Salí de trabajar agotada, sin más ganas que llegar a casa y pegarme una
ducha bien caliente y tomarme un café mientras veía una película sentada
en mi sofá tapada con una mantita.
Era invierno, puro invierno. Los termometros de la ciudad marcaban cerca
de los 9 ºC pero yo estaba segura que ni loca hacía esa temperatura, como
mínimo unos 4 ºC o así.
Cerré la consulta y me encaminé hacia mi coche, aparcado en la otra
punta de la calle.
Me senté, conecté la calefacción y encendí la radio. Por curiosidad,
decidí echarle un vistazo a mi móvil.
3 llamadas de Cloe y varios mensajes.
Ya la llamaría cuando llegara a casa, así tendría la excusa de que ya
estaba lista para descansar y que no había mirado el móvil antes.
Al llegar a mi casa, ví luz en la cocina y me di cuenta que Cloe se
había anticipado a mi jugada.
Al entrar por la puerta, un olor delicioso vino hacia mí. Me guié por el
olor hasta la cocina y me fijé que Cloe estaba cocinando, aún no sabía lo que,
ni porque... pero si Cloe cocinaba... era extremadamente raro.
- Hola J. ¿Que tal el día? - preguntó sin darse la vuelta.
La miré fijamente con ojos de asesina y tomé aire.
- Bien, bastante cansada. Y tú, ¿que haces aquí? ¿cocinando? - dije
mientras dejaba mi mochila en ell suelo.
Se giró rapidamente y me miró con ojitos de cordero degollado.
- Sabes que te quiero mucho mucho, ¿verdad? - dijo sonriendome como una
niña buena.
Me temía lo peor y el momento se acercaba.
- Si, lo sé. ¿Que quieres? - dije anticipandome a su jugada.
- ¿Porque das por echo que te voy a pedir algo? - preguntó intentando
poner cara de indignada.
- Pues veamos: Porque nunca
cocinas para mí, porque siempre que me vas a pedir algo que yo no aceptaría ni
en broma; haces cualquier cosa para que luego me sienta culpable si te digo que
no... Y porque nos conocemos Cloe. - dije mientras habría la nevera y sacaba
dos cervezas.
Le ofrecí una y mientras habría la mía y le daba un trago, me lo soltó
sin compasión.
- Prestame tu casita de la playa este fin de semana, ¿podrías? - dijo
estrechando mis manos entre las suyas y haciendo que la cerveza que me había
bebido, me produjera un atragantamiento.
Segundos después de haberme recuperado contesté:
- ¿Y se puede saber para que diablos quieres o necesitas mi casita de la
playa? - dije mientras me secaba las gotas de cerveza del jersey.
- Obviamente es para sorprender a alguien, ¿no crees? - dijo mientras me
guiñaba un ojo.
- No, no y no. Rotundamente NO. Sabes perfectamente que la casa de la
playa no es ningun picadero cutre ni nada que se le parezca, prefiero dejarte
esta e irme yo a la casita de la playa. - contesté rotunda y decidida.
Su cara cambió en varias ocasiones de expresión, pero finalmente volvió
en si y aceptó sin pensarselo.
- Pero que conste que esta me la debes... como muchas otras tantas. -
dije mientras me daba un beso en la mejilla.
- Y, ¿para cuando necesitas la casa? - pregunté intrigada...
- Pues, hoy es jueves, ¿verdad? - dijo volviendome a observar con esa
carita.
- Por Dios Santo Cloe, estas cosas se avisan con tiempo. - dije un poco
mosqueada ya.
- Para... ¿el Sábado te parece bien? Yo me encaargo de darte un lavado
de cara, ya sabes de recogerla un poco y todo eso. Prometo devolvertela igual
de bonita y recogida o más. - terminó diciendo mientras cerraba los ojos como
los niños pequeños cuando sonrien.
