Capítulo séptimo
-Tranquilízate, respira profundo, dime con
calma ¿qué es lo que sucede?
-Se va –cambié el teléfono de una mano a otra
–me dejará, bueno yo sabía que ella tarde o temprano se iría, pero me lo acabó
de soltar hace rato.
-Violeta, calma –se escuchó como cerraba una
puerta –mejor voy a verte.
Antes de que pudiese negarme Kevin colgó la
llamada.
Iara estaba en la biblioteca, buscando
información que le fuese útil para regresar, cosa que dudaba que encontrara en
uno de esos viejos y polvorientos libros. Yo ya había decidido no asistir a
clases y la casa estaba sola, Kevin no tardaría en llegar, aun me pregunto si
fue buena idea llamarle, sé que puedo contar con él, pero significaría tener
que darle más información.
Tocaron el timbre y supe que se trataba de
él, baje rápido para volver con él a la habitación.
-Bien, ¿qué es lo que ocurre? –Kevin se sentó
en la cama listo para escuchar todo lo que tenía que decirle.
Después de una explicación a medias, Kevin
parecía haber entendido lo que pasaba.
-Por ello es que es tan fuerte –tomo uno de
los muñecos de peluche de la cama y comenzó a jugar con él.
-¿Solo eso dirás?
-¿Qué más puedo decir?
-No lo sé, algo tipo; no puedo creer que seas
tan boba como para enamorarte de un alíen que
encima de todo es hembra.
Kevin me lanzó una amplia sonrisa –No tiene
nada de malo, bueno excepto claro que como ocurre ahora ella tiene que volver a
su planeta.
Lo mire con incredulidad mientras él seguía
sonriendo.
-¡Aaaaaaah!
Kevin se acercó a mí, me rodeo entre sus brazos
y me estrujó con ganas.
-Violeta –dijo –yo sé que estarás bien,
vamos, esto no es lo más normal del mundo, vamos que a nadie más le pudo haber
pasado, pero las cosas suceden por algo.
Los ojos de Kevin me dieron la paz que yo
necesitaba en esos momentos, me aferre a su cuerpo y deje que su calor me
abrigara.
*********
Iara
La biblioteca de la casa de Violeta no era
muy grande, contaba con varios tomos de libros sobre anatomía humana, tenía un
gran libro sobre leyes y otro sobre derecho penal, lo demás eran en su mayoría
novelas y algunas enciclopedias, al terminar de leer el último libro de ese
lugar, me di cuenta de que allí no encontraría nada que me fuese de utilidad.
Después de leer los 203 libros que tenía, podría decirse que ya era una experta
en cuanto a los terrícolas se refieren; tal parecía que a diferencia de 55
cancri e, ellos no se dividen en reinos y familias, sino en países, cada país
es gobernado por un presidente que es elegido mediante el voto de la gente. La
gran mayoría de las historias de los libros que no eran educativos contaban con
ese ingrediente especial, el helado de vainilla, bueno quiero decir el amor.
Me cuesta entender como dos jóvenes de 15
años terminan suicidándose en nombre de ese sentimiento a pesar de llevar tan
poco tiempo de conocerse, esa tal Julieta no pensaba claro.
Decepcionada por no haber encontrado nada que
me fuese de utilidad fui al cuarto de Violeta, abrí la puerta de golpe y allí
estaba ella, aferrada a ese tipo de la otra vez, solo que en esta ocasión ella
no parecía estar incomoda, incluso parecía feliz.
El chico levanto la cabeza y me vio a los
ojos.
-Hola –saludó mientras se apartaba un poco de
Violeta -¿me recuerdas?
Recordarlo, como no recordarlo.
-Kevin –se apresuró Violeta –el tal vez
podría ayudarnos.
¡Ayudarnos! ¿En qué demontres?
-Violeta me contó que ese medallón fue el que
te trajo aquí, de alguna manera abriste un portal con él, si una vez pudiste
abrirlo, no veo por qué no puedas hacerlo de nuevo para volver a tu planeta.
La situación era diferente, pero no podía
dejar de sentir cierto desagrado por ese
sujeto, parecía honesto, realmente podría quizás ser de utilidad.
-El padre de Kevin trabaja en un
observatorio, investiga fenómenos como lluvia de estrellas y esas cosas, podría
sernos de utilidad.
Quién lo diría, ese tipo podría ser útil,
solo necesito contener las ganas de arrancarle los brazos.
