Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Qué estoy sintiendo? - M.G.M - 2

2
-Buenos días chicos- entre al salón, me senté en mi escritorio y saque la lista del grupo- espero que hayan leído el libro, porque les tengo un pequeño trabajo.
Pasé lista y repartí las impresiones del cuestionario que tenían que realizar.

Todos se veían un poco fastidiados, no sé por qué la lectura causa eso en los jóvenes, desearía que algún día alguno de mis alumnos leyera por gusto y no por obligación.
Los trabajos era fácil de clasificarlos, estaban los malos que eran realizados por alumnos que no les gustaba mucho el trabajo, los pésimos que los realizan los que son obligados a asistir a una escuela, los insuficientes son hechos por los que son un poco flojos, los semi-perfectos realizados por los que se sienten muy inteligentes, los  muy buenos que por lo general son de los chicos que no les gusta mucho alardear de sus conocimientos.
Después de calificar ordenar y determinar una calificación justa, la clase termino.
-Para la próxima clase quiero que escojan un escritor que admiren para que posteriormente realicen un trabajo de exposición.
Los chicos se quejaron, tal parece que no les parecieron justos mis planes para su siguiente clase.
El colegio donde imparto es muy bueno, de los mejores, es grande y las instalaciones son de primera, los compañeros docentes son personas agradables, todos son mayores que yo, algunos dudan de mis capacidades educativas, y otros se sorprenden por mis estudios, pero haciendo un balance los que me agradan son más.
Entré en la sala de maestros, un salón apartado de los demás salones donde los docentes podemos descansar un poco, tomar café y hablar entre nosotros sobre la forma de calificar.
Me acerque a la máquina de café, y me prepare un expreso.
-Hola Daniela, veo que ya termino su primera clase.
-Si así es profesor Trujillo- me senté en una silla y el maestro me siguió y se sentó a mi lado.
Él era un hombre no muy viejo, era algo así como diez años mayor que yo, era delgado, usaba gafas y siempre llevaba una corbata de moño, motivo por el cual los  estudiantes se burlaban de él.
-Yo quería preguntarle si tenía algo que hacer esta noche, podríamos ir a cenar.
-Lo siento, yo, no puedo, no es nada personal pero  no quiero cruzar la línea de compañeros de trabajo, y yo no soy hetero, deberás lo siento pero no puedo.
-Yo, la entiendo, pero no creo que sea justo que me mienta sobre su sexualidad solo para no salir conmigo.
El tipo creía que le mentía sobre mi sexualidad, yo nunca  haría eso, eso es muy tonto, y  me ofendió que lo digiera.
-No le miento, pero si usted desea creerlo.
Salí de la sala de maestros con el café  en la mano.
Tomé un sorbo y decidí ir al lugar en donde más segura me sentía  en esa escuela, la azotea.
Subí las escaleras y llegue hasta el lugar, me recargue en el barandal y contemple lo que sucedía en el patio.
Era un mundo para ellos, se encontraba clasificado, estaba la zona de los típicos populares, los nerd, los ottakus, había una amplia diversidad en aquel lugar.
El timbre sonó y mi próxima clase tendría que empezar.
Después de dar clases y lidiar con los alumnos, el día había terminado.
La misma monótona rutina de siempre, sin nada nuevo, ni siquiera a los chicos se les ocurre algo nuevo.
Me pregunto si en algún lugar en este mundo habrá alguien diferente, único que no sea como todo lo que ya conozco, es por simple curiosidad, tal vez solo estoy loca por pensar en cosas así, como sea tengo que llegar a casa y ver lo que are la clase de mañana.
Al llegar a la casa, encontré la puerta abierta, sentí miedo, ¿Quién la abrió?, ¿sería víctima de un robo?
Entre con el corazón a mil por hora, se escuchaba que alguien estaba en la sala viendo la televisión, no solo les bastaba con robarme, sino que también tenían que ponerse a ver la televisión en mi sala, esperándome para matarme. Me acerque con sigilo a la sala.
-Hola, por fin llegas, llevo horas esperándote.
Mi corazón sintió alivio al ver que solo se trataba de Samanta.
-Podrías haber llamado, casi me matas del susto.
-Hermana, siempre has sido una paranoica.
-¿Qué haces aquí?
-Te dije que vendría, para “consolarte” después de que terminaste con Emilio.
-Cierto, lo había olvidado.
-Vez, tanta falta de sexo te está poniendo mal, deberías de echarte un polvo con alguien, me propondría pero sería incesto.
-Mi falta de sexo no me está causando nada- conteste tumbándome en el sofá.
-Acabas de reconocer que tienes falta de sexo, mira conozco unas chicas muy lindas que no tendrían problemas en experimentar contigo.
-No quiero nada de heteroconfusas.
-¿Qué tal bi?
-Nada de bi.
-¿Pansexuales?