- Deacuerdo, pero usa el cuarto de invitados, repito: NO USES MI
CUARTO!!! ¿entendido? - dije mientras dejaba la cerveza y me daba media vuelta
para dirigirme a la ducha.
Al entrar en el baño, conecté la estufa y dejé correr el agua unos
minutos.
Mientras me desvestía frente al espejo, observaba la cicatriz de mi
coostado derecho. Ya habían pasado años, pero cada vez que la veía seguía
sintiendo ese dolor, no el dolor físico; sino el dolor de la perdida de aquella
fatidica noche.
Todo se remontaba años atrás, 3 para ser exactos.
Yo salía de trabajar y había quedado con mi pareja de entonces, su
nombre era Roberta. Mejicana de nacimiento y de crianza española. Los mejores 4
años los pase a su lado.
Me quedé de encontrar con Ro en una cafetería cercana, pero al llevar
más de 20 minutos esperando por ella y me empecé a preocupar. Después de
llamarle una y mil veces al móvil y no recibir respuesta, me salí de la
cafetería y me encaminé al coche. En el callejón de al lado, escuché a alguien
gritar y luego solo silencio. Un silencio muy inquietante.
Encendí las luces del coche, puse las largas enfocando hacia el callejón
y vi a alguien tirado en el suelo, mi corazon dió un vuelco cuando al fijarme
bien, me di cuenta de que era Ro.
Mi corazón se estremeció, mi sangre se heló por completo y lo único que
supe hacer fue correr haciaella.
No había dsolución alguna, su cuerpo inherte se encontraba en el suelo
tirado y con una cuchillada en el costado y otra en el cuello. Miré a mi
alrededor y lo último que recuerdo es un dolor punzante en el costado derecho y
al poner mi mano en mi costado, verla llena de sangre. Lo siguiente que
recuerdo es despertarme en el hospital llena de tubos y cables. Me asusté
bastante, pero lo peor vino cuando me certificaron la muerte de Ro. El mundo se
me calló al suelo, descendí a los mismisimos infiernos y quien paso por todo
aquello fue Cloe.
Años despues, hoy en día para ser exactos, sigo recordando a Ro cada vez
que me veo la cicatriz como el primer día.
La última vez que estube con ella, fue en la casa de la playa; por eso
no quería dejarsela a nadie. Era mi santuario, mi lugar de calma, paz y
tranquilidad. Y no quería que nadie profanara ese lugar de esa manera. Al menos
no hasta que yo estuviera lista.
Después de la ducha, me puse cómoda y salí en dirección al comedor,
donde Cloe me esperaba ansiosa para cenar y me apresuraba dandome gritos para
cenar.
Cenamos, tomamos postre y Cloe decidió abrir una botella de vino.
- Sirveme a mi una copa, anda. - dije mientras estiraba mi brazo con la
copa en la mano en señal de que queria yo también.
Me miró fijamente y sanrió. Era raro que yo bebiera vino, a no ser
cuando era fin de semana o en fiestas como navidad o fin de año, o algun
cumpleaños que otro.
- Y, ¿quién es el afortunado que estará con una hermosura como tu en mi
casa? - dije inocente de mi, sin pensar que ese comentario traería cola.
Cloe se sonrojó y miró al suelo.
- Bueno, llevo varias citas con el, esta sería la 5º o 6º cita. - dijo
con la mirada gacha. - Creo que hay algo, sabes? esa química, y creo que puede
ser que funcione algo serio... aunque me tiran para atras sus celos, pero
bueno, es muy majo y guapo. - terminó diciendo mientras se servía otra copa de
vino.
- ¿Celoso?... mmmm... no me convece si es tan celoso, has de tener
cuidado. Todos los hombre que se te acercan son: casados, con novia, borrachos
prepotentes y egocentricos que solo quieren mojar o el tipico mosquita muerta
yd espues resulta ser el peor... Solo ten cuidado, ¿vale? - dije mientras esta
vez me servía yo otra copa de vino.
