Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Verde Esperanza - Naiara


Daniela es una joven de 20 años. Es una chica divertida, alegre, con ganas de descubrir mundo, algo tímida, y no con mucha suerte en el amor. Descubrió su verdadera sexualidad a los 18 cuando se enamoró perdidamente de una chica. 

Su mundo cambió en aquel momento, pues se dio cuenta de quién era en realidad y de que se había pasado toda su adolescencia disparando a un blanco que no era el suyo, ahora comprendía perfectamente esa sensación que le acompañaba desde que era muy joven, la sensación de no encajar en el mundo que la rodeaba y que la sociedad lo consideraba como “normal”.
Era un Viernes por la tarde, Daniela salía del gimnasio dirección a casa, iba absorta en sus pensamientos, distraída con la música de su ipad. Tenía la costumbre de ponerse la música a todo volumen e imaginar un mundo paralelo en el cual ella era la protagonista de una historia de amor de las que salen en las películas, era una soñadora sin límites, algo que en algunos momentos le había pasado factura.
Una tarde calurosa, una calle llena de gente transitada por cientos de personas, el ruido ensordecedor de los coches tocando el claxon y un paso de cebra, el paso de cebra que le conducía a su casa y el mismo que le cambiaría la vida para siempre.
Se disponía a cruzar cuando en ese mismo momento un coche se quedó a menos de un centímetro de su cuerpo, apenas la rozo, pero Daniela se sintió como si todo su cuerpo perdiera el control y las piernas le fallaran, se quedó helada, ni siquiera pudo decir una sola palabra. El ritmo de la vida no cesó, nadie reparo en ella ni en lo sucedido, pero de repente, Daniela alzó la vista para toparse con la de una joven chica de pelo moreno y unos ojos verde esmeralda que helaron el corazón de Dani y que hicieron que se paralizara el tiempo. La joven del coche estaba aterrorizada, su cara de espanto lo decía todo. Bajó del coche rápidamente para ver como se encontraba la joven a la que había estado a punto de atropellar y cuando sus ojos se encontraron, esta vez sin coche de por medio ambas sintieron ese escalofrío y esa sensación de no poder apartar la vista la una de la otra.
Chica: -¿Te encuentras bien? ¿Te ha sucedido algo? Lo siento muchísimo de verdad, me distraje un momento y casi te mato, de verdad que lo siento, ¿necesitas que te lleve al médico para que te revise?
Daniela : -No te preocupes, estoy bien, pero deberías ir con más cuidado, una no se puede distraer mientras estas al volante. ¡Joder que casi me matas!
Chica: (Con lágrimas en los ojos) Lo siento de verdad, no se cómo me he podido distraer de esta manera, créeme que lo siento.
Daniela: -Si bueno, lo que digas. Mira estoy bien, por suerte no ha sucedido nada, así que no te preocupes, pero ándate con cuidado, no puedes ir por la vida de esta manera. Me tengo que ir. Adiós
La chica se quedó paralizada  ante la reacción de aquella desconocida.  De repente salió de su ensimismamiento por el sonido de un claxon que le exigía que retirase el coche. La joven se dirigió hacia el interior del automóvil sin dejar de mirar aquella chica que seguía su camino. Al llegar a casa, Daniela se encaminó hacia  su cuarto y se desplomó sobre la cama. Con la cara enterrada en la almohada no dejaba de pensar en lo sucedido, en cómo había sido todo lo que acababa de suceder, pero sobre todo, en la joven de ojos verdes que le hizo sentir la misma sensación que dos años atrás cuando conoció a la chica de la cual se enamoro. No sabía por qué ni de dónde provenía esa sensación, pero sintió que la mirada de aquella chica la había atrapado desde el momento en que sus miradas se cruzaron.
“Joder Daniela, deja de imaginarte cosas, ya estas como siempre, sacando cosas de donde no las hay, pero ¿realmente no hay nada? ¿por qué tengo la sensación de que ella ha sentido lo mismo que yo? Quizás solo sea el hecho de que llevo mucho tiempo sola y ansío encontrar a alguien que llene ese hueco en mi vida”.
Después de un rato haciéndose miles de preguntas y de analizar la situación una y otra vez, Dani se dispuso a tomar una ducha y así alejar las miles de preguntas que le golpeaban la cabeza, aunque era obvio que de aquella mirada no se podría olvidar.