-No quiero echar polvo solo por echar.
-¿Y qué tal esta Ricardo?
-No quiero sexo con Ricardo- conteste mientras me quitaba los zapatos de tacón que tanto detesto.
-No me refería a que tuvieras sexo  con él, me refería a ¿Cómo esta él?
-Acaba de terminar con Sandra.
-¿Enserio?-pregunto con tremenda emoción que no podía ocultar por nada.
-Sí él no te tira la onda hazlo tú, pero te advierto que en ocasiones no es del todo fiel, ni nada de eso.
-Yo no dije que me gustara, ¿Por qué me gustaría?, no me gusta, no es que este feo pero no es mi tipo, además no siento nada por él, y deja de verme así, no me gusta.
Yo no la estaba viendo.
-Si lo explicas tanto das a entender lo contrario.
-¿Ya?, quien lo dice, nada más y nada menos que la chica que no ha tenido nada desde hace ¿Cuánto tiempo ha pasado desde Marcela?- se quedó pensando- ¡un año!
-No es un año, son diez meses- conteste tratando de defenderme en la medida de lo posible.
-Esto te hace daño, Daniela Botello, necesitas tener sexo.
-¿Qué?- me levante a la cocina por un poco de jugo.
-No  huyas cobarde y tráeme jugo- grito desde la sala.
-Toma- le di un vaso- el sexo no lo es todo, debe de haber algo más, no solo se trata de follarte a alguien, es mucho más profundo, es el hecho de amar a alguien, y que te amen, es, es la fusión de almas y cuerpos.
-Deberías de ser monja- dijo mientras aplaudía- o santa Daniela la diosa del celibato.
-Si soy santa, no puedo ser diosa.
-No trates de educarme- dijo mientras tomaba de su jugo, lo cual provoco que se ahogara con el líquido.
-Cuidado, y no podría educarte ni aunque te amenazara con una espada.
-Vamos, anda, te llevare a un lugar de ambiente.
-No tengo ganas.
-Vamos, tal vez eches un polvo.
-Sam.
-Bueno, tal vez encuentres a la Tala de tu Leila, te enamores y todo muy lindo.
-Me arrepentiré por esto, pero vamos.
Salimos y llegamos al lugar, no tengo idea de cómo mi hermanita de 19 años conoce estos lugares, no es una niña pero es menor que yo y el hecho de que ella sepa tanto de bares no es algo que me enorgullezca ni mucho menos, mi hermana es hetero, es muy diferente a mí, no quiso continuar con sus estudios y decidió aventurarse con su florería, siempre ha desafiado a mi madre, y me ha cubierto cuando la he necesitado, es de las personas que más quiero en este mundo, pero debo de reconocer que es un poco de cascos ligeros por decirlo de una manera.
-Mira- dijo mientras hacia un ademan refiriéndose al todo el lugar- aquí hay muchas chicas que serían felices de tener sexo contigo o tener una relación más seria.
-Sí, pero.
-Nada de peros, ve y lígate a una.
Me tomó de la mano me llevó a la barra, me dio un trago raro y me hiso que lo tomara de un solo sorbo.
-Hola- dijo una pelirroja que llegaba de la pista de baile.
-Hola- conteste sin darle mucha importancia, mi hermana se había ido a bailar con un chico bisexual que se encontraba en el lugar.
-¿No bailas?
-Sí- dije mientras la miraba.
-Vamos- tomo mi mano y me llevo a media pista de baile.
-Así que ¿vienes seguido por aquí?- pregunte tratando de iniciar una conversación.
-Algo, oye me acompañas- sin darme tiempo a oponerme me tomó de la mano y me llevó a base de jalones hacia los baños.
-¿Qué hacemos aquí?
-Esto.
Sin más palabras se abalanzo a mis labios, con unos besos acompañados de baba, y comenzó a tocarme como si yo fuera un objeto sin sentimientos.
-¿Qué haces?- la aparte de mi con un  empujón- es muy pronto.
-¿Para qué esperar?
Volvió a pegarse como sanguijuela tratando de devorarme con sus labios y esculcarme por completo con sus manos que viajaban de un lugar a otro de mi cuerpo.
-No- la aparte nuevamente y salí corriendo de los baños, busque a Sam, que estaba dando  amor al chico bisexual.
-Me voy de aquí- le dije después de apartarla del chico.
-¿Pero por qué?
-No me la estoy pasando padre, y no quiero seguir aquí, me voy.
-Espera, me voy contigo.
Se despidió del chico con un beso y me siguió hasta que llegamos al auto.
-¿Qué paso?
Preguntó mientras regresábamos a casa.
-Una chica.
-¿Qué te hiso?
-Casi me viola.
Se quedó seria durante unos segundos antes de soltar una enorme carcajada.
-No inventes, ¡te quiso violar!
-Sí, ya cállate, déjame en paz.
-No puedo creerlo Daniela, debiste de haberte dejado, si para eso veníamos.
-No. Yo no venía a que una loca intentara abusar de mí, venía con la intención de divertirme.
-Ella solo quería divertirse contigo. Debes de coger todo lo que puedas cuando puedas.
-Sí claro, divertirse. Quería meterme tres o cuatro.
-O la lengua- dijo sonriendo.
-No te vuelvo a hacer caso nunca.
Llegue a la casa, me di un baño y me acosté a dormir.
Samanta se quedó en el cuarto de huéspedes.

