Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Sin ti no sé vivir - Kam Zoe - 5

Sin ti no sé vivir 5 – Kamzoe
  • ¿Entonces me contarás cómo te fue anoche? _ Insté a Ernesto a que me contara, pues desde que entramos en el carro y agarramos camino hacia Maracay la conversación se había centrado en las cosas superficiales de la salida, los locales, las personas que nos rodearon, los tragos … cualquier cosa menos en Jonathan y el hecho de haber pasado la noche con él.
  • Sólo si me cuentas cómo te fue a ti _ Me instó él a mí.
  • Jajajajajajajaja  …  Bien … _ Levanté los hombros ligeramente restándole importancia, pues no había duda de que mi noche no había sido nada especial en relación a la de él - Nosotras sólo conversamos, nos tomamos una botella de vino y dormimos. Sólo eso _ Le conté sonreída.
  • Aaaahhh si no me vas a contar …
  • ¡Pero es cierto! _ Lo interrumpí - No pasó más que eso.
  • ¿De verdad quieres que te crea? _ Preguntó incrédulo.
  • ¡¡Pero es la verdad!! _ Le respondí riendo aún más porque sabía que sonaba irreal. Se me quedó viendo con una ceja levantada y yo no pude evitar carcajearme _ Ernesto, en serio … no pasó nada _ Le dije ya más calmada _ Si hubiese pasado algo, te aseguro que ya te lo habría dicho.
  • Pero qué pasó, ¿no te gustó?
  • No es eso … Bárbara es muy hermosa
  • ¿Entonces?
  • Ni ella, ni yo estábamos en busca de nada más.  Sólo queríamos pasarla bien sin complicaciones.
  • Bueno, no tenía por qué ser complicado.
  • En otro momento tal vez ... pero en mi caso ... justo ahora no necesito algo así.
  • Yo creo que justo ahora es que lo necesitas ... dejar atrás a Fabiana.
  • ¿Y tener sexo con una recién conocida es la respuesta?  
  • No, pero sería un primer paso para pasar la página.
  • No es tan sencillo ... hace mucho que no estoy con alguien y no quisiera que fuese algo efímero ... hubo un tiempo en que lo hice y no me dejo nada bueno, así que no quiero volver ahí _ No insistió, sólo asintió y volvió la mirada al frente - ¿Ahora sí me contarás?  
  • ¿Con detalles? _ Bromeó.
  • Sólo los necesarios,  después de todo tu incomodidad al caminar lo dice todo.
  • ¿QUÉ? _ Preguntó sorprendido - ¿Se nota?
  • Jajajajajajajaja no, pero ya me sacaste de dudas.
  • ¡Te odio! _ Me dijo luego de botar el aire de sus pulmones del alivio.
  • Lo sé,  pero ya se te pasará _ Le sonreí. Se quedó en silencio así que le insistí - Estoy esperando.
  • No mereces que te cuente nada.
  • Pero te mueres por hacerlo, así que no te hagas de rogar _ Me miró de reojos y con una media sonrisa antes de volver a hablar.
  • Soy total y completamente gay ... _ Habló mirando al frente pero con la mirada perdida en sus pensamientos - Lo que viví anoche no se compara en nada a lo vivido hasta ahora.
  • ¿Así de bueno?
  • Así de bueno y excitante ... _ Se río mordiéndose el labio inferior - No podía parar ... estaba exhausto pero sólo quería seguir y seguir ... eso nunca me pasó antes.
  • Ahora ya sabes por qué.
  • Sí ... aunque ahora el problema es que sólo pienso en cuando nos volveremos a ver.
  • ¿Quedaron en algo?
  • No es seguro, pero me dijo que trataría de venir el sábado que viene.
  • Eso es bueno ¿no?
  • Sí pero … ya sabes cómo es todo aquí … no puedo pasearme con él así por así.
  • Es un amigo, no tienes por qué dar más explicaciones.
  • ¿En serio? ¿De verdad crees que es así de sencillo? _ Lo miré y tuve que aceptar que no. Antes de irme, cualquier persona nueva que aparecía se convertía en el chisme de la semana y por lo que me decía, parecía que seguía igual.
  • Si te dice que viene, dile que se quede en la casa. Lo podemos hacer pasar como amigo mío y nadie sospechará.
  • No Natalia, que pena _ Dijo negando con la cabeza - Ya fuiste a Caracas conmigo, no me dejaste pagar la estadía. Ya has hecho suficiente.
  • ¡No seas necio!
  • Necio no, consciente que es otra cosa.
  • Si tan consciente eres, deberías saber que es más sencillo que Jonathan pase por amigo mío, que por amigo tuyo. Al menos a primeras luces. Así como primera coartada podríamos usar el llevarlo a conocer la hacienda y el proceso de elaboración del ron, ya después de eso, sería menos extraño que te vieran con él _ Este argumento no pudo rebatirlo, así que se quedó en silencio - Sabes que tengo razón.
  • Sí, pero eso no implica que sea más cómodo … igual siento que estás haciendo de más.
  • Pero porque me he ofrecido, no porque me lo hayas pedido … Ni tú, ni yo le debemos explicaciones a nadie, así que ¿por qué tanto drama? … _ Iba a hablar, pero me adelanté - Si es por cuestión de dinero, hagamos algo, te haces cargo de la comida. Le diré a Jimena que elabore un menú para el fin de semana y que compre lo necesario. Luego te paso la factura de lo que se gastó ¿Te parece? _ Lo analizó unos segundos y luego respondió.
  • Sí, me parece bien.
  • ¡Hecho! _ Le sonreí ampliamente.
  • ¿Le extiendo la invitación a Bárbara? _ Preguntó con una media sonrisa. No pude evitar sonreírme yo también.
  • Claro. Porque no.
Sabía que ese papel de Cupido no lo dejaría así tan fácilmente, así que mejor no nadar contra la corriente y dejar que las cosas cayeran por su propio peso.

