Torbellino de amor - Black Moon - 7

Capítulo Siete.

Cerca de las 10:30 de la noche Angélica se despedía de las mujeres, puesto que al siguiente día tenía que trabajar, después de un rato mas de charla trivial Perla hacia lo mismo dejando en el amplio salón únicamente a la rubia exuberante que observaba a Alejandra contemplativamente.

–Te conozco mejor de lo que tú crees… se que aun que no lo reconozcas abiertamente y aun que prometí no tocar el tema esa chica te mueve algo– Alejandra comenzó a negar con su cabeza –No... No me digas nada… Solo escucha mi consejo… Vive por ti, no para los demás; ya ha sido bastante el tiempo que has perdido haciendo lo que otras personas creen que es correcto olvidándote de ti… Si ella te provoca algo que te hace feliz... Pues al diablo con lo que puedan pensar… Comprendo tus miedos… No tienes que hablar si no lo deseas… Solo piénsalo, al final es tu vida, pero no quiero que luego te lamentes… El tiempo no regresa Alex yo mejor que nadie lo sé…–

Alejandra comprendió que Sol era la indicada para sacar lo que estaba pasando en su interior, necesitaba decirle a alguien y había contemplado la posibilidad de que fuera Angélica con quien hablar, pero ahora veía claro que la mejor opción para desahogarse era la rubia frente a ella.

–Me gustaría mucho ser la mitad de valiente que eres tú… Pero no puedo, tengo tantas cosas que me atan, tantos miedos que me paralizan… No sé cómo afrontar lo que siento… Por Dios estoy casada, tengo dos hijos que bien podrían tener casi su edad… ¡Somos mujeres!... Dudo que Andy siquiera tenga en su mente que últimamente con más fuerza mueve mi mundo… ¿Crees que alguien tan joven como ella se fijaría en una cuarentona como yo? –  frustrada dejo su copa sobre la mesa de centro y aliso su cabello negro tras su oreja con su mano derecha.

Sol se puso de pie cruzando la distancia que les separaba para sentarse al lado de la mujer en el cómodo sillón de piel –Habrá que averiguarlo, no soy ciega ni despistada como todos creen, siempre me gusta observar a las personas, he notado que hace 8 meses llegas mucho más temprano al bar solo para platicar con ella, además Andy siempre esta posando su vista en ti, creo que ella también está interesada– la rubia abrazo cariñosamente a su amiga –El miedo es parte de los humanos, está en nosotros para que no traguemos fuego y que no nos aventemos de los aviones sin paracaídas, es un escudo para protegernos, lo que no es normal amiga es la cobardía y tú no eres una cobarde… Más bien reaccionas un poco lento–

Una sonrisa asomo en los labios de Alejandra –Oye pues gracias, me has hecho ver que no soy cobarde, solo un poco lenta que “alivio”–

Sol soltó una risita –Sabes a lo que me refiero… Te quiero mucho, la vida no es fácil, pero si dejas que el temor te gobierne vas a ser muy infeliz… Pase lo que pase siempre vas a contar conmigo, como yo he contado contigo todo este tiempo–

La conversación se extendió por más tiempo hasta que ya era poco más de las 3:00 de la mañana cuando Alejandra se percato de lo tarde que era –Deberías quedarte, puede ser peligroso que conduzcas a esta hora–

–No puedo, pero te agradezco la invitación– dijo mientras tomaba su saco y bolso para caminar hasta la elegante puerta de caoba, Sol fue tras ella para despedirla –No tienes que esperar que sea el último jueves del mes para buscarme, ya sabes donde vivo, tienes mi número, por favor búscame siempre que me necesites–

Alejandra beso la mejilla de la rubia mujer y comenzó a alejarse por el amplio pasillo que conducía a los elevadores, después de oprimir el botón, el elevador tardo unos segundos más y por fin estaba dentro del espacioso ascensor. La última conversación se presentaba en su mente y sus pensamientos regresaron con más fuerza “Definitivo Andy se ha colado sin permiso en mí”…

