Fabiana estuvo pensando durante todo el camino como
decirle a Eugenia lo que había pasado, no es que hubiese una manera sencilla o
menos dolorosa de hacerlo, pero con el embarazo de por medio todo sería mucho
más complicado. En otras circunstancias, la separación seguramente sería
definitiva, pero el bebé en camino lo cambiaba todo. Si bien era cierto que
Eugenia había tomado la decisión de llevarlo a cabo por sí sola, eso no
cambiaba los hechos. No a los ojos de Fabiana.
Habían sido una pareja sólida y estable hasta hacía
algunos meses, no podía culpar a Eugenia por pensar que aquella acción no
representaría otra cosa más que felicidad, así que estaría allí para ella y
para el bebé, si Eugenia así lo aceptaba.
Al entrar al apartamento pudo verla acostada en el
sofá arropada hasta la cintura con una manta, la cabeza apoyada en un cojín y
los ojos cerrados. Se alarmó al verla así, pero luego de observarla unos
segundos se dio cuenta que estaba dormida. El equipo de sonido estaba a un
volumen bajo con covers de canciones actuales en instrumental. No era que
Eugenia nunca hubiese hecho algo así, pero algo le decía que se debía a algo
más allá que el puro gusto por ese tipo de música.
Trató de hacer el menor ruido posible para dejarla
descansar, igual la conversación que debían tener seguramente la alteraría, así
que lo mejor era que estuviera lo más calmada posible para lo que debía
decirle. Cuando se disponía a ir hacia la cocina para hacer un poco de café,
Eugenia abrió los ojos y se le quedó mirando en silencio.
- Hola
_ La saludó sonriendo ligeramente, pero Eugenia se mantuvo en silencio -
Te sientes bien? _ Preguntó preocupada al ver su reacción, o más bien, la
falta de ella, pero Eugenia sólo asintió con la cabeza una vez.
Algo le pasaba, lo sentía, pero hasta que no
quisiera hablar, sería imposible saberlo a ciencia cierta. Eugenia era una
mujer muy alegre y dispuesta a ayudar a todos si estaba en sus manos, pero a
veces, esa misma disposición la colocaba en situaciones poco agradables donde
el abuso y exceso de confianza llevaban la bandera y era allí, donde podían
surgir los problemas o malos entendidos que descomponían su ánimo, cosa que al
parecer, era lo que sucedía en ese momento. No era el estado más idóneo para
conversar, pero daba lo mismo como estuviera, el resultado sería exactamente el
mismo.
- Haré
un poco de café, quieres algo diferente? _ Le ofreció sabiendo que el café
no era su bebida preferida.
- Una
soda _ Respondió parcamente.
Fabiana
asintió y se fue hasta la cocina. Mientras estaba allí, los nervios comenzaron
a adueñarse de su estómago, sus vísceras se estrujaron hasta convertirse en un
gran nudo que la dejó casi sin aliento. Sabía lo que debía hacer, pero eso no
impedía que le afectara causarle ese dolor a Eugenia.
La historia de Eugenia no era muy diferente a la
historia de muchas chica de ambiente, sentimientos encontrados sobre su
sexualidad durante su adolescencia hasta que llegó el momento en el que se
enamoró de una amiga y se dio cuenta de que eran las chicas lo que le iban.
Para su fortuna, sus padres no la rechazaron por ello, más sí se aseguraron de
que se sintiera en confianza como para no tener que ocultarse o caer en malos
caminos por sentirse cohibida por sus seres queridos. De adulta, se había convertida
en una mujer tan segura de sí misma que no temía tomar decisiones difíciles
cuando era necesario, aunque eso le trajera problemas, pero pensaba que cuando
se tenía la certeza de algo, no se debía esperar mucho tiempo, pues los miedos
y las dudas se apoderaban de las personas y muchas veces las hacía abandonar
sueños o metas por temores. Así era Eugenia y con la decisión del embarazo,
confirmaba una vez más esa filosofía de vida.
Fabiana por su parte, era mucho más comedida en lo
que hacía. Pensaba mucho cada decisión que tomaba, no sólo por sus
consecuencias inmediatas, sino por lo que representaría en el después. Ese
antagonismo de ideas había sido la combinación perfecta, pero ahora, con todo
lo que Fabiana estaba viviendo internamente, había resultado toda una tormenta
de arena en el desierto. Sin nada donde esconderse o con qué protegerse, sólo
esperar a que pasara, hacerle frente y aguantar las embestidas de su fuerza.
