Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Una noche sin contrato 2 - Kam Zoe

Una noche sin contrato 2. No me sueltes

Valeria estaba comenzando a hacer su cena cuando escuchó el timbre de la puerta. Por un momento se molestó, pues pensaba eran unos vecinos cobrando el dinero de una cuota especial del condominio, no estaba de acuerdo en pagarla, pero ni modo, con retrasar el pago no se libraría de ello.
Se limpió las manos, buscó el dinero en la cartera y luego abrió la puerta con cierta molestia, pero se llevó una gran sorpresa cuando vio que quien estaba afuera era Julia.


-Hola _ Saludó Julia con una sonrisa en sus labios.
-Hola ... no te esperaba _ Dijo un poco confundida por esa visita inesperada.
-Lamento llegar así sin avisar ... pero necesitaba un respiro.
- No hay problema, pasa _ Le abrió espacio para que entrara al apartamento - ¿Ya comiste? Estoy empezando a hacer la cena.
- No, no he comido ... y estoy hambrienta la verdad _ Confesó mordiéndose el labio inferior con un poco de pena.

Valeria se carcajeó por esa expresión de niña de Julia, pero no sin antes deleitarse con ese pequeño gesto que la hizo querer besarla y que al instante de pensarlo, se sacudió mentalmente por ello.

-Ven, acompáñame a la cocina.

Valeria retomó su tarea de picar el aliño para la comida, mientras Julia se sentó frente a ella en el mesón del kichinet.

-¿Cómo estás? _ Preguntó Valeria al ver la mirada perdida de Julia.
- Bien ... bien _ Respondió sin mucha convicción.

Valeria terminó de picar las cosas y antes de continuar con la tarea pendiente, fue hasta su despensa y sacó una botella de Vodka. Sirvió dos vasos y le dio uno a Julia.

-Gracias.
-Lo necesitas.
-¿Tanto así se nota? _ Preguntó desconcertada.
-A mis ojos, sí ... Salud _ Levantó su vaso y esperó hasta que Julia la imitara y chocaran sus vasos ligeramente.

Valeria retomó la cocina esperando pacientemente a que Julia comenzara a hablar.

-¡Estoy embotada! _ Dijo finalmente con cansancio. - Mi mamá y mi suegra no me sueltan ni un minuto del día, cuando no me llama una, me llama la otra. Citas, pruebas, selección de cosas ... ¡estoy harta! Sólo quiero que me dejen respirar _ Descargó sin parar. - Para venir para acá tuve que apagar el celular, sino estaría reventándose con la repicadera ... no me dejan ni a sol, ni a sombra y ya estoy al borde.

Su voz denotaba desespero e impotencia. Sus ojos humedecidos expresaban lo cansada que estaba de toda aquella locura. Y el tomarse el trago de un sólo sorbo, gritaba la necesidad de escape que tenía. Algo no andaba bien.

Valeria volvió a servirle otro trago y se sentó frente a ella con la mirada fija en su rostro. Pudo ver el ensombrecimiento debajo de sus ojos y las pequeñas líneas de expresión que normalmente no estaban en el borde de ellos. Definitivamente algo la tenía preocupada e inquieta.

-¿Qué te pasa Julia? _ Preguntó con preocupación.
-Lo que acabo de decir ... estoy embotada de todo esto.
- Eso lo escuché, pero quiero saber qué hay debajo de esas palabras.
-¿A qué te refieres? _ Frunció el ceño sin entender.
- Algo te está molestando y no es precisamente toda esa basura que dijiste. Eres super organizada y controladora cuando de algún evento se trata. Siendo tu boda, más bien toda esa sobre saturación sería lo ideal para ti, porque sabes que cada cosa está siendo cubierta y no habrá errores, así que no, eso no es lo que te molesta ... ¿Qué es? _ La instó.

Julia se le quedó mirando unos segundos, antes de bajar la mirada tratando dar una respuesta que ni ella misma tenía. Tenía días descolocada totalmente y aún no entendía el por qué. Tal y como Valeria le acababa de decir, no podía ser que la mera organización la tuviera así, debía haber algo más, pero la pregunta era ¿Qué?

-Habla conmigo Jul ... sabes que puedes hacerlo _ Le dijo luego de tomarle la mano y sostenerla entre la suya.
-Es que no sé qué es, no sé cómo explicarlo _ Dijo luego de una pausa.
-Inténtalo _ Insistió con voz suave.
-No lo sé Val ... sólo sé que quisiera irme lejos donde nadie pueda recordarme absolutamente nada de la boda _ Dijo luego de varios segundos - Es como si no quisiera casarme y es una locura que no logro entender.

Valeria se quedó en silencio esperando que Julia continuara, pero como no lo hizo, Valeria habló.

-¿Pasó algo con Mauricio? _ Preguntó en voz baja.
-No, él ha estado como siempre ... atento, amoroso ... no sé qué me pasa  _ Dijo con pesar.

Valeria pensó en lo dicho por Julia por un momento antes de hablar.

-Siempre he escuchado que antes de la boda, algunos sienten lo que se podría llamar como "pánico de último momento" ... es ese miedo incontrolable a lo nuevo, a esa nueva etapa donde realmente debes dejar de pensar en ti mismd, para pensar en un "nosotros" _ Hizo una pausa - Tal vez sólo debas dejar pasar este pequeño ataque de pánico y continuar ... sólo eso.
-Sí ... tal vez sea eso y yo sólo lo estoy magnificando _ Aceptó - Pero de verdad Valeria, estoy que no quiero escuchar la palabra "boda" al menos por lo que resta de noche _ Suplicó.
-Está bien. Hoy sólo disfrutaremos de una noche de chicas _ Le dijo levantando nuevamente su vaso para dar punto de inicio al pacto de "noche de chicas".

