Capítulo 12
Ahora quedaba explicarle a Niara todo lo que pasaría. En una semana
volaríamos rumbo a Canadá y Niara iba a perder la última conexión con sus
raíces, iba a desplazarse a miles de kilómetros de la vida que había conocido
hasta entonces . Me senté con ella en el salón del barracón. Enseguida se subió
encima de mis rodillas y me miró con esos ojazos que hacían que me derritiera
por dentro.
Yo: Niara, tu sabes que tu mamá no puede estar ya más contigo, ¿verdad?
Niara: Sí. Mamá murió. Pero tú no te vas a morir, ¿verdad?
Yo: No cariño (la abracé fuerte)
No me voy a morir. Y si tú quieres
y te parece bien, me gustaría ser tu
nueva mamá.
Niara: Vale
Yo: Pero mi casa está muy lejos de aquí en un sitio que se llama Toronto y
yo tengo que volver. Y me gustaría que tú vinieras conmigo
Niara: ¿Y me puedo llevar mi ropa y mis juguetes?
Yo: Sí, claro (sonreí)
Niara: Entonces, vale
Yo:
Yo tengo una familia, abuelos,
padres, hermanos, tíos, primos… que van a querer ser también tu familia ¿te parece bien?
Niara: ¿Entonces voy a tener abuelos y primos?
Yo: Sí, y mucho más
Niara: ¿Y todos me van a querer?
Yo: Seguro que sí, que todos te van a querer mucho, como te quiero yo
Niara: ¿Y tú vas a ser mi nueva mamá?
Yo: Sí, preciosa, yo soy ahora tu mamá
Niara: Vale. ¿Y voy a tener un papá también?
Yo: No, cariño. Yo estoy casada con otra chica. Con suerte, tendrás otra
mamá
Niara: ¿Dos mamás?
Yo: Sí, cielo. ¿Te parece bien?
Yo: Vale
La abracé fuerte y respiré aliviada. Ella se abrazó también a mí y
aproveché el momento para hacerle cosquillas en la tripa. Se retorció como una
lagartijilla entre mis brazos y se soltó mientras reía a carcajadas y me retaba
a atraparla. Mientras ambas correteábamos entre risas y cosquillas por el
barracón pude sentir de nuevo el sabor de la felicidad en mi boca.
Cinco meses después de mi partida, aterrizaba en el aeropuerto de
Montreal con las maletas más llenas y la vida completamente cambiada. No sabía
qué pasaría con Sylvie y aunque la angustia invadía mi interior, la felicidad
de llevar a Niara de mi mano, de ver su sonrisa y el asombro con el que lo
observaba todo, mitigaban mi pena. Cogimos un taxi hasta el hotel y Niara
durmió profundamente después de la excitación del viaje y la llegada. A mi
cuerpo había vuelto en toda su magnitud la angustia que me generaba la
incertidumbre de no saber lo que pasaría con mi mujer ¿Querría verme? ¿Me
habría olvidado? ¿Seguiría queriéndome? ¿Querría seguir luchando por nuestro
matrimonio o definitivamente se habría dado por vencida? Lo último que supe de ella es que había
vuelto a Quebec, y que había accedido a ver a un psicólogo. La cabeza me iba a
reventar. Yo sabía bien cómo me sentía, sabía bien lo que quería. Volvió a mi
memoria el poema de Adrianne Rich que tantísimas veces había leído a lo largo
de estos cinco meses. Si fuera buena escribiendo, me hubiera gustado escribirle
a Sylvie algo así, porque yo sabía que pasara lo que pasara con ella, nunca,
nunca podría olvidarla. Recité en alto y dos lágrimas resbalaron por mis
mejillas
Poema flotante, sin número.
(de: Veintiún
Poemas de Amor)
Pase lo que pase
con nosotras, tu cuerpo
vivirá en mí...
tierno, delicado,
tu forma de hacer
el amor,
como la fronda
semi enroscada del helecho en espiral en los bosques
recién bañados por
el sol. Tus viajeros y generosos muslos
entre los cuales
mi rostro entero se hunde una y otra vez...
la inocencia y
sabiduría del lugar que mi lengua ha encontrado ahí...