Había pasado una semana desde el incidente con aquella desconocida y aunque Daniela propuso olvidarse del tema, le resultaba imposible no pensar en ella. Esa misma tarde había quedado con su amiga para tomar unas cervezas y así de paso distraerse. Como siempre, Daniela llego puntual al bar, se sentó en la barra y pidió una cerveza. 

Cinco minutos, diez, era raro, pues su amiga no solía llegar tarde. Dani empezó a rebuscar dentro de su bolso para coger el móvil. Al levantar la cabeza para retirarse un mechón de pelo de la cara, Dani se quedó paralizada e inmóvil como una roca al encontrarse con los increíbles ojos verde esmeralda de aquella desconocida, tanta fue su impresión que el móvil le resbalo de las manos para estrellarse contra el suelo. Rápidamente se agacho a coger todas las piezas del móvil, pues sentía un gran calor en las mejillas, lo que le hizo suponer que debía de estar roja como un tomate y eso le causaba mucha vergüenza.
Chica: Si quieres que tu móvil funciones necesitas algo importante, toma la batería, vino a parar justo a mis pies. Por cierto soy Adriana, y si no me equivoco tu debes de ser la chica del Viernes pasado ¿no?
Daniela: Mmm..Emmm… (Ya estaba comenzando a tartamudear, síntoma que tenía cada vez que se ponía nerviosa) Si, soy yo, la misma a la que casi atropellas la semana pasada. Un placer Adriana.
Ambas se quedaron unos segundos en silencio mirándose fijamente hasta que Adriana por fin comenzó hablar.
Adriana: ¿Y estas sola, o esperas a alguien? Porque una chica tan guapa como tu no debería de estar sola.
Daniela: Pues si, espero a alguien aunque ya va con bastante retraso. Por cierto, gracias por el cumplido.
Adriana: No es un cumplido, solo se apreciar las cosas hermosas que tengo ante mis ojos.
Daniela: Oh, gra-gracias -dijo Dani algo sonrojada. - ¿Y tu, esperas a alguien o bebes sola por placer? Mira que una chica con esos increíbles ojazos no debería de estar sola.
“Por dios Daniela, eres una descarada, ¿qué es lo que demonios te esta pasando? Ve con calma” se decía para sí Dani intentando auto convencerse, aunque lo cierto es que no podía, esa chica le rompía todos los esquemas.
Adriana: ¡Vaya! Gracias por el cumplido - dijo con una sonrisa arrebatadora que a Dani le nublo el juicio.
Daniela: No es un cumplido, solo se apreciar las cosas hermosas que tengo antes mis ojos.
Ambas se sumieron en un silencio que valía mas que mil palabras, la tensión entre ellas era evidente y ambas lo sentían. Justo en ese mismo momento apareció a la espalda de Adriana una despampanante rubia que beso con dulzura la mejilla de esta, haciendo que Dani bajara de las nubes.
Adriana: ¡Ey Lucía, no me había dado cuenta de que estabas aquí!
Lucia: Ya veo, estabas demasiado concentrada en otras cosas jaja
Adriana presentó a ambas chicas. La verdad es que Daniela se hubiera tirado todo el día con Adriana hablando, se sentía realmente cómoda, pero la presencia de aquella chica le puso realmente celosa e incómoda por lo que decidió irse.
Daniela: Me tengo que ir ya. Ha sido un placer conocerte Lucía
Adriana: ¿Te volveré a ver?
Daniela: Nunca se sabe.
De camino a casa miles de preguntas agolpaban la cabeza de Dani, ¿quién era esa chica? ¿sería su novia? ¿habría sentido Adriana la misma sensación que ella? Lo que estaba claro es que desde que la había conocido algo en ella había cambiado, volvieron a resurgir emociones ya olvidadas con tanta fuerza que le asustaban terriblemente, pues no era una situación fácil, solo conocía su nombre, nada mas, ¿la volvería a ver? Dani, no creía para nada en el destino, pero esta vez mas que nunca quería confiar en el y en que la vida le diera la oportunidad de volver a juntarlas.
Decidió contarle todo lo que estaba sucediendo a su amiga Marisa, pues necesitaba desahogarse con alguien y que le dieran consejo y Marisa sin duda era una de las mejores haciendo esto.
Marisa: Si el destino es que estéis juntas, da tiempo al tiempo cariño, tarde o temprano terminareis encontrándoos. Solo ten paciencia.