Me miró y por una décima de segundo nuestras miradas se encontraron y me
pareció ver afecto, gratitud y... y... algo que no lograba descifrar. Justo
cuando sus mejillas se pusieron coloradas, carraspeó y dijo:
- ¿Mañana no trabajas? - dijo mientras apartaba su mirada de la mía.
- No, mañana abre Gabriela y creo que me tomaré el día libre, asi que
hoy me voy a emborrachar, ¿me acompañarías? - dije inocentemente mientras bebía
de la copa sin quitarle la vista a Cloe.
Me miró se volvió a sonrojar y se levantó de un salto. En pocos segundos
ya estaba en el comedor con otra botella de vino. Sonrió y me sirvió otra copa
y después a ella. Brindamos por
la amistad y por el amor que se puede encontrar en cualquier parte y
seguímos bebiendo.
Cloe se quedó a dormir y como siempre, no soporta dormir sola asi que en
medio de ola noche, noté que alguien se deslizaba sigilosamente (o al menos
todo lo sigilosamente que el alcohol te permite) dentro de mi cama. Le hice un
hueco, pero, notaba como se pegaba a mí de nuevo. "Tendrá frío"
pensé. y dejé que me abrazara.
Noté un cosquilleo por mi espalda y una pequeña descarga electrica al
notar el roce de su piel contrra la mía. Evidentemente, llevaba mucho tiempo de
abstinencia y eso influía, pero siempre supe separar el amor de la amistad.
Cada roce de su cuerpo contra el mio, me hacia sentir sensaciones nuevas.
Parecía una quinceañera tonteando con alguien que me gusta.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Pasados ya los dias, era sábado por la mañana, le di ordenes directas de
no entrar en mi cuarto y unas cuantas cosas más antes de irme a la casa de la
playa.
Me monte en el coche y ouse rumbo a la casa de la playa, que se
encontraba a hora y media de la ciudad.
Cuando llegué a la casa, lo primero que hice fue mirar el móvil. No
tenía nada, encendí la chimenea y le mandé un whatsapp a Cloe diciendole que
había llegado bien. me respondió con una carita sonriente y varios besos.
Me acomodé en el salón, no me apetecía hacer nada de comer; así que pedí
comida a domicilio.
A la media hora casi tres cuartos, el repartidor estaba en la entrada
tocando el timbre.
Recogí el pedido y le pagué diciendole que se guardara el cambio, el
chaval con una sonrisa me lo agradeció y se fue rapidamente.
Comí mientras observaba como subía la marea, el océano picado y bravo
era precioso a la par que peligroso.
Tenía ganas de pegarme un baño, de nadar unos largos en el mar como años
antes hacía, pero decidí que era mejor que no. El tiempo empeoraba por momentos
y no sabía como reaccionaría el mar si me metía en el.
Me fuí directa al baño, prepare la bañera y me zambullí en ella. Un baño
relajante y espumoso.
Me sorprendí a mi misma al darme cuenta que estaba pensando en ella.
No era Ro la que se colaba en mis pensamientos en este momento, era
Cloe.
Cuanto más intentaba quitarmela de la cabeza, más la recordaba, más
pensaba en ella, más la añoraba a mi lado.
Amaba a Ro, está claro que no habría nadie como ella; pero me dí cuenta
que empezaba a sentir algo por alguien más. No estaba olvidando a Ro, sólo
estaba siguiendo adelante con mi vida, como a ella le hubiera gustado. Pero,
por desgracia Cloe no sentía lo mismo, así que decidí no hacerme ilusiones de
ningun tipo.
Esa misma tarde pasee por la playa, por la orilla, recorrí sus dunas y
su paseo de madera.
