Capítulo IV
Andrea
Creo que nunca en mi vida había hecho tanto
ejercicio tan fuertemente por tanto tiempo, pero tenía que drenar toda mi
rabia, tristeza, impotencia e incertidumbre de todo lo que había pasado en la
mañana con mi niña mimada y el imbécil del hijo de mi jefe, hasta el cachorro
estaba estresado, caí exhausta en el centro de mi cuarto de ejercicio sonaba
fuerte linkin park, la música siempre ha sido mi fiel compañera en todos los
instantes de mi vida me ayudaba a despejar la mente perdiéndome en las notas,
los acordes y las letras, cuando presto atención me doy cuenta de que ya estaba
oscureciendo y sonó mi puerta, me levanté de un salto con el corazón lleno de
ilusión de que la persona que tocaba la puerta fuera mi tierna Elizabeth.
-Hola- suspiró una tierna chica de cabello castaño
claro casi rubio de ojos verdes con las mejillas muy ruborizadas, su rostro me
era familiar pero no daba con su nombre.-
-Hola, dime ¿en qué puedo ayudarte?- acaba de
percatarme que solo iba de top (sostén deportivo) negro y short muy corto,
ahora entiendo su rubor.-
-Vengo a buscar al perrito de parte de Elizabeth-
bueno ahora sabía que no era una ex amante, era Silvia la amiga de mi niña.-
-Sí claro pasa- me hice a un lado y ella paso
rápidamente a recoger las cosas del canino- ¿Y ella donde esta?
-Mira perdón por decirlo así pero solo vine por el
perro y a darte esto- se sacó un pedazo de papel doblado del bolsillo
entregándomelo- Así que no me preguntes porque no puedo decirte nada- tomó al
cachorro y se detuvo en el umbral antes de irse soltó- Peo acá entre nos… Yo te
prefiero a ti- y sin más se largó dejándome en un apartamento aún más vacío y
con un misterioso papel en las manos.
Cerré la puerta de un golpe y me desplome en mi
sofá, desdoble con cuidado el papel y me dispuse a leerlo.
Perdóname por haberte dejado de esa forma esta
mañana,
Pero si no me marchaba con él las cosas podrían
haberse puesto feas,
Seguro me esperabas esta noche en lugar de mi amiga
Pero espero entiendas que todo esto lo hago por ti,
Ignoro de donde se conocen Rafael y tú pero no puedo
hacer más
Que pedirte que por favor no me busques en los
próximos días,
En lo que sea oportuno te explicaré todo;
Esto no es fácil para mí ya que tú presencia caló
profundamente en mi cuerpo y mi mente, por favor no me busques.
Siempre tuya la chica que disfruta ver su desayuno
en tu ropa.
Sin permiso ni aviso las lágrimas empezaron a
emerger de mis ojos como hace tiempo no salían y estas ardían a medida que
descendían por mi rostro, pero pude notar que el papel en que fueron plasmadas
esas desconcertantes palabras se había mojado, eso significaba ella lloró
mientras escribía todo eso, imaginármela escribir entre lágrimas me hacía
sentir aun peor, pero ¿por qué no debía buscarla? Y ¿Cuál era su historia con
Rafael?
El lunes llegó rápidamente y esta semana debía
preparar la gran fiesta del jefe por sus 50 años, aparte de todas mis
responsabilidades por ser la gerente de toda la zona, así que esta demás decir
que sería una semana tortuosa y como agregado especial no dejaba de pensar en
mi niña, me volvería loca, en las horas de almuerzo me escabullía hasta su
universidad a ver si conseguía “verla por accidente” pero no había señales de
ella por ningún sitio, me deje absorber por la oficina ni si quiera había
tenido oportunidad de hablar con las chicas y así me llego el viernes por la
noche, había conseguido el mejor salón de fiesta a las afueras de la ciudad con
un estilo colonial, la comida seria francesa-italiana la favorita del señor
Paul una banda en vivo, en fin era el evento del año y me había matado junto
con una organizadora de eventos (con la que me había ligado antes)
perfeccionando hasta el más mínimo detalle para que todo estuviese de punta en
blanco.
Esa noche opte por un vestido vino tinto de espalda
escotada y ceñido al cuerpo con caída que se hacía más holgada a medida que
bajaba hasta mis tobillos, con mi cabello suelto y maquillaje bastante sutil.
-Bonita espalda- sentí una mano subir desde mi
escote hasta mis hombros haciéndome sentir incomoda.-
-¡Ha! Gloria eres tú, de haber sido otra estarías
tendida en el piso de una sola cachetada- volví mi atención al gran salón.-
-Huy pero que carácter, no recuerdo que fueras tan
fría la última vez que compartimos una noche- se posó junto a mí en la baranda
de la planta alta para también observar como el gran salón se iba colmando de
gente elegante.-
-Deja tus babosadas no estoy de ánimos para eso-
pude notar de reojo su decepción y no puedo negar que a pesar de tener sus
treinta y tanto esa mujer sabia resaltar sus atributos.-
-No perdía nada con intentar- me guiñó un ojo y se
alejó de mi para hacer su trabajo.-
Yo seguía sola en aquella planta alta observando a
todas esas hermosas mujeres en sus elegantes vestidos y a sus esposos
presumiéndolas, sonreí amargamente al recordar que le había dado unos momentos
de buen sexo a más de una de esas doñas recatadas y bien vestidas; cuando mis
pensamientos son interrumpidos nada más y nada menos que por mi jefe.
