Capítulo 28
ALEJANDRA
Cerré el
grifo de la bañera, y metí la mano para comprobar que estaba caliente y
efectivamente estaba que pelaba. Ya lo tenía todo preparado: estaba en la bata
de Abi sin nada debajo, la bañera con espuma, el vino y las copas al lado de la
bañera y en la cama había dejado el strap-on para volver a usarlo. Tan sólo
recordar la vez que lo usamos me estremecía. Quería a Abi aquí ya. Los minutos
se me estaban haciendo siglos, pero ya eran pasadas las diez y media y ya
tendría que estar al llegar. Salí al dormitorio sin saber que hacer mientras
esperaba y me senté en la cama, en ese instante escuché que mi móvil vibraba.
Me alargué y cogí mi teléfono de la mesita de noche para comprobar quién era,
era Esther pero justo colgó. Estaba desbloqueando mi teléfono cuando Esther
volvió a llamar.
-
Dime Esther.
-
Ale, hola, ¿ha
llegado ya Abi?- se le notaba muy nerviosa.
-
No…no ha llegado
aún ¿qué pasa?
-
No ha llegado…-
escuché que le decía a alguien, supuse que fue a Santi.
-
Esther ¿qué pasa?-
era yo la que se estaba poniendo nerviosa.
-
Ale… Abigail ha
tenido un pequeño altercado con Antonio y le ha pegado- justo en ese momento,
cuando se me iba a salir el corazón por la boca, escuché la puerta del piso
abrirse.
-
Ya ha llegado- le
dije a Esther antes de colgar el teléfono, tirarlo a la cama y salir en su
busca.
Cuando llegué hasta
ella Abi ya estaba cerrando la puerta con llave y cuando se volvió ya estaba yo
frente a ella sujetando su cara para ver si le había ocurrido algo.
-
Cariño, ¿qué ha
ocurrido?, ¿estás bien?- sus ojos estaban tristes y cansados pero en su rostro
no había rastro de daño- Esther me ha dicho que has tenido una discusión con
Antonio y que te ha pegado, dime, por favor, ¿estás bien?
-
Cariño, estoy bien-
dijo sin apenas mirarme- he sido yo quien le ha pegado- veía en su cara la
culpa y la vergüenza.
Sin decir nada, la
cogí de la mano notando enseguida que sus nudillos estaban rojos e hinchados.
La llevé hasta la habitación y la senté en la cama.
-
Espera aquí- fui a
la cocina y busqué en el frigorífico un poco de hielo, lo metí en una bolsa de
plástico y volví al dormitorio. Me senté a su lado y cogí su mano derecha con
delicadeza poniéndole el hielo poco a poco en la parte hinchada- Ahora si, dime
qué ha pasado.
-
Silvia ha aprobado
su tesis- comenzó a hablar con la mirada perdida- pero Antonio no… en cuanto
salió de la sala con cara de pocos amigos sabía que me iba a dar problemas- se
rió sin gana- sabía que me iba a dar problemas desde que acepté tenerlo como
becario. Joder, que estúpida fui al aceptarlo… Decidimos ir con Silvia a tomar
unas cervezas a la cafetería, estábamos pasándolo bien pero dos horas después
volvió Antonio muy borracho y creo que algo drogado… yo le dije que se fuera a
casa y empezó a echarme la culpa por haber suspendido, yo intenté mantener la
calma pero él empezó a decirme… cosas hasta que yo exploté… ni siquiera lo
recuerdo con nitidez, solo alcanzo a recordar a él diciendo que me iba a
arruinar la vida… aunque ya me la he jodido yo sola…
-
¿Qué te ha dicho
para que te pongas así, cariño?- no me creía que esto pudiera estar pasando, no
había visto nunca a Abi perder los nervios de esa manera- ¿Ha empezado a
insultarte?- ella volvió a reír de mala gana.
-
Lo intentó… pero al
ver que yo no cedía lo intentó con algo peor.
-
¿Qué te dijo?- le
insistí. Sabía que Abi no me quería decir lo que le había dicho- Por favor…- le
susurré tomándola de la barbilla para que me mirase. Después de mirarme a los
ojos unos segundos ella al final habló.
-
El muy cabrón
empezó a hablar de ti…- vi como se le tensaba la mandíbula nada mas recordarlo-
ese hijo de puta empezó a decir…joder- le apreté el antebrazo con la otra mano
para que siguiera-… dijo que te había follado hasta que se cansó de hacerlo…
cuando empezó a hablar de que se la… chupabas… no pude controlarme- una
angustia se apoderó de mi cuerpo. Abigail se había metido en problemas por mi
culpa, solo por mi culpa. Unas ganas enormes de llorar me invadieron- ese hijo
de puta… me entraron unas ganas enormes de matarlo…- no sabía que decir, no le
podía decir que ella no tenía que haberle pegado por decir eso, la haría sentir
aún peor. Pero por otro lado sentía tanta rabia… ese desgraciado no tenía
vergüenza, ni respeto. Había tenido sexo con él, si, pero no tenía derecho de
despreciarme de esa manera teniendo en cuenta que yo no había tenido sexo oral
con él y en el caso que lo hubiese tenido no tendría que despreciarme por
ello...
-
Y… ¿ha llamado a la
policía?- le pregunté.
-
No… había venido
borracho en su coche y estoy segura que si hubiese llamado a la policía le
hubiesen hecho la prueba de alcoholemia y drogas y él sabía que no se podía arriesgar
a eso… Pero seguro que mañana su padre estará redactando mi carta de despido…-
empezó a negar con la cabeza- la he jodido Alejandra, la he jodido y bien- vi que estaba apunto de llorar y a mi se me
calló el alma al suelo. Pocas veces la había visto así, ella siempre había sido
mi sustento, guardando la compostura por las dos y ahora era mi turno, por lo
que respiré hondo e intenté tranquilizarme- sin mi trabajo nos denegarán la
hipoteca y todos los planes que teníamos se irán a la mierda.
