Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Pase lo que pase - Despistada - 7

Capítulo 7

     Cuando en la mañana abrí los ojos, mi esposa estaba sentada al borde de la cama a mi lado velando mi sueño. Leía en sus ojos amor y ternura. Me besó en la frente.

Sylvie: Buenos días, mi amor. Es delicioso observarte mientras duermes
Yo: Lo que es estupendo es abrir los ojos y que tú seas la primera visión del día (Me abracé a su tripa). ¡Uhmmmm, qué rico hueles!
Sylvie: Mientras tú te duchas voy a pedir el desayuno. Estamos bien de tiempo. Tu hermano viene a buscarnos a las 11 y media para llevarnos al aeropuerto y son las 10 de la mañana
Yo: Vale, mi amor

Sylvie: No me vas a decir dónde vamos de viaje de bodas,  ¿verdad? Solo tenemos quince días, y estoy expectante y muy nerviosa. Aunque si te digo la verdad, me daría igual pasar nuestra luna de miel encerrada contigo aquí entre las cuatro paredes de este hotel.

      La sonreí y salté de la cama. Mientras me duchaba oí cómo Sylvie encargaba nuestro desayuno. Nuestro primer desayuno como matrimonio. Mi esposa. Qué extraña y qué deliciosa sonaba esa palabra.

      Desayunamos, nos preparamos y cerramos nuestras maletas. Mi hermano vino a recogernos y nos dejó en el aeropuerto donde nos esperaban mis abuelos, mis padres y mis otros hermanos para despedirnos. Nuestro primer destino era Paris. Sylvie me abrazó entusiasmada. Su madre era parisina y ella, que nunca había estado en esa ciudad,  tenía unas tremendas ganas de conocer todos y cada uno de los escenarios donde su madre había pasado su niñez y el principio de su juventud.  Tenía el tiempo perfectamente planificado y medido. Recorrimos el barrio donde su madre había nacido, la casa que la había visto crecer, los lugares emblemáticos de la ciudad donde había sido feliz. Sylvie lo degustaba todo con mirada nostálgica. Estábamos cenando en un romántico restaurante de la ciudad.

Sylvie: Gracias por traerme aquí
Yo: Sabía que te gustaría
Sylvie: Lo que no entiendo, es por qué me has hecho meter en la maleta ropa de verano. La primavera en París es bastante fresquita
Yo: De eso precisamente quería hablarte. París no es nuestro único destino. Mañana a las siete de la mañana tomaremos un vuelo hasta Cancún. De allí nos desplazaremos a Isla Mujeres.  Haremos un par de excursiones a los cenotes y a Chichén Itzá, pero pasaremos la mayoría del tiempo buceando y holgazaneando en Playa Del Carmen o Isla Mujeres.
Sylvie: No sé qué he hecho para ser tan afortunada, mi amor

      El resto del viaje lo recuerdo como en una nube de felicidad y aventura, relajación y disfrute. Regresamos a Toronto convertidas en matrimonio y nuestra vida transcurrió durante el siguiente año con calmada felicidad. Mi vida con Silvye era para mí perfecta. Pero a ella, no sé por qué,  se le despertó el reloj biológico y le entró la urgencia de formar una familia. Yo recibí la noticia con alegría, pero sin tanta prisa. Quería tener hijos con ella, claro, pero hubiera esperado un poco más. En fin, ella deseaba vivamente sentir la experiencia de una vida despertándose en su interior, así que decidimos buscar un donante adecuado. Acudimos para asesorarnos a una clínica de fertilidad y lo primero que hicieron fue realizarle un exámen ginecológico. Pero cuando el doctor se reunió con nosotras, yo enseguida supe que algo no estaba bien.