-Hija mía ¿qué haces aquí tan sola?- colocó su mano
en mi hombro y me estrecho hacia el cómo haría cualquier padre.-
-Feliz cumpleaños señor Paul- pose mi cabeza en su
hombro y así nos quedamos unos instantes, a pesar de que él era uno de los
hombres más acaudalados e influyentes en varios países era muy honesto y
sencillo, para mí él era como un padre, de hecho cuando descubrió de mis
preferencias sexuales nada cambio al contrario nos unimos un poco más.-
-Gracias mi niña, todo lo que has organizado es
maravilloso me encanta- notaba cierta amargura en su voz.-
-¿Pero?- sabía que algo venia y honestamente no
estaba de ánimos para más sorpresas.-
-Me preocupas, generalmente estas a mi lado
apaciguando los comentarios y discusiones de los demás viejos ricachones cuando
no andabas seduciendo a sus despampanantes esposas- lo último me saco una media
sonrisa- Pareces el vívido retrato del fantasma de la Ópera sola aquí arriba,
con la máscara puesta y mirada triste- olvide mencionar que era una fiesta de
máscaras, pero elegante no de esas de antifaces de cartón con ligas de goma.-
-Bueno no creo que mis delirios homicidas afloren
esta noche señor Paul- le respondí esbozando el intento de una sonrisa- Pero no
se preocupe por mí, esta es su fiesta así que vaya a disfrutarla- lo aparté de
mí y con mis brazos le indiqué que se marchara.-
La noche no tuvo gran transcendencia por lo menos
para mi persona, pero los invitados que ahora abarrotaban el gran salón y el
cumpleañero se notaban bastante entretenidos, eso me causaba bastante
satisfacción y a medida que me paseaba por la fiesta captaba una que otra
mirada lujuriosa por parte de las acompañantes de alguno de los caballeros
asistentes a la fiesta, al cabo de un rato un olor extraño pero familiar inundó
el aire de mis pulmones, desesperada intenté ubicarlo pero me fue imposible
hasta que la observe abriéndose paso entre la multitud una hermosa rubia en un
vestido azul eléctrico, que hacía resaltar sus aún más azules ojos, el vestido
se veía bastante elegante con detalles en plateado que combinaba perfectamente
con su máscara de rostro casi completo, me quede helada no podía ni respirar,
lentamente y sin notarlo la despampanante mujer y yo nos acercamos, tomé su
mano y plante un tierno y casto beso en ella, al mirarla a los ojos una
corriente recorrió mi espalda había algo muy familiar en ellos y en ese olor
pero no sabía de quien se trataba.
-Disculpe mi atrevimiento señorita, pero ¿le apetece
bailar conmigo?- no le solté la mano ni un segundo el roce de nuestras pieles,
sus manos tan suaves y perfectas me causaban una cosquilla bastante coqueta en
mi entrepierna.-
La guie hasta el centro de la pista de baile y
acerque su cuerpo al mío tomándola de la cintura y empezamos a bailar al ritmo
que marcaba aquella banda, pude percatarme que muchas personas a nuestro
alrededor se apartaban y miraban con desaprobación y francamente me interesaba
un chícharo, estaba hipnotizada por aquella despampanante rubia, sentía un
deseo incontrolable por ella aunque su olor y sus ojos me recordaran a
Elizabeth, su exuberante figura me instaba a desnudarla y follarla de manera
tal que solo podría descansar al desmayarse en medio de un orgasmo.
-Sabes bailar muy bien- subió sus manos hasta mi
cuello y las entrelazó en mi nuca no pude evitar tener un escalofrió-
La música cesó y nos quedamos ahí, paradas estáticas
mirándonos fijamente a los ojos como si el resto del mundo hubiese
desaparecido, debo admitir que me sentí en una jodida película de princesas de
Disney, solo que en esta versión no había príncipe azul y no sería solo el beso
del “vivieron felices por siempre”
-Tengo la ligera sensación de que se terminó la
canción- sonreí mientras ella se mordía el labio.-
-Creo que tienes razón ¿podemos ir a buscar algo de
tomar?- había algo en sus ojos que no terminaba de comprender.-
-Claro bella dama- le ofrecí mi brazo y ella lo
acepto de la manera más elegante posible- Por acá.-
Fuimos por un par de tragos a la barra ella pidió
una soda y yo un cuba libre, caminamos en silencio hacia el jardín que se
encontraba fuera del salón, repentinamente ella me empujo hasta ponerme contra
una de las columnas, eso me calentó pero ante la luz más natural del jardín y
con algo más de aire fresco pude reconocer a la impactante rubia.
-¿Elizabeth?- sus labios me hicieron darme cuenta
que sí era ella y su olor no lo reconocí porque venía ligado con el aroma del
tabaco y su voz estaba un poco ronca- ¿Eres tú?
-¡Claro! ¿O es que pretendías ligarte a alguien más
en esta fiesta?- definitivamente era mi niña su forma altanera de hablar era
inconfundible.-
-¿Se puede saber dónde has estado metida?- fruncí mi
ceño que era medianamente visible ya que yo llevaba una máscara negra que
cubría el lado izquierdo de mi rostro.-
-Perdón- fue lo único que alcanzo a decir antes de
apretarse contra mi percho, la tenaz rubia no era más que mi hermosa niña en
traje de mujer, ¡vaya que podía ser sexy!
