Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

EL AMOR Y LA AMISTAD SIEMPRE VAN DE LA MANO - SAMY

                             
 EL AMOR Y LA AMISTAD SIEMPRE VAN DE LA MANO
Salí de trabajar agotada, sin más ganas que llegar a casa y pegarme una ducha bien caliente y tomarme un café mientras veía una película sentada en  mi sofá tapada con una mantita.

Era invierno, puro invierno. Los termometros de la ciudad marcaban cerca de los 9 ºC pero yo estaba segura que ni loca hacía esa temperatura, como mínimo unos 4 ºC o así.


Cerré la consulta y me encaminé hacia mi coche, aparcado en la otra punta de la calle.

Me senté, conecté la calefacción y encendí la radio. Por curiosidad, decidí echarle un vistazo a mi móvil.

3 llamadas de Cloe y varios mensajes.

Ya la llamaría cuando llegara a casa, así tendría la excusa de que ya estaba lista para descansar y que no había mirado el móvil antes.

Al llegar a mi casa, ví luz en la cocina y me di cuenta que Cloe se había anticipado a mi jugada.

Al entrar por la puerta, un olor delicioso vino hacia mí. Me guié por el olor hasta la cocina y me fijé que Cloe estaba cocinando, aún no sabía lo que, ni porque... pero si Cloe cocinaba... era extremadamente raro.

- Hola J. ¿Que tal el día? - preguntó sin darse la vuelta.

La miré fijamente con ojos de asesina y tomé aire.

- Bien, bastante cansada. Y tú, ¿que haces aquí? ¿cocinando? - dije mientras dejaba mi mochila en ell suelo.

Se giró rapidamente y me miró con ojitos de cordero degollado.

- Sabes que te quiero mucho mucho, ¿verdad? - dijo sonriendome como una niña buena.

Me temía lo peor y el momento se acercaba.

- Si, lo sé. ¿Que quieres? - dije anticipandome a su jugada.

- ¿Porque das por echo que te voy a pedir algo? - preguntó intentando poner cara de indignada.

- Pues veamos:  Porque nunca cocinas para mí, porque siempre que me vas a pedir algo que yo no aceptaría ni en broma; haces cualquier cosa para que luego me sienta culpable si te digo que no... Y porque nos conocemos Cloe. - dije mientras habría la nevera y sacaba dos cervezas.

Le ofrecí una y mientras habría la mía y le daba un trago, me lo soltó sin compasión.

- Prestame tu casita de la playa este fin de semana, ¿podrías? - dijo estrechando mis manos entre las suyas y haciendo que la cerveza que me había bebido, me produjera un atragantamiento.

Segundos después de haberme recuperado contesté:

- ¿Y se puede saber para que diablos quieres o necesitas mi casita de la playa? - dije mientras me secaba las gotas de cerveza del jersey.

- Obviamente es para sorprender a alguien, ¿no crees? - dijo mientras me guiñaba un ojo.

- No, no y no. Rotundamente NO. Sabes perfectamente que la casa de la playa no es ningun picadero cutre ni nada que se le parezca, prefiero dejarte esta e irme yo a la casita de la playa. - contesté rotunda y decidida.

Su cara cambió en varias ocasiones de expresión, pero finalmente volvió en si y aceptó sin pensarselo.

- Pero que conste que esta me la debes... como muchas otras tantas. - dije mientras me daba un beso en la mejilla.

- Y, ¿para cuando necesitas la casa? - pregunté intrigada...

- Pues, hoy es jueves, ¿verdad? - dijo volviendome a observar con esa carita.

- Por Dios Santo Cloe, estas cosas se avisan con tiempo. - dije un poco mosqueada ya.

- Para... ¿el Sábado te parece bien? Yo me encaargo de darte un lavado de cara, ya sabes de recogerla un poco y todo eso. Prometo devolvertela igual de bonita y recogida o más. - terminó diciendo mientras cerraba los ojos como los niños pequeños cuando sonrien.

- Deacuerdo, pero usa el cuarto de invitados, repito: NO USES MI CUARTO!!! ¿entendido? - dije mientras dejaba la cerveza y me daba media vuelta para dirigirme a la ducha.

Al entrar en el baño, conecté la estufa y dejé correr el agua unos minutos.

Mientras me desvestía frente al espejo, observaba la cicatriz de mi coostado derecho. Ya habían pasado años, pero cada vez que la veía seguía sintiendo ese dolor, no el dolor físico; sino el dolor de la perdida de aquella fatidica noche.

Todo se remontaba años atrás, 3 para ser exactos.

