Cuando ya había asumido por completo la perdida de mi
amada madre, cuando tenía la certeza de que mi padre no podía cambiar y que
jamás me llevaría con él; pasa todo esto y comienzo a notar algo dentro de mí,
que me recuerda un poco a lo que sentí cuando mi madre se fue.
¿Era normal todo este cúmulo de sentimientos por él?
Algo en mí estaba cambiando, o al menos simplemente me estaba cambiando, o al
menos simplemente me estaba dando cuenta de que lo que me había dicho mi madre
era verdad: " No es mal hombre, ni mal marido, ni mal padre; lo que sucede
es tan cerrado que no sabe demostrar sus sentimientos. Pero en el fondo te
quiere princesa. Aunque muchas veces le pierdan las formas. "
Realmente me estaba dando cuenta de que pasara lo que
pasara; tanto en el pasado entre nosotros, como en el propio presente; al igual
que en un futuro no muy lejano... Era mi padre, era sangre de mi sangre y en el
fondo me dolía que estuviera mal.
Quizás tampoco yo no supe demostrarle que lo quería en
su momento, ni me volqué con él tras la muerte de mi madre.
Todos necesitamos y tenemos derecho a una 2 º
oportunidad.
Quizás era tiempo ya de dársela y de dármela a mí
misma para con él.
Me levanté de una de las sillas de la sala de espera
de los quirófanos y me acerqué a una pequeña ventana.
Se veían edificios, luces y del resto oscuridad...
Minutos después de seguir observando ese paisaje,
alguien se acercó a mí y me abrazó.
No miré quien era, no quise mirar; no necesitaba
mirar... no hacia falta.
La calidez de ese abrazo y la sensación de seguridad y
protección que me transmitía, sin duda alguna sólo odia ser una persona. Era
Kyle.
- ¿Cómo estás? - dijo besando mi cabello.
No contesté, me aferré a él como un naufrago a un
tronco en medio del océano.
- Tranquila estoy aquí. - comentó sin soltar el
abrazo.
Unas lágrimas se derramaron por mis mejillas y me
separé unos centímetros de él, pero sin romper el contacto con él.
- En el fondo es mi padre y duele verlo así. - atiné a
decir mientras Kyle con el dorso de su mano secaba mis lágrimas.
- Tranquila, es normal. ¿Has avisado a Candela? -
preguntó alejándose de mí e indicándome que me sentara.
- No, mañana tiene una reunión a mediodía, no sé si
debo llamarla. - dije inquieta e
insegura referente al tema.
- ¿La necesitas? - preguntó en tono firme.
- ¡Claro que la necesito! - exclamé echándome las
manos a la cara y rompiendo a llorar.
- Pues llámala. No temas a nada princesa.
Me sequé las lágrimas y cogí el teléfono. Marqué su
número y esperé a que cogiera.
- Hola amor. ¿que haces despiertas a estas horas? -
dijo con voz de dormida.
- Candela, estoy... estoy... - ahogué un suspiro y
cogí aire para decirle. - estoy en el hospital. - y mis lágrimas volvieron a
brotar.
- ¡¿QUE!? - exclamó - ¡¿Que tienes amor?! Voy para ahí
ahora mismo. - dijo muy preocupada.
- Te espero. - atiné a decir antes de colgar.
Kyle me miró y me regaló una media sonrisa.
- Tranquila princesa, todo va a salir bien pequeña.
Me abracé a él y ahí quedé hasta que uno de los
médicos salió de quirógrafo y se acercó a nosotros.
- ¿Señorita Salvatore? - preguntó mientras se quitaba
el gorro y el batín de quirófano.
- Soy yo. - contesté dando un salto. - ¿cómo está?
- Todo ha salido bien, pero hemos tenido que ponerle
un marca pasos, el corazón de su padre estaba muy débil. Lo dejaremos en
Cuidados Intensivos 48 horas, si pasado ese período está estable; ésto sólo
quedará en una anécdota para recordar. - terminó regalándome una gran sonrisa.