Entre disculpas y abrazos me explicó toda la
situación con Rafael (bueno a medias porque no termino de decirme como se había
juntado con semejante joya) me invadió la ira al imaginarla a ella vulnerable
frente a él y que se sacrificara así por mí, solo me termino de dar la
seguridad de que esa niña me había enamorado con su actitud y un par de ojos
azules, mientras más me contaba más se alteraba, sus ojos empezaban a llenarse
de lágrimas y su labio empezaba a temblar así que no lo contemple más tiempo
tome su rostro entre mis manos mordí suavemente su labio inferior, ella soltó
un pequeño gemido pero antes de poder profundizar nuestro beso, alguien la
aparta de mi muy bruscamente haciéndola caer de culo en el piso.
-¡AY ANIMAL!- chilló ella de la impresión más que de
dolor.-
-Te dije que no quería verte con esta maldita perra
lesbiana- sus palabras más que herirme solo me provocaron más furia, pero lo
dijo con una calma y serenidad que me confundió.-
-Ok Rafael aquí me tienes ¿Cuál es tu problema
conmigo?- me quité la máscara y extendí mis brazos retándolo.-
-Te sugiero que no me provoques.
-¡TÚ NO ME PROVOQUES A MI!- le grité
interrumpiéndolo.
Adopte mi posición de defensa, después de todo el
mejor ataque es una buena defensa, él se aflojo un poco su corbata y tiró su
palto al piso, no me interesaba que fuese el hijo de mi jefe y que seguramente
perdería mi trabajo pero ese hijo de la verga me las iba a pagar todas y cada
una por, haberme alejado tanto tiempo de Elizabeth y por tratarla tan mal, nos
mirábamos fijamente midiéndonos el uno al otro y justo antes de que alguno
hiciera cualquiera movimiento llego el señor Paul.
-¿Pero qué creen que hacen los dos ahí parados como
niños malcriados con los puños en el aire?- parecía que ambos nos habían pasado
alguna especie de interruptor nos paramos en seco casi firmes y bajando la
mirada hacia el señor Paul.- Rafael hazme el favor y te acomodas esa corbata y
levanta tu palto del piso y tu Andrea ponte de nuevo tu mascara y ayuda a la
señorita a levantarse y los veo adentro en 2 minutos para mi brindis. Me sentí
muy apenada, me regañaron cual carajita de colegio.-
-¿No te golpeaste muy duro con la caída?- le
pregunte a mi niña mientras la ayudaba a levantarse.-
-No mi vida todo en orden, vamos- me beso la
comisura de mis labios y me dirigió dentro del salón.-
El primero en hablar fue Rafael contando sus
hermosos recuerdos de la niñez con su padre, casi, casi me hace creer que es
buena persona, luego fue mi turno fui especifica resaltando los atributos de mi
jefe haciendo un esfuerzo sobre humano por no llorar, yo no soy sentimental
pero ese buen hombre me dio una oportunidad, creyó en mi cuando nadie más lo
hizo de verdad apreciaba a este hombre, para finalizar el señor Paul agradeció
a todos por asistir y los invitó a seguir festejando y nos hizo señas a su hijo
y a mí para que lo siguiéramos así que asumí que se avecinaba una buena jalada
de oreja.
-Aun no entiendo cuál es el bendito problema entre
ustedes dos- sentencio azotando la puerta tras de él, casi golpeando a
Elizabeth dejándola del lado fuera de la habitación.-
-Viejo ella es una- el señor Paul alzó la mano
impidiendo que su hijo terminara su frase.-
-Si lo que vas a decir son insultos entonces mejor
te vas de mi presencia- nunca había visto a ese hombre tan molesto-
-Pero viejo ella es una torcida, lleva una mala vida
acostándose con mujeres.
-Si porque tú eres tremenda joyita Rafael- me hervía la sangre- Amenazando a
niñas con hacerles daño solo para que hagan caso.
- ¡A callar los dos joder!- nuevamente era una niña
regañada.-
-Lo siento señor Paul, pero su hijo nunca ha sido
respetuoso conmigo desde la primera vez que nos vimos y la joven rubia que
estaba con nosotros fue amenazada por su hijo para que se alejara de mí y
estuviera con él, en contra de su propia voluntad- trate de no comenzar a
golpearlo al recordar las palabras de Elizabeth- Y aunque pueda perder mi
trabajo si usted no le pone preparo a él lo hare yo, porque no voy a permitir
que lastime a Elizabeth así me cueste la vida.
-¡Por favor!- dijo Rafael riéndose- Tú no puedes ni
mantenerte sola, aparte sólo buscas el
dinero de mi padre maldita arrastrada.
-¡Ya basta Rafael!- el señor Paul lo abofeteo
fuerte- Todavía me costaba creer todo lo que me decían de ti, esperaba que
enderezaras tu camino pero ya veo que estaba equivocado- las lágrimas brotaban
de los ojos de mi jefe se notaba su profundo dolor.-
-¿De qué hablas viejo?- aparte de imbécil bruto- Yo
soy tu hijo tu trabajo es cuidarme- su descaro no tenía limites- ¿Vas a
preferir a esta antes que a mí?