La viva,
insaciable danza de tus pezones en mi boca...
Tu forma de tocar,
firme, protectora, investigándome,
tu lengua fuerte y
tus finos dedos
llegando donde te
estuve esperando por años,
en mi rosa, húmeda
cueva...
Pase lo que pase,
esto es
A la mañana siguiente fuimos a comprar
una sillita de niños para el coche,
recuperé mi automóvil y metí a Niara en el mismo. Llamé a mis padres y les
anuncié que esa tarde llegaría a Toronto y estaría en mi apartamento. Mi madre
me dijo que ni hablar, que debía ir directamente a su casa, que estaban
deseando darme un abrazo y conocer a su nieta. No hubo negociación posible.
Pero le dije que, de momento, no avisara
a mis hermanos . Creía que era mejor que Niara los fuera conociendo poco a poco,
para no sentirse demasiado abrumada y mi madre estuvo de acuerdo. Esa tarde
sería para los abuelos. Conocía a mi madre y sabía que en cuanto me colgara el
teléfono se habría puesto a cocinar alguno de los deliciosos postres con los
que a veces nos sorprendía. Y seguro que llamaría por teléfono a mi padre, para
que ese día no se entretuviera en el trabajo y de camino a casa parara en
alguna juguetería. Estaba segura. Así que le anuncié a Niara que iríamos
directamente a conocer a sus abuelos. Le pareció estupendo. Ni un atisbo de
timidez en su rostro. Sonreí por dentro. Luego, llamé a mi prima Kaitlyn.
Yo:
Hola Kaitlyn
Kaitlyn:
¡Hola prima! ¿Qué es de tu vida?¿Cuándo
vuelves?
Yo:
En realidad estoy ya en Montreal. En unas
horas estaré en Toronto
Kaitlyn:
¿Llegas esta tarde? ¿Con la pequeña?
Yo:
Con mi hija
Kaitlyn:
¡Con tu hija! Qué raro me suena eso
Yo:
Pues tendrás que acostumbrarte
Kaitlyn:
Sí claro. Las chicas, los chicos y yo
estamos deseando verte ¡Y no te digo nada mis padres!
Yo:
Bueno. Eso nos lo vamos a tomar con calma
todavía. Niara tiene que adaptarse a muchas cosas nuevas y quiero que lo haga
poco a poco, que le dé tiempo a procesarlo todo. De momento, hoy voy a ir a
visitar a mis padres
Kaitlyn:
Bueno, pues tú nos dirás cuándo podemos
ir a visitaros
Yo:
Claro
Kaitlyn:
Venga, pregúntamelo
Yo:
¿Qué?
Kaitlyn:
No te hagas la tonta. Sé muy bien para
qué me llamas. Seguro que a estas horas tu madre ya ha llamado a tus hermanos y
a mi madre para contarle que estás de vuelta. Sabes que me iba a enterar de tu
regreso enseguida. Si me llamas es que quieres saber algo más… Pregúntamelo
Yo:
¿Sabes algo de Sylvie? ¿Dónde está? ¿Cómo
está?
Kaitlyn:
Sé que está mucho mejor después de haber
hablado con un psicólogo. Y sé que prácticamente todos los días desde hace cuatro
meses me preguntasi sé cuándo vuelves
Yo:
¿Quiere verme?
Kaitlyn:
Hasta donde yo sé, quiere verte y hablar
contigo
Yo:
¿Y qué quiere decirme? ¿No querrá
separarse de mí, verdad?
Kaitlyn:
No sé lo que quiere y aunque lo supiera
no te lo dirías. Es un asunto vuestro privado
Yo:
Pero a ti ¿qué sensación te da?
Kaitlyn:
Solo puedo decirte que quiere verte y
hablar cara a cara contigo. Lo que sea que tiene que decirte no le pareció
conveniente hacerlo por teléfono
Yo:
¿Le has hablado de Niara?
