Capítulo
32
Ya estaba todo decidido. El último día
de exámenes sería el día en el que Marina intentaría escaparse. Había estado
hablando con las chicas todo el tiempo que pudo. Le contó el infierno que había
pasado y ellas le contaron el plan que habían pensado y entre las cuatro
perfilaron los detalles, no podían dejar ningún cavo suelto.
Esa noche, cuando todos estaban
dormidos, Marina fue a la habitación de su hermano Rafael para contarle qué iba
a hacer.
–
Quiero que vengas conmigo Rafa.
–
¿Qué? ¿Estás loca? No, yo no puedo abandonar
mi vida así como así.
–
Rafa, por favor, piénsalo, si se enteran de
que me has ayudado se ensañaran contigo y si te llegara a suceder algo yo...no
me lo perdonaría jamás.
–
No sé Marina…tengo que pensármelo.
Los hermanos estuvieron hablando casi
toda la noche. Normalmente no compartían tanto tiempo juntos, pero esa noche se
la tomaron a modo de despedida. Hablaron de infinidad de cosas, y entre ellas,
Marina le contó cómo Paula y ella se conocieron y cómo se fue dando cuenta de que
la amaba.
El día siguiente la morena fue un
manojo de nervios. Iba a ar el paso más grande de toda su vida y no podía dejar
de darle vueltas a todo lo que tenían planeado.
Por fin llegó el día. Marina había
pasado toda la noche en vela, vio pasar en su despertador todas las horas del
reloj, pero por fin llegó la hora de prepararse. Tomó uno de sus bolsos y metió
lo indispensable: su cartera con el poco dinero que tenía, unos pantalones y
una camisa. Se duchó y se arregló y, aunque esa mañana los nervios no la
dejaban, intentó desayunar algo. En el desayuno la acompañaban su madre y su
hermano Rafael, que estaba más serio que de costumbre.
–
Marina espero que tengas mucha suerte hoy en
tu examen- le dijo su madre rompiendo el silencio que reinaba en la cocina,
cosa que hizo que la morena la mirase sorprendida, esas palabras la estaban
haciendo dudar de si había tomado una buena decisión- sé que no hemos pasao
nuestra mejor etapa, pero veo que te has dao cuenta de que eso que te pasaba
era una locura, una enfermedad que tenías en tu cabeza- esas palabras eran
puñales para Marina-pero veo que ya estás ien, que te vas a casar con el Paco y
que vas a ser una buena mujer de tu casa y eso me hace estar muy orgullosa de
ti- esas palabras la hicieron ver que, aunque le doliera dejar a su madre
atrás, nunca conseguiría ser feliz con ellos ya que no encontraban la felicidad
en el mismo lugar. Para su familia su felicidad estaba en casarse y tener hijos
y para ella su felicidad solo estaba en brazos de Paula.
–
Gracias…mamá- le contestó dándole un abrazo.
Sabía que posiblemente sería la última vez que la abrazase por lo que lo alargó
todo lo que pudo.
Jesús llegó, como los días anteriores,
para llevar a Marina. Ese día les acompañaría Rafael con la escusa de que tenía
día libre en el trabajo. Los tres hermanos fueron para la facultad y al llegar
repitieron la rutina de aquellos días. Los tres estaban echados en la pared
cuando vieron que Macarena y Lucía llegaban. No se miraron ni se acercaron, las
dos chicas solo hablaban entre ellas y
miraban sus apuntes. El conserje llegó y abrió las puertas de la clase. Todos los alumnos entraron a
excepción de Lucía que se quedó sentada en uno de los bancos del pasillo.
Dentro de la clase, Marina y Macarena
actuaron como si nada, se sentaron y comenzaron a hacer su examen.
Cuando había transcurrido una hora las
dos chicas se miraron, el plan empezaría en breves momentos.
Fuera de la clase los dos hermanos
esperaban echados en la pared. Unas chicas pasaron por su lado y Rafael las
siguió disimuladamente con la mirada. Su hermano Jesús se dio cuenta y le dio
un golpe en el brazo para llamarle la atención.
–
¡Eh! ¡Que no son pa’ti- hizo que su hermano
negase con la cabeza- Oye me ha dicho la Marta, mi cuñá que le pareces mu
apañao y mu guapo, le podías ronear a la chiquilla. Que tu hermana es más chica
que tú y ya se va a casar- Rafael lo miró con un poco de desprecio.
–
Marina se va a casar, por lo que se va a
casar. A mi no me gusta esa gitana, así que no me insistas.
–
Pero hermano, si no es esa, tiene que ser
otra. ¿Sabes? Me tenías preocupao, hasta que no te ví con esa paya, estaba
pensando que eras un maricón de esos, pero por lo menos te gustan las mujeres,
aunque no te fijas en las que te tienes que fijar.
–
El amor es así- le dijo sin mirarlo.
–
¿Amor?- se rió de él- eso no era amor, no
digas mariconadas. Tú querías follartela, admítelo- Rafael lo miró con odio y
volvió a mirar a la nada negando con la cabeza, segundos después miró la hora.
Era el momento de actuar.
–
Oye, vamos a salir a fumarnos un cigarro.
–
No
–
¿Por qué?
–
Tenemos que esperar a que la niña salga.
–
Venga Jesús, si no va a pasar ná, a la niña
le queda un montón de rato pa’salir todavía, además nos lo fumamos en la misma
puerta. No tardamos nada- dijo sacando el paquete del bolsillo. Jesús de quedó mirándolo
unos segundos.
