Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Genialidad - Yosuen - 1

Su mirada recorría el espacio que la rodeaba, adentrándose poco a poco en aquel lugar sin asombrarse de lo que viera. Necesitaba hacer algo diferente esa tarde calurosa, con el fin de refrescar su mente de la agobiante y aburrida rutina, así sin rumbo fijo sus pasos la llevaron a aquel sitio que estaba fuera de lo acostumbrado.


Caminaba lentamente por el interior, mientras lo hacía notaba la decoración sencilla pero admirable de aquel lugar, el cual representaba el buen gusto del dueño al escoger aquella combinación de estampados que hacían juego con los cómodos sillones de piel negra y el piso barnizado, nada llama más la atención que un lugar con espacios sutiles, que te hagan sentir cómodo y relajado. Veía sin mucho interés a las personas que estaban en aquel sitio, personas que estaban por la mismas razones, escapar de amores tormentosos, evadir la sombra de una soledad evidentemente abrumadora o simplemente con el fin de divertirse.

Se acercó a la barra y pidió algo suave para tomar, a pesar que solo había tomado un par de veces,  la primera vez  lo hizo para probar el sabor del licor y la segunda para reafirmar que no tenía sentido ese sabor, almenos para ella.  Tomó asiento en el banquillo situado frente a la barra, y esperó su bebida mientras escuchaba todo tipo de sonidos a su alrededor, desde la suave melodía que resonaba en cada rincón del lugar, hasta las conversaciones sin sentido por parte de aquellos chicos evidentemente influenciados por el alcohol.

Recibió la bebida y sorbió un poco del líquido frio, sintiendo el sabor raspante quemándole levemente la garganta. Segiró despacio sobre el banquillo para seguir observando a su alrededor, su vista se movía entre las personas, hasta que se posaron en un grupo de chicas,  vestidas de forma exótica y no tuvo que forzar su cerebro para saber que eran de ambiente. Las observo sin interés alguno, aquellas chicas eran hermosas y poseían un cuerpo en forma, vio sus sonrisas y sus labios moviéndose pronunciando palabras que eran inaudibles para ella, dirigió su mirada al pelo café ondulado de la joven que estaba de espaldas, siguiendo el movimiento de ellos, alejándose de su sitio inicial,  para dar paso a una mirada que la atrapo en un instante. Vaciló unos segundos y volvió a mirar fijamente aquellos ojos café claros, sintiendo por primera vez la necesidad de evitar aquella mirada que estaba acompañada de una leve sonrisa.Aquella chica de ojos claros como la miel, la estaba viendo fijamente, notandoenaquella sonrisa una chispa de seducción y sin poder evitarlo recorrió con la mirada cada centímetro apreciable de su belleza.La nariz estilo duquesa que sobresalía debajo de aquellos seductores ojos, bajóla mirada despacio hasta fijar su mirada en los labios carnosos en vueltos en un color carmín, observo como estos toman la forma de una sonrisa seductora y sin poder evitarlo volvió a posar su vista en aquella mirada, apresando sus sentido poco a poco , desvió su mirada un instante con el fin de recuperar la compostura y de que la razón regresara a su mente, dio un suave respiro y dirigió una vez más su mirada en aquella chica que ahora conversaba con sus compañeras, riendo divertida.

Centro su mirada en un punto alejado de aquel grupo de chicas y sonrió a su pesar, no entendía lo que le acababa de ocurrir, nunca se había sentido de esa manera y menos con una chica. Se giró hacia la barra y tomó apresurada otro sorbo de aquella copa. Hace tiempo que no sentía esa sensación de inseguridad, de vacilación, de sentirse influenciada por la presencia de otra persona, aun si la persona fuera de los más influyentes de la ciudad. Dio unleve suspiro, mientras el barman la sacaba de sus pensamientos, ofreciéndole nuevamente sus servicios, que negó pagando la margarita otorgada hace unos minutos.Volvió a sorber de la copa una vez más,  notando como alguien se sentaba a medio metro de ella, y sin prestarle interés se dispuso a darle otro sorbo a su bebida y en cuando sus labios tocaron el filo de la copa escucho una voz suave dirigirse a ella.

-No creo que se conveniente que sigas tomando- detuvo el movimiento y bajó su copa al mismo tiempo que giraba hacia dónde provenía aquella voz. Aquella chica estaba sentada aun lado, sonriendo levemente y una vez más esa sensación de inseguridad la envolvía - y menos si no estás acostumbrada – se quedó realmente absorta en aquella sonrisa llena de sensualidad, sin poder quitar la mirada de aquella chica que tenía enfrente, todo en ella le llamaba la atención, desde su rizados cabellos color miel, haciendo juego con su seductora mirada  yal fin después de unos segundos, segundos en los que pudo apreciar la belleza, perderse y regresar de ella, por fin de eso, pudo esbozar una tímida sonrisa,  tratando de recobrar el control de su seguridad, diciéndose a sí misma que era un genio y no podía permitir que una linda sonrisa la desubicara.