Tuve un sueño, estaba yo en un lugar desconocido, era como un laberinto, no sabía a donde ir, y de repente una chica aparecía, tenía cabello largo  y negro, y sonreía con una sonrisa de lado, comenzó a caminar hacia mí, pero antes de que pudiera ver su rostro, esta desapareció ante mis ojos.

-Hola, Sam.
-Hola, casi violada.
-Cállate, te deje el desayuno en la mesa, come, me tengo que ir.
-Sí, claro, enséñales- antes de que saliera por la puerta me grito- ¡follate a una alumna!
-Loca depravada.
Contentaste antes de salir, follarme a una alumna, que clase de depravada cree que soy, además las chicas de esa edad son muy tontas por decirlo de una forma, aparte  de que son menores de edad.
El tráfico es horrible, no lo soporto, es de lo peor del mundo, pero tengo que aprender a manejarlo.

La idea de la mascota me convence cada vez más, pero no un gato, ni un perro, esos duran mucho, me gustaría algo diferente pero ¿qué? Podría ser algo exótico, como un ave de colores, o un caballo, si bueno tal vez el caballo no, ¿Qué haría con un caballo en la ciudad?
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6 comentarios:

  1. Espero que Sam sea de su agrado, esta basada en una de mis amigas, sin ella Sam no seria posible
    y bueno a mover al mundo!!

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  2. vaya cada ves se pone interesantee.... carayyyy danielaa solo espera un poco mas i conoceras a la persona indicada

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  3. Jajaja hermanas la que aguante una así en definita se va al cielo :)

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  4. Para diosa del celibato solo yo xD

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