- Pueden descansar en la habitación que tenemos para su padre, en cuanto
sepamos algo más, se lo haremos saber.
- Gracias doctor, muchísimas gracias. - dije mientras
agarraba con fuerza la mano de Kyle.
El doctor sonrió y de perdió por el pasillo.
Unos 20 minutos después, Candela apareció y corrió
hacia mí.
- Amor, ¿que pasa? ¿Cómo estas? - dijo abrazándome y
besándome.
- A las 2 horas de llegar a casa, me llamaron, que mi
padre había ingresado y necesitaba una operación de urgencia. - sollocé y
continué. - acaban de operarlo y han tenido que ponerle un marca-pasos, tiene el
corazón débil. Si pasa estas 48 horas, estará todo bien. - terminé antes de
abrazarme a ella.
- Amor. - dijo tiernamente. - ya verás como saldrá de
esta. Tranquila. - devolviendome el abrazo.
Kyle nos indicó de ir a la cafetería y luego al cuarto
que habían preparado para mi padre.
- Princesa, ha sido un día de locos... creo que sería
mejor que descansaras algo. - dijo Kyle dulcemente.
- Nosotros no nos moveremos de aquí, cuando despiertes
estaremos aquí. - dijo Candela
acariciando mi rostro.
- Gracias chicos, no sabéis lo que significa para mí
que estáis aquí.
Me tumbé en la camilla de al lado y me abandoné a los
brazos de morfeo.
<<Kyle y Candela>>
- Que agradecida es. No debería de serlo tanto, si por
algo estamos aquí; es porque nos importa y porque la queremos, ¿no crees? -
dijo Candela sonriendo tiernamente sin quitarle la vista de encima a Bella.
- Ha pasado por mucho Candela. Y te tengo que dar las
gracias, porque... es por ti que se está volviendo a abrir a la gente. -
comenté mientras le acercaba una taza de café a Candela.
- ¿Porque dices eso? No entiendo. - dijo un tanto
descolocada.
- ¿Prometes que no le dirás nada de lo que te voy a
decir a ella? - dije señalando a Bella.
- Lo prometo. - contestó Candela.
- Sólo te puedo decir que: quien unía la familia era
su madre, que la última pareja que tubo; estaba más interesada en los bienes de
Bella y de su familia que en hacer feliz a mi princesa. Desde hace... - cogí
aire y continué. - desde hace ya bastante tiempo que no tiene pareja. Hasta hoy
en día, no creía en el amor y sólo se dedicaba a estar con unas y con otras.
Nunca se entregó en cuerpo y alma como contigo. - dije mientras le regalaba una
sonrisa para que se calmara. - y te doy las gracias por enamorarla, por hacerla
creer en el amor y en el compromiso... y deseo que sean felices. - terminé
mientras la abrazaba.
- Parecéis hermanos de verdad, la proteges hasta el
fin y yo hago lo mismo. No me interesa que familia tenga o no dinero. Me he enamorado
de Bella; de su persona y de como me trata. No me da regalos caros ni nada,
pero; me da su amor y toda ella en sí, eso es lo más importante para mí. -
dijo ella mientras sus ojos se le llenaban de lágrimas.
- No te ha contado nada de su familia, no porque no
confié en ti; si no porque hasta que no se atreva a decírtelo; no confiará en
si misma. - comenté mientras le regalaba otra sonrisa y le sacaba las lágrimas.
- Cuando lo haga, cuando te cuente y vuelva a confiar en si misma; no te lo
tomes a mal, ¿vale?
Ella asintió con la cabeza y me regaló la mejor de sus
sonrisas.
- Túmbate un rato con tu chica y descansa, que mañana
tienes una reunión. Yo os despertaré cuando vengan ls médicos a decirnos algo.
- comenté antes de sentarme en el sofá de al lado de la cama.
Ella no dijo nada, sólo asintió con la cabeza se tumbó
con Bella, abrazada a ella.
A los pocos minutos ya se habían dormido y las tapé a
las dos con una pequeña manta que había a los pies de la cama.
