Capítulo 10
-Maía, despierta, te perderás
una bonita vista, estamos cerca de la casa de Madre.
-Estoy despierta, solo cerré
un rato los ojos.
Bostezando
todavía entre los brazos de Reggie que veía el paisaje entre la ventana del
carruaje, escuchando la riza de su amante, aunque no había pasado más de besos
y caricias, lo eran, su corazón ciertamente así lo aseguraba.
Frente
a ellas estaba Ryot y su amada, a pesar de que eran acompañadas por tres
carruajes y varios corceles con los mejores caballeros, escoltas con flecheros
y un par de docenas de soldados que iban adelante revisando el camino y otro
que se aseguraban de no ser perseguidos existía la sensación de estar esperando
en cualquier momento ser atacados.
-Reginne,
llegaremos pronto donde fuimos atacados desde lo alto de la montaña y desde
atrás, creo que fuimos perseguidos hasta llegar aquí sin que lo supiéramos, de
no ser por los escoltas que tenía en ese momento… esa parte fue que salimos del
bosque directo al castillo con estas dos damas, sin su ayuda no estaría aquí.
-Perversos,
quien pudo ser. Los perseguiré hasta eliminarlos a todos.
-Querida,
deberías de ser más prudente, ahora tienes que pensar primero y actuar después.
-
Porque tenías que hacer el viaje sin medir las consecuencias.
-Recuerda
quien soy, más respeto. Le dio una mirada con ganas de abofetearla por suerte
estaba abrazada a Dianna quien aún dormitaba. -Además quería pasar
desapercibido solo tuve suerte de que ellas me hallaran en el bosque, eso es
todo.
-Mande
mensajes a mis caballeros que se despidieran de las chicas, dentro de pocoestarán
en casa de Madre, creo que estaremos listo en pocos días para cualquier evento.
-Yo
llame a los caballeros que sirvieron conmigo y con Madre, a partir de hoy
estarán llegando.
-Reginne
quienes son las chicas.
Ryot
se rio ante la vista, tenía la cara roja como un tomate y dudaba que podría
hacerse caso de la situación, sin querer había despertado a Dianna.
-Pequeña,
las chicas son cortesana ante los demás, pero son nuestras amigas y debo
decirte muy querida, espero te agraden si tenemos tiempo, te las presentaré.
-Hacen
visita especial para ustedes dos. Dijo Dianna viendo a Ryot quien se ponía
nerviosa cada vez más y ella cada vez más furiosa.
Ahora
la risa que se escuchaba era de Reginne, la cual sintió un manotazo y supo que
ambas estaban en problemas se apuró a contestar.
-Maía,
te aseguro que solo son amigas. Madre las llevaba de visita para que jugáramos
cuando pequeñas, decía que necesitábamos amigas nada más.
Ante
esta justificación que casi parecía suplica se unió la hermana, quien sostenía
a Dianna en sus brazos.-Ann, mi vida, no he visitado esos lugares ni he tenido
relaciones de ese tipo. Reginne es la que visitaba esos lugares con Madre.
-Ryot.
Grito con pánico en los ojos. -Cierra la boca, no digas nada más que lo empeoras.
-Es
cierto lo que digo, Madre Heloisse me contaba que ibas a la casa donde las
cortesanas y que regresabas al día siguiente al amanecer con Madre.
-Que
te importa lo que hacía, tu nunca quisiste ir con nosotras.
-Ves,Dianna
que es cierto, no iba.
-Dije
que no ibas con nosotras, pero varias veces te seguí y visitabas ese lugar tan
cierto que Madre me acompaño una noche siguiéndote, cuando vimos donde entraste
me dijo que callara.
El
silencio que había en el carruaje se tornó incomodo, tanto Dianna como Maía
habían quedado aparte de la conversación, pero sin duda queriendo saber que
hacían.
Lo
cierto se dijo Maía que eran Mujeres mayores y seguro con necesidades, al igual
que los caballeros que conocía. Dianna había conversado con ella, cuando llego
a preguntarle después de ver a su tío dirigirse con varias mujeres a su
habitación, aunque ninguna aceptaba ese comportamiento, tenían que ser
tolerante. Reginne rehusaba a verle a los ojos, eso era más turbador que lo que
acababa de escuchar.-Reginne no tienes que preocuparte, no necesito saber.
Susurro.
Reginne
suspiro sabiendo que era importante lo que Maía pensara que hacía, antes no le
interesaban que pensaran de ella, pero ahora quería que la viera como una mujer
sin tantos defectos, sobre todo ese, debía empezar a confiar más en los demás,
le acaricio el mentón, dándole un beso y se volvió a ver a Ryot quien trataba
de mantener a Dianna cerca aunque se veía que tenía problemas.
-Ryot,
Madre iba cada semana a ese lugar, lo supe una noche cuando la vi salir del
cuarto sin hacer ruido, la seguí pensando que podría estar en problemas, vi
donde colocaba el carruaje entre los árboles cerca de la casa de las cortesanas,
aun así, me rehusaba a pensar que iba a verse con otra mujer, sabes bien el
amor que les profesa.
-Lo
sé bien, Madre era muy dulce pero cuando dictaba ordenes también obedecían sin
resistirse, recuerda que Madre estuvo en el Reinado por mucho tiempo sola.
Aunque contestaba seguía en la lucha de mantener dentro del abrazo a Dianna,
quien le daba pellizco para que la soltara.