Valeria terminó de hacer la cena y comieron entre risas y cuentos. A Julia se le hacía tan sencillo perderse de la cotidianidad cuando estaba con Val, que en pocos minutos el estrés de la boda había quedado atrás. La tensión y el peso que sentía al llegar, casi habían desaparecido y sólo quedaba las ganas de reír, de disfrutar y de olvidarse de todo lo demás.

-Ya que estás aquí podrías ayudarme _ Comentó Valeria.
-Sí claro ¿Qué necesitas?
-¿Y tú dices que sí sin saber para qué? _ Preguntó levantando una ceja.
-Contigo sí _ Contestó desenfadadamente, pero al percibir el doble sentido de aquella pregunta, continuó en el mismo tono - Creo que no hay nada a lo que pueda decirte que no _ Respondió con cierta picardía a la que Valeria sólo pudo sonreír negando ligeramente con la cabeza, pues ese comentario la hizo tener imágenes subidas de tono en su mente.
-Bueno, no estaría tan segura de eso, pero mejor no ahondar en el tema.
-¡Oh! _ Fue todo lo que dijo en un primer momento antes de morderse el labio inferior - Te aseguro que no te diría que no _ Le respondió sin vacilar en su mirada.

De un segundo a otro la temperatura del ambiente subió y la insinuación sexual se hizo evidente, sin embargo, Valeria respiró hondo para bajar esa excitación que de pronto se había apoderado de su cuerpo. Había cedido una vez y le había costado caro, pues pasaron muchos días antes de que dejara de pensar en cada minuto vivido con Julia durante esa noche loca y lograr reprimir el deseo de repetirlo una y otra vez.

-Lo dicho ... mejor no ahondar en el tema _ Dijo evadiendo completamente la insinuación de Julia.
-Miedosa _ Trató de picarla sacándole la lengua.
-Prudente, que no es lo mismo _ Replicó guiñándole un ojo - Pero a lo que iba, estoy tratando de aprender a bailar un ritmo que descubrí hace poco y tener una pareja me caería de maravilla.
-¿Y qué ritmo es ese que tanto te interesa? _ Preguntó con curiosidad, pues no era común que Valeria se tomara tantas molestias para aprender un ritmo en específico.
-Se llama Kizomba y es bastante sensual ... me ayudaría bastante a ligar _ Levantó las cejas un par de veces antes de sonreír con un poco de malicia.
-¿Y es que te cuesta mucho ligar? _ Preguntó con sarcasmo.
-No, pero nunca está de más tener nuevas estrategias de conquistas.
-¿Ajá y pretendes que yo sea tu cómplice ayudándote a aprender algo con lo que conseguirás más víctimas? _ Dijo con tono de dramatismo exagerado.
-Por supuesto, eres mi amiga _ Respondió divertida.
-¡Eres de lo peor! _ Dijo volteándole los ojos fingiendo indignación. Aunque en el fondo, sintió un pequeño mordisco en la boca del estómago nada más pensar en las conquistas de Valeria.
-Jajajajajajajajaja puede ser, pero igual me ayudarás.
-¿Cómo estás tan segura de eso? _ La retó.
-Porque te mueres de la curiosidad por saber a qué me refiero _ Aseguró.

Julia era sumamente curiosa así que sabía no se negaría, de allí que le sonreía y la miraba con su mirada intensa y sobrada.

- ¡Grrrr te odio! _ Dijo al tiempo que se paraba de la silla y caminaba hasta la sala - Hagámoslo antes de que me arrepienta _ Le gritó desde allí.

Valeria sonrió ampliamente y sin perder un sólo segundo, encendió la Tv que había en el mueble de entretenimiento y lo conectó a su laptop. Desde allí, buscó en YouTube la lista de videos que tenía donde enseñaban a bailar el ritmo en cuestión.

Primero le colocó el video con el que se había enamorado del baile y la dejó para que lo disfrutara. Sabía que a Jul le gustaban los bailes así, donde la sincronía y la conexión entre la pareja fuese la clave, más que las piruetas, así que estaba segura, le gustaría tanto como a ella.


-¿Qué te parece? _ Preguntó al terminar el video.
-Interesante ... aunque más interesante es que pienses que llegaremos a eso _ Dijo con escepticismo al tiempo que señalaba la pantalla de la tv y miraba a Valeria.
-No aspiro a tanto, pero al menos quiero aprender los pasos básicos _ Respondió sonriéndole con ánimo.
-Mmmmm bueno ... si tú dices _ Dijo sin mucha convicción.
-Tengo una lista de 5 videos con los pasos básicos, si logramos dominar esos 5 videos, me daré por satisfecha.
-¡¿Cinco videos?! _ Preguntó asombrada
-¿Tienes algo mejor que hacer? _ Replicó.

Julia miró la pantalla en el que ya rodaba otro vídeo del baile y volvió su mirada a Valeria, quien de inmediato levantó sus cejas nuevamente de manera repetidas tratando de animarla. Julia no pudo más que sonreír y asentir sin remedio. Después de todo, era una excelente forma de olvidarse de la boda.

Los primeros dos videos los dominaron con cierta rapidez, eran pasos sencillos que practicaron una y otra vez con diferentes canciones hasta que sintieron lo habían internalizado. El tercero ya complicaba un poco más el juego de pasos, lo cual hizo que los pisotones y las risas dominaran el momento. Se tomaban un descanso tomando vodka y continuaban la tarea.