Durante los primeros días de esa semana, Fabiana y yo asistimos a varias reuniones con la agencia de publicidad para establecer los parámetros de la nueva campaña publicitaria para el ron. Fueron un tanto extensas y en la última que sostuvimos, salimos bastante tarde y hambrientas, de allí que Fabiana sugirió ir a cenar. Me llevó a un restaurant de carnes que al parecer tenía poco tiempo de abierto, pero que la comida era muy buena. Ella sabía de mi gusto por las carnes, así que no dudé en aceptar su sugerencia en cuanto al menú. Tal y como lo esperaba, la comida estuvo divina y el vino con el que lo acompañamos lo hizo mucho mejor, pero luego de una botella, los temas de conversación se hicieron más personales.
  • ¿Me dirás por qué no tuviste suerte en cuanto a las parejas? _ Me sorprendió su pregunta, así que hice una pausa pensando en si debía contarle o no. Imagino que el vino hizo su efecto, porque decidí contarle todo, hasta lo que quizás no quería oír.
  • No fue sólo cuestión de suerte, pasaron muchas cosas.
  • Tenemos tiempo _ Me insistió.
  • Supongo que sí ... _ Respondí luego de mirarla a los ojos durante unos instantes. Tomé un sorbo de vino antes de hablar - Los primeros años sólo me interesaba aprender todo sobre el modelaje, lograr destacarme pero sin avasallar a nadie como decía papá ... “la mejor manera de que te tomen en cuenta sin atropellar a nadie” _ Lo cité - Al final lo logré y al culminar el curso, una agencia pequeña pero de importancia en Italia, quiso contratarme por 2 años. Te escribí sobre ello ¿lo recuerdas? _ Ella asintió - Tu respuesta fue tan parca que me dejó devastada. No entendía que no quisieras compartir eso conmigo cuando en lo único en lo que pensaba era en cumplir el tiempo del contrato, alcanzar algún tipo de reconocimiento que me abriera las puertas aquí y regresar a ti ... pero con tu respuesta, me di cuenta que no había nada que hacer, que te había perdido y fue entonces cuando decidí quedarme de manera definitiva … _ Hice una pequeña pausa - Tenía tanta rabia por tu rechazo que no quise tener ninguna relación estable, sólo encuentros pasajeros. Tenía demasiado vivo tu recuerdo y simplemente no quería tener otra decepción de esa magnitud. Así estuve durante mucho tiempo; años en realidad, sólo me tranquilicé cuando entré a una agencia más grande donde debía cuidar mi imagen pública, así que decidí poner freno a esa locura. Allí conocí a Anaelisa, una maquilladora de la agencia con la que tuve mucho feeling y nos hicimos muy amigas … al menos así empezamos, sólo que después, sin darnos cuenta la amistad se volvió atracción, se volvió una química imposible de obviar y todo nos llevó a admitir que nos afectábamos más de lo que queríamos … El mayor problema era que ella era hetero y no aceptaba lo que le pasaba conmigo.  Un día la enfrenté y la hice admitir que no podía seguir negándose a lo que sentíamos y así comenzamos una seudo relación … seudo porque sólo nosotras lo sabíamos, para el resto del mundo, sólo éramos compañeras de trabajo y ella seguía siendo heterosexual. Por un tiempo no importó que estuviéramos así, pero llegó el punto en que yo quería más y ella no estaba dispuesta a dar más, así que no pasó de allí. Duramos 3 años … en verdad creí que asumiría nuestra relación, pero no lo hizo. Se aterró y prefirió engañarse a sí misma aceptando una propuesta de matrimonio sin sentido … Luego de ella, tuve un par de relaciones sin mucho peso, a la final ellas estaban por mi fama y yo por no estar sola, pero nada serio o con futuro. Después conocí a Milena, una chica que entró a la agencia y de quien me asignaron como su tutora, por llamarlo de algún modo. Nos gustamos mutuamente desde el principio, para mi fortuna era gay, así que no hubo ese drama que había tenido con Anaelisa. El drama vino después cuando consiguió contrato con una agencia en París y no dudó en irse … abandonó nuestro futuro, por su futuro … así como hice yo contigo _ La miré con tristeza - Ahí entendí lo que te había hecho, entendí el porqué de tu rechazo, el porqué de tu necesidad de terminar con todo sin esperar … ahí entendí que había dejado ir lo mejor de mi vida y que después de eso, no tenía derecho a esperar nada más. Así que desde ese entonces, dejé de buscar, sentí que era momento de aceptar que mi tren había pasado ya y que debía dedicarme a mi carrera tal y como lo había escogido años atrás … y aquí estoy … si bien estoy sola, al menos estoy tranquila.
Durante todo mi discurso Fabiana no apartó la mirada de mí. Vi como sus ojos expresaban rabia, tristeza y nostalgia, pero no mencionó palabra alguna, sólo me escuchó con atención. Y así nos quedamos unos cuantos minutos antes de que alguna de las dos volviera a hablar. 
  • Y tú? ... Me contarás qué fue de tu vida antes de Eugenia? _ Era un tema delicado y sabía que me iba a doler lo que contara, pero necesitaba saberlo de su boca, necesitaba escucharla a ella. Me miró fijamente por un tiempo que se me hizo eterno, pero no aparté la mirada, con todo y el temor de lo que escucharía, me mantuve firme y sin titubear. Entrelazó sus dedos y los apoyó en su boca mientras respiraba profundamente con la mirada perdida en la nada, supongo que estaba pensando como decir lo que tenía que decir.
  • Me destrozaste con tu partida Natalia _ Dijo con voz suave pero dolida, luego de mirarme a los ojos nuevamente - No sabía cómo continuar sin ti. Todo lo que conocía, todo los planes que tenía para el futuro te incluían a ti ... y al no estar, simplemente no sabía cómo continuar ... _ Cerró los ojos unos segundos con expresión de dolor mientras que en mi corazón, se hundía un dolor tan agudo que me paró la respiración por un instante - Estudié porque era lo único que me permitía ocupar mi mente en otra cosa que no fueses tú, me encerré en los libros, exámenes, trabajos ... sólo eso me interesaba. Ni los amigos, ni las fiestas, ni las salidas nocturnas despertaban mi interés, todo lo contrario, verlos disfrutar, reír y divertirse sólo me recordaban lo miserable que me sentía y lo incapaz que me consideraba para ser feliz. Fueee ... una época muy gris para mí _ Hizo una pausa para tomar más vino - Pero lo peor vino después ... finalmente después de tanto insistir, papá me convenció de ir al viaje de graduación que se harían en un club de playa, era un viaje de 4 días del que mi papá se enteró por un colega. Su hijo era uno de los organizadores del viaje, así que está de más decir que le aseguró que todo sería seguro. El caso es que fui ... muy a mi pesar, pero lo hice. El primer día fue un tanto extraño para mí, me sentía tan fuera de mi elemento que estuve a punto de regresarme a casa ... pero una de las chicas de mi grupo me instó a unirme a ella y sus amigas y así lo hice. Con todo y mis reservas, la pasé genial. Esa primera noche fue estupenda. Volví a reírme, a divertirme y al menos por unas horas, tu recuerdo no me atormentaba. Pero a la hora de dormir, el alcohol hizo aflorar todo el dolor que solía mantener a raya, así que no pude llorar a mares. Mi compañera de habitación era una chica de poco hablar como yo, imagino que esa fue la razón por la que nos pudieron a compartir habitación, sin embargo, al darse cuenta de mi estado, se sentó junto a mí en la cama y trató de calmarme, pero yo parecía un grifo abierto ... era como si por fin podía dejar salir todo lo que había evitado sacar afuera para no preocupar a papá. Ella sacó una pastilla y me dijo que me la tomara, que me haría sentir mejor, yo ni siquiera pregunté qué era, sólo la tomé ... no sé qué pasó esa noche, tengo sólo pequeños recuerdos aislados, pero lo que sí tuve claro fue que amanecí desnuda junto a ella ... al principio me espanté, me aterroricé y salté de la cama, le grité de todo me vestí y salí corriendo de allí ... no quería regresar allí, pero dentro de toda mi turbación, me di cuenta que por primera vez en 5 años, había dormido profundo y sin soñar o pensar en ti, así que contra todo raciocinio, la busqué y a partir de allí, caí en una fosa sin fondo. Nunca supe si papá supo de ese período, traté de ocultarlo lo más posible hasta que llegó la noche del accidente _ Se volvió a callar para tomar más vino al tiempo que logré ver como se estremecía. Yo estaba impávida con lo que escuchaba, pero no porque no me interesara, sino porque no sabía qué hacer con esa información, no sabía cómo digerirla - Una tarde que salimos a un cumpleaños al que nos invitaron, la fiesta estaba un poco fuera de control, las drogas rodaban como agua y casi todo el mundo estaba colocado, así que no esperamos mucho para tomar nuestra dosis ... dentro de lo absurdo, yo mantenía mis límites y ella también, pero no sé en qué momento de la noche se excedió de la dosis y perdió la consciencia. Yo me asusté mucho y uno de sus amigos me dijo que me fuera, que ellos sabían qué hacer, yo sólo salí de allí espantada y rezando para que nada le pasara. Dos días pasaron antes de que me enterara que estaba en terapia intensiva por una sobredosis. Casi se muere ... después de eso pensé que al igual que yo, escarmentaría, pero no lo hizo y a la primera que quiso continuar con el vicio, me alejé. Aquello me hizo creer que el amor no era para mí, así que después de eso me volví a cerrar en mi mundo, en el trabajo, en uno que otro encuentro casual y sin compromiso alguno hasta que conocí a Eugenia ... ella supo ganarme con su sencillez y personalidad ligera. Supo mostrarme el camino para retomar esa parte de mi vida que creía había muerto ... me enseñó a vivir otra vez ... me enseñó a vivir sin que tu recuerdo fuese un tormento, me enseñó como dejar el dolor a un lado y no ocultarme detrás de él ... es así como llegué hasta aquí.
 El dolor en mi pecho era tan intenso que la sensibilidad en el resto de mi cuerpo la había perdido. No sentía absolutamente nada excepto dolor, un zumbido persistente en mis oídos y una sensación de vértigo indescriptible. 
  • La vida me demostró que nunca es tarde para encontrar una nueva historia _ Dijo finalmente con un hilo de voz.
  • Sí ... así es _ Asentí casi en susurro, pues no encontraba mi voz - Tal vez yo también encuentre a una Eugenia algún día … _ Traté de sonreír - Sólo que sé que nadie será como tú _ Confesé.
  • Puede que sea mejor _ Agregó y con ello sentí la estocada fulminante en mi interior ... "mejor" pensé. Sí, sin duda alguna Eugenia era mucho mejor que yo, pero nadie era mejor que Fabiana.
  • Puede ser _ Dije sin convicción,  pues sabía no sería posible. Bajé la mirada en un intento de ocultar mi mirada humedecida, pero por mucho que pestañee, las lágrimas amenazaban con salir, así que tuve que improvisar e ir al baño.  
Sin dejarla decir nada, me disculpé y corrí al baño, allí respiré varias veces conteniendo la tristeza que me embargaba por completo. No era que no supiera de mi grandísimo error al dejarla, no era que no me hubiese dado cuenta de lo maravillosa que era Eugenia, pero escuchar toda esa historia de terror por la que había pasado Fabiana, más escuchar de su boca que Eugenia era mejor que yo, fue como si me quitaran el piso de los pies. No sabía cómo sostenerme o de dónde sostenerme, sólo pude respirar con dificultad muchas veces para tratar de aliviar el alud de tristeza y dolor que me habían sepultado. Traté de tragarme todo aquello y salir a terminar la velada. Había hecho la pregunta, había obtenido la respuesta, así que no tenía derecho a arruinar la velada. No fue cosa sencilla de hacer, pero logré que la cena terminara de la mejor manera posible. Claro que no pude sostenerle la mirada como hasta ese momento lo había hecho, pero al menos, pude concentrar mi atención en temas menos personales y menos dolorosos.

