Habían terminado de rodar la escena, estaba muy
contenta de cómo les había quedado, aunque era fácil, era una escena preciosa,
en la que se intuía por donde iban a ir los personajes. Sentada fuera del set
sonreía mientras esperaba a que Lucy saliera del camerino para irse juntas a
ver una película y luego lo que surgiera como había dicho su chica un rato
antes con una sonrisa picarona. Estaba tan metida en sus pensamientos que no
escuchó la vibración de su móvil hasta un buen rato después, al mirar la
pantalla se extrañó, era Lucy.
Kasia: - ¿Lucy?
Lucy: - Hola Kasia, menos mal que te encuentro.
Kasia: - Como no me vas a encontrar si hemos
quedado aquí en la salida –no entendía nada.
Lucy: - Oye mira que no podré ir a la cena con los
demás…
Kasia: - ¿Qué cena? – ahora si que no entendía
nada.
Lucy: - Dile a Selina y a Rocco que lo siento, es
que han venido mis padres de sorpresa y me voy con ellos a cenar.
Kasia: - ¿Tus padres? Genial tengo ganas de conocer
a tu padre, ¿por qué no les dices que vayamos a cenar todos juntos? – parecía
no darse cuenta de la situación de Lucy en ese momento.
Lucy: - Imposible Kasia, pero nos vemos mañana si
eso.
Kasia: - Ah… bueno… nos vemos mañana.
Lucy: - Adiós – su voz sonaba fría y distante.
Kasia: - Te quie… - no pudo terminar la frase
porque Lucy ya había colgado – ro… joder con los padres.
Dennis: -¿Qué padres?
Kasia: - ¿Qué? Ah… nada tonterías… ¿qué haces aun
aquí?
Dennis: -Me han plantado… - algo triste – ¿y tú?
Kasia: - Pues me han plantado también… ¿nos vamos
por ahí los dos solitos?
Dennis: -Perfect! Han abierto un Tailandés nuevo
que dicen que es la bomba!
Kasia: - ¿Tailandés? – poniendo cara de asquito.
Dennis: -Si cielo, te va a encantar créeme – la
cogió del brazo y se fueron solos.
Lucy salió por si la veía, sus padres se habían
parado a hablar con el director, su madre como siempre haciendo relaciones
públicas pensó, buscó a Kasia con la mirada y la vio alejarse riendo con
alguien, Dennis pensó, su rostro se tornó triste, le habría gustado poderle
decir adiós en condiciones y explicarle su comportamiento.
Escuchó a su madre llamarla y se dio la vuelta, que
pesadilla pensó, no soportaba esas visitas de sorpresa de sus padres, sobretodo
¿por qué solían ir acompañadas de un “has visto a Peter últimamente?” y no lo
soportaba, para su madre era el yerno perfecto aunque no supiera mantener la
bragueta cerrada dos noches seguidas “cosas de hombres decía”.
Lucy: - Estoy aquí madre.
Madre de Lucy: Ah perfecto, ¿nos vamos a cenar?
Lucy: - Claro, ¿dónde queréis ir?
MdLucy: - pues hay un nuevo Tailandés que me han
dicho que es muy bueno, tu padre ha reservado esta tarde.
Lucy: - Pues vamos.
Salieron rumbo al restaurante, pararon un taxi y se
subieron en él en silencio. Lucy nunca se había sentido cercana a su madre, no
es que no la quisiera, era su madre, pero no era como con su padre, no la había
abrazado nunca, ni la había ayudado con los deberes, ni siquiera la había
reñido nunca, se limitaba a mirarla con desaprobación y a decirle que debía
buscar a un buen marido. Si ella supiera que en realidad había encontrado a una
buena mujer, de la que estaba completamente enamorada y con la que esperaba
pasar todo el tiempo que le fuera posible, le daría un” jamacuco”, no pudo
evitar sonreír al pensarlo, pero luego empezó a pensar en las consecuencias. Se
podía imaginar la reacción de su madre, sus palabras e incluso sus gestos, no
seria algo agradable y para nada lo iba a aprobar, ¿cómo iba hacerlo? ¿Y su
padre? ¿Cómo reaccionaria su padre? Seguramente le diría que la quería y que lo
importante era ser feliz, ¿pero y si no? ¿y si veía en él la mirada de
decepción que siempre sentía con su madre? Eso si no lo podría soportar, no de
su padre. No se dio cuenta de que habían llegado al restaurante hasta que su
padre le dio un toque en el brazo.
PdLucy: - cariño, ya llegamos.
Lucy: - Ah… vale.
PdLucy: - ¿Dónde estabas? No has dicho ni “mu” en
el taxi.
Lucy: - En ningún lado, pensando en el rodaje de
mañana.
PdLucy: - Bueno pues ahora olvídate un rato que
vamos a cenar.
Lucy: - Tienes razón – sonrió y bajó del taxi.
Al salir del coche se dio cuenta de que su madre
hablaba con alguien, se fijo bien y le vinieron unas ganas de matarla
irrefrenables.
MdLucy: - Cariño, ¿has visto con quien me he
encontrado?
Lucy: - Si, hola Peter.
Peter: Hola Lu…
Entraron en el restaurante que le había dicho
Dennis, seguía sin estar convencida, pero él la había convencido. Se estaban
riendo por algo cuando al fondo en una mesa vio a Lucy con los que debían ser
sus padres y alguien más.
Dennis: -Mira Kas, ¿no es esa Lucy? – dijo mirando
hacia donde estaban sentados.
Kasia: - Sí, eso parece. – no se podía creer que no
le hubiera dicho que iba a ir con él.
Dennis: -Vamos acercarnos.
Kasia: - No, mejor que no. – yendo hacia el otro
lado, pero Dennis ni la había oído porque ya estaba andando hacia la mesa de
Lucy.
Dennis: -¿Lucy?
Lucy: - ¡Dennis! – sorprendida de verlo – qué haces
aquí?
Dennis: -Pues he venido con Kasia a cenar, los dos
estábamos solos hoy.
Lucy: - ¿Con… con Kasia? – miró por todo el restaurante
y la vio, al fondo traspasándola con la mirada, había visto a Peter y sabía lo
que estaba pensando.
MdLucy: - ¿Cariño no nos vas a presentar? – dijo la
madre mirando hacia Dennis.
Lucy: - Perdón madre, este es Dennis un compañero
de trabajo.
MdLucy: - ¡Ah! Vaya encantado de conocer a un
compañero de mi Lucy, soy Julie.
Dennis: -Encantado – dándole la mano.
Dennis: -No quería interrumpirlos, veo que están a
punto de cenar. Mejor me voy con…
PdLucy: - ¿Por qué no os sentáis con nosotros?
MdLucy: - Cariño, deben tener planes… - lanzando
una mirada de desaprobación a su marido por la invitación.
Dennis: -Bueno en realidad no tenemos mesa así que…
PdLucy: - Pues perfecto, veniros aquí con nosotros.
Dennis: -¡Gracias! – Haciéndole gestos a Kasia que
se acercó con cara de no entender – Kasia que nos sentamos con ellos.
Kasia: - Hola… - sin atreverse a mirar a Lucy.
MdLucy: - ¿Tú eres Kasia? – tendiéndole la mano –
Lucy nos ha hablado mucho de ti.
PdLucy: - La verdad es que últimamente parece que
no hable de nada más. – riéndose y provocando una leve sonrisa de Kasia mirando
a Lucy que se sonrojó.
Lucy: - Siéntate aquí – ofreciéndole sitio a su
lado.
Kasia: - Gracias.
MdLucy: - Mujer, pero vais a estar muy estrechos,
les pediremos otra mesa.
Lucy: - Estaremos bien.
MdLucy: - Como quieras… ¿Kasia conoces a Peter?
Kasia: - Ehm… no lo creo.
MdLucy: - Peter es el novio de Lucy. – Kasia no
pudo evitar sentir un pinchazo en el corazón al oír esas palabras. – ¿verdad
cielo?
Lucy: - Mamá… ya te he dicho que…
MdLucy: - ¿Qué? – mirándola con reprobación.
Lucy: - Que nos hemos tomado un tiempo… - bajando
la mirada ante la sorpresa de Kasia.
MdLucy: - ¡Tonterías! Estáis hechos el uno para el
otro...
Lucy: - Mama por favor… - inconscientemente miró a
Kasia que estaba con los ojos fijos en el plato.
MdLucy: - Qué pasa cariño, solo digo la verdad,
Peter y tú lleváis media vida juntos y hacéis una magnífica pareja.
En su cabeza solo podía escuchar las palabras de
Lucy “nos hemos tomado un tiempo” ¿que significaba eso? ¿Que seguían juntos? ¿Que
quería volver con él? Lucy ya no hablaba, se limitaba a dejar a su madre alabar
al chico, ese silencio la estaba matando, ¿por qué no le gritaba que estaba
enamorada de ella? ¿Por qué no callaba a su madre con la verdad? Ya no podía
más, su corazón se iba rompiendo segundo a segundo y ella solo sentía la
necesidad de salir de allí, de alejarse de la mesa y de todos, sobretodo de
Lucy. Se puso de pie con los puños apretados con rabia, forzándose para no
gritar, miró a Lucy con los ojos llenos de dolor y de resentimiento por ese
silencio, luego miró a la madre, como alguien podía ser así? Se apartó de la
mesa y disculpándose se fue al baño donde empezó a llorar de impotencia y por
todo ese dolor causado.
