Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Inevitable - Eugeene (Cap. 16)


Cuando estaba en la Universidad siempre se habían burlado de que ella era ‘’fácil’’ de besar. Inclusive Heck, lo hacia y en su primera cita le había robado su primer beso juntos. En aquel entonces era la chica mas feliz pero ahora quien no era el amor de su vida sino una alumna la que le robaba besos, no sabía como sentirse.
Las memorias del pasado se fundieron al presente y los limites de lo bien y lo mal, lo moral e inmoral, lo aceptable e inaceptable, estaban completamente difusos.  Y para complicar las cosas, Naomi no parecía querer dejarla, más bien al contrario, presionaba más su cuerpo contra ella y no había escapatoria. La pared era un buen recordatorio de aquello.
Tenia que detenerla, debía hacerlo. Pero sus manos no parecían conectar con su cerebro. O su sistema nervioso central no había recibido todavía la orden o su cerebro en algún punto deseaba que esto siguiese. Con un esfuerzo sobre humano levanto las manos hasta la altura de la cadera de Naomi pero se detuvieron. Naomi hábilmente lamio sus labios e inconscientemente le permitió el acceso, con ello  empezaba a cobrarse parte de su mínima consciente todavía latente. Debía parar ahora o quedaría con sus manos ahí detenidas sin hacer nada.
Esto era simplemente perfecto. El aroma, su cuerpo y sus labios eran perfectos. Quizás tanto que eran de otro mundo. El dolor que había sentido sobre pensar en su enemiga y su amor junta había desaparecido mágicamente.  Su mente se lleno de un color blanco, pero no en sentido vacío; sino en comparación a un lienzo blanco, en el cual cada uno puede soñar y plasmarlo sin ningún problema esperando que se vuelva realidad. Aumento el beso mientras presionaba su cuerpo contra el de su profesora. Se sentía como en el cielo y una inesperada  oleada se concentro en su centro. Gimió débilmente ante la sorpresa de estar excitándose con un simple beso francés pero sin abandonar aquel manjar que parecía llevarla lentamente hacia sus sueños.
La escucho gemir y estremecerse débilmente contra su cuerpo. La poca cordura que mantenía se perdió definitivamente. Sus manos que estaban detenidas cobraron vida propia inmediatamente y las poso sobre la cadera de su alumna para atraerla más. Como si aquello fuera posible. Sus cuerpos estaban fundiéndose igual que sus bocas y se sorprendió cuando aquello que Naomi había expresado se sentía igual que en su piel. Quería gemir, desgarrar y nunca dejarla escapar.
-Dios – dijo con un hilo de voz entre besos – me vuelves loca – al momento reunió sus dedos con aquel sedoso cabello rubio y elevo sus caderas presionándolas cada vez más contra una Kall que no hacia mas aceptar gustosa aquellos gestos.
Como si su voz fuera un salvavidas o un ancla, recordó donde estaba, con quien estaba y que estaba haciendo. Sus manos que la habían traicionado ahora empujaban suavemente a un Naomi visiblemente confundida por su actitud.
-Lo lamento – dijo mientras llevaba su mirada al piso – lo lamento tanto Naomi – la vergüenza por lo que había hecho no le daba ni una pisca de valor – no volverá a suceder… -debía convencerse de eso – lo prometo.
Miro a una Kall con dolor. Había tomado el primer paso y no se arrepentía pero Kall si. Se podía adivinar en los ojos verdes lastimados por la angustia y el deseo. Si lo podía ver ella ¿porque Kall se reusaba a aceptarlo? ¿Tan malo era enamorarse de una alumna? ¿Era eso o había algo más? ¿Alguien más? El eco de la ultima pregunta golpeo lo bastante bajo para que ella se sobre pasara a su forma de manejar las cosas. Siempre pensaba que en pleno momento del cólera o la pasión los pensamientos vienen mas que nada para herir por ello los consideraba inútiles. Por ello lo mejor era hablar cuando todo se había tranquilizado pero no podía dejar  la situación así. No esta vez y no con esta persona.
-¿Hay alguien mas? – pregunto mirando a Kall pero esta la volvía a esquivar
-De que – iba a responder sinceramente pero se detuvo – no se trata de eso – dijo fríamente; poco a poco recuperaba su control.
-¿Entonces de que se trata Kall? – era la primera vez que la llamaba por su nombre pero no era el tono que quería darle. Era un tono de deseo y dolor con un tinte de angustia – no me pareció que te disgustara.
Naomi estaba jugando la carta de triunfo y lo sabia. Inclusive ella se reprochaba mentalmente lo que acaba de pasar aunque su organismo lo recordase como una bendición constantemente – Naomi… - carraspeo su garganta por que el tono frio se había perdido al decir aquellas cinco letras – vamos a olvidar esto – tajo mientras la pasaba de lado y comenzaba su salida. No había más que decir, no de su parte por lo menos. Antes de alcanzar la perilla de la puerta una mano se poso sobre su ante brazo. Deteniéndola.
-No puedes huir de la realidad – dijo Naomi con tono duro – no intentes mentirte Kall – alivio la tensión en su mano- por favor – suplico.
Las palabras de su mejor alumna eran dardos que se clavaban en su espalda. Aunque Naomi había aliviado la tensión en su ante brazo todavía la sujetaba. Era fuerte. Fuerte y hermosa. Aunque le daba la espalda sabía lo que tenia allí. Un lugar para refugiarse con unos brazos morenos que la ayudarían a salir a flote de aquel pozo negro en el que se encontraba desde hacia mucho tiempo. Agito la cabeza energéticamente intentando olvidar nuevamente las sensaciones de la oscuridad que querían arrastrarla al vacío y llevarse a cualquier persona que la intentase ayudar.
-No lo hago Naomi – su voz se volvió aterciopeladamente inexpresiva. Como si estuviese vacía – esto nunca ocurrió – se deshizo suavemente del agarre y tomo la perilla del picaporte – disculpa la molestia sobre el otro día -  dijo y desapareció del cuarto de gimnasio.
-¡MIERDA!- exclamo mientras golpeaba el saco de boxeo con su mano derecha y después con la izquierda. Sintió el altavoz llamando a los competidores de Polo unisex y se acordó de donde estaba y que esta era su oportunidad de oro para conseguir una oportunidad a solas con su profesora. El premio de polo.


