Capítulo 11
El silencio inundo el carruaje,
nadie más hablo y el tranquilo viaje se tornó melancólico para cada una de
ellas, a lo largo se veía los últimos rayos del sol perdiéndose sobre las
mesetas frente a ellas, el bosque se mecía ante el viento, daba una sensación
de serenidad y paz.
Maía
suspirando esperaba que así fuera si podían obtenerla sin derramar sangre lo haría,
pero bien sabía que muchos reinados eran regidos por tiranos, muy pocas veces
un reinado era como el que estaba conociendo en los últimos días, donde los aldeanos
quisieran a su Reina.
Recorrieron
la última colina y al pasar vieron un campo abierto, después empezó a surgir bosque
tupido y frente a ellas una cabaña amplia con grandes ventanales y al menos dos
pisos todo hecho de madera, mientras más se acercaban, se veía el humo que
salía de la chimenea que desde lejos no se podía ver, sonrío pensando que eran
personas que nunca dejaban sin estar alertas.
A la
par de la puerta estaban dos mujeres, cuál sería la Madre Reina desde esa
distancia no había diferencia, ahora se sumaba otra mujer, era sin duda inusual
ver tantas mujeres como nobles, pero nada en ese reino era como se esperaba.
El carruaje
en que viajaban fue el único que se acercó a la puerta el resto se fueron
colina abajo, al detenerse la primera en bajar del carruaje fue Reginne seguida
de Ryot.
-Ryot,
Reginne porque tardaron tanto en llegar.
-Madre,
se nos complicó un poco el traslado. Hablo Ryot mientras ayudaba a bajar ambas
mujeres.
-Veo
que vienen acompañadas, eso fue el atraso.Volvió a ver a Reginne.
-No,
esperamos hasta asegurarnos que no hubiera complicaciones. Se apresuro a decir
Reginne.
Cuando
estuvieron de pie ante las Reinas, ambas invitadas esperaron ser presentadas,
las mujeres vestidas sencillas con ropa de algodón eran tan hermosas y con
tanto poder que parecía que tuvieran un aura que las bordeara, lo que me llamo
la atención de Maía es que ningún otro soldado estaba cerca.
-
Madre déjame presentarte a Dianna y Maía, nuestras invitadas.
Dianna
fue la primera en dirigirse a la Madre Reyna, se acercó a ella poniéndose en
posición practicada bajando su cuerpo poniéndose en reverencia ante ella, le
tomo la mano y la beso, sin levantarse dijo.
-Reina
es un honor conocerla, vuestras hijas son tan amorosas y leales, me atrevería
por lo que escuche,que es debido a ti que la Reina Ryot sea bien amada por su
pueblo al igual quela princesa Reginne, espero que lleguemos a ser próximas.
-Levántate
Dianna, es un gusto también conocerte casi pierdo las esperanzas con Ryot. sonrió
amorosamente.
Maía
se le unió a la presentación como si fuera ante la corte real de su padre, al
tomarle la mano le dijo.-Reyna para mí es un honor estar ante la madre de Reginne
quien tiene un corazón tan amoroso,seguro adquirido por tu crianza y estar ante
la Madre de la Reina Ryot tan justa y amable como tú cuando reinabas como mi
Madre misma asegura, espero lleguemos a ser próximas.
-Levántate Maía,
también espero conocerte, espero tengas paciencia de mi Reginne.
-Nuestra
Madre Cassiopea, como ya la conocen ella es más directa en mostrar su amor con
nosotras. Dijo Reginne, sobándose las posaderas.
Ambas
se arrodillaron, nuevamente tomando una mano.
-Mi
Reina, debo decir que a pesar que Ryot se quejara toda la noche por su reprimenda,
es un gusto conocer a quien la haga entrar en razón tan rápidamente. Sonrió Dianna
maliciosamente.
Todas
sonrieron por lo dicho, sabiendo las Reinas a qué tipo de reprimenda se hacía
mención.
