Capítulo 13
Abrí la puerta. Allí estaba ella. Tan
guapa, que dolía. Me hice a un lado y pasó al salón. La seguí.
Sylvie:
¿Qué tal estás?
Yo:
Bien. ¿Cómo te encuentras tú?
Sylvie:
Bien. Acabo de llegar de Vancouver
Yo: ¿Vancouver?
¿Qué hacías en Vancouver?
Sylvie:
Estaba acabando el rodaje de una película.
Hace tres meses me la ofrecieron y cuando me enteré de que habías alargado tu
estancia en Tanzania decidí aceptar. Tenía que mantenerme ocupada
En ese momento mi niña apareció
arrastrando su monito de peluche. Nuestra conversación la había despertado. Me
dirigí hacia ella, la tomé de la mano y medio dormida como estaba, la
devolví a su habitación. La arropé, le di
un beso y me senté al borde de su cama mientras ella sostenía mi manita. Se
durmió casi de inmediato. Cuando volví al salón, Sylvie paseaba nerviosa de un lado a otro de la
habitación. Me miró y pude ver desesperación en sus ojos. Yo seguía enfadada,
creo. Fui cruel, creo.
Sylvie:
¿Te has traído a alguien de Tanzania?
Yo:
Es evidente que sí… (Sylvie se
derrumbó en el sillón)
Sylvie:
Lo tengo bien merecido, por haber sido
tan egoísta, por ser tan estúpida. Tenía que haber ido detrás de ti, a buscarte
hasta el fin del mundo si hubiera sido
necesario. Pero fui una tonta, me dije que era mejor curarme del todo, me dije
que era mejor estar totalmente bien para ti. Pero tú has conocido a alguien…
¿La quieres?
Yo:
Más que a mi vida (Le respondí sin
querer aclarar el equívoco. Sabía que Sylvie pensaba que yo tenía una historia
con la madre de la niña y que no se imaginaba que yo me refería a la pequeñaja)
Sylvie: ¿Y eres feliz con ella?
Yo:
Me hace tremendamente feliz. Llena mi
vida de formas que nunca pensé que fuera
posible
Sylvie:
No quiero molestarte Amaia. Solo quiero
que sepas que fui una estúpida. La psicóloga me hizo ver que estaba sufriendo
una depresión y…
Yo:
Pero eso te lo decía yo mil veces y no me
hacías caso
Sylvie:
Lo sé. Cuando te eche de casa, pase más
de seis días sin salir de la cama. Mi amiga Sara fue la que un día vino a casa,
me sacudió por los hombros y me preguntó qué creía que estaba haciendo con mi
vida. Recuerdo la conversación exacta que me hizo reaccionar: “Pero, ¿qué pretendes? –me dijo . Nada solo quiero estar sola y que se me pase
este dolor que siento –le contesté. ¿Y
crees que el dolor desaparecerá solo? Si no dejas que la gente que te quiere te
ayude, si la alejas de tu lado, ¿crees que ese dolor desaparecerá o a él le
añadirás uno nuevo?-me espetó. Pero
yo ahora no puedo estar con ella –gimoteé. ¿Por qué?¿Ya no la quieres? –me preguntó. Claro que la quiero, pero no tengo nada que ofrecerle –le grité. Pero ¿tú te estás oyendo? ¿Qué crees que
quería ella que le ofrecieras? Ella te quería a ti. Te quería por encima de
todas las cosas a ti. Y eso es lo que le has negado- me encaró. Pero queríamos tener hijos –protesté. Bueno, entonces la pregunta es ¿querías solo hijos o querías hijos con
ella? Porque no es lo mismo. Si lo que querías era formar una familia con
Amaia, desde luego te has lucido apartándola de tu lado. Tienes que curarte –me
dijo. Me he enterado de que tu mujer se ha ido a Tanzania con una ONG tres meses.
Aprovecha ese tiempo para curarte, para sanar
tus heridas, aclarar tus ideas y decidir qué es lo que realmente
quieres. Busca ayuda, pero hazlo ya.”