Kaitlyn:
Tampoco me corresponde a mí hablarle de
ella. Tendrás que hacerlo tú.
Yo:
Ya. Te llamaré cuando llegue a casa de
mis padres
Kaitlyn:
Vale, prima. Conduce con cuidado. Un
besito
Yo:
Hasta luego, Kaitlyn
No sabía cómo interpretar las palabras de
mi prima. Pero entonces tuve la certeza de que pronto lo sabría. Veía por el
retrovisor a mi pequeña. Dormía plácidamente. Cuando llegamos a casa de mis
padres lucía fresca y descansada y yo todo lo contrario. Mi madre me abrazó con
ternura y se deshizo en reproches conmigo… que si estaba muy flaca, que si
tenía ojeras. Niara miraba la escena tímida, una mano enlazando la mía y la
otra para sujetar su inseparable monito de peluche. La timidez se le pasó de un
plumazo en cuanto tuvo delante un trozo de la tarta de chocolate de mi madre y
se puso a jugar con unos hipopótamos tragabolas con mi padre. Comenzó a llamar
espontáneamente a mi padre y a mi madre aitite y amama y ambos quedaron también irremediablemente
enamorados de mi pequeña. Me costó llevármela a casa. Quedamos en que al día
siguiente iríamos a comer y puse al fin rumbo a mi apartamento.
Decenas de recuerdos me esperaban en cada
uno de sus rincones y un inevitable reguero de melancolía recorrió cada
centímetro de mi piel. El recuerdo de Sylvie se respiraba en cada estancia de
la casa. Miraba el salón y la veía acurrucada encima de mí en el sofá, miraba
la cocina y la imaginaba cocinando para nosotras, miraba mi dormitorio y la
sentía casi respirar en mi nuca mientras sus brazos se sujetaban a mi tripa. Y
entonces el vacío se hacía más intenso, más aterrador.
Nos
instalamos y pasamos los siguientes tres días propiciando que Niara fuera
conociendo al resto de los miembros de la familia. Miraba a mi hija a la cara y
la veía sonreír y una ola de satisfacción bañaba mi interior. Estaba encantada
con toda la familia, pero tres días habían bastado para que ella y mis padres
se profesaran devoción mutua. Yo era feliz viéndola reír a carcajadas, jugar
con mi sobrino Eder, apenas dos años mayor que ella y disfrutaba viendo el
asombro con el que miraba el mundo. Era una fuente constante de satisfacción
para mí y un motivo diario para la
alegría; Niara, definitivamente era mi pasaporte a la felicidad. Solo añoraba
no estar haciendo ese viaje de la mano de Sylvie.
Era consciente de que ella estaba enterada
de mi regreso. El mismo día que volví a
Toronto, Kaitlyn me dijo que Sylvie la había llamado y mi prima le había
confirmado a mi mujer que yo ya estaba de nuevo en casa. Pero habían pasado cuatro
días y ella no había venido a buscarme. Si yo hubiera sido más valiente,
hubiera ido yoa su encuentro (bueno, en realidad no sabía ni a dónde; ¿seguiría
en Quebec? ¿habría vuelto a nuestra casa?). Pero estaba aterrada. Aún podía
aferrarme a la ilusión de pensar que seguía casada, que mi mujer seguía
enamorada de mí, que teníamos unavida juntas y que deseábamos un futuro juntas.
Después de hablar con ella, las ilusiones darían paso a las realidades y el
pánico me invadía cada vez que conjeturaba que mi nueva realidad podía tener
que suceder lejos de mi esposa.