-Mi
Reina Cassiopea, espero tener la dicha de aprender cómo hacer entrar en razón a
Reginne que se resiste a ser querida, sé que te ama mucho, como a cada una de
ustedes Reinas.
Siguió
las risas, la levanto a las dos, y le dio un beso a cada una susurrándole -Si
bien son testarudas son la mujeres más amorosas y leales que puedan conocer,
espero que lo hagan.
-También
tengo que presentarles a nuestra Madre Heloisse, ella ha sido siempre nuestra
amorosa Madre. Dijo Reginne quien sonreía felizmente y le subía las cejas a su
Madre.
Ante
esa presentación La Reina Heloisse rió, las atrajo en un abraso, les dio un
beso y le susurro.-Bueno al menos mis hijas tienen excelente sentido de gusto,
me da gusto conocerlas, siéntanse como en casa.
Ambas
asintieron, cuando las soltó, hicieron reverencia y le besaron la mano cercana,
esperaron a que la levantara y sonrieron.
-Gracias
Reina, esperamos conocerte. dijeron entre ambas.
Les agarro de la mano a cada uno de las invitadas y la
llevo adentro hasta la sala donde estaba la chimenea con los leños encendidos.-Tomen asiento, creo que mis hijas me han sorprendido
nuevamente, aún no sé qué hice para merecerlas, siempre me han hecho orgullosa
de lo que han logrado. Hizo una pausa viendo al par de mujeres que se quedaban
atrás sin incluirse.
-Me
gustaría que fuera otro tiempo donde las llevaría de viaje a los alrededores
para que conociesen mejor nuestra casa, sin embargo, existe este problema que
amerita toda nuestra atención por lo que me retiraré con mis hijas al salón de
estudio para tomar decisiones y sobre todo aclarar otros temas inconcluso.
Ambas
hijas estaban de pie a la par de sus parejas, no se atrevían a interrumpir ya
que sabían que podían ser tomado como desafío así que se limitaron desde que
bajaron del carruaje a ver cómo eran tratadas ambas.
-Reyna,
te agradecemos tus consideraciones, nos retiraremos a lo inmediato, aunque
preferiríamos quedarnos,podríamos ser de ayuda. Dianna contesto viendo con
ternura a Ryot.
-
Hijas, están de acuerdo ustedes. Pregunto la Madre.Ambas contestaron “de
acuerdo” por lo que la madre y ellas se dirigieron hacia el salón de estudio,
el espacio era casi del mismo tamaño que la sala donde habían estado, una de
las paredes contenía frascos y más frascos de especies, los olores hacían
mención a frutas, cortezas, hasta olor a tierra, en otro lado de paredes
exponía libros tras libros de todos los tamaños,otro espacio ubicada la chimenea
pequeña ahora encendida, enfrente dos sillones paralelos y uno separado.
-Me
perdonaran por no tener más asiento, pero nunca hubo necesidad de poner más, no
usamos mucho esta sala. Queridas Reinas Cassiopea y Heloisse, si me permiten me
gustaría que nos acompañaran, discutiremos temas de nuestra familia. Las miro
por largo tiempo a ambas, hasta que la Reina Heloisse entro y se sentó en uno
de los sillones frente a la Reina uniéndose la Reina Cassiopeia.
-Las
invitadas pueden acomodarse donde gusten. Además de ellas, en la puerta se
encontraban Rowen y Louren como parte de guardias reales puestas en guardias.
-Pequeñas, entren y cierren, acompañen a vuestras Madres, mientras aclaramos
algunas cosas.Sin dudarlo Louren se dirigió donde la Reina Heloisse quien la
acunaba a su lado y Rowen de igual forma con la Reina Cassiopea.
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Cerca
de la reina madre se sentó Reginne, al otroRyot, las acompañantes se pusieron
detrás de cada silla de pie, como si estuvieran ante una disputa,una de las que
tanto habían presenciado sin incluirse, esta era en menos cantidad de gente,
pero la misma situación empezarían temas que a menos le preguntaran directamente
no darían su opinión.