Iba a tocar la puerta pero no lo hizo y en cambio entro sin permiso de su jefe.
-Kall – Max se quedo impactado cuando vio a la mujer rubia con lágrimas en los ojos - ¿Qué sucede? – pregunto mientras se levantaba y se acercaba. Parecía estar sufriendo internamente por contarle o no – Dios mio Kall ¿te encuentras bien?
No comprendía el por que frente a ella se acercaba un pañuelo, miro en los ojos azules esperando una respuesta pero solo reflejaban preocupación. En ese momento se vio la blusa y se dio cuenta de que estaba llorando. Las manchas de lágrimas eran notables. Llorando sin llorar. Llorando sin saber siquiera el por qué. Volvió la mirada hacia aquellos azules ojos que eran idénticos a los que acaba de ver llenos de deseo y dolor, acepto el pañuelo y se lo paso frenéticamente por los ojos. Aquellas lágrimas eran las únicas testigos del evento anterior y si la delataban estaba en un problema. Finalmente se acordó por qué vino.
-No puedo seguir con la pasantía
-¿Por qué? – intento buscar en aquellos hermosos ojos algo que le digiera por que quería dejar cuando solo faltaban 3 semanas para terminar su primera pasantía con un éxito del 100% -¿Qué fue lo que paso Kall?
-No puedo hacerlo – las lagrimas volvían a reclamar presencia – lo lamento Max pero no puedo seguir en aquella clase – no podía explicar razones pero esta era la mejor solución.
-Oye – dijo tomándola de los hombros – si es por que eres el premio, no te preocupes – la estrecho en un abrazo de consuelo – no lo serás ¿de acuerdo? – empezó a acariciar su cabello mientras la escuchaba llorar débilmente.
Era increíble como había olvidado ser el premio.  Aunque no le gustaba que la abrasen excepto Cristina, con Max se notaba la preocupación y dedicación. Pronto se encontró devolviéndole aquel abrazo que tanto necesitaba en este momento. Y la ironía de estar en los brazos del director y padre de la persona que hacia tan difícil seguir con su trabajo quedo en segundo lugar. Tenia que ser honesta, tenía que pagar el precio del acto que había llevado a cargo. Segura de que las lágrimas no estarían presentes en un tiempo empezó a soltarse del abrazo y Max lo entendió dándole su espacio.
-Yo – se limpio de nuevo los ojos y levanto la mirada – yo tengo cierto cariño por los alumnos – intento armar un buen discurso ¿pero como dices esto sin sonar pedófila? La simple palabra le produjo escalofríos y era parte del por que quería escapar – principalmente con uno.
-¿Estas diciendo que estas involucrada sentimentalmente con uno de nuestros alumnos?- intento no sonar duro pero aquello era grave. Muy grave.
-¡NO! – Negó rápidamente – tengo deseos… - admitió mientras agarraba su bolso con mas fuerza – por ello quiero alejarme, no quiero que llegue al extremo de que suceda – aunque ya había sucedido.
-Kall Steigh – dijo en tono duro – eres una persona adulta ahora, no puedes huir o pedirle ayuda a tu mama si la necesitas. Este es tu trabajo, ellos son tus alumnos y cada uno depende de ti – levanto la mano por que vio la posible interrupción – aunque ya hayan pasado sus exámenes...- se agarró con la mano derecha el ceño frotándolo levemente – eres un adulto. Compórtate, aguanta tus hormonas y ayuda a la mejor clase del Estado hasta el final si quieres un sobresaliente en tu expediente.
-Si señor – respondió en forma automática mientras se dirigía a la puerta y antes de salir por ella escucho nuevamente a su jefe.
-Con lo que acabas de decirme, eres oficialmente descartada como premio.
-Gracias – respondió y salió.
-Maldición Kall…. ¿Por qué sueñas con lo imposible? – le pregunto a cuatro paredes de  su oficina.