-Márchate a la casa, busca las cosas que puedas tener
allá y vete a vivir al país que elijas, yo te comprare la casa, vehículo y
velare por ti los primeros meses mientras te instalas, pero a partir de hoy tú
no eres más mi hijo ¡vete!
Las palabras del señor Paul fueron tan dolorosas
como duras, hasta yo me sentí mal y eso que el destierro no era conmigo, no
entendía bien, mi jefe había preferido desheredar a su propio hijo antes que
despedirme a mí y olvidar todo el asunto. Rafael salió batiendo la puerta tras
de él y empujando a Elizabeth, el señor Paul rompió en llanto, yo solo pude
abrazarlo intentando consolarlo.
-No puedo creer que mi hijo tomara ese rumbo en su
vida- decía entre sollozos- Todo es mi culpa siempre le di todo y sus problemas
se los resolví con dinero ¡MALDITA SEA!- golpeo fuertemente el piso.-
-Pero señor Paul el seguro recapacitara y se
enderezará- ni yo me creía esas palabras pero solo intentaba reconfortarlo a su
edad no quería que sufriera algún infarto o algo por el estilo.-
-Él no cambiara nunca y si no lo alejaba de mí solo
dios sabe qué clase de cosas haría y yo seguramente buscaría ayudarlo y solo
agravaría la situación- no sabía que decirle-
El señor Paul se levantó sacudió su traje secó sus
lágrimas me besó la frente y salió de nuevo a su fiesta como si nada, su
capacidad de fingir tan bien, me causo cierto miedo, que pronto se disipo al
ver a mi exuberante rubia caminar hacia mí de una manera muy provocativa y
lenta cerrando y asegurando la puerta tras de sí, colocándose a solo milímetros
de mí podía sentir su calor saliendo de su cuerpo, sus pezones se notaban por
sobre su vestido y su mirada solo reflejaba pasión no entendía ese gran cambio
en ella pero me agradaba.
-Hola- susurró ella mientras mordía su labio-
-Hola tú.
Ella en un par de movimientos se había deshecho de
su vestido quedando solo con la máscara y una panti azul eléctrico de encaje,
casi se me desencaja la mandíbula ante semejante vista, su piel blanca adornada
con uno que otro lunar en su cuerpo, sus senos no eran nada del otro mundo
tenían el tamaño perfecto estaban levantados y con los pezones erguidos
llamándome a que los lamiera, sus piernas se veían largas y esbeltas a pesar de
su baja estatura, observar semejante espectáculo me hizo excitar y sentía como
mi entrepierna se iba mojando, extendí mi mano retire su máscara y tomé su
rostro, mientras que con la otra sujetaba su cintura haciéndole caricias en
círculos, ella metió sus manos en mi cabello anulando la distancia entre
nuestras bocas, fue un beso intenso, fuerte, necesitado, pasional y caliente,
nuestras lenguas empezaron su lucha en la boca de la otra entrelazándose
succionando y explorando, comencé a acariciarla desde el cuello por su espalda
hasta su pequeño pero firme trasero, ella hizo lo propio ayudándome a
deshacerme de mi vestido para igualar condiciones, pase de su boca a sus
mejillas, mordisquee el lóbulo de su oreja y baje por su cuello besándolo,
lamiéndolo y mordiéndolo suavemente ella solo gemía y gruñía dependiendo de mi
intensidad, noté que sus piernas empezaban a flaquear así que poco a poco la
conduje hasta tumbarla sobre un sofá muy
bien ubicado, coloque mi pierna entre las suyas y pude sentir su humedad,
continué mi camino de besos y mordidas a sus pechos blanco de aureolas claras y
pezones duros como piedras, los bese y mordí sin llegar a su pezón y ella con
sus caderas buscaba el roce de mi pierna, quería hacerla mía pero primero iba a
volverla loca de placer, pasé la punta de mi lengua sobre su erecto pezón y
ella tuvo un pequeño espasmo, de golpe metí todo su seno en mi boca movía mi
lengua circularmente, lo succionaba y mordía su sabor y textura eran algo
sublime tan suaves, tan exquisitos, con una mano jugaba y pellizcaba su seno
libre y movía mis caderas al ritmo de mis caricias sobre ella, con mi mano
libre acariciaba su abdomen bajaba a sus muslos y volvía a subir, sus gemidos
eran cada más fuertes y le costaba respirar deslice mi mano por la parte
interna de sus muslos y toqué su sexo por sobre su panti ya empapada por sus
flujos, cambien de seno y repetí mi labor en el otro, bajé su panti ágilmente y
pose mi mano sobre su depilado y muy húmedo sexo ella pujo sus caderas hacia mí
mano yo hice lo propio y removí mi panti también el olor a sexo inundaba la
habitación, alineamos nuestras caderas de manera que nuestros clítoris se tocaron
y sentí una deliciosa sensación de corriente que me estremeció, empecé a estimular su clítoris
con mis dedos mientras yo seguía bajando con mis besos hasta su sexo me detuve
a admirarlo era hermoso rosado con los labios hinchados y un clítoris palpitante
que suplicaba ser besado, no lo pensé dos veces y comencé mi labor trazando una línea con la punta de mi
lengua entre sus labio haciéndola gemir profusamente jugaba con mi lengua
llegaba a su entrada pero no me metía subía bajaba y hacia círculos ella fijó
su agarre en mi cabeza y apretándome contra su sexo que tenía un olor y un
sabor salinos pero también dulce demasiado exquisito no quería parar nunca, con