Mi cambio no había pasado desapercibido para ella, pero en ese momento, sólo me importaba terminar la velada y regresar a casa con la poca fortaleza que aún me quedaba.
  • Gracias por la cena _ Le agradecí con una ligera sonrisa - Nos vemos mañana _ Me acerqué hasta darle un beso en la mejilla para luego bajarme del carro, pero me lo impidió tomándome de la mano.
  • Nadie será mejor que tú Natalia ... diferente sí,  pero nadie será como tú.
No pude sino tragar grueso dado el nudo en mi garganta. Era increíble como unas pocas palabras podían aliviar mi corazón destrozado, pero no podía cegarme por aquello. Ella tenía dueña y sin importar cuánto la amara, mi deber era dejarla seguir sin mirar atrás.  
  • Es mejor que yo Fabiana, eso no lo dudes. Esa mujer es todo lo que yo no pude ser para ti, así que atesórala. Cuídala, porque otra como ella, tal vez no la haya _ Le dije con mi voz temblorosa.
Acaricié su mejilla con el dorso de mi mano y luego me bajé del carro sin esperar un minuto más.

Durante toda la noche recordé todas y cada una de sus palabras una y otra vez y con cada recuerdo, en lo único en lo que podía pensar era en que jamás podría perdonarme por haberla dejado a su suerte. Por haberla abandonado y abrirle paso a todos esos años de horror que vivió. Eugenia era su presente y debía ser su futuro. Aunque me doliera como nada en este mundo, así debía ser.
 
Al día siguiente Fabiana llegó temprano como siempre, pero yo tardé en salir al estudio. Me conocía bien y sabía que al verme se daría cuenta de que había llorado toda la noche, así que tuve que hacer tiempo mientras los trucos aprendidos durante los años, hacían efecto y disminuían enormemente los vestigios del llanto.