Afortunadamente
tenía otros asuntos con los que lidiar. Apenas faltaban diez días para que yo tuviera que reincorporarme a
mi trabajo en el hospital y había muchas cosas que tenía que dejar atadas antes
de hacerlo. Niara nunca había estado escolarizada y aunque cada vez hablaba
mejor inglés, todavía no lo hacía a la perfección. Debía buscar una profesora que le diera clases en casa,
para que cuando comenzara el colegio el curso siguiente estuviera al nivel de
los demás. Es verdad que solo tenía cuatro años, pero necesitaba a alguien que
le ayudara a dar sus primeros pasos en el mundo de los números y en el universo
de las palabras. Otro asunto que tenía que resolver era su cuidado mientras yo
estuviera trabajando. Mi madre se ofreció a ayudarme con eso, y la verdad,
hasta que encontrara una solución alproblema, me parecía la opción más fácil
para mí y más conveniente para Niara. Estaba creando nuevos vínculos,
aprendiendo a ser parte de una gran familia y a caminar acompañada por el mundo
y mi madre, desde luego era una excelente compañera de viaje. Y ambas se
adoraban.
Ese día mi prima Kaitlyn y yo habíamos
llevado a Niara al zoo. Ella correteaba excitada entre nosotras tirando de la
mano de una, de la camisa de la otra y yo me derretía de felicidad viendo la sonrisa que enmarcaba el rostro de mi niña.
Tras cinco horas, un helado y dos peluches después, se le antojó montarse en el
trenecito que recorre el zoo a lo que mi prima y yo accedimos encantadas. Ambas
estábamos cansadísimas y nos vendría bien sentarnos un rato. Subimos al tren y diez
minutos después fue como si a Niara le hubieran apagado el interruptor. Se
había sentado encima de mí y antes de darnos cuenta dormía como un bebé.
Kaitlyn:
Es una preciosidad de niña
Yo:
Lo es. Ya no puedo imaginarme mi vida sin
ella
Kaitlyn:
Tuvo mucha suerte de que te cruzaras en
su camino
Yo:
Te equivocas, prima. La afortunada soy
yo. No sabes cómo me ha cambiado la vida esta renacuaja. (Permanecimos un
rato en silencio). ¿Has vuelto a saber
algo de ella?
Kaitly: Mira
Amaia. No me voy a meter entre vosotras. Ella me pregunta por ti, tú me
preguntas por ella. Y yo no quiero estar en medio
Yo:
¿Le has dicho lo de Niara y está
enfadada?
Kaitlyn:
¡Y dale! Te digo que no me voy a meter
entre vosotras. Lo que sea que tengáis que deciros, no será a través de mí
desde luego. A mí no me corresponde contarle lo de Niara. Ya te dije que lo único que sé es que sea lo
que sea lo que ella te tenga que decir, no quiere hacerlo por teléfono
Yo:
Eso no sé si es bueno o malo…
Kaitlyn:
Yo tampoco Amaia. Pero pase lo que pase, sabes que
puedes contar conmigo, ¿verdad?
Pase
lo que pase. Otra vez esas palabras. “Pase lo que pase entre nosotras tu cuerpo
vivirá en mí” De nuevo el poema martilleó en mi mente. “Pase lo que pase, ¿pero cuándo va a pasar?” –me dije
Media hora de descanso, media hora de
reloj. Y cuando el trenecito paró y Niara volvió a abrir los ojos, fue como si
hubiera recargado completamente su
batería interna y volvió el derroche de energía. Corría, saltaba, iba y venía.
Estaba contentísima. Se abrazaba a mí, besaba a Kaitlyn, hacía muecas a los
osos panda, rugía como los leones, estiraba el cuello como las jirafas y se
exhibía como los pavos reales. Esa tarde aprendió más vocabulario del que
hubiera aprendido en dos meses en la escuela. Invité a Kaitlyn a cenar en casa
con nosotras, pero dijo que no, que habíamos conseguido cansarla hasta el
infinito y que estaba deseando llegar a su casa y llenarse la bañera con sales
relajantes.
Así pues, mi pequeña y yo nos dirigimos a
nuestro apartamento. Llené la bañera para ella, le preparé la cena y tras
pelearme a base de cosquillas de las buenas con ella para que se lavara los
dientes, la llevé a su cama y me dispuse a leerle un cuento, como cada noche.
