Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

El raro diseño de la luna - Laura T.D - 15

15


Sara agitaba las hojas impresas por la webcam, Mar intentaba encontrar el artículo en internet. ¿Por qué Sara no había guardado el enlace? Esas cosas poco consideradas eran el típico comportamiento de su amiga. Le había insistido mediante mensajes de texto que se conectara a una videollamada en horas de trabajo y Mar, que nunca podía negarle nada durante mucho tiempo, se había conectado aunque tenía que hacer tres ilustraciones antes de finalizar el día y además de perder el tiempo chateando, ahora necesitaba encontrar el único artículo en el que aparecía una fotografía de Nora. ¿En verdad era “esa Nora”? Todo apuntaba a que sí. La creadora de su vínculo intergaláctico era una de sus escritoras contemporáneas favoritas, medio famosa, muy talentosa. Mar había leído todos sus libros y esperaba con ansiedad la publicación de los próximos volúmenes de su saga. “Pregúntale a Luna”, le había dicho Sara y sin duda lo haría, pero ya que internet estaba más a la mano, se había volcado a esa fuente primero, aun cuando pudo haberse comunicado psíquicamente con la galáctica. En verdad Nora era perfecta. Si ella fuera una visitante interplanetaria, seguramente también la habría elegido para materializarse a través de ella, pensaba Mar y definitivamente sería una candidata perfecta para ejercitar un proceso de enamoramiento mutuo. Mar suspiró. Ahora ella también quería ser parte de la misión. Por muy mala que pudiera ser la idea, para Nora, claro, el hecho de que la escritora fuera un tan inusualmente maravilloso ser humano (por lo menos eso pensaba Mar que tendía a idealizar a sus escritores favoritos), le agregaba valor al experimento amoroso de Luna.

¿Cómo se amarían una visitante de otros mundos y tiempos y una escritora humana tan intensa y brillante? El drama se anunciaba tan interesante que Mar estaba enganchada ya.
Sara tenía una sonrisa de medio lado, medio burlona.
“¿Qué te parece tan gracioso?”,le escribió Mar.
“Que tu rival sea alguien por la que tú te vuelves loca ficticiamente”
“¿Cómo que rival?”
“Por el corazón de tu prima, la rara. Ahora entiendo toda la intensidad de la escena de amor no correspondido a las puertas de tu casa”
“Yo no compito por el amor de ninguna prima mía, que quede claro”
“Me alegro, porque contra Nora es muy probable que pierdas”
Suficiente chat y videollamada por hoy. Decidió Mar.
“Tengo que colgar. Tengo trabajo. Hablamos luego”
Sara se desconectó y Mar se quedó viendo con rabia el link que le había enviado su en-ese-momento-muy-muy-dudosa-mejor-amiga. Sara la quería torturar, ¡Bah! Sara no entendía que no tenía nada que ver amorosamente con Luna. De acuerdo, Sara estaba celosa, como lo había estado otras veces, pero ponerse a averiguar todo sobre Nora era algo de lo que no la hubiera considerado capaz. Se sentía amenazada, está bien, pero ¿por qué no se había sentido amenazada de esa manera antes? De sentirse desplazada por alguien que no fuera una alienígena, ya estarían juntas, casadas y con dos hijos… ok… había exagerado un poco, pero por lo menos ya podrían estar viviendo juntas o viajando juntas o por lo menos juntas. Pero no. Sara tenía que complicar más el panorama con pensamientos lésbicos formales y conductas malintencionadas en el momento menos propicio.
Si alguien era digna de la atención del universo, era Nora. Por eso pudo materializar a Luna y no la olvidó y podía sentirla. Claro. Tenía que ser alguien extraordinaria. Tanto que a lo mejor no tenía que hacer un gran esfuerzo para que Luna se enamorara de ella y Nora, pues, no es como si estuviera en duda que enamorarse de Luna sería fácil, considerando que era toda una diosa sáfica en potencia, con su misterio, su apariencia de supermodelo y claro, el hecho de que era un ser más superior que los seres humanos. Entre seres superiores se entenderían fácilmente. ¿Entonces por qué rayos la necesitaban a ella, tan simple mortal?
¡Qué fastidio! Ella solo estorbaría. Nora y Luna podían hacerlo todo solas, bastaría con dejarlas estar juntas y Mar estaba segura de que terminarían enamorándose. Entonces Mar se dio cuenta de otra cosa: si Luna sabía todo lo que ella sabía, entonces Luna sabía que a ella le fascinaba ficticiamente Nora la escritora y entonces eso era morboso.