Maía
noto como las Reinas Heloisse y Cassiopeia se ponían en sillones un poco detrás,
aunque se veían tranquilas, por alguna manera desbordaban fuerza de guerreras.
Miraba con asombro como habían pasado las hijas a ser otras personas, si bien
la Madre no gobernaba actualmente, estaba claro que si era necesario incluirse
no habría quien se opusiera a eso.
Le
dio un gran orgullo mirar el comportamiento hacia su madre esperando un día ver
a sus hijos quererla a ella o a Reginne de igual forma, suspiro pensando que no
podría darle descendiente directo, aunque sabía muy bien qué tipo de artimaña
utilizaban ciertos reyes para continuar sin disputas en el tiempo, no podría ser.
Volvió
a ver a Dianna quien le miro a los ojos, sonriéndole luego volvió su vista a la
Madre observo como de forma tan desapercibida mantenía contacto con Ryot en los
hombros con las puntas de los dedos, seguramente lo apreciaba ya que volvió la
vista a Dianna y le sonrío.
De
forma inconsciente igualo el roce hacia Reginne quien le respondió poniéndole
la mano encima y quitándola rápidamente mientras miraba a su Madre.
-Empecemos,
quiero darles tiempo que descansen mientras esperamos que el resto de las
tropas lleguen, han confirmado llegar durante el transcurso de la noche. Ryot
presidirás la reunión sin embargo te secundaré por si existe problemas con
alguno de ellos, creo que podría haber problemas con un par, pero seguramente
se sumaran al resto conforme se decidan.
-Gracias
Madre, mantendré la posición de siempre, aunque no creo reconocer a todos,
espero reconocer a la mayoría de ellos. Voy hacer cambios también quiero que
Reginne pueda pasar por mi segunda al mando tiene suficiente experiencia en
batalla para incluirse en estos temas, además a partir de ahora quiero se
incluya en regir parte del reinado es demasiado territorio y necesito ayuda.
-Ryot,
de que hablas. Leonora te puede ayudar.
-Es
mi decisión y es lo que haré, incluso Eleonor estuvo de acuerdo con la decisión.
Necesito tiempo para dedicarme a otros asuntos y espero que me ayudes a enseñar
a Leonora mientras obtiene experiencia y ocupe mi lugar un día.
Sabia que era abusar de la
cordura de Reginne pero tenia que decir lo que tanto había pensado. -Espero además
que tus descendientes juntos con los míos reinen siempre estas tierras, así que
he decidido retenerte a mi lado y espero que esto te haga querer quedarte.
La
sala quedo en silencio, por un gran rato mientras esperaban la respuesta de Reginne.
Sin embargo, la Madre fue la que se incluyó sabiendo que era necesario,
conociendo a su hija lo primero que haría seria huir de ellas, debía aprender
de una buena vez hacerles frente a los problemas y que sobre todo no con
espadas se ganan. Se aclaro la garganta haciendo ruido, dando oportunidad de
que hablara, sino pensaba que los palos a veces también funcionaban.
-De
acuerdo, mi descendencia y la tuya reinaran todo el Reino actual y los que se
añadan a futuro, sin importar quien los incluya. También quisiera tener tiempo
para venir y pasar unas temporadas con mi familia… No volveré a dejarte pase lo
que pase.
Ambas
hermanas se abrasaron sonriéndose entre los sillones sin levantarse, las
mujeres atrás estaban en silencio dándose cuenta del gran acontecimiento que presenciaban,
mientras ellas seguían abrasadas, la madre tomo la palabra nuevamente sin
moverse de su sillón, sin embargo, salió una sonrisa satisfecha que Dianna
logro divisar del orgullo.
-Bien,
ahora pasaremos a otro asunto. Pasaremos a los ataques que acontecieron últimamente,
primero Reginne porque debemos saber qué tipo de peligro se encuentra Leonora.