Casi no me dio tiempo ni de ir a buscarlo a la estantería. Cayó rendida.
Me duché y me senté en el sofá a leer un
rato. Leía, leía mucho últimamente solo para tener la cabeza ocupada y no
perder hasta mi última gota de materia gris pensando en mi mujer. Había notado
que mi percepción hacia ella iba variando. Pasé de la angustia a la esperanza,
de la esperanza al desánimo y de él estaba empezando a pasar a la
irritación. No entendía por qué Sylvie no me buscaba. Sea lo que fuera lo que
tenía que decirme, no entendía por qué no lo hacía ya. Y eso me hacía empezar a
sentirme un poco cabreada. Entonces sonó el timbre y el corazón me dio un
vuelco.
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Vale, y tienes q cortar en este momento ? No te lo perdono ;-)
ResponderEliminarSi fuera yo se lo pondría un poquito difícil, pero el estar enamorada es lo q tiene, espero q silvie se lo tome bien y q quiera volver con ella y formar una familia pero no se yo.....
Se me olvidó soy M.S (galicia)
EliminarAquí la historia se merecía una pausa para que cada cual conjeture lo que quiera... ¿Qué crees que hará Sylvie?
Eliminarcarajo que capitulo y ya no le des tanta vueltas a lo de sylvie por favor ya quiero saber de ella si la deja o se queda. y esperando que la de la puerta sea ella y que valla con buenas intenciones jajajajaja
ResponderEliminarVaya, eres de las que vas al grano.... Tranquila, amiga, que ya faltan solo un par de capítulos. Lo que tenga que pasar que pase. Un abrazo y gracias por comentar
EliminarAayyy noooo !!! Lo dejaste en suspensoo me mueroo ojalaa que lo que tenga que decirle sylvie sea bueno y que esten de nuevo juntas no se merece Sufrir asi Amaia Besos mi Amada escritora byee Rosana De Argentina
ResponderEliminar¿Pero será Sylvie la que llama? ¿En qué plan vendrá? Ya estamos en la recta final de esta parejita. Un abrazo, Rosana
Eliminar....Vaya que regreso el de nuestra doctora... a retomar las conexiones familiares después de una gran vivencia lejos de todo y todos.... Adaptar a Niara a otro contexto de vida y encajar nuevamente ella en su espacio... buen recibimiento de la familia, Niara con nuevos abuelos y demás familiares....vaya giro de vida de Amaia.... quedo a la expectativa por ese encuentro con Sylvie y eso será como decimos en mi país: como el sabor de CUATRO, INDESCRIPTIBLE!!!.......A propósito ¿Por qué el seudónimo de Despistada?.... Como siempre un besito y fraternal abrazo de osito, Atenea Palas, una ciudadana del mundo!!!!
ResponderEliminarEl pseudónimo, sin mucho misterio. Me puse Despistada, porque define perfectamente cómo soy. No sé lo que es volver a casa con paraguas (lo saco y me lo dejo en cualquier sitio). Me paso la vida buscando las llaves en un bolso o en otro... por eso, soy y debo ser muy ordenada, porque habitualmente no sé ni donde tengo la cabeza.
EliminarEspero que te guste el final de la historia, Atenea Palas. Un abrazo
Wuaoo esa es Sylvie que viene a su encuentro
ResponderEliminarella sabe que fue ella quien la aparto de su vida pues ahora también le toca a ella ir a ese encuentro y volver a encontrarse con ella con la razón de su corazón y hablar de ese dolor que la cubrió cuando supo que no podría ser madre
y volver a recomenzar ese camino que dejo a medias y ahora le tocará comprender que madre no es la que pare si no la que entrega amor sin limites como lo hace su mujer Amaia
si ella habre en expansión su mente su corazón
volverá hacer esa mujer feliz y hará feliz a su mujer y a una niña que les llenara la vida y un mundo sin limites
Despistada usted nos tiene a finales felices
Y creo que este no será diferente a demás Amaia y Niara merecen ser felices y que mejor que esta felicidad fuera para tres
Y Sylvie se anima le pide a Amaia una hermanita u hermanito para Niara lo importante es ser solidario con el ser que se ama
Y por amor todo y nada tiene limite
Despistada un capítulo hermoso lleno de ternura por parte de Amaia con la tierna Niara
Despistada desde aqui un abracito lleno de colores del arco iris 🌈 y besote grande como el cielo jijijiji desde Curicó Chile
Pues mira, me gustaría decirte que es un final feliz para tres, pero no. No sé si el final será de tu gusto o te decepcionará, pero el siguiente capítulo ya te va a poner sobre la pista. Escribo el comentario tranquila, estando segura de que no te voy a desvelar el final con él, porque el próximo capítulo se publicará antes que mi propio comentario, seguro.