Volvió a la sala con su taza de café y la botella
de soda para Eugenia, quien ya no estaba acostada como antes, sino sentada con
las piernas recogidas hacia un lado sobre el mueble. La expresión de su cara
era ausente, sus ojos perdidos en la nada y su expresión corporal decaída. Una
alarma muy fuerte sonó en el interior de Fabiana, parecía como si Eugenia …“no,
no es posible”, pensó cuando la idea de que Eugenia supiese lo que sucedía
se encendió tan fuertemente en su cabeza.
Se sentó frente a Eugenia y ambas comenzaron a
beber de su bebida sin hablar. El silencio se hizo tan aturdidor que Fabiana no
lo soportó por mucho tiempo más.
- Seguro
que estás bien? _ Le volvió a preguntar.
- Sí _
La miró – Tan bien como lo estás tú _ Completó.
Aquella
frase la heló, pero le confirmó lo que su mente ya sabía.
- Hablaremos
o seguiremos fingiendo que todo está bien? _ La voz de Eugenia era firme
en contraste a lo frágil que se veía - Te escuché hablar con Natalia
anoche _ Agregó.
- Es
mejor que hablemos _ Respondió asintiendo luego de respirar profundo. Ya
no había más que esperar.
Fabiana intentó hablar un par de veces, pero ni una
sola palabra salió de su boca. Sabía lo que tenía que decir, pero su garganta
se negaba a pronunciar palabra alguna. Eugenia sólo la miraba fijamente
esperando, aguardando, pero sin moverse ni un milímetro.
- Yo …
no estoy segura de cómo decir esto … _ Comenzó con la voz un poco
temblorosa – No es algo que quisiera hacer pero … _ Trataba de poner en
orden sus pensamientos – Eugenia yo … sigo enamorada de Natalia _ Dijo al
fin – He luchado con este sentimiento desde que regresó, he hecho todo lo
posible por dejarlo pasar y no volver allí pero … _ Dejó caer los hombros
en señal de derrota – No pude … es más fuerte que yo … la amo.
Eugenia no se movió, la única señal de que había
escuchado las palabras de Fabiana eran sus ojos humedecidos y su expresión
entristecida, pero nada más. Por su parte, para Fabiana fue imposible no
reaccionar de la misma manera al verla así. La amaba, de una manera distinta,
pero la amaba también, y causarle ese momento tan doloroso, estaba destrozando
una parte de sí misma.
- Daría
cualquier cosa por no causarte este dolor Eugenia, pero no quiero
mentirte, no mereces que lo haga … _ Le dijo con el corazón estrujado en
su pecho. Sabía que aquello era lo correcto, pero eso no impedía que se
sintiera como lo peor del mundo. Eugenia había sido su salvavidas cuando
creía que no tenía salvación alguna, había sido su risa diaria, su fuente
de alegría y cariño a cada hora y el tener que acabar con sus sueños de
una vida juntas, la destrozaba por dentro. Pero también sabía, que seguir
en esa relación sería un error, pues aunque existían miles de cosas a
favor, faltaba lo más importante, el amor desenfrenado, irracional e
incondicional que sentía por Natalia - Mereces a alguien que tenga su
corazón completamente libre para ti, a alguien que pueda estar cada día
contigo sin compartir su amor con alguien más … y esa no soy yo _ Terminó
con un hilo de voz.
Fabiana dejó la taza sobre la mesa de centro y se
arrodilló frente a Eugenia, quiso agarrar sus manos pero no sabía si hacerlo o
no, así que dudó un par de veces antes de cubrir sus manos con las de
ella.
- Lo
fui, te juro que lo fui, te juro que durante estos años me entregué a ti
por completo. Nunca te engañé o vi a alguien más que no fueras tú pero …
- Natalia
volvió y te puso el mundo al revés _ Completó Eugenia con una voz sin
vida.
- Lo
siento _ Las lágrimas en ambas ya rodaban libre en sus mejillas – Lo
siento tanto.
El dolor era evidente en las dos. Se les notaba en
cada poro de sus cuerpos, pero Fabiana fue la primera en quebrarse al dejar
caer su cabeza sobre las rodillas de Eugenia pidiendo perdón.