-¡Si!- grito luego de haber embocado el séptimo gol de su equipo y su tercero personal. Vio en Amy la cara de frustración y en parte quería ayudarla pero la sensación de su cuerpo contra el de Kall la impulsaban a seguir metiendo goles. Finalmente el árbitro marco el final del partido y con este resultado avanzaban a semis finales. Luego de saludarse con sus compañeros por el triunfo,  se bajo de su caballo negro y lo acaricio en recompensa por el esfuerzo en el partido. Mientras lo hacia vio a su profesora dirigirse a la salida. Sin pensarlo dos veces emprendió el camino que la cruzaría con ella aunque Kall no lo quisiese.
Aunque le había jurado a Max no huir, ahora ciertamente lo estaba haciendo. Faltaba poco para la salida cuando sintió la presencia de unos ojos sobre ella. Levanto la vista y allí contra la pared estaba una Naomi radiante. Radiante por el leve sudor que presentaba y con su equipo de polo, le quedaba a la perfección aunque estuviese un poco sucio. La miraba sin descaro y sintió dos punzadas, una de deseo y otra de culpabilidad. Siguió caminando ignorándola pero ella se paro justo enfrente.
-¿Cuando harás frente a lo que sientes?
-No tengo que hacerle frente a nada, ahora por favor déjame pasar.
-No lo hare, así como tu nunca harás algo con respecto a nosotras.
-No existe un nosotras.
-¿Tu crees?- pregunto levantando la ceja
-No lo creo – mientras lo dijo supo que Naomi pensaría otra cosa – Lo se – afirmo para que no se confundiese – al menos que sea del colegio, no quiero hablar contigo – y la esquivo para volver a casa.