EliminarBesos
Despistada usted nunca me decepciona
Eliminarcon sus fínales ya con leer,opinar y hacer parte de mis dias sus historias
me siento agradecida y feliz
Despistada que tengas un buen dia Jueves
Ahí ya de mañana aquí aun estamos 2:33 de la madrugada estoy con insomnio y he vuelto a leer este capítulo jajajaja esta decirle que el poema esta precioso un a bracito desde mi madrugada con afectó desde aqui mi noche mi silencio
Whooooooooooo me da un infarto, jajaja gracias estuvo genial, sigo pensando q son muy cortos, jajaja
ResponderEliminarSi vuelvo a escribir otra historia, intentaré hacer capítulos un poco más largos. Un abrazo, Elizbeth
EliminarHola despistada, muy lindo capitulo ya encaminandonos al final (lamentablemente). Nueva vida para ambas y aguardando el ansiado reencuentro. No sabes lo que me rei con el himno de los red, asi que tambien sabes de futbol jaja. Te dejo un saludo a la distancia.
ResponderEliminarUy, soy bastante futbolera (espectadora, porque para practicarlo, correr corro y estorbar estorbo,,, pero no sé si mucho más).
EliminarEfectivamente, estamos en el final de la historia. Son 14 capítulos y un pequeño epílogo ( que me estoy aficionando a cerrar así). Un abrazo co-fans de Ebro (Evelyne Brochu)
Despistada me encanta el capitulo, esa pequeña abrio un mundo a amaia, no hay amor mas bello que el de madre e hija, espero sylvie quiera hablar para arreglar las cosas ella tienen un amor bonito
ResponderEliminarPues queda poco para saberlo. En verdad, muchas gracias por haberme seguido hasta aquí y ofrecerme un rato de tu vida para comentar. Un abrazo
EliminarDesde hace varios capítulos encuentro algo inesperado en tus letras. Me gustan las historias. Me gustan más cuando crean universos que se expanden fuera de una burbuja entre A y B, aunque claro, ese es el eje, porque el amor siempre es el eje, supongo. Sin embargo, el amor no siempre tiene la forma de una novia o una esposa (usé el genérico en femenino, pero pueden haber novios y esposos, claro), el amor también tiene forma de familia, del trabajo que amas, de la niña que te necesita, de la mujer que sufre... me gusta que tu universo se haya expandido hacia allá. Mucho.
ResponderEliminarSi se me permite apuntarlo aquí (y solo porque no tengo idea de dónde más apuntarlo y si no soy impertinente), también tu prosa ha adquirido un ritmo distintivo. Buen equilibrio entre diálogo y descripción. Es emocionante notar cómo se va soltando la pluma (o el tecleo). Un abrazo, Despistada, amiga mía.
Me quedé brindando contigo. Tú con tu whisky yo con mi gin-tonic. Pensé, “aquí mi querida colega juntaletras está descansando de tanto empalague y dándose un chute de realidad”. Ahora te vuelvo a ver por aquí (no sabes cuánto me alegra) y si de verdad a lo que me has dicho le llamas ser impertinente, más vale que te vayas sacando el carnet del club de las Dulcecitas.