mi dedo índice empecé a trazar círculos en su entrada y lentamente deslicé un
dedo y luego dos en su interior penetrándola suave pero insistentemente sus
caderas adoptaron mi ritmo su cuerpo empezaba a tener pequeños espasmos sabía
que se acercaba a su clímax así que volví a su boca para besarla profundamente
mientras aun la estimulaba con mi mano sentí como ella con un ágil movimiento
posó su mano en mi sexo eso encendió aún más mi cuerpo y me hizo soltar un gran
¡HAH! Mientras se acomodaba en mi interior imitando mis movimientos dentro de
ellas nuestras caderas se movían cada vez más rápido interrumpí nuestro beso
para observarla ambas con la boca medio abierta intentando respirar cada vez
con más dificultad, nuestras penetraciones se hicieron más intensas tipo
embestidas una más rápida y fuerte que la anterior todo mi cuerpo empezó a
temblar y su cuerpo se tensó por completo, soltando un gran extenso y sonoro
gemido ella llegó a su descomunal orgasmo clavándome parte de sus uñas en mi
espalda yo con un par de movimientos más conseguí llegar al orgasmo más intenso
que había tenido en mi vida, no me gusta presumir, pero alcanzar un orgasmo de
esa magnitud al mismo tiempo y en nuestra primera vez era algo sin precedentes
para mí; caí rendida sobre ella con la respiración aun agitada y agotada,
conseguimos acomodarnos en el estrecho sofá ella sobre mi pecho, me encantaba
tenerlas de esa manera, así podía acariciar su espalda y observar su hermoso
trasero ella me dio un corto pero muy tierno beso en el pecho justo sobre mi
corazón.
-¿Andrea estas ahí?- se escuchaba la voz de Gloria
que enérgicamente golpeaba la puerta.-
-¡MIERDA!- salté y me incorporé rápidamente al
recordar que nos encontrábamos en la fiesta- Sí aquí estoy ¿Qué pasa?-
intentaba sonar de lo más tranquila mientras ubicaba mi ropa y la de Elizabeth-
-¡Joder nena! Tienes más de una hora perdida de la
fiesta, pensé que te había pasado algo malo.
-No tranquila todo bien- miraba a una divertida
Elizabeth que disfrutaba de mi momento de incomodidad- Salgo en unos minutos.
-Bueno es que tu jefe te anda buscando porque ya se
va- prácticamente podía sentir como gloria se apoyaba en la puerta para
escuchar lo que sucedía dentro del cuarto.-
-¿Buscabas esto?- decía Elizabeth mientras levantaba
mi panti con sus dedos y me miraba de forma traviesa.-
-Ya niña déjate de juegos y vístete- le hablé por lo
bajo mientras me terminaba de acomodar mi vestido y abría la puerta a medias
solo mostrando mi rostro y hombro izquierdo- Dime Gloria ¿Dónde está el señor
Paul?
-Está cerca del bar despidiéndose de todos y
esperando por ti- Sentí como una traviesa mano se deslizaba entre mis piernas
subiendo por mis muslos hasta llegar a mi sexo desnudo, eso me encendió y no
puede evitar un pequeño espasmo que Gloria no paso por alto- ¿Nena está todo
bien?
-Sssi… si claro- mi “tierna” niña había empezado a
masajear mi clítoris con sus agiles dedos- Todo muy bien- sentía como mi cuerpo
se iba llenando poco a poco de placer mi pulso se acelera y mis caderas
empezaban a seguir el ritmo torturante de sus dedos- En 5 minutos estoy abajo-
me penetró y apretó uno de mis senos- no, mejor en 10 minutos bajo, gracias.
Le tire la puerta en la cara a Gloria, en otra
situación me hubiese avergonzado pero en estos momentos todos mis sentidos
estaban dirigidos al delicioso asalto sexual que Elizabeth estaba llevando a
cabo en ese momento, me pego a la puerta y recostó su cuerpo aun desnudo en mi
espalda.
-¿Segura que en 10 minutos estarás abajo?
Dijo con su voz más sexy y mordió el lóbulo de mi
oreja y comenzó a besarme el cuello, moví mis caderas de manera que mi trasero
se frotara contra su pelvis, ella se pegó más a mi cuerpo y le dio un ritmo
continuo a sus dedos dentro de mi cuerpo llevándome a otro maravilloso orgasmo,
a duras penas si podía sostenerme, respire profundo un par de veces y logre
componerme me voltee y pude observar cómo se llevaba a la boca los dedos que
hace instantes había estado en mi interior para saborearlo, esta niña no dejaba
de sorprenderme, la bese suavemente a los labios y volví a acomodar mi vestido.
-Creo que todavía tienes 5 minutos más- comento ella
despreocupadamente mientras se recostaba de nuevo en el sofá y abría sus
piernas dejándome ver su sexo desnudo y húmedo que pedía a gritos ser
devorado.-
-Me guardaré esos 5 minutos para otra ocasión- Le
sonreí con suficiencia mientras colocaba mi panti y escondía la suya sin que
ella se percatara- Pero debo admitir que es usted una caja de sorpresas
señorita- acomode mi cabello y salí de esa habitación, si ella quería jugar con
gusto jugaría con ella.-
Bajé con premura hacia donde se encontraba el señor
Paul, me despedí de él con bastante cariño, sabía que no era la mejor noche
para él ya que prácticamente había perdido un hijo, nos abrazamos y antes de
retirarse me dijo que tomara mis vacaciones, que él se encargaría de la empresa
estos días para ocupar su mente en algo, temerosa asentí y le di las gracias.