Yo salía de trabajar y había quedado con mi pareja de entonces, su nombre era Roberta. Mejicana de nacimiento y de crianza española. Los mejores 4 años los pase a su lado.

Me quedé de encontrar con Ro en una cafetería cercana, pero al llevar más de 20 minutos esperando por ella y me empecé a preocupar. Después de llamarle una y mil veces al móvil y no recibir respuesta, me salí de la cafetería y me encaminé al coche. En el callejón de al lado, escuché a alguien gritar y luego solo silencio. Un silencio muy inquietante.

Encendí las luces del coche, puse las largas enfocando hacia el callejón y vi a alguien tirado en el suelo, mi corazon dió un vuelco cuando al fijarme bien, me di cuenta de que era Ro.

Mi corazón se estremeció, mi sangre se heló por completo y lo único que supe hacer fue correr haciaella.

No había dsolución alguna, su cuerpo inherte se encontraba en el suelo tirado y con una cuchillada en el costado y otra en el cuello. Miré a mi alrededor y lo último que recuerdo es un dolor punzante en el costado derecho y al poner mi mano en mi costado, verla llena de sangre. Lo siguiente que recuerdo es despertarme en el hospital llena de tubos y cables. Me asusté bastante, pero lo peor vino cuando me certificaron la muerte de Ro. El mundo se me calló al suelo, descendí a los mismisimos infiernos y quien paso por todo aquello fue Cloe.

Años despues, hoy en día para ser exactos, sigo recordando a Ro cada vez que me veo la cicatriz como el primer día.

La última vez que estube con ella, fue en la casa de la playa; por eso no quería dejarsela a nadie. Era mi santuario, mi lugar de calma, paz y tranquilidad. Y no quería que nadie profanara ese lugar de esa manera. Al menos no hasta que yo estuviera lista.

Después de la ducha, me puse cómoda y salí en dirección al comedor, donde Cloe me esperaba ansiosa para cenar y me apresuraba dandome gritos para cenar.

Cenamos, tomamos postre y Cloe decidió abrir una botella de vino.

- Sirveme a mi una copa, anda. - dije mientras estiraba mi brazo con la copa en la mano en señal de que queria yo también.

Me miró fijamente y sanrió. Era raro que yo bebiera vino, a no ser cuando era fin de semana o en fiestas como navidad o fin de año, o algun cumpleaños que otro.

- Y, ¿quién es el afortunado que estará con una hermosura como tu en mi casa? - dije inocente de mi, sin pensar que ese comentario traería cola.

Cloe se sonrojó y miró al suelo.

- Bueno, llevo varias citas con el, esta sería la 5º o 6º cita. - dijo con la mirada gacha. - Creo que hay algo, sabes? esa química, y creo que puede ser que funcione algo serio... aunque me tiran para atras sus celos, pero bueno, es muy majo y guapo. - terminó diciendo mientras se servía otra copa de vino.

- ¿Celoso?... mmmm... no me convece si es tan celoso, has de tener cuidado. Todos los hombre que se te acercan son: casados, con novia, borrachos prepotentes y egocentricos que solo quieren mojar o el tipico mosquita muerta yd espues resulta ser el peor... Solo ten cuidado, ¿vale? - dije mientras esta vez me servía yo otra copa de vino.

Me miró y por una décima de segundo nuestras miradas se encontraron y me pareció ver afecto, gratitud y... y... algo que no lograba descifrar. Justo cuando sus mejillas se pusieron coloradas, carraspeó y dijo:

- ¿Mañana no trabajas? - dijo mientras apartaba su mirada de la mía.

- No, mañana abre Gabriela y creo que me tomaré el día libre, asi que hoy me voy a emborrachar, ¿me acompañarías? - dije inocentemente mientras bebía de la copa sin quitarle la vista a Cloe.

Me miró se volvió a sonrojar y se levantó de un salto. En pocos segundos ya estaba en el comedor con otra botella de vino. Sonrió y me sirvió otra copa y después a ella. Brindamos por
la amistad y por el amor que se puede encontrar en cualquier parte y seguímos bebiendo.

Cloe se quedó a dormir y como siempre, no soporta dormir sola asi que en medio de ola noche, noté que alguien se deslizaba sigilosamente (o al menos todo lo sigilosamente que el alcohol te permite) dentro de mi cama. Le hice un hueco, pero, notaba como se pegaba a mí de nuevo. "Tendrá frío" pensé. y dejé que me abrazara.