Lucy se quedó en la mesa viéndola como se alejaba y
sintiendo que algo se rompía en su interior, había visto la cara de Kasia
mientras su madre no dejaba de decir sandeces sobre ella y Peter, como si
supiera algo de sus sentimientos, pero no lo sabía, no lo sabía porque ella no
le había dicho nada, no solo eso sino que con su silencio había dado a entender
que su madre tenía razón. Que idiota había sido, y que tarde lo había
entendido, debía ir con ella y abrazarla, decirle que la amaba a ella y que
sentía su cobardía, no podía perderla, no ahora que la había encontrado. Su
madre seguía en su mundo hablando maravillas de Peter y entonces Lucy estalló.
Lucy: - ¡Mamá! ¿Por qué no dejas de hablar de una
vez? – dijo poniéndose de pie.
PdLucy: - Lucy no le hables así a tu madre.
Lucy: - Si, le habló así porque no se entera, Peter
y yo no nos vamos a casar, no estamos juntos, me engañó con Mónica y se
terminó! Así que porque no me dejas en paz!
MdLucy: - Pero cariño…
Lucy: - Déjame – marchándose de la mesa.
PdLucy: - ¿Dónde vas?
Lucy: - ¡Dónde debería estar hace rato! – yendo
hacia el baño.
Lucy: - ¿Kasia? – abriendo la puerta del baño –
Kasia, perdóname por favor. Sé que lo he hecho mal, debí callar a mi madre y
decirle la verdad, pero estaba asustada, no me esperaba encontrarme a Peter y
menos aun encontrarte a ti en el mismo restaurante.
Kasia: - Claro, te chafó los planes encontrarme, ¿verdad?
– dijo saliendo del baño.
Lucy: - Yo no he dicho eso, simplemente no he
sabido cómo actuar, perdóname por favor – intentando abrazarla, pero Kasia se
apartó.
Kasia: - No Lucy, no.
Lucy: - ¿Qué te pasa? – no entendía su reacción, se
había disculpado.
Kasia: - Yo entiendo que tienes miedo, pero yo
también y no podría soportar una nueva decepción, ya he estado aquí antes, sé
como es y cómo termina. Me he intentado engañar a mi misma por lo que siento
por ti, pero es inútil, al final la realidad es la que es.
Las palabras de Kasia habían sido como puñaladas,
no entendía que quería decir, decepción? Ella solo había cometido un error,
pero quería arreglarlo, la amaba y no quería esconderse, pero necesitaba
tiempo.
Lucy: - ¿Qué intentas decirme? – acercándose a
ella.
Kasia: - Intento ser sincera con mis sentimientos –
sujetando su mano – te quiero, pero duele demasiado.
Lucy: - Cariño, solo te pido un poco de tiempo, no
hagas esto por favor – empezando a llorar.
Kasia se estaba muriendo por dentro, claro que no
quería eso, pero tampoco quería sufrir como lo había hecho en el pasado y no
podía permitirse eso, se había jurado no volver allí y era momento de
cumplirlo, por mucho que le doliera.
Kasia: - Sabes tan bien como yo que es lo mejor,
nos estábamos engañando pensando que podría funcionar, ahora son tus padres con
Peter, luego tus amigos, todo tu mundo cree que eres hetero…
Lucy: - ¿Qué más da eso? Todo mi mundo eres tú –
abrazándola – por favor, no abandones esta relación ahora, nos merecemos la
oportunidad de ser felices juntas, te quiero.
Kasia: - Eso lo dices ahora, pero luego cuando
empiecen los problemas acabaras cediendo y me quedaré sola llorando por ti en
casa durante meses, mientras tú vuelves a tu mundo donde te sientes segura. Y
no podría soportarlo. – zafándose de su abrazo.
Lucy: - Eso no lo puedes saber.
Kasia: - Sí que puedo, es mejor que me vaya – yendo
a la puerta.
Lucy: - No Kasia… - cogiéndola de la mano.
Kasia: - Déjame Lucy, es lo mejor y lo sabes –
soltándose de su mano y saliendo del baño sin mirar atrás.
Salió por la puerta en dirección a la salida, le
daba igual no llevar su abrigo, no quería volver a esa mesa, solo salir de
allí. El dolor en su corazón era insoportable, pero que más podía hacer? Se
subió a un taxi, debía alejarse lo más rápido posible o no iba a tener fuerzas
para irse, le indicó al taxista donde ir y se hundió en el asiento, le pareció
oír que la llamaba, pero no se atrevió a mirar, simplemente debía dejarla ir.
Se dejó caer al suelo mientras veía como se cerraba
la puerta y se rompía su corazón, las lágrimas seguían cayendo por su rostro
mientras su mirada se perdía más allá de ese baño. Empezó a recordar la primera
vez que se vieron, su sonrisa, su piel al hacer el amor, sus besos por la
espalda, su maravilloso día patinando. Debía ir a por ella, luchar por ella,
esto no podía terminar así, no cuando se amaban como lo hacían. Se puso en pie
y salió como alma que lleva el diablo hasta la puerta del restaurante, la buscó
y la vio subirse a un taxi.
Lucy: - ¡¡¡KasiaAA!! – la llamó pero ya era tarde
el taxi se alejó llevándose la mitad de su alma.
Montada en el taxi solo quería que diera la vuelta
y poder corregir ese gran error que sabía había cometido, pero no lo hizo, sacó
su móvil y llamó a la única persona que la podía ayudar en ese momento.
Kasia: - ¿Ana?
Ana: - ¿Kasia eres tú?
Kasia: - Sí… ¿estas ocupada? Es que… - empezando a
llorar – necesito compañía ahora mismo…
Ana: - Salgo ahora mismo, te veo en tu casa en 10
minutos.
Kasia: - Gracias.
Sabía que Ana no la iba a fallar, era su hermana,
la única con la que siempre había podido contar, aunque no fueran hermanas de
sangre, llevaban juntas más de lo que ninguna podía recordar. Todo había
empezado cuando con doce años sus padres se trasladaron por enésima vez, fueron
a vivir a Potsdam, nuevo colegio, nuevos amigos, nueva vida. Kasia empezaba a
llevarlo bastante mal, en dos años tres colegios era demasiado, así que cuando
llegaron a la nueva casa sin decir nada cogió su bolsa y se encerró en su
cuarto. Al día siguiente su padre la llevó al nuevo colegio, había estado sin
hablarles desde que habían salido de Studgard y pensaba seguir así cuando
tiempo pudiera aguantar, aunque a sus padres parecía no importarles mucho, lo
que aun la ponía más furiosa.
PdKasia: - Bueno, aquí estamos, ¿se ve bonito desde
fuera no? – Mirando a su hija – en fin, pasa un buen día – intentando darle un
beso en la mejilla pero Kasia se apartó y salió del coche.
Como cada vez que entraba nueva al colegio sentía
las miradas de todos encima, como la analizaban y estudiaban, lo odiaba. Se
metió en clase, intentando pasar desapercibida, dejando pasar las horas y
sobretodo no hablando con nadie. A la hora de la comida vino la parte mas dura,
sentarse sola a comer, eso si la hacía parecer un bicho raro, ¿pero que iba
hacer? Se puso en una mesa de una esquina que parecía estar vacía y empezó a
comer la comida que su madre le había preparado. A los pocos minutos una chica
morena y algo más alta que ella se puso delante con una enorme sonrisa.
Ana: - ¿Tú eres la chica nueva verdad?
Kasia: - Ehem… si… - volviendo a su comida.
Ana: - Soy Ana – alargando su mano – delegada del
curso y la encargada de acoger a los nuevos alumnos del colegio.
Kasia: - Encantada, yo soy Kasia – dándole un
rápido apretón para volver a comer.
Ana: - Bueno Kasia cuéntame cosas de ti…
Y empezó todo, Kasia no se mudó en varios años, y
Ana pasó a ser su mejor amiga, la persona en la que más confiaba. Por muchos
años que hubieran pasado se veían como hermanas, se apoyaban como hermanas y se
querían como hermanas.
El taxi paró delante de la casa de Kasia, esta le
pagó y se bajó, sentada en el portal estaba Ana con una bolsa de deporte, una
bolsa de plástico con algo dentro y una sonrisa.
Kasia: - Ana… - no pudo decir nada más, empezó a
llorar desconsolada mientras su amiga la abrazaba.
Ana: Shhh… no te preocupes cariño, vamos a casa que
he traído provisiones ¿y me lo cuentas vale?
Se metieron en casa, mientras en la otra acera unos
ojos lloraban llenos de dolor por lo que creían, habían visto.