Era Sábado por la noche, Daniela había quedado con Marisa para ir de fiesta al local de ambiente que solían frecuentar, y aunque Dani no estaba para muchas fiestas, pensó que sería una buena manera para dejar de pensar en Adriana aunque solo fuese por unas horas.

Una vez en el bar, decidieron ir a por unas copas y a bailar y de repente la vio, allí estaba ella aun mas guapa si cabe que la última vez.
Daniela: ¡Marisa, es ella, es ella!
Marisa: ¿De que demonios hablas, quién esta aquí?
Daniela: De Adriana, la chica de la que te hable. Esta justo allí.
Marisa: ¡Joder Dani, si que tienes buen ojo, esta buenísima!
Daniela: ¡Deja de babear Mar!
Marisa: Esta bien, no te preocupes, es toda tuya jaja. ¡Pero venga!, ¿a qué esperas? ¡Ve hacia ella!
Daniela: ¡No, no puedo! Ya sabes que cuando me pongo nerviosa doy un espectáculo y no quiero ni avergonzarla a ella ni a mi.
Marisa: No digas gilipolleces Dani, o vas tu o te llevo a empujones. Además estas preciosa, nadie podría resistirse a ti, habría que ser muy imbécil.
Daniela finalmente se armó de valor y se dirigió hacia Adriana y aunque apenas les separaban 5 metros, fueron los mas largos de su vida. 5 metros que le robaron la ilusión cuando vio que por la espalda de Adriana se acercaba la misma chica que conoció en el bar y la cogía de las caderas para comenzar un baile tan próximo y sensual que apenas el aire corría entre ambas.
Las ilusiones de Daniela se desvanecieron . Con un gran sentimiento de tristeza y frustración Dani se dirigió a la barra en busca de alguna bebida que le hiera borrar de su cabeza la imagen que acababa de presenciar.
Después de un largo rato en la barra y cansada de que la camarera no le parase de tirar los trastos, Dani estaba a punto de marcharse, cuando escucho una voz que hizo que se le erizara el bello.
Adriana: ¿Cómo puede ser que una chica tan guapa este bebiendo sola? No debería de estar permitido.
Daniela se giró lentamente hasta encontrarse con esos ojos y esa sonrisa que le cortaban la respiración.
Daniela: Mmm…yo..eh…
Adriana: ¿Mmm, te encuentras bien Dani?
Daniela: Si, cla.. claro, es solo que no esperaba verte por aquí, nada mas.
Adriana: Lo cierto es que hace apenas unas semanas que me acabo de mudar aquí y es la primera vez que vengo, aunque sabiendo que sueles estar por aquí debería de venir mas a menudo - dijo Adriana con voz sugerente.
Daniela: ¡Pues este sitio esta genial! - “joder Dani ¿no se te ocurría nada mejor que decir? Se decía para sí misma.
Ambas se quedaron mirándose fijamente, como queriendo decir miles de cosas pero sin pronunciar palabra, de repente el teléfono de Adriana sonó sacando de sus sueños a ambas chicas. Adriana se dirigió hacia fuera del local y vio como detrás de ella, salía la chica a la que cada minuto que pasaba odiaba mas.
Daniela se volvió para pedir una copa y al segundo tenía a su lado a una chica que les estaba ofreciendo invitarla a lo que estuviese tomando y así de paso intentar avanzar con ella. La situación cada vez se estaba poniendo más tensa e incómoda para Dani, no sabía como salir de aquella situación, pero por arte de magia Adriana apareció tras las espalda de la chica.
Adriana. ¿Todo bien cariño?
Chica: ¿Y quien es esta’?
Daniela: Pues…mmm…es
Adriana: Soy su novia, así que deja de ligar con mi chica, ¿lo entiendes?
Chica: Ya claro, esta es la típica excusa que uno pone cuando se quiere quitar a alguien de encima ¿no?
Las miradas de Daniela y Adriana se cruzaron, y en ese mismo momento Adriana se adelantó para coger de la cintura a Daniela y atraerla hacia ella para fundirse en un apasionado beso.
El aroma de su cuerpo, la suavidad de sus caricias, la ternura y pasión de aquel beso, la sensación de sus lenguas entrelazadas… si no hubiera sido porque Adriana la tenía bien sujeta, Dani se hubiera desplomado al suelo. Adriana al notar la manera en la que el cuerpo de Dani temblaba se aparto escasos centímetros para comprobar que estaba bien, pero antes de que Adri pudiese decir nada, Dani se adelanto y la beso nuevamente. El beso apenas duró unos segundos y cuando Dani se aparto salió corriendo del bar dejando a Adriana allí plantada.