-
Cariño, no lo
sabes, a lo mejor no se lo dice a su padre, ese estúpido es tan orgulloso que
no creo que le diga a su padre que ha sido golpeado por una mujer.
-
Claro que se lo dirá,
él y su padre estaban buscando la excusa para echarme desde el principio de
curso, el suspenso de su hijo no va a quedar impune y con la agresión ya le he
dado alas- no sabía que hacer o decir para que se sintiera mejor y eso me
mataba.
-
Tendremos que
esperar a ver que sucede cariño y si por desgracia eso ocurriera estoy segura
que saldremos adelante- besé sus labios con dulzura intentando que se sintiera
mejor- ¿te apetece comer algo?- ella negó con la cabeza.
-
No… no tengo
apetito.
-
Está bien- me levanté
y fui al baño a dejar en el lavabo la bolsa con el hielo y volví a la cama
hasta llegar enfrente de ella. Sin decir nada, le quité la americana y comencé
a desabrocharle los botones de la camisa colocándolo todo con cuidado en la
silla del tocador que había al lado de la cama. Ella me miró interrogativa pero
yo solo le sonreí y le besé la frente. Seguí con los tacones y el sujetador y
al llegar al pantalón ella misma se lo quitó- métete en la cama, voy a apagar
las luces, enseguida vuelvo- ella asintió y yo fui rápido a hacerlo.
Enseguida volví a
la habitación, me quité la bata y me metí en la cama apoyándome en el pecho de
Abi para abrazarnos.
-
Lo siento mucho
Alejandra- dijo después de estar ambas unos minutos en silencio- se que estabas
muy ilusionada por la casa… y lo he arruinado todo.
-
No digas eso mi
amor, yo lo único que quiero es estar contigo, me da igual donde, yo sería
feliz si te mudaras con nosotros al piso, ya tendremos tiempo de realizar todos
nuestros planes, y si no es ahora será mas adelante- le di un pequeño beso y
volví a mi posición.
No quedamos en
silencio, Abi acariciaba mi brazo con su mano y yo a ella sus pechos.
-
Cariño…
-
¿Mmm?- me erguí
para mirarla antes de decirle lo que le quería decir.
-
Yo… quiero que
sepas que yo… yo nunca le hice eso a Antonio.
-
Mi amor, no pasa
nada, es algo que las parejas hacen, no me importa que lo hicieras o no con él,
lo que me importa es como lo ha usado, como el desgraciado que es, para insultarte y degradarte.
-
Sé que no te
importa, pero
a mi si, y quería que lo supieras… quería que
supieras que yo nunca tuve sexo oral con él… es algo que no había hecho con
nadie… salvo contigo- acarició mi mejilla y besó- nunca había tenido este
nivel de intimidad con nadie- me volvió a besar.
-
Te amo preciosa- me dijo al separamos en
apenas un susurro, no necesitaba abrir los ojos para saber que era verdad.
- Y yo a ti
cariño- seguí acariciando su pecho escuchando los latidos de su corazón hasta
que el sueño me invadió.
ABIGAIL
Me pasé casi toda la noche en vela rememorando una y otra
vez lo que había pasado. Había cometido un error imperdonable y con el había
echado por alto mi futuro y el de mi familia. Lo tenía todo calculado, si
Antonio suspendía y me desprestigiaba no tendría nada que hacer pero con esto…
las probabilidades de salir indemne eran muy bajas aunque lucharía con todo lo
que tenía.
Ya se había hecho de día y mi chica seguía acurrucada a
mi lado con la cabeza apoyada en mi pecho, era tan bella, tan tierna… había
sido muy importante para mí su apoyo anoche, sólo con tenerla a mi lado mi
ansiedad disminuía.
Eran casi las diez cuando sus ojos se abrieron
lentamente.
-
Ey…- me dijo con voz ronca.
-
Buenos días- acaricié su mejilla- ¿cómo has
dormido?
-
Bien… ¿y tú?- le sonreí y me encogí de
hombros- ¿has podido dormir algo?- me dijo un poco preocupada.
-
Algo
-
Bueno… ¿qué te apetece desayunar?- me dijo
levantándose y poniéndose mi bata, se veía tan jodidamente sexy con la bata sin
cerrar.
- Lo que te
apetezca a ti, yo no tengo mucha hambre- cogí la camisa de ayer y la seguí.
-
Cariño tienes que comer- me dijo desde la
cocina. Estaba preparando el café cuando la alcancé y la abracé por detrás.
-
Siento haber arruinado la noche de ayer...-
besé su cuello- por lo que he podido ver lo tenías todo planeado- ella había
dejado de hacer lo que estaba haciendo para disfrutar de mis caricias.
-
No pasa nada…
tendremos muchos viernes en los que podremos recuperar el tiempo perdido- la
volví para besarla y en ese instante el inoportuno teléfono sonó. Me separé de
ella con desgana y fui hasta el salón para coger el teléfono inalámbrico- ¿Si?
-
Abigail soy tu
padre- genial…- José me acaba de llamar, ¿en qué estabas pensando? No me
lo puedo creer, Abigail, tú eres una persona responsable que calcula sus pasos
antes de darlos, ¿cómo has llegado a eso?
-
Papá… no lo se,
pasó- le contesté con la poca paciencia que tenía- perdí los nervios tan solo
un segundo.
-
Esto te puede traer
muchos problemas Abigail, José está viendo que se puede hacer, llamando a todos
los conocidos que tiene en el vicerrectorado, pero no te puede prometer nada.
-
Lo llamaré
enseguida para ver cómo esta el panorama…
-
Abigail… quiero que
sepas que si esto acaba mal puedes tener un trabajo en mi empresa, sabes que se
quedaron muy contentos contigo cuando hiciste las prácticas allí.