- Perdón
cariño, perdón _ Era lo único legible que se escuchaba por encima de los
sollozos de las dos.
Eugenia sacó sus manos del agarre de Fabiana para
poder posarlos sobre su cabeza y enredar sus dedos dentro del cabello para
presionarla hacia sí. Amaba con locura a esa mujer que tenía sobre sus piernas,
pero la entendía. Desde que había escuchado la conversación que tuvieron por
teléfono Fabiana y Natalia luego de la cena, había tenido mucho tiempo para
pensar y darse cuenta que aunque se le rompiera el corazón en mil pedazos, no
podía obligar a Fabiana a amarla, no como ella la amaba y no como sabía que
Fabiana amaba a Natalia, así que no había nada que hacer.
Volverse loca? Gritarle? Odiarla? Eran cosas
imposibles, no con ella que le había dado tantos momentos felices, tantos
recuerdos inigualables. Sólo podía rogar y suplicar porque ese dolor que ahora
la atravesaba de pies a cabeza, algún día terminara y la dejara sanar.
- Desde
cuándo estás con ella? _ Logró preguntar con un hilo de voz. Fabiana
levantó la cabeza para mirarla.
- Desde
que te fuiste a tu último viaje después del lanzamiento _ Sabía que ese
dato era importante. Si bien no cambiaba las cosas, al menos le dejaría
ver que no la había engañado durante tanto tiempo. Un día, dos días,
quizás poco importaba, pero sentía que le debía toda la sinceridad
posible. Eugenia asintió ligeramente – No fue algo premeditado … las cosas
se salieron de control y …
- No
hace falta que me expliques _ Negó ligeramente – Es algo que sabía podía
ocurrir … es sólo que pensé que podía evitarlo _ Pensó unos segundos –
Pensé que había llenado los espacios que ella dejó y que tal vez …
- Lo
hiciste cariño, claro que lo hiciste. Me sacaste de un hoyo muy oscuro, un
hoyo del que no hubiese podido salir por mí misma.
- Sí
pero mira ahora … de nada sirvió _ Dijo con tono derrotado.
Fabiana quería decirle que sí había servido, que
tal vez jamás pudiera hacerse una idea de lo que su presencia había significado
para ella; pero cómo hacérselo entender cuando al mismo tiempo le decía que
amaba a otra mujer. Sólo esperaba tener la oportunidad en algún momento, de
decirle y hacerle ver que sin ella, su vida habría sido muy distinta.
- Sé
que ahora no lo ves Eugenia … pero sin ti, hoy no estaría aquí _ Eugenia
sólo fijó la mirada en la nada tratando de aceptar lo que ocurría. Si bien
era cierto que había pasado todo el día pensando en esa conversación,
jamás podía haberse preparado para la aridez que sentía internamente.
Fabiana era la primera mujer con la que se había
visto envejecer. A los meses de estar con ella supo con certeza que quería
compartir el resto de su vida a su lado, de allí que cuando hablaron sobre
hijos, no dudó en saber que ella era la correcta para formar una familia.
Cuando Natalia regresó, los miedos fueron el pan de cada día. Sintió cuánto
había afectado a Fabiana, pero no quiso dar por sentado nada, así que esperó a
ver si con el tiempo, las cosas volvían a la normalidad. Y creyó que así había
sido, o ahora que lo pensaba, tal vez se imaginó que así había sido y fue eso
lo que la animó a seguir con sus planes de embarazarse. Había cometido un
grandísimo error al hacerlo por sí sola sin involucrar en el proceso a Fabiana,
pero su miedo a decepcionarla si no lograba concebir, había nublado su razón.
Tanto, que nunca pensó en la posibilidad de que Fabiana no estuviera para
la siguiente fase. No temía enfrentarse a la maternidad, sabía que podría
hacerlo, sólo que había esperado todo ese tiempo para dar un paso así,
esperando a su compañera perfecta, y sabía que nadie sería como Fabiana.
- Quiero
que sepas que no tienes obligación alguna con el bebé, yo tomé la
decisión de iniciar esto sin consultarte así que …
- No
te abandonaré. Ni a ti, ni al bebé _ Dijo de inmediato.
- Fabiana
no tienes que tomar parte en algo que no quieres.