Kasia y Ana entraron en su piso y se sentaron en el
sofá, seguía llorando, sin poder apenas hablar, mientras su amiga la abrazaba y
esperaba a que se calmase. Y cuando eso pasó cayó en un profundo sueño, tanto
llanto la había dejado agotada. Cuando al día siguiente abrió los ojos se dio
cuenta que estaba dormida en el sofá con la ropa del día anterior, y sentada
frente a ella con una sonrisa y una enorme taza de café caliente Ana.
Ana: Buenos días.
Kasia: - Buenos días… - sentándose en el sofá – ¿he
dormido aquí?
Ana: - Te quedaste profundamente dormida y pensé
que era mejor dejarte descansar y así hoy podríamos hablar de lo que ha pasado
– ofreciéndole la taza de café – pero primero gasolina…
Kasia: - Gracias.
Ana: - Bueno, ¿me lo cuentas?- sentándose a su lado.
Kasia: - Pues… ¿recuerdas que te conté que había
conocido a alguien? – jugando nerviosa con la taza – pues ayer rompí con ella.
Ana: - ¿Y eso? Si me dijiste que era perfecta, que
estabas completamente loca por ella… ¿que pasó?
Kasia: - Ayer salí con Dennis y me la encontré
cenando con sus padres, una situación incomoda, también estaba el ex novio al
que su madre adora, aunque no sabe todo lo que le ha hecho a Lu… a ella – no
queriendo decir su nombre.
Ana: - Madre… - negando con la cabeza.
Kasia: - Si, pero es que deberías haber visto como
la controla, y me di cuenta de que ella no podría afrontar contarle lo nuestro.
Ana: - Ya veo, así que decidiste por las dos, ¿no?
Kasia: - Si, bueno no… no sé Ana, como le puedo
pedir que haga un sacrificio así? Que pase por el sufrimiento de verse
rechazada por sus padres? No es como conmigo, yo tuve suerte, pero es que su
madre no lo iba a entender y yo la quiero demasiado como para obligarla a algo
así. – empezando a llorar de nuevo.
Ana: - Kasia, ¿pero esa decisión no crees que
debería tomarla ella?
Kasia: - Pues… - empezando a dudar de su decisión.
Ana: - Cielo ¿y si la llamas y lo arreglas? –
sabiendo lo que estaba pensando.
Kasia: - ¿Tú crees? – Limpiándose las lágrimas –
pero no quiero que sufra Ana…
Ana: - Ya está sufriendo cariño – abrazándola – y
aun estás a tiempo de arreglarlo.
Kasia se quedó pensativa, a lo mejor Ana tenía
razón, ¿pero como le podía pedir un sacrificio así? Además ¿y si después de
todo luego no salía bien? Tanta lucha por nada, no podía permitir que Lucy
sufriera así, había tomado la decisión correcta.
Kasia: - Será peor si la llamo – mirando a su amiga
– tomé la decisión correcta Ana, es lo mejor para ella.
Ana: - Como quieras Kas, ya sabes que yo estoy aquí
para apoyarte, además como tengo a Jim y a los niños con mi madre me puedo
quedar contigo dos semanas.
Kasia: - ¿Si? – sonriendo.
Ana: - ¡Claro!
Kasia: - ¡¡Gracias Ana, eres la mejor!! – Abrazándola
– ¡¡te quiero!!
Ana: - ¡¡Y yo cariño y yo!!
Se pasaron el fin de semana en casa encerradas,
tenían mucho de lo que hablar, y aunque en ningún momento salió el nombre de
Lucy, Ana sabía perfectamente que la persona de la que estaba enamorada era
ella, lo supo desde que la nombró por primera vez, como hablaba de ella, como
la metía en todas las conversaciones y sobretodo como la miraba en la pantalla,
otras personas podrían pensar que actuaba bien, pero ella la conocía y sabia
que aunque era una magnífica actriz esos ojos no mentían cuando estaba enamorada.
Casi sin darse cuenta llegó el lunes y de nuevo la
rutina, Kasia no tenían ningunas ganas de ir sobretodo porque hoy tocaba el
primer beso, ese pico fugaz que Jenny debía darle como respuesta a su pregunta
“cuál es tu problema conmigo?” como iba a soportar eso? Sus labios, sus ojos,
su piel. Solo de pensarlo se le erizaba la piel, se sentía nerviosa como si
fuera su primer día de rodaje. Pero debía ir, ante todo era una profesional,
así que escondió sus sentimientos y se fue al set.
Entró por la puerta, sentía una presión en el pecho
que no era normal, su corazón iba desbocado y como loco, cada pasillo que
cruzaba sentía miedo de encontrársela, pero no la vio, así que se fue a ver a
Dennis, necesitaba ver a un amigo.
Kasia: - ¿Hola se puede?
Dennis: -Es un país libre así que haz lo que
quieras – sonó tremendamente borde cosa rara en él.
Kasia: - ¿Estas bien? – entrando y sentándose en la
silla.
Dennis: -Claro, ¿porque no iba a estarlo? ¿Y tú? Tú
estás genial veo… - le hablaba con tono tremendamente seco.
Kasia: - ¿Qué te pasa Dennis? ¿A qué viene este
tono? – poniéndose de pie.
Dennis: -¿Y aún tienes que preguntarlo? Lucy me lo
contó todo, ¿cómo le has podido hacer algo así?
Kasia: - Bueno no sé qué te ha contado, pero… -
intentando explicarse – pero lo hice por ella…
Dennis: -Ah! ¿Así que por ella? ¡Pero como puedes
tener tanta poca vergüenza!
Kasia: - ¿Poca vergüenza? ¿Pero de que me hablas?
Dennis: -¡Sabes perfectamente de lo que te hablo!
Kasia: - Lo hemos dejado, pero no porque no la ame,
sino porque no le puedo pedir que lo sacrifique todo por mí.
Dennis: -Ah… así que la amas… ya y por eso nada más
dejarlo metes a una chica en casa, ¿no?
Kasia: - Una.. ¿Te refieres a Ana? – tremendamente
sorprendida.
Dennis: -¡Como se llame! Lucy te vio con ella, en
el portal de casa, ¡lo acababas de dejar y ya tenías repuesto!
Kasia: - ¡Qué repuesto y que leches! – alzando la
voz enfadada – no tengo que darte explicaciones ni a ti ni a nadie! ¡Pero Ana
es mi mejor amiga, mi hermana, nos conocemos desde hace mil años y se vino para
ayudarme a superar el mal momento!
Dennis: -Pero… - sentándose en la silla – ¿así no
estás con ella?
Kasia: - ¡Claro que no! – Tremendamente enfadada – ¡y
si me conocieras sabrías que jamás le haría algo así a Lucy!
Dennis: -Kas yo… - arrepentido – lo siento es que
Lucy me lo contó y estaba tan destrozada…
Kasia: - Así que ella te lo contó – seguía muy
enfadada – ¡te dijo que yo la estaba engañando, como pudo pensar algo así!
Dennis: -Bueno es comprensible.
Kasia: - No Dennis! – Abriendo la puerta del
camerino – no lo es y que ella piense eso me da a entender lo poco que me
conoce realmente. – saliendo del camerino con un enorme cabreo.
Dennis: -Vaya creo que la he hecho buena. –
cogiendo su móvil – Lucy contesta… contesta… ¡mierda el buzón! Lucy que lo que
viste el viernes no es lo que crees, he hablado con Kasia y me lo ha explicado,
está muy enfadada por lo que pensamos que era y no era y creo que va hacia tu
camerino si oyes esto… ¡mierda se cortó! ¡Y yo ahora tengo que ir a rodar! ¡¡Mierda!!
Kasia iba por el pasillo sacando fuego por los
ojos, estaba realmente muy enfadada, ¿cómo podía Lucy creer que ella le haría
algo así? Si tanto la hubiera querido habría confiado en ella, pero no, ella
prefirió creer que la dejaba por otra, ella que se había sacrificado para que
pudiera tener una vida feliz y sin problemas con su familia y ahora sentía que
todo había sido un engaño. Lucy quería experimentar algo nuevo, meterse mas en
el papel de Jenny, fuera lo que fuese no era amor, ahora estaba segura. La
única que se había enamorado era ella y de nuevo la habían traicionado, jamás
volvería a confiar en nadie, jamás permitiría que nadie entrara en su corazón.
Llegó a la puerta del camerino y sin llamar abrió la puerta.
Kasia: - ¿Cómo has podido pensar que te engañaría
con otra? – cerrando la puerta detrás suyo.
Lucy: - Kas lo siento – colgando su móvil donde
había escuchado el mensaje de Dennis.
Kasia: - ¡No lo sientas! ¡Ahora lo entiendo todo!
Lucy: - ¿De qué hablas? – asustada de verla tan
enfadada.
Kasia: - ¡Pues de nosotras! ¿Todo fue un juego para
ti verdad? – llorando de rabia – ¡si me hubieras amado no habrías pensado jamás
que podría engañarte!
Lucy: - ¿Pero qué dices? – Agarrando su cara con
las manos – no hay nadie a quien ame más que a ti – llorando también.
Kasia: - No mientas – separándose – pero ya no
importa por qué se terminó y jamás volveremos a tener nada, a partir de ahora
rodaremos lo que tengamos que rodar y luego cada una por su lado, no quiero
saber nada mas de ti fuera de las escenas con Jenny. – su tono sonó
tremendamente duro y su mirada era gélida.