EliminarSiento decepcionarte, mi querida amiga. Escribo sin método y lo que es peor sin idea de hacerlo. Es la historia la que me ha llevado a mí y no yo a ella, así que dudo que pueda repetir lo que sea que haya hecho que te ha ido gustando más. Mis disculpas.
Sigo deseando encontrarme cualquier día de estos otra historia tuya. Dominas las palabras y tienes una fina ironía y una forma valiente de ver el mundo . Quizás yo también sea despierta y valiente en mi vida, pero disto mucho de serlo en mis escritos.
La historia se acaba, Laura. Echale hielo a tu whisky para contrarrestar el próximo atracón de glucosa. Un abrazo, amiga
Que bien nuestra Dra. le explica a Naira su nueva vida.Ellas estan contentas pero les falta algo...su otra mama(Sylvie).Los abuelos quedaron prendados de su nieta,les entro por el ojo derecho.Que bien se esta adaptando Niara en su nuevo entorno.El Universo conspiro dandole una hija a Amaia y una nueva madre a Naira y quizas se animen a darle un hermanit@.Suena el timbre y nos acabas de dejar al borde del asiento...
ResponderEliminarNuestra pregunta es: Eres soltera o casada?es por simple curiosidad,sin ofender.
Esperamos que cuando se abra esa puerta sea la unica Sylvie y no su prima pues Amaia esta cabreada.
Pues soy soltera. Nunca me he casado ni me ilusiona nada hacerlo. Como siga así, voy a tener que publicar mi biografía. Los papeles nunca me han parecido importantes. Pero si me parece importante el derecho a tenerlos de toda o todo el que así lo desee.
EliminarLa historia está a punto de finalizar. Pero tengo ese punto previsible que casi todas, en el fondo, amáis en mis relatos. Al final siempre nos gusta que el escrito quede recto, por más que los renglones estuvieran torcidos. Somos mueres. tendemos poco al fatalismo. Un abrazo
Me haz dejado muerta de la intriga, eso es cruel, jaja. Escribes genial, espero con ansias el próximo capitulo. :)
ResponderEliminarEnseguida veremos el desenlace de la pareja. Un abrazo
EliminarDios un china mas..... Xfa pon el capitulo temprano mañana
ResponderEliminarAhí va el final...falta poquísimo
EliminarComplementi despistada!! Espero que si Sylvie regrese a la vida de Amaia sea en buen estado de salud (puede haber tenido complicaciones) o quizas haberse enamorado de otra persona.Amaia su felicidad ya la tiene al lado de su hija.Me gusta como escribes y las descripciones que haces de las ciudades o lugares en que desarrollas tus historias.felicitaciones!!
ResponderEliminarSeguiré escribiendo, seguro, en cuanto se me ocurra otra historia. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo
EliminarHola Despistada! Quedan dos capitulos y un epilogo.Me alegro leer que vayas a escribir otra historia pq quien logra hacer que vuele tu imaginacion,cambiar de una emocion a otra,quedar expectante etc.tienes el talento de escribir.Eres una de mis favoritas y estas entre las primeras de mi top 3.Me he muerto de la risa con tu respuesta del pq de tu seudomino.Un abrazo por hacer nuestros dias mas amenos y entretenidos.Gracias!
ResponderEliminarHoy tengo un lío con las respuestas a los comentarios... tengo el ordenador todo anárquico... Gracias por haberme seguido hasta aquí. Un abrazo
EliminarDios para mi que es Sylvie en plan vengo a recuperarte... que capitulo Despistada . Eres Grande, escribes genial.
ResponderEliminarGracias por todo Nallely
EliminarHola como estas me gusta tu historia.es preciosa.sigue escribiendo.claro.que si li haces hermoso dios te bendiga.he leido tus historia no soy editora no escribo.no se de sibte falto una letra solo me sumerjo enla historia.y punto te dire un secreto. Escribes muy lindo sigue. Escribiendo.lohaces muy lindo.de verdad dios te bendiga.
ResponderEliminarGracias sobre todo a vosotras me animo a seguir haciéndolo. Un abrazo
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