Por supuesto que el estar alicoradas no contribuía mucho al aprendizaje efectivo de los nuevos pasos, pero aún así, no desistieron hasta que lograron hacerlo un par de veces seguidas, luego de lo cual, se tomaron un merecido descanso sentadas en el mueble.

Julia se quebaja del dolor en los pies, así que Valeria le quitó los tacones que llevaba puestos y comenzó a darle masajes.

-Mmmmm que alivio _ Gemía Julia al sentir el alivio que aquel masaje le proporcionaba. Estaba en estado de éxtasis - No sabes _ Continuó abandonándose por completo a aquella acción al apoyarse en el espaldar del mueble y cerrando los ojos.

Valeria sonreía con aquello pues no pensó que obtendría esa reacción tan entregada por parte de Julia, después de todo, no era muy receptiva con el hecho de que le tocaran los pies porque le daba cosquillas, pero para su sorpresa, no sólo se dejó, sino que lo estaba disfrutando y Valeria también.
A medida que pasaban los minutos, Valeria no sólo masajeaba los dedos y los talones, sino que incluyó los tobillos y las pantorrillas y estaba tan inmersa en su tarea, que no se dio cuenta del cambio de ritmo en la respiración de Julia. Del cambio de expresión en su cara y de la pequeña abertura en su boca.

Esas manos no sólo le habían aliviado el dolor, sino que además, la estaban excitando sin poder evitarlo. Y es que a la final, no deseaba evitarlo pero al abrir los ojos y observar la expresión concentrada de Valeria, se dio cuenta que sólo ella se estaba sintiendo de aquella manera, así que en un atisbo de cordura, retiró poco a poco sus piernas de aquellas maravillosas manos.

-Tengo que ir al baño _ Se excusó al ver la expresión confundida de Valeria.
-¿Te sientes mejor? _ Le sonrió.
-¡Oh sí! No te imaginas cuanto _ Le devolvió la sonrisa pero tratando de evitar ser transparente en cuanto a lo excitada que estaba.

Se levantó para ir al baño y al encerrarse, se dejó caer en el suelo donde respiró hondo varias veces para calmar su respiración irregular. Trató de poner en blanco su mente y olvidarse de la sensación de las manos de Valeria, pero era cuesta arriba. Sentía aquellas manos no sólo en sus pies y pantorrillas, sino en todo su cuerpo al recordar aquella fantástica noche. Que no daría por entregarme a ella otra vez, pensó y al instante siguiente abrió los ojos como plato ¿Qué?

Desde la última conversación que habían tenido sobre el tema, Julia no había vuelto a pensar en lo sucedido aquella noche, o más bien, no había pensado en ella con anhelo o deseos de que se repitiera ... hasta ahora. Y lo que más la sorprendió fue la intensidad del deseo que sintió. Realmente quería estar entre los brazos de Valeria, realmente deseaba sentir sus besos y sus caricias, realmente anhelaba que le hiciera el amor y poder hacérselo a Valeria. Fue como si en ese instante se abriera la puerta de un cuarto que no sabía que existía y que la estaba invadiendo con deseos reprimidos.

-Tengo que irme _ Se dijo a sí misma.

Se levantó del suelo, se lavó la cara y se dispuso a salir con la intención de irse. Al llegar a la sala  consiguió a Valeria en la cocina sirviendo dos tazas de helado.

-Casi se me olvida que tenía helado y del sabor que te gusta _ Le dijo sonriendo ampliamente y mostrando la cuchara de servir con la porción de helado de fresa.
-¡Qué rico! _ Sonrió también -Pero no podré comerlo _ Se disculpó.
-¿Por qué? ¿Estás muy llena aún?
-No _ Negó ligeramente -Es que debo irme.
-¿Qué? ¿Es broma no?
-Nop ... en verdad debo irme _ Comenzó a caminar hacia donde estaban sus cosas.
-¡Espera un momento! _ Dijo apresurándose hacia Julia cuando vio que en verdad recogía su cartera -¿Cómo que te vas? ¿Por qué? _ Le agarró la mano para detenerla.
-Porque es tarde Val, ya es hora de irme.
-Pero no entiendo, pensé que te quedarías.
-Nunca dije que lo haría.
-No pero ... pensé que lo harías.

Valeria no entendía lo que pasaba, pero sabía que algo había ocurrido para que Julia tuviera ese cambio de idea.

-¿Jul qué pasa? _ Le insistió parándose frente a ella muy cerca para poder mirarla a los ojos.

Julia retuvo la respiración al sentir la necesidad imperiosa de besarla al tenerla así de cerca. Todas las alarmas le decían que se fuera, que terminara de salir de allí, pero su cuerpo no le obedecía.

-No te dejaré ir ... es muy tarde. Son las 3 de la mañana _ Sin esperar respuesta, Valeria le quitó la cartera de las manos y la volvió a colocar en el perchero donde estaba -Vamos a comernos el helado.

Entrelazó sus dedos con los de ella y la llevó hasta el mesón donde estaba sirviendo los helados. La sentó y continuó sirviendo las tazas, sacó un pote de maní triturado y le aplicó lluvia de maní a ambas.

-Disfrútalo _ Le sonrió.

Julia le devolvió la sonrisa y sin decir una palabra, empezó a comer.