Lucy: - Pero Kasia…
Abrió la puerta y se fue, cuando estuvo en el
pasillo corrió hacia su camerino, necesitaba estar a solas, se sentía la
persona mas desgraciada del mundo. Mientras Lucy tuvo que sentarse en el sofá
para no caer al suelo, empezó a llorar desconsoladamente y siguió así durante
mucho rato, hasta que sintió que alguien la abrazaba, cuando miró se dio cuenta
de que era Dennis, se había sentado a su lado y la abrazó, Lucy respondió a ese
abrazo refugiándose en su pecho mientras seguía llorando.
Lucy: - La he perdido Dennis – casi sin poder
respirar – no me perdonará jamás.
Dennis: -Claro que lo hará – con voz suave – solo
tienes que demostrarle lo mucho que realmente la amas.
Lucy: - ¿Y cómo?
Dennis: -Ya pensaremos en algo. – limpiando su cara
– ¿y ahora vamos a rodar?
Lucy: - No sé si podré…
Dennis: -Claro que podrás, eres una profesional,
además… piensa que mientras ruedas tienes un cachito de Kasia y quien sabe a lo
mejor poco a poco la vas recuperando entera.
Lucy: - Es verdad – sonriendo – además hoy toca el
primer beso.
Dennis: -¿Ves? Esa es la actitud! – Levantándose – ¡¡vamos!!
Director: - ¡¡Venga todos a sus puestos!! Kasia tú
estás abriendo la taquilla y Lucy tu vienes por detrás para hablar con ella. ¿Vale?
Las dos asintieron, estaban cada una a un lado del
set escuchando al director dar las indicaciones, no se miraban, no hablaban entre
ellas y parecía que ninguna estaba cómoda con la situación lo que no pasó
desapercibido para nadie. Ese día Petra había bajado al rodaje, era el primer
beso y quería ver como se desarrollaba la escena, algunas veces lo hacía,
cuando era una escena compleja o con mucho sentimiento, bajaba a ver qué tal lo
hacían los actores y si no le convencía convertida en realidad daba
indicaciones al director para mejorarla. No tenía nada que ver con el trabajo
de los actores, no era una manera de criticarlos o ponerlos en entredicho, todo
lo contrario, intentaba adaptar la situación que ella había escrito a lo que
luego veía. Estaba al lado de la cámara observando en silencio cuando el
director gritó acción para empezar. La escena se fue desarrollando con normalidad,
aunque ellas parecían distantes, frías, incluso ausentes en algunos momentos
sobretodo
Kasia.
Jenny: - ¡Pero es que tú eres un caso especial… - estaba diciendo el guión pero la replicas de
Kasia eran tan frías que se estaba sintiendo realmente incomoda.
Emma: - ¿Especial? Pero… - se le fue la frase estaba
tan enfadada aun, tan incómoda y tan dolida.
Director: -¡¡Corten!! ¿Kasia que te pasa?
Kasia: - Perdón, se me olvidó la frase – respirando
hondo – ya está lo siento.
Director: - Venga desde arriba… ¡¡ACCIÓN!!
Jenny: - Pero es que tú… tú eres un caso especial…
Emma: - ¿Especial? Pero… - cerró un instante los ojos sabía en que terminaba
la escena y no sabía cómo lidiar con sus sentimientos. – ¡Pero
cual es tú MALDITO problema conmigo!!
Director: - ¡¡CORTEN!! ¡¡Kasia no te inventes el
guión por favor!!
Kasia: - Perdón… - se estaba poniendo nerviosa.
Petra: - No pasa nada Gus, me gusta más como lo ha
dicho, Kasia cielo está bien.
Kasia: - Vale… - se dio la vuelta para empezar de
nuevo y para intentar serenarse estaba realmente nerviosa, nunca se había
sentido asi en un rodaje, era donde se sentía más comoda, pero en ese momento
en lo único que pensaba era en salir huyendo.
Director: - Venga una vez más, Lucy empezando
después de la frase de Emma ¿ok?
Lucy: - Si.
Director: - ¡¡ ACCIÓN!!
Emma: - ¿¿Cual es tú MALDITO problema conmigo??
Había llegado el momento, Lucy debía acercarse a
ella y besarla, pero se quedó petrificada, sentía que sus pies pesaban más que
le cemento. Nunca antes había sentido eso, miedo, pánico más bien. Después de
las palabras de Kasia en su camerino y de ver ahora su forma de mirarla, no se
atrevía ni a intentarlo. Cerró los ojos intentando encontrar la fuerza
necesaria, por su mente pasaron imágenes de Kasia sonriendo, cuando la veía
sonreír todo era mejor, más sencillo, más bonito, pero ahora no lo hacía, ahora
simplemente la miraba llena de ira y eso le rompía el corazón en millones de
pedazos. Como iba a darle ese beso? No podía, no podía sentir los labios de
Kasia en los suyos y que esos fueran como dos trozos de hielo, se iba a morir
si no la sentía como antes. Seguía ahí parada, sin moverse, Kasia la miraba
esperando, se había quedado completamente en blanco. Entonces sintió una mano
en su hombro, la miró para luego recorrer el brazo con los ojos hasta llegar a
la cara de la propietaria de esa mano cálida y reconfortante.
Petra: ¿Lucy, estas bien? – se había puesto a su
lado y la miraba algo preocupada.
Lucy: - ¿Qué? Ah… sí perdona… - tocándose el vestido,
nerviosa.
Petra: ¿Chicas que os pasa?
Kasia/Lucy:- Nada – las dos hablaron a la vez.
Petra: Pues no lo parece, venid conmigo, creo que
debemos hablar las tres. – se miraron nerviosas, todo el mundo estaba pendiente
de ellas y las miraban algo extrañados, solían ser las que siempre ¿rodaban a
la primera las escenas, qué les estaba pasando? – vamos.
Las dos siguieron a Petra por el pasillo hasta su
despacho, donde entraron en silencio, iban cabizbajas, nerviosas, Petra se
había dado cuenta de que parecían estar tristes, se veía en sus ojos que algo
había cambiado entre ellas. Desde que las había presentado aquella mañana supo
que iban a llevarse bien, se fijó en más de una ocasión como se comportaban
juntas, como se miraban cuando la otra no miraba, lo supo antes que ellas, pero
nunca quiso meterse ni decir nada, pero ahora debía hacerlo. Se sentó en su
silla y les indicó que se sentaran, no había dicho nada aun, las miraba seria y
pensativa buscando las palabras adecuadas.
Petra: - Bueno, me gustaría saber qué está pasando,
pero creo que aunque lo preguntase ninguna me lo diría así que simplemente os
voy a pedir un favor. Solucionadlo, hablad entre vosotras y arreglad lo que sea
que pasa, sino lo hacéis no podremos seguir con el rodaje. Kasia, has estado
ausente en la mayor parte de la escena, sin mostrar sentimiento alguno, Emma es
ante todo puro sentimiento, sea de miedo, de alegría, de amor o de tristeza y
necesito que eso vuelva, necesito que Emma sea lo que debe ser.
Eres una magnífica actriz, que sin ni siquiera
hablar dejas sin palabras a muchos, pero hoy no ha sido así. Por favor,
céntrate en eso, en los sentimientos de Emma y no en los tuyos, conecta con el
personaje como lo has hecho siempre, de acuerdo? – todo lo que estaba diciendo
lo decía de modo pausado y tranquilo, no era una bronca, era un consejo
maternal – Lucy, cuando te ofrecieron el papel estabas radiando de felicidad,
era un reto y eso te gustó, desde el primer día has demostrado por qué te dimos
a ti el papel, nos has demostrado que eres una gran actriz y una gran persona,
sé que a veces hay situación que se hacen muy difíciles, pero debemos
sobreponernos y permitir que salgan esos sentimientos que los guionistas hemos
puesto en el papel. Hoy no has estado a la altura, sé que por motivos que
desconozco y que serán muy importantes para ti, pero necesito que los dejes de
lado un rato y seas Jenny, pasional, segura de sí misma en apariencia y
completamente enamorada de Emma. Deja que veamos todo eso en esta escena que es
tan importante, ese beso, esas palabras, todo eso es lo que marcaran el futuro
de los dos personajes. Crees que podrás hacerlo?
Lucy: - Sí Petra, creo que sí.
Petra: ¿Y tú Kasia?
Kasia: - Sí… lo intentaré.
Petra: Entonces por favor, tomaros unos minutos,
hablad y luego venís a rodar como sé podéis hacerlo. Os dejo solas – se levanto
y salió del despacho.
Se quedaron en silencio, no se miraban, las dos
sabían que Petra tenía razón y que debían arreglarlo para poder verse todos los
días y trabajar juntas. Kasia se puso de pie, estaba nerviosa, sabía que no era
la única, pero se adelantó y empezó a hablar.
Kasia: - Lo siento – esas palabras sorprendieron a
Lucy que la miró a los ojos por primera vez en todo el día.
Lucy: - Yo también lo siento – se puso de pie a su
lado.