Me miró inquisidoramente por unos minutos, pero supongo que mi trato casual y despreocupado le hizo dudar de si mis ojos un tanto hinchados se debían al haber llorado o al mal dormir, por una excusa tonta que le inventé y que mantuve hasta el final. Un poco más del mediodía le sonó el celular.
  • Aló … hola amor ¿cómo estás? … bien, estoy revisando los currículum que te comenté … sí, aquí está … ¿cómo? … bueno sí pero … no entiendo para qué … claro … ya te la paso _ Quiere hablar contigo - Me dijo con expresión confusa y ofreciéndome el celular. Por mi parte, estaba más que descolocada por aquello. Si bien era cierto que el día de la cena en casa conversamos y compartimos más de lo esperado, la cosa no había pasado de ahí, así que aquella petición de hablar conmigo no me la esperaba.
  • Hola _ Dije más en interrogante que en saludo.
  • Hola Natalia ¿cómo estás? _ Me dijo en tono amigable.
  • Bien Eugenia ¿y tú?
  • Feliz porque tengo este fin de semana libre.
  • ¡Qué bueno! Imagino que descansarás entonces.
  • Espero hacerlo, pero el domingo porque para mañana quisiera que vinieras a cenar a la casa.
  • ¿Mañana? _ Pregunté descolocada
  • Sí. Quisiera retribuirte la comida tan exquisita que nos hiciste la vez pasada.
  • No hace falta Eugenia, de verdad. Lo hice con mucho gusto _ Debía ser una broma, pensé.
  • Y yo quiero hacer lo mismo. Además de que me encantaría que nos acompañaras y compartiéramos en un lugar diferente a la hacienda. Yo que tú, estaría cansada del mismo ambiente todos los días.
  • Sí bueno un poco _ Aunque era cierto, no podía creer que el destino fuese tan cruel como para ponerme en esa posición justo en ese momento.
  • No se diga más entonces. Nos vemos mañana ¿sí?
  • Eugenia … me encantaría decirte que sí, pero la verdad es que aún no sé si podré … no es seguro, pero puede que vengan unos amigos a quedarse durante todo el fin _ Quise excusarme para librarme de ese compromiso.
  • Bueno, no importa, vienes con ellos.
  • No creo … es que seríamos 4 personas, no sólo 2.
  • Oh! … pues seremos más _ Arregló.
  • No Eugenia, que pena ...
  • Nada de pena. Son bienvenidos. No acepto negativas _ Me interrumpió.
  • Pero …
  • Me están tocando el timbre Natalia, hablamos mañana. Bye.
Sin dejarme agregar nada más, me colgó. Con un poco de desconcierto, le devolví el celular a Fabiana. Ella se lo llevó al oído para hablar, pero cuando se dio cuenta que ya había colgado se quedó igual de desconcertada que yo.
  • ¿Colgó? _ Dijo con incredulidad.
  • Parece que tocaron el timbre de la casa _ Miró por unos instantes el aparato antes de guardarlo.  
  • ¿Qué te dijo? _ Preguntó al ver que yo no decía nada sobre la conversación.
  • Me invitó a cenar mañana en tu casa _ Disimulé la angustia que esa invitación me causaba.
  • ¿Y … ?
  • No me dio mucho margen de decisión, simplemente asumió que iría.
  • Suele hacer eso _ Dijo con cierta pena.
  • Sí bueno, el problema es que es posible que no sea sólo yo.
  • Tendrás visita _ Afirmó.
  • Sí _ Asentí.
  • ¿Quiénes? _ Sabía que se moría por saber quiénes eran aún y cuando fingía despreocupación.
  • Unos amigos de Caracas _ Ladeó un poco la cabeza en señal de no entender - El fin pasado Ernesto y yo fuimos a Caracas y conocimos a estas personas y quedamos en que quizás vendrían hoy o tal vez mañana.
  • ¿Y desde cuándo tú y Ernesto son tan amigos? _ Ahí estaba … podría inventarle cualquier excusa, pero sabría que era mentira, así que opté por decirle la verdad.
  • Fabiana … Ernesto es gay y está en sus inicios … está en esa etapa de las primeras citas, de las primeras salidas así que lo estoy acompañando en ese proceso. No conoce a nadie más de ambiente.
  • ¿Y cómo es que sabe de ti? _ Estaba aún más intrigada con todo aquello.
  • De nosotras … sabe de nosotras _ Rectifiqué. Ella frunció el ceño al escucharme - ¿Recuerdas el árbol al que solíamos ir para besarnos a escondidas? _ Asintió - Uno de esos tantos días, Ernesto nos vio. Él y su padre trabajaban cortando el césped en esos días.
  • Pero nunca escuchamos nada … siempre teníamos cuidado _ Dijo sin entender, por lo que le conté lo que me había dicho Ernesto.
  • Así fue que nos vio _ Se quedó procesando la noticia unos segundos. No era que tuviera problema en aceptar su homosexualidad, pero lo que había tratado de evitar es que aquello se convirtiera en un chisme entre los empleados - No se lo ha dicho a nadie Fabi, sólo a mí y porque necesitaba justificar el cómo sabía de mi condición.
  • Eso no lo puedes asegurar _ Dijo con escepticismo.
  • Hasta ahora, me ha demostrado que es así … pero entiendo tus reservas y las respeto, sólo que ya es tarde si así fuera.
  • Está bien … digamos que ha sido discreto con esa información … ¿cómo es que son tan amigos como para salir de citas juntos? _ Preguntó con aspereza.
  • Digamos que nos ayudamos mutuamente … nos hemos servido de apoyo en momentos importantes y … tenemos química.
  • No … no lo entiendo _ Dijo negando con la cabeza.
  • Fabi … no hagas una tormenta en un vaso de agua, simplemente nos caímos bien, tenemos cosas en común y decidimos darle cabida a esta amistad. Ya te lo dije antes, me sé cuidar y créeme que lo estoy haciendo.
  • ¿Te parece seguro traer a la casa a personas que acabas de conocer? _ Dejó el tema de Ernesto al darse cuenta que no daría mi brazo a torcer en ello.
  • Tomando en cuenta que estarán en mi territorio, sí. Es mi casa, es mi hacienda y estarán bajo mi sistema de seguridad, así que creo que tengo algo de ventaja _ No era que lo hubiese analizado mucho, pero hasta cierto punto, así lo creía.
  • Está bien … _ Dijo levantando las manos - No tengo más que decir.
En efecto no volvimos a hablar del tema, ni siquiera cuando recibí la llamada de Ernesto confirmándome la llegada de Jonathan y Bárbara esa misma noche. Se limitó a hablar parcamente y mucho más cuando le pedí que me llevara a algún salón de belleza conocido. En un principio no era mi intención, pero al ver su reacción, no pude evitar fingir que Bárbara me interesaba y que a ello se debía el querer arreglarme más de la cuenta. Estaba mal y lo sabía, pero era mi tabla de salvavidas para disimular lo mucho que me afectaba estar al lado de Fabiana sólo como amiga.

El tiempo me dio justo para ir al salón de belleza y regresar a la casa para terminar de alistarme. Jimena arregló las habitaciones de huéspedes y organizó lo referente a la cena. Ernesto no paraba de hablar y casi casi que me contagia su ansiedad,  pero cuando ya estaba al borde del desespero porque no llegaban y pensaba que a Ernesto le daría un infarto, llegaron.