-¿Por qué querías irte? _ Preguntó Valeria al cabo de comer en silencio unos minutos.
-Es tarde y no quería seguir molestándote.
-¡Pero qué dices! _ Dijo incrédula -¿Cómo que molestar?
-Sí bueno, llegué sin avisar así que tal vez tenías planes para hoy o una cita mañana ...
-No seas boba, de tener planes para hoy o mañana te habría dicho, así que deja la necedad y dime la verdad ... ¿Qué te pasa que quieres irte?

Julia se mordió el labio inferior unos segundos tratando de pensar en alguna excusa válida que dar, pero nada le llegaba.

-No me dejaste ir así que ya no importa _ Trató de restarle importancia.
-Pero a mí sí me importa _ Valeria se acercó a ella y la abrazó -Sé que estás inquieta por la boda y necesitas una noche libre de eso, así que disfrútala Jul ... sabes que aquí estarás bien _ Trató de reconfortarla.

Julia se abrazó fuerte al cuello de Valeria y se dejó arropar por su calor y su perfume. Que bien se sentía allí con ella, nunca antes había percibido la paz y la tranquilidad que Valeria le transmitía y hoy, se daba cuenta de ello.

-¿Seguimos bailando? _ Dijo de pronto rompiendo el abrazo. Necesitaba enfocar sus pensamientos en otra cosa.
-¿Aún tienes ganas de continuar? _ Preguntó Valeria extrañada y sorprendida a la vez.
-Mis pies dicen que no, pero realmente me gustó el baile _ Sonrió
-¡Sabía que te gustaría! _ Le devolvió la sonrisa ampliamente.
 -Jajajajajajajaja Que puedo decir ... me conoces bien.
-Sólo un poco _ Agregó haciendo un gesto de "poco" con la mano y luego le guiñó el ojo - ¿Bailamos? _ Le ofreció la mano.

Julia tomó su mano y se dejó guiar hasta la sala nuevamente. Esperó mientras Valeria reactivaba la lista de canciones sin poder apartar la vista de ella, de sus manos unidas, su brazo delicado y suave, su espalda ancha, su cabello azabache ... y finalmente esos ojos negros y penetrantes que le devolvían la mirada. Julia no pudo evitar sonrojarse un poco al darse cuenta que Valeria la había pillado en aquella observación, pero a pesar de ello, Valeria sólo sonrió ligeramente.

-¿En verdad quieres hacerlo?
-¿Eh? _ Preguntó una Julia descolocada por aquella pregunta.
-¿Bailar? _ Valeria entrecerró los ojos por un instante al darse cuenta de la confusión de Julia.
-Sí claro _ Asintió de inmediato.
-Esta canción no es Kizomba, pero podemos bailarla igual _ Aclaró antes de que la canción comenzara a sonar.

Sus cuerpos se unieron para iniciar la danza y no hizo falta preguntar con qué pasos iniciarían o cuál de las combinaciones de pasos realizarían, simplemente se dejaron llevar por el ritmo de la canción.

Me gustas así, descalza hasta el cuello
sin un poquito de tela en tu cuerpo
no le des trabajo a mi imaginación
te juro es mi mejor inspiración

Me gustas así, sin pretensiones
sin maquillaje, aretes ni tacones
rendida aquí en mi pecho hasta el amanecer
perfecta como Dios te quiso hacer 

Valeria, que había escuchado esa lista de canciones mil veces, comenzó a cantar la canción justo al oído de Julia. Al principio su intención era sólo cantarla, pero al concientizar cada estrofa, decidió que así fuese a través de una canción, le diría todo lo que no podía decir en la realidad. La primera vez que había escuchado esa canción se había reído al pensar que no existía nadie que le inspirara tales palabras, pero después de haber estado con Julia, supo de inmediato que esa canción le pertenecía a ella.

Que seas malita conmigo por favor te pido
atrápame entre tus piernas, no me sueltes
no me des ni un chin de tregua
agota hasta las reservas de mi cuerpo 

Te pido no me tengas pena
y ya mis ganas te nombran
hoy no se duerme aquí en esta habitación
voy amar hasta tu sombra, voy a beberme tu amor 

Por más que quiso, Julia no pudo evitar hundir su rostro en el cuello de Valeria y comenzar a acariciar esa piel con sus labios al tiempo que inhalaba su olor. La combinación de los movimientos sensuales del baile y escuchar cada palabra de los labios de Valeria, hicieron que sus sentidos se agudizaran y percibiera cada sensación que aquello le ofrecía, llenándola de éxtasis y placer.

Me gustas así, sin condiciones
expuesta a todo sin complicaciones
haciendo sus jueguitos de seducción
que me desarman hasta la razón 

Que seas malita conmigo por favor te pido
atrápame entre tus piernas, no me sueltes
no me des ni un chin de tregua
agota hasta las reservas de mi cuerpo 

Ay mami no me tengas pena
y ya mis ganas te nombran
hoy no se duerme aquí en esta habitación
voy amar hasta tu sombra, voy a beberme tu amor 

Valeria por su parte, sólo pudo cerrar sus ojos y apretar un poco más si era posible, el abrazo entre ellas. Sentir los labios de Julia en su cuello la tenían en el limbo y aunque sabía que debía frenarlo de inmediato, se dio el permiso de disfrutar de aquel instante sin pensar en nada más.

Podía obviar y mirar hacia otro lado el resto del tiempo, pero en ese pequeño instante, daría rienda suelta a las emociones y sentimientos que había descubierto hacia Julia. Era algo prohibido y lo sabía, así que sólo le quedaba disfrutar de aquellos pequeños momentos de intimidad que se le presentaban. Justamente como ahora.