Kasia: - Siento los gritos y la pelea Lucy – bajó
la mirada al suelo – pero creo que lo mejor para las dos ahora mismo es que
seamos solamente amigas.
Lucy: - Amigas… - su voz sonó tremendamente triste
y tuvo que aguantarse las ganas de llorar – pero… ¿pero te quiero lo sabes
verdad?
Kasia: - Y yo a ti, pero ya has visto como nos
afecta en el trabajo, debemos ser conscientes de la realidad, por mucho que nos
queramos hay cosas que nos superan.
Lucy: - ¿A qué te refieres? – no la entendía, no
podía comprender por qué se empeñaba en separarse de ella.
Kasia: - Pues a que tener una relación complica las
cosas, hoy ni siquiera hemos podido rodar una escena sin que todos se dieran
cuenta que habíamos discutido. Además, no quiero que pierdas todo por estar
conmigo.
Lucy: - Pero… ¿pero es que no entiendes que no
tengo nada si no estoy contigo? – acercándose y dándole un beso.
Kasia: - No Lucy – apartándose – no podemos… tu
vida será mucho más fácil y la mía también.
Lucy: - Yo no quiero una vida fácil – empezando a
llorar.
Kasia: - Pero yo sí Lucy… - abrazándola.
Lucy se dejó abrazar, aferrándose al que sabía
sería su último contacto real con Kasia, no quería dejarla ir, pero tampoco la
podía obligar a quedarse. No entendía sus motivos, para Lucy el amor no era
algo a lo que renunciar por ser difícil o doloroso, el amor era lo que llegaba
sin avisar, de la persona que menos te esperarías, para Lucy amar no
significaba dolor, sino entrega total y absoluta, no conocía otra forma de amar
a alguien. Por eso ahora dejaba que Kasia se apartase de ella, porque si la
obligaba la perdería para siempre. Las lágrimas seguían cayendo por sus
mejillas, que ahora se encontraban ocultas en el cuello de su amada, podía
notar su aroma, el olor de esa piel que tantas veces había estado pegada a la
suya y que ahora se alejaba sin fecha de regreso. Debían separarse física y
emocionalmente, se quedaron mirando, Kasia también lloraba, aun pensando que
esa era la mejor solución, no podía evitar sentir como se le rompía algo en su
interior. Se dieron un último beso, las dos tenían la necesidad de sentir por
última vez los labios de la otra, ambas querían profundizarlo, quitarse la ropa
y hacer el amor allí mismo, pero no lo hicieron, se separaron y salieron en
silencio del despacho. Fueron a sus camerinos, debían retocar su maquillaje y
hacer todo lo posible para que no se notase que habían llorado. Luego se
dirigieron al set, era hora de rodar la escena y esta vez lo harían bien.
El rodaje fue perfecto, las dos volvieron a tener
la química de siempre, aunque fuese fingida, no hizo falta repetir nada, en una
sola toma lograron hacer lo que antes no había salido. Sentada al lado del
director Petra las observaba en silencio y con una sonrisa, se alegraba que lo
hubieran arreglado, por la serie, pero sobretodo por ellas que se merecían ser
felices.
Al terminar la escena, Lucy se fue a su camerino,
necesitaba estar sola un rato, aunque hubieran podido rodar bien juntas ella
seguía con el corazón roto. Prefería tener a Kasia de amiga que no tenerla de
ningún modo, pero la amaba con toda su alma, y la amistad era una pobre
recompensa.
Kasia se quedó para hablar con Petra, quería darle
las gracias por todo, la encontró visionando lo que habían grabado y comentándolo
con el director.
Petra: - Pues a mí la toma de Kasia me gusta,
déjala así y luego la montas con la última que han rodado, tiene mucha más
fuerza.
Director: - Estoy de acuerdo contigo… - girándose
al sentirse observado – vaya hablando del diablo… ¿querías algo?
Kasia: - Pues me gustaría hablar con Petra, si
tiene un minuto.
Petra: - Por supuesto cielo – mirando al director –
en fin ya me lo enseñas luego – yéndose con Kasia fuera – dime.
Kasia: - Quería darte las gracias Petra, Lucy y yo
no hemos pasado nuestros mejores días y necesitábamos que alguien nos hablase
como lo has hecho – sentándose en una silla del pasillo – supongo que te
imaginas de lo que hablo, no?
Petra: - Ya te dije antes que lo que pase entre
vosotras, es cosa de las dos.
Kasia: - Ya no pasa nada… - mirando al suelo –
pasó, pero ya no pasa.
Petra: - Vaya, lo siento… - poniendo su mano en el
hombro de Kasia – ¿estas bien?
Kasia: - Pues… no... – empezando a llorar.
Petra: - Shhh – abrazándola – ¿oye que te parece si
salimos de aquí? Te invito a comer.
Kasia: - Gracias – limpiándose la cara – creo que
me sentará bien hablar con alguien.
Petra: - Lo sé – sonriendo – venga vamos.
Se fueron a comer a un restaurante cerca del sitio
donde rodaban, un sitio tranquilo, en el que pudieron hablar sin prisas. Nunca
antes había tenido con Petra una conversación de más de 10 minutos, así que le
sorprendió gratamente lo cómoda que se sintió con ella. Le contó todo lo que
había pasado con Lucy, como primero fueron amigas, para luego enamorarse, como
iniciaron la relación, los problemas, el miedo de Lucy de que se supiera todo,
el miedo de Kasia de que Lucy no pudiera nunca afrontar ese miedo. Como se
había sentido el día de la cena con los padres de ella, donde entendió que nunca
dejaría de tener miedo a afrontar lo que sentían, por eso se había alejado
antes de que el dolor fuera mayor. Petra escuchaba en silencio, dejó que lo
soltara todo y cuando pareció que había terminado empezó a hablar.
Petra: - Entiendo tus miedos y el por qué de
dejarlo, ¿pero estas segura de que es la mejor solución? – comiendo un trozo de
tarta que habían pedido de postre.
Kasia: - Lo mejor es ser amigas, sí.
Petra: - Entonces esfuérzate para que lo seáis,
date tiempo, puedes tomarte un par de días libres, creo que no habrá problemas
para la producción, así reflexionas y coges algo de perspectiva.
Kasia: - Ya… - jugando con la cucharita entre las
manos.
Petra: - Piensa en si es amistad lo que realmente
quieres, si son tus miedos o los suyos lo que te han llevado a tomar la
decisión.
Emma se quedó en silencio, a lo mejor tenía razón,
unos días sola para pensar le sentarían bien, necesitaba distancia, sentía que
habían pasado demasiadas cosas en pocos días. Por suerte sus padres tenían una
casita a las afueras de Berlín, una especie de refugio romántico.
Pagaron la cuenta y se fueron, Kasia recogió sus
cosas y se marchó a su casa, por el camino llamó a su madre y le pidió la llave
del refugio, no quiso darle detalles, solo le dijo que había sido un poco
estresante el trabajo y que necesitaba dos días para pensar a solas. Su madre
no quiso hacer más preguntas, conocía perfectamente a su hija, sabía que le
ocultaba la verdad, pero también que solo se la contaría cuando ella quisiera.
Una vez concretado con su madre que pasaría por la mañana se fue a su casa a
hacer la mochila.
Había llegado a su casa temprano, normalmente eso
le gustaba porque así le daba tiempo a cambiarse y estar lista para ir con
Kasia algún lado, o simplemente esperar a que viniera a su casa, estar juntas
toda la noche hablando, viendo una película o haciendo el amor. Pero hoy Kasia
no iba a venir, hoy por primera vez en meses se quedaría sola en casa, la idea
la hizo estremecer, como iba a soportarlo todos los días? No se imaginaba un
solo minuto del día sin ella, sin su sonrisa, sus besos, sus ojos o sus
caricias. Nada en la vida tenía ahora sentido, ni siquiera cantar, que era lo
que más le gustaba, al día siguiente le tocaba cantar al piano la canción de
“be mine” y no le apetecía.
Se sentó en el sofá, acurrucada entre los cojines,
como un animal enfermo, las lágrimas brotaban sin freno por sus ojos, dejando
caminos de sal por sus mejillas, sentía su corazón roto en el pecho, sus
latidos eran inconstantes, a veces fuertes, a veces débiles. Cuando latía
fuerte le venía a la mente algún momento vivido con ella, el patinaje, la pista
de hielo, los ensayos, la primera vez que la vio. Luego de nuevo oía las
palabras que por la mañana le había dicho “es mejor ser solo amigas” y su
corazón se paraba en seco, no quería ser su amiga, la amaba más de lo que la
palabra amor puede expresar, ella había sido su razón de vivir desde el mismo
momento en que se presentaron, aunque no lo supiera entonces. Y ahora la vida
se le antojaba vacía y oscura, sintió frío, ya no tenía su abrazo dándole
calor, estaba sola, inmensamente sola en su vida, como siempre. Cuando era
pequeña muchas veces se sentía sola, sus padres trabajaban mucho, aunque su
padre intentaba compensarla, pero no su madre, ella era fría y distante,
parecía como si nunca la hubiera querido. Sentía su rechazo, nunca se habían
abrazado, como mucho recibía una caricia forzada, pero cuando tienes 6 años y
te has peleado con tu mejor amiga no quieres que tu madre te de consejos o te diga
que así aprenderás a no confiar en la gente, quieres que te abrace y te diga
que todo va a ir bien. Una niña de 6 años necesita a su madre, como ahora la
necesitaba a ella. Seguía llorando desconsolada, abrazándose a un cojín,
mientras recordaba a Kasia.