Estaban algo cansados como era de esperarse, sin embargo luego de cenar, nos quedamos hablando en la terraza de la casa. O bueno, nos quedamos Bárbara y yo, porque Ernesto y Jonathan se quedaron el tiempo necesario para no pasar por desesperados, más era evidente lo que deseaban hacer; tanto así, que los corrimos de la terraza para que hicieran lo suyo. Ya nos tenían incómodas con ese magnetismo sexual que emanaban.
  • Mi Diosss!!! Será que éstos dos dejarán dormir hoy? _ Preguntó una atribulada Bárbara.
  • Creo que no mucho ... _ Nos miramos y reímos por la perspectiva de la noche.
  • No puedo creerlo … a estas alturas haciendo estos papelones.
  • Aaayy no seas así!! Estoy segura que en tus inicios tuviste a alguien que te acompañaba en momentos como este _ Le dije para que se relajara, pues para mi sorpresa, en realidad se veía un tanto descolocada por todo aquello.
  • Cierto, no te lo negaré, pero no en una casa a la que acababa de llegar y mucho menos con alguien a la que prácticamente acabo de conocer _ Me aclaró. Yo no pude sino reírme, en verdad me divertía todo aquello - No te rías que sabes que tengo razón.
  • Ya, está bien … lo acepto. Pero en verdad no me importa … tal vez si estuviéramos sólo los 3 si te digo que me incomodaría, pero estando nosotras para hacernos compañía, no me molesta.
  • Me va a escuchar _ Siguió rumiando - Te juro que mañana le voy a decir sus cuantas cosas.
  • Jajajajajajaja vale … pero ahorita no lo puedes hacer, así que déjalo pasar y mañana le dices lo que le tengas que decir … ¿O me vas a torturar a mí toda la noche con ese tema? _ Dije fingiendo incredulidad.
  • No, claro que no _ Dijo luego de sonreír por mi pregunta.
  • Más bien ... hablemos del favor que quiero pedirte para mañana _ Dije con más seriedad.
  • Lo que quieras, ¿qué necesitas? _ Se enderezó en la silla al ver mi cambio.
  • La pareja de mi socia me invitó a cenar mañana. Le dije que tendría visita, pero aun así insistió extendiéndoles la invitación … no le confirmé la asistencia, pero me temo que es bastante insistente y no aceptará un no por respuesta.
  • Por mí no hay problema … con tal y no sea una de esas cenas todas protocolares y formales, no tengo objeción.
  • No es así, te lo aseguro.
  • ¿Entonces…? _ Preguntó al ver mi cara de preocupación.
  • Es que mi socia, es mi ex pareja y ... ayer tuvimos una conversación bastante intensa que removió muchas cosas en mí … tanto que ir y verla con su actual pareja no está entre mis actividades más deseables.
  • Me lo puedo imaginar.
  • Lo cierto es que necesito que me acompañen pero … en especial, necesito que me apoyes en esto. Es apenas la segunda vez que nos vemos y es un abuso de mi parte ponerte en esta posición pero …
  • No tienes que decirme más, te apoyaré en lo que necesites.
  • ¿Seguro? … Lo entenderé si no quieres hacerlo.
  • ¡Hey! _ Se inclinó hacia adelante para quedar un poco más cerca de mí - Lo haré. No te preocupes. La semana pasada no me dejaste morir con lo de irme en taxi a la casa, así que yo no te dejaré morir mañana. Cuenta conmigo. _ Sonreí aliviada al ver su sinceridad al hablarme.
  • Gracias _ Le dije finalmente - Tal vez creas que soy infantil con todo esto pero …
  • Te afecta más de la cuenta _ Completó.
  • Sí _ Asentí ligeramente - Han pasado muchos años desde que dejamos de estar juntas y no tengo derecho a sentirme celosa o resentir el que esté con alguien más … pero justo ahora … es algo que no logro controlar.
  • La razón dice una cosa, pero el corazón no siempre obedece.
  • Pero tiene que hacerlo. Si quiero mantener las cosas en calma y sin complicaciones, debe hacerlo _ Dije tratando de convencerme de ello, pues de lo contrario, sería un infierno estar a su lado día a día.
  • ¿Cuánto tiempo piensas quedarte? _ A esa pregunta no pude sino sonreírme.
  • Mínimo 2 años.
  • ¿2 años? _ Se sorprendió.
  • Mi padre murió hace poco y debo hacerme cargo de la hacienda.
  • Oh Natalia, cuánto lo siento _ Dijo un tanto apenada - No lo sabía.
  • No tenías por qué … hicimos lo posible por mantenerlo en la privacidad.
  • Y yo siempre de imprudente _ Se reprochó.
  • Tranquila. Está todo bien.
  • Entonces te quedas por 2 años con tu ex como socia _ Trató de pasar el momento incómodo.
  • Así es … por razones que no vienen al caso, somos socias en la ronería así que no es algo que pueda eludir. No mientras se hacen los ajustes necesarios que se quieren.
  • No lo tendrás fácil _ Dijo luego de pensarlo por unos instantes.
  • No … realmente pensé que podría controlar todo esto, pero se me está haciendo cuesta arriba … espero que con el tiempo logre hacerlo o de lo contrario no sé qué haré _ Nada más de pensar en soportar día tras días el dolor que me estaba calcinando por dentro me aterraba.
  • ¿Y estás segura que no hay oportunidad alguna con ella?
  • No quiero pensarlo Bárbaro, ni siquiera imaginarlo … ella está bien ahora. Yo le hice mucho daño cuando me fui y no quiero destruir lo que ha construido. No quiero interponerme en su felicidad.
  • Entiendo … entonces sólo te queda acostumbrarte a la idea y aprender a vivir con ello.
  • Sí … pero no en este momento … tengo los sentimientos a flor de piel y no sé si pueda hacerlo. No si voy sola _ Dije antes de respirar profundamente tratando de anular el nudo que de repente se me hacía en la garganta. Bárbara me extendió su mano y esperó a que le diera la mía para luego apretarla ligeramente.
  • Cuenta conmigo _ Me dijo mirándome a los ojos.
Yo sólo pude asentir, mi voz estaba apresada en mi garganta, pero no hizo falta más. Bárbara se quedó allí conmigo en silencio un rato más. Entendió que mi mente estaba lejos de allí y que necesitaba sólo de su compañía.