- Puedo controlarlo – expresando una vez más una sonrisa. Observó aquella mueca seductora que no desaparecía y amenazaba con quitarle la razón poco apoco, vio como aquel rostro arqueaba una ceja sensualmente, para después ver como una de sus manos tomaba la copa y dirigirla a sus rojos labios  bebiendo el liquito sobrante, sonrió ante tal acto y notó como la chica se levantaba del banquillo para acercarse lentamente a su oreja.

-si es así, ¿Por qué estás tan roja? –Sintió el suave aliento contra su oreja, provocando que su piel se erizara por completo, entonces agradeció haberse puesto aquella blusa de mangas largas – Nos vemos después, chica CONTROL – la chica posó su mirada una vez más en sus ojos y le sonrió divertida, caminó detrás de ella dejándole la dulce esencia de su cuerpo. Al girarse,  la hermosa chica había desaparecido de su vistay al no poder encontrarla, se levantó y camino hacia fuera de aquel bar, con la mente adormilada por la fragancia que había inalado proveniente de aquella sensual chica, embriagándola como si se tratase de una droga. Mientras caminaba su mente divagaba en la imagen del sensual rostro seductor, el recuerdo era imponente en sus sentidos, no podía quitársela de la cabeza. Sin darse cuenta del cómo había llegado a su hogary al entrar a su departamento se encontró con la mirada preocupante de su hermano, quien se acercórápidamente a ella y en una voz casi desesperada alego.

- Necesito tu ayuda, por más que le he dado vueltas, no puedo comprenderlo, no logro encontrar las palabras- el chico tiro despacio de su blusa- los ensayos no son lo mío, lo sabes- lo miró y dio un suspiro pesado, al ver aquella cara de desesperación, asintió en un movimiento suave, el chico en un movimiento rápido tomó un libro que se encontraba en la mesa céntrica y lo deposito en sus manos.

- Una semana en la cocina- dijo dándole la espalda y dirigiéndose al comedor para comenzar a leer el contenido del libro, sabía que eso le distraería y le traería tranquilidad a su razón, además de que la liberaría de la comida por una semana.

Al dar fin al ensayo de su hermano, se dirigió a su cuarto, con la mente disipada de aquellos momentos en el bar, se situó en puerta observando la oscuridad de la habitación, pensando en el precio de su genialidad. La genialidad es una extraordinario don, que puede abrir muchas puertas hacia un buen futuro, hace rodearte de personas importantes he imponentes, pero te hace sentir realmente sola.

Al fin, decidió no encender las lucesy continúo caminando hacia su cama, dejándose caer  sobre ella de manera cansada, observo las estrellas fluorescentes estampadas en el techo, recordando la vez en la que fueron colocadas, cuando su padre la cargaba sobre sus hombros conel fin de que ella lograra pegarlas. Una leve sonrisa se figuró en sus labios y cerró al instante los ojos para mantener el recuerdo, sumergiéndose lentamente en ellos, pero en un instante todos ellos cambiaron a uno solo.Unos labios carmín se apodero de su mente llenándola de una evidente inseguridad, provocando que los abriera al instante, he incorporándose de un golpe sobre la cama.
-- Pero,  ¿qué?-- dio un suspiro seguido de una leve inclinación de su rostro hacia arriba, -- No puede ser -- se incorporó, dirigiéndose al guardarropas y sin alejar de su mente aquel hermoso rostro, seleccionó su ropa para dormir y tomo una toalla para después dirigirse a la ducha, pidiendo que ello la ayudará a relajarse y difuminar aquella imagen. 

Al día siguiente, se encontraba sentada frente a la mesa  observando la humeante taza de café sostenida entre sus manos, la observara como si en ella se encontrase un signo hipnotizante.

- No tu viste una buena noche, ¿hee?- desvió su mirada hacia su hermano quien toma asiento frente de ella y se disponía a servirse una taza de café, evidentemente sus ojeras delataban que el intento por difuminar los pensamientos de aquella chica del bar, simplemente fueron en vanos. - ¿Quién se ha atrevido de perturbar la mente maestra de mi hermanita?- dijo de forma curiosa,  aquel chico la conocía bien y de ante mano sabía que ni un problema matemático, o un discurso con los altos ejecutivos la ponían nerviosa hasta el punto de desvelarla – O mejor dicho quien ha logrado perturbarte- emitiendo una sonrisa curiosa, y ella sabía que no podía inventar una excusa convincente, ya que aquel chico la conocía muy bien, sabía que no había tema tan grande para su genialidad, pero si en algo era mala, eso sería en los temas del corazón. Así que solo se limitó a sorber un poco de café, ignorando la mirada de decepción de su hermano para después levantarse y salir de la cocina.