Noté un cosquilleo por mi espalda y una pequeña descarga electrica al notar el roce de su piel contrra la mía. Evidentemente, llevaba mucho tiempo de abstinencia y eso influía, pero siempre supe separar el amor de la amistad. Cada roce de su cuerpo contra el mio, me hacia sentir sensaciones nuevas. Parecía una quinceañera tonteando con alguien que me gusta.

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Pasados ya los dias, era sábado por la mañana, le di ordenes directas de no entrar en mi cuarto y unas cuantas cosas más antes de irme a la casa de la playa.

Me monte en el coche y ouse rumbo a la casa de la playa, que se encontraba a hora y media de la ciudad.

Cuando llegué a la casa, lo primero que hice fue mirar el móvil. No tenía nada, encendí la chimenea y le mandé un whatsapp a Cloe diciendole que había llegado bien. me respondió con una carita sonriente y varios besos.

Me acomodé en el salón, no me apetecía hacer nada de comer; así que pedí comida a domicilio.

A la media hora casi tres cuartos, el repartidor estaba en la entrada tocando el timbre.

Recogí el pedido y le pagué diciendole que se guardara el cambio, el chaval con una sonrisa me lo agradeció y se fue rapidamente.

Comí mientras observaba como subía la marea, el océano picado y bravo era precioso a la par que peligroso.

Tenía ganas de pegarme un baño, de nadar unos largos en el mar como años antes hacía, pero decidí que era mejor que no. El tiempo empeoraba por momentos y no sabía como reaccionaría el mar si me metía en el.

Me fuí directa al baño, prepare la bañera y me zambullí en ella. Un baño relajante y espumoso.

Me sorprendí a mi misma al darme cuenta que estaba pensando en ella.

No era Ro la que se colaba en mis pensamientos en este momento, era Cloe.

Cuanto más intentaba quitarmela de la cabeza, más la recordaba, más pensaba en ella, más la añoraba a mi lado.

Amaba a Ro, está claro que no habría nadie como ella; pero me dí cuenta que empezaba a sentir algo por alguien más. No estaba olvidando a Ro, sólo estaba siguiendo adelante con mi vida, como a ella le hubiera gustado. Pero, por desgracia Cloe no sentía lo mismo, así que decidí no hacerme ilusiones de ningun tipo.

Esa misma tarde pasee por la playa, por la orilla, recorrí sus dunas y su paseo de madera.

Me imaginé de la mano paseando con Cloe por la orilla, tumbadas en sus dunas observando el anochecer y el amanecer, correteando por la arena mientras nos salpicabamos con el agua... parecía cosas de colegiala

Llegada la hora del anochecer, volví a casa y me puse a preparar la cena, unos spaguettis y un buen vino me quitarían las ganas de pensar en Cloe y me quitarían esos pajaritos de la cabeza.

Después de haber cenado y haber recogido, decidí irme al salón de la entrada y con una buena botella de vino ver una película.

Horas después, me encontraba viendo una serie llamada "The L Word", cuando me dí cuenta que eran las 2.30 de la madrugada. Decidí ver un capítulo más y luego me iría a la cama.

Casi al terminar el capítulo, estaba toda decidida a irme a cama cuando mi teléfono sonó. Miré sin muchas ganas y cuando vi "Cloe" lo cogí de inmediato.

- ¿No me habrás quemado o inundado la casa verdad? - dije en tono burlon. - ¿que haces llamandome a estas horas y  en medio de una cita? - dije para terminar.

Sólo escuché un silencio al otro lado del teléfono. Comencé a preocuparme, esta vez en serio.

Silencio y más silencio.

- Cloe, ¿estas ahi? Me estas preocupando. ¿estas ahi? - pregunté mientras me levantaba del sofa y me dirigía a cambiarme de ropa.

- J. ¿puedo pasarme por la casa de la playa? - preguntó con un tono extraño, casi no la entendía.

- Cloe, cielo... ¿estas bien? - dije mientras ya estaba casi vestida.

- Si, si... estoy bien. ¿Puedo ir a verte ahora? - dijo con la voz temblorosa.

- Deacuerdo, ¿o prefieres que vaya yo? - pregunté.

- No, tranquila. Yo voy hasta ahí. Nos vemos, hasta ahora. - terminó diciendo antes de colgar el teléfono.

"Que raro, que rara la forma de hablar y comportarse de Cloe, ¿que le habrá pasado? Traquilizata J. Seguramente le habrá salido mal la cita o le habrá salido rana el chico y querrá desahogarse con su amiga del alma, nada más. No hay más que amistad. Hazte a la idea J."

 Hora y poco después, escuché un coche aparcar en la entrada, debía de ser ella.

Comenzaba a llover y cada vez más fuerte. Apagó las luces, luego el coche y seguidamente se bajó de él.

