo es que para Natsuki aquellos instantes de dolorosa metamorfosis casi parecieron una eternidad, pero para ‘Tesso’ fueron los suficientes segundos para  recomponerse y dejarla de lado, a la criatura no le importaba ya la extraña criatura que cambiaba de forma en el suelo cercano, tan solo tenía en mente destruir a la mujer que había osado apresarlo en hilos de energía y que lo había torturado hasta casi hacerlo desaparecer en una estela verdosa. El Orphan era bastante veloz, pero sus presas estaban ya a buena distancia de él sobre aquella carreta tirada por tres caballos rápidos, pese a todo cada zancada le ganaba metros de cercanía, cuando vio la carreta a su alcance saltó en embestida.

Como en todos los momentos dignos de ser recordados, dichosos o amargos, los sentidos perciben las cosas de una forma diferente, el corazón que late desbocado al punto de zumbar los oídos y las piernas que se sienten pesadas, incluso lentas ante la premura acuciante de las circunstancias. La lobuna no tuvo más alternativa que correr tras ese Orphan, a su paso tomó del suelo una de las cimitarras abandonadas de la cosecha, decidió apresurarse a pesar del insoportable dolor que suponía la expansión antinatural de su torso, de los huesos ampliándose para dar lugar a órganos mucho más grandes y fuertes, a un corazón vivo que bombeaba el triple de la sangre para una persona común, alimentando las piernas hechas con huesos más duros que el metal, con cada zancada, cada respiro agitándose violentamente en su hocico, depositó la espada en las cintas de cuero en su espalda, extendió los brazos sobre la tierra corriendo en cuatro patas para alcanzar al monstruo amenazante que se había adelantado a unos cuantos metros de ella.

Pasados los segundos, estando tan cerca y en cuanto vio a ‘Tesso’ atrever la embestida, se abalanzó sobre él con todas sus fuerzas, extrajo el arma de su espalda en medio del salto y estrelló la filosa hoja contra el extraño pelaje de hierro que cubría a la criatura, pero solo vieron sus ojos como la espada se rompía en mil fragmentos desperdigados en todas direcciones, algunas esquirlas rozaron su piel pero eso no fue importante, no al notar que el Orphan continuaría su  avance, algo tan aterrado para Natsuki teniendo en cuenta la cercana presencia de Shizuru y de los otros sirvientes.

Natsuki no se atrevió a dudar, perderlo todo o estrellarse con una muralla indestructible, la respuesta era evidente. Aprovecho el impulso de la embestida original, abandonaron sus manos la empuñadura de la espada rota, se encogió casi en posición fetal y cual bala de cañón le hizo un placaje con su hombro a la criatura. El tiempo volvió a su cauce y ante la incredulidad de los ojos mortales, una bola de pelaje gris logró desviar la trayectoria del monstruo empujándolo varios metros en el aire y haciéndole girar sobre el campo a una prudente distancia de la carreta.

El Orphan no pareció contento con la intromisión de la figura licantrópica, se levantó desorientado buscando el aroma en el aire, pero aún más rápido la Lobuna se acercó a él contra viento por la retaguardia y deslizó su garra sobre el rostro de la criatura, el sonido de un metal rasgando a otro fue espeluznante, el chillido iracundo de ‘Tesso’ no se hizo esperar, curiosamente ahora las alimañas rastreras atraídas por la llamada de su amo arribaban sobre los campos incendiados o los alrededores convirtiéndose en bolas ignífugas que ampliaban el incendio sobre el pasto y las ramas secas del camino que corrían. Estando sobre el lomo de Tesso, Natsuki enterró sus afilados espolones para no verse derribada, las sacudidas brutales de la rata de hierro la tiraban de un lado a otro sin lograr su objetivo. La joven bestia de Fukka se sostuvo con una sola garfa clavándola más allá del pelaje, hasta la carne sólida y con el puño cerrado de la pata libre, comenzó a golpear sin detenerse sobre la cabeza de su enemigo hasta deformarla. El inmenso roedor chilló aún más fuerte, mientras el estridente sonido de dos mazos que chocan se esparcía como el eco de una demolición en la explanada. A pesar de la golpiza a la que estaba siendo sometido ‘Tesso’ no detuvo su marcha en la cercanía de la carreta que se apresuraba en dirección del castillo Kruger, cuanto más cerca se miraba de su objetivo, más fuertes se volvían los golpes que la lobuna le propinaba haciéndole ralentizar solo un poco la marcha.

El monstruo apenas podía mantener la dirección debido a la ciega cólera que guardara por la sacerdotisa que viajaba sobre la carreta, el instinto y el olfato le guiaban tras ella en una ciega cacería. La derrota que se miraba inminente sobre el Orphan cuyo forcejeó había sido detenido debido a las abolladuras de su cabeza, fue interrumpida por tres sombras que se extendieron rápidamente sobre el pasto y avanzando hacia la distancia en el norte. Natsuki se percató de esto y no tuvo más remedio que abandonar a su casi destruida presa, con un salto sobrehumano desde el lomo se elevó a más de 10 metros de altura, levantó sus brazos extendiendo cada músculo de su cuerpo, con lo que  logró ponerse a la altura de una gigantesca ave y desgarrar el ala poco antes de que pudiera lanzarse en picada sobre la carreta. La gravedad hizo su trabajo y Natsuki aterrizó a al lado izquierdo de la carreta dejando tras de sí un gran cráter, por suerte la debacle no logró detener su avance y a pesar del espanto de los tripulantes y los corceles, Sergei se las arregló para evitar descarrilarse ante la sorpresiva lluvia de seres sobrenaturales, pues también el ave negra que se desplomó en el lado opuesto unos metros más adelante, una vez lograron superar el percance vieron a la criatura evaporarse en una estela de brillos verdes.