**********
Violeta
Han pasado 3 semanas desde que le conté a
Kevin la verdad sobre Iara, ella se ha estado quedando en mi casa sin que mis
padres se den cuenta, mi vida aparenta ser muy normal, por la mañana voy a
clases, trato de salvar 3 materias, pero la verdad es que sé que ya las
reprobé, pero eso no me interesa, por las tardes ayudo a una extraterrestre de
un planeta a más de 40 millones de años luz de aquí y eso es lo que en realidad
me importa. Además de que creo que me gusta esa extraterrestre, mi ex novio y mejor amigo Kevin, nos ayuda a
intentar regresarla a su planeta aunque a ella no le agrade él, de hecho podría
decir que le odia, pero vamos, que lo necesitamos, me aterra la idea de
conseguirlo, pero ella debe de irse, no la han contactado de su planeta de
nuevo, lo cual no tengo idea de si es bueno o malo.
Es horrible saber que el destino de otro planeta depende que logres enviar muy lejos a
quien tú quieres a tu lado.
*****
Iara
Kevin entró en la habitación, parecía
demasiado emocionado, sostenía una carpeta en las manos; con paso veloz se
acomodó delante de Violeta y le dio un gran abrazo.
Sus ojos estaban muy grandes, se veía
claramente excitado. Unas cuantas gotas de sudor se deslizaban por su frente.
-¡Lo tengo!
Violeta y yo mirábamos sin entender aun a lo
que se refería, espero un momento pero no obtuvo contestación de nuestra parte.
-Lo tengo, la forma de regresarla –apunto con
el índice en mi dirección como si yo no pudiese entenderlo.
-¿Qué? –Violeta parecía aún más incrédula que
yo.
Kevin saco unos papeles de la pequeña mochila
de mensajero que llevaba y los extendió sobre el escritorio, levanto la mirada,
me vio y sonrió como nunca lo había hecho.
-Mira –dijo después de sacar una especie de
mapa estelar. –Según esto el día en que Iara llegó, hubo una especie de
alineación estelar, estas 7 estrellas se alinearon perfectamente –hizo una
pausa y continuo- no sé si tiene algo que ver, pero según los registros de mi
padre, un gran agujero de gusano se abrió esa noche, o bueno hubo una mancha
muy raras en las fotos del telescopio, lo cual quiero suponer que era un
agujero de gusano o una huevada de esas, el chiste es que estoy casi seguro que
fue por donde llego Iara.
La explicación de Kevin fue muy poco
alentadora, parecía tan seguro, pero sus argumentos no me acababan de
convencer.
-Según los registros de mi padre, un fenómeno
igual podría producirse en el cielo posiblemente mañana, a eso de las 8:33 pm,
si eso es cierto, Iara necesita estar en ese lugar, activar el medallón y
esperar que mi teoría sea correcta.
-Un momento –dijo Violeta – ¿dónde se supone
que pasara eso?
Kevin eso un gesto que indicaba que trataba
de recordar, un segundo después su cara se deformo en una mueca incomprensible.
-En la frontera palestina –dijo con la mirada
desencajada.
-Genial –suspiró Violeta con cansancio- es
imposible que llegue a ese lugar –levantó los brazos al cielo –Kevin ¿cómo
esperabas que llegara allí? ¿tele-transportándose?
Kevin comenzó a disculparse con Violeta,
iniciaron una discusión sobre las fallas de su plan, parecían demasiado
entretenidos con la plática.
-Yo puedo hacer eso –interrumpí arriesgándome
a ser completamente ignorada.
Las voces cesaron, me vieron con los ojos muy
abiertos -¿enserio? –preguntaron al unísono.
Asentí levemente ante sus rostros
sorprendidos.
**********
Violeta.
1345, 1346, 1347, 1348, 1349, 1350, 1351,
1352, 1353, 1354, 1355, 1356, 1357, 1358, 1359. 1360…
El que haya dicho que contar ovejas era bueno
para el insomnio no era más que un vil charlatán mentiroso.
Por más que daba vueltas en la cama no
conseguí pegar el ojo, había una posibilidad de que Iara regresara a su planeta
en donde la necesitan, volvería con sus amigos, y lucharía para salvar su
hogar. Sé que eso es lo que ella debe de hacer, sé que es lo correcto, pero no
puedo evitar que eso me duela, no puedo hacer nada para no sentirme mal por ello.