Noté que venía cabizbaja, mirando tod el rato al suelo y con el pelo por delante de la cara.

- Cloe, ¿que ha pasado? - le pregunté mirandola de frente.

- J. es tarde, está lloviendo y hace frio. Me vas invitar a pasar o no? - dijo sin levantar la amirada del suelo.

La miré por unos segundos y me dí de cuenta que algo no iba bien. Tenía una sensación rara en el cuerpo. Me puse frente a ella y cogí su rostro con mis dos manos y suavemente lo levanté para poder verle la cara. Cual fue mi sorpresa cuando vi su rostro, su hermoso y lindo rostro magullado por todos lados; Un corte en el labio y el ojo derecho que empezaba a hincharsey ponerse algo morado.

- ¡¿Que diablos te ha pasado?! No me digas que te lo ha echo ese imbécil, porque ahora mismo voy y le parto la cara a ese mal nacido, ihjo de ... - pero me interrumpieron los llantos de Cloe.

- No llores mi vida, cielo estoy aquí. Ahora mismo voy a darle a ese un buen escarmiento... - dije mientras me dirigía a mi coche, cuando Cloe me agarró de la mano.

No dijo nada, ni una sola palabra. solo tiró de mi y me abrazo. Dejó posar su cabeza en mi pecho y dio rienda suelta a sus lloros y lamentos.

Se me caía el alma al suelo al verla así de mal, ella no se merecía esto, ella no.

La abracé con todo el amor y ternura del mundo y entramos en casa.

Una vez dentro le hice las curas y le quité esa ropa empapada. Le preparé un baño caliente y mientras ella se iba a la duche, fui a preparar café.

Minutos después me acerqué al baño por si necesitaba algo y pude oir sollozos, sin pensarmelo dos veces irrumpí en el baño como alma que lleva el diablo, dejé los pocillos del café en el lavamanos y me arrodille a su lado.

- Mi vida, no llores. ¿En cuanto termines te ayudo a vestir y vamos a comisaría entendido? - dije mientras le aprataba un mechon de cabello mojado de su rostro mal herido.

- No por favor, la comisaría no. No volveré a verlo jamás, pero no quiero que nadie sepa de esto.- dijo mientras se abrazaba a mi de nuevo.

Me puse nerviosa al notar su pecho desnudo y mojado solo cubierto de espuma pegado al mio.

A los pocos segundos nos separamos y nos quedamos mirandonos fijamente a los ojos durante unos segundos que parecieron una eternidad.

- Se... será mejor que me vaya a cambiar, estoy empapada y no quiero coger un resfriado. - dije mientras me levantaba con las mejillas sonrojadas.

Cloe me miró y agachó la cabeza de nuevo.

Me fuí a mi cuarto, me desvestí y me puse el pijama. Fuí al salón avivé un poco la chimenea, ya que se había pagado lentamente el fuego. Quede mirando hipnotizada el fuego, esas formas que hacia y ese color vivo que tenía.

No se cuanto timepo pasé obsrevando el fuego, pero se que me devolvió al mundo real un grito de Cloe desde el baño.

Corrí hacia donde ella se encontraba con la esperanza de que no fuera nada.

La vi, completamente desnuda saliendo de la bañera con algunos problemas. Se agarrraba de un costado, como si le doliera.

- ¿Que te pasa? - pregunté preocupada acercandome a ella.

En ese momento ella me miró y se resbaló en la toalla que había colocado en el suelo.

Fuí bastante rapida al abalanzarme hacia ella y cogerla entre mis brazos para que no se golpeara contra el suelo. La golpeada fuñi yo, pero eso no importaba.

- Lo siento, te has echo daño por mi culpa. - dijo ella con cara de tristeza.

Sonreí y la miré a los ojos.

- Tranquila, no pasa nada. Mejor que me golpee yo que tu, que ya has tenido bastnate. - dije mientras la ayudaba a levantarse de encima de mi, pero sin dejar de roderala con mis brazos.

- Gracias, es lo único que puedo decirte, muchas gracias J. - dijo mientras me besaba tiernamente en la mejilla.

Segundos después estaba ayudando a que se pusiera el pijama y acompañandola al salón para que se sentara. Yo me dispuse a ir a la cocina a calentar los cafes, que se habían enfriado.

- ¿Quieres algo para el dolor? - dije desde la cocina.

- No gracias, estoy bien. - dijo desde el salón.

Me senté a su lado y le pase su café. Nuestras manos se rozaron y la piel se me puso de gallina, como si una corriente atravesara tod mi cuerpo y en ella pasó lo mismo.