-
Lo sé, papá, pero
ya sabes que…
-
Lo sé, cariño, sé
que tú estás hecha para enseñar y que otro trabajo te haría infeliz pero hasta
que no se solucionen las cosas es un buen trabajo- me tranquilizó saber que
tenía una pequeña red de seguridad pero no dejaría de luchar de todas formas.
-
Está bien papá,
gracias, llamaré a José para ver que se puede hacer.
-
Infórmame de lo que
suceda y saluda a Alejandra y Víctor de mi parte y de la de Diana. Un beso.
-
Un beso.
Colgué el teléfono
y marqué el teléfono de la casa de José.
-
Llevo toda la
mañana haciendo llamadas Abigail así que espero que esos tres puñetazos
valieran la pena- me dijo José después de los saludos pertinentes.
-
Siento mucho el
lamentable espectáculo que di, José.
-
Bah, palabrería, a
ese energúmeno le habrían hecho falta otras tres mas como esas, pero yo no he
dicho eso. Dejando las bromas a un lado, la situación es esta: aunque parezca
increíble aún no se tiene noticias de Antonio hijo sobre la pelea, pero
desgraciadamente la vicerrectora me ha dicho que Antonio padre está pidiendo tu cese inmediato
alegando una lista de todas las supuestas barbaridades que has hecho que se
resumen, según el rector, en que has tenido trato de favor con Silvia a cambio
de favores sexuales, que has perjudicado a uno de tus becarios por ello y que
has tenido relaciones con alumnas, hechos por los cuales tu despido sería
inmediato-
¡dios! ¡Sabía que ese cabrón no se iba a estar quieto!
-
Eso es una barbaridad José, sabes que…
-
Lo sé Abigail, eres una profesional y se
perfectamente que no ha pasado nada de eso y aunque no lo supiera, confiaría en
tu palabra. Voy a intentar convencerlos para que el lunes se haga una reunión
con la junta y te dejen dar explicaciones, sería la única manera de que Antonio
no te eche sin consultarlo con nadie.
- Vale José,
haz lo que puedas, sabes que siempre te estaré agradecida, lo consigas o no.
- No hace
falta, sabes que eres como de mi familia, es lo menos que podría hacer, te
tendré informada.
-
Gracias de verdad.
Aunque la probabilidad era baja, aún había
esperanzas…
ALEJANDRA
Después de la llamada de José, Abi se animó un poco.
Desayunamos juntas y fuimos a recoger a nuestro hijo de la casa de su amigo.
Víctor ni siquiera nos había echado de menos. Se lo había pasado genial con su
amigo y cuando llegamos a por él nos presentó como sus mamis a los padres de su
amigo muy orgulloso. Era un amor. Los padres de su compañero nos dijeron que
Víctor se había portado fenomenal y que era bienvenido cuántas veces quisiera.
Volvimos a nuestro piso y allí pasamos el resto del día
con mi madre. El sábado dormimos los tres juntos y el domingo pasamos todo el
día e casa. Me encantaba ver como Abi jugaba con mi hijo. La tarde de domingo
la pasaron juntos. Abi sentada en el puff que Víctor tenía en su habitación y
mi niño tumbado encima suya abrazado a ella y jugando a sus amados videojuegos.
Mi chica veía como Víctor jugaba mientras que acariciaba su pelo castaño y
besaba, de vez en cuando, su cabeza. Era una imagen preciosa, me podría pasar
el día entero viendo como interactuaban.
Abi ya no estaba tan preocupada ya que el domingo por la
mañana, José llamó a Abi y le afirmó que tenía una reunión el lunes a primera
hora para defender su prestigio.
Después de cenar acostamos a Víctor y nos fuimos a la
cama para acurrucarnos, me encantaba estar así con ella.
-
¿Crees que conseguirás solucionar esto?- le
pregunté mientras acariciaba su vientre por debajo de su pijama.
-
Estoy más que segura que esto se solucionará,
confío en el buen criterio de la junta… por muchos amigos que tenga Antonio padre
en la universidad no puede ganar siempre.
-
Seguro que todo se soluciona cariño- la besé
con ternura mirando como su cuerpo reaccionaba con mis caricias. La deseaba
tanto que, sin pedir permiso, metí la mano dentro del pantalón de su pijama.
-
Amor…
-
Quiero que te olvides de todo por un unos
minutos… quiero que sólo sientas mis caricias…- comencé a acariciar su clítoris
suavemente mientras que con mi otra mano acariciaba uno de sus pechos.
Nuestros besos eran suaves y lentos, no teníamos prisa.
En cuestión de segundos su centro estaba empapado, ella necesitaba esa
liberación, yo también y ella lo sabía, no me hizo falta decírselo, ella misma
metió su mano dentro de mis pantalones hasta llegar a mi centro. Nuestras
lentas caricias trajeron un orgasmo liberador para ambas quedándonos las dos
abrazadas diciéndonos lo mucho que nos queríamos y nos amábamos.
ABIGAIL
El lunes me levanté decidida a solucionar todo. Antoñito
aún no se había pronunciado por la agresión y estaba casi segura que si no la
hacía yo tenía las de ganar.
Alejandra y yo nos levantamos, nos preparamos para ir a
la facultad y nos fuimos en mi coche. Como siempre, acompañé a mi chica hasta
su clase y ella se despidió de mí y me deseó suerte para mi reunión. De allí me
fui a al despacho de José done encontré a Santi también. Estaban algo nerviosos
ya que ellos no sabían que yo sabía cosas que podrían favorecerme. Como
teníamos un cuarto de hora libre antes de la reunión les expliqué todo lo que
tenía planeado decir y les enseñé las pruebas que tenía, entre ellas, la
grabación del rector intentando sobornarme.
-
Recuérdame que no me ponga nunca en tu
contra- dijo en broma Santi.
-
¿Sabes lo que tienes ahí Abigail?- dijo José
más serio- podrías incluso conseguir el cese de Antonio o al menos que no gane
las elecciones para rector de nuevo que justo son en septiembre.