- Pero
sí quiero _ Insistió.
- Fabi
_ Dijo con cansancio.
- Sí
quiero Eugenia … acepto que cuando me diste la noticia no reaccioné muy
bien, pero no fue por el bebé, fue por lo que estaba pasando con Natalia …
de no haber sido por eso, otra historia hubiese sido.
- Pero
pasó ahora Fabiana, justo en este momento en el que lo que quieres es
hacer tu vida con ella, no conmigo y mucho menos con un bebé en camino.
- No
me importa … es decir, quiero estar para ti y para el bebé. Esté donde
esté o con quien esté _ Dijo sin vacilar, pues era la verdad.
No podía borrar su primera reacción ante la
noticia, pero podía demostrarle lo mucho que quería formar parte de esa nueva
vida que venía en camino.
******Flashback******
Luego de buscarla en el aeropuerto, Eugenia le
pidió que fueran a cenar a algún restaurant con la excusa de que tenía hambre y
no quería que ninguna de las dos tuviese que cocinar. Una vez allí, Eugenia
esperó a que el mesero les sirviera las copas de vino que habían pedido para
poder decirle la gran noticia que tenía guardando desde hacía dos días.
- Brindamos?
_ Dijo levantando su copa y con una gran sonrisa en su rostro.
Fabiana la secundó pero forzando la sonrisa, sabía
que no había nada por lo cual celebrar una vez que le dijera lo que había
ocurrido con Natalia, pero no era el lugar para hablar sobre aquello, así que
continuó con el curso de la cena.
- Por
los cambios _ Agregó Eugenia a lo que Fabiana sólo chocó su copa con la de
ella y se dispuso a tomar un sorbo del vino – Hay algo que tengo que
decirte cariño _ Su voz era de emoción y con cada palabra, el estómago se
le iba anudando sin saber exactamente el por qué – Es algo que nos
cambiará la vida a ambas, pero estoy segura que será para bien – Su ojos
estaban brillantes de felicidad y Fabiana sentía que el golpe que ella
tenía que dar, sería mucho más duro de lo que se imaginaba – Debes leer
esto _ Le pasó un sobre blanco con un membrete.
Fabiana tomó el sobre y cuando leyó el membrete, un
calambre invadió su estómago, pues era de una clínica de inseminación. Las
manos le empezaron a sudar mientras abría el sobre y sacaba el documento que
contenía, a medida que fue leyendo la información, el mundo se le cayó a
pedazos. Eugenia estaba embarazada. El documento daba el resultado del último
examen que se había realizado el cual confirmaba que el proceso de inseminación
había sido exitoso.
- Qué
es esto? _ Fue lo único que pudo decir.
Estaba tan en schok que sólo podía pensar en lo que
aquello significaba … sus planes con Natalia estaban destruyéndose en ese
preciso instante.
- Eugenia,
qué es esto? Cómo que estás embarazada? _ Su voz salió un poco más alta de
lo que pretendía, pero estaba llegando al nivel de histeria sin poderlo
evitar. La sonrisa de Eugenia se fue desvaneciendo al ver la expresión de
incredulidad de Fabiana, no le hizo falta más para saber que la noticia
que debía ser motivo de alegría, evidentemente no lo era.
- Comencé
a controlarme hace 4 meses y ese es el resultado _ Explicó, aunque ya no
con la misma emoción de un inicio – Recuerdas cuando hablamos sobre tener
hijos?
- Sí
claro que lo recuerdo, pero nunca dijimos que lo haríamos, al menos no
ahora.
- Cierto,
pero pensé que ahora con lo del nuevo lanzamiento en la ronería y el
camino que estaba tomando todo, era un buen momento. Por otro lado, la
doctora que me vio me dio tantas probabilidades …Fabi desde muy joven me
dijeron que quizás no podría quedar embarazada y esta doctora fue tan
optimista que no quise esperar … sentía que era el momento exacto para
intentarlo y … lo hice … yo sólo lo hice.
- Pero
sin decirme??? _ Le reprochó – Por dios Eugenia … me hiciste a un lado en
una decisión que nos cambiará la vida a las dos??? _ Dijo con incredulidad
y su rostro desencajado totalmente.
Eugenia
no pudo articular palabra, tenía razón, por mucho que sus intenciones hubiesen
sido buenas, la realidad era esa, la había hecho a un lado al momento de tomar
la decisión.