-Cierto,
cuando la vi entrar por la puerta trasera, la seguí y entre al cuarto sin hacer
ruido, sentí que me traicionaba a mí y a ti también, así que la ira me hizo
entrar en lo oscuridad y vi que estaba delante de unos niños dándoles dulces de
los que comíamos. Me miro y me dijo que si la había seguido entonces sería
responsable también, como ella hacía con los niños, así que desde entonces la
acompañaba.
-Maía,
nosotros solo llevábamos comida y medicina, a veces ellas eran golpeadas hasta
casi morir y nosotros solo las ayudábamos, hasta que me hice conocida porque me
hacían entrar por la puerta principal y los hombres hablaban de mi como si
fuera uno de ellos que las frecuentaban. Pero te aseguro que no tuve ninguna
amante ahí.
Tenía
que comportarse, la noche anterior fue mucho el sufrimiento, Maía se propuso a
confiar. -Eres una persona de buen corazón. Le dio un beso y se acomodó más en
el regazo de la mujer que amaba, sin duda que era orgullo lo que sentía.
Ryot
grito y ambas volvieron a ver al otro par de mujeres, Dianna tenía la cara roja
de enojo y si no se apuraba haría o diría cosas que no serían agradables de oír.
-Ann,
deja que te cuente. Yo solo tuve un amante y de esa relación nació Leonora.
-Es
cierto, Dianna solo le conozco una relación y se puso bien idiota debo decirlo,
pero también hubo quien…Decía Reginne tratando de ayudarla.
-Cállate,
idiota. Le tiro el sombrero de Dianna silenciándola y se volvió por el golpe que
recibió, no quería hablar de eso, pero no tenía ahora otra forma de evitarlo,
siempre era doloroso recordar su vida con Eleonor.
-Ann,
cuando tenía quince años, madre me dijo que como su sucesora debía saber cómo
cuidar a mi pueblo, así que mientras ella se iba con el Reginne y otros niños,Madre
Cassiopeia y yo íbamos por el Reino viendo los pueblos, que necesidades había y
que podríamos hacer, al parecer los tiempos coincidían porque no recuerdo tener
que hablar de eso con Reginne.
-En
uno de los viajes conocimos a una Mujer y su Hija que habían perdido todo, el
fuego se extendió por todo el pueblo dejando sin comida, ni techo a muchas
personas. Madre Cassiopeia me encomendó que me hiciera cargo de esa situación y
me mando que regresara con uno de sus escoltas hasta que estuvieran fuera de
peligro.
-Me
asegure de cada familia conservaran lo posible de sus pertenencias y reanudamos
las construcciones de casas y sobre todo me asegure que esa mujer y su hija
tuvieran lo necesario. Regrese con Madre y me felicito por haberlo hecho bien,
aunque también me dijo que ese tipo de cosas serian hechas en silencio para que
los enemigos no nos vieran débiles.
-Años
después en un viaje, nos encontramos y conocí a su hija la cual me llamo mucho
la atención, nos hicimos amigas, pero a los días estaba de regreso con Madre y
esta idiota que iba por todos los pueblos a su lado.
-Al
final a la hija la encontré en este pueblo con la tía que era curandera, ella
ayudaba y visitaba la casa de las cortesanas, así que era frecuente que llegara,yo asistí a un par de veces cada ciclo lunar para verla a ella y de paso enterarme de
los pueblos,que estaba pasando,para mandar ayuda si había necesidad.
-Dime
no tuviste nada que ver con esas cortesanas. Pregunto en un susurro Dianna.
-Ninguna
cortesana me ha tocado, créeme por favor.
Escucho
el grito maldiciendo de Reginne, la demás la veían a la cara y sabían que
estaba temblorosa como si se había percatado de algo.
-Habla
Reggie. Ryot había dejado de luchar con Dianna y ahora quería estar sola, se
apartó poniendo sus manos descansando en sus piernas, no importaba mucho a
estas alturas era mejor no tener secretos.
-Por
todos los demonios, Ry esa persona que veías era… era ella.
-Quien
más, gran Idiota, esa persona es el amor de mi vida y lo fue por muchos años,
incluso después que me quede sola con Leo.
-Oh
Ry. Susurro. - yo siempre supe que ella te amaba, siempre esperé encontrar
alguien especial. Incluso me hizo orgullosa cuando tuve en mis brazos a la niña
más bella que he conocido, como su Mamá.
-Gracias
Reggie. También lo creo y la has criado bien ella es muy independiente como tú.
Ry sonrióMelancólica, se asombró de escuchar temblar su vos, cerro los ojos
buscando como reponerse.
Dianna,
estrecho a su mano, sin saber que decir o hacer, ella debería saber lo que está
a la vista no es siempre la verdad, pero sus dudas habían hecho reaccionar de
esa forma.-Me alegro que la princesa Leonora fue nacida por sus Madres que se
amaron tanto.
-Gracias,
Ann. Ryot, cerro sus ojos intentando recuperarse ante el golpe de revivir esa
parte de su vida, sin embargo, algo dentro de ella había cambiado, le dolía la
pérdida de su amor, pero pensar en un mañana con la mujer que ahora retenía su
mano, no dolía tanto, tal vez como le había dicho Madre Cassiopeia, el tiempo
curara las heridas, aunque las recuerdes.
-Reggie
tengo que hablar de algo más cuando estemos con Madre, no te dejaré ir
nuevamente.
-Tampoco
yo te dejaré, hablaremos.
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Me alegra el dia cada vez que entro a la página y veo que has actualizado exelente capítulo saludos
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