-
¿Estás de acuerdo con que exponga estos
hechos ante la junta?
- Por supuesto,
es más, si tu no lo hicieras lo haría yo mismo- nos sonreímos, me relajaba
mucho saber que José estaba de mi parte.
-
Será mejor que vayamos a la sala de juntas,
es casi la hora-dijo Santi mirando su reloj.
Los tres nos dirigimos hacia una de las salas de juntas
que la facultad disponía para las reuniones de profesores. Cuando llegamos a
dicha sala el grupo formado por cuatro integrantes de la junta, entre ellos la
vicerrectora, Antonio padre y un cabizbajo Antoñín que intentaba ocultar su
nariz rota y su pómulo amoratado, estaba en la puerta.
Saludamos a los presentes, José con familiaridad a los
cuatro integrantes de la junta, y yo, con un saludo mucho más formal y seco.
Por sus miradas hacia mi persona podría decir que ya me habían echado la soga
al cuello.
Entramos a la sala y nos sentamos alrededor de la mesa,
todos ellos en un lado de la mesa y José, Santi y yo al otro.
-
Bien, estamos aquí reunidos para tratar el
tema de la señorita Abigail Montenegro- dijo la vicerrectora con gesto serio
abriendo una pequeña carpeta y sacando varios documentos para leerlos- señorita
Montenegro está acusada por el señor Antonio Suárez de Castro, rector de esta
universidad, y por su hijo, Antonio Suárez Díaz, de haber realizado una serie
de hechos que, siguiendo el reglamento interno de esta universidad,
significarían su despido inmediato. Estos hechos son: haber mantenido un trato de
favor con la señorita Silvia Ramiro, habiéndole prometido la beca de
investigación G-6907, que se ofertaba a los becarios de esta facultad, a cambio
de favores sexuales, por otro lado, se le acusa de haber tenido un trato
discriminatorio con Antonio Suárez hijo poniéndole trabas para consecución de
su doctorado, haciéndole perder el tiempo con trabajos que no le concernían,
reformulando partes de su tesis de manera errónea haciéndolo perder tiempo y
desmotivándolo a través de canales varios tales como las malas palabras, no
valorando su trabajo y despreciándolo. Para terminar se le acusa de haber
tenido relaciones con una de las alumnas, la señorita Alejandra Hidalgo, con la
que empezó una relación amorosa siendo usted su profesora, relaciones por las
que usted bien sabe, se procede al despido. Por esos hechos, el señor rector
podría despedirla, incluso uno de los aquí presentes podría hacerlo pero es por
los años de amistad con José por lo que su despido no se a llevado a trámite,
aún. Tiene los siguientes quince minutos para defenderse y explicar porqué no
deberíamos despedirla- me miraron todos expectantes.
-
Gracias por esta oportunidad, Elena, le
prometo que no la haré perder mucho más tiempo. Bien, respecto a las
acusaciones sobre mi persona y la señorita Silvia, déjenme decirles que no son
ciertas. La relación que yo he tenido con Silvia ha sido meramente profesional
igual que la que tuve yo con José en su momento. Mi vida personal o la de
Silvia, con todo el respeto del mundo, no es de su incumbencia, pero deben
saber que, dejando aparte el hecho de que ella y yo somos dos personas
completamente profesionales y que yo nunca tendría una relación con uno de mis
becarios, Silvia es heterosexual y está prometida con su novio desde hace unos
años. Si le preguntan a ella les dirá lo mismo. Silvia es una mujer muy
profesional muy trabajadora que se ha ganado su doctorado con esfuerzo y
dedicación. Con respecto a la señorita Hidalgo… ella es mi pareja actualmente
pero comenzamos nuestra relación cuando dejé de ser su profesora. Les admito
que tenía sentimientos por ella, pero nuestra relación no fue a más. En su
evaluación, recurrí a mis compañeros de profesión para asegurar que su nota
fuera objetiva- saqué las copias del examen de Alejandra de la carpeta llena de
documentos y se los mostré- como pueden ver la primera copia es el examen
corregido por mi, el segundo por José y el tercero por Santiago aquí presente.
La nota que le puse a la señorita Hidalgo es la media aritmética de las tres
que, como pueden ver, sólo se diferencian por setenta y cinco décimas. Y por
último quiero aclarar que yo no tenía nada en contra de Antonio, lo trataba de
la misma manera que trataba a Silvia y lo ayudé y lo orienté de la misma manera
que a su compañera. Desde el principio de curso, el señor Antonio tuvo un
comportamiento prepotente y altanero, no se dejaba ayudar, no aceptaba la
críticas ni las sugerencias, no seguía el horario y no se esforzaba en dar las
clases que le cedía e incluso faltaba varios días seguidos por lo que si he
tenido un trato de favor con alguien ha sido con él, ya que me podía haber
desentendido de él o me podía haber negado a seguir con su formación.
-
¡Eso es mentira!- bufó Antonio padre.
-
Por favor, Antonio, manténgase al margen-
intercedió uno de hombres que estaban con él.
-
Como ven, es la palabra de los Suárez contra
la mía y déjenme decirles que mis credenciales están más limpios que los suyos-
dije con un pequeño movimiento de mano señalando a Antonio hijo.
-
Pero cómo se atreve, ¡usted tiene más que
callar que mi hijo!- dijo Antonio sulfurado dando un golpe en la mesa. Sabía
que se refería a la agresión de su hijo, pero aún así mantuve la calma, tenía
que arriesgar ya que ambos teníamos mucho que perder, no sólo yo.
-
Cálmese Antonio- dijo Elena- la verdad es que
usted sólo estaría fuera por las acusaciones de las dos señoritas ya
mencionadas, la cuestión de la señorita Hidalgo, y creo que estoy hablando por
todos los aquí presentes, está zanjada, en cambio, los de la señorita Ramiro…-
hizo un gesto de duda.