- Eugenia
esto es una locura! _ Le dijo levantando el papel con su mano – Yo ni
siquiera sé cómo reaccionar a esto _ Dijo negando con la cabeza – Yo no …
Se quedó en blanco. Lo único que tenía en mente era
cómo le diría aquella noticia a Natalia, pero sobre todo … qué pasaría con
ellas de ahora en adelante.
- No
puedo … yo no … _ Necesitaba salir de allí, así que sin pensarlo, se paró
y salió del restaurant.
Afuera tuvo que lidiar con las náuseas que se le
vinieron de pronto, se agarró de un poste de luz que había cerca de la entrada
y allí tuvo que respirar profundamente varias veces hasta lograr mantener su
estómago en su lugar.
Dios!! Qué voy a hacer con esto? Por qué ahora? Qué
clase de chiste es este? Fabiana fue presa de una impotencia tan grande que
sus dedos quedaron blancos de tanto apretar el poste de luz, no podía creer que
aquello fuese real y que le estuviese pasando a ella. Era como si el destino se
opusiera a su felicidad. Primero cuando Natalia se fue dejándola atrás y ahora
esto … no podía creerlo.
No supo cuánto tiempo pasó antes de sentir que una
mano le agarraba el brazo suavemente y cuando volteó, era Eugenia. Su expresión
era sombría, pero mantenía la compostura como siempre lo hacía. En silencio
total, se montaron en el carro y se fueron rumbo a casa. Cada uno sumida en sus
pensamientos y sentimientos que eran un caos total, pero ambas, tratando de
pensar en cómo hacer con aquella montaña que se había interpuesto en sus planes
futuros.
Fabiana por su parte tuvo que admitir, que aquella
noticia habría sido realmente genial de no haber sucedido lo de Natalia.
Eugenia estaba en su pleno derecho de creer que aquello sería una alegría para
ambas, así que debía dejar de lado, así fuese por un momento, su egoísmo y
pensar con la razón.
Estaba claro que Eugenia se había equivocado en
hacer todo aquello a sus espaldas, pero no podía culparla por querer formar una
familia con ella, no cuando hasta sólo pocos días atrás, había sido fiel a su
relación sin claudicar ante un amor que creía superado. El detalle estaba en
que amaba con locura a Natalia y no se creía capaz de renunciar a ella sabiendo
que era plenamente correspondida, no después de comprobar que sólo ella la
hacía sentir completa. Pero por otro lado, tampoco se sentía capaz de abandonar
a Eugenia en esos momentos, no con un bebé en camino. Entonces qué hacer?
Cómo llegar a un punto medio en todo aquello? … estaba en blanco, su
mente estaba total y completamente en blanco. Debía pensar en algo y debía
hacerlo pronto.
Al llegar a la casa, Eugenia se fue directo al
cuarto diciendo que estaba cansada y que se dormiría de una vez, Fabiana se
quedó sentada en el sofá tratando de calmar el caos interno que sentía. Sin
embargo, dentro de aquel silencio sepulcral que reinaba en la casa, logró
escuchar un sollozo, lo cual la hizo reaccionar y darse cuenta que debía hablar
con Eugenia porque por encima de todo, sin importar las circunstancias, debía
apoyarla, así que se fue al cuarto y se sentó en la cama junto a una Eugenia
abatida y con los ojos llorosos. Fabiana comenzó a acariciar su brazo expuesto
para tranquilizarla un poco, pero las lágrimas seguían su curso sin cesar.
- Lo
lamento _ Dijo en voz baja – No debí reaccionar así … es sólo que …
- Hice
mal Fabiana, ahora lo sé _ Respondió con voz ronca – Pensé y tomé esa
decisión por las dos y no debió ser _ La miró con tristeza – Soy yo quien
lo lamenta.
Ambas se
quedaron en silencio por unos segundos sólo viéndose a los ojos.
- No
voy a mentirte Eugenia, no es algo que tuviera previsto para hacer ahora …
tengo sentimientos encontrados en este momento y … ni sé cómo reaccionar o
qué sentir al respecto … sólo quería decirte que te apoyaré en todo. No
tengas dudas de ello.
- Sé
que así será … sólo que nunca creí que lo harías por obligación y sino
porque te hiciera feliz _ Dijo con voz apagada.