Doctor: Me temo que vamos a tener que retrasar  un poco el proceso de fecundación
Sylvie: ¿Por qué?
Yo: ¿Algo no está bien?
Doctor. Lo cierto es que hemos detectado un mioma de considerable tamaño en el útero
Sylvie: ¿Y eso qué significa?
Doctor: Es un tumor, que en principio no tiene que ser maligno, pero que puede malignizarse.  ¿Tiene usted dolores abdominales? ¿Sangrados muy abundantes?
Sylvie:  Menstruaciones dolorosas y muy abundantes, casi desde siempre,  pero fuera de eso nada más.¿Qué me van a hacer? ¿Me lo van a extirpar? ¿Podré tener hijos, verdad?
Doctor:  No lo sé. El mioma se ha producido por un exceso en su producción de estrógenos. Vamos a medicarla para “engañar” a su cuerpo y que deje de producir esas hormonas. Así dejaremos de “alimentar” el mioma, y en teoría debiera reducir su tamaño. Si todo va bien, y disminuye  drásticamente su tamaño podremos intentar un embarazo
Sylvie:¿Y si no va bien y no se reduce mucho?
Doctor: Entonces habría que operar y extirparlo
Sylvie: ¿Y si lo extirparan podré quedarme embarazada?
Doctor: Eso dependerá de si podemos salvar su útero o no… pero de momento, vamos a ser positivos y vamos a ir caminando paso a paso. Voy a pautarle un tratamiento para intentar reducir el tumor.  Vamos a provocar que su cuerpo deje de fabricar estrógenos. En realidad, para que lo entienda, vamos a inducirle una especie de menopausia prematura. Lo haremos durante los próximos seis meses y luego haremos una nueva ecografía para ver cómo ha evolucionado.

      Yo salí abatida de la consulta del ginecólogo, pero Sylvie salió devastada. El tratamiento le alteraba el ánimo, padecía sofocos y un mal humor constante. Nuestra perfecta vida se había convertido en una montaña rusa de emociones y todo fue a peor cuando tras seis meses de tratamiento, el mioma seguía prácticamente igual. El doctor decidió darle otros seis meses más de tiempo antes de tomar una decisión más drástica y Sylvie estaba permanentemente o cabreada con el mundo o en un estado de profundo abatimiento. Pasados otros seis meses, la situación no mejoró.

Doctor: Lo siento, pero el mioma apenas ha reducido su tamaño tras un año de tratamiento
Sylvie: ¿Y seguir con él unos meses más, por si acaso?
Doctor:  No es aconsejable. Tras un año completo de tratamiento, no se ha apreciado ninguna evolución favorable. La solución más razonable es extirpar el tumor
Sylvie: ¿Pero podrá salvar mi útero y permitirme así tener hijos?
Doctor: No lo sabré a ciencia cierta hasta que haya abierto. Desde luego, puedo darle mi palabra de que haré todo lo posible para que así sea

      El día que le practicaron la histerectomía fue uno de los peores de mi vida. Cuando el médico me comunicó que aunque le habían podido salvar los ovarios, habían tenido que extirparle toda la parte superior del útero, casi me derrumbé en la silla. Y el abatimiento que yo sentí en ese momento no fue nada comparado con la angustia que se instaló en mí cuando se lo comunicamos a Sylvie. Creía que había vivido un año de auténtico infierno, pero lo que ya habíamos pasado no fue nada comparado con lo que vivimos en los meses posteriores. Sylvie se recuperó bien de la operación y al haberle dejado los ovarios, su cuerpo también volvió a la normalidad tras la montaña rusa hormonal. Pero su ánimo seguía siendo un constante baile de altibajos, que pasado el tiempo se convirtió en un amargor permanente. No quería hacer nada, no quería salir de casa. Se enfadaba por todo; si yo tenía que ir a trabajar se amargaba porque tenía que estar sola, si libraba y estaba en casa, me amargaba porque le molestaba a todas horas. Yo no sabía qué hacer ni que decir. Todo lo que hacía o comentaba le parecía mal. Si le decía que estaríamos bien las dos solas, me acusaba de egoísta, si le decía que podíamos adoptar, me acusaba de insensible; si le decía que yo podría tener nuestros hijos, me acusaba de oportunista. Lo malo de todo no era que yo ya no pudiera ni recordar cuándo había sido la última vez que habíamos tenido sexo, lo peor era que ya no podía recordar la última vez que me había tratado con afecto.  Se me rompía el alma cuando la notaba dar un respingo si me acercaba a ella o intentaba acariciarla.