 No me sueltes ni un momento
muérdeme hasta el pensamiento
esta noche es solo de los dos 

No me sueltes - Daniel Santacruz

Luego de esta estrofa, Julia mordió ligeramente el cuello de Valeria y aquella acción fue como una detonación explosiva para Valeria. Su cuerpo reaccionó al instante y su piel se erizó por completo. Un pequeño gemido salió de su boca sin poder retenerlo provocando que la cordura de Julia se perdiera de inmediato, llevándola a lamer aquella piel tersa y deliciosa que tenía a su merced.

-¿Qu ... qué haces Jul? _ Preguntó Valeria con dificultad en un pequeño atisbo de cordura. Sentir esos labios otra vez la estaban volviendo loca.

No recibió una respuesta como tal, sólo recibió besos y más caricias que la obligaron a levantar su rostro para dejarle el camino libre a aquellos labios juguetones. Debía negarse, era lo correcto, pero que Cristo la ayudara porque realmente deseaba sentirla otra vez.

- Jul ... _ Intentó parar pero con un hilo de voz que apenas se escuchó.

Otra vez no hubo respuesta verbal, pero esta vez, Julia se separó sólo un poco para poder tomar el rostro de Valeria entre sus manos y adueñarse de su boca. Cualquier intención de negarse se borró por completo y Valeria correspondió el beso con todo el deseo que sentía. No hubo peros, no hubo dudas, ambas querían eso y lo tendrían.

Los besos iniciales estaban cargados de deseo, de hambre y lujuria. Fue una lucha de dominación que las hizo comerse a besos sin tapujo alguno. Fue como dejar salir todo el deseo reprimido que por razones evidentes, habían evadido todo ese tiempo y que hoy, era imposible dejarlo a un lado. La primera vez había sido algo casual, una noche que pretendía ser sin consecuencias, pero ahora ... todo lo que deseaban era volver a conectarse como aquella vez y disfrutar a consciencia de las emociones y sensaciones que sólo ellas habían logrado despertar entre sí y que no importaba cuanta tierra le habían echado encima para no pensar en ello o para no desearlo, aquí estaba y más vivo que nunca. Julia se abrazaba con fuerzas a Valeria y Valeria enredaba sus dedos entre los cabellos de Julia. No había tregua.

Prendas de ropas comenzaron a volar por doquier, besos y caricias incontrolables se propinaban entre sí. Jadeos y gemidos acompañaban al fondo musical que desde segundos antes, había dejado de importar. Había sólo un objetivo, saciar esas ganas que las tenía completamente fuera de sí.
A tientas, se acercaron hasta el mueble, pero una vez allí, Valeria se sentó y ubicó a Julia justo frente a su cara. No dejó de mirar sus ojos mientras lo hacía, así que pudo ver como los ojos miel de Jul se dilataron un poco más al saber lo que venía.

La hizo separar las piernas antes de bajar su mirada y lograr admirar aquella intimidad blanca, tersa, con labios perfectamente simétricos y que en ese momento, dejaba entrever ese clítoris pequeño, pero tan hermoso que tanto deseaba. Subió su mirada nuevamente mientras acercaba su rostro a su objetivo y cuando sacó la lengua para degustarla, pudo ver como Jul retuvo la respiración y entre abrió los labios. Valeria la lamió toda, pero lentamente, queriendo recordar la sensación de tener a Jul en su boca. Pasó por todo el medio de su intimidad logrando sentir sus labios menores que resguardaban tan bien su abertura más íntima, su clítoris sensible, sus labios acolchados y su hendidura frontal ... aquella que servía de preámbulo para aquella joya.

El gemido fue compartido, el placer que ambas sintieron con aquella pequeña acción, las hizo reafirmar lo mucho que deseaban volverse a sentir.

Julia enterró sus dedos en el cabello de Valeria, mientras que Valeria, enterró sus dedos en las nalgas de Julia para poder mantenerla en su sitio cuando comenzara a besarla y a lamerla de lleno. No le dio respiro. Sin apresurarse, pero en un ritmo constante, Valeria comenzó a darle besos húmedos que encendían todas sus terminaciones nerviosas. Se hundía entre sus labios menores, succionaba sus labios mayores, acariciaba su punto sensible, lamía la unión de sus piernas, todas, acciones que la llevaban a niveles cada vez más altos de excitación.

Julia estaba sin aliento, sus gemidos y jadeos ya no los controlaba. Esa boca la tenía sin cordura y sus piernas a penas la sostenían, pero el placer que sentía era tal que se agarraba de las fuerzas que sentía no tenía, para mantenerse en pie y no interrumpir aquel mar de divinas sensaciones.

No se trataba sólo de lo que sentía físicamente, sino de las mil revoluciones emocionales que aquello le causaba. No lo entendía, no sabía de dónde salía todo aquello, pero lo que sí sabía era que jamás se había sentido así de completa en su vida. Era algo nuevo para ella e imposible de ignorar.

Entre besos y lamidas, sintió como Valeria introducía un dedo en su interior, un dedo que la hizo jadear fuerte y casi caer. Al instante siguiente sintió como la llenaba con dos dedos y allí ya no pudo frenar un minuto más, el cosquilleo que la fue recorriendo de pies a cabeza hasta instalarse en su bajo vientre, erizarle toda la piel y explotar en su interior con tanta fuerza que un grito de placer invadió toda la sala, un grito acompañado de espasmos continuos y sonidos guturales que ni ella misma se conocía.

Todo su interior estaba contraído por el orgasmo tan fuerte del que fue presa y sólo las manos firmes de Valeria impidieron que cayera al suelo sin fuerzas.