-
Elena, te doy mi palabra, de amigo y
compañero por muchos años, de que Abigail no ha tenido ningún trato de favor ni
ningún tipo de relación con Silvia, yo mismo he sido testigo de su relación
formal y he realizado un seguimiento de sus dos becarios- ella le asintió.
-
Está bien, puesto que no hay más razones por
las que tramitar este despido dejaremos que la señorita Montenegro prosiga con
sus labores como profesora aunque se le hará un pequeño seguimiento durante
unos meses.
-
Esto es increíble…- dijo Antonio enfadado.
-
Si no hay más nada que decir- dijo Elena-
aparte de las quejas del señor Suárez, queda por concluida esta reunión- se
disponían a levantarse cuando los paré.
- Yo si tengo
algo que decir- volvieron a sentarse y me miraron expectantes- al igual que señor
Suárez yo también quiero acusarlo a él de un comportamiento… muy cuestionable a
lo largo de este curso- saqué de mi carpeta seis documentos y le di uno a cada
miembro de la junta, otro a Antonio padre y otro me lo quedé yo para recordarlo
todo y que no se quedara nada por decir- al principio de curso, a raíz de unos
rumores que llegaron a mis oídos los cuales decían que Antonio hijo estaba
haciendo todo lo posible para desprestigiarme solicité los servicios de un
investigador privado para cubrirme las espaldas. En la primera hoja pueden ver
los datos del investigador y los de su empresa, su nombre es Ceferino Bustos y
tiene muy buena fama en este sector, normalmente investiga espionaje industrial
para muchas empresas con muy buenos resultados pero gracias a que mi padre lo
había contratado varias veces quiso aceptar este trabajo. Obviamente, le pedí
que investigara a mis dos becarios, para que no hubiera discriminación. La
segunda página es la de Silvia, pueden ver que su vida estos meses ha sido muy
rutinaria: de casa a la facultad, de la facultad a la biblioteca y de la
biblioteca a su casa. El único cambio se producía los fines de semana en los
que, de vez en cuando, salía con su prometido a cenar.
- ¿A dónde
quiere llegar Montenegro?- dijo uno de ellos perdiendo la paciencia.
- Le ruego que
me tenga un poco de paciencia, no tardaré mucho. Como iba diciendo, esa es la
parte de Silvia, el resto del documento, corresponde a Antonio. A través de las
quince páginas restantes podrán comprobar que desde el comienzo de la
investigación hasta hace unas semanas, Antonio ha llevado una vida de salidas,
fiesta, alcohol y… bueno otras sustancias, la vida de cualquier universitario,
viendo esto es normal que faltara algunos días. Esto se podría quedar en un
pequeño tirón de orejas por parte de su padre si no fuera porque Antonio,
aparte de eso ha estado teniendo relaciones sexuales con cuatro de mis alumnas,
en las siguientes páginas están los datos de cada chica así como fotos en las
que se pueden ver en actitud cariñosa con Antonio. Quería destacar la chica de
la página siete, es una de mis alumnas de primero y si hacen un pequeño cálculo
con su fecha de nacimiento podrán ver que la chica era menor de edad cuando
tuvo relaciones con él- el payaso de Antonio se estaba poniendo blanco y por el
rabillo del ojo pude ver como Santi sonreía con malicia por lo que estaba por
venir- conversé con esta chica cuando me llegó esta información y me dijo que
Antonio se le acercó con buenas palabras diciéndole que le ayudaría con la asignatura
y que le daría preguntas del examen y bueno el resto de la historia está ahí.
Oh, otro dato interesante, felicidades Antonio- miré al rector con una gran
sonrisa falsa- va a ser abuelo, una de ellas está embarazada, aunque le daré
una buena noticia, Antonio, no es la menor- no podían reprocharme que nada de
eso fuera cierto ya que había incluso un informe médico de la muchacha, este
investigador valía hasta el último euro…- Como pueden comprobar habría más
motivos para cesar a Antonio que a mi-los dos Suárez se había quedado sin
habla.
-
Esto es inconcebible, Antonio, su hijo no
habría tenido derecho siquiera de haberse presentado a su defensa de tesis-
dijo Elena.
-
Cierto, pero esto no queda aquí, también hay
para el señor rector, Antonio Suárez padre quería que su hijo consiguiera el
doctorado a toda costa, tanto que intentó sobornarme para que intercediera por
él y que intentase que su hijo aprobara.
-
¡No voy a consentir que me acusen de algo tan
mísero y reprochable como es intentar sobornar a alguien! ¡Usted no tiene
vergüenza! ¡ahora mismo nos vamos!- padre e hijo se estaban levantando cuando
lo llamé.
-
Espere señor Suárez, yo no acusaría a nadie
de algo tan miserable, como usted dice, si no tuviera pruebas- saqué mi ipad de
mi maletín y reproduje la conversación que Antonio y yo tuvimos, fue el turno
del padre de ponerse blanco.
Los componentes de la Junta estaban consternados, no
podrían creer que el máximo representante de la Universidad hubiese hecho eso
pero su voz era inconfundible.
- Eso cambia mucho
las cosas- dijo uno de los representantes de la Junta muy sorprendido por el
giro de los acontecimientos.
-
No habría hecho eso sí ella no se la tuviese
jurada a mi hijo-dijo a gritos. Sabía que estaba en muy mala posición pero no
podía justificar ese acto ni con mil excusas- ¡Miren! ¡Miren! ¡Miren lo que le
hizo a mi hijo después del examen! ¡Todo esto ha sido una conspiración contra
mi persona y contra mi hijo! ¡¿Es que no lo ven?!
- ¿Es cierto
eso Abigail?- me preguntó Elena manteniendo la calma en todo momento-
¿agrediste a Antonio?
-
Si…- dije bajando la mirada avergonzada. Al
igual que Antonio padre, yo tampoco tenía excusa.