“¡Luna!”,la llamó, mentalmente.
“Dime”, recibió respuesta
“Tú sabías que yo soy fanática de Nora, ¿cierto?”
“Sé que te gustan sus libros, es correcto”
“¿Tuvo eso algo que ver para que llegaras a mí?”
“Es correcto, Nora es mi puerta de entrada a este mundo. Así te encontré para que me permitieras permanecer en él”
“Entonces técnicamente,  Nora puso el camino para que el vínculo entre tú y yo se diera”
“Es más complicado que eso. A Nora la elegí yo. A ti te encontré porque tú me llamaste”
“Yo no te llamé”
“De alguna manera lo hiciste. Debíamos encontrarnos y eso es anterior a mis tiempos y espacios”
“¿Cómo destino?”
“Así lo simplifican los seres humanos, sí. Pero es algo más que eso, es como un orden del universo, único”
“Pero Nora te tuvo que mostrar el camino hacia mí, ¿acaso eso también estaba predestinado?”
“No sé qué responderte. Nora me fue útil para una cosa, tú para otra. Eso es todo”
“Vale, y  yo queriendo ordenar los hilos de la rueca…”
“No entiendo”
“Ni yo. Te veo a la salida del trabajo.”
“¿No almorzarás?”
“No. Hasta luego”
“De acuerdo. Hasta luego”
Y entonces, hasta había que agradecerle a Nora. Y era molesto, porque, porque, ¿por qué no se había quedado con Nora? ¿Por intensa? ¡Todas las mujeres son intensas! Y si Nora era un poco más que la mayoría pues ese era problema de la intergaláctica que tomó decisiones arrebatadas.
Mar estaba molesta.
Volvió a conectar el chat, pero sin videollamada.
“¿Ya viste el artículo?”
“Es ella. Luna me lo confirmó.”
“Tiene buen gusto la prima. Además de talentosa y famosa, es bastante guapa la escritora”
“Sí”,envió Mar. “Ellas…” Mar borró el artículo plural, “Luna quiere recuperar a Nora y voy a ayudarla con eso”
“Ya veo. No parece como si Nora fuera a poner resistencia”
“Luna quiere amor verdadero, no solo la obsesión de Nora”
“Creo que entiendo. ¿Nunca nos conformamos con sólo un poco?”
“Nunca”
“Yo tampoco me conformaría. Entonces, ¿las vas ayudar, celestina?”
“Sí y cuento contigo”
“Más que nunca en nuestra vida, es nuestro destino”
“Supongo. ¿Puedes ir a casa en la tarde? “
“Cuenta con ello. Hasta pronto Mar.”
“Hasta la tarde”
Y Offline.

Y unas horas más tarde, después del anochecer, estaban las 4 sentadas en el piso de la habitación de Mar, con sendos vasos de limonada fría decorados con motivos navideños (la mamá de Mar había ido a una tienda de autoservicio en la que había baratas de la temporada pasada. Aunque era primavera, los vasos con motivos navideños le parecieron a la señora de buen tamaño y bien hechos, así que compró un juego de ocho, con todo y que el pino y el oso polar no combinaban para nada con la época del año). Sara observaba un poco descaradamente a Nora, quien parecía no poder apartar la vista de Luna. Luna parecía intentar ver a Nora con la misma intensidad. Mar estaba incómoda.
“Y bien, Nora”,rompió el silencio Sara. “¿Cuándo nos contarás qué se siente ser famosa?”
Sara, siempre directa. Pensó Mar.
“Pocos me considerarían famosa”,respondió Nora humildemente.
“Eres una de las escritoras favoritas de Mar, yo le regalé tu último libro en su cumpleaños”
“Es un honor que Mar tenga en tan alta estima mi trabajo”
“Eres buena. De hecho estaba considerando preguntarte por spoilers o algo así…” Dijo, Mar. Por lo menos ya estaban conversando.
“Sí, yo también he leído tus libros”,continuó Sara. “¿Valentina logrará escapar de sus fantasmas personales?”
Valentina era la heroína de la saga de Nora. Mar y Sara adoraban el personaje con pasión. Mar hasta había dibujado unas viñetas basadas en la obra de la escritora.
“Aún no lo sé. Por el momento solo estoy segura de que Valentina debe continuar su viaje y conocer a más personajes. Existen todavía algunas cosas que debe aprender antes de saber si puede o no deshacerse de sus fantasmas”
“Supongo que nadie realmente puede deshacerse de sus fantasmas; aprendes a vivir con ellos… solo supongo”,reflexionó, Mar.