–
Está bien, pero vamos rápido.
Los dos muchachos se fueron a la
puerta de la facultad a fumar. Mientras tanto, Lucía que seguía sentad en el
banco, llamó a Macarena, esta que seguía dentro de la clase, al notar la vibración
en su bolsillo, le hizo una seña a Marina para que se levantaran y entregaran
el examen. Las dos salieron rápidamente de la clase y se fueron acompañadas de
Lucía. El edificio era muy grande y tenía varias puertas de salida que daban a
calles diferentes por lo que pudieron salir por una de ellas sin ser vistas por
los dos muchachos. En la calle las esperaba Julia dentro de su coche. Las tres
chicas se montaron en el y ya dentro Marina se abrazó a Macarena con todas sus
fuerzas y rompió a llorar, al igual que su amiga.
–
Gracias- habló la morena como pudo- no sabéis
lo que esto significa para mi.
–
Venga no lloréis, que es un día feliz, en
menos de dos horas estarás volando para Londres- le dijo Julia arrancando el
coche.
–
Espera, vamos a esperar un poco, tengo la
esperanza de que Rafa cambie de opinión.
–
Este bien- apagó el coche- pero no podemos
arriesgarnos a que pierdas el avión, no podemos esperar mucho tiempo.
Rafael volvía andando por el pasillo
con su hermano el cual no paraba de repetirle lo que debía hacer con el tema de
las mujeres. Cuando estaban llegando a la puerta de la clase vio que Lucía ya
no se encontraba allí por lo que su hermana ya estaría fuera de clase, respiró
aliviado. Jesús seguía hablando del mismo tema hasta que nombró a su hermana y
a su cuñado.
–
Ese gitano no se merece a nuestra hermana-
dijo muy serio Rafael- el otro día le pegó.
–
¿Y qué? Se lo tendría merecido- Rafael lo
miró totalmente sorprendido.
–
Es tu hermana, Jesús, podías quererla un
poco.
–
Con tó lo que a hecho no se merece ná, solo eso,
que la enseñen a palos, ya verás cuando lleve unos meses viviendo con el Paco
como se le bajan los humos- Esas palabras fueron la gota que colmó el baso para
Rafael. Una idea rondó su mente y la puso en práctica. Se tocó lo bolsillos
como si estuviera buscando algo.
–
Oye, voy a ir un segundo al coche, que me he
dejao el teléfono, ahora vengo.
Se fue por el pasillo sin decir nada.
Cuando ya su hermano no lo podía ver comenzó a correr lo más rápido que pudo, dándole
la vuelta al recinto del edificio y llegando hasta donde le dijeron que estaría
el coche.
Marina, al ver como su hermano venía
corriendo no pudo ser mas feliz.
–
He cambiao de opinión- dijo el moreno entrado
al coche y siendo abrazado por su hermana- vámonos de aquí lo antes posible.
–
¡Bien! Ya nos podemos ir- arrancó Julia el
coche y puso rumbo al aeropuerto.
Cuando ya se encontraban allí sacaron
los billetes. Macarena reservó dos por lo que sólo se podrían ir los dos
hermanos. Quedaron en que ellas se irían unos días después. Se quedarían en
parte para ver si los padres de Marina hacían algo o la buscaban.
Ya en la cola de embarque, Macarena le
dio una mochila con algo de ropa y con dinero a Marina.
–
Cuando lleguéis habrá un taxista con un
cartel con tu nombre esperándoos, os llevará hasta el piso de Pau.
–
¿Y si no me quiere ver?- dijo Marina con
mucha preocupación y miedo- no hemos contado con que ella no quiera saber nada
de mí.
–
De eso no te preocupes, sabes que la conozco
muy bien, no se lo va a creer y no van a hacer falta explicaciones- le dijo
Macarena con una gran sonrisa.
–
Muchas gracias- se abrazó la morena a ella-
de verdad.
–
No es nada- la apretó contra si.
Por megafonía
anunciaron a los pasajeros que debían embarcar por lo que los hermanos se
despidieron de las chicas y se montaron en el avión.
Ya dentro de el,
Rafael estaba tremendamente nervioso, era la primera vez que iba a volar, al
igual que la morena pero esta estaba mas nerviosa por todo lo que iba a pasar
cuando llegara a su destino.
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Que felicidad!!!
ResponderEliminarPor fin se escapo y que bno que Rafa se fue con ella, solí resta esperar cual sera la reacción de Paula, pero por el momento soy muy feliz :)
Muchas gracias.
Saludos.
Wauuuu llego el dias que emocion me alegro mucho que marina dejo a esa familia ignorante y que por lo menos aca en Argentina no existe ese pensamiento ceencias y costubres que seamos libres de eleccion besos cada vez mejor
ResponderEliminarJupiiiiiiii!!!!
ResponderEliminarsiiiiii por fin lejos, se va armar, pero valio la pena ahora siguiente paso recuperar a Pau
ResponderEliminarBieeeeeeeeeen, menos mal q se fueron, pero me da miedo que les pueda pasar a las chicas, y lo q pasara con ellos cuando llegen
ResponderEliminarNo nos dejes mucho tiempo con la intriga
M.S (galicia)
Ahora a esperar el rencuentro y que su hernano Jesus
ResponderEliminarno intente algo raro.
Jejejejeeeeee............
Saludos...... :P
Wowwwww. Pedazo d historia!!!
ResponderEliminarWowwwww. Pedazo d historia!!!
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