-
Elena… yo estaba presente cuando sucedió y te
puedo asegurar que si Antonio no hubiese vuelto después de la ponencia borracho
y buscando herir a Abigail no hubiese ocurrido. Buscaba pelea y no paró hasta
que hizo explotar a Abi, pero como estaba tan borracho que apenas se podía
sostener no pudo defenderse.
-
De todas formas eso no cambia las cosas… el
que haya sufrido una agresión no tapa todo lo que ha hecho y por lo que será
castigado al igual que nuestro aquí presente rector.
- ¡Si cambia
las cosas!- dijo desesperado Antonio padre- he hablado con mi abogado y si
presentamos el parte de daños ante la Policía y una denuncia Abigail tendrá que
ir a juicio contra mi hijo y será despedida de todas formas, ¡yo sigo teniendo
el control aquí!- los gritos seguro que se escuchaban en toda la facultad. Me
puse un poco nerviosa pero aún no estaba todo perdido.
-
Te equivocas, Antonio, Abigail perdería su
trabajo pero podría trabajar en cualquier otra universidad si quisiera además
tendría una carta de recomendación de cada uno de nosotros pero tú… estarás
cesado inmediatamente del trabajo y obviamente no podrás optar a otro puesto de
este tipo. Tu prestigio quedará manchado de por vida.
- Esto no puede
estar pasando, ¡¡no podéis cesarme por haber intentado sobornar a esta
desgraciada!!- su cara estaba roja por la rabia pero todos mantuvimos la calma
-
Un respeto señor, no queremos tener otro
juicio por agresión-dijo Santi levantándose.
- No pasa nada
Santi- le dijo José- Antonio debería relajarse, por mucho que grite no
solucionará nada. Lo mejor es que lleguemos a un acuerdo… ¿les parece bien?-
preguntó a todos los presentes, le asentimos- bien, ¿Elena?- ella lo pensó unos
segundos que me parecieron interminables y por fin habló.
- Pienso que lo
mejor sería que el tema de la agresión no saliera de aquí, Abigail mantendría
su trabajo y Antonio el suyo pero sólo los dos meses que quedan hasta las
elecciones en las que no se podría presentar… luego podría seguir con su
trabajo como profesor en la Facultad de Ciencias pero no podría optar a ningún
puesto de dirección ni siquiera jefe de departamento, en cuanto a Antonio hijo…
no podría optar al doctorado, no al menos en esta universidad… ¿qué les
parece?- preguntó a los miembros de la junta los cuales asintieron y luego nos
miraron a los demás. Yo asentí, lo único que quería es conservar mi trabajo y
no tener que verle la cara más a Antoñín.
-
No estáis hablando en serio- dijo Antonio
padre negando con la cabeza desesperado.
- O lo tomas o
lo dejas Antonio, no hay más que hablar ni que negociar…- Antonio no dijo nada
más, dio un golpe en la mesa y se fue a paso rápido seguido de su hijo- no os
preocupéis, como he dicho, él es quien tiene las de perder, ahora mismo tiene
el ego herido y no piensa con claridad pero al final aceptará el trato… Abigail
usted mantendrá su trabajo, no se preocupe, tómese el día libre, mañana podrá
seguir con sus clases- los cuatro integrantes de la junta se levantaron y nos
estrecharon la mano a los tres, se despidieron y se fueron.
Tenía ganas de gritar y sacar toda la tensión que había
tenido acumulada todos estos días, pero lo único que hice fue abrazar a José
con todas mis fuerzas.
-
Muchas gracias José, no se que habría hecho
sin tu ayuda. De verdad te debo una muy grande.
- No es nada
Abi, sólo haz lo que has hecho hasta ahora: ser una de las mejores profesoras
que he conocido hasta ahora.
Me abracé a Santi y juntos salimos
- ¿Nos tomamos
una cerveza para celebrar?- dijo Santi.
- Por supuesto,
yo invito- Nos dirigíamos a la cafetería cuando mi móvil sonó- ¿si?
- Hola
¿Abigail? Soy Roberto, de la inmobiliaria, le llamó para decirle que el banco
ha aceptado la propuesta de hipoteca, tendrá que pasarse por la inmobiliaria
para firmar algunos contratos y que por fin la casa sea suya.
- Si, por
supuesto, gracias- dije sin poder ocultar mi entusiasmo y mi felicidad.
- Felicidades
Abigail, pronto será propietaria.
Me despedí del agente y me uní con José y Santi que me
esperaban en el pasillo más adelante.
- ¡Que sean dos
cervezas! Tenemos algo más que celebrar.
- ¿Si? ¿Qué?
- ¡Voy a ser
propietaria de una preciosa casa en las afueras!
- ¡Oh joder!
¡Eso es grandioso hermana!- me abrazó Santi levantándome del suelo.
- Enhorabuena
Abigail, ahora si, vamos a celebrar.
ALEJANDRA
Salí con Caro de la clase camino de la cafetería. La
clase se me había hecho interminable, sólo podía pensar en Abi y en su reunión,
aún no había tenido noticias suyas y no sabía si eso era bueno o malo… necesito
un café…
Llegamos y allí estaba ella. Estaba con José y con Santi
echados en la barra, los tres con una cerveza en la mano, hablando y riéndose. Eso
sólo podría significar una cosa…
Me acerqué casi corriendo hasta ella.
- Cariño ¿qué
ha pasado?- no me dijo nada, sólo me agarró por la cintura me atrajo hacia ella
y me besó. Cuando me separé nota el rubor de mi cara.
-
Todo está
solucionado- volvió a tirar de mi para darme otro beso.
-
¿Y ese por qué ha
sido?
-
Porque ya tenemos
casa.
Me volvió a besar
aunque esta vez con mas ganas. Solo escuchaba a José y a Santi silbando y
vitoreando pero era como si estuvieran a
metros de nosotras porque cuando ella me besaba no existía nada mas, solo
éramos ella y yo.