Mientras trataba de dormirme, pensaba en todo lo que había ocurrido en tan poco tiempo. Si me hubiesen preguntado dos meses atrás si me veía en Venezuela otra vez, mi respuesta hubiese sido un NO categórico. Pero aquí estaba, comprometida con la hacienda hasta nuevo aviso, más enamorada que nunca de Fabiana y con la ardua tarea de no interponerme en su felicidad. Por otro lado, de manera increíble, había conocido a dos personas que en muy poco tiempo se habían ganado mi empatía y hasta me atrevía a decir, que mi confianza. Ernesto, porque en su día a día me había demostrado lo transparente, leal y discreto que podía ser; Bárbara … ella si resultaba ser toda una sorpresa, pues hasta los momentos, representaba todo lo opuesto a lo que pensé sería dada las condiciones en la que la conocí. Había mostrado respeto, desinterés y ahora una incondicionalidad que no era propia encontrar de la nada. Pero no podía menos que agradecerlo, pues ambos habían llegado en uno de los momentos más difíciles de mi vida.

A la mañana siguiente me desperté temprano para poder recibirlos y tener todo listo cuando bajaran a desayunar. Quería que el día fuera espectacular, que conocieran la hacienda en su totalidad y que disfrutaran no sólo de conocer el proceso para la creación del ron, sino además, que disfrutaran de la extensión de tierra en un paseo a caballo. Así que mientras Jimena preparaba el desayuno, yo fui hasta la caballeriza y programé lo necesario.

Efectivamente luego de desayunar, recorrimos cada una de las estaciones de trabajo, desde el área de procesamiento, hasta la de embotellamiento, incluyendo las grandes bodegas en las que se almacenaban los barriles de los diferentes tipos de rones que producíamos. Tanto Jonathan como Bárbara quedaron fascinados con la explicación detallada que les dio Ernesto, quien por supuesto, llevó la batuta del paseo por dominar en su totalidad la información. Debo reconocer que me sentí como uno de ellos, pues aunque crecí en ese ambiente, había olvidado muchos detalles del proceso, así que lo disfruté tanto como ellos. Al final del paseo, hicimos una cata de los diferentes tipos de ron que procesamos y allí logré distinguir la intensidad de los sabores y percibir la finura de cada uno. Eso me ayudó a entender un poco más las directrices que Fabiana había sugerido para la nueva campaña publicitaria, así que en definitiva, el paseo por la hacienda me fue mucha ayuda y de grata sorpresa para mí.

Cuando regresamos a casa, nos sentamos en la sala de estar a conversar, sin embargo, no pasó una hora antes de que los chicos se fueran a sus menesteres. Según ella, en la noche la habían dejado dormir poco dada la actividad que tuvieron, pero sé que lo decía en broma, al menos en lo que al concierto erótico se refería … o eso quiero creer porque de lo contrario, pobre de Jonathan. Seguro que un buen regaño le saldría.

A medida que se iba acercando la hora de la cena, mis nervios se iban incrementando. El ajetreo del día me había hecho no pensar tanto en el asunto, pero ahora era inevitable. Imaginarme la cara de Fabiana al verme con Bárbara, verla con Eugenia y pensar en lo que me había dicho días antes, recordar el beso que nos habíamos dado … todo lo tenía a flor de piel. El amor que siento por ella se me desborda por los poros y no sé cómo evitarlo, no sé cómo decirle a mi corazón que la deje ir. Sé lo que es correcto, pero todo mi ser se niega a aceptarlo. Esta necesidad de ella, de su presencia … esta sensación de cosquilleo en mi estómago cuando se me acerca, cuando la miro sin que me vea … estas ganas tan incontrolables de tomarla por una mano e irnos lejos a vivir nuestro amor.

Pero tampoco sé cómo manejar la culpa que me carcome al pensar en Eugenia. La conozco poco, pero lo que logré percibir de ella es que es una gran mujer. Una que no merece verse envuelta en mi error, en mi arrepentimiento, en mis ganas de devolver el tiempo atrás y retomar aquello que perdí. Debo hacer lo correcto, sólo espero tener la cordura y la voluntad de hacerlo.

Estuve absorta en mis pensamientos todo el camino, tanto que ni siquiera recuerdo haber dicho algo diferente a la dirección de la casa de Fabiana. Cuando llegamos, pisé tierra sólo cuando sentí la mano de Bárbara tomar la mía y apretarla ligeramente, en ese momento volví la mirada hacia ella.
  • Todo estará bien _ Me dijo en tono suave - Estás pálida … debes calmarte.
  • Sí … no sé por qué estoy así _ Respiré hondo tratando de calmar el revoltijo que sentía en mis entrañas.
  • ¿Quieres que regresemos? Podríamos decir que me sentí mal o algo parecido _ Ofreció.
  • No … Ya estamos aquí, pero gracias _ Le sonreí.
Sin más preámbulos, tocamos el intercomunicador para anunciar nuestra llegada. Cuando Fabiana nos abrió la puerta, mi corazón se paralizó por unos segundos. Estaba hermosa … no es que tuviera nada en especial o diferente a todos los días, tal vez era yo que me sentía más enamorada que nunca.

Tal y como lo imaginé, en cuanto Fabiana nos vio a Bárbara y a mí tomadas de la mano, fue más que evidente su molestia, aunque a los pocos segundos trató de disimularlo, yo la conozco muy bien y ese apretar de los labios me indicaba muy bien que estaba molesta. Sin embargo, nos recibió con la mejor disposición. Eugenia estaba súper feliz de que hubiésemos llegado y no pasó mucho tiempo antes de que nos instaláramos en la sala a conversar con copas de vino en la mano.    

Bárbara se ganó rápidamente la simpatía de Eugenia; Fabiana, aunque la trataba con mucha calidez, se notaba aprehensiva, más sin embargo, no fue razón suficiente para cohibirse. Todo lo contrario. Bárbara se esmeró aún más en ganarse la simpatía de Fabiana, hasta que logró que bajara un poco la tensión existente.