-Madre
cuando vino el escudero aquí, salimos en su búsqueda entre a la montaña y
recorrimos en menos tiempo el bosque para llegar a ustedes luego salí detrás de
Leonora y ahí tuvimos que luchar con muchos, haciendo memoria eran dos grupos
los primeros no tenían mucha habilidad en la batalla por lo que avanzamos hasta
estar a poca distancia del carruaje, pero el otro grupo sabia de batalla eran
al menos unos cincuentas entre lanceros y montados nosotros apenas cinco por lo
que retrocedimos hasta quedar contra el acantilado, las flechas no paraban de
llegar por lo que mis hombres me acuerparon, el terreno cedió y caí entre dos
de ellos, era de noche cuando desperté y seguí las huellas hasta que se perdió
en el cruce de los cuatros pueblos, así que seguí nuevamente entre las montañas
hasta el castillo.
-Crees
que obtuviste suficiente o seguirás jugando a cuánto tiempo te lleve la muerte.
-Madre,
yo.
Tan
rápido como hablo, la madre estaba frente a ella dándole una bofetada, lo
cierto es que esas mujeres tenían tanta agilidad como un animal de montaña, Maía
gimió cerrando los ojos como si la hubiese recibido, pero no hizo ningún
movimiento, estaba claro que era un momento que debían respetar y menos pensar
en incluirse, era más que suficiente con estar presente, se dijo.
-Cállate,
te di tiempo para que lloraras, para que arremetieras contra el cielo si era tu
voluntad y te he dado el mismo tiempo que le di a Ryot y más todavía, así que
tu tiempo se acabó.
-No
tienes idea de lo que dolió que te fueras sin despedirte, sin saber dónde
encontrarte hasta que un caballero me trajo noticias tuyas, crees que no dolió
que te mandara a traer una y otra vez y tu sin venir.
-Como
crees que me sentí cuando llegaste y luego verte solamente pasando día tras día
entre tragos, aún tienes obligación. Grito y aumento la vos en lo último dicho de
sus frustraciones.
-Monet.
dijo Heloisse, en apenas un susurro. Se voltio, la miro fijamente pasando a Cassiopeia
quien le hizo un gesto de negación leve. Sostuvo la mirada a ambas luego se
volvió a su hija tratando de serenarse.
-Te vi que salías detrás de
Leonora sin importarte tu propia vida, ni la seguridad de tus hombres, eso fue
lo que te enseñaron todos estos años. Poco te importamos dímelo ahora mismo, si
es así puedes dejar esta casa y no regresar jamás.
Todas
se volvieron a ver como la reina rugía cada palabra, cada una remetía con furia
con la hija llego a cogerla de la camisa obligándola a que la viera desde
abajo. Aun así, nadie se atrevió a detenerla incluso Reginne dejo de pestañear ante su Madre, el silencio volvió a reinar en la sala, la soltó incorporándose sin
dejar de verla a los ojos y pregunto alto.
-Habla ahora, justifícate
ante mí. No dude ninguna de que, así como les di la vida también puedo quitarla.
Reginne
temblaba por cada una de las palabras que había escuchado pero lo que escuchaba
no era lo que había pasado o por lo menos lo que pensó que sucedió, porque nunca
supo de esos llamados. Con vos tembloroso contesto, al menos diría su verdad.
-Madre, me disculpo por el
mal comportamiento que he tenido todo lo que dijiste es cierto, he pasado mucho
tiempo queriendo dejar de respirar, pero, aunque estuve en muchas batallas no
lo conseguí.
-Cuando fui tras Leonora fue
por temor que le pasara lo que tanto vi entre pueblos después de las batallas,
les di órdenes a mis hombres que se quedaran, pero me siguieron, ellos no
debían haber muerto, sin embargo, les estaré eternamente agradecida porque me
dieron aliento para seguir y buscar a Leo.
Empezó
a temblar nerviosamente y poso su mirada a sus manos mientras pensaba como
decir lo que tanto que había callado. -Me fui porque no podía soportar estar en
medio de la relación de Ryot y Rose, yo la amaba, pero por encima de ella está
mi amor por Ryot y mi familia, nunca la traicionaría.