Me imaginé de la mano paseando con Cloe por la orilla, tumbadas en sus
dunas observando el anochecer y el amanecer, correteando por la arena mientras
nos salpicabamos con el agua... parecía cosas de colegiala
Llegada la hora del anochecer, volví a casa y me puse a preparar la
cena, unos spaguettis y un buen vino me quitarían las ganas de pensar en Cloe y
me quitarían esos pajaritos de la cabeza.
Después de haber cenado y haber recogido, decidí irme al salón de la
entrada y con una buena botella de vino ver una película.
Horas después, me encontraba viendo una serie llamada "The L
Word", cuando me dí cuenta que eran las 2.30 de la madrugada. Decidí ver
un capítulo más y luego me iría a la cama.
Casi al terminar el capítulo, estaba toda decidida a irme a cama cuando
mi teléfono sonó. Miré sin muchas ganas y cuando vi "Cloe" lo cogí de
inmediato.
- ¿No me habrás quemado o inundado la casa verdad? - dije en tono
burlon. - ¿que haces llamandome a estas horas y
en medio de una cita? - dije para terminar.
Sólo escuché un silencio al otro lado del teléfono. Comencé a
preocuparme, esta vez en serio.
Silencio y más silencio.
- Cloe, ¿estas ahi? Me estas preocupando. ¿estas ahi? - pregunté
mientras me levantaba del sofa y me dirigía a cambiarme de ropa.
- J. ¿puedo pasarme por la casa de la playa? - preguntó con un tono
extraño, casi no la entendía.
- Cloe, cielo... ¿estas bien? - dije mientras ya estaba casi vestida.
- Si, si... estoy bien. ¿Puedo ir a verte ahora? - dijo con la voz
temblorosa.
- Deacuerdo, ¿o prefieres que vaya yo? - pregunté.
- No, tranquila. Yo voy hasta ahí. Nos vemos, hasta ahora. - terminó
diciendo antes de colgar el teléfono.
"Que raro, que rara la forma de hablar y comportarse de Cloe, ¿que
le habrá pasado? Traquilizata J. Seguramente le habrá salido mal la cita o le
habrá salido rana el chico y querrá desahogarse con su amiga del alma, nada
más. No hay más que amistad. Hazte a la idea J."
Hora y poco después, escuché un
coche aparcar en la entrada, debía de ser ella.
Comenzaba a llover y cada vez más fuerte. Apagó las luces, luego el
coche y seguidamente se bajó de él.
Noté que venía cabizbaja, mirando tod el rato al suelo y con el pelo por
delante de la cara.
- Cloe, ¿que ha pasado? - le pregunté mirandola de frente.
- J. es tarde, está lloviendo y hace frio. Me vas invitar a pasar o no?
- dijo sin levantar la amirada del suelo.
La miré por unos segundos y me dí de cuenta que algo no iba bien. Tenía
una sensación rara en el cuerpo. Me puse frente a ella y cogí su rostro con mis
dos manos y suavemente lo levanté para poder verle la cara. Cual fue mi
sorpresa cuando vi su rostro, su hermoso y lindo rostro magullado por todos
lados; Un corte en el labio y el ojo derecho que empezaba a hincharsey ponerse
algo morado.
- ¡¿Que diablos te ha pasado?! No me digas que te lo ha echo ese
imbécil, porque ahora mismo voy y le parto la cara a ese mal nacido, ihjo de
... - pero me interrumpieron los llantos de Cloe.
- No llores mi vida, cielo estoy aquí. Ahora mismo voy a darle a ese un
buen escarmiento... - dije mientras me dirigía a mi coche, cuando Cloe me
agarró de la mano.
No dijo nada, ni una sola palabra. solo tiró de mi y me abrazo. Dejó
posar su cabeza en mi pecho y dio rienda suelta a sus lloros y lamentos.
Se me caía el alma al suelo al verla así de mal, ella no se merecía
esto, ella no.
La abracé con todo el amor y ternura del mundo y entramos en casa.