Pasada las horas, me quedé dormido yo también. Era
hora de descansar y los tres lo necesitábamos, serían las 48 horas más largas
de nuestras vidas.
<< Kyle, Candela y Bella (yo) >>
Nos fuimos turnando para quedar en el hospital y así
todo el mundo podía ocuparse de sus cosas y trabajos.
Todo parecía ir bien, no había malas noticias y
estábamos casi seguros de que todo saldría a pedir de boca.
Pasadas esas 48 horas tan inquietas, los médicos trasladaron a mi padre a la habitación. Aún estaba débil, pero; ya estaba fuera de
peligro.
- El señor Angelo ya está fuera de peligro, ahora lo
tendremos por una semana, más o menos y así podremos monitorizarlo y si todo va
bien, en ua semana se irá a casa, pero con algunas recomendaciones. - finalizó
el doctor mirándonos a todos y saliendo de la habitación.
- Chicos, yo me quedaré. Volver a casa y estar
tranquilos. Oa avisaré de cualquier cosa. - dije abrazando a Kyle. - Te quiero
amor, descansa. - le insistí a Candela.
Aceptaron de buena gana, se despidieron y partieron
cada uno a su casa; para hacerse cargo de sus asuntos con más calma.
Horas después, mi padre ya se despertaba.
- Buenos días papá.
- Buenos días Bellatrix. ¿que tal hija? - preguntó un
tanto adormilado y cansado.
- Ahora que estás aquí, mejor. - dije agachando la
cabeza.
- Aún me recuerdo que tenemos una charla pendiente
hija. - dije sonriendo.
- Lo se papá. De que quieres hablar. - contesté alegre
pero al mismo tiempo, con algo de intranquilidad, ya que no sabía por donde
podía salirme.
Carraspeó un par de veces y comentó.
- Bueno, ya se ve que te las apañas bastante bien sin
mi dinero y te van bien las exposiciones. - ddijo arqueando las cejas.
- ¿Cómo sabes eso? - dije atónita.
Yo también leo el periódico y veo la T.V. hija.
- Cierto. - dije casi en susurro.
- Así que, ¿vas enserio con esa chica? - preguntó muy
curioso.
- Si, la quiero. La amo. Es la mujer de mi vida. -
dije con la cara radiante de felicidad.
- Parece buena chica, pero; ¿sabes lo que pensarían
mis inversores si se enteran de que mi única heredera, que por cierto; no tiene
ningún interés por el negocio familiar, es lesbiana y quizás no me de jamás
nietos? Tengo que mirar por el futuro del negocio cariño. - dijo resoplando.
- ¿Que me estás intentando decir con eso papá? - dije
atónita.
- Que... - tomó aire y lo soltó sin ningún problema -
no quiero que vuelvas a verla, al menos durante un tiempo. Hay una gala dentro
de 3 semanas, e irás conmigo. Allé te presentaré y daré la noticia que pronto
me retiraré y que tú seguirás con el negocio familiar.
Me quedé fría como un tempano de hielo.
- ¿Me estas prohibiendo que vea y que esté con la
mujer que amo? - dije intentando tranquilizarme, pero; estaba a punto de
reventar.
- Más o menos,
algo así. Durante un tiempo; sólo para aparentar ante la prensa cariño, hazlo
por tu viejo padre, ¿si? - comentó esbozando una pequeña sonrisa.
- Me niego, rotundamente no. Ella es mi vida y si no
la aceptas, tampoco me aceptas a mí. - rematé muy enfadada.
- No me obligues a presionarte Bellatrix. - refunfuñó
mirándome, esta vez con un semblante muy serio.
- ¿Y que pretendes hacer? ¿Castigarme sin paga o sin salir durante 2 semanas? - cogí
aire y alcé un poco la voz. - Nunca has ejercido como padre, eso conlleva que
tampoco tienes ningún derecho sobre mí. Y te recuerdo que soy mayorcita. -
poniéndome de pie y matándolo con la mirada.