Cerro
tanto los ojos tratando de no ver los momentos vividos, pero no logro
alejarlos. -Era claro que Ryot podía tomarla porque regresaba con obsequios
cada uno más bonito que el anterior, hablaba maravilla de ella y Leonora, así que
me fui para no verlas, la última noche que la vi en su cama abrasadas, termino conmigo
y me volví muy desdichada.
-Eso no es cierto. Dijo Ryot.
Ante
la interrupción Madre la callo con una bofetada, ahora quien gimió fue Dianna,
haciendo todo lo posible para no hacer ruido y desencadenar más tragedia.
-He dicho que puedes
intervenir. Se volvió. -Reginne continua y no te guardes nada, porque no habrá
otra oportunidad.
-Creí que el tiempo calmaría
el tormento, pero nunca calmo, cada invierno rogaba porque fuera perdonada por
haberme incluido en la relación de ellas, pero lo único que recibía eran los
mensajes de que no regresara y que asistiera a otra batalla, que me quería
lejos de ella y su amor, jamás me busco, ninguna de vosotras.
Ninguna hizo ademan de
responder, era necesario dejarla hablar así sabrían que es lo que paso.
-Fui a cada batalla como me
ordenaron, hasta que Hanna me mandó un mensaje con un herrero del pueblo
pidiéndome que regresará y que era urgente, fue tan persistente que me detuvo
antes de salir a batalla, presente mi renuncia al finalizarla después de ser
traicionada ¡sé que lo fui! Aun no puedo probarlo.
Maía veía como Reginne jugaba
con las manos, tratando de no temblar, pero era claro que no podía dejar de
hacerlo, cerro los ojos era desgarrador verla de esa forma, pero solo podía tocarla.
-No sé qué seria, pero cada
una de las batallas fueron exitosas, mientras más tiempo pasaba mejor entendía
cómo llegar ante el enemigo, eso fue lo que hice, pero al llegar aquí Madre me
dijo que teníamos que hablar estando todas presente, así que estuve todo este
tiempo esperando.
Se
volvió hacia su madre, sin poder contener los temblores.-Madre, no fue mi
intención que vieras la persona deprimente que me convertí, que era, conocí a Maía
y Dianna en el castillo cuando di la noticia de Leonora ambas estaban en su
habitación y ahora Maía es mí…
Las
últimas palabras salían ya con lágrimas y sollozando por tanta culpa que había
cargado, fue abrazada por su Madre recibiendo los besos mientras la sostenía, aún
de pie frente a ella, mientras las demás lloraban en silencio sin moverse por
tantos pesares que fueron escuchados.
-Calla hija mía, ya lo peor
ha pasado, te amo tanto. Siempre me has hecho sentir orgullosa, no necesitabas
ir a las batallas, tanto tiempo perdido, no dejaré que vayas lejos, no ahora
que te tengo.
Maía
le poso sus manos en sus hombros, tratando de que las lágrimas que caían fueran
silenciosas para que le permitieran seguir en la sala, sabia por experiencia
que, si hacia alguna cosa que llamara la atención seria retirada de la sala y
no se enteraría más de la discusión.
Ryot
lloraba, no le importaba ahora lo que Madre le hiciera, se arrodillo ante su
hermana llorando con ella. Sintió que su madre también le abrasaba dejándola
estar cerca. Al cabo de otro largo rato en la que las tres mujeres dejaron de
llorar, Madre dijo.
-Ryot, es momento de que te
justifiques, al final juzgaré si eres merecedora de seguir como Reina.
A
pesar de que podía oponerse, ella afirmo con su cabeza mientras abrasaba
arrodillada junto a su hermana, Dianna se puso detrás de ella también
arrodillada posando sus manos en los hombros sin saber que más hacer para
proteger a su amada.
Lo
cierto es que a Dianna le dolía el corazón todo lo que esas mujeres habían
pasado lo más triste es que no encontraba razón por los hechos presentados como
acusadores, el corazón le decía que no podía ser cierto lo que escucho hasta el
momento Ryot era incapaz de hacer tales atrocidades más contra su propia
sangre.