Tres meses después…
Bajé la pesada caja
del camión y la llevé todo lo rápido que pude a la cocina sorteando todos los
obstáculos y muebles que me encontraba a mi paso. Dios, que habrá metido
esta mujer en la caja, ¿Plomo? ¿Piedras?
Por fin alcancé la
encimera de la cocina y la dejé caer sin importarme que lo que hubiese dentro
se fuera a romper o no.
-
¡Alejandra! Ten
cuidado, puedes estropear la encimera nueva, no acabamos de llegar a la casa ¿y
ya la quieres destrozar?- me regañó mi madre.
-
Si te hubieses
dejado el plomo en el piso a lo mejor no tendría que hacer eso, me iba a
herniar- hice reír a mi madre.
-
No seas tonta solo
son los libros de cocina y algunas sartenes, anda ve y ayuda a Abi con las
cajas que van arriba, yo me encargaré de las que van aquí.
Me fui para la
entrada cuando justo estaban entrando Víctor y Abi cada uno con caja, Víctor
con una pequeña y Abi con una que apenas la dejaba ver.
-
¡Mira mami! ¡las
cosas de mi cuarto!
-
Muy bien cariño,
sube con cuidado las escaleras- mi pequeño subió las escaleras dejándonos a Abi
y a mi a solas- ¿cansada?
-
No mucho, aunque
aún queda como para otra hora o así- bajó la caja al suelo y me besó- y cuando
terminemos por fin estaremos oficialmente instalados- me volvió a besar
rodeando mi cuerpo con sus brazos.
Por fin se había
hecho realidad nuestro sueño, después de que nos concedieran la hipoteca y por
fin fuera nuestra la casa, comenzamos con algunas remodelaciones para ponerla a
nuestro gusto antes de comenzar a vivir en ella: habíamos cambiado los baños y
la cocina y el resto de las habitaciones tan solo las habíamos pintado a
nuestro gusto. También compramos muebles nuevos aunque también nos trajimos
cosas de nuestros respectivos pisos. Y ya por fin estaba todo casi listo, solo
nos faltaba organizar algunas cosas en las habitaciones y la cocina y comenzaríamos
a vivir allí.
-
¿Estás contenta?-
me dijo teniéndome aún en sus brazos.
-
No sabes cuánto, ¿y
tú? ¿Te habrías imaginado todo esto hace un año?- la hice reír.
-
Ni en el mejor de
mis sueños, mi vida ha dado un giro de ciento ochenta grados. El año pasado por
estas fechas estábamos empezando el curso y si me hubiesen dicho que dentro de
un año tendría una familia y una casa, les habría llamado locos… creía que eso
no estaba hecho para mi.
-
¿Y ahora?
-
Ahora no lo
cambiaría por nada en el mundo- acarició mi mejilla.
-
Estas son las
pequeñas cosas que tiene el destino preparadas para nosotros que nos hacen ver
que no estábamos tan en lo cierto, ¿no?- me reí ya con sus labios a centímetros
de los míos.
-
Si… las lecciones
del destino…
FIN
EPÍLOGO
ABIGAIL
Estaba trabajando
en mi despacho corrigiendo algunos trabajos de mis alumnos cuando la voz de mi
esposa me sacó de mis pensamientos.
-
¡Abigail ven aquí
ahora mismo!- uff eso no suena bien…
-
Uyuyuy ¿qué has
hecho mami? Mamá te va a regañar…- dijo una cabecita con cabellos negros
rizados y alborotados al lado mío. Sandra, mi pequeña renacuaja sabionda de tan
solo cuatro añitos de edad estaba al lado mía tumbada en la alfombra
coloreando.
-
¿Tú crees?
-
Chi
-
¡Abii!- dijo
Alejandra una vez mas.
-
Será mejor que
vayamos a ver qué le pasa a tu madre- cogí a mi hija entre mis brazos y fui
siguiendo los gritos de mi esposa hasta encontrarla en la habitación de mi
hijo. Al pasar por el salón alcancé a ver la foto de bodas ¿Cómo puede pasar
el tiempo tan rápido? Tan solo un año después de estar viviendo en la casa,
le pedí a Alejandra matrimonio. Aun lo recuerdo como si fuera ayer, con la
ayuda de Víctor le preparé una cena sorpresa en el jardín de la casa y entre
los dos le hicimos la gran pregunta, ella aceptó sin pensarlo y unos meses después
nos casamos, fue una ceremonia íntima, tan solo con nuestro amigos mas
cercanos. Pasó poco tiempo después para que decidiéramos aumentar la familia.
La dos queríamos pasar por ese proceso así que hicimos lo mas sensato: lo
echamos a suertes, y gané yo y, a través de una fecundación in Vitro con un
donante anónimo, nació Sandra -¿Qué pasa cariño?- le dije con una sonrisa
-
Al ver que llevaba
a nuestra hija entre los brazos escondió el paquete que llevaba en la mano
detrás suya.
-
Víctor ¿por qué no
llevas a tu hermana al salón con la abuela?
Víctor, que ya le
sacaba un palmo a su madre, con carita de pena cogió a su hermana en brazos
para llevársela.
-
Mami, mami un
beshito- le dijo Sandra poniéndole morritos.
-
Te conozco, solo me
dices mami cuando te conviene para hacerme la pelota, tu mami no se va a librar
de una regañina- le dio un beso a su hija- y ahora id con la abuela- Víctor me
articuló un “Mamá lo siento” antes de desaparecer por la puerta. No sabía que
había hecho pero el ceño fruncido de su madre me decía que nada bueno, aunque
yo no recordaba el qué.
-
¿Si cariño?- le
dije con una sonrisa inocente.
-
¿Me puedes decir
qué es esto?- tiró un paquete de preservativos a la cama de Víctor, Ahh
eso…- la encontré mientras limpiaba y él dice que se la compraste tú, ¿en
qué pensabas Abi? ¡Solo tiene dieciséis años!
-
Cariño, pronto
cumplirá diecisiete, está en la edad, es lo mínimo que podía hacer.