Una vez dentro le hice las curas y le quité esa ropa empapada. Le
preparé un baño caliente y mientras ella se iba a la duche, fui a preparar
café.
Minutos después me acerqué al baño por si necesitaba algo y pude oir
sollozos, sin pensarmelo dos veces irrumpí en el baño como alma que lleva el
diablo, dejé los pocillos del café en el lavamanos y me arrodille a su lado.
- Mi vida, no llores. ¿En cuanto termines te ayudo a vestir y vamos a
comisaría entendido? - dije mientras le aprataba un mechon de cabello mojado de
su rostro mal herido.
- No por favor, la comisaría no. No volveré a verlo jamás, pero no
quiero que nadie sepa de esto.- dijo mientras se abrazaba a mi de nuevo.
Me puse nerviosa al notar su pecho desnudo y mojado solo cubierto de
espuma pegado al mio.
A los pocos segundos nos separamos y nos quedamos mirandonos fijamente a
los ojos durante unos segundos que parecieron una eternidad.
- Se... será mejor que me vaya a cambiar, estoy empapada y no quiero
coger un resfriado. - dije mientras me levantaba con las mejillas sonrojadas.
Cloe me miró y agachó la cabeza de nuevo.
Me fuí a mi cuarto, me desvestí y me puse el pijama. Fuí al salón avivé
un poco la chimenea, ya que se había pagado lentamente el fuego. Quede mirando
hipnotizada el fuego, esas formas que hacia y ese color vivo que tenía.
No se cuanto timepo pasé obsrevando el fuego, pero se que me devolvió al
mundo real un grito de Cloe desde el baño.
Corrí hacia donde ella se encontraba con la esperanza de que no fuera
nada.
La vi, completamente desnuda saliendo de la bañera con algunos
problemas. Se agarrraba de un costado, como si le doliera.
- ¿Que te pasa? - pregunté preocupada acercandome a ella.
En ese momento ella me miró y se resbaló en la toalla que había colocado
en el suelo.
Fuí bastante rapida al abalanzarme hacia ella y cogerla entre mis brazos
para que no se golpeara contra el suelo. La golpeada fuñi yo, pero eso no
importaba.
- Lo siento, te has echo daño por mi culpa. - dijo ella con cara de
tristeza.
Sonreí y la miré a los ojos.
- Tranquila, no pasa nada. Mejor que me golpee yo que tu, que ya has
tenido bastnate. - dije mientras la ayudaba a levantarse de encima de mi, pero
sin dejar de roderala con mis brazos.
- Gracias, es lo único que puedo decirte, muchas gracias J. - dijo
mientras me besaba tiernamente en la mejilla.
Segundos después estaba ayudando a que se pusiera el pijama y
acompañandola al salón para que se sentara. Yo me dispuse a ir a la cocina a
calentar los cafes, que se habían enfriado.
- ¿Quieres algo para el dolor? - dije desde la cocina.
- No gracias, estoy bien. - dijo desde el salón.
Me senté a su lado y le pase su café. Nuestras manos se rozaron y la
piel se me puso de gallina, como si una corriente atravesara tod mi cuerpo y en
ella pasó lo mismo.
- ¿Seguro que no quieres nada para el dolor? - volví a insistir.
Dejó la taza en la mesita y me miró fijamente a los ojos.
- Estoy bien. - dijo muy cerca de mi rostro.
Se acercó un poco más hasta que la punta de mi nariz quedó pegada a la
suya. Podía notar como su aliento y el mio se juntaban en ese pequeño espacio
que había dejado entre nuestas bocas.
Entrecerró los ojos y sus labios rozaron los mios.
- Ahora estoy bien, mucho mejor. - dijo mientras acariciaba tiernamente
mi mejilla con el dorso de su mano.
Me quedé petrificada... Nos habíamos besado, más bien ella a mí.
¿Donde había quedado el codigo de amigas de no liarse entre nosotras?