Valeria la ayudó a sentarse en su regazo para abrazarla por completo y sentir como lentamente su respiración y su cuerpo se calmaban. Julia por su parte, hundió su rostro en el cuello de Valeria y se dejó llevar por la tranquilidad de aquella acción. Era tan íntima, pero a la vez tan especial, que Valeria supo de inmediato que sólo Julia era dueña de esos gestos de parte de ella. Con nadie más podría hacerlo de nuevo, y en honor a la verdad, ahora sabía que con nadie más querría hacerlo.

Se quedaron así por varios minutos, era como si el tiempo se había detenido y lo único existente eran ellas dos y esa extraña sensación que sentían. Sensación de ser esos brazos a los que pertenecían.
Julia fue la primera en moverse y levantar su rostro hasta poder mirar a Valeria a los ojos. Al encontrarse con esa mirada intensa, pero tan llena de ternura a la vez, el deseo de hacerla suya se encendió. Una ráfaga de celos la alcanzó, pensando en las miles de manos y cuerpos que lo habían podido hacer antes y la necesidad irracional de borrar cada imagen o recuerdo de aquellos cuerpos la invadió.

Julia tomó el rostro de Valeria con una mano y comenzó a besarla, a jugar con sus labios, a jugar con su lengua. Besos suaves y delicados, pero que con cada rostro que recordaba haber visto a su lado, hacía que la intensidad aumentara y los besos terminaran siendo una mezcla de deseo, lujuria y necesidad básica y carnal. La haría suya.

Se levantó de su regazo e hizo que Valeria se sentara más a la orilla del sofá para luego ella arrodillarse sobre la alfombra y quedar a nivel de su intimidad. Con sus manos, comenzó a acariciar los muslos de Valeria al tiempo que observaba con embelesamiento aquel pubis depilada y con evidentes rastros de humedad entre sus labios mayores y menores.  Se dedicó unos segundos a recorrerla con su mirada antes de instar con sus manos a que Valeria se abriera un poco más de piernas y poder observar más allá de lo superficial. La vista que obtuvo la hipnotizó, no sabía por qué o desde cuándo aquella anatomía le causaba tanta atracción, pero lo cierto era que al verla así, las ganas de comérsela a besos la invadió.

Tragó grueso tratando de humedecer su garganta que de pronto la sentía seca, quería besarla y volver a sentirla en su boca, pero primero deseaba tocarla, excitarla. Y así lo hizo, con su pulgar derecho, comenzó a acariarle los labios mayores, con movimientos lentos, no sólo recorrió sus extensiones, sino que además, sintió la suavidad de los mismos. Acarició también los labios menores que estaban completamente humedecidos y jugó a esparcir esa miel por cada pedacito de piel que acariciaba. Se humedecía el dedo lo más que podía y repasaba nuevamente cada caricia anterior hasta dejar brillante aquella intimidad. Con cada movimiento que hacía, podía percibir también los pequeños jadeos y la respiración irregular de Valeria y cuando la observó y pudo ver lo entregada que estaba a sus caricias, una sensación de poder y de orgullo la recorrió. Poder, por lograr esa reacción en Valeria y orgullo, porque a pesar de su inexperiencia evidente, sus instintos la estaban llevando por el buen camino.
De inmediato, una emoción diferente se instaló en su interior; alegría. Una alegría que le hinchaba el corazón y que por un instante, le humedeció los ojos. ¿Cómo era posible que un acto tan simple le moviera tantas cosas internamente, no lo sabía, pero lo que sí sabía era, que quería aquello no sólo en ese momento, sino siempre.

Sí, a pesar de que el pensamiento la asustó en un primer momento, se dio cuenta que así era. Se dio cuenta de por qué durante los días y semanas anteriores no había logrado conectarse con Mauricio y es que la conexión que había sentido con Valeria y que hoy se repetía, no hizo más que corroborarle que aquella experiencia de una noche, se había convertido en la caja de Pandora que ahora era imposible de cerrar e ignorar. No podía hacerlo y en realidad, no quería hacerlo. Mauricio y la boda, habían perdido sentido para ella. Le dolía pensar en hacerle daño a un hombre que la amaba y que le bajaba el cielo si ella se lo pedía, pero en ese momento, en ese justo momento supo, que jamás podría conectarse así con él. Que todo lo que Valeria le despertaba, era imposible que sucediera con nadie más. ¿Cómo lo sabía? No tenía una explicación coherente, simplemente lo sabía, la pregunta era si Valeria se sentía igual.

Un temor inmenso explotó en su interior. ¿Qué haría si Valeria no se sentía igual? ¿Cómo continuaría su vida si Valeria no quería descubrir qué era todo aquello con ella? Un pequeño movimiento de la pelvis de Valeria la hizo salir de sus pensamientos y darse cuenta que Valeria la miraba con interrogación. Ahí estaba de nuevo, otra evidencia de lo mucho que Valeria la conocía y lo fácil que se le hacía leerla y saber cuándo Julia se sentía perturbada.

Sacudiendo su mente, Julia alejó cualquier temor o miedo que tuviera y decidió que sin importar lo que pasara luego, en ese momento le haría saber a Valeria que nadie más la tocaría y le haría el amor como ella.