Tardó mucho, muchísimo, pero al final cayó en un
sueño profundo fruto del agotamiento del llanto, era el único momento de paz
que podía experimentar.
“Estaba en la cama, desnuda, a su lado tenía un
cuerpo también sin ropa, le acariciaba la espalda con la yema de los dedos,
estaba ardiendo, sentía su cuerpo lleno del deseo más puro y más fuerte que
jamás había experimentado. Lentamente su compañera de cama se fue dando la
vuelta, se miraron fijamente a los ojos, Lucy sonrió al ver sus ojos, se sentía
completamente feliz. Se besaron sin cruzar una sola palabra, para que hablar
cuando el cuerpo sabe qué quiere? Las manos se buscaban, se acariciaban creando
caminos nuevos en sus cuerpos, estaban completamente entregadas cuando algo
cambió. Las luces se apagaron, no veía nada, ni siquiera a su compañera de
cama, hacía frio, las sabanas habían desaparecido y sentía el viento en su
cuerpo desnudo, un viento gélido. Cuando se encendieron de nuevo las luces la
cama había desaparecido, estaba en medio de la habitación en ropa interior, y
en una esquina veía a Kasia, sonriéndole. Intentó gritarle, pero de su garganta
no salió ningún ruido, quiso acercarse pero sus pies estaban clavados en el
suelo. La tenía a unos pasos, pero no podía llegar a ella, luchaba, se agarraba
los pies para levantarlos, pero era inútil. Quiso rendirse, darse por vencida,
jamás podría mover sus pies y alcanzarla. Las lágrimas cayeron por su rostro,
impotencia y mucha ira, eso era lo que ahora sentía. Por última vez miró hacia
donde estaba para despedirse, sonreía, se veía radiante ajena a todo su
sufrimiento, ¿no se daba cuenta de todo el dolor que sentía? Con todas su
fuerzas tiró de su pie derecho y logró liberase, entonces hizo lo mismo con el
izquierdo, cuando se vio libre corrió y la abrazó. Ya no sentía ira, ni rabia,
ni nada, solo quería hacerle entender cuanto la amaba, debía entender que por
encima de todo la amaba. El viento empezó a soplar nuevamente, un viento fuerte
que las obligó a separarse, una ráfaga levantó a Kasia del suelo, Lucy la
sujetó con su mano, tiraba de ella, pero el viento soplaba cada vez más fuerte
y al final no pudo sujetarla…”
Lucy despertó sobresaltada, su respiración era
agitada y las gotas de sudor resbalaban por su frente. Ni siquiera en sueños
podía ser feliz. Se incorporó, ya era de noche, el piso parecía una cueva
oscura y lúgubre, en la que no había sitio para la luz, no quería estar allí.
Se puso ropa cómoda, las deportivas y se fue a correr, debía hacer algo para no
pensar en ella constantemente. Estaba lloviendo fuera, pero le dio igual,
necesitaba salir huyendo de todo, de su piso, de sus recuerdos y de Kasia. Sus
pies golpeaban el suelo levantando el agua que se había acumulado en él, tenía
las piernas empapadas hasta las rodillas y su sudadera empezaba a calarse
también, respiraba con dificultad por el esfuerzo que estaba haciendo, las
huidas son siempre duras. Al girar la esquina de la siguiente calle se detuvo,
hasta ese momento no se había dado cuenta, pero había corrido en dirección a lo
que la estaba haciendo huir, estaba delante de casa de Kasia. Sintió que le
flojeaban las piernas, tuvo que sentarse en el portal, ¡malditos recuerdos! ¿No
pudo aguantarse las ganas de llorar, por qué le estaba pasando eso? Hacía una
semana todo era perfecto, tenía a la chica más maravillosa del mundo que la
amaba con locura, su trabajo estaba saliendo a las mil maravillas, empezaban a
tener fans de la pareja que aun no era pareja. Y ahora, ahora estaba sentada en
el portal de esa chica llorando su perdida. Se vio a ella misma, como si
hubiera salido de su cuerpo, y se dio cuenta de lo patética que era en ese
momento. La amaba eso no iba a cambiar de un día para otro, pero no se podía
dejar destruir por ese amor, debía hacer algo para estar bien. Debía olvidarse
de Kasia y empezar de nuevo, aunque viéndola todos los días le iba a ser
difícil. Llovía a mares y empezaba a tener frio, ahora si notaba el agua
corriendo por su cuerpo empapado, se puso en pie y se fue de allí, debía buscar
la manera de olvidarse de Kasia, costase lo que costase.
Kasia entró por la puerta del Set después de dos
días de ausencia, dos días en que no había podido dejar de pensar en Lucy, la
amaba, nada podría cambiarlo y ahora estaba segura de que no quería perderla.
Se había equivocado alejándola de su vida y ahora debía encontrar la manera de
recuperarla, debía ir a hablar con ella y decirle lo que realmente sentía. Se
encaminó a su camerino, y cuando estuvo delante de su puerta empezó a temblar,
tenía miedo, solo habían pasado dos días, ¿pero aún así ella se había alejado y
le había roto el corazón qué posibilidades tenía de que la perdonase? Cogió
todo el aire que sus pulmones le permitieron y llamó a la puerta, pero la voz
que contestó no era la de Lucy.
Selina: - Adelante.
Kasia: - Hola… - entró algo cortada – ¿dónde está
Lucy?
Selina: - Pues en el estudio de grabación, hoy le
tocaba grabar las canciones de esta semana.
Kasia: - Vaya… - no se acordaba.
Selina: - Se ha ido hace diez minutos a lo mejor
aun la alcanzas.
Kasia: - No da igual, luego tenemos un par de
escenas juntas la veré entonces.
Selina: - Vale – dándose la vuelta para seguir
estudiando el guión.
Kasia: - Hasta luego… - marchándose.
Se fue a su camerino, algo confusa, sí que era
cierto que solían grabar los jueves, pero normalmente Lucy la esperaba e iban
juntas, esa semana ella no tenía canciones, no de vocalista, así que le tocaba
ir el viernes. Se sentó en su silla con el guión en las manos, se sentía como
Emma ahora mismo, sabiendo que había metido la pata por dejar escapar a su
chica, pero muerta de miedo, debía arreglarlo. Estaba completamente sumida en
sus pensamientos cuando llamaron a su puerta, era Dennis, venia con dos cafés y
una sonrisa enorme.
Dennis: -Buenos días desaparecida – dijo sentándose
en el sofá.
Kasia: - Buenos días – cogiendo su café – gracias
lo necesito.
Dennis: -Lo sé. ¿Cómo estas?
Kasia: - Pues… mal Dennis, la he jodido con Lucy –
bajando la mirada – la he jodido de verdad.
Dennis: -Pues sí – apoyando la mano en su rodilla –
¡¡pero lo vas a solucionar, porque la quieres y ella te quiere y la vida es
maravillosa y el amor esta en el aire!!
Kasia: - Vaya, creo que no soy la única enamorada ¡eh!
– riéndose
Dennis: -Pues no, no lo eres… he conocido a
alguien.
Kasia: - ¡Oh Dios Mío! – Sentándose a su lado en el
sofá – cuéntamelo todo ahora mismo!!
Dennis: -Pues… - no sabía si era buena idea
contarle toda la historia.
Kasia: - ¡¡Habla Dennis que me tienes en ascuas!!
Dennis: -Vale, pero no saques conclusiones precipitadas,
¿vale?
Kasia: - Vale – no entendía a que venía eso.
Dennis: -El martes Lucy me llamó por la tarde y me
dijo si quería ir a tomar algo – Kasia cambió su rostro no esperaba que la
historia empezara así – evidentemente le dije que sí, la verdad es que parecía
estar triste y pensé que era buena idea salir y echarnos unas risas.
Kasia: - Ya…
Dennis: -Bueno, a ver… salimos por el Sherezade,
estaba bastante lleno, pero se podía bailar y eso hicimos, bailamos, bebimos un
poco y nos reímos mucho… luego pues se nos junto una pareja, él era guapísimo
así que le pedí a Lucy que le siguiéramos un poco el juego, bailamos los
cuatro, Lucy había bebido un poco de más – Kasia estaba sintiendo punzadas en
el estómago mientras Dennis hablaba – y bueno yo me fui con el chico, Tim, y la
dejé con la amiga bailando… - Kasia sabía que iba a venir a continuación –
cuando volvimos…
Kasia: - Se lio con ella, ¿verdad?
Dennis: -Todos hemos hecho tonterías cuando estamos
despechados Kas, lo sabes mejor que nadie – abrazándola – pero ella te quiere a
ti…
Kasia: - ¿Tú crees? – poniéndose en pie mirando al
espejo de su mesa.
