Apenas
llegaron al departamento… Stone corrió a cambiarse, tenía menos de media hora,
para convertirse en un hombre. Sara fue a la rotisería por la comida que ya
había dejado encargada… Laura preparó la mesa, y se fue a cambiar… miraba el
reloj muy nerviosa… ya eran más de las nueve y media, y no habían llegado y eso
la extrañaba mucho. Pues sus padres eran muy puntuales.
Tardó
como 15 minutos en cambiarse… Stone salió con traje. Pero sin barba… Sólo se
maquilló, y parecía que tenía la barba de dos días… Gracias a las hombreras
parecía tener más espalda, y al ser bastante alta, casi el metro ochenta, de
verdad parecía un hombre. Sin contar que no era muy femenina. Aún cuando la había
visto vestida de mujer sexy con uno que otro vestido escotado “y Por Dios, estuvo más femenina que yo”,
pensaba Laura... Stone podía vestir cualquier cosa que le quedaba bien… y
encima era atractiva. “Debo admitir que
me gusta Stone cuando es ella, ni tan femenina ni tan masculina… simplemente
cuando es natural…” se decía para
ella mientras observaba a Stone.
-Guauuu,
¡Que buen maquillaje…! – Le comentó Laura y acarició su barbilla para notar la
suavidad de su piel…
-Soy
buena con los maquillajes artísticos…
-Eres
una caja de sorpresa…
-No
es para tanto… - Dijo, al tiempo que golpeaban la puerta – Cagamos llegaron
-Ok,
Debo tranquilizarme, todo saldrá bien…
-¿Y
quién me tranquiliza a mí?
-Joan
no seas tonta…
-Juan,
dime….
-Yaaaa,
voy a abrir…
Caminó
apresurada a la puerta y al abrir, su madre entró muy sonriente. La seguía su
padre.
-Hola
Mi hijita
-Hola
Cariño, ¡Perdona la demora!
-Hola
mami – y la besó en la mejilla. Al tiempo que también su padre se acercaba a ella
y también a él lo saludaba y besaba.
-¿Qué
pasó?
-Nada,
demasiado tráfico… no llegábamos más… -Explicaba su padre.
-Y
eso que no estamos tan lejos de aquí…
-Bueno,
todo está bien, ya llegaron… - Dijo Laura y dándose la vuelta miró a Stone que
estaba parada a dos metros de ellos… Su madre levantó la vista y lo vio… Laura
pensó que se daría cuenta al verla… Pero no fue así, sonrió y caminó hacia él…
-¡Así
que tu eres el novio de mi hija…! – Comenzaba el show.
-¡Eh! Buenos noches Señora Romano… - Stone caminó
hacia ella, le dio la mano y la beso cariñosamente en la mejilla. – Es gusto
conocerlos por fin… Señor Romano…
-Lo
mismo digo – Habló el padre acercándose a saludarlo… Se dieron la mano…
-Pero
pónganse cómodos, están en su casa… - Stone tomó el papel muy bien… educadamente
les pidió sus abrigos, les convidó a sentarse en los sillones, les ofreció algo
de tomar mientras esperaban a Sara que trajera la cena…
La
madre parecía entre asombrada y feliz, no paraba de hablar y por supuesto de
preguntar, desde cuando salían, como se habían conocido… A lo que Stone, que
había estudiado muy bien su libreto, respondía tranquilamente… No se notaba
nerviosa, al contrario, parecía que le
estaba gustando mucho su papel…
Y es
que cada vez que podía se acercaba a Laura y la abrazaba o la besaba en la
mejilla o en el cuello, demostrándoles a sus padres que la quería. Se estaba
aprovechando de la situación o sólo quería representar bien su papel. Laura se
limitó a observar.
-Pero
entonces, ¿Los dos viven en este departamento? – La pregunta tan temida.
-Ya
le expliqué cómo nos conocimos señora…
-Pero
como es que ponen a vivir a un hombre y a una mujer juntos sin conocerse.
-En
este escuadrón no hay distinción de sexo, Nos tocó compartir departamento. Y
tuvimos que amoldarnos a la situación. Yo siempre fui muy respetuoso con su
hija… pero con el tiempo, me enamoré de ella, bueno, nos enamoramos, y
decidimos formalizar…
-¿Formalizar?
– Preguntó el padre.
-Me
refiero a ser novios…
-¿Y
se llevan bien en la convivencia? – Intervino la madre.
-Creo
que sí, ¿Qué dices amor?