Con sus dos pulgares Julia abrió los labios mayores y menores de Valeria para luego sacar su lengua y recorrerla desde su abertura vaginal, hasta su clítoris hinchado. El gemido que salió de Valeria fue profundo e intenso, dejándole saber a Julia, que el éxtasis que sentía era total. Esa lengua la exploró sin reparo y sin descanso, haciendo que la excitación de Valeria aumentara cada vez más con cada movimiento. Recorrió sus canales, los labios menores, se introdujo dentro de ella haciendo casi imposible retener el orgasmo que estaba tan cerca. La sintió moverse en su abertura y succionando su miel. La sintió moverse sobre su punto sensible una y otra vez acariciando, provocando y excitando mucho más. Valeria había aprendido a retrasar el clímax, pero por alguna razón que no se explicaba, las caricias de Julia la llevaban a otro nivel muy diferente al vivido hasta ahora, así que fue imposible posponerlo mucho más allá cuando la sintió instalarse sobre su punto sensible frotándolo sin piedad hasta arrancar un orgasmo tan intenso que se abandonó por completo al placer que sentía y por primera vez en su vida, otro orgasmo igual o más intenso que el primero, llegó casi de inmediato.

Su intimidad estaba tan sensible que no pudo soportar otro roce más y se dejó caer en el piso junto con Julia para buscar un poco de alivio a aquella tortura deliciosa. Como pudieron, se abrazaron apoyadas del sofá sin decir palabra alguna.

Ambas estaban abrumadas por lo sucedido, miles de preguntas sin respuestas rondaban sus mentes, pero sobre todo, qué hacer justo en ese momento donde la razón se hace presente, donde la excusa del deseo incontrolable ya dejaba de ser válida. Cómo mirarse a los ojos a partir de ese momento.

Valeria contempló la posibilidad de dejarlo a un lado y continuar como si nada, pero no podía hacerlo, necesitaba dejar las cosas claras y saber si debía guardar todo aquello bajo llave de manera permanente o si con lo que acababa de suceder, había una pequeña posibilidad entre ellas. Era una locura total y lo sabía, pero todo su ser le gritaba que debía intentarlo.

-Esto no me lo esperaba  _ Comentó Valeria casi en susurro pero sin soltarse del abrazo.
-Yo tampoco ... _Respondió igual - Pero fue tu culpa _ Agregó.
-¿Mi culpa? _ Dijo sorprendida.
-Sí, tu culpa ... por seducirme como lo hiciste _ Dijo en tono serio. Valeria se timbró con aquellas palabras, así que trató de aclarar el asunto de inmediato.
-Julia ... yo no te seduje _ Dijo con preocupación - En ningún momento pretendí hacerlo.
-Claro que sí _ Se levantó hasta lograr mirarla a los ojos y tener las manos libres para comenzar a enumerar - Primero me invitas a bailar ese baile erótico ... Dos, me das esos masajes tan provocativos despertando mis sentidos. Y tres, me cantas semejante canción al oído ... ¿te parece poco? _ Levantó las cejas y abrió los ojos como plato exagerando la escena.

Valeria se descolocó por un instante mientras la escuchaba, pero al caer en cuenta que Julia bromeaba y que sólo estaba aligerando la incomodidad del momento, pues debía estar tan desconcertada como ella con lo sucedido, se sonrió.

-Pero yo no fui quien comenzó a dar besos subidos de tono _ Contraatacó.
-No pues que esperabas que hiciera ... ¿que me quedara de palo después de todo eso?

Valeria no pudo contener la carcajada después de aquello y Julia la secundó. Al calmarse, Julia se acercó a los labios de Valeria y la besó suave y sin lujuria, sólo disfrutando del contacto entre sus labios y luego se abrazó a ella como estaban hacía minutos atrás.

-Apartando todo lo mencionado ... la pregunta es ¿por qué sucedió otra vez? _ Continuó Valeria con cautela, luego de una pausa.

Se quedaron en silencio unos segundos antes de que Valeria volviera a hablar.

-¿Qué fue esto? _ Preguntó con seriedad. Podían jugar a ignorarlo, pero no quería hacerlo. Necesitaba saber que piso tocaba.
-No lo sé _ Respondió con sinceridad - No era algo que tuviese en mente hacer cuando vine para acá ... yo sólo quería a mi amiga, necesitaba ese no sé qué que siento contigo ... por eso vine _ Hizo otra pausa tratando de ordenar sus pensamientos -Pero cuando me hiciste los masajes ... me hiciste consciente de algo que había obviado hasta ahora _ Comenzó a jugar con sus dedos de manera nerviosa tratando de tomar valor para decir lo que debía decir. 

Valeria la tomó por la barbilla y levantó su rostro hasta que sus miradas se encontraron nuevamente.

-¿De qué te hiciste consciente? _ Preguntó reteniendo la respiración.
-Que deseaba sentirte otra vez _ Dijo finalmente.

Julia logró ver un brillo diferente en los ojos de Valeria, pero no supo descifrar qué era. Era algo que nunca había visto en ella. Por un instante dudó en continuar, pero algo en su interior le decía que era ahora o nunca.

-No entiendo lo que pasa Val, te juro que todavía trato de buscarle una explicación pero ... no lo sé, sólo sé que contigo ha sido tan diferente _ Cerró los ojos por un momento recordando esa sensación de estar completa al tener su orgasmo y al sentir el de Valeria, que la hicieron respirar hondo y al abrir sus ojos, inevitablemente los tenía dilatados  -Nunca me había sentido así con nadie y cuando sentí tus manos en mi piel ... bastó sólo eso para saber que quería estar contigo otra vez.

El silencio de Valeria era ensordecedor, pero Julia necesitaba sacar todo aquello que estaba sintiendo en ese instante, así que no se lo callaría.

- Quise irme cuando sentí todo esto Val, pero no me dejaste ir y yo ... no pude contenerme. Necesitaba sentirte otra vez _ Dijo casi en tono de disculpas pues sabía que para alguien como Valeria, eso significaba un desastre.