Dennis: -Si Kasia, estoy convencido…
Kasia: - Ojalá yo pudiera estarlo.
Dennis: -¿Debes estarlo y sabes por qué?
Kasia: - ¿Por qué? – girándose y mirándolo con la
cara empapada de las lagrimas que seguían saliendo por sus ojos sin control.
Dennis: -Pues por qué la vuelta a su casa en el
taxi la hizo llorando, diciéndome lo mucho que te echaba de menos.
Kasia: - ¿Si? No te lo inventes para hacerme sentir
mejor…
Dennis: -Si hubiera querido que te sintieras bien
no te habría contado nada, sabes que nunca te mentiría y menos cuando del amor
de tu vida se trata – sonriendo – te quiero Kasia, te quiero más de lo que ella
misma entiende y por mucho que esté enfadada ahora mismo, ese amor sigue allí y
seguirá para siempre, pero debes arreglarlo y debes hacerlo ya!
Kasia: - ¡Sí! – Abrazándole – ¿pero cómo lo hago?
Dennis: -Bueno yo tengo un plan… a ver qué te
parece…
Cuando Dennis hubo terminado de explicarle su plan
la cara de Kasia era de absoluto asombro, como se le había podido ocurrir algo
así? Era brillante, pero descabellado.
Kasia: - ¿Pero en serio crees que puede funcionar?
Dennis: -¿Por qué no? Se trata de que hagas una
magnífica actuación y seguro que funciona!
Kasia: - No lo sé Dennis… - tumbándose en el sofá.
Dennis: -¿Qué puedes perder?
Kasia: - ¿A Lucy? – mirándole incrédula.
Dennis: -Eso ya lo has hecho, ahora debes
recuperarla.
Kasia: - Uf! – se tapó la cara con las manos
mientras daba vueltas al plan de su amigo.
Dennis: -¡Va si te mueres de ganas!! – haciéndole
cosquillas.
Kasia: - ¡Para! ¡¡Para!! – Riendo a carcajadas – ¡vale!
¡Lo haré! ¡¡Lo haré!!
Dennis: -Así me gusta – separándose – ¿vamos a
comer algo antes de rodar?
Kasia: - Venga vamos y así me cuentas más cosas de
tu nuevo novio!
Dennis: -Claro cariño ya sabes lo mucho que me
gusta hablar de mí – riéndose.
Lucy entró en el comedor y la vio en la mesa del
fondo con Dennis, se estaba riendo por algo que le había dicho él, estaba
preciosa, pensó, no podía dejar de mirarla. Instintivamente los ojos de Kasia
la buscaron al sentir su presencia, era como si el azul de los ojos de Lucy la
llamara y tenía que atender a ese deseo de verla. Cuando se encontraron ambas
se perdieron en un mar de sensaciones y deseos, el mundo se paraba cuando sus
miradas se encontraban en cualquier sitio, todo desaparecía a su alrededor y
solo estaban ellas dos abrazadas en la distancia. El corazón de Lucy empezó a
latir más rápido, solo con ese contacto bastaba para acelerar todo su cuerpo,
necesitaba tanto sentirla, pero no podía. Bajó la mirada azul al suelo, no
podía seguir haciendo eso, se había propuesto olvidarla. Dio media vuelta y se
marchó dejando los ojos de Kasia huérfanos en la sala llena de gente, ya no
escuchaba a Dennis, no estaba allí, su alma se había ido con Lucy al atravesar
la puerta.
Dennis: -¿Me oyes? – dándole un leve golpe en el
brazo.
Kasia: - ¿Qué? – volviendo a la realidad – perdona
no te he oído.
Dennis: -Te decía que debería irme a empezar la
primera fase de nuestro plan. – sonriendo.
Kasia: - ¿Podrías no gritar? Recuerda que nadie se
debe enterar de que…
Selina: - ¿De qué no nos podemos enterar? – se
escucho que decía Selina por detrás de Kasia.
Kasia: - De… de nada… cosas nuestras.
Selina: - ¿Qué tramáis? – sentándose al lado de
Kasia.
Kasia: - ¿Nosotros? – intentando disimular.
Dennis: -Vamos a conseguir que Kasia vuelva con
Lucy – hablando en voz baja.
Kasia: - Gracias Dennis…
Selina: - ¿Y cómo pensáis hacerlo? – inclinándose
encima de la mesa para hablar acercarse más a Dennis.
Dennis: -Pues tenemos un plan que no puede fallar –
Kasia negó con la cabeza mientras Dennis el contaba todo a Selina.
Selina: - Vaya… - mirando a Kasia – ¿y crees que
funcionará?
Kasia: - Ha sido idea de este idiota – suspirando –
la verdad es que no se si funcionará pero estoy dispuesta a hacer lo que sea.
Dennis: -¡Claro que sí! No puede fallar.
Selina: - ¿Y por qué simplemente no vas y hablas
con ella? Ahora está en su camerino, sola.
Kasia: - ¿Si? – poniéndose seria – pero y si no
quiere hablar?
Selina: - No lo sabrás si no lo intentas – tocando
su brazo con la mano dándole su apoyo – si no funciona siempre te quedan las
ideas locas de Dennis – sonriendo.
Dennis: -Oye! Que no es una idea loca! – mirando a
Kasia – pero a lo mejor si puedes intentar hablar con ella primero…
Kasia: - Si… - poniéndose en pie – deseadme suerte.
Denis/Selina: - ¡¡SUERTE!!
Se encaminó al camerino, había llegado el momento
de afrontar sus sentimientos, debía pedirle perdón, se había comportado como
una estúpida y ahora se daba cuenta de lo mucho que la amaba y de que sin ella
no podría vivir. Solo esperaba que le salieran las palabras cuando abriera la puerta,
porque no se le daba nada bien eso de afrontar sus sentimientos. Se paró
delante de la puerta donde, en papel, estaba escrito el nombre de ella, ahí
estaba y debía llamar. Levantó la mano, cerró el puño y…
La puerta se abrió en el preciso instante que iba a
llamar, se quedaron la una frente a la otra sin saber cómo reaccionar, Kasia
porque no se esperaba que saliera del camerino y Lucy porque como se iba a
imaginar que en su puerta estaría la persona a la que mas deseaba ver y con la
que menos ganas tenía de encontrarse. Pasaron segundo, aunque para ambas fue
una eternidad en al que sus cuerpos se atraían como si de imán se tratase. Con
un esfuerzo titánico Lucy dio un paso atrás, la justa distancia para que se
pudiera de nuevo levantar ese muro que le permitía soportar tenerla delante sin
lanzarse a sus brazos y hacerle el amor allí mismo.
Lucy: - ¿Qué haces aquí?
Kasia: - Te quiero
Lucy: - ¿Qué? – no entendía nada.
Kasia: - Te quiero y quiero que me perdones, que me
des esa segunda oportunidad que no merezco, que me dejes compensarte, porque
quiero compensarte, eres lo mejor que me ha pasado y te juro por mi vida que
dejarte ha sido el peor error que he cometido, pero quiero rectificar y si tu
quieres…
Lucy: - No… - no la dejó terminar – no puedes venir
ahora y decirme esto, no cuando hace dos días me rompiste el corazón en mil
pedazos diciendo todo lo contrario, no Kasia, no. – se dio la vuelta y se metió
en su camerino cerrándole la puerta.
Parpadeó como si al hacerlo todo lo que acababa de
suceder fuera a desaparecer, pero no lo hizo, seguía allí, parada frente a la
puerta de Lucy, la puerta que se había cerrado rompiendo su corazón en
partículas diminutas. La había perdido, había sido una estúpida y ahora ella le
había dicho que no. Una tímida lágrima resbaló por su mejilla, fue recorriendo
su rostro hasta precipitarse al vacío, el mismo vacío que ahora ella sentía.
De regreso a su camerino sentía que todo a su
alrededor iba demasiado rápido, necesitaba desaparecer. Se escondió en su camerino,
acurrucada en el sofá, agarrando un cojín y llorando amargamente, era el llanto
de alguien que sabe que lo ha perdido todo, el amor de su vida y su mejor
amiga, todo de una sola vez.
Lucy en su camerino no estaba mucho mejor, le acaba
de decir que no a la oportunidad de recuperar a Kasia y ahora se sentía la
persona más miserable del mundo, ¿cómo había podido ser tan orgullosa? ¿Tan
estúpida? ¿Tenía miedo, miedo de que le hiciera daño de nuevo, de que saliera
corriendo otra vez, pero y si no lo hacía? Aun con todas esas dudas, no dejó a
un lado el orgullo, aun con todo el amor que sentía permitió al orgullo
apoderarse de ella.
En los siguientes días sus encuentros fueron fríos
y muy distantes, habían aprendido la lección y en los rodajes hacían su mejor
interpretación, pero luego cada una iba por su lado, para nadie pasó
desapercibido que ni siquiera se hablaban cuando el director daba por
finalizada la escena.