“Estoy de acuerdo contigo”,confirmó Nora y de nuevo reinó el silencio.
“¿Te gustan mis  textos, Luna?”
“Siempre me ha asombrado lo que eres capaz de comunicar. Tus escritos son maravillosos, tú lo eres”,dijo Luna, de nuevo viendo a Nora de manera intensa.
Sara dirigió a Mar una sonrisa pícara. Si Nora sonreía con más ganas la mandíbula se le desencajaría, pensó Mar. Sobre todo si Nora insistía en no mostrar sus dientes.
“Tú inspiraste a Valentina y sus sombras. Tú eres mi musa, Luna”,declaró Nora, como olvidando por un momento que Sara y Mar también estaban ahí. “Disculpen si no era el momento de decir semejante cosa, pero no pude evitarlo”
“Yo lo suponía”,dijo Luna. “Mucho de lo que escribes me lo contabas a mí. Muchas veces hablamos de lo difícil que resulta sentir que no tienes un lugar en este mundo, ni en otros”
“Creí que no lo recordarías”
“Soy capaz de recordar cada conversación que tuvimos, Nora”
Sara leyó el mensaje de texto que parpadeaba en su celular. Era de Mar. Decía: “Debemos sacarlas de aquí. Es incómodo”
Sara se apresuró a responder con poco disimulo: “Yo estoy muy bien viendo la tragicomedia”
Mar la volteó a ver con ojos de fastidio. Sara volvió a sonreír.
“¿No se les antoja hacer algo? ¿Vamos por unos tragos?”,intentó Sara.
Mar giró los ojos. “Es lunes”
“Somos jóvenes y yo entro a trabajar hasta las diez de la mañana”,respondió Sara.
“Yo no trabajo”,dijo Luna.
“Yo no tengo horario”,dijo Nora.
“Todo está cerrado”,dijo Mar.
“Yo sé de un lugar. Si no quieres ir, yo puedo llevarlas. Eres la única con horario riguroso”
¿Y dejarlas a merced de Sara? No. Además el vínculo, el vínculo.
“Vamos”,consintió Mar, desvelarse sería mucho mejor que intentar borrar momentos empalagosos ajenos en su habitación.

Dos horas después, una Sara chispeante por el whisky bailaba como niña con una Nora también chispeante, pero poco menos entusiasta. Mar suponía que Nora preferiría estar bailando con Luna, pero la galáctica estaba lejos de parecer dispuesta. Estaban en el mismo bar que donde conocieron a la rockera, a Sara le gustaba demasiado ese local.
“¿No deberías ser tú la que pone sus manos en la cadera de Nora?”,preguntó Mar a la alienígena que apuraba su octavo vaso de licor.
“Quizá es correcta tu apreciación, pero por el momento estoy interesada en los efectos fisiológicos de la bebida”
“¿Estás embriagándote? No pareces afectada”
“Tengo un cosquilleo general y la visión ligeramente distorsionada”
“Muy bien, intergaláctica, ese fue tu último trago. No sé cómo lidiar con una extraterrestre ebria”
“Haré lo que me indiques”
Sí, Mar, que aparentemente sería la única sobria de la noche, notó el brillo del alcohol en la mirada de su amiga de otro mundo. Supuso que mañana se enfrentarían a la consecuente deshidratación.
“Todo va muy bien con Nora, ¿no?”
“He ejercitado vigorosamente algunos puntos de cortejo que mis bases de datos me han facilitado”
“Sí. Eso de que es maravillosa fue un buen movimiento. Pareces toda una experta”
“También te he observado en el pasado. Ver a los ojos sin desviar la mirada y enfatizar las virtudes de la interlocutora, son cosas que aprendí de ti. Las bases de datos tienen poco contenido audiovisual útil para el cortejo, suelen focalizarse en el coito.”
“Pues lo haces bien. Ella no deja de verte y eso que Sara se está esforzando en entretenerla con su baile de tortuga ninja”
“No sé qué es una tortuga ninja. No sabía que los reptiles pudieran ser mercenarios japoneses del siglo VI”
“No es así, luego te explico. Nora no deja de verte, parece fascinada con todo lo que dices o haces”
“Ese es un buen avance en mi proceso de enamoramiento. Sin embargo, tengo mis reservas. Nora me considera indispensable en su vida pero no estoy segura de que lo haga de manera romántica”
“Sí. Eso pensaba, pero ya lo iremos averiguando. ¿Y tú? ¿Te agrada? ¿Te resulta atractiva?”