Habíamos cruzado la linea de la amistad y ahora estabamos las dos en
terriitorio desconocido, estaba en shock; no sabía que hacer.
- Lo siento si te ha molestado, no pretendía incomodarte, de verdad que
lo siento. - dijo tiernamente mientras bebía un poco de café.
- No me has incomodado, tranquila... - acerté a decir mientras la miraba
embobada.
- J. esto.. yo... - empezó a decir entrecortada. - Hace bastante tiempo
que siento algo y que he querido esconderlo pero, al final todo sale y no he
podido ni he querido esconderlo más. Tu amistad es muy importante para mi, es
lo más importante; pero siento algo que no puedo explicar, es algo que me
impide ser solo tu amiga... - termino diciendo poniendose frente a mi.
- Tu amistad tambien es muy importante para mi Cloe, lo mas
importante... pero, siento algo que no puedo esconder... hace tiempo que lo
siento pero no me di cuenta hasta estos dias... estoy... estoy... - dije con la
voz rota.
Agache la cabeza y unas pequeñas lagrimas comenzaron a deslizarse sobre
mis mejillas sonrojadas.
- Es difícil para mí y más en este lugar pero... - dije mientras ella me
interrumpía colocando un dedo en mis labios en señal de que guardara silencio.
- Te quiero, estoy enamorada de ti Jade... - dijo mientras sujetaba mi
rostro entre sus suves y aterciopeladas manos y me levantaba la cabeza para
quedar frente a frente.
Mis ojos llorosos no daban a más, sólo con mirarnos ya sabíamos lo que
nos queríamos decir.
Esta vez fui yo la que dio el
primer paso, me acerqué más aún a ella y la besé.
Un beso, perfecto. Suave, tierno y aterciopelado. Me dejé llevar y
cuando me quise separar para decirle lo que sentía, ella puso su mano sobre mi
nuca y me atrajo hacia ella para besarme de nuevo y esta vez profundizar más el
beso.
Nuestras bocas se entreabrieron y dejaron dar rienda suelta a nuestras
lenguas, en una lucha entre las dos.
Nos separamos y nos miramos de nuevo.
- Estoy enamorada de ti Cloe, desde hace mucho tiempo que no sentía algo
así y no quiero que termnine. - dije mientras mis manos se posaban en su
cintura.
- Yo tampoco quiero que termine Jade. - dijo mientras entrelazaba sus
brazos tras de mi cuello.
Nos besamos, nos acariciamos, nos amamos y dimos rienda suelta nuestra
pasión hasta quedar exahustas.
- Te quiero Cloe. -dije mientras a abrazaba y notaba su calor.
- Te amo Jade. - dijo mientras se acurrucaba contra mi pecho.
La casa de la playa era nuestro nido de amor, nuestro nuevo hogar. Un
nuevo comienzo.
Aún quedaba un trabajo largo, el contarle a la familia de Cloe que
estabamos juntas, pero eso ya es otra
historia, lo importante; lo mas importante lo tenia a mi lado y para siempre, a
Cloe. Nos dormimos juntas y abrazadas y asi disfrutamos de un nuevo día, un
nuevo comienzo, una nueva historia. Nuestra historia.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Samy - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Gracias me encanto... La historia continua?
ResponderEliminarNo... este es capítulo único... pero ya subiré más si gustan de más capitulos. gracias por leer!! ;)
ResponderEliminarMuy tierna y bella tu historia Samy.
ResponderEliminarSi, aveces debes pasar por situaciones duras para darte cuenta de la realidad, muy linda la historia. Gracias por compartirla. Ale (Colombia)
ResponderEliminarMuchas gracias a vosotras por tomaros un ratito para leer los relatos!!! Pronto subire mas. Espero no trdar mucho.saludos!
ResponderEliminarEsta historia estubo hermosa. Espero mas de estas : )..!!
ResponderEliminarSiiiii kiero que sigaaaa me enamoro
ResponderEliminar