La magullada Lobuna no tuvo tiempo para lamer sus heridas, sabía que dos aves más surcaban los cielos en busca de una oportunidad para deslizarse en picada hacia la carreta donde yacía todo lo que atesoraba en la vida, sacó una garra de su prisión subterránea con esfuerzo y se apresuró a avanzar sobre el borde del cráter para llegar a la superficie cercana a la alameda, sin embargo en cuanto logró sacar su cuerpo del agujero, una mole de metal la embistió desde un lado. El impacto estrujó algunos de sus huesos haciéndole gemir de dolor, cayó de espaldas deslizándose accidentalmente por la colina. En medio del constante girar de su cuerpo Natsuki clavó sus garras en la tierra para detener su rápido descenso y en cuanto lo logró, se topó de frente con el hocico sangrante del rival que había dejado momentos atrás, amenazó a la criatura con sus filosas garras cuando escuchó a su espalda una seguidilla de disparos. No dudo que serían del grupo sobre la carreta, seguramente un desesperado esmero por apartar a los otros dos Orphan aéreos que continuaban la persecución. La Kruger gruñó colérica, giró su cuerpo para darle la espalda a la criatura y correr hacia las aves, por su parte, ‘Tesso’ no tardó en atacar ante la oportunidad atisbada, aunque el Orphan no imaginó que la mujer lobo esperaba ese movimiento, así la fémina se encorvó un poco forzando las circunstancias para que la cabeza de la bestia quedase a la altura de su hombro, Natsuki sujetó entonces a la criatura por la base del cuello y con fuerza indescriptible lo levantó sobre su cabeza, tiró de él tan lejos como le fue posible sobre una saliente rocosa.

Ello le dio el tiempo suficiente a la joven bestia de Fukka para buscar entre los retazos que aún componían su ropa, a la altura de su torso todavía colgaban las armas envueltas por el cuero, desgarró la prenda para hacerse con ellas más rápidamente y así elevar sendos disparos hacia las aves, la magia de la maldición congeló las balas en el aire sin que perdieran impulso, logrando con tino certero empalar a las dos criaturas a la altura del pecho, de ese modo los gigantescos cuervos se evaporaron poco antes de alcanzar el suelo dejando tras de sí una estela verduzca. Ni un respiro de alivio pudo salir del hocico de lobo a pesar del arribo de la carreta al portón del castillo, pues ‘Tesso’ volvía al ataque, lo vio llegar por el rabillo del ojo azulado, movió su cuerpo a un lado, soltó las armas y con sus garras ejecutó una llave que le permitió arrojar a la rata de metal otros tantos metros más lejos.

Esta vez sin la distracción de los otros atacantes, Natsuki corrió hacia la criatura y mucho antes de que pudiera erguirse nuevamente saltó sobre el lomo montándolo, en aquella postura enredó las piernas alrededor del cuello de ‘Tesso’ ocupando toda la fuerza de sus muslos en estrangularlo como si de una constrictor se tratara, hizo caso omiso de los espolones del monstruo hiriendo sus piernas en un vano intento por librarse. Así, con las garfas desnudas se abrió paso en las fauces de la criatura tirando en sentidos opuestos de la mandíbula con sus brazos. Aun si la colmilluda dentadura del Orphan lastimaba la carne de la fiera lobuna, esta no cedió esfuerzos hasta verla dislocada por completo en un crujido espeluznante, cuando finalmente cayó exánime el enemigo de hierro, una exhausta Natsuki se apresuró a correr en sus cuatro patas hacia la entrada del castillo.

No pasó mucho tiempo entre ver al último enemigo derrotado y su arribo a la morada familiar, sin embargo allí se topó con numerosos rostros aterrados de los hombres y mujeres que participaron en la cosecha, en su angustiosa preocupación por la bella de Tsu la duquesa había olvidado las órdenes dadas en el campo. Los temerosos sirvientes, algunos aún armados con las cimitarras destinadas a segar el trigo ahora amenazaban con matarla a ella, con cuidadosos movimientos se replegó procurando verse lo menos amenazante posible, luchando ante la idea de acudir con su Shizuru a la cual bajaban Takeda y Yuichi de la carreta, y el no atemorizar más a la gente, no era su deseo lastimarlos, pero las personas ya habían tenido ocasión de ver a las “inofensivas” criaturas salidas del bosque de Fukka y ninguno imaginaba que aquel ser fuera un protector.

Natsuki no prestaba la prudente atención a sus mortíferos sirvientes, era incapaz de hacerlo al notar que Shizuru se removía dolorosamente en los brazos de aquellos leales hombres, casi inconsciente de sus actos se apresuró a llegar con ella. Tal descuido le valió un corte poco profundo de una cimitarra en el costado, de no ser por sus reflejos otra hubiese sido la historia por narrar.

Los iris azules miraron al joven Akihito, quien había procurado aquella herida en prueba de un inmenso valor. -No se acerque a la señorita...- Dijo con voz temblorosa el muchacho. Animados por la valentía de su congénere otros alzaron las espadas dispuestos a cercenar cualquier miembro que tuvieran a su alcance.

-No intento lastimarlos... sean testigo mis heridas de mi esmero por protegerlos- Una voz gutural musitó con gentileza para sorpresa de más de uno.