Luego de que se marchara Elizabeth se incorporó a mi lado compartimos un par de
besos y caricias le comente acerca de mis vacaciones recién otorgadas, me
despedí de Gloria y procedimos a marcharnos.
Pasamos los siguientes días juntas entre su casa y
la mía ella ya había terminado su semestre y yo, bueno, yo estaba de vacaciones, la noche previa a mi cumpleaños
estábamos dormidas en su casa cuando un extraño sonido me despertó pude
observar cómo Gerundio también se levantaba y adoptaba una actitud protectora,
como pude me levanté de la cama sin despertar a Elizabeth me coloque un short y
un top, abrí la puerta con el mayor sigilo dejando salir primero al cachorro
acto seguido tranque la puerta del cuarto con seguro, escuchaba murmuros que
provenían de su patio, en más de una ocasión le expresé mi preocupación por la
seguridad de su casa y le ofrecí instalarle un sistema de alarmas como el mío
pero ella nunca aceptaba; busque rápidamente algo con qué hacerle frente a los
asaltantes y lo único lo suficientemente contundente que pude encontrar fue una
enciclopedia de unas mil páginas, sí de seguro me veía súper amenazadora semi
desnuda con una enciclopedia en mis manos como arma y un cachorro, al sentir
cerca sus voces me apoye en la pared de la cocina, le hice señales a Gerundio
de que se quedara quieto y esperara mi señal (claro como si el cachorro
entendiera de estrategias), en lo que una oscura pero alta figura apareció
frente a mí no lo dude y le asesté y fuerte golpe con el lomo del enorme libro
en la cabeza como si hubiese hecho un home run, la enorme figura se desplomó y
acto seguido Gerundio se abalanzó contra la segunda figura bastante más pequeña
y antes de que pudiera hacer algo se escucharon dos detonaciones, el valiente
cachorro empezó a gemir y aullar mientras yo sentí un intenso dolor en el
hombro seguido de un fuerte golpe en el rostro que me hizo caer.Sólo pensaba en
que mi niña fuera inteligente y no saliera del cuarto.
-Así te quería ver maldita- esa voz retumbo en lo
profundo de mi mente- Ya no eres tan valiente ¿verdad?
-¿Rafael? ¿Qué haces aquí?- no sabía cómo y me
asustaba el porqué de su visita.-
-Vengo a recuperar lo que me pertenece- metió su
dedo en la herida de mi hombro- haciéndome chillar- Si esta noche sufrirás lo
mismo que yo.
-Sí que eres muy valiente al entrar de noche armado
y acompañado- me golpeo el rostro aún más fuerte que la primera vez.-
Comenzó a asfixiarme y apunto su arma directo a mi
cabeza, a pesar de la oscuridad podía sentir su mirada llena de odio, empezaba
a faltarme el oxígeno y no conseguía ideas para salir airosa de la situación
hasta que la puerta del cuarto se abrió de golpe apareciendo una aterrada y
desnuda Elizabeth, eso distrajo a Rafael el tiempo suficiente para que yo
lograra quitarlo de encima de mí, tomé de nuevo nueva arma preferida que
gracias a dios estaba cerca y lo golpee con toda mi rabia, dolor y susto un par
de veces noqueándolo; me senté en el piso recostada en la pared me faltaba el
aire, pero la adrenalina en mi cuerpo empezaba a desvanecer y todo el dolor
empezaba a entumecer mi cuerpo.
-Niña llama a la policía- sentía que mi cabeza me
iba a explotar.-
-Lo hice en cuanto escuché los disparos, deben estar
por llegar- se agacho frente a mí mirándome asustada.-
-Toma mi teléfono y llama a las muchachas Adriana es
abogada y Estela es veterinaria, también márcale al señor Paul, no quiero que
se entere de mala manera- mi voz se desvanecía hacia el final de la oración mi
cuerpo no daba para más y sucumbí perdiendo la razón.-
Elizabeth
Luego de la fiesta, de que Rafael saliera de
nuestras vidas y del INCREIBLE sexo que tuvimos en aquel sofá, nos hemos unido
muchísimo en estos pocos días no nos hemos separado ni para dormir, cuando no
lo hacemos en su casa nos quedamos en la mía; es maravilloso pasar el tiempo a
su lado, ella siempre quiere mandarme pero no se lo haga nada fácil haciéndola
perder la cordura pero siempre terminamos reconciliándonos haciendo el amor, me
presentó a sus amigas aunque no como su novia pero ahí vamos, ellas me
comentaron que su cumpleaños era en un par de días y todas comenzamos a planear
una fiesta sorpresa para celebrárselo, pero es difícil planear algo así cuando
siempre estamos juntas así que he tenido que alejarme de ella en contra de mi
voluntad, para afinar algunos detalles, gracias a dios todo este misterio se
acaba mañana y esta noche estamos en mi casa, yo, como se me ha hecho costumbre
me duermo aferrada prácticamente sobre ella, me hace sentir segura nunca he
dormido mejor que con ella, pero en un momento de la noche deje de sentir su
calor y eso me perturbo imagine que estaría en el baño o algo así hasta que
escuche dos disparos muy fuertes seguidos de aullidos y quejidos de un cachorro,
salté alarmada de la cama buscando a mi cachorro, pero pronto entendí que ni él
ni mi querida Andrea estaban en la habitación, actué rápidamente y llamé a la
policía,esperé unos instantes que se me hicieron eternos al no escuchar más nada me asusté, como pude abrí la puerta de mi cuarto para
encontrarme la escena más aterradora, que ni en mis más terribles pesadillas me
hubiese podido imaginar, Rafael estaba sobre Andrea, apuntándole con un arma
por suerte mi amor fue rápida ante la situación y pudo someterlo, me acerqué a
ella lo suficiente para ver que estaba sangrando profusamente, me aterraba la
idea de perderla y por culpa de ese hombre; ella me dio un par de instrucciones
y se desmayó eso me preocupó pero seguí sus instrucciones (dios mío ni estando
cerca de la muerte esta mujer deja de ser mandona).