Puso las llaves en la mesa de la sala como siempre cuando volvía de trabajar. Le pareció extraño que Kall no estuviese con su habitual delantal en la cocina preparando la cena de un largo día de trabajo. Toda la casa estaba en silencio pero se sentía el sonido de la ducha.
-¿Kall? – Pregunto mientras se acercaba al baño - ¿Kall estas ahí? – no distinguía luz del otro lado pero la ducha estaba abierta. Sin pensarlo mucho abrió la puerta y allí la encontró en la esquina sentada, desgarbada y con los ojos vacíos- ¡Kall! ¡Kall! – Se posiciono a su costado y le tomo la cara entre las manos pero aquella mirada la conocía bien - ¡Kall! Por favor dime que no tomaste nada.
-Debo limpiarme.
-¿Qué sucedió? – por algún motivo Kall movió sus ojos hasta ella.
-Debo limpiarme Cris… ayúdame- suplico.
-¿Qué paso? ¿Has visto a Heck? – era él único que podía transformarla así.
-Heck- hizo eco de la palabra.
-Por favor Kall dime que no ingeriste nada – rogo mientras la abrazaba. Kall seguía igual mientras lo minutos pasaban y si quería saber que estaba atormentando a su mejor amiga lo mejor era calmarla- ven – dijo mientras la tomaba por la espalda y los pliegues de la rodilla – vamos a la cama – se levanto con mucho cuidado y comenzó el rumbo a su habitación. La apoyo en la cama que instantáneamente se humedeció. Busco toallas y seco cada rincón del cuerpo de Kall que ahora parecía sin vida – bien – dijo cuando termino – duerme un rato y luego hablaremos – tapo a su mejor amiga con sumo cuidado y beso su frente como de costumbre. Al salir cerro la puerta y se dispuso a limpiar el desorden de la ducha y el camino de agua, quedándose con aquella imagen mental que tenia sobre una Kall herida y el dolor en el corazón por no poder haberla protegido.


Volvió a su casa cansada. Los partidos la habían dejado molida pero la sensación de inquietud que tenía no se la quitaban ni 15 horas de maratón. Saludo a su padre y entablaron una conversación relativamente normal. Su hermano se había vuelto a Nueva York por un asunto con un hospital. Aquello era raro, ya que Tommy había expresado claramente su deseo de hacer a Kall su mujer para toda la vida. Mejor para ella, así podría luchar por Kall ella sola sin necesidad de atacar a su hermano en la lucha de la mujer de sus sueños. Se fue a dormir temprano rememorando una y otra vez el beso. Aunque Kall la había apartado en un momento se lo había devuelto. Algo debes sentir por mi Kall… lo se. Se dio media vuelta en su colchón y se quedo dormir fácilmente. El sueño vino de inmediato y como no podría ser de otra forma su profesora favorita estaba en el. 