- Eugenia
…
- No
digas nada, sé que es así … _ La interrumpió.
- Lo
siento _ Fue lo ùnico que pudo decir.
******** Presente *********
- Desde
el día que me diste la noticia te dije que estaría contigo en esto, y nada
ha cambiado. Es cierto que quiero hacer mi vida con Natalia, pero si me lo
permites, quiero ser parte de la vida del bebé. No sólo porque quiera
apoyarte Eugenia, no es por obligación, lo hago porque quiero hacerlo.
Quiero estar aquí para él, quiero ser parte de su día a día, quiero … ser
parte de su vida siempre _ Dijo con el alma expuesta.
- No
sé si pueda _ Fue su respuesta luego de unos segundos en silencio – No sé
si pueda con la idea de tenerte y no tenerte Fabiana … Te amo como a nadie
he amado y quiero tenerte conmigo en esto pero … no te quiero a medias, no
te quiero compartida, te quiero para mí y nadie más … si no es así yo no …
_ Negó con la cabeza y la mirada fija en ninguna parte – No puedo Fabi, lo
siento _ Sus lágrimas comenzaron a caer nuevamente – Quieres hacer tu vida
con ella, pues bien, te lo respeto … no lo comparto y me estás rompiendo
en dos con esto, pero no puedo hacer que me ames como lo hago yo, no puedo
hacer que me elijas cuando la elegiste a ella hace tanto tiempo atrás,
pero sí puedo decidir qué hacer de aquí en adelante _ Agregó endureciendo
su tono y limpiando su cara – Quiero que te vayas Fabiana … quiero que
recojas tus cosas y te vayas. No quiero odiarte, quiero quedarme con lo
bonito que vivimos juntas y con la ilusión que me movió a embarazarme _ Se
le quebró la voz, pero enseguida se recuperó – Así que vete y haz tu vida
… pero lejos de mí por favor.
Fabiana
sintió una opresión en el pecho que le impidió respirar normalmente. Sabía que
sería duro, muy duro, pero una cosa era imaginarlo y otra muy distinta vivirlo.
Ella también se estaba rompiendo en dos, pues de haber podido, jamás le habría
causado ese dolor a Eugenia.
Reunió
toda la fuerza que pudo para recoger algunas piezas del closet y del tocador y
salir sin romperse en el proceso. No podía hacerlo, le debía un mínimo de
respeto a Eugenia, así que debía mantener su decisión sin flaquear y sin
hacerse la dolida, pues en ese instante el único dolor válido era el de ella,
no el propio. Cuando estuvo lista para irse, se volvió hacia Eugenia para decir
algo que amilanara su dolor, pero al ver la expresión en su rostro de tristeza,
pero al mismo tiempo de dureza, se dio cuenta que lo único sensato era salir de
allí y dejarla tranquila. Que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por no
quebrarse frente a ella, así que sin decir nada más, salió del
apartamento.
Al estar
afuera, las piernas le flaquearon y un temblor casi ncontrolable se apoderó de
su cuerpo, así que se apoyó sobre la pared al lado de la puerta y rodó hasta el
piso para intentar recuperar el control de sí misma. Estando allí logró
escuchar como Eugenia rompía a llorar sin control y como a los segundos de
estar así, gritó un "NO" que la erizó. Un "NO" cargado de
dolor y desolación que le llegó directo al corazón. Un "NO" que la
hizo levantarse con rapidez y salir corriendo de allí. Respiraba con dificultad
y jadeaba al intentar aguantar el nudo tan grande que sentía en su garganta, pero
perdió todo control al llegar al carro, entre tropezones y movimientos torpes,
metió la maleta en el carro y logró sentarse en el asiento del piloto, allí se
dejó llevar y lloró sin reserva alguna.
Lloró por
ese amor que no pudo corresponder como lo merecía, lloró por ese bebé que tal
vez nunca conocería y lloró por una herida que sabía nunca se curaría en el
corazón de aquella maravillosa mujer. Había tomado una decisión y no se
arrepentía, pero allí, sola con sus pensamientos, pidió perdón por su desamor.