- ¿Seguro que no quieres nada para el dolor? - volví a insistir.

Dejó la taza en la mesita y me miró fijamente a los ojos.

- Estoy bien. - dijo muy cerca de mi rostro.

Se acercó un poco más hasta que la punta de mi nariz quedó pegada a la suya. Podía notar como su aliento y el mio se juntaban en ese pequeño espacio que había dejado entre nuestas bocas.

Entrecerró los ojos y sus labios rozaron los mios.

- Ahora estoy bien, mucho mejor. - dijo mientras acariciaba tiernamente mi mejilla con el dorso de su mano.

Me quedé petrificada... Nos habíamos besado, más bien ella a mí.

¿Donde había quedado el codigo de amigas de no liarse entre nosotras?

Habíamos cruzado la linea de la amistad y ahora estabamos las dos en terriitorio desconocido, estaba en shock; no sabía que hacer.

- Lo siento si te ha molestado, no pretendía incomodarte, de verdad que lo siento. - dijo tiernamente mientras bebía un poco de café.

- No me has incomodado, tranquila... - acerté a decir mientras la miraba embobada.

- J. esto.. yo... - empezó a decir entrecortada. - Hace bastante tiempo que siento algo y que he querido esconderlo pero, al final todo sale y no he podido ni he querido esconderlo más. Tu amistad es muy importante para mi, es lo más importante; pero siento algo que no puedo explicar, es algo que me impide ser solo tu amiga... - termino diciendo poniendose frente a mi.

- Tu amistad tambien es muy importante para mi Cloe, lo mas importante... pero, siento algo que no puedo esconder... hace tiempo que lo siento pero no me di cuenta hasta estos dias... estoy... estoy... - dije con la voz rota.

Agache la cabeza y unas pequeñas lagrimas comenzaron a deslizarse sobre mis mejillas sonrojadas.

- Es difícil para mí y más en este lugar pero... - dije mientras ella me interrumpía colocando un dedo en mis labios en señal de que guardara silencio.

- Te quiero, estoy enamorada de ti Jade... - dijo mientras sujetaba mi rostro entre sus suves y aterciopeladas manos y me levantaba la cabeza para quedar frente a frente.

Mis ojos llorosos no daban a más, sólo con mirarnos ya sabíamos lo que nos queríamos decir.

Esta vez fui yo  la que dio el primer paso, me acerqué más aún a ella y la besé.

Un beso, perfecto. Suave, tierno y aterciopelado. Me dejé llevar y cuando me quise separar para decirle lo que sentía, ella puso su mano sobre mi nuca y me atrajo hacia ella para besarme de nuevo y esta vez profundizar más el beso.

Nuestras bocas se entreabrieron y dejaron dar rienda suelta a nuestras lenguas, en una lucha entre las dos.

Nos separamos y nos miramos de nuevo.

- Estoy enamorada de ti Cloe, desde hace mucho tiempo que no sentía algo así y no quiero que termnine. - dije mientras mis manos se posaban en su cintura.

- Yo tampoco quiero que termine Jade. - dijo mientras entrelazaba sus brazos tras de mi cuello.

Nos besamos, nos acariciamos, nos amamos y dimos rienda suelta nuestra pasión hasta quedar exahustas.

- Te quiero Cloe. -dije mientras a abrazaba y notaba su calor.

- Te amo Jade. - dijo mientras se acurrucaba contra mi pecho.

La casa de la playa era nuestro nido de amor, nuestro nuevo hogar. Un nuevo comienzo.


Aún quedaba un trabajo largo, el contarle a la familia de Cloe que estabamos juntas, pero eso ya  es otra historia, lo importante; lo mas importante lo tenia a mi lado y para siempre, a Cloe. Nos dormimos juntas y abrazadas y asi disfrutamos de un nuevo día, un nuevo comienzo, una nueva historia. Nuestra historia.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Samy - Derechos Reservados
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7 comentarios:

  1. Gracias me encanto... La historia continua?

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  2. No... este es capítulo único... pero ya subiré más si gustan de más capitulos. gracias por leer!! ;)

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  3. Muy tierna y bella tu historia Samy.

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  4. Si, aveces debes pasar por situaciones duras para darte cuenta de la realidad, muy linda la historia. Gracias por compartirla. Ale (Colombia)

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  5. Muchas gracias a vosotras por tomaros un ratito para leer los relatos!!! Pronto subire mas. Espero no trdar mucho.saludos!

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  6. Esta historia estubo hermosa. Espero mas de estas : )..!!

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  7. Siiiii kiero que sigaaaa me enamoro

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