-
Es un crío Abigail.
-
No, amor, para ti
es un crío pero ya no lo es, sabes que tiene novia desde hace unos meses y,
bueno, hace poco me preguntó algunas cosas y yo tan solo se las respondí, se ve
que la chica quiere hacerlo y él estaba muy inseguro, solo le di algunos
consejos- le dije calmada acercándome a ella, rodeándola para abrazarla por
detrás- Hace un par de días fuimos a la farmacia y le compré una caja para que
cuando llegue el momento esté preparado- comencé a besar su cuello, sabía que
con eso todas sus barreras se debilitaban- además… si te sirve de consuelo lo
pasó fatal, si vieras la cara que tenía cuando la farmacéutica comenzó a
explicarle cosas, salió como un tomate de la farmacia- noté por sus leves
temblores que se estaba riendo aunque intentaba disimularlo.
-
Ha crecido tan
rápido… ¿qué consejos le diste?
-
El principal: que
con la práctica se llega a la perfección- me gané un manotazo en el brazo- es
broma, es broma, le dije que la tratara con respeto y cariño y que intentara
que la chica se sintiera cómoda, solo eso.
-
Eres una madre
increíble- me puse al lado suya para besarla.
-
Y tú una madre
sobreprotectora, intenta no sulfurarte por pequeñas tonterías y relájate, ya
sabes lo que te dijo el médico- acaricié su abultada barriga. Alejandra quiso
volver a quedarse embarazada después de que yo lo estuviera y estuvimos
esperando unos años hasta que Sandra tuviera un poco de mas edad para hacerlo.
Ahora estábamos esperando dos preciosos mellizos, un niño y una niña- ¿te he
dicho que estás preciosa?- la besé.
-
Solo diez veces
esta mañana- me dijo con una sonrisa entre besos.
-
Te amo.
-
Te amo.
Nota:
Bueno chicas, esto
es todo! Muchas gracias a todas las que me habéis tenido paciencia y me habéis
animado a seguir con cada capítulo. También quería agradecer a la
administradora de la Teta una vez más ya que si no fuera por este blog yo nunca
me habría animado a escribir y agradecerle todo lo que hace para que el blog
siga funcionando.
Espero que esta
historia os haya gustado. Os dejo de nuevo mi correo para preguntas,
sugerencias, para lo que queráis básicamente. xiion1707@gmail.com
Muchas gracias por todos
vuestros comentarios en todos los capítulos. Un saludo desde Granada.
Xiion
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Xiion - Derechos Reservados
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reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Hola Xiion
ResponderEliminarGracias por tan bella historia, hermoso final, gracias también a la Teta por el espacio. Liliana
Me ha encantado esta historia como la anterior q publicaste eres muy buena escribiendo y esperó volverte a leer por aquí con otra historia no tardes en publicar otra
ResponderEliminarSaludos
M.S(galicia)
Gracias a ti xion por esta historia tan hermosa... Excelente final y que bella familia... Espero otra historia tuya con ansias... Saludoa desde venezuela
ResponderEliminarFelicidades Xion ha sido una hermosa historia!!
ResponderEliminarOjalá sigas escribiendo porque lo haces excelente!!
MaC
una de las historias mas emotivas y hermosas del mundo gracias Xiion por tan extraordinaria trayectoria de emociones y espero nos sigas deleitandonos con tu talento como siempre unos besos desde Argetina
ResponderEliminarby:Lourdes Avalos
Dios q hermosa historia en definitivo la mejor q he leído hasta el momento. Felicidades a la autora espero q siga escribiendo muchas mas, estuvo excelente. Saludos y besos desde Venezuela edo cojedes.
ResponderEliminarHola xiion gracias por tu historia me facino.y espere inpaciente.pero para eso dios hizo los dias.yespere calmadita.espero poder leerte en otra maravillisa historia.donde queda mi cuerpo y solo hace mi imaginacion dios te cuide.t sigue escribiendo.gracias.
ResponderEliminarMe ha encantado cada capitulo de la historia y me fascino el final, ha sido hermoso, esperó seguir leyendo más de tus historias porque alegran mi día cada. Besos
ResponderEliminar- Maria
Hola Xiion! El viaje atraves de esta historia ha sido fascinante,todo engrano a la perfeccion.Con cada historia que escribes superas la anterior y mira que son buenas.Gracias por deleitarnos con esta historia tan exquisita y a la Teta por publicarla.Esperamos que tu musa siga fluyendo y continuar leyendo tus historias.
ResponderEliminarUn Saludo de,
Kadar
Lindo, maravilloso, expectacular el final, pero me hubiese gustado saber que sintieron ambas cuando Abby quedo embarazada, los nervios del parto y cuando Alejandra quedo embarazada por 2da vez , que sintio Abby cuando supo que eran 2 jajajaja pero lo demas bellisimo. :) :*
ResponderEliminarPreciosa historia y que fibal mas bello!!Me enganche desde el principio!!Felicidades Xiion!!esperamos tenerte de nuevo por aca con otra bella historia!!
ResponderEliminarSaludos desde bsas argentina.Mia
Wuaoo que final mas feliz buen comienzo de añooo espero pronto leer otra historia vuestra Xiion felicitaciones por esta un gran abrazo desde Chile
ResponderEliminarUn placer haber podido seguir tu historia hasta el final. Un abrazo y espero verte de vuelta pronto
ResponderEliminarGenial Xiion, muchas gracias por tu tiempo y pos plasmar esta historia, las cuales son haces trasnochar leyendo y esperar con hacías nuevos cap, muchas gracias. saludos desde colombia.
ResponderEliminarUn gusto seguir la historia, cada capitulo lleno de emociones y el final maravilloso.... Me encantan tus historias y esta más. Soy mucho de creer en el destino y siempre las cosas pasan por algo.. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarWoww..me encanto! Saludos cordiales!
ResponderEliminar