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no es hermoso lo que escribiste es pura realidad cuando solo una ama
ResponderEliminarque capitulo tan fuerte.... lloro
ResponderEliminarQue difícil pobre eugenia que penso que era su gran amor y fabi que se merece el reencuentro com su verdadero amor hermosa historia besos
ResponderEliminarQue capítulo más sorprendente, escrito con una realidad que te hace pensar y sentir el desamor, pero es más fuerte la honestidad de un sentimiento y no me refiero al del amor sino que el ser sincera al decir que no la quiere a medias. Gracias, no te tardes porfis, saludos
ResponderEliminarWuaooo que difícil terminar una relación cuando mas que amar a esa persona esta el agradecimiento de a verte sacado del profundo dolor que te dejo ese primer amor ese primer amor que era inmenso pero en su momento también tenia que hacer su vida tenia que descubrir su mundo fuera de su adolescencia Eugenia llego en el momento precisó para que Fabiana volviera a reaccionar que aun tenia un corazón para volverse a enamorar pero para encontrarse con una mujer diferente a su amor de adolescencia Pero uno sabe que el amor cuando es verdadero ese que se siente con el alma y te hace temblar hasta los huesos es solo uno y a veces seda en nuestra juventud y cuando menos lo esperamos vuelve a nuestras vidas y vuelve mas maduro mas fuerte por las experiencia vividas y nos damos cuenta que aun nos hace temblar hasta los huesos y sabemos que no podemos dejarla ir a si sin luchar sin darnos una segunda oportunidad lo siento por Eugenia pero Natalia estaba antes en el corazón de Fabiana y cometió el error mas grande que se puede cometer el embarazarse sin hablarlo antes con la persona que estas compartiendo tu vida solo porque estas viendo que la estas perdiendo es un error tratar de detener a la fuerza con un bebe a alguien sabiendo que te puede querer pero no amar creo que Eugenia comprendió tarde que fue un error también creo que ha echo lo correcto al pedirle a Fabiana que salga de casa y de su vida pero debería dejar a Fabiana ser parte del proceso del embarazo y la crianza del bebe porque Fabiana lo quiere hacer espero que Eugenia cambie de opinión cuando se le pase el dolor de la separación buen Capítulo Kam Zoe esperando el siguiente a ver que pasa cuando Fabiana llegue junto a Natalia y le diga que ya esta libre espero que Natalia sea valiente y comience una vida con Fabiana
ResponderEliminarUn abrazó desde Chile
Waooo que duro este capítulo y duro para fabiana espero que este no sea un problema venidero para la relación de Natalia y fabiana (lo del bebe) ese va hacer el punto frágil ; (
ResponderEliminarSí, así se siente, como si algo se desgarrara en el interior. Me imagino que tú lo has sentido igual, sino imposible retratar eso que sintió Eugenia. Muy real. Saludos y felicitaciones.
ResponderEliminarEste capitulo es muy duro!Cargado de tanta emocion y sinceridad.La madurez con la que ambas llevaron el final de la relacion,denota lo grande que fue ese amor.
ResponderEliminarAquellas que tuvimos que pasar algo asi,sabemos lo dificil y doloroso que es.Pero es lo correcto cuando el amor muere por alguna de las dos partes,al menos eso pienso yo.
En fin... Es sin dudas una narracion exquisita que plasma muy bien este tipo de situaciones.
Esperando la continuacion.
Saludos kamzoe
Mia de arg.
Ciertamente es muy duro terminar una relación, al menos cuando se está tan involucrada como lo estaban ellas dos, así que quise hacer honor a ese vínculo que las unía y darles un final que si bien no dejó de ser doloroso, fue la mejor manera de respetar lo que tuvieron.
ResponderEliminarMe alegra que les haya gustado. Saludos a todas.
El capítulo 10 está en desarrollo, trataré de no tardarme mucho :)
wooon cada capitulo me hiso llorar :( tenia tiempo tiempo que no leia algo tan hermoso y real saludos KAM ZOE desde GUarico-Venezuela
ResponderEliminarGuapa, ya públicale, no seas malita!! Esto duele :'(
ResponderEliminarDesde Nicaragua, con cariño!
Guapa, ya subele por favor, no seas malita, esto me esta matando!
ResponderEliminarDesde Nicaragua con un monto de cariño :*
Holaaa, disculpen la tardanza, pero ya el capítulo fue enviado a la administradora, de un momento a otro debe publicarse.
ResponderEliminarSaludos y gracias por comentar :)