Un gran desconcierto reinó brevemente entre las voces que murmuraban lo dicho por la bestia como si de un eco se tratara, pero eso no les hizo bajar las armas. Ante las nada halagüeñas circunstancias Nina se apresuró a interponerse entre la gente y su malherida prima. -Bajen las armas... afirmo con mi nombre y mi vida que son ciertas las palabras de la criatura-

Aun desconfiado Akihito preguntó. -¿Cómo podría un monstruo protegernos?-

-¡No es un monstruo!- Se quejó Nina abriendo más ampliamente los brazos, como si con ellos pudiera formar una muralla entre la gente y la Lobuna silenciosa en su espalda.

-Nuestros ojos le miran. Esa criatura no es tan diferente a las bestias que aparecieron en el campo ¡Debemos matarla de una vez!- Un impulso general de horda enloquecida apoyó con vítores la voz del que había logrado asestar un golpe al licántropo frente a ellos.

-Cuatrocientos años de protección silenciosa... y esta es la respuesta que recibimos los Kruger por nuestro empeño- La voz de Takeru se hizo escuchar a la espalda de la gente, quien pudiera imaginar el rostro bajo la máscara notaría que el hombre contenía por muy poco su enfado, si no había erradicado la vida de Akihito en un segundo por atreverse a lastimar a su hija, se debía claramente a un impedimento mayor, una promesa a la deidad de Fukka. -Si es que por miedo a lo desconocido se atreven a renunciar a la protección de la diosa, entonces que ella les libre del fatal destino que les aguardará-

-¡No blasfeme mi Lord!- Dijo otro de los sirvientes tomando la voz del gentío, muchas fibras sensibles habían sido tocadas en la breve conversación.

Takeru supuso que no podría simplemente sentarse a explicar 400 años de historia sin ser interrumpido, así que dijo lo suficiente para desviar el interés sobre los asuntos verdaderamente importantes. -Mira a lo lejos Akihito, el fuego extendiéndose sobre la montaña...- Señaló el distante fuego que carbonizaba todo a su paso sobre la extensión completa de una montaña. -¿Realmente querrían destruir a la única criatura capaz de extinguir el incendio antes de que llegue al poblado?-

El pánico asomó en los rostros de aquellas personas, aquel valioso tiempo perdido y Natsuki respiraba agitadamente sin comprender lo que decía su padre. -“¿Detener un incendio de tal magnitud? ¿Ha enloquecido?”- Apenas se sostenía con la garra sobre el muro más cercano.

Los hombres quisieron marchar, correr de ser posible en busca de sus familias, pero un grupo de soldados enfundados en armaduras de metal lustroso y el estandarte del lobo, se postró frente a las puertas impidiendo el paso. Lo cierto era que el centro del poblado de Fukka estaba rodeado completamente por dos bosques, teniendo en cuenta el fuerte viento reinante en las laderas, el fuego se expandiría rápidamente y nadie podría escapar a la calamidad del voraz incendio que formaría un cerco infranqueable. La desesperación reinó y algunos sirvientes se batieron el duelo por el derecho a correr en auxilio de sus seres queridos, ya no importaba la criatura monstruosa que causó tanto revuelo, la prisión que suponía el castillo Kruger en circunstancias tan nefastas como las que corrían era aún peor.

Un gran aullido resonó por todo el lugar llamando la atención de la masa temerosa de gente y los soldados por igual. La figura del lobo desdeñado y lastimado mostraba sus colmillos presos de una creciente ira. -“Tantos esfuerzos protegiendo a estos ingratos seres, tantos sacrificios...”- Dejar por momentos más largos a su dulce Shizuru en tal estado de fragilidad, que otra cosa era sino un sacrificio cruel. Ahora comprendía mejor las palabras de Mikoto aquel día en la fuente oculta de su habitación. Qué sería aquello sino una prueba de infinito amor por demostrar ante seres cuya decepcionante reacción hería más profundamente que las garras del ausente Tesso, se preguntaba entonces cuántas heridas guardaba la diosa en su corazón a causa de los actos de los Kruger en todo ese tiempo. Se irguió orgullosamente ante los presentes. -Haré lo que es necesario para proteger los que es querido para ustedes... si ven a un monstruo por fuera, no me importa ya, yo soy lo que elijo ser y a su suerte, una ocasión más será de ayuda... Les abriré paso para que puedan llegar al poblado- La voz molesta de Natsuki se escuchó grave y mortífera a pesar del mal estado en el que se encontraba.

Un hondo suspiro fue emitido por la bestia de Fukka ante la vista de todos, dejar atrás la ira y el dolor acuciante de su agotado cuerpo fue una labor titánica, pero solo con algo de calma podría al fin tomar la verdadera forma que la diosa le había otorgado desde el nacimiento. Un halo de luz azulina se dispersó en todas direcciones mientras Natsuki se movía a velocidad pasmosa entre los intrusos y su anhelado amor, si aquella luminiscencia no cegara la vista, quien observara hubiese podido contemplar las formas femeninas de la silueta de una mujer idílica acercándose a una confusa Shizuru que apenas volvía de la inconsciencia, la mano brillante de la dama acarició delicadamente la mejilla de la castaña también cegada por la luz, pero pronto la figura onírica se convirtió por completo en un lobo tan blanco y puro como la nieve, salvo por las heridas aún visibles en rojo sobre el pelaje.

Extinta la luz, los sirvientes vieron asombrados la criatura blanca yacer postrada a la merced de la joven ama Fujino, los tiernos mimos que el hocico del impresionante lobo daba a una cansada Shizuru, le hacían parecer mucho menos peligroso, casi se miraba como una mascota debidamente adiestrada.