“Hace unos momentos, al ir por tu cerveza a la barra, me descubrí considerando muy agradable la simetría de su rostro”
“Eres una oda a la galantería”
“Agradezco tu consideración”
Mar suspiró. Luego continuó.
“La consideras bonita. No es una pregunta. Así se dice eso de la simetría, que la consideras bonita”
“¿Tú no?”
“Sí, claro. Pero no importa lo que yo piense, eres tú la que se tiene que enamorar. Que te parezca bella es un buen paso”
“¿Crees que ella me considere bonita?”
Mar sonrió.
“No lo dudo. El problema es si Nora antes ha sido un ser homosexual. ¿Lo ha sido?”
“No. Sólo ha estado enamorada una vez, de un hombre joven con el que estuvo hace tiempo”
“¿Antes de sus libros?”
“Es correcto. ¿Eso es importante?”
“Sí. Digo, ella dice que tú se los inspiraste. A mí eso me parece algo muy homosexual”
“Espero estés en lo correcto. Confío en tu lectura de tus símiles. Para mí es complicado entender ese tipo de comportamiento humano”
Mar no dijo más. ¡Qué interesantes solían ponerse las etiquetas de las botellas de cerveza en aquel bar!
“Mar”
Mar volteó a ver a Luna.
“¿No deberías ser tú la persona sobre la que Sara posasus manos?”
“Bien jugado, marciana. No tengo ganas de bailar con ella. Las cosas se han puesto confusas”
“¿Por el beso? Este fue diferente, lo pude sentir a través de ti”
“Sara se puso toda rara con lo que siente por mí, o eso me dio a entender. Creo que solo está celosa…de ti… de la situación contigo.”
“Es una humana posesiva”
“Es Sara”
“Si gustas podría transmitirte mis descubrimientos sobre procesos infalibles de cortejo”
“No es necesario, Luna. Pero gracias. Es bonito tener a una consejera sin tiempo ni espacio”
Pensar seriamente en Sara la puso triste. Pero bueno, no estaba ahí por ella, sino en su papel de vínculo y entonces debía resistir un poco más para ver en qué terminaba la noche.
Nora y Sara regresaron a la mesa. Nora había perdido el aliento; Sara solo tenía el rostro enrojecido.
“¡Quién podría imaginarse que la famosa bailaba tan bien!”,exclamó Sara apurando un vaso se bebida.
Nora se ruborizó.
“Es cierto, Nora. En mi imaginación solo bailabas entre olas o algo así”. Puntualizó Mar, claro que primero se imaginó un pez espada, luego una sirena, luego un manatí, una nutria y ya después de eso una especie de bailarina-buzo de ballet.
“Bueno, es un día feliz. Debemos festejar”,dijo Nora y todas asintieron de acuerdo. “Luna, ¿no bailas?”
“Está ebria”,se adelantó Mar.
“Así es mucho mejor. ¿Bailas conmigo?”,solicitó Nora, valiente.
“Sí, bailemos”,concedió Luna sonriendo abiertamente
“¿Ustedes no vienen?”,preguntó Nora a Mar y Sara, con educación.
“Creo que voy a tomar un poco más”,respondió Sara. Luna y Nora se fueron a dar saltitos por la pista de baile.
“Mi instinto dice que tu prima volverá a revivir su historia de amor”
“Me parece bien”. Entre más rápido, mejor para todos.
“Son una pareja sexy”
“Lo son”
“Nora parece rígida, pero cuando la empiezas a conocer es muy agradable”
“Sí”
“¿Sería buena idea dejarlas solas?”
“No”
“¿Por qué no?”
“No puedo dejar a Luna. Además están ebrias”
“Mucho mejor”
“Tú también estás ebria… Sara, en un rato más nos iremos. Tengo trabajo”
“Puedes dejarlas conmigo, te prometo que vigilaré que no hagan algo demasiado impúdico”
“Luna es mi responsabilidad, no voy a dejarla”
“No estarás celosa, ¿o sí?”
“No empieces con eso. Te he dicho mil veces que no hay motivos para que pienses semejante cosa”
“Vale, no te molestes. Es solo que te conozco muy bien”
“¿Y qué si no es así? ¿Y qué si no me conoces en absoluto?”
Había dicho aquello demasiado desafiante. Mar pudo ver cómo Sara se ponía seria y la miraba fijamente.
