EPÍLOGO
Nueva
Orleans, 2030.
Aleksandra inspiró el
humo fragante de su cigarrillo de dientes de ajo, su aroma mezclándose con el
de la muchedumbre de cuerpos humanos, licor derramado y la decadencia absoluta
que era Mardi Gras.
Cómo amaba esa
antigua ciudad elegante, con su miríada de balcones de hierro forjado, jardines
escondidos y coloridas personalidades. Pero ahora tenía cosas más importantes
que hacer que admirar la arquitectura. Tenía una reunión trascendente que
llevar a cabo.
Aplastó los restos
del cigarrillo bajo su talón antes de perderse en el gentío. La música formaba
remolinos alzándose hacia el cielo oscuro mientras los parranderos disfrazados
se abrían paso calle abajo. Un desfile estallaba con su completa magnificencia
mientras se movía a través de la multitud, resistiéndose al atractivo de la
música que tentaba su alma gitana. Dejó la fiereza de Bourbon Street y bajó
andando por Orleans hasta Jackson Square. Poca gente permanecía en las esquinas
y escudriñó el área rastreando a la persona que buscaba por encima de todas las
demás.
Entonces la vio, y su
corazón casi se detuvo.
De pie cerca de la
fuente, ella era una visión con su atavío gitano al completo. Su largo cabello rubio
colgaba en bucles salvajes hasta la base de su espalda y una corona de
margaritas adornaba su cabeza. Sus hombros pálidos estaban desnudos, con las
mangas de su blusa campesina bajadas para exponer su piel al beso de la luz de
la luna. Un pañuelo de vivos colores rodeaba su cintura y colgaba hasta lamer
el dobladillo de su falda de color del rubí. Sonrió cuando vio que sus pies
estaban desnudos.
Ella apartaba la
mirada, con su perfil convertido en un camafeo perfecto mientras la alta mujer
se acercaba. La rubia cambió de dirección para observarla, su mirada curiosa y
tranquila.
La alta mujer se
inclinó en una reverencia.
—Señora, por fin nos
encontramos.
Su ceja se arqueó.
—¿La conozco, amable
señora?
—No, pero yo sí te
conozco a ti.
Los ojos de la mujer
rubia se ensancharon y dio un paso atrás, una mano revoloteando hasta detenerse
en la base de su garganta.
—No tengas miedo. —se
detuvo muy cerca. —Nunca te lastimaría, pues te he estado buscando durante
años.
Ella inclinó la
cabeza hacia un lado.
—¿Cuántos años?
—Casi treinta.
Ella puso sus ojos
en blanco.
—No me parece que sea
tiempo suficiente. —Entonces se marchó dando media vuelta.
La morena la agarró
de la cintura, provocando un estallido de risa en la mujer.
—¿No te parece
suficiente tiempo?— gruñó, inclinando la cabeza para besar la base de su
cuello.
—El último tipo me
dijo trescientos años— suspiró la rubia mientras ella lamía la sensitiva
porción de piel justo debajo de su oído.
—¿Estás tratando de
volverme loca?— preguntó.
Ella lanzó una risa
gutural.
—¿Está funcionando?
—Sí.
—Bien. —La pequeña
mujer se retorció en sus brazos para mirarla a la cara. —¿Estás contenta de
estar de regreso en Nueva Orleans?
—Mucho. —apartó un
mechón errante fuera de su cara. Ella nunca podía mantener su pelo bajo control
y no le molestaba nada.
—¿Qué te gustaría ver
primero? ¿El desfile? ¿Escuchar algún blues? ¿O tal vez visitar a Dirk y
Veronique y su multitud de maravillosos nietos?
—Siete nietos no son
una multitud.
—Lo son cuando todos
se reúnen en el mismo cuarto.
—Tengo una mejor
idea. —Su expresión alegre se suavizó. —¿Qué te parece inspeccionar la cama de
nuestra suite en lugar de eso? —contoneó las cejas.
—Me gusta la forma en
que piensas. Tenemos la eternidad para examinar los encantos de la ciudad.
La rubia echó la
cabeza hacia atrás para exponer su garganta a la luz de la luna y a su mirada
mientras reía. En la base había una cicatriz diminuta, un recuerdo de los
últimos momentos de Inna como humana, su último beso. Qué cerca había estado de
perderla. Acarició con su dedo la marca, luego apartó el odioso pensamiento.
Esa vez, había ganado…las dos habían ganado.
Mientras la tomaba en
sus brazos para un beso, supo que una eternidad nunca sería suficiente para ellas,
pero bastaría para empezar.
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Wooooow me encanto muy bello...publica otra historia
ResponderEliminarmuy buena histoieia del principio te engancha gracias
ResponderEliminarUff me encanto la historia..! No paraba de leerla en mi trabajo. Jaja si me pillan mis jefes me despiden.
ResponderEliminarMuy muy buena la historia y muy linda y exitante
ResponderEliminarSimplemente genial :-)
ResponderEliminarMe encanto la historia, un amor eterno que hermoso seria. Ale (Colombia)
ResponderEliminarSencillamente excelente.. hermosa la historia. Leí la original y quiero decir q ésta adaptación esta mas q fabulosa! Hay otras aparte de las 3?? Xfa maaaas... son buenisimas las hacen excelente. Gracias por esta. Me encanto.
ResponderEliminarSaludos desde Paraguay. Didi.
Hermosa historia
ResponderEliminarMe emocionó demasiado. Es bellísima está historia. Gracias por escribir tan lindo.
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