-Mi dulce y querido Durhan... cómo ha crecido en este tiempo sin verle- Acariciaba la cabeza del que pareciera un gigante peluche de felpa.

-Este es el espíritu del lobo que protege a la familia Kruger y al pueblo de Fukka, espero que sea suficiente muestra para ustedes- Se atrevió a decir Takeru para disipar la bruma de las mentes de los sirvientes que se cuestionaban un par de cosas sobre la criatura mágica. -Es hora...- Señalado el tiempo el padre informó a su hija sobre la labor todavía pendiente en la protección del poblado.

Con un gruñido casi infantil, el lobo se apartó de la comodidad de los brazos de la castaña y  se movió hacia las puertas de metal, los iris azules del lobo blanco destellaron y un ademán bastó para que Shizuru supiera que pronto volvería a su lado. Los demás en cambio notaron como una fina estela de escarcha comenzaba a formarse bajo las patas del lobo, ampliándose en el suelo hasta formar una fina capa de nieve en derredor de sí. Los soldados abrieron paso y reverenciaron a la criatura.

El lobo volvió la cabeza atrás para mirar al Duque. -“Cuida de ella padre... hasta mi regreso”- Un instante después el gran lobo desapareció de la vista de todos con la forma de una ventisca celestina que congelaba todo a su paso. Con los minutos la expectación de los reunidos se apagó al igual que comenzaban a extinguirse las rojizas llamas en la montaña con la estela azul, nevando poco a poco los árboles calcinados.

Takeru despidió a los sirvientes brindando los medios suficientes para que cada uno pudiera retornar a su hogar y después de poner a Shizuru en la alcoba principal bajo el cuidado de la abuela Sanae junto con otras doncellas que pudieran asistirlas, reunió a sus más leales compañeros de armas para tomar las medidas necesarias, una vez reunidos todos en el despacho del Duque se hizo un denso silencio que ni el más curioso de los hombres se atrevería a interrumpir.

Lord Kruger se dirigió hacia el gran ventanal con vistas de las montañas que rodean el poblado de Fukka, vio aún más lejana a la centella azul moviéndose en zigzag cuesta abajo, poco faltaba para que apagara el incendio y esperaba en verdad que su hija se encontrara bien. El padre suspiró pesadamente, de todas las bestias de Fukka Natsuki fue la única dotada con la magia del lobo gélido, una virtud que el Kruger mayor sospechaba no había sido otorgada por la diosa sin motivación alguna, la última batalla que pudiera culminar el ciclo de la maldición no sería fácil de ninguna manera. Dejando atrás tan funestos pensamientos Takeru volvió a mirar a sus hombres, además de Akira, Nina y Arika. -Me he tomado la libertad de llamarles a raíz del ataque que se presentó en los campos de trigo y que llegó peligrosamente cerca de las puertas de este castillo- Fue vertido un exquisito licor de la cosecha personal del Lord en el vaso de cada hombre y mujer en la sala. -Han sido ya dos veces a lo largo de casi cuatro siglos y esas dos ocasiones han acontecido en el tiempo de dos meses, un cambio evidente que no podemos pasar por alto- Explicó las circunstancias que los reunía.

Dicho lo evidente para todos los que pudieron presenciarlo, se hizo amargo el silencio en los recuerdos temerosos, pero el asombro llenó los rostros de los que yacieron en sus puestos de vigilancia durante los acontecimientos y no esperaban semejante noticia. -Pero mi lord... no hemos dejado escapar un solo Orphan- Se quejó un soldado de valiosa antigüedad, el cuidador del lago oscuro, Asano Nagara.

-Asano... sé bien de los esmeros de todos nuestros soldados por destruir a los monstruos antes de que logren tomar una forma peligrosa, sin embargo los Orphan que nos han atacado... son distintos de los impúberes seres que nacen en el lago, estos son de tiempos anteriores incluso a mí y se agrupan peligrosamente-

Una pelinegra aun vestida con los atuendos rasgados y quemados, la cara tiznada y algunos cortes en la piel se atrevió a intervenir para claridad de algunos. -Los Orphan han dejado la seguridad del bosque para atacar en lugares abiertos y más preocupante aún, demasiado cerca del poblado, las personas están en riesgo y con ello el peligro para todos es mayor, es imposible defender tantos lugares a la vez...- Se cruzó de brazos apoyando la espalda en la pared. -...es por eso que debemos escoger las posiciones más adecuadas-

-Coincido con la Srta. Nina- Afirmó Sergei dejando atrás cavilaciones personales sobre la dama. -Cubrir la mayor cantidad de espacios que nos sea posible,

-Dividirnos... eso es justamente lo que espera el enemigo- La joven ninja tomó la palabra. -Es muy arriesgado- Enfatizó lo último cerrando su puño sobre el descansabrazos de su asiento.

-Luchamos contra seres sin raciocinio Okuzaki- Afirmó el veterano Nagara con severidad antes de apurar un trago, el hombre miraba con curiosidad a las mujeres allí reunidas, no entendía las razones del Lord Kruger para citar a unas niñas a una discusión con tanta trascendencia, ese no era el lugar de una mujer, deberían estar cuidando de la casa, de los niños o de sus esposos, frunció el ceño y murmuró con seriedad. -Dejen en nuestras manos estos debates, procuren un necesario descanso, se les ve afectadas-

Nina tensó su mandíbula, el tono del hombre había sido bastante despectivo, iba a decir algo pero Yamada se le adelantó. -Estas doncellas están en el lugar adecuado, si me permito decirlo mis señores, no se ve todos los días a dos mujeres derrotando a un escorpión gigante lanza llamas, me parece que son lo suficientemente capaces- Ante el hecho Asano desvió la mirada a otro lado.