“Lo siento”,dijo la diseñadora. “Estoy cansada, no quise hablarte así”
“Es mi culpa. En verdad me pone nerviosa que te pongas en actitud sobreprotectora con Luna. ¿Es tan especial para ti?”
“Lo es. Pero no en la forma en que quieres verlo.”
“Está bien. Prometo no volver a insinuar nada del tema.”
Mar suspiró. Sara suspiró. Y ambas apuraron sus bebidas.
“Terminé con Iván”
Mar se quedó petrificada. Quiso decir cualquier cosa pero no alcanzó a saber qué.
“Sucedió esa noche en que apareció Nora, después de que colgamos. Simplemente no podía dormir con él otra noche. No después de darme cuenta de que lo único que hago todo el tiempo es pensar en ti”
“Sara, estás ebria”
“Sí. Pero el sábado no lo estaba y con toda la sobriedad del mundo le dije a Iván que dormiría en el sofá y que buscara otro lugar para vivir”
“¿Y lo hizo, se fue?”
“Se fue”
“¿Y qué vas a hacer? ¿Cómo pagarás tú sola la renta? Es un departamento muy costoso y además están los servicios. Tu trabajo apenas es de medio tiempo, ¿estás segura de que fue una buena decisión?”
Sara rio por lo bajo;luego continuó.
“No te estás fijando en lo más importante… acabo de decirte que lo único que hago es pensar en ti. Terminé con mi novio porque quiero volver a besarte cuantas veces quiera”
Y aquello era mucho para procesar. No había bebido la gran cosa, pero Mar sentía que todo en su mente se revolvía. Pensaba en las cuentas de luz, gas y agua con claridad (podía ver los recibos bailoteándole alrededor de una Sara en quiebra), pero no alcanzaba a entender que lo que tanto había esperado estaba por fin sucediendo.
“Yo… ¿no que no estás lista?”, Mar estaba confundida, mucho, muy confundida.
“Nunca voy a estar lista para sentir lo que tú me provocas. Pero sería una tonta al rechazarte otra vez”
Espera. Espera. Espera. ¿Rechazarla? ¿Acaso era Mar la que estaba declarándose? No. Esta vez no había nada que rechazar. Habían problemas intergalácticos que habían pasado a ser prioridad en las últimas semanas y entonces Sara salía con tremendas declaraciones que complicaban más las cosas. Su razón peligraba. Afortunadamente nunca había sido tan racional, porque si lo fuera probablemente sería la causante de un accidente espacio-temporal.
“¿No me dices nada?”
Mar notó cómo Sara se ponía tímida. Pocas veces la había visto así, totalmente alejada de su máscara de autosuficiencia. Mar recordó que así se había enamorado de ella, cuando por primera vez la vio despojada de su arrogancia.
 Tenían unos quince años. La abuela de Sara había muerto. Sus papás, que habían viajado para visitar la anciana, le dijeron a su hija por teléfono que llegarían por ella en cuatro horas. Sara llamó a Mar quien a toda prisa fue a su casa. Esperaron cuatro horas en silencio. Para la tercera hora, Mar ya estaba totalmente segura de que haría lo imposible para evitarle a su amiga cualquier dolor.
“Mar, di cualquier cosa, por favor”
Mar supo que si no era en ese momento, quizá no tendría otra oportunidad. No respondió. Cortó la distancia que las separaba en la mesa de aquel bar, se acercó a Sara y la besó en los labios, con calma.
“Desde hace mucho tiempo puedes besarme cuando se te dé la gana”,dijo Mar, susurrando sobre los labios húmedos de Sara.
 Sara no contestó y atrajo a Mar de nuevo hasta su boca.

Desde la pista de baile, Luna pudo ver cómo el par te terrícolas se amoldaban la una con la otra. Nora siguió su mirada.
“¿Entonces están juntas?”,preguntó la escritora.
“No. Hasta el momento, no”
“Creo que ya lo están”
“Mar ha estado enamorada de Sara desde hace una década”
“Eso es mucho tiempo de espera. Me alegro que haya terminado para Mar. La espera puede consumirte por dentro. El mundo sigue su curso pero todo el tiempo sientes que algo te hace falta”
“¿Eso es lo que tú sientes?”
“Lo sentía antes de tenerte de nuevo conmigo”
“¿Podrías besarme?”
“¿Qué?”
Nora se sobresaltó. No había esperado esa extraña petición. Oh bueno, no es como si nunca le hubiera pasado por la cabeza, pero no era precisamente su objetivo. Nunca había pensado en su musa como en alguien a quien pudiera banalizar de tal manera. ¿Podría besarla?