Laura
se había mantenido callada en casi toda la charla… Se acercó a Stone y se hizo
la cariñosa…
-Sí,
nos llevamos demasiado bien… Tenemos nuestras diferencias… como toda pareja –
Dijo poniendo su mano en la pierna de Stone. Y al instante sintió su musculo
temblar… - Solemos pelearnos, pero muy pocas veces mamá.
Sara
llegó con la comida, La presentaron. Hubo los saludos pertinentes. Y cuando
Sara indicó que se iba, la madre le pidió que se quedara. Y Sara no perdió el
tiempo, y se sentó enseguida a la mesa.
Mientras
cenaban, La madre no dejaba de interrogar a Stone, si hubiera sido policía,
sería la mejor interrogando sospechosos. Stone, seguía al pie de la letra su
papel. No había forma de que se equivocara, la mujer atacaba con una pregunta y
ella respondía lo más tranquila. Su sonrisa no se desaparecía nunca de su cara,
no la asustaba ninguna de las preguntas que disparaba la madre de Laura. Por el
lado de su padre, el sólo la observaba. Él siempre fue más callado, le gustaba
mucho ver más allá de todo… Siempre decía “Nada
es lo que parece, Debes mirar siempre más allá de lo que crees ver” Y lo estaba haciendo… Estaba estudiando cada
movimiento, cada palabra que pronunciaba Stone. Laura se sentía nerviosa… Su padre
la descubriría.
Apenas
terminaron de cenar… Sara se despidió enseguida… Y se fue. Laura levantó la
mesa junto con su madre, y se dispusieron a preparar café.
Al
mismo tiempo, Stone y el padre de Romano se sentaron a charlar en los sillones…
-No
puedo creerlo Hijita… - Le decía su madre mientras acomodaba las tazas en una
bandeja…
-¿Qué
mamá? – Le preguntó mientras preparaba el café.
-Por
fin, conseguiste un hombre bueno…
-Ehh
-Me
gusta este tipo, es directo, no me evade las preguntas, responde sinceramente…
- Continuó alabando a Stone. Se la había ganado… como decirle la verdad, esto
era una bola de nieve que crecería hasta convertirse en un maldito alud, en una
avalancha que le pasaría por encima.
-Dime
Hijo… ¿Cómo la aguantas?
-¡Señor!
-Ya,
Salió a su madre, entre nos… suele ser cansadora…
-¿Quiere
la verdad? – Le preguntó Stone al padre acercándose a él…
-Por
supuesto, que quiero la verdad…
-Su
hija es la mina más histérica que he conocido… pero debo admitir que si no lo
fuera no me hubiera fijado en ella… Su histeria es lo que me ha enamorado…
-Tan
enamorado cómo para casarte con ella y tener una familia… - Esa pregunta si que
fue para fusilar a cualquier candidato… que la pretendiera.
-Si
espera que le pida la mano de su hija, ya mismo, Seré sincero, no lo haría ni
borracho, pero mañana es otro día, y quizás sí, lo busque y se lo pida.
-¿Tienes
miedo al matrimonio?
-No
Señor, sólo llevamos de novio cuatro meses, y conviviendo ocho… no conozco del
todo a su hija, ni creo que ella me conozca a mí totalmente. Nos amamos es
cierto, pero en la vida de su hija en estos instante su prioridad es su
carrera, y en la mía debo admitirlo que también. Casarnos es algo importante,
no es un simple trámite. Creo que debemos preocuparnos por apoyarnos en
nuestras carreras y ver si realmente estamos listos para dar ese paso, y
casarnos y formar una familia.
-Pues
dile eso a mi mujer, porque querrá casarlos lo antes posible…
-Jajá
– Rió Stone – Eso no me da miedo…
-¿Qué
no te da miedo Querido? – Interrumpió mi madre acercándose a ellos con la
bandeja con cafés.
-¡Qué
me quieran casar!
-¡Entonces
piensas en casamiento! – Ya estaba atacando la madre.
-No,
sólo estoy pensando en hacer feliz a su hija, y cuando estemos listos quizás le
pida que nos casemos. Pero ella no está lista para casarse.
De
pronto el celular de Joan sonó. Era el ringtong del jefe…Ella se apresuró a
levantarse a buscar su celular que había dejado en su cuarto.
-Disculpe
me están llamando – Dijo y fue rápidamente a contestar. Se metió detrás del
biombo.
La
madre comenzó a hablar con su marido, a decirle que le gustaba Stone como
yerno, y este, sólo reía. Laura se puso nerviosa, no por la situación en la que
había metido a Stone, sino porque el jefe jamás llamaba a medianoche a no ser
que fuera algo importante…
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