-Madre, Rose fue presentada
ante nosotras en una festividad del pueblo, yo no tenía intención de asistir
sabes bien que rehusaba todo tipo de celebración, pero me mandaste que cuidara
de ella y nos fuimos haciéndonos pasar por uno más. En ese tiempo la única
alegría en mi vida era Leonora, por ella era que pasaba todo el tiempo posible
aquí, aunque con los demás ponía mi cara más alegre nunca lo estuve.
-Rose era una niña muy alegre
y se enamoró de mi hermana, me lo dijo ese mismo día, también me dijo que
quería ser mi amiga y pidió que le ayudará para que se fijara en ella. Ese día
creí que ambas se querían y yo quise ayudarla para que se consolidara la relación,
Rose no tenía malicia alguna y de verdad te amaba Reggie.
-Ella venía a visitarme aquí,
pasaba tiempo jugando con Leo en mi dormitorio, mientras yo me dedicaba a
revisar documentos que mandaban solicitando de los diferentes pueblos. A veces
me ensimismaba en el trabajo y ella me ayudaba cuidándola, ella era ante mis
ojos mi hermana y la ame mucho.
-Reggie viajaba, cuando venía
y encontraba a Rose conmigo, se enojaba y la hacía desdichada, lo supe porque
ella lloraba despechada, yo la consolaba y le aseguraba que no existía nadie
más, que era el cansancio el motivo de comportarse así, no pensé que era desconfianza.
-A veces yo no quería
compañía y ella venia y se sentaba conmigo jugábamos cualquier cosa, ella me
ganaba, otras veces la dejaba ganar para que se alegrara, tomaba lo ganado y se
iba riendo alegre porque te enseñaría las bonitas cosas que me quitaba, aunque
después me enteraba que lo que se llevaba, lo había regalado, pensé que lo hacía
porque no le gustaban tanto como para guardarlas.
-Regrese al castillo durante
una temporada porque se avecinaban guerras y el Reino del Sur quería que los
apoyara, yo no encontraba ninguna razón para llevar a mi gente ante un asunto
que no teníamos nada que ver.
-Un día una mujer apareció
solicitando audiencia pública, al principio no sabía de quien se trataba, pero
cuando la reconocí lleve a rose conmigo, me contó llorando que Reginne pensaba
que nosotras teníamos un amorío y que no sabía cómo hacerla entender que no era
cierto. Pero cuando yo la abrace y toque por primera vez, desde que nos despedimos
en casa de Madre supe que estaba pasando. Llamé entonces a Reggie que se
presentara ante mí para que recapacitara, pensé que ellas serian felices como
yo fui y con suerte por muchos años más.
-Cuando Reginne llego varios
ciclos de lunas después, entro a mí cuarto y vio a Rose durmiendo en mi cama y
yo sentada a su lado en ropa de dormir, sosteniéndola, me agarro a golpes me
grito que si eso quería así sería que fuéramos felices. Yo no la seguí porque
Rose me retenía con su mano de tanto dolor que sentía, llamé a los guardias que
la hicieran regresar, pero no volvió.
-Luego Madre me dijo dónde te
encontrabas,enviaba mensaje diciéndote que regresaras que debíamos hablar,
hasta que el rey del Oeste solicito audiencia y me dijo que tu necesitabas
apoyo la batalla estaba por perderse y que no aseguraba tu regreso, así que
envié a la mitad de mis hombres bajo tu mando y luego pasaron de batalla en
batalla.
-Hice tres intentos de ir por
ti personalmente pero cada vez que me acercaba, éramos atacados, así que tenía
que regresar podríamos caer en batalla, una que no quería bajo ningún motivo.
-En la primera batalla tuve
que pasar medio invierno en uno de los pueblos mientras me recuperaba por el
ataque, luego Florence, Krishna y otros me dijeron que no podía hacer ese tipo
de visitas porque las batallas estaban en todas partes así que regrese, apenas
pude traer a mi gente sin perder vidas.