El despertador sonó temprano, avisando a Daniela de que tenía que ir a trabajar. Trabajaba como profesora de natación, algo que le apasionaba. Antes de trabajar, tenía como costumbre ir al gimnasio, le parecía una buena manera para quitarse todo el estrés de encima y así de paso estar cuidada. Se dispuso a correr durante un rato, pero poco duro, pues al ver a Adriana mirándola fijamente desde el otro lado del gimnasio, perdió el equilibrio y cayó de espaldas al suelo. Adriana al ver esta imagen salió corriendo hacia ella.
Adriana. ¿Dani, estas bien, te has hecho daño?
Daniela: Mmm, si, estoy bien, solo me duele un poco la espalda.
Adriana: Déjame que te ayude. Con cuidado.
Adriana tomó con cuidado a Dani de la cintura y esta la rodeó con sus brazos el cuello. Estaba claro que el contacto con esta chica le nublaba los sentidos. “Dios mío, pero que bien huele, es que es incluso hasta más preciosa aún de cerca” se decía Dani.
Adriana: Debes relajarte más Dani, te has metido un buen golpe. Ya veo que puedes llegar a ser muy patosa, - dijo Adri con una sonrisa burlona.
Daniela: ¡Oh, muchas gracias por reírte de mi!
Adriana: No me río de ti, jamás haría algo así, es más, me parece adorable.

Daniela: ¿Te parece adorable que sea una patosa? ¡Pues vaya gusto más raro!, - dijo Dani con cara de falsa indignación.
Adriana: Me parece adorable lo patosa que puedes llegar a ser, lo roja que te pones cuando te miro a los ojos, lo nerviosa que te pones cuando estas cerca de mí, la manera en la que tiemblas cuando te rozo. Si, me parece adorable, es más, es algo que me encanta.
Daniela se quedó totalmente fuera de juego, escuchar esas palabras por parte ella, aumentaban el deseo que sentía de hacerla suya, pero a la vez, estaba demasiado confusa. “¿Si tiene novia, como es posible que este coqueteando conmigo de esta manera? ¡Es una desvergonzada y yo otra por seguirle el juego! Estas bien jodida Dani, te has enamorado de alguien con quien no tienes la mas mínima posibilidad y encima para colmo tiene novia, pero si no te vas de aquí vas a perder el poco juicio que te queda y te vas a terminar abalanzando sobre ella” pensaba Dani mientras no le quitaba la vista de encima a Adriana.
Adriana se ofreció voluntaria para darle un masaje a Dani, pues esta se quejaba de que le dolía bastante la espalda, pero Dani se negó, solo el imaginarse el contacto de las manos de Adriana sobre su cuerpo le hacía estremecerse de placer, así que se negó e intento cambiar de tema.
Daniela: Parece ser que te has convertido en mi ángel de la guarda, siempre estas cuando más lo necesito. Muchas gracias, por cierto ¿vienes mucho por aquí?
Adriana: No me las des, es lo mínimo que puedo hacer por ti y se que tu, también harías lo mismo por mi, - dijo mordiéndose el labio inferior y acercándose aún más a Dani. - Y si, vengo mucho por aquí, desde hace un par de días soy la monitora del gimnasio, ¿y tú?
Daniela: Soy la profesora de natación.
Adriana: ¿Te das cuenta de que el destino se empeña en juntarnos Dani? Son demasiadas casualidades como para no querer decir nada, aunque tú te empeñes siempre en salir corriendo.
Daniela: ¿Crees en el destino?
Adriana: Creo en lo que estoy viviendo.
Daniela: Por cierto, quería pedirte disculpas por salir corriendo ayer del bar de esa manera, no tenía que haber reaccionado así. Lo siento.
Adriana: Yo también lo siento, la verdad es que estaba muy a gusto. Pero te pido disculpas si te molestó el beso.
Daniela: ¡No, no has de disculparte! El beso me encanto, pero creo que hacerlo delante de tu novia me pareció una falta de respeto y no supe como reaccionar. Ahora me tengo que ir.
Daniela salió corriendo nuevamente, quería disipar todas sus dudas, pero lo cierto, es que tampoco daba oportunidad a que Adri se explicase, ya no sabía que pensar, no sabía si Adriana era un desvergonzada por intentar algo con ella aún teniendo novia o ella se había vuelto una paranoica, lo cierto es que esta situación se le estaba  yendo de las manos.