La policía llego a mi casa junto con una ambulancia,
me percaté que yo seguía desnuda así que me puse una pequeña bata que tenía en
el cuarto, la policía procedió a llevarse a ambos hombres y los paramédicos
hicieron lo propio con mi amor, las muchachas no tardaron mucho más en llegar
Estela inmediatamente tomó a Gerundio y se lo llevó a su consultorio
prometiéndome que todo estaría bien con el cachorro, mientras Adriana se iba en
la ambulancia con Andrea, mientras María me ayudaba a recoger algo de ropa a ir
para hospital, mientras los policías tomaban mis declaraciones de lo ocurrido;
cuando íbamos en camino al hospital me dispuse a hacer la llamada que menos
quería.
-Aló, buenas noches ¿señor Paul?- no sabía cómo
carajos iba a explicarle al jefe de mi ¿novia? Que su hijo había irrumpido en
mi casa para matarla a ella y secuestrarme a mí.-
-Sí diga.
-Señor Paul, le habla Elizabeth la… amiga- si claro
amigas que hacen el amor como conejos- de Andrea para que por favor se dirija
al hospital de San Sebastián.
-Un momento hija explíqueme que sucede- ¿Qué sucede?
Pues el criminal de su hijo intentó matar a la mujer de mi vida.-
-No creo poder explicarle bien todo lo que sucede,
solo puedo decirle que el asunto involucra a su Gerente General y su hijo- por unos
segundos no se escuchaba nada-
-Ok en unos minutos estaré allá- uff por un segundo
pensé que había matado al pobre viejo de un infarto.-
Finalmente llegamos al hospital, al principio no nos
decían nada de ella más que estaba en operación, en eso llego el señor Paul
hablo con la administración del hospital y nos hicieron pasar a una cómoda sala
de espera, valga la redundancia a esperar que ella saliera de la operación,
Estela llegó como a los 45 minutos a decirme que Gerundio estaba fuera de
peligro, que el disparo había sido limpio y no daño ninguno de sus órganos (qué
mal nacido era capaz de dispararle a un cachorro) al cabo de un par de horas eternas llegó el
doctor a hablar con nosotras.
-Buenas noches señoritas- saludo un joven doctor de
unos 27 años rubio de ojos azules, sin duda era muy apuesto de no ser todas
lesbianas seguramente alguna se lo habría ligado.-
-Buenas noches doctor -respondimos al unísono
concentrando toda nuestra atención en sus palabras.-
-La señorita Prestton salió muy bien de su cirugía-
hubo un suspiro masivo de alivio- Esta noche la terminara de pasar en
observación pero no corre ningún riesgo, si gusta una de ustedes puede pasar la
noche con ella.
-Bueno Estela debe volver a su consultorio temprano,
María debe ir también temprano a cancelar los preparativos de la fiesta y yo
tengo que encargarme de todos los aspectos legales de lo sucedido- explico
calmadamente Adriana- Así que Eli serás tú quien pase la noche cuidando a
nuestra Andrea -no me esperaba esa consideración de parte de
sus amigas.-
-Gracias- fue lo único que pude
decir.-
-¿Señor Bellomonte?- preguntó el joven
doctor.-
-Soy yo, dígame hijo- Se levantó el
señor Paul y con mucha calma se dirigió al doctor.-
-Su hijo se encuentra bien, cuando
desee puede pasar a verlo.
Saber que ese desgraciado se
encontraba bien me hizo enfurecer, pero me controle ya que el pobre señor Paul
no tenía la culpa por los actos de su desquiciado hijo, las muchachas se
levantaron y se fueron, una enfermera me dirigió hasta la habitación donde se
encontraba mi Andre, me sentí devastada al verla ahí acostada dormida con vías,
monitores, su rostro golpeado y su labio roto, pero respire aliviada de
que estuviera viva, me senté en una pequeña silla junto a ella, tomé su mano
suavemente la coloqué en mi mejilla y sin aviso mis lágrimas comenzaron a
salir, todos los nervios, ansiedad y miedo hicieron estragos en mí en ese
momento, al cabo de un rato me quede dormida y tuve un extraño sueño con
recuerdos fugases de nuestros últimos días juntas y de esa horrible noche,
hasta que siento que Andre se mueve y me incorporo frotando un poco mi ojos.
-Buenos días ¿Cómo te sientes?- ladeo
su cabeza en mi dirección y abrió un poco sus ojos.-
-Menuda forma de pasar mi cumpleaños-
dijo sonriéndome dulcemente.