Luego de comer, me ofrecí a servir el postre para que entre otras cosas, Eugenia disfrutara de la sobremesa, se había esmerado mucho en preparar la comida así que quise darle ese gesto de agradecimiento. Fabiana no me dejó hacerlo sola y se fue hasta la cocina a servirlos conmigo.
  • No hace falta que me ayudes Fabi, yo puedo hacerlo _ Ella también se había esmerado en ser buena anfitriona.
  • Lo sé, pero igual quiero ayudarte _ Respondió encogiéndose de hombros.
Estuvimos en silencio un par de minutos mientras sacábamos el helado de la nevera y las copas para servirlas, antes de que ella hablara nuevamente. Sabía que quería decirme algo, así que sólo esperé.
  • Tú y Bárbara … en qué andan? _ Quiso sonar casual, pero era evidente su interés.
  • Nos estamos conociendo.
  • Pero para estarse conociendo están como muy cercanas _ Dijo levantando un poco la ceja.
  • Bárbara es muy cariñosa y la verdad a mí no me molesta que lo sea … todo lo contrario.
  • Será ahora porque no solías ser así … al menos no con apenas días de conocer a alguien.
  • Ya no soy la misma Fabi … he aprendido a recibir de buena manera lo que las otras personas me dan con buena voluntad … y Bárbara es una de ellas.
  • No es que dude de ella, se ve buena persona pero … no te confíes tanto.
  • Lo sé … pero no me cerraré a las posibilidades que se me presenten por miedo … tendré cuidado y ya veremos qué pasa.
Asintió y se quedó callada como asimilando mis palabras. No quería sonar dura o como si me molestara su preocupación, pero no sabía qué más hacer para fingir que esa reacción de su parte me hacía tener mariposas en el estómago.
  • En todo caso … no estoy buscando nada … sólo tener con quien compartir, hablar y divertirme.
  • Pero aquí lo tienes … yo estoy aquí.
  • ¿Estás …? _ Le pregunté sin poder evitar que sonara a reproche - No Fabi … no como yo quisiera _ Le dije en tono de resignación.
Nos quedamos mirándonos unos segundos antes de voltearme para agarrar otras copas para los helados. No pasó mucho tiempo antes de sentirla atrás de mí agarrándome por la cintura y colocando su rostro en mi cuello.
  • No soporto que te toque _ Me susurró mientras que con sus manos apretaba su agarre -No lo soporto _ Repitió.
Me quedé fría con aquello, mi cuerpo no reaccionaba. Sabía que verme con Bárbara le molestaría, pero jamás imaginé que me lo diría, ni mucho menos que haría algo como lo que estaba haciendo en ese momento. Me quedé inmóvil, siendo consciente de sus manos tocándome, de su respiración en mi cuello, de sus labios que sin tocarme realmente, me estaban haciendo alucinar. Estuvimos así sólo unos segundos, pero lo sentí una eternidad … segundos que me devolvieron la esperanza de un tal vez … no era lo correcto, no era honesto … pero amaba a esa mujer con todo mi ser, así que me agarraría de cualquier indicio que me indicara que no todo estaba perdido.

No hablé y a los segundos ella me soltó, tomó varias copas de helado y salió a repartirlas. Yo hice lo mismo. Estando afuera Fabiana evitó verme durante un buen rato, yo traté de buscarle la mirada y de hablarle directamente para obligarla a verme, pero siempre buscaba de esquivarme o de que el contacto visual fuera muy poco. Sabía que ese no era el momento, ni el lugar, pero me desconcertaba que me evitara. Me calmé cuando Bárbara me tomó de la mano y al acercarse a mi oído me preguntó “¿Todo bien?” … allí caí en cuenta que quizás estaba siendo muy obvia, así que me centré otra vez en el papel que estaba representando. Si lo celos la habían hecho reaccionar así, entonces presionaría lo suficiente hasta hacerla hablar y confirmar si había o no una mínima esperanza entre nosotras.
  • Sí. Todo bien _ Le sonreí.
  • ¿Qué les parece si salimos a bailar? _ Propuso una Eugenia entusiasmada.
Desde que llegamos se había sentido muy a gusto con nosotros allí, tanto Ernesto como Jonathan no habían hecho otra cosa que hacerla reír con sus ocurrencias y Bárbara, también había hecho muy buena empatía, así no me fue extraño que quisiera extender el grato momento que estábamos pasando … o que por lo menos ellos estaban, porque Fabiana y yo estábamos inmersas en nuestros pensamientos y los miles de sentimientos que teníamos en la superficie.
  • A mí me parece una idea genial _ Respondió Jonathan entusiasmado también. Según Bárbara, a él le encantaba bailar y no desperdiciaba cualquier momento posible para hacerlo.
  • ¿No es cómo tarde? _ Dijo Fabiana no muy convencida.
  • Mi amor no seas agua fiestas … es la hora perfecta para salir _ Dijo dando un saltico de emoción.
  • ¿A dónde iríamos? _ Preguntó Bárbara.
  • Conozco un local que tiene buena música _ Propuso Ernesto.
  • Perfecto!!! … Me dan 10 minutos para arreglarme y salimos.
  • ¿Sólo 10? _ Dijo Fabiana levantando una ceja.
  • Bueno 20 _ Le respondió guiñándole un ojo y caminando rápido hacia su cuarto.
  • Les sugiero que se tomen otra copa de vino porque esto será media hora como mínimo _ Dijo con tono de resignación.
Luego de servirnos otra poco de vino, Bárbara me tomó de la mano y salimos al balcón al tiempo que Ernesto, Jonathan y Fabiana hablaban de temas varios en la sala. Claro que antes de salir, pude percibir de soslayo la mirada penetrante de Fabiana.
  • ¿Me dirás qué sucedió en la cocina? _ Preguntó Bárbara en cuanto estuvimos afuera.
  • ¿Fue muy obvio que algo sucedió? _ Le pregunté con cierto temor.
  • Un poco … pero no te asustes que no creo que Eugenia lo haya notado _ Respiré hondo con un poco de alivio.
  • Me preguntó sobre nosotras … que en qué andábamos … _ En ese momento le conté todo lo que sucedió en la cocina - … me quedé en shock Bárbara, nunca esperé esa reacción de ella … es decir, no así …
  • ¿Eso cambia las cosas no? … _ Dijo más en forma de aseveración que de pregunta.
  • Sí … lo cambia todo _ Asentí - Hasta hace unos minutos no creí posible tener una oportunidad con Fabiana … creía que aunque el sentimiento seguía existiendo no debía interferir en su vida … pero no puedo darme por vencida así por así … no puedo ignorar que ella siente lo mismo que yo _ Dije negando ligeramente con la cabeza.
Era algo muy peligroso para las dos. Si las cosas se salían de control, la situación en la hacienda sería algo sumamente difícil de llevar, pero la posibilidad de recuperarla, de poder tenerla conmigo nuevamente y de poder demostrarle lo mucho que la seguía amando, valía la pena cualquier riesgo.
  • Al igual que hoy … en lo que necesites y esté en mis manos, te apoyaré.
  • Gracias, pero aún  no tengo claro que voy a hacer. Tengo que pensarlo muy bien.
  • ¿Quieres continuar con lo de hoy? _ Preguntó luego de una pausa.
  • Para mantener las apariencias sí … no quiero que se haga obvio para los demás que algo cambió. Sobre todo por Eugenia.
  • Claro … _ Volvió a hacer una pausa - ¿Me permitirías intentar algo?
La miré por unos segundos antes de asentir. Mi mente estaba hecha un caos, así que no me hubiese podido negar aunque lo quisiera. Estuvimos afuera unos minutos más antes de volver adentro y sentarnos a esperar con los demás.

Eugenia estuvo lista en media hora, así que sin esperar mucho más, nos fuimos a bailar. El local era bastante grande y aunque se veía muy concurrido había espacio para caminar y sentarse sin sentirse apretujados, así que ubicamos una mesa, pedimos unas bebidas y nos instalamos a disfrutar de la noche. A los pocos minutos comenzó a sonar merengue urbano, Ernesto y Jonathan no se hicieron de rogar y de inmediato nos invitaron a bailar a Eugenia y a mí, dejando en la mesa a Fabiana con Bárbara.