Aún así a veces los ojos de Kasia se perdían en
Lucy, su cuerpo, su sonrisa, sus ojos azules como dos mares en calma, la amaba
y no podía dejar de hacerlo. Pero luego, al verse descubierta rápidamente
retiraba la mirada e intentaba disimular. Pero no era la única que espiaba
cuando no era vista, Lucy también la solía observar de lejos, cuando estaba con
Dennis y se reía, o cuando estaba en el pasillo repasando sus frases que antes
ensayaban juntas. La echaba de menos, solo era feliz cuando hacía de Jenny,
pero eran pocos minutos y luego volvía a su pose frio y distante, que se había
autoimpuesto. Y así llegaron al rodaje del primer beso, no un pico como el que
se habían dado hace un par de semanas, sino un beso, un intercambio de roces,
alientos y saliva que las estaba poniendo de los nervios a ambas.
Lucy iba arriba y abajo del camerino, hacia ver que
repasaba el guión, pero la verdad es que estaba a punto de sufrir un ataque de
nervios, Selina se la miraba divertida, sabía que lo que le pasaba era que se
moría por darle ese beso a Kasia, aunque a su vez sentía pánico a hacerlo.
Selina: - ¿Lucy vas a hacer un agujero en el suelo
eh? – dijo con una sonrisa.
Lucy: - ¿Qué?
Selina: - Nada… ¿qué te pasa? ¿Nunca te había visto
tan nerviosa, ni en tu primer día de rodaje, eh?
Lucy: - Ya… - no pudo evitar recordar ese primer
día en el que Kasia la miraba fuera de cámara, dándole todo su soporte, ahora
sentía que estaría sola, siempre sola sin ella. – es que no sé me muy bien el
guión.
Selina: - Ah vaya… ¿quieres que lo repasemos?
Lucy: - No, déjalo, además ya me toca ir para el
set.
Selina: - Pues vamos… - cogiéndola del brazo y
sonriendo – a rodar Jenny.
Por su parte Kasia estaba en el camerino con
Dennis, no se podía creer que tocara la escena del beso, estaba muerta de
miedo, pero también de ganas.
Kasia: - ¿Y si no quiere besarme? – parecía una
niña pequeña.
Dennis: -Cielo, es una profesional.
Kasia: - Sí… para ella solo será un beso fingido… -
bajando la mirada a sus pies.
Dennis: -No te lo crees ni tú – sonriendo – cuando
roces con tus labios los suyos seguro que no os podréis separar.
Kasia: - ¿Tú crees? – empezando a sonreír – me
muero de ganas
Dennis… la echo tanto de menos.
Dennis: -Lo sé cariño – abrazándola – pero confía
en mí, hoy será el día en que todo se arreglará.
No entendía el por qué de esa seguridad de su
amigo, pero le dio igual, solo quería besarla, sentirla y recuperar al amor de
su vida, a la única persona a la que quería con ella para siempre.
Dennis: -¡Vamos!
Kasia: - Sí… - estaba hecha un flan.
Cada una tomó su posición, Lucy se sentó ene l sofá
con la manta y Kasia se puso a su lado acurrucada, debía fingir estar
congelada. Selina y Dennis se miraron divertidos, sabían lo nerviosas que
estaban, pero también que ese beso sería el que abriría esa caja que ahora
estaba cerrada, recuperando el amor que ambas merecían tener.
Director: - BUENO TODOS EN SUS POSICIONES Y…
ACCION!
Jenny: - Pensaba que no tenías frio.
Emma tiritando: - Y no tengo.
Jenny ofreciéndole una parte de la manta: - Tápate
anda, que con tus dientes chirriando no se puede dormir.
Emma tapándose: - Gracias… Jenny…
Jenny: - ¿Si?
Emma: - ¿Duermes?
Jenny: - Eso intento, pero sino tiritas, hablas.
Emma: - Es que… hay algo que quiero decirte.
Jenny: - Ehem…
Emma: - Probablemente te suene raro o estúpido… -acercándose
y besándola-
Con el primer roce de sus labios, dejaron los
personajes a un lado, Kasia besaba a Lucy y Lucy besaba a Kasia, poniendo todas
sus ganas y ese amor reprimido durante días. Las manos de Lucy subieron por el
cuello de su amada, quemando la piel a su paso, hasta llegar a su cara y así
acercarla más a ella y profundizar ese beso. Kasia se iba inclinando encima de
Lucy, poniendo una de las manos en su cintura y buscando entrar debajo de su
ropa. Estaban completamente ausentes de todo lo demás, se besaban y deseaban,
hasta que de pronto las luces se encendieron haciéndolas volver a la realidad.
La primera en reaccionar fue Lucy, que con cara de pánico miró a su alrededor,
Dennis y Selina sonreían, los demás compañeros tenían cara de no entender qué
es lo que había pasado, y Kasia, ella estaba preciosa mirándola con una sonrisa
y las mejillas sonrojadas. Se puso en pie y aun asustada, se fue corriendo del
sitio, dejando a Kasia en el sofá…
Sentada
en el sofá seguía sin entender por qué Lucy había huido, Dennis le estaba
hablando, pero ella estaba sumida en los recuerdos aun.
Dennis:
- ¡Kasia!
Kasia:
- Lucy…
Dennis:
-¿Estás bien? – se estaba empezando a preocupar.
Kasia:
- ¿Qué? Sí… debo ir a por Lucy… - poniéndose en pie.
Dennis:
-Creo que no hace falta – sonriendo y apuntando con la cabeza hacia la puerta.
Kasia
se acercó a ella, tenía miedo de lo que le pudiera decir, sabía que ambas lo
habían sentido, que ambas seguían amándose como el primer día y ahora estaba
segura de que debía luchar por Lucy.
Kasia:
- ¿Estás bien?
Lucy:
- Sí – sonriendo – al fin estoy bien… - dándole la mano – que te parece si
volvemos a rodar la escena… - con el dedo pulgar acariciaba su mano lo que
producía en Kasia una maravillosa sensación de paz.
Kasia:
- Ehem… sí…
Lucy:
- Y luego – acercándose a su oído – podemos terminar la escena en tu piso...
Rodaron
todo lo rápido que pudieron, realmente sentían la necesidad de salir de allí lo
antes posible, así que cuando el director gritó corten, ni siquiera esperaron a
que encendieran las luces y salieron de allí corriendo.
Entraron
en casa entre risas y besos, se iban arrancando la ropa en cada paso que daban
hasta el dormitorio, para cuando llegaron a la cama ya solo les quedaba la ropa
interior que voló por los aires a la misma velocidad que cayeron besándose en
la cama.
Kasia
se puso encima de su amante y empezó a recorrer cada centímetro de su piel con
sus labios y su lengua, se entretuvo en sus pechos, esos montes perfectos que
tanto le gustaba saborear, con la lengua empezó a jugar con uno de los pezones,
a la vez que Lucy emitió un gemido de placer. Lo lamía, mordía y acariciaba,
mientras con la mano masajeaba el hermano gemelo, para luego lentamente
descender y empezar a rozar la humedad que, con sus besos y juegos, había
provocado Kasia en ella. Cuando Lucy notó la mano de Kasia en su sexo no pudo
evitar arquear un poco su cuerpo, la deseaba, la deseaba dentro de ella desde
hacia tanto tiempo que ahora no sabía si lo iba a soportar. Kasia trepó hasta
quedar frente a esos labios que tanto deseaba y los atrapó con su boca, la besó
pasionalmente, volcando en ese beso todo ese deseo que llevaba días
reprimiendo. Su mano seguía jugando con su sexo, Lucy se estaba volviendo loca,
y no quería que Kasia se quedara sin sentir lo que ella estaba sintiendo, por
eso fue bajando su mano por el cuerpo de porcelana de su amante hasta alcanzar
su sexo donde se sumergió en esa humedad que tenía en medio de sus piernas. Al
notar la mano de Lucy Kasia gimió mientras volvía de nuevo a atrapar los labios
de Lucy, con ganas de devorarlos. Se movían en sincronía, entre besos y
gemidos, sudando y sintiéndose hasta el fondo de su alma, las manos seguían con
su juego particular, volviendo loca a su contrincante, aumentando la velocidad
de sus dedos, masajeando el clítoris, penetrándose, haciendo todo solo para el
placer de su amante, sin pensar en ellas mismas, solo en la otra. Y así, con
ese juego de amor que tanto tiempo habían postergado, las dos, a la vez,
llegaron a ese magnífico orgasmo que se tiene cuando el deseo y el amor está en
la habitación en partes iguales.
Siguieron
un buen rato abrazadas, Lucy apoyaba su cabeza en el cuello de Kasia, mientras
esta le daba pequeños besos en el pelo, no hablaron, las dos estaba tranquilas
y felices con una sonrisa en los labios, al fin estaban de nuevo juntas y ahora
sí que ya nada ni nadie las iba a separar. Lucy levantó un poco la cara para
verla, estaba preciosa, le dio un beso en el cuello y de nuevo se acurrucó en
su cuerpo, entonces Kasia con una sonrisa dijo…
Kasia:
- Te quiero.
Lucy:
- Y yo a ti.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Cian-Uro Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Hermosa la historia,,,,felicitaciones!!!!!
ResponderEliminar