-Di ordenes que Madre no
supiera de mis lesiones, no quería que supiera que no pude llegar a ti, cada vez más
enviaba por ti, pero nunca contestaste, hice varias audiencias con el Rey del Oeste
a quien le ganabas muchas batallas,exigía tu regreso todo lo que obtenía eran
monedas de oro, no toque ninguna no las quería, así que están tirada por algún
lugar en el castillo Louren las guardo siendo usada lo necesario para mantener a
tus soldados.
- El Rey me aseguraba que no
querías regresar demostrándome tus solicitudes que eran las primeras para ser
trasladada a otra batalla, así que solo pedía al cielo que regresaras pronto y
a salvo.
-Madre tengo que terminar lo
de Rose. Volvió a ver a su madre pidiendo permiso.
-Hazlo, no te quedes sin
justificarte.
-Reggie, la noche que
llegaste y nos encontramos, Rose estaba con dolores, mucho dolor yo nunca había
visto tanto dolor, cuando esperábamos a Leonora no advertí tanto dolor en su madre,
estaba tan preocupada que no me aparte de ella día y noche, los curanderos me
aseguraban que era normal sin embargo nunca les creí.
- Poco después que te
marchaste Rose murió y nació Margot. Aseguré que sus restos fueran cremados y
depositados en las urnas de la familia y puse el recordatorio: Princesa Rose
madre de Margot y el primer amor de Reginne.
Ante
lo último, las acompañantes gimieron con los ojos asustados viendo de Reginne a
su hermana. Reginne se levantó agarrando a Ryot por los brazos.
-Que acabas de decir. Suplico
Reginne.
-Eres Madre de una preciosa niña llamada
Margot, se parece tanto a ti en lo independiente y traviesa que es, pero
también es dulce y alegre como Rose.
Reginne
lloraba de alegría y a la vez de la pérdida de su primer amor.-Rose decía que,
si tuviéramos una hija se llamaría Margarita, pero yo la molestaba diciendo que
era sonso que sonaba mejor Margot y que sería una Reina justa y prospera.
Sollozo.-En que habitación esta, iré a buscarla.
-Hija, debido a que nos íbamos,
decidimos dejarla en casa del bosque para que no hiciera el largo viaje, está
bajo la protección de Hanna. Dejemos terminar de hablar a Ryot. Ambas
asintieron.
-Apenas tuve tiempo de dormir
por lo llorona que Margot era de tierna. (Sonrió a su hermana). En eso se
parece mucho a ti, ese nombre fue el que Rose dijo que usara porque era el que ambas
habían decidido una noche, lo dijo con tanto amor.Así que la cuidé tanto como
pude hasta que pude tráela aquí con Madre quien me ha ayudado a cuidarla
mientras no estoy, Hanna y Leonora discuten a quien ama más, se están haciéndose
experta en cuidar crías y el resto claro que también me ayuda.
-Reggie, ella sabe que eres su
Madre le hemos dicho que andas de viaje, así que ella espera tu llegada, creo
que es todo por cuanto pude hacer mientras estabas lejos.
-Leonora fue raptada pero no
por simples ladrones, creo que alguien ha tramado esto y me parece que desde
tiempo atrás, si bien no estoy a favor de la guerra, el que esté detrás de esto
sucumbirá ante mí. La reina Madre dijo más para ella que para las demás.
-Monet, vamos a descansar. Susurro
la ReinaHeloisse.
-Si, Ryot, Reginne vayan a
descansar, cuando estén todos los gobernantes se les llamaran, pueden asistir
sus amigas de viaje si así deciden.
-Louren y Rowen encárguense
de atenderlos mientras van llegando,háganlos pasar a la sala que usaremos de
audiencia. No quiero que nos interrumpan hasta que estén todos.
-Mis Reinas Heloisse y Cassiopea,
por favor acompáñenme, necesito tener una charla con ustedes.
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Gracias por el capítulo, me ha encantado saludos
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