Y así lo hice, Amaia. Quise
curarme. Quise estar bien, porque estaba hecha una mierda, porque si ni yo
misma me quería no podía aceptar que nadie lo hiciera.
Yo:
¿Y por qué ni siquiera contestabas a mis
llamadas?
Sylvie:
¿Para qué? ¿Para decirte que te echaba de
menos? ¿Para decirte que me faltabas? Permitir de nuevo que tú reorganizaras tu
vida solo para volver a seguirme a mí, sin ni siquiera poderte asegurar que
íbamos a estar bien. Por una vez decidí
no ser egoísta, aunque no lo entiendas lo hice por ti. Tenía queenfrentarme con
todos mis fantasmas, tenía que ponerme bien para poder formar de nuevo parte de
tu vida
Yo:
¿Y ya estás bien?
Sylvie:
Creía que sí. Creía que estaba dispuesta
a luchar otra vez por ti, a volver a enamorarte. Creía que podría convencerte
de que estoy no solo curada, sino dispuesta a no dejarque nunca nada más vuelva
a desestabilizar mi vida, nuestra vida. Creía que estaba dispuesta a ofrecerte
un futuro cierto. Y con lo que no contaba, estúpida de mí, era con que tú te
enamoraras de alguien por el camino (Se puso de pie de nuevo. Estaba dispuesta
a marcharse, creo yo)
Yo:
Pero ha pasado casi medio año desde que
me echaste a patadas
Sylvie:
Lo sé y lo siento
Yo:
Casi medio año sin contestar a mis
llamadas
Sylvie:
Lo sé y lo siento
Yo:
Casi medio año sin tener noticias tuyas
Sylvie:
Lo sé y lo siento. Lo siento. Lo
siento. Sobre todo porque ya es tarde. He
aprendido en todo este tiempo, que debo poner el bienestar de las personas que
quiero por encima del mío. Y es lo que
voy a hacer. Por primera vez en mi vida voy a ser como tú, voy a ser generosa. Voy a dejar que vivas tu felicidad.
No me voy a entrometer, no te voy a volver loca. Pero si alguna vez me
necesitas, te prometo estar para ti. Eres sin duda la persona más importante de
mi vida. Me voy Amaia. Sé feliz
Yo:
(Realmente estaba sufriendo. Era hora de acabar la farsa) Espera, Sylvie. No te vayas. Creo que has malinterpretado mis palabras
Sylvie:
¿Malinterpretado? ¿Qué he podido malinterpretar si me dices que estás con
alguien?
Yo:
No, en el sentido que tú crees. No tengo
otra pareja si es lo que piensas. No me he enamorado de nadie. De hecho no he
dejado de pensar nunca en ti, de añorarte
Sylvie:
No entiendo, ¿entonces a quién quieres
más que a tu vida y quién te hace tan feliz?
Yo:
La pequeña que has visto, Niara. Es mi
hija
Sylvie:
¿Tu hija?
Yo:
Es una historia larga que espero contarte
con calma, porque de verdad, lo que deseo es que no vuelvas a marcharte, que no
vuelvas a salir de mi vida
Se derrumbó de nuevo en el sillón, como
si toda la tensión vivida en los últimos minutos hubiera abandonado su cuerpo y
lo hubiera dejado como el de una muñeca desmadejada. No podía reaccionar. Se tapó la cara con las dos
manos y su cuerpo comenzó a agitarse al ritmo de sus sollozos. La tensión
acumulada salió a borbotones de su cuerpo. No podía reaccionar. Estaba desvalida. Esa imagen suya tan tierna y
terrible derribó el último ápice de enfado que pudiera quedarme en el cuerpo,
la última brizna de rabia. Solo quería abrazarla, alojarla junto a mi cuerpo,
acunarla, decirle que todo estaba bien, que estaríamos bien. La sentía agitarse
entre mis brazos, mientras le besaba la frente, los ojos, las mejillas, la
comisura de sus labios. Ella se dejaba hacer, incapaz de reaccionar, incapaz de
moverse. Hundió su cara en mi cuello y
se sujetó fuerte con sus brazos alrededor de mi cuerpo, como si temiera que yo
fuera a escaparme. No sé cuánto tiempo pasó hasta que se vació del todo, hasta
que dejé de sentir su cuerpo estremecerse. Con los ojos hinchados de tanto
llorar, me miró y me dijo: “Quiero que me
cuentes por qué tienes una hija”
Le conté todo lo sucedido en Tanzania.