El día transcurrió demasiado lento para ambas chicas, a Dani le agolpaban miles de preguntas y por su parte Adriana no dejaba de pensar en que tenía que hacerle saber a Dani que realmente ella no tenía pareja, pues la idea de perderla por este motivo la volvía loca.

Al finalizar el turno de trabajo, Adriana se dirigió rumbo a la piscina en busca de Daniela para aclarar toda la situación.
Dani estaba recogiendo el material de trabajo cuando noto que unos brazos rodeaban su cintura.
Adriana: ¿Crees que iba a dejarte escapar nuevamente después de que me dijeras que te encantó nuestro beso? ¡Estas loca si piensas que te voy a dejar escapar!
Daniela no podía dar crédito a lo que estaba escuchando, el poco juicio que le quedaba lo estaba perdiendo al sentir el cuerpo de Adriana tan cerca, sus pulsaciones se empezaron acelerar, pero antes de perder el control y hacerla suya allí mismo se giro bruscamente para intentar zanjar todo este juego que le parecía perverso y endiabladamente tentador.
Daniela: ¿Qué diablos quieres de mi?
Adriana: Lo mismo que tú de mí, desde el primer día que nos conocimos, ¿por qué te niegas ante lo evidente?
Daniela: ¿Qué por qué me niego? ¡Porque estas jugando conmigo! ¡Porque intentas seducirme aún teniendo novia! ¿Te parece poco?
Adriana: ¡Estas equivocada Dani, si dejaras de salir corriendo y me dejaras explicarme lo entenderías todo!
Daniela: Creo que esta todo muy claro y tú solo intentas confundirme, soy solo un juego para tí.
Daniela se deshizo de los brazos de Adriana e intentó salir de allí, pero antes de que pudiera dar un paso y decir una sola palabra, Adriana la beso, los brazos de esta la tenían agarrada de tal manera que aunque Dani intentó deshacerse de ellos no había manera.
Adriana: Esta vez no vas a salir corriendo y vas a dejar que me explique.
Daniela: Déjame que me vaya por favor, esto no esta bien.
Adriana: La chica que viste en el bar no es mi novia, es una buena amiga de la infancia. No tengo pareja y no la podría tener porque la única persona en la que puedo pensar es en tí, solo tu ocupas mis pensamientos, desde aquel día que te conocí no he podido dejar de pensar en ti y se que tu siente lo mismo, lo puedo notar, lo veo en tus ojos.
Daniela se quedó paralizada ante esta confesión, no podía dar crédito a lo que estaba sucediendo.
Adriana: Esta es la verdad Dani, jamás te mentiría. Esta noche paso a recogerte a las 8.
Antes de que Dani pudiese decir una sola palabra, Adri desapareció de su vista, dejándola con miles de cosas que quería decirle.
Ni en sus mejores sueños, Dani habría imaginado una situación así. Es cierto que desde el día en que la conoció había soñado cientos de veces con ella, y con hacerla suya, pero nunca se imaginó que Adriana sintiese lo mismo por ella.
Eran las 7:30 y Dani estaba como loca por encontrarse con Adriana, esta vez ni los nervios ni nada le impedirían confesarle lo que sentía.
Llegaron las 8 y Dani estaba esperando con ansia la llegada de Adriana, al verla aparecer una sonrisa le ilumino la cara. Se dirigió en su busca.
Adriana: Sabría que vendrías, - dijo con una gran sonrisa y dándola un dulce beso en los labios.
Daniela: ¿Estas siempre tan segura de ti misma?
Adriana: Tú me aportas esta seguridad.
Daniela: Me alegra saberlo. Muy bien y ¿a dónde vamos?
Adriana: Te voy a llevar a un lugar que te va a encantar.