-No estamos aquí para cuestionar a los asistentes- Los azules ojos de Takeru miraron al moreno Nagara. -Asano, ellas han matado a Orphan completos con sus propias manos, sin la ayuda de un escuadrón completo, ninguno de los hombres aquí presentes, con excepción de mí, ha logrado semejante proeza... por otro lado nuestros más leales sirvientes han sido informados de las novedades y contaremos también con su colaboración en estas adversas situaciones, no podemos prescindir de ningún hombre o persona capaz de hacer frente a estas criaturas- Takeru miró al grupo de leales que su hija consiguió en Tsu y había arrastrado a Fukka a pesar de los riesgos, tras explicarles concienzudamente la maldición y la existencia de los Orphan, aquellos hombres bien pudieron juzgarlo demente o de creerlo, tomar el primer carruaje debidamente escoltado de vuelta a su antigua morada en Tsu, pero ahí estaban, dispuestos a dar pelea. Yamada era un tirador bastante bueno, bastaría proveerlo de un arma encantada para asegurar una defensa a distancia. Yuichi y Takeda resultaron ser diestros con la espada y fuertes, capaces de luchar de cerca o cargar cañones sincronizadamente en tiempo record. -Y por su presencia, yo les agradezco en verdad- Una venia sincera y humilde vino del caballero de noble cuna. -Akira, explica tu punto por favor-

La aludida sonrió y procedió a responder inmediatamente. -Hoy vimos a un grupo de tres aves de rapiña atacar sincronizadamente, a un escorpión gigante incendiar nuestras provisiones para el invierno, y a una rata gigante de hierro obligar a la duquesa a tomar su más oscura forma para luchar en igualdad de condiciones- La chica negó con la cabeza cómo no acaban de creerlo, pero aun así se atrevió a decir lo posterior. -Ese en verdad no es comportamiento de seres irracionales, han reducido nuestros recursos de manera alarmante, han adoptado un principio de asociación como si supieran que en grupos tienen más probabilidades de éxito, nos distraen mientras atacan puntos o personas específicas-

-Hubiera muerto de no ser por Natsuki, escúchenme señores, un Orphan me raptó de una caravana, me uso como cebo, era la carnada para atraer una presa más grande... a la Duquesa  ¿Es esto coincidencia?- Esta vez cuestionó una pensativa Arika. -Tuve la oportunidad de decapitar a un Tigre escamado cuyas fauces manaba ácido y tengo la certeza de que sus ojos delataban inteligencia- Los acompañantes del guardián del lago miraron con incredulidad a la joven castaña divinamente ataviada en un vestido azul zafiro, con guantes, corsé, collar y un peinado refinado, tan hermosa, tan imposible imaginarla sosteniendo una espada o siendo capaz de cercenar una cabeza, pero nadie se atrevió a cuestionar nada, por más inverosímil que pudiera sonar el hecho de que aquellas diosas humanadas fuesen tan letales como hermosas.

-A mi no me lo parece, es como leer el arte de la guerra- Apoyó rápidamente la joven Okuzaki.

-oh vaya, sabe leer...- Musitó por lo bajo el señor Nagara.

-Una palabra más señor y lo retaré a un duelo, no quisiera ocupar energía en otra cosa que buscar una solución viable a nuestra disyuntiva, pero no tolero otra falta de su parte- Musitó una muy resuelta Nina con el ceño fruncido y los ojos incendiados de enojo.

-No se lo recomiendo alteza- Dijo el mayor en disputa.

-Yo no se lo recomiendo Nagara- Sergei miró fijamente a la dama antes de admitir su vergüenza frente a todos, quizás se trató de una forma de resolver el dilema, además de espiar algunas culpas con la doncella, lo cierto es que tampoco deseaba perder más tiempo. -La dama me ha derrotado en justa contienda... y sospecho que no uso a plenitud todas sus capacidades-

Lo dicho fue suficiente para callar al grupo, si es que alguno quisiera hacer burla de las palabras de la Kuga menor, estuvo claro que ningún hombre admitiría semejantes circunstancias de ser no ciertas y para todos los reunidos, incluso Asano, Sergei era un diestro espadachín, de hecho el mejor del ejército en pie de Fukka.

-Aun si las damas tienen razón, no podemos solo quedarnos aquí en el castillo esperando ser atacados, ¿Qué pasaría con la gente del poblado?- Mencionó esta vez Sainoji, el sirviente aun no salía de su asombro sobre las circunstancias acontecidas y no fue particularmente útil en la batalla, pero estaría dispuesto a hacer lo necesario para proteger a cierta sirvienta de cabellos verdosos y disparejos, a la cual había seguido desde Tsu y aún continuaba en Fukka.

Sakomizu tampoco estaba hecho para la guerra físicamente hablando, pero tenía mayores utilidades, era un hombre inteligente. -Si fuera posible cubrir puntos específicos que den amplitud a la visión de nuestras defensas, formar grupos para cubrir los cuatro puntos cardinales del poblado, esto haría visible la incursión de un Orphan, de ocurrir un ataque podríamos usar algún medio de comunicación a distancia, algo que alerte al grupo más cercano para que sirva de apoyo en la sección que fuera vulnerada y contener a la criatura antes de que alcance lugares concurridos...- Todos sonrieron ante la idea, ni siquiera Sergei anticipó las ideas de aquel hombre pese a pasar mucho tiempo con aquellos sirvientes en el castillo. El moreno de afro suspiró preocupado por un detalle pendiente en sus taciturnos. Pero aún no se me ocurre qué medio emplear, debe ser discreto, práctico y que se pueda ver a Kilómetros...-

-Espejos... con la luz del sol y señas acordadas- Apuntó Takeda como si se le hubiera encendido una bombilla en la cabeza.