“Es para recopilar datos”,dijo Luna con total naturalidad.
“Entonces supongo que podría hacerlo. Haría lo que me pidieras”
“Bien. Hazlo”
Nora se inclinó hacia Luna. Luna se inclinó hacia Nora.
“No. Esto no se siente natural”,se detuvo la alienígena.
“Eso estaba sintiendo exactamente”,dijo Nora suspirando con alivio. “Pero, podríamos intentarlo después… es decir, si quieres en verdad recopilar datos conmigo. Si quieres besarme… en otro momento podría besarte, sin duda”
Luna sonrió.
“Eres bella”
Nora se sobresaltó de nuevo.
“Gracias. Tú también lo eres. Luna, ¿puedo abrazarte?”
En respuesta, Luna rodeo a Nora entre sus brazos. Nora respiró el aroma de Luna, no lo sabía antes, pero ahora estaba segura de que sí podría besarla.
Música tranquila comenzó a sonar. Era momento de marcharse. Luna y Nora habían pasado la última media hora bailando abrazadas. Mar y Sara saciaron parte de su sed por la otra también durante ese tiempo (y es que algo raro pasaba con ese lugar).
Pagaron la cuenta. Salieron del bar y ahí mismo tomaron un taxi. Primero dejaron a Nora en su hotel, después continuaron hasta el departamento de Sara.
Como quedaba cerca de casa de Mar, las tres pagaron al chofer y se bajaron. Mar y Sara no habían perdido tiempo y durante todo el trayecto habían continuado con la sesión de besos, sin pena por la presencia de Luna, a quien además le parecía dar lo mismo (al taxista también, curiosamente). Mar no quería separarse de Sara; de no ser por Luna, se habría quedado con ella, pero algo en la diseñadora no había sucumbido totalmente a la locura por su pasión recién liberada. Liberada, mas no culminada y aquello pues tendría que esperar, porque la galáctica no podía quedarse con ellas, sería raro y pues no.
Mar y Sara, tomadas de la mano, caminaron hasta la puerta del pequeño edificio de Sara y luego subieron al tercer piso, luego caminaron por el pasillo y llegaron hasta su puerta. Luna seguía silenciosamente sus pasos.
Al llegar al umbral, Mar luchó nuevamente contra la tentación de quedarse (¿cómo le explicaría a Sara que Luna también tendría que pasar ahí la noche?). Sara parecía muy desilusionada cuando entendió que tendrían que esperar. Pero entonces, mientras ponían deseos y despedidas en su lugar e insertaba la llave en la manija, escucharon que la puerta se abría.
Iván apareció debajo del marco de la puerta. Fresco, recién bañado y en pijamas.
“Hola, amor. Llegué un día antes porque el bobo de mi primo se rompió una pierna y ya no pudimos visitar las grutas”
Sara se puso la máscara mientras Iván la abrazaba.
Mar entendió todo, sin divagaciones, porque ni para eso tuvo fuerzas.
Y Luna dio dos pasos, se colocó detrás de Mar y la rodeó con sus brazos por la cintura, recargando su barbilla en uno de los hombros de la terrícola.
“¡Woa! ¿Esa es tu nueva novia, Mar? Siempre has tenido buen gusto, pero ella, dios… es muy guapa”,dijo Iván, muy impresionado con la galáctica.
Mar no escuchó. Estaba a muchos años luz de ese lugar. Afortunadamente no estaba cayendo porque algo calientito y fuerte la sostenía.
Sara sólo observaba todo, sin decir palabra.
“Nosotras nos retiramos. Pasen buenas noches”, dijo Luna. Besó suavemente la mejilla de Mar, con lo que ésta pareció reaccionar. Tomó a su vínculo del brazo y se alejaron por el pasillo, mientras escuchaban cómo la puerta se cerraba a sus espaldas.

Mar no fue consciente del corto trayecto hasta su casa. Algo de ella se había quedado clavado en el umbral de Sara y estaba gritándole.
Sara podría haberla besuqueado sin necesidad de que se inventara todo el cuento. O quizá él no había entendido que Sara terminó su relación. Sí, a lo mejor era todo un malentendido y debía regresar a aclarar las cosas. Pero Sara parecía culpable. Pero le dijo “amor” y sus pijamas todavía estaban en el departamento. Claro que él mismo pudo haber llevado el pijama.
“A lo mejor debería regresar…”
“No”,la detuvo Luna.
Mar vio a Luna con agradecimiento, notando que si no fuera por la galáctica quizá estaría gritando en el pasillo o llorando en la calle o armando un alboroto para llegar a casa. Bueno, igual y no era del tipo dramático, pero seguro hubiera tenido que caminar sola, perdida en lo que pensaba y sentía y era tarde, eso era peligroso.
“Ya casi llegamos”,dijo Luna, con actitud bastante normal, nada condescendiente, pensó Mar, lo que era un alivio.
Llegaron hasta la casa de Mar, entraron a hurtadillas y como la terrícola no soltaba el brazo de Luna, la galáctica condujo a Mar hasta su habitación.
“Quédate”, pidió Mar.
Luna entró a la habitación. Esperó pacientemente que Mar se quitara los zapatos y se acostara en su cama y luego la siguió.
Instintivamente, Mar se abrazó al cuerpo de la alienígena. La tibieza del contacto era reconfortante y de alguna manera se sentía mejor estando cerca de la mujer sin espacio ni tiempo.
Luna se dejó hacer en silencio. Mar no sabía si porque no le interesaba la situación o porque no tenía idea de lo que estaba pasando.
“Luna…”,comenzó a decir con la cabeza pegada al pecho de la galáctica, “…hoy me volvieron a romper el corazón”
“Lo sé”
“No sé por qué volví a creerle, no sé por qué tiene la capacidad de tirar de mí a donde quiera y yo siempre termino igual, con nada”
“Tú le das ese poder. Eres así.  Amas así”
“Cierto, por eso me elegiste, porque soy muy considerada…”
“Ese no es un pretexto racional. Sara actuó mal esta noche. Tú no tuviste nada que ver en eso, tú no tienes por qué sentirte mal”
“Es que duele”
“A ella debería dolerle, no a ti”
“Quizás a ella también le duela”
“Pero solo debería dolerle a ella. Sara actuó mal y ella debería ser la única que enfrentara las consecuencias, no tú. Este mundo es injusto”
“Nunca había escuchado decir esa frase con tanta certeza. ¿En serio en mundos más justos solo le dolería a quien obró mal?”
“No lo sé. El amor está resultando ser… los seres humanos son…”
“¿Te quedas sin palabras, marciana?”
“No soy capaz de controlar mi línea de pensamiento del todo”
“Es el whisky”
“Es algo más, no solo es una incompetencia fisiológica. Estoy aturdida. Solo pienso en la injusticia de los actos que presencié esta noche; la deslealtad de alguien en quien confías… es…los seres humanos son…”
“Estás enojada”
Mar se incorporó un poco para ver el rostro de Luna.
“Efectivamente, estás molesta. Tienes el ceño fruncido y haces puchero. No sabía que los marcianos hacían pucheros”
Luna volteó a verse en el espejo que quedaba frente a donde ellas se encontraban. Con su mano recorrió su frente y palpó sus labios.
“Estoy enojada”
Mar volvió a su posición sobre el pecho de su amiga interestelar.
“Felicidades, una nueva emoción humana.”
“¿Qué fue lo que me puso de esta manera?”
“Tu indignación. Sara en verdad es capaz de sulfurar a cualquiera”
“Mar”
“Dime”
“Guarda silencio. Necesito recopilar esta información”
“¿Vas a irte de tu cuerpo? ¿Podrías hacerlo aquí? Sé que es una petición extraña”,y sí lo sería, en otro contexto, claro. “Pero no quiero que te vayas. Tengo el corazón roto pero tu cercanía se siente bien. Como un efecto cobija pero interna, ¿sabes?’”
“Es el vínculo”
“Vale, lo que sea… ¿podrías descargar tu disco duro integrado aquí?”
“Es correcto. Procura no tocar el centro de la galaxia, podrías interferir en algo”
“¿La bola que aparece en medio de las partículas de luz?”
“Es correcto”
Luna levantó  sus manos y las apuntó hacia el centro de la habitación de Mar. Poco a poco fue surgiendo un haz de luz y después la pequeña galaxia fue tomando formacon las estrellas del tamaño de polvo pero luminoso. La terrícola estaba maravillada con las estrellas fugaces que pasaban de vez en cuando y el hermoso centro brillando como un sol. Levantó de nuevo la vista para ver que Luna ya no estaba, solo quedaba su cuerpo cálido y se abrazó a éste, viendo el espectáculo cósmico que se desarrollaba entre su ropa sucia y su escritorio de trabajo. Aclararía las cosas con Sara. Iván de seguro estaba confundido.
Lo deseó una vez, dos y tres y cuantas veces alcanzaba a ver una estrella moviéndose muy rápido entre las otras. Deseaba que todo fuera un sueño, que no le doliera tanto.
Toc…toc…toc…
Toc…toc…toc…
Toc…toc…toc…
“Mar”
Mar abrió los ojos. Estaba demasiado cómoda y no se quería despertar, pero ya habían llamado varias veces a la puerta.
“Mar”
Pero no la llamaban desde fuera de su habitación, la llamaban por encima de su cabeza, muy cerca.
Mar abrió los ojos.
“Buenos días, marciana”,saludó Mar desperezándose sobre Luna. “Parece que te usé de colchón”
“Es correcto”
“¿Volviste muy tarde?”
“En realidad no tardé mucho en la descarga de datos y organización de la información, pero ya estabas dormida”
“¿Pasaste toda la noche despierta viéndome dormir?”
“Es correcto. De todas maneras no realizo muchas actividades en la noche”
Toc…toc…toc…
“Tu padre lleva un rato llamando a la puerta”
Mar se puso de pie casi de un salto y fue a entreabrir la puerta.
“Buenos días, papi”
“Mar, ¿no tenías que ir a trabajar? Son casi las diez de la mañana”
Sí, sí tenía que ir a trabajar, pero llegaría tarde y no era tan urgente en ese momento.
“Hoy entro tarde”. Mintió la terrícola.
“¿Luna está contigo?”
“Sí, llegamos después de las doce y nos quedamos charlando un rato”
“¿Todo bien, mi amor?”
“Hoy parece menos malo que ayer. Estaré bien, papá, no te preocupes”
El papá de Mar se retiró de la puerta, no sin antes forzarse a no inmiscuirse, Mar ya lo buscaría cuando estuviera lista. Mar regresó hasta Luna.
“¿Qué tan mal me veo?”
“Te veo normal”
“Eso pensaba. ¿No es espantoso cuando te sientes muy mal por dentro pero por fuera parece que todo está como si nada?”
“No puedo identificarme con esa sensación”
“Es cierto, eres una extraterrestre deshabilitada para casi todos los sentimientos”
“Excepto para la alegría y el enojo”
“Y estamos muy orgullosas de eso”
Mar aventuró una sonrisa pequeña que Luna correspondió.
“Ve a bañarte, galáctica, tenemos que ir a la oficina”
“En realidad esta mañana veré a Nora. Pasearemos por el parque”
“¿Por el parque?, ¿el de los patos?”
“Sí, le hablé de los patos y me parece una buena forma de comunicarnos el día de hoy”
“Yo  no puedo acompañarlas, en verdad debo ir a la oficina un rato”
“No es necesario que nos acompañes”
“¿Y el vínculo?”
“Iré a tu oficina antes de tu hora de salida. El vínculo debería soportar unas horas”
Ah, vale. Pues sí, a Luna le había ido todo bien la noche anterior, así que era bastante normal y hasta muy bueno que continuara conociéndose con Nora. Pero es que Mar no quería estar sola. De acuerdo, Luna por lo regular era una molestia en su trabajo pero precisamente ese día podría haber sido un alivio. Pero quién era ella para intervenir en el proceso de enamoramiento intergaláctico. Pues que se fuera con Nora, sí, eso estaba bien.
“Muy bien. Si necesitas algo, llámame”,dijo Mar apuntando a su cabeza. “Iré a bañarme. Luna, gracias por todo lo que hiciste anoche por mí, sin ti quién sabe cómo habría acabado aquello”
“Todo iría bien de cualquier manera. Pero me siento complacida por haber estado presente”
“Y eso, marciana amiga, se llama orgullo. Del bueno, no de ese pecaminoso. Disfruta los estanques y a Nora”
Mar salió del cuarto. Ese sería un largo día para pensar.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Laura T.D - Derechos Reservados
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3 comentarios:

  1. Sara definitivamente se pasó muchsisimo con Mar!!!! Yo q ella no le hablo más!!!! XD

    ME divierto con luna y su "ES CORRECTO"
    Ya quiero saber q pasara con Sara..esperare con ansias el próximo capítulo...


    Besos escritora!

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  2. Oh, sería tan genial si luna y mar se enamoraran :3

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  3. Wow que iso Sara yo igual no creo que le haya mentido a Mar
    Creo que Ivan volvió y iso todo esa escena para hacerla pensar que el aun esta con Sara el no se convence que Sara no siente nada por el buena sorpresa nos haz dado Laura en este capítulo ¡Uyyyyyyy!!! saludos desde Chile

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