Tras el viaje en coche llegaron a una playa, la verdad es que el sitio era realmente bonito. Era una playita pequeña de arena blanca con varias palmeras distribuidas a lo largo de playa. A lo lejos, divisó una casa de madera.
Adriana: ¡Voila! Ya hemos llegado, este es el lugar al que quería traerte. Suelo venir cuando quiero escaparme del mundo que me rodea, cuando necesito estar sola. Pero quería compartirlo contigo, así que prepárate para pasar un fin de semana de ensueño.
Llegaron a la casita y Adriana sacó de su bolso unas llaves. Dani estaba totalmente alucinada con la situación y mucho más al ver que el interior estaba repleto de velas y una cena suculenta que les esperaba en la mesa.
Daniela: Eres una caja de sorpresas, pero ¿cuándo has organizado todo esto?
Adriana: Le conté a mi amiga Lucia todo lo que nos había estado sucediendo y le hable acerca de mis sentimientos  por tí y ella fue quien se encargo de organizar todo esto para que ambas pudiéramos disfrutarlo.
Daniela: ¡Vaya, es increíble!
Adriana: No hay nada más increíble que tu preciosa.
Adriana se acercó hasta Dani para cogerla suavemente por la cintura, la proximidad entre ellas era tanta que era imposible que pasara una pizca de aire entre ellas dos. Al sentir rozar la lengua de Adri sobre sus labios, Dani se estremeció de sobremanera, el pulso se le comenzó acelerar y su excitación iba en aumento.
Daniela: Me vuelves loca Adri, he querido hacerte mía desde el día en que te conocí. He soñado cada noche con ello.
Daniela comenzó a recorrer el cuello de Adriana con dulces besos intercalados con pequeños mordisquitos que hacían gemir de placer a Adri.
Adriana: Jamás te dejaré escapar Dani.
Daniela: Ni quiero que lo hagas.
Adri comenzó a desabrochar lentamente la camisa de Dani para dejar al descubierto unos senos realmente bellos, que comenzó a besar con especial esmero. La excitación de Dani era imparable, ya no había retorno, solo quería dejarse llevar. Empezó a desvestir a Adriana y a recorrer todo su cuerpo con besos y caricias, ambas gemían de placer. Los gemidos de Dani se intensificaron cuando Adriana llego hasta su sexo para hacerla suya. Los gemidos de ambas solo eran callados cuando se fundían en besos interminables, con cada beso se entregaban aun mas y mas. Pasaron la noche haciendo el amor con esa pasión arrolladora hasta caer rendidas.
A la mañana siguiente cuando Dani despertó se vio con los ojos verde esmeralda que le habían robado el corazón desde el primer día que la vio. No podía sentirse más feliz, estaba en un sueño del que no quería despertar.
Daniela: Llevabas razón en algo ¿sabes? Me enamoré de esos ojos verde esmeralda que han vuelto a dar sentido a mi vida. Te amo Adriana.
Adriana: Yo también te amo mi vida.
Han pasado 2 años desde que Adriana y Daniela están juntas y al día de hoy Daniela sigue temblando cada vez que la siente cerca, sigue perdiéndose en esos ojos verde esmeralda.





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3 comentarios:

  1. Hermosa historia deberias hacer mas como estas la ame.....

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  2. Totalmente de acuerdo deberias hacer mas como estaa porrr faaa muy buena besotes ARGENTINA

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  3. Totalmente de acuerdo deberias hacer mas como estaa porrr faaa muy buena besotes ARGENTINA

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