Abrió los ojos y se encontró en su habitación. No recordaba como había llegado ni como es que estaba desnuda en la cama. Hizo memoria y recordó el beso, así como también las lágrimas con Max. Suspiro y abrió las sabanas, descubrió su pijama en la silla y se lo puso. Salió a la sala y se encontró con Cris durmiendo en el sofá. No parecía haberse abastecido por que estaba solo con su ropa y una posa muy incomoda.
-Hey – se arrodillo y acaricio su pelo -¿Por qué duermes aquí? – vio como Cris se despertaba y enfocaba con la vista su rostro.
-Hey… no quería molestarte mientras tu dormías – se enderezo y entrelazo sus manos con la de Kall mientras las besaba - ¿Estas mejor?
-Me siento… vacía, ¿Que fue lo que paso?
-Tuviste otro ataque K – suavizo su voz lo mas posible y empezó a ver la confusión en su mejor amiga.
-Por eso no recuerdo como llegue hasta aquí.
-¿Te encontraste a Heck?
-No…
-¿Entonces que lo detono? – pregunto una Cris visiblemente preocupada por ella. Se sentó a su lado sin dejar el contacto de sus manos. Parecía lo único que la traía a la vida. – Hace tiempo que no tenias de esos ataques.
-Lo se – trago saliva para tomar valor – me gusta Naomi – dijo finalmente. Levanto la vista y se encontró con una paciente Cris – me gusta como más que una amistad Cris…
-Ya me lo imaginaba
-¿Cómo? – Se soltó repentinamente - ¿Tu lo sabias? ¿Por qué no me dijiste nada?
-¿Qué se supone que haría Kall? ¿Decirte que te arriesgabas tontamente como con Heck? ¿Eso te hubiera echo feliz? – alzo su voz por que volver al pasado de Kall le dolía.
-¡No lo se! – se levanto del sofá cortando la intimidad – ¡pero no dejarme hacer algo estúpido!
-¿Crees que no intente detenerte? – la enfrento – ¿No recuerdas la pelea? ¡Intentaba hacerte entrar en razón Kall, pero siempre tiendes a equivocarte y después aprender!
-¡Una cosa es salvarla y otra es besarla! – dijo en el mismo tono que Cris. Entonces se volteo con los brazos sobre el pecho.
-¿Besarla? Kall… tu no, tu no la besaste ¿verdad?- miraba como la espalda ni se inmutaba- ¿Verdad Kall? – Al no obtener respuesta fue suficiente – Oh dios mio… tu y ella… ¿Cómo pudiste?
-Yo no lo hice – intento defenderse – ella me beso – aunque no podía justificarse por siempre – pero yo le devolví el beso – dijo mientras se encaminaba al balcón.
-¿Es por eso que estabas así? – sintió una mano detenerla
-Llegue aquí y me fui a bañar – empezó a recordar todo de repente – en la ducha recordé el beso y como la rechace – se dio vuelta para enfrentar a su amiga y la realidad – recordé también los motivos por los cuales no puedo estar con ella…
-Oh K…- no pudo contener mas las ganas y la abrazo – Tu puedes estar con ella…
-Yo no puedo lastimarla como a todos los demás, – dijo mientras comenzaba a llorar nuevamente – e inmediatamente recordé a Heck y no recuerdo mas nada – se aferro a la espalda de su mejor amiga – realmente no puedo hacerle lo mismo que a los otros Cris…
-Pero tu la deseas, eso la hace diferente a lo otros K 
-Terminara igual… - enterró su rostro entre el hombro y el cuello de su mejor amiga – sé que terminara igual.
-Shhh – intento calmar el llanto de su mejor amiga – es mejor que vallamos a dormir.
-¿Puedo dormir contigo?
-Por supuesto – se alegró de escuchar una respuesta positiva de Cris, de lo contrario los demonios del pasado la atormentarían toda la noche- vamos – y se dejo arrastrar por la única persona que la comprendía y que la ayudaba siempre.


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3 comentarios:

  1. Por Dios que le ha pasado a Kall???? Que emocionante se ha quedado esto!!!
    Esperando con ansias el proximo capitulo Eugeene, gracias!!!

    Andy (Guatemala)

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  2. oh my gosh!!! este capi de veras me hizo sentir muy muy triste!!!! y yo q estaba saltando en un pie x el beso....!!! hahaha y si q le habra pasado a kall?? esta es una intriga muy intrigosa...q ha dejado en mi una duda muy dudosaaa!!! en fin como siempre excelente capii!!
    Gia/Ecua

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  3. waaaaaaa... cada vez estoy más intrigada por lo que le puede haber pasado a Heck y por qué razón Kall ya no quiere abrirse con nadie :/...
    De cualquier manera, esto es demasiado emocionante, espero con ansias el siguiente capítulo :)

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