Ella escuchaba atentamente, sin hablar, sin hacerme una pregunta. Cuando
terminé bajó la cabeza y se miró las manos, que tenía apoyadas sobre sus
rodillas. Estaba nerviosa.
Yo:
¿Qué piensas?
Sylvie:
Pienso en todo lo que ha cambiado tu vida
en tan poco tiempo
Yo:
Si piensas que haberme convertido en la mamá de Niara ha
cambiado en algo lo que siento por ti, la respuesta es rotundamente no. Te
quiero, Sylvie, te quiero casi desde que te conozco y ese sentimiento nunca ha
variado
Sylvie:
Pero ¿y si no le gusto a la niña?
Yo:
Eso es imposible. Eres la persona más
dulce que conozco. La cuestión no es esa. La cuestión es ¿estarás tú dispuesta
a aceptar esta nueva vida que te ofrezco?
Sylvie:
Yo solo quiero estar contigo
Yo:
Aprenderás a quererla a ella. Es
imposible no quererla
Sylvie:
¿Entonces me perdonas? Aunque no lo
merezca, ¿me aceptas de nuevo en tu vida?
Yo:
Prometí quererte en cualquier
circunstancia. Entiendo que no has estado bien y que has tenido que curar tus
heridas y has preferido hacerlo lejos de mí. No me gusta que haya sido así,
pero lo entiendo. Pero no quiero volver a perderte nunca más. No puedo perderte
nunca más. No soportaré perderte nunca más
Sylvie:
No tendrás que hacerlo. Te lo prometo.
¿Cómo crees que se lo tomará la niña?
Yo: Pues creo y espero que con absoluta
normalidad. Ha habido tantos cambios en su vida en estos meses que no creo que
uno más vaya a desestabilizarla.
Sylvie:
¿Cómo me vas a presentar ante ella?
¿Quién le vas a decir que soy?
Yo:
Eres mi mujer, Sylvie. Estamos casadas.
Eso es lo que le voy a decir. A todos los efectos, si vuelves conmigo, si vives
conmigo, vas a ser también su mamá. Y además me gustaría que así fuera. Me
encantaría que formáramos una familia.
Sylvie:
¿Y qué crees que pensará ella?
Yo:
No lo sé, pero supongo que no tardaremos
mucho en saberlo
Se abrazó fuerte a mí y la besé
dulcemente. Degustar de nuevo la suavidad de sus labios, el sabor de sus besos
fue una explosión de sensaciones. Me sentí otra vez en casa.
Yo:
Ven, es tarde. Vamos a descansar
Sylvie:
Gracias, gracias por perdonarme, Amaia,
por dejarme volver a una vida que abandoné tan abruptamente. Gracias por ser
tan generosa. Gracias por quererme siempre más de lo que me merezco
Yo:
Shhhhhssss (besé sus labios de
nuevo). Ya está. Vamos a la cama, mi
amor. Déjame abrazarte, sentir tu olor, tu piel cerca de la mía. Déjame ser tu esposa
otra vez.
Fuimos a la habitación y me acosté junto
a ella. La recibí entre mis brazos. Le olí el pelo, le acaricié la espalda y
rompí a llorar. Lloraba de felicidad, lloraba la angustia acumulada durante
todos esos meses. Esta vez fue ella quien me acunó en sus brazos y cubrió de
besos mi piel. Me dormí abrazada a ella sabiendo que pasara lo que pasara, no
quería volver a perderla nunca más. Algo me sobresaltó de madrugada. Era Niara,
que como casi cada noche había aparecido
en mi habitación y se había tumbado en la cama entre ambas. Le dejé sitio. Y
así amanecimos las tres. Cuando abrí los ojos, Sylvie nos miraba a Niara y a
mí. “Sois preciosas las dos –me
dijo- y yo la mujer más afortunada del mundo. Te quiero. Voy a haceros el desayuno”.