-Para la noche sería oportuno hacer piras que deberían encenderse en caso de ataque- Apuntó Yuichi ante la posibilidad de la ausencia del requerido astro solar.

-Pero para que no se confunda con un incendio fortuito, conozco la preparación de la madera para que ofrezca una fogata verdosa- Añadió Akira con una sonrisa en sus labios.

-Lo dicho se haga caballeros, señoritas...- El Duque sonrió, un grupo interesante e inesperadamente la mejor alternativa venía de la mano de hombres pacíficos nada acostumbrados a la guerra. -Procuremos descansar esta noche, mañana prepararemos todo y serán seleccionados los grupos-

-Pero alteza, no hay suficientes hombres y... mujeres, para formar un quinto grupo en el que alguien se ocupe del cuidado del castillo- Informó Nagara casi contento de encontrar la falla en el plan de aquellos campesinos.

-No temas Asano, la diosa protege estos muros...  ningún monstruo puede atravesar las barreras mágicas inscritas en las murallas, sus rejas, paredes, en todo el castillo... La gente dentro de él estará a salvo de cualquier Orphan que intente acercarse- Afirmó Takeru tranquilamente en la puerta de su despacho, despidió a sus invitados pero antes de ver marchar a todo el mundo hizo un tenue ademán a su joven sobrina, se apartaron de los demás, avanzaron a lo largo de los pasillos silenciosamente. Cuando el mayor estuvo seguro de estar a solas con la pelinegra expresó la última parte de su plan. -Querida niña, y digo estas palabras con nostalgia pues hoy comprendo que te has convertido en toda una mujer...- El pelinegro posó sus manos en los hombros de la morena. -Es por eso que solo a ti puedo confiarte esta tarea- Bajo un poco la voz y susurró al oído de Nina. -Necesito que vayas a Windbloom, contacta a mi hermano y lleva esta carta contigo, asegúrate de que nadie lea su contenido excepto él, es nuestra esperanza ante la proximidad de la Luna Carmesí y el frío invierno sin provisiones- Takeru abrazo a la joven y deslizó la carta entre los dos

Nina tomó la carta entre sus dedos y aún más rauda la escondió bajo su camisa, no se necesitaron más, un leve asentimiento. -Cuida de la abuela y de Fujino-san... se hará- Sin decir más la menor se marchó con dirección de su habitación.

Estando tan cerca de ya de la puerta, la de ojos magma vio una sombra de pie a un lado del picaporte, no era otro que Sergei. Ambos se miraron a los ojos con una carga de respeto mutuo, ya las tontas acciones habían sido perdonadas por la Kuga y el arrepentimiento del rubio sería suficiente para un par de vidas, sin embargo no podía dejar que las cosas siguieran de esa forma, no más por su culpa.

De ese modo el silencio fue interrumpido entre los dos. -Si en verdad te importa tanto esa mujer... no seas cobarde-

Los iris de fuego se plantaron sobre el capitán de la guardia no sin el marco de un ceño fruncido. -Hay cosas que no le incumben ya, Señor Wong-

-Eso lo sé, pero ¿Cómo vivir con tantas culpas Miladi? Me doy cuenta que mi error fue nunca preguntar por sus sentimientos, los di por sentado- Sergei se miraba lleno de hollín, cruzaba sus brazos frente a su ropa roída y desgastada, a través de los agujeros se podía ver parte de su atlético pecho sucio y rasguñado.

-Es el error de la mayoría, la obediencia iba a costarme demasiado pues yo estaba dispuesta a cumplir mi palabra sobre usted... por el honor de mi familia, pero...- Negó silenciosamente con la cabeza, cristalinos lacrimosos amenazaban con abandonar las cuencas de aquello expresivos ojos.

Sergei no espero más y actuó por ocasión primera, como el amigo que estuvo siempre destinado a ser, un abrigador abrazo ocurrió y fue por fin correspondido. Después de un rato el de ojos miel se atrevió a pronunciar con su ronca y suave voz. -Arriésgate, equivócate, aprende... pero nunca te arrepientas de lo que haces, pues yo no me arrepiento ahora de nuestra historia, estoy contento de haberte tenido a mi lado durante este tiempo. Aun si lamento mi reacción, pensé que mi vida estaba resuelta e iba por un perfecto sendero, pero no fue así... entonces eso te hace pensar, que no hay nada escrito ¿No es así?- La joven asintió aun sollozando.

-¿Y si la he perdido?- Preguntó con la voz rota, apoyando la mejilla en el hombro de su acompañante.

-Eso tendrás que descubrirlo por ti misma- El Wong apartó suavemente a Nina, luego alborotó la ya desaliñada melena con su mano, la miró y sonrió afable. -No se puede perder lo que no se ha tenido y solo está definitivamente perdido lo que se deja de buscar... así que ve a buscarla para en verdad saber si perdiste o si tienes mucho por ganar-

Con estas palabras se vieron renacer las esperanzas de Nina, la pelinegra sonrió más animada, limpió sus lágrimas e hizo una venia al mayor. -Sergei... te estoy profundamente agradecida por tu consejo, en verdad no tenias que hacerlo, pero estando aquí en un momento tan difícil... no puedo dudar de la sinceridad que me ofreces... muchísimas gracias- Con energías renovadas abrió la puerta de su cuarto. -Lo haré mañana mismo, a primera hora... tenemos muchas cosas importantes por hacer-

-Así es- Sonrió el rubio.