Al principio casi no hablaban, pero al observar como Bárbara se volvía hacia Fabiana, supe que en ese momento hablaría con ella. La seriedad en las dos me hizo saber, que fuese lo que fuese que Bárbara le estuviera diciendo, se lo tomaba muy en serio. No puedo negar que sentí cierta presión en mi estómago al imaginar que aquello pudiera no salir bien, pero por otro lado, no podía aplacar las esperanzas que habían renacido horas atrás.

**** En la mesa ****

  • No te caigo muy bien ¿cierto? _ Le preguntó Bárbara a Fabiana, luego de tomarse un sorbo de su cerveza.
  • ¿Por qué lo preguntas? _ Le preguntó con cierta sorpresa, pues pensaba que había logrado disimular su incomodidad.
  • No hace falta ser muy observadora para darse cuenta _ Le dijo levantando ligeramente las cejas.
  • No te conozco lo suficiente como para decir que me caes mal _ Habló luego de una pequeña pausa en la que se obligó a suavizar el tono. Era algo que no podía controlar, el verla ser tan cariñosa con Natalia la tenía fuera de sí.
  • Cierto _ Asintió - Pero estando en tu lugar, es entendible que estés así.
  • ¿A qué te refieres? _ Entrecerró los ojos un poco.
  • Ver a Natalia conmigo.
  • No es lo que crees _ Dijo parcamente antes de beber un sorbo de su bebida.
  • Tal vez no, pero pasé por algo igual hace tiempo y sé que no es algo fácil de digerir.
  • Ya te dije, no es lo que piensas.
  • Está bien _ Dijo levantando las manos en son de rendición - Como tú digas … _Hizo una pausa en la que miró hacia la pista donde Ernesto bailaba con Natalia - Sin embargo … _ Se volvió hacia Fabiana logrando ver el pequeño gesto que hizo con la boca expresando su fastidio por aquella cháchara - … te hice la pregunta porque Natalia me gusta en serio. Es una mujer extraordinaria, con una sensibilidad y sencillez que sobresalen y en verdad me gustaría ir más allá con ella … sé que la conozco desde hace muy poco, pero no es alguien para tomárselo a juego o para un rato … pero antes de hacerlo, quiero estar segura que no hay situaciones inconclusas entre ustedes.
  • No las hay _ Negó Fabiana, pero el apretar la mandíbula de la manera que lo hizo, dejó en evidencia que no era así.
  • Ya … bueno la verdad es que no voy a discutir lo que sientes o dejas de sentir, pero sí me interesa el bienestar de Natalia y creo que por su bien, es necesario dejar atrás lo que haya que dejar atrás y recuperar lo que haya que recuperar … _ Hizo el intento por hablar un par de veces antes de que continuara hablando - Piénsalo … si todavía la amas como mujer y no sólo como amiga, me apartaré y te dejaré el camino libre, pero si no … haré todo lo que esté en mis manos por conquistarla … y siendo tú su familia más cercana, me gustaría llevar las cosas en paz … sólo eso.

El silencio de Fabiana dio por concluida la conversación, así que Bárbara para aligerar un poco el momento, se excusó y fue hasta el baño.

**** En la pista ****
  • Me dirás qué es lo que está pasando? _ Me preguntó Ernesto - Hace una semana me dijiste que Bárbara no te interesaba y hoy … parecen casi novias _ Dijo sin entender.
  • Todo es un teatro … en realidad no pasa nada entre ella y yo.
  • Pues te ha resultado bastante bien, porque Fabiana ya habría mandado a Bárbara a la luna si pudiera.
  • Así parece _ Respondí mientras la miraba sentada en la mesa tomándose su cerveza con un poco de rapidez. Pasaron unos minutos antes de que Ernesto volviera a hablar.
  • Ten cuidado Natalia.
  • Por qué lo dices?
  • No quisiera te ilusionaras en vano _ Mi mirada confusa le dijo que no le entendía - Es primera vez que te ve con alguien, es normal que sienta celos y que esté como esté … pero eso no quiere decir que haya alguna oportunidad.
  • Cuando estábamos en la cocina me dijo que no soportaba que Bárbara me tocara _ Le conté - Crees que después de eso, no haya oportunidad?
  • Creo que actuó por impulso _ Respondió luego de una pausa - Pero no creo que eso signifique que mañana no se arrepienta de ello.
  • Sé que no está bien Ernesto, pero si lo hizo, es porque aún siente algo por mí … debo dejar todo así, sabiendo que aún le importo?
  • Piensas que dejará todo lo que ha logrado con Eugenia por alguien que la dejó sin reparo alguno años atrás? _ Me lanzó esa bomba que me dejó inmóvil - Lo siento Natalia, pero sabes que es verdad … sólo no quiero que las cosas se compliquen entre ustedes … tienen muchas cosas por hacer juntas y complicarlas de esta manera, sólo las hará vivir un infierno _ Mis ojos se humedecieron. Ernesto tenía razón. Al verme a los ojos, me abrazó con fuerza - No digo que pierdas las esperanzas  sólo digo que vayas con calma. Si estás decidida a reconquistarla, primero debes convencerla de que no la abandonarás … y no creo que darle celos con Bárbara, sea la mejor manera de hacerlo.


Continuamos bailando por un rato más, pero en mi mente sólo rondaba una pregunta … Qué debía hacer después de hoy? 
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Kam Zoe - Derechos Reservados
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9 comentarios:

  1. Gracias por estos dos grandes cap. No nos dejes tanto tiempo esperando la continuacion, me encanta la historia :)

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  2. Muy buen capitulo espero el prosimo mañana

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  3. A mi me encanta la narrativa de Kam...Y repito Fabiana no va a soportar ver a Natalia con otra mujer que no sea ella y ya empezo.Natalia tiene que demostrar con acciones que no volvera abandonar a Fabiana.Aunque ya Barbara le dijo a Fabiana que va por Natalia.Expectantes por el proximo capitulo...

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  4. Genial dificil teatro de la situacion pero que le siga dando celos que me emcanta espero por favor no tardes tanto besos

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  5. Cada cuando publicas nuevo cap ??

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  6. Cada cuando publicas cap new ??

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  7. Hola a todas, por lo general trato de publicar cada fin de semana, pero dado que publiqué dos capítulos seguidos, no les puedo asegurar que para este fin les tenga el otro. En todo caso les aseguro que a más tardar la semana o fin que viene, ya tendrán el 6.
    Cariños

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  8. Guao que buen capitulo, es la primera historia que leo tuya pero me gusta... saludos desde Ccs

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