Un delicioso olor a crepes inundaba toda
la casa. Niara acababa de abrir los ojos. La tomé de la mano y me dirigí con
ella a la cocina. Hice las presentaciones.
Yo:
Mira Niara. Ella es Sylvie, mi esposa
Niara:
Hola
Sylvie:
Hola
Niara:
(Volvió su rostro hacia mí) ¿Ella va a
ser también mi mamá?
Sylvie:
(Se acercó a ella y apoyó una rodilla en el suelo para colocar su cara a la
altura de la de mi pequeñaja) Sí tú quieres, Niara, me encantaría serlo
Niara: (Volvió de nuevo su rostro hacia mi) ¿Puedo?
Yo:
A mí me encantaría
Niara:
Pues vale
Sylvie:
Quieres crepes de nata y chocolate
Niara:
Siiiiii
Sylvie:
¿Y tú? (dijo dirigiéndose a mí)
Yo:
Yo te quiero a ti. También con nata y
chocolate( Le di un lametón en el hombro) Pero mientras tanto, me conformaré con tus
crepes
Me sonrió. Cogió a Niara de la mano, le
colocó un taburete bajo para que pudiera auparse hasta la encimera y le dijo
que le ayudara a decorar las crepes.
Niara miraba a Sylvie de reojo e iba dibujando en las crepes de nata
ojos, bocas, narices, flores… de chocolate.
Mientras ambas reían juntas diciendo tonterías sobre los dibujos que
hacían, yo me volvía a sentir de nuevo totalmente viva, totalmente plena,
totalmente feliz. Desayunar las tres juntas, las tres como una familia, era un sueño hecho realidad. La naturalidad
con la que ambas habían asumido la presencia de la otra era estimulante. Niara,
afortunadamente nunca había estado institucionalizada. Vivió siempre con Liya
quien la adoraba y se desvivió por su bienestar. Cuando Liya falleció tuve la
suerte de poder hacerme cargo de ella y evitar que fuera a un orfanato, con lo
cual fue una niña que siempre se sintió segura y querida. Es por ello que creo
que iba aceptando a cada persona nueva que aparecía en su vida, abuelos, tíos,
primos y ahora una segunda madre, con
absoluta naturalidad. Había leído mucho sobre posibles trastornos en niños
adoptados y de momento no observaba ninguna señal de alarma en mi Niara. Sylvie
no podía retirar los ojos de ella. Ambas se observaban, se hacían muecas y se
reían. Yo solo disfrutaba del momento.
Todo
era extraño por lo natural y poco costoso que había sido para todas nosotras y
es que el dolor traza caminos tortuosos que el amor recorre leve y ligero. A mí
me había costado realmente poco perdonar a Sylvie. Lo cierto es que nunca deseé
otra cosa que volver con ella, que volver a degustar sus labios, recorrer su
cuerpo con mis manos y ver el amor en el fondo de sus pupilas. Por eso, en
cuanto la oportunidad se produjo, acepté ciega. A Niara le había costado muy
poco aceptar a Sylvie. Sólo era una niña desvalida que se iba asiendo a todas
las oportunidades nuevas que la vida le brindaba. Ella, que era nuestro regalo, había aceptado
con naturalidad todos los presentes que la vida había colocado en su camino sin
fatalismo ni urgencias, con absoluta generosidad, dándonos a todos una lección
de vida. Y Sylvie, mi Sylvie, que había tenido que lidiar con la pérdida de
muchos de sus sueños, que había hecho un viaje a los infiernos de sus
inseguridades y miedos del que había salido herida pero viva, había aceptado en
apenas unas horas convertirse en madre, adoptar una niña por amor a mí, aunque
yo bien sabía que en cuanto conociera a Niara ya nunca recordaría otra cosa que
haber querido ser su madre desde que la vio. Extrañísima situación, que había
transcurrido sin dramas ni penurias.