No tengo ni la más remota idea de que es lo
que hizo que me encariñara tanto con ella, bueno mejor dicho que me
enamorara de ella, es completamente
estúpido que sienta esto, para empezar somos de especies diferentes, lo cual ya
hace que todo sea imposible. Pero no puedo evitarlo, no quiero que se valla, no
quiero que este lejos de mí, no sé qué es lo que yo haría sin ella ¿llevar una
vida normal?, después de alojar a un alíen en tu casa y enamorarte de él no se
puede llevar una vida normal.
Podría ser que Iara este afuera y escuche mis
pensamientos como ya comprobé que lo hace, pero no me importa, tal vez si sabe
que la amo pueda evitar que se valla tal vez ella me…
*********
Iara.
Muy
pronto podré regresar a mi planeta, podre seguir con mi lucha, podre
salvar a los míos, aunque eso signifique no poder volver a ver a Violeta…
**********
Violeta.
Esta mañana me ha parecido la más sombría de
todas, le mentí a mi madre fingiendo sentirme mal, aunque más que fingir solo
exageré los síntomas, realmente sí me siento mal.
La casa se quedó sola como a eso de las 12,
Kevin llegaría más tarde, así que me
quedé sola con Iara.
-Volverás pronto –dije tratando de sonar
contenta por ella aunque no lo conseguí del todo.
-A continuar con mí lucha.
Su lucha, recordé como es que llegó, toda
herida, golpeada, quemada, como esos… lo que sean casi la parten en dos, sentí
un nudo en la garganta, me despeje un poco para no llorar.
-Lo lograras, tú eres muy fuerte.
No tenía ni la más remota idea de que decir,
me hubiese gustado decirle que no se
fuera, pero tenía muy claro que esa no era una opción.
-Violeta –dijo antes de que yo tratara de
hablar. –Sabes, cuando llegue aquí y te vi por primera vez pensé que eras Eira
–sonrió con un poco de melancolía –antes de irme, me gustaría que tuvieses
esto.
Estiró su brazo y en la mano sujetaba un
pequeño brazalete de un metal muy raro, tenía un color entre rosa pálido y
lila, tenía una cadena de raros símbolos, sin duda alguna era un artículo
bastante bonito; lo tome y lo coloqué alrededor de mi muñeca.
-Te voy a extrañar –dijo antes de darme un
abrazo, no pude evitar que unas lágrimas se escaparan de mi control.
-Fue increíble tenerte aquí –dije secando las
lágrimas –no todas las chicas pueden decir que han tenido la oportunidad de
conocer a un cancriano. Aunque haya sido por poco tiempo, tenerte fue
estupendo.
-Nunca pensé que la tierra fuera así, que
tuviese habitantes buenos.
-No olvidaré nada de lo que hiciste, tu gusto
por el cereal, el cómo lees la mente sin querer.
-Yo siempre recordaré el cómo me enseñaste lo
que es el helado de vainilla, esa comida rara que viene en cajas cuadradas
cuando el contenido es circular, tu cara de sorpresa con mis poderes de hielo.
-Y tus diamantes –añadí –me volviste
millonaria, te encontraste con unos tratantes de blancas, tus peleas con los
gatos cada vez que te topabas con uno.
Iara sonrió, se acercó lentamente a mí y
apoyó sus labios sobre los míos, mi cuerpo se paralizó, sentí un escalofrió que
recorrió mi columna vertebral, una sensación fresca y cálida a la vez invadió
mi pecho, el contacto de su piel helada me hacía alucinar, el tiempo se congelo
junto con toda la habitación, podía sentir como una suave escarcha congelada
caía del techo sobre nosotras.
Se separó de mí de golpe, segundos después
Kevin entró, seguro que ella escuchó sus pensamientos antes de que entrara.
Después de planear todo con detalle una y
otra vez hasta estar seguros de que todo saldría bien, la hora llegó.
Iara aparecería en las coordenadas exactas
que Kevin le había dado, después de eso solo debía esperar a que el medallón
hiciera el resto.
Un ligero saludo con la mano y segundos
después Iara había desaparecido, era todo.
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Hola chicas, las que no han leído la historia les hago la invitación para que la busquen, las que ya la conocen, una gran disculpa por haber tardado tanto en publicar.
ResponderEliminarEspero que les guste la historia, saludos y bonito día.
Hola como estas buenas noches .me gusta tu histotia nola dejes si .violeta e aiana deben quedar juntas.eres genial.sigue escribiendo okis dios te bendiga.
EliminarTe agradezco que la estés continuando, no importa el tiempo que tardes mientras no la dejes inconclusa . Me encanta la historia , Iara regresa por esta pobre terrícola.
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