***

El día para Andy había sido un fiasco por completo, su concentración había estado difusa en el espacio y su decepción por no ver a la culpable de su tormento golpeaba su pecho con fuerza, toda la tarde y la noche se había pasado pendiente de la puerta del bar esperando que la elegante mujer apareciera, pero no había sucedido, ni ella ni sus amigas habían hecho acto de presencia; muchos pensamientos habían cruzado por su mente y una tristeza enorme la dominaba, “Que esperabas Andrea que te extrañe, como tú a ella… Soy patética, ella está lejos de mis posibilidades entiéndelo de una maldita vez” enojada consigo misma salió de su automóvil, subiendo los pocos escalones que separaban el estacionamiento subterráneo a la entrada de la recepción; atravesó el vestíbulo cansadamente hasta donde se ubicaban los elevadores oprimiendo el botón, su vista estaba clavada en el piso perfectamente encerado cuando las puertas se abrieron, lo primero que vio fue unos zapatos de tacón de pulsera color café, unas bellas piernas blancas se asomaban de una falda beige de corte recto que apenas caía por sobre las rodillas, su vista siguió el camino para ver que en el vientre descansaban unas manos cruzadas sosteniendo un saco del mismo color de la falda, unos redondos y abundantes pechos eran cubiertos por una blusa de algodón color verde con un discreto escote que terminaba donde sus pechos se alzaban, una gargantilla adornaba el delicado cuello; cabello lacio y abundante color negro caía libre por sus hombros a excepción de un rebelde mechón que cubría parte de las hermosas facciones del rostro de la culpable de sus penurias. Andy se quedo extasiada observando a la mujer que daba pequeños pasos para salir del ascensor. Por su parte Alejandra estaba tan metida en sus pensamientos, que se percato que Andy permanecía de pie frente a ella solo cuando casi la atropella con su cuerpo.

Paso un buen tiempo paradas una frente a la otra en el que no se percataron que las puertas del ascensor se cerraron tras ellas, ambas permanecían a escasos centímetros una de la otra observándose. Una adrenalina recorría el cuerpo de Alejandra y un nerviosismo mezclado con emoción era evidente en la expresión transparente de Andy que observaba perdida los brillantes ojos Esmeralda. Sin poder contenerse Andy alargo su mano para colocar el mechón de cabello negro tras la oreja de Alejandra aprovechando el movimiento para dar una ligera caricia con su dedo pulgar en la mejilla de la bella mujer, al darse cuenta de lo que había hecho bajo rápidamente su brazo pero fue rodeado por los suaves dedos de Alejandra que ahora le sostenía su mano, el dedo pulgar de Alejandra dibujaba pequeños círculos sobre los nudillos de Andy provocando que su estomago revoloteara como si mil mariposas estuvieran presas e intentaran salir de su cautiverio.

–Que sorpresa verte… Como… ¿Cómo estás? – Dijo la mujer mayor aun extasiada por la presencia de la joven

–Pues sí que es una grata sorpresa… De todos los lugares no imagine encontrarte en el ascensor del edificio en el que vivo… Estoy bien… ¿Tu como estas? –

–Bien Gracias. Lo que pasa es que Sol se ha mudado al edificio y venimos a conocer su departamento… Se me ha hecho tarde… Ya voy de salida–

–Ahh es la nueva vecina del penthouse– Andy analizo en voz alta, entonces su cerebro capto que la morena había dicho que ya se retiraba –Permíteme por favor acompañarte a tu auto–

Caminaron tomadas de la mano fuera del edificio por la entrada principal al estacionamiento para visitas, hasta llegar adonde estaba estacionado el auto –Puedo… mhhm… quiero darte un abrazo– dijo Andy tímidamente pensando más en su necesidad que en lo que la otra mujer pudiera pensar. Alejandra creyó que no había escuchado correctamente así que se quedo solo mirándola, Andy al ver la reacción de ella pensó que había sido mala idea soltar su petición y avergonzada retiro su mano de la de Alejandra –Lo… Lo siento… Yo… No debí... –  cuando intentaba alejarse Alejandra rodeo la cintura de Andy con uno de sus brazos y se lo impidió, con la otra mano termino por abrazar a la joven y se acerco a ella apoyando su barbilla en el hombro de Andy quien la abrazo con una mano en su espalda baja y la otra rodeando sus hombros pegándose al cálido cuerpo de la morena.

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