Mientras degustaba mi deliciosa crepe
observé a mis dos amores. A mi niña, la
alegría de mis días, mi nueva razón de viviry a mi esposa, la dueña de mi
corazón y garante de mi felicidad. Me sentí plena, me sentí viva.Me sentí en
familia.
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autor.
Pero que buen Capitulo, disfrute la lectura de este y lo pienso leer muchas veces más durante el día. Despistada mis respetos, tus historias me encantan..
ResponderEliminarA mi me encantan vuestros comentarios. Un saludo
EliminarSi si si siiiiii peroo que chulaaa se volviooo esta historiaaaa wauuuu que felicidad me dio de leer y que todo haya vuelto a la normalidad las Amooo gracias mi bombonsitoo despistada besotesss Rosana de Argentina
ResponderEliminarYa sabes que soy facilona ara los finales. Un abrazo, Rosana
Eliminar...Por fin el tan esperado encuentro... la verdad me produjo un mar de sentimientos... como es la vida, nos pone una y mil pruebas para sortear y depende de nosotros como las asumamos para encontrar estabilidad y plenitud... nuestra doctora ahora si con su familia... Grande Despistada, me he emocionado y sintonizado mucho, mucho con este relato, espero no sea el último eh, Q.A.P..... un beso gigante y abrazo de oso, con afecto Atenea Palas!!!!
ResponderEliminarGracias Atenea Palas. Me gustaría seguir escribiendo. Ya tengo una idea dando vueltas por mi cabeza. Veremos a ver si prospera.Un abrazo
EliminarHay dios q bonito y q buena es amaia perdonandola, aunque sylvie tubo mucho valor en reconocer lo q hizo mal y pedir perdón
ResponderEliminarAhora serán una familia
Porcierto una pregunta se q eres de España pero de alguna comunidad autónoma ? Me encantaría q fueras de Galicia porque asi tendremos una escritora fantástica en nuestras filas
Saludos
M.S(galicia)
Ya digo que voy a acabar escribiendo mi biografía. La verdad es que me abruma un poco el interés por mi persona. Pero tampoco tengo problema en contestarte. Soy de la cornisa cantábrica y es probable que me bañe en el mismo mar que tú, pero no soy gallega si no vasca.
EliminarUn abrazo M.S.
Despistada, despistada no se como vas a lograr superar este capitulo jajaj. De todos modos tengo toda la fe en vos y sin dudas tanto el capitulo final como el epilogo (me habia dado cuenta de ese detalle) van a superar las expectativas. En cuanto al futbol siempre se puede mejorar o a veces estorbar tambien suma jajaj. Todas somos ebro!!!. Un abrazo.Vero
ResponderEliminarSí, sí, todas somos ebro o mejor dicho de ebro,, pero yo más quisiera que ebro fuera mía... Mientras tanto me conformo con mi Sylvie. Debo decir que a mí uno de los pasajes que más me gusta de mi historia es el epílogo. Me gustan los epílogos.
EliminarUn fuerte abrazo, Verónica
Despistada un capítulo lleno de generosidad
ResponderEliminarde escuchar de comprender de saber admitir nuestros errores de querer apartar a quien nos ama solo por miedo Sylvie volvió hacer ella misma y Amaia ella es puro corazón
Y Niara ella es un angelito que fue un regalo del destino para esta pareja que apesar de los obstáculos con comprensión con infinita paciencia y un amor inmenso logro salir victorioso para las tres
Despistada la felicidad solo esta en ellas
Despistada con cariño un a bracito lleno de ternura y respeto desde Curicó Chile
un regalito para nuestra parejita
No pude arrancarte de mi a pesar de la distancia que me impuse por tu rechazó
No pude arrancarte de mis pensamientos
ni de este corazón que siempre te ha pertenecido solo a ti
Despistada para nuestras chicas
Seguro que han recibido el regalo encantadas. Pero su historia llega a su fin. Un final que recorrerán de la mano, seguro. En el fondo soy una crédula.