-Gracias a dios estas bien- salté
sobre ella no podía contener mi alegría y mis lágrimas salieron de nuevo.-
-¡OUCH! Niña ten cuidado- me dijo con
un fuerte quejido que me hizo apartarme de ella.-
-Perdón no quise herirte.
-Ya tranquila- extendió su mano para
que yo la tomara y así lo hice- ¿No crees que tu heroína merece algún premio?-
sonrió pícaramente y la golpee por el hombro- ¡Oye! ¿Y eso a qué vino?
-Eso fue por asustarme y hacerme creer
que te perdería y esto- me acerqué y la bese tiernamente en sus lastimados
labios- Por cuidar de mi- le susurré separándome lentamente de ella y
acurrucándome a su lado.-
Así nos mantuvimos un buen rato hasta
que una enfermera nos sorprendió y me regaño por estar en la cama, que se
supone es solo para los pacientes, revisó los aparatos anotó algunas cosas y
volvió a salir.
-Que amargada esa señora- dije
haciendo un puchero y cruzándome de brazos en la silla junto a mi amor.-
-Bueno es su trabajo- la voz de Andrea
sonaba fría y distante- Ahora si explícame con total detalle de dónde y cómo
carajos conoces a Rafael- ella se había sentado y su mirada reflejaba dureza y
reproche.-
-¿Y más o menos a qué viene esa
pregunta Andru?- trataba de bajar la creciente tensión del ambiente.-
-Esta es la primera vez en la que de
verdad puedo hablar contigo con respecto a eso, dada la gravedad de los
recientes acontecimientos, sumado a tu falta de preocupación por tú seguridad,
la mía y la de Gerundio- sus palabras me rompieron el corazón, jamás lo había
visto de esa manera.-
-Pero yo no tenía idea de que él
pudiera hacer eso- en parte no lo creí capaz pero algo dentro de mí me repetía
casi a diario que Rafael no se daría por vencido tan fácil.-
-O me dices de una buena vez que lio
te traías con él o te alejas de mí hasta que decidas decírmelo- su dureza no
bajaba y no quería irme así que asentí y trague profundo antes de empezar.-
-Bueno- suspire- Cuando estaba próxima
a cumplir mis 18 años mi tío Daniel murió de una enfermedad en el hígado, eso
me afectó muchísimo ya que él era el único que siempre me entendía sin palabras
y me hacía sentir mejor al estar con él, me enseñó muchísimas cosas de la vida
que diariamente le agradezco- creo que no había contado esta historia antes y
siento una presión en mi pecho y un nudo en mi garganta pero logro continuar-
No entendía por qué le paso eso a él y perdí mi rumbo, comencé a beber ya que
era lo único que me ayudaba a superar su partida- las lágrimas de nuevo
hicieron acto de presencia y ella solo me observaba y escuchaba atenta pero su
mirada ya no era dura- Pasaba los días y noches fuera de mi casa con malas
compañías bebiendo, fumando en sitios de mala muerte, un día apareció Rafael y
nació algo entre nosotros, realmente no puedo decirte qué fue lo que me atrajo
de él- hice una pausa para tomar aire y continuar- Quizás era su seguridad o su
igual falta de respeto por la vida, terminamos teniendo una relación en la que
reinaba el alcohol, los cigarros y el sexo- Andru no decía nada pero se notaba
que estaba muy molesta por la manera en la que apretaba su mandíbula- Así
duramos alrededor de un año, hasta que un día yo sufrí un horrible cólico y me
internaron de emergencia en el hospital, resultaba ser un aborto espontaneo,
había salido embarazada de Rafael y nuestro aparatoso estilo de vida me había
hecho perder al bebé, pero gracias a eso reaccione de mi letargo, busqué ayuda
en mis padres,la cual ellos me brindaron sin dudar, empecé a enderezar mi vida
pero seguía estando con Rafael con la estúpida idea de que lo nuestro era amor,
seguimos teniendo algo de contacto hasta que me aceptaron en la universidad y
cambie de ciudad y de vida- ella seguía observándome sin decir palabra eso me
preocupaba- Eres la primera persona a la que le cuento toda la historia porque
había decidido borrarla y jamás contarla, pero mi pasado me alcanzó, discúlpame
por no habértelo contado antes, entiendo que no quieras volver a verme- me
disponía a marcharme cuando sentí que me sujetó del brazo.-
-¿Y tú crees que con eso vas a lograr
que me aleje de ti?- bajó su agarre hasta mi mano- Niña tonta- besó mi mano
tiernamente y eso me erizo la piel- Hace falta algo más que una alocada adolescencia
y un ex novio psicópata para alejarme de ti- Sus palabras me hicieron
inmensamente feliz y la abrace con el mayor cuidado para no lastimarla de
nuevo.
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Hola...no soy de comentar mucho pero vale la pena hacerlo en esta ocacion...me gustaría agradecer a la autora por la historia que me tiene prendida, por publicar seguido y por sobre todas las cosas, por hacer los capítulos LARGOS!!!...que de la misma ansiedad cuando se lee la continuación de una historia que gusta mucho me da la sensación de leer solo dos párrafos por cada capitulo ja...gracias por hacerlos largos asi se pueden disfrutar mas!!! Besos a todas
ResponderEliminarMuy buena historiaa y que siga con su.talento besos
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