El silencio se mantuvo por unos instantes más en los que Julia sintió que cada segundo perdía el piso donde levantarse y donde Valeria sentía todo lo contrario. Escuchar a Julia la había dejado sin palabras, pero al mismo tiempo, le daba un impulso que nunca antes había sentido; el impulso y las ganas de nunca dejarla ir.

Era una completa locura y sabía que si aquello no resultaba, sería ella la destrozada, pero era Julia, no cualquier otra mujer, así que no había nada que hacer. Se lanzaría a esa aventura sin pensarlo un minuto más.

Su mente estaba hecha un caos, no hallaba las palabras coherentes para responderle, pero al ver el temor y la incertidumbre en la mirada de Julia, no pudo sino tomar su rostro y besarla. Besarla con todo el miedo que sentía, pero al mismo tiempo, besarla con toda esa ternura que sentía y esa necesidad de sentirla parte de sí misma.

Se entregaron a ese beso sin reparo. Para ambas representaba un inmeso alivio y la respuesta que tanto esperaban. Que no estaban solas en aquella revuelta interna. Que no estaban solas en aquella locura. Que no estaban solas en ese nuevo desafío de enfrentar el día después sin tener la menor idea de cómo hacerlo. Valeria terminó el beso pegando su frente de la de Julia sin abrir los ojos y acariciándo sus mejillas con los pulgares.

-No soy de relaciones Jul, sabes que lo último en lo que pienso es en ello pero  ... me es tan fácil imaginarme junto a ti ... ésto ... - Dijo haciendo un pequeño gesto señalándose las dos -Estar así contigo es tan natural ... tan agradable ... tan cálido que no quiero soltarte. No quiero soltarte y después no poder sentirme así de nuevo ... no quiero soltarte y dejar de sentir que es aquí donde pertenezco ... _ El corazón galopaba mientras hablaba. Una emoción, sentida sólo una vez años atrás la embargaban, pero aún así, las palabras no paraban de salir. Lentamente separó sus frentes para poder mirarla otra vez y perderse en esa mirada que hoy le desnudaban el alma. O tal vez era ella la que deseaba desnudar su alma frente a Julia. -Hace mucho que no me sentía así ... y honestamente, no quiero dejar de sentirme así _ Concluyó con la mirada vulnerable y todo su ser igual.
-¿Entonces qué hacemos? _ Preguntó una Julia con la voz temblorosa y respiración agitada.
-No tengo la menor idea _ Respondió una Valeria sonriendo nerviosamente.

Una emoción y un sentimiento inexplicable las apresó de tal manera, que comenzaron a reírse sin motivo. Se miraban con todo el miedo que sentían, con toda la incertidumbre que las envolvían, pero al mismo tiempo, con la certeza de que ese nuevo encuentro, marcaba el inicio de algo insospechado, de una locura que sólo su misma locura le daba sentido. Una locura, que marcaría el resto sus vidas.


No me sueltes de Daniel Santacruz
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11 comentarios:

  1. ¡Oh. Por. Dios.! Que bueno que lo continuaste. :) Un alma feliz por acá o/

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  2. Pero este sí es el final, no hay continuación. Debí aclararlo pero se me pasó. El final es de libre interpretación, simplemente abrí la puerta para que vieran el camino que seguirán las chicas, pero el cómo lo harán, dependerá de ustedes en su imaginación.
    Lo concebí como un capítulo único, lo continué sólo para no dejarlas tan en el aire, pero mi intervención llega hasta aquí ;-)
    Saludos

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  3. ES GENIAL COMO ESCRIBES ME ENCANTA

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  4. Muchas gracia por darnos una segunda parte, aunque debo decir que nosotras las lectora siempre queremos mas. Quizás mas adelante conviertas este relato corto en una historia larga, igual todo lo que escribas es genial

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  5. Confieso que me rompiste el corazón y mira que no tengo. Recuerdo la primera vez que subiste la primera parte y me quede con ganas de mas, un día cualquiera entro al blog y descubro continuación me hiciste el día me cae. Ahora que veo tu mensaje de que este es el fin pfff murió mi esperanza, sin embargo agradezco el hecho de que hayas subido un capitulo mas y el hecho de poder leerte puesto que me encanta como escribes y sin mas gracias deseando que te encuentres bien.

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  6. Muy buena sorpresa, la disfrute.. espero sigas sorprendiendo con tan lindas historias.

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  7. Excelente ha estado esta segunda parte, es una lastima que no la continúes, pero al mismo tiempo es bonito que nosotros nos imaginemos el final que deseamos para ambas, aunque creo que el final que tu le dieras fuera el mejor. Gracias es un verdadero placer poner leer tus historias, todas maravillosas.

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  8. Falta la 3 parte a ver si queda junta y julia no se casa porfa escribe la ,3 parte de estas historia

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  9. Falta la 3 parte a ver si queda junta y julia no se casa porfa escribe la ,3 parte de estas historia

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  10. Falta la 3 parte a ver si queda junta y julia no se casa porfa escribe la ,3 parte de estas historia

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  11. Gracias a todas por comentar y disfrutar del capítulo. Como siempre digo, en el ahora no tengo planes de continuarla, pero el futuro siempre es incierto así que tampoco puedo asegurar que la musa no llegará con ideas para un cierre total de la historia. En todo caso, les aseguro que si se me ocurre una buena idea para desarrollar y darle un cierre más completo y sin ideas inconclusas, la escribiré y por supuesto, la compartiré por aquí.
    Cariños y saludos a todos :-)

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