EliminarUn beso, Gladis
Despistada tu eres de finales felices
Eliminarporque para ti el amor siempre gana
eres una enamorada del amor eres simplemente romántica
Que tengas un precioso viernes
Un abrazó un besito chiquito Despistada
Oooh son un amor <3 me encanta esta historia :)
ResponderEliminarGracias compañera. Deseando seguir degustando las aventuras de tu heroína Abigail y la nueva familia (chica, peque y suegra) que se ha encontrado por el camino
EliminarNo puede quedar así.... Ohhh. Me encanto. Puedes hacer un epílogo. Gracias
ResponderEliminarQueda el capítulo 14 y el epílogo. Un saludo
EliminarHermosa historia, me gusta como llevas el relato, como cada una supero su problema,
ResponderEliminary era lógico que Sylvie la acepte con su hija, nunca dude del amor que esta siente por Amaia nunca se la vio dudar y por mas que fue quien la alejo de su lado lo vi normal por la depresión que sufría, como te comente en el capitulo 10, es algo muy complejo, los seres humanos de por si somos complejos y complicados. Por ahí me enfado un poquitin que Amaia no confiara en el amor de Sylvie y se fuera..pero por algo siempre pasan las cosas y eso condujo a que se encontrara con la pequeña y también diera alivio y felicidad a otras personas.
Muy bonita historia, gracias!!!
O.F.
A veces el tiempo y la distancia son el mejor bálsamo para las heridas. Un fuerte abrazo O.F.
EliminarExcelente capitulo como siempre despistads, ya quiero degustar ese final...
ResponderEliminarPues ya llega...
EliminarTodo se aclaro,vuelven a estar juntas Sylvie y Niara conectaron enseguida.Al fin estan creando la familia tan anhelada con mucho amor y estabilidad ahora Niara tiene una gran familia.
ResponderEliminarA nuestra estimada Vasca (Despistada) no queremos bajo ningun concepto abrumarte pero tienes que saber que tienes fanaticada.Esperamos que la idea que te esta dando vueltas en la cabeza fluya y nos deleites con otra historia.Y quien sabe si te animes a escribir tu biografia pq no...
Saludos
Un saludo cordial
Todavía me abruma más lo que me dices. No, en serio, os agradezco muchísimo el cariño que me trasladáis y que me dejéis comentarios sobre lo que os parece lo que estais leyendo. Es mi forma de aprender.
EliminarUn fuerte abrazo
Espectacular sencillez!!! Que manera tan bonita y sencilla de solucionar lo que podría haber sido un rotundo caos. Y me gustaría remarcar 3 de las frases que me gustaron especialmente (bueno, todo me gusto, quedó redondo):
ResponderEliminar1: Tan guapa, que dolía.
2: Yo te quiero a ti. También con nata y chocolate.
3: Garante de mi felicidad.
Y cambiando de tema. Si, creó que terminarías antes si publicaras tu biografía, je je je!!!
Un saludo afectuoso.
Te agradezco el comentario. Cuando voy escribiendo la historia tecleo y tecleo como una posesa lo que me sale del corazón, de las tripas, de la cabeza. Y luego cuando releo, a veces yo misma me sorprendo de lo que he escrito, porque muchas veces son expresiones y acciones que yo utilizo en mi vida normal (cuando me ofrecen un postre, bueno según quién claro, y me dicen eso de ¿quieres? es muy mío lo del lametón y la expresión posterior.
EliminarEn fin, al final dejamos en nuestros escritos muchas de nuestras vivencias.
Mchísimas gracias por comentar
Hola soy de Venezuela. esta historia ha llegado nosotras (mi pareja y yo) en un momento super difícil de nuestras vidas, recargandonos de fe y de fuerzas para seguir adelante, esperando que todo pase pronto.
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
Abrazos desde vzla.
No hay nada más que me conmueva más que me digas que mi historia te ha ayudado en algo. Muchísimas gracias por lograr emocionarme
EliminarReleyendo esta historia noto que hay un problema con el último capítulo y el epilogo ya que no logro acceder... Termina aquí la historia o qué???
ResponderEliminarhttp://latetafelizplus.blogspot.com/2015/11/pase-lo-que-pase-despistada-14-y-epilogo.html
Eliminarcon ese link puedes leer el ultimo capitulo