- Recuerda que tienes que cocinar una semana – grito desde la sala dirigiéndose a la puerta de salida, mientras escuchaba un respingo de su hermano, provocando una leve sonrisa de satisfacción.

Salió de la casa, dejando atrás la voz rezongona de su hermano, caminó despacio y sin prisa como todos días que se dirigía a la universidad.Lo prefería así, ya que se encontraba cerca de su hogar, tenía certeza que la caminata activaba su mente.

Todo era rutinario aquel día, nada que le sorprendiera durante su trayecto, el mismo tiempo en transcurrirlo, sin ningún percance, era tan similar a los demás  que se olvidó por un tiempo de aquella chica que atormentaba en cierta forma su mente y concentración.  Al entrar en la universidad los mismos maestros acudieron a ella para presentarle su itinerario del día, teniendo unas cuantas juntas con profesores y jefes de grupo de los alumnos. En la última junta se trataba  temas tan comunes, como el aniversario de la universidad, la cual haría un homenaje a Mahatma Gandhi aquelextraordinario hombre. La discusión de los preparativos se convirtió redundante y aburrida,hasta el punto que por primera vez sintió la necesidad de hacer otra cosa ajena a lo acostumbrado. Observo las muestras folleto que fueron repartidas a cada integrante de la junta, tomo la suya y hojeo el contenido, al instante le llamo la atención las letras  marcadas con tinta roja, que sin trabajo alguno entendió el mensaje, las palabras empleadas en aquel mensaje se repetían en su mente.

-- Al salir, en el 12 A una pista obtendrá —sonrió a su pesar, sin duda alguien intentaba jugar con ella. Alguien que sabía que la Junta fue realizada en el aula 12 del edificio A y al  salir encontraría un pista para encontrar una más. Por un instante dudo en prestarse a ese juego, pero últimamente su rutina realmente le abrumaba y aquel sujeto tenía pinta de ser bueno calculando los momentos, ya que había calculado con precisión que folleto le tocaría. Las llamadas de atención la sacaron de sus pensamientos, aquellos chicos por fin se pusieron de acuerdo en el tema agobiante y dio por terminada la junta, aprobando cada decisión, espero unos instantes y se levantó siendo la última en salir, situándose frente a los números que marcaban el Aula, observo la nota pegada al significativo doce, la tomó deteniéndose un instante antes de ver el contenido de esta. Su mente gravo cada palabra escrita con la misma tinta roja usada anteriormente y sin pensarlo demasiado supo a donde dirigirse esta vez.

Mientras caminaba lentamente por los pasillos del edificio de Rectoría, recordaba con una sonrisa aquellas palabras, partes de un juego que la sacaban de la rutina, palabras que le hacían recordar a sus padres y abuelos, cuando le entregaban acertijos, claramente mejor elaborados. Mientras estaba perdida en esos recuerdos, un chico hizo que saliera de sus pensamientos, advirtiéndole que se había resbalado aquella nota, al levantarla sonrió amablemente en muestra de agradecimiento, desdoblo una vez más la nota y volvió a leer el contenido, ahora en voz baja casi en un susurro.

“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.

¿Siempre en primero?  ”

Volvió a sonreír, sin dejar de dirigirse hacia el Pasillo del Honor y Deshonor, llamado así por los estudiantes. Ese pasillo estaba dedicado a la publicidad que realizaba la escuela de los diferentes eventos, también podría encontrarse con las noticias “malas” que se  esmeraban en publicar los chicos de la prensa negra, dándole el deshonor a los chicos mal portados. Sin dejar de mencionar al cuadro de Honor, en donde las fotos de los alumnos más destacados de la universidad adornaban gran parte del pasillo. Justo frente de este Cuadro de honor se encontraban las fotos de los grandes pensadores y filósofos de la historia, y uno de ellos era ese gran hombre a quien iba dirigida lafestividad de la siguiente semana. Foto en la cual enmarcaba una de sus frases, justo aquella misma la cual contenía la nota. Pensaba en la próxima pista, y esperaba que esta vez representara un reto a su intelecto.


Se detuvo en seco, sus ojos se abrieron al instante, sintiendo su corazón dejar de latir un instante, controlando su respiración para que sus piernas no le fallaran, al mismo tiempo que su pupilas se inundaban de un color miel proveniente de unos risos despampanantes de aquella chica del bar, quien se encontraba observando el cuadro de honor  y en medio de todo eso pudo notar una sonrisa en aquellos labios carmín.

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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Yosuen - Derechos Reservados
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1 comentario:

  1. Me gustó mucho sigue b escribiendo así kéramos más de para leer

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