Yo: Sylvie, esto no puede seguir así. Tienes que intentar sobreponerte. Tu vida debe ir recuperando la normalidadpoco a poco ya
Sylvie: Mi vida ya no va a ser nunca más normal
Yo: Escucha, Sylvie, empiezo a estar harta de escuchar majaderías. Has pasado por una situación muy traumática, no lo niego. Pero no puedes instalarte eternamente en la conmiseración. Ya va siendo hora de reaccionar. Debes volver a trabajar. Mantener la mente y el cuerpo activo te ayudará a superar este bache. Sería bueno que buscáramos un psicólogo que te ayude con todo esto
Sylvie: Sí, claro, para ti todo es muy fácil
Yo: ¿Fácil? Hace muchísimo tiempo que, en nuestra vida nada es fácil.
Sylvie: Pues puedes irte cuándo quieras
Yo: No me digas eso. Sé que puedo irme. Pero tú debieras saber que no quiero irme. Sylvie, te amo, quiero estar contigo. Quiero recuperar nuestra vida
Sylvie: Nuestra vida es esto
Yo: No, Sylvie, me niego a que esto sea nuestra vida. Me niego a que todo lo que aspires es a pasarte todo el día en pijama, sin querer salir de casa, sin querer trabajar, sin querer ver a nuestros amigos, sin mirarme siquiera a los ojos
Sylvie: (Comenzó a gritarme)  ¡Puedes irte cuándo quieras!
Yo: No voy a irme a ningún lado
Sylvie: ¡Pero quiero que te marches!
Yo: No voy a irme a ningún lado. No voy a abandonarte
Sylvie: ¡Pero quiero que me dejes tranquila! ¡Quiero que te marches!
Yo: Te estoy diciendo que no me voy a ir. No pienso dejarte. Te quiero y quiero ayudarte
Sylvie: ¡No quiero tu ayuda! Solo quiero que dejes de agobiarme.¡Márchate!
Yo:  ¡No! Si de verdad quieres que rompamos, tendrás que ser tú la que lo haga, la que busque el coraje para salir de la situación en la que te encuentras. Tendrás que buscar de nuevo el valor y las ganas y cuando las encuentres, si en verdad no me soportas, tendrás que ser tú la que dé el paso.

      Salió airada de la habitación dejándome sola sumida en un mar de confusión. No era consciente de haber hecho nada para enfadarla de esa forma. Llevaba meses siendo tremendamente paciente con ella, llevaba meses brindándole todo mi apoyo y mi afecto. Sin un reproche. Pero yo también estaba a punto de reventar. No aguantaba más esa situación. Nuestra vida se había convertido en un auténtico infierno y no alcanzaba a entender lo que le estaba pasando a mi mujer. Se negaba en redondo a visitar a un psicólogo o un psiquiatra, pero yo ya no sabía qué más podía hacer. La estaba perdiendo y no sabía cómo evitarlo.

Durante los siguientes días barajé todas las posibilidades. Me habían ofrecido hacer una cooperación en Tanzania. Estaría tres meses fuera. Le di vueltas, muchas vueltas a la conveniencia de marcharme. Pero no me imaginaba  dejando sola a Sylvie en esas circunstancias. Barajé la posibilidad de quedarme como hasta ahora, sabía que ella me necesitaba y que me tocaba sostenerla en esos momentos tan aciagos para ella. Pero estaba a mi límite.  Barajé la posibilidad de dejar a Sylvie sola en la casa como ella me había pedido y trasladarme a mi apartamento en la ciudad, que no habíamos vendido, así podría seguir pendiente de ella y le daría quizás el espacio que necesitaba. Pero ¿y si la perdía? ¿Y si interpretaba mi salida de casa como un abandono? ¿Quería añadir más dolor al que ella ya sentía?

      Oí ruidos en la habitación. Me acerqué a ver si estaba bien y descubrí a mi mujer metiendo su ropa en una maleta.

Yo: ¿Qué haces?
Sylvie: Ya lo ves
Yo: No. Veo que estás metiendo ropa tuya en una maleta, pero no sé por qué
Sylvie: Si tú no te quieres ir de casa, me tendré que ir yo
Yo: Nadie se tiene que ir de casa, Sylvie. Te quiero. Quiero estar contigo. Voy a estar contigo hasta que todo esto pase, hasta que te encuentres mejor
Sylvie: No puedo estar contigo. No quiero estar contigo. Ya te lo he dicho mil veces
Yo:  Vale, Sylvie. De acuerdo. Si es eso lo que quieres, me marcharé. Quédate tú en casa, estarás más cómoda aquí. No pensé que hablaras realmente en serio cuando me pediste que me marchara. Pensé que era otra de tus pataletas. Pero veo que estás decidida a terminar conmigo. No te preocupes, no te molestaré más. Pero debes saber que no lo entiendo. No entiendo nada.


      Sylvie salió de la habitación. Me dejé caer sobre la cama desesperada, mientras las lágrimas surcaban mi rostro y la angustia envolvía mis tripas. Me hubiera gustado zarandearla y exigirle que me dijera el porqué de su rechazo