Se incorporó un poco en la cama y se aclaró la
garganta.
- Entonces, si no lo haces por las buenas; lo harás
por las malas. - me miró y rió cínicamente. - Tu amiga es abogada. ¿Cuando
tardaría en quedarse sin trabajo si muevo unos hilos?
Lo miré con asco y rabia en la mirada.
- No serás capaz, aún así; podemos vivir de sobra con
mi sueldo y mis ahorros. - dije con la cabeza bien alta, en forma de victoria.
- ¿Y si ella se enterara de a que familia perteneces y
que no se lo has dicho? - preguntó.
- No creerá nada de lo que le digas tú. - espeté sin
dejar de caminar de un lado para otro de la habitación.
- ¿Ah no? ¿Estas segura? Supuestamente una relación se
basa en el respeto y en la confianza, ¿no es así? Ella verá que no se lo has
contado todo desde el principio y no confiará más en ti y poco a poco se irá
alejando y tendrás el camino libre para heredar y el día de mañana darme algún
nieto. - dijo arqueando las cejas.
No podía dar crédito a lo que estaba escuchando
chantaje proveniente de mi propia sangre; de mi propio padre y todo por unas
bodegas que para mí no tenían ningún valor.
Pensé en la respuesta un largo tiempo y me atreví a
contestarle.
- Correré el riesgo. No voy a dejar que me chantajees
así como así.
- Bueno, ya veremos si te cree y te perdona. - dijo
riéndose muy cínicamente. - Siempre puede llegar a pasarle algo, un accidente
fortuito; no mucho, sólo unos cuantos rasguños e inculcarle un poco de miedo en
el cuerpo y ya está. No haría más que eso.
Esto era la repera, ahora si que no daba crédito.
¿Me estaba amenazando con hacerle daño?
Este no era mi padre, parecía un mafioso extorsionando
a alguien.
No pude decir nada, prefería hacer lo que él decía a
no arriesgarme a que le pudiera hacer ningún tipo de daño.
- Después de la presentación, volveré a mi vida de
siempre; pero... como me entere de que le has tocado un sólo pelo, seré yo
quien te envié con mamá, para que le expliques tu comportamiento. - rematé
mientras salía de la habitación y pegaba un portazo.
No me quedaba remedio que hacer lo que decía...
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autor.
y esas persona se hace llamar padre....x dioss eso no es justo
ResponderEliminarPorq tarda tanto en subi los capítulos de chica nueva en la ciudad
EliminarSubi dos capitulos de chica nueva en la ciudad en cima q tarda mucho en subi lo capítulos
EliminarY cuando sube los capítulos de es complicado esto es una mierda dejar lo capítulos a media
EliminarLa historia de es complicado esta escrita por una tal Silvia, no por Samy, asique supongo que Samy no tiene culpa de la irresponsabilidad de Silvia a la hora de subir los capítulos.
EliminarSúcubo.
Te lo dije Samy.. nos mal acostumbraste a tener capítulos diarios y ahora a todas se nos amarga el café por culpa de retrasar la publicación al ritmo que lo vas escribiendo, a mi la frecuencia del capítulo me da igual con tal de que la historia llegue a tener un final y no quede a medias como tantas otras.
EliminarUn saludo de Súcubo.
Yo no le exo la culpa a nadie solo que nunca acaba los capitulos siempre lo dejar a media
EliminarExiste una historia muy buena, se llama "A Elisa le gusta Chiara", y cada jueves suben un nuevo capítulo. elisachiara.blogspot.com Pasen la voz, y que así cada vez más gente conozca este magnífico proyecto.
ResponderEliminarQué sucede que hace días no actualizan la página?
ResponderEliminarla historia la escribo yo (Samy)
ResponderEliminarla subire en cuanto pueda...
estoy entre hospitales y trabajo y poco tiempo tengo para subir los capitulos, porque asi como lo escribo lo subo.
Disculpad las molestias.
Saludos Samy.
P.D.: NUNCA DEJO NADA A MEDIAS. BESOS Samy.