-Descansa Sergei...- Dijo ella antes de cerrar la puerta y correr animosamente hacia su cama.

-Dulces sueños Miladi- Susurró él sabiéndose apenas escuchado, quizás olvidado.

Cerrada la puerta el llanto atenuado en la joven que ahora reposaba adecuadamente, emergió en la faz más vieja del capitán. Con un delicado deslizar de sus dedos sobre el marco de la puerta susurró al silencio de la puerta de roble. -Arrepiéntete tan solo, de ver partir al amor de tu vida sin haber dado suficiente pelea... lucha incansable por su amor, cuando al menos guardes una esperanza de tenerlo y renuncia, déjala ir... cuando su sentir le pertenezca a alguien más- De ese modo las palabras se disiparon en el viento.


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31 comentarios:

  1. pensé que nuca mas seguirían publicando esta historia que por cierto me encanto hasta donde la leí

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    1. Espero puedas disculpar mi extremada tardanza. Pero tengo la certeza que no puedo abandonar esta historia debido a que si no escribo se me aparecen los personajes en mis sueños. Siempre de viaje al trabajo imagino las escenas de una pelicula y como narrarlas. Aunque tengo horarios complicados y he tenido algunos inconvenientes de salud a los que prestar atencion. Cada fragmento que han leido lo escribi en momentos libres. Este año no he tenido vacaciones jeje si... Esto puede ser esclavista jaja. Aun asi le dedicare parte del finde a Nunca digas adios. Muchas gracias por continuar leyendo a pesar de todo.

      Att. Cristalsif

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  2. GRACIAS GRACIAS por esta continuacion, valio TOTALMENTE la espera, y seguire esperando el resto, de verdad esta historia y tus historias, tu manera de escribir me encantan... Liz de Venezuela

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    1. Honor que me haces querida Liz. Se que les he hechobesoerar demasiado pero en verdad no me rindo y la constancia, lenta pero segura ha sido premiada con personas tan amables como tu. Muchas gracias por leer.

      Att. Cristalsif

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  3. Quisiera saber cual es el capitulo 30 parte 1, por que no lo encuentro

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    1. Saludos. Pues mire de principio a fin. Aunque el capitulo tiene una extension de 30 paginas no lo parti en dos. Este capitulo es solo 1. O al menos asi se ve completo. Depronto la confusion. Se debe al titulo. "Rebelion II". Es una posilidad. Bueno en cualquier caso este que leiste esta completo. Nuevamente muchas gracias por leer.

      Att. Cristalsif

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    2. Ok. entonces donde encuentro el capitulo 29 por aqui no lo he encontrado

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  4. Gracias!!! Eres genial, no sabes cuanto he esperado por este capitulo, muchas gracias!,

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    1. Jej en serio disculpa la demora. A veces suelo ser alguien perfeccionista. Leo intentando olvidar que es mi historia queriendo ver si las palabras son comprensibles y transmiten lo que deseo transmitir. Eso me hace mas lenta de lo que quisiera pero me alegro que el resultado te contente tanto como a mi. n.n

      Gracias por la espera y por leer. Att Cristalsif

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  5. Oh por Dios!!!!!
    es maravilloso tu estilo narrativo, qué gran capítulo, por favor, por favor, por favor, no nos tengas agonizando tanto tiempo por la continuación, aunque la espera ha valido cada segundo, procura actualizar pronto.
    Un abrazo!!
    ...tu sincera admiradora!

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  6. Guauu!!!es maravilloso este capitulo!!años siguiendo tu bella historia.Realmente admiro tu capacidad de escritura y la forma que tenes de transportarnos en la misma!es realmente atrapante!!
    Mentiria si diria que cada dia que entro a la pagina no es para ver algun capitulo de esta preciosa historia,a veces mi entusiasmo se dicipa como el viento,pero si hubieras visto la alegria inmensa que sintio mi corazon al ver un nuevo capitulo despues de meses de espera,bien este capitulo valio la pena!
    Hermoso Cristalsif!!gracias por tus escritos..por favor no demores mucho con la continuacion!!
    Saludos y besos a la distancia!
    Mia de bsas.

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    1. Años, tu paciencia ha sido en verdad un obsequio difícil de encontrar. Lamento no ser mas rápida, pero lo que si puedo prometer es que lo haré lo mejor posible y no voy a rendirme. Espero realmente que tu entusiasmo no se disipe como el viento tan frecuentemente. gracias a ti por leer y estar ahí animándome a seguir. Es justamente sabiendo que van a leer, que me esmero en hacerlo mejor. Quiero contar esta historia y que la disfruten, pero me pondré metas en tiempo, porque se lo frustrante que puede ser esperar. Yo por mi parte confieso que mi corazón se contenta como no tienen idea ante sus palabras.

      Abrazos para ti Mia.

      Att Cristalsif

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    2. Sos una genia!!y como toda genia mereces que te lo digan y recuerden.Si algun dia decidis publicar un libro,por favor avisanos!!que aca a mas de una nos haria una ilusion y lo compraria sin pensarlo!!por cierto,gracias por responder el mensaje.Me intriga saber quien se esconde detras de tan maravillosa imaginacion.
      Amo a Natsuki!!!
      Saludos y esperare paciente la continuacion.
      Besotes!!mia de bsas.

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  7. dios mios Cristalsif VOLVISTEEEEEE TE AMOOO bueno amor de un fan a su idola jeje ya sabes :) en fin como decia asi VOLVISTEEE JEJE me encanto este capi fue uno de los mas emocionantes ue pude leer me dejaste sin aire cuando Natsuki quedo tirada alla en el suelo. de verdad exelente
    Sergei supo que Nina no siente nada por el y eso lo convierte en un verdadero hombre por que acepto su destino que no estaba junto al de ella.Espero que tambien Erstin pueda estar junto a Nina al fin.Sin mas encantada de poder leerte de nuevo y esperando por mas jeje me gustaria que me saludes al finalizar el proximo cap. jeje BESOS CRIS DESDE ARGENTINAAA!!!


    By:Lourdes Avalos

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    1. Jaja la verdad le quería dar un ligero toque de suspenso, que sintieran un poco de la preocupación de Shizuru, sus sentimientos, algo importante de esta historia es la época en la que se desarrolla, pienso que actualmente es un privilegio vivir, porque podemos expresar muchas cosas que se limitaban antes por cultura. Hoy decimos quizás con demasiada ligereza que amamos, pero si no se pueden decir las cosas, no queda otro camino que demostrar y eso es lo que hace Shizuru por Natsuki, después de las numerosas demostraciones previas de la morena jejeje. Bueno, yo no pienso que Sergei sea un mal sujeto, nunca se proyecto de esa manera, pero para mí, evidentemente no es la media naranja de Nina, sus acciones anteriores no eran otra cosa que la reacción natural, no dejas ir lo que quieres hasta que no comprendes que su felicidad esta en otra parte y bueno, no es por justificarlo pero algunas veces se hace algo de trampa. Lo importante es corregir los pasos no? y eso hizo Sergei. Me alegro en el alma que te gustara.

      Gracias Lourdes por leer,

      Att: Cristalsif

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  8. Dios santo me emocione doblemente. Primero grite hasta quedar sorda y segunda por la historia en si...me dejo con ganas de leer mas y mas . Gracias por seguir la historia. Te dejo mucho besos a la distancia

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    1. jejeje vaya que te emocionaste, en tal caso creo que los perjudicados fueron los vecinos... bajo cualquier caso tu efusividad me roba una sonrisa sincera de los labios. Realmente esero volver a causarte esta emoción y contento en poco tiempo.

      Att: Cristalsif. Abrazos.

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  9. cuanto tiempo me abre tardado en leer de principio a fin este bello capítulo...no lo se....solo espero no haberte decepcionado, pues al parecer como seguidora de tus escritos dejo mucho q desear...te prometo esforzarme mucho más, pues me doleria demasiado verte triste por mi culpa.

    Amo cada letra de este nuevo y hermoso capi, me encanta como me transportas a otro mundo mientras en mi mente es tu voz la q me narra cada párrafo......Muack

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    1. Esas son las ventajas de ser mi compañera en el viaje de la Vida. Tendras en mi voz las locas ideas que pasan por mi mente. Muack

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  11. Espero k no dure 3 meses mas para subí el prosimo capitulo

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  12. Indudablemente tu gran imaginacion nos hace volar. Creo que ya es tiempo que paguen por todo lo mal que hacen nao, el sr fujino y el conde ese. Temi en verdad que el corazon de shizuro pase al lado oscuro.u
    Esas palabras tan ansiadas ojala lleguen pronto un " te amo " ya lo leyo de sus labios pero queremos escucharla a viva voz.
    Espero que pronto subas la continuacion de la rebelion, a decir verdad no me importa el tiempo que te tome. Con lo perfeccionista que demuestras ser... te tomara tiempo que en lo particular a mi no me importa la espera...teniendo como resultado estos capitulos.

    En donde sea que te encuentres no olvides que tienes a una fiel seguidora.
    Con todo mis respetos y cariño Maria Rene

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  13. Eres genial!! En serio, nunca perdí la esperanza de que continúes con la historia, y bueno justo hoy me tomaste por sorpresa, decidí revisar la pagina, y me di cuenta que publicaste otro capítulo jajajaja y wooo de verdad me gusta como escribes o redactas, y bueno me parece bien que tengas ganas aun de seguir con la historia, que sea tarde pero seguro!!! Y nadie como tu!! Jajajajaja en serio estoy emocionada. Saludos de parte de Irina Bonato una tus fieles seguidoras

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  20. Hola Cristal.


    Me ha encanta la historia!!! Tiene lo que tanto me gusta; acción, fantasía, drama, humor y romance. Las parejas que me gustan además de las principales son Nina y Eirnt (Son tan tiernas ambas son tan apasionadas por sus trabajos, sensibles, luchadoras, de caracter y aman intensamente a sus seres queridos, las hacen ser almas gemelas) Sería bueno que Mina vuelva a fukka sana y salva cumpliendo su misión para cumplir su promesa, se espera que la familia Ho no les complique tanto estar juntas.


    Con respecto a Natsuki y Sizhuru aunque parezcan más juntas que nunca apesar de lo que hizo Tomoe aun les falta les espera del enemigo y del cobarde de Satoru (Que no es solo los ataques de los orphan). Que si así afectando el conde a la familiar Kruger hasta pueda "ganar" (Aunque puede que Shizuru y Natsuki lleguen a declarar su amor a último momento)
    En este capítulo fue de gran asombro el poder de Shizuru, tengo dudas de donde o quien le : tal poder? (Sería buenisimo que entrenara su habilidad las puliera para enfrentar a esos orphan).

    Espero con ansias el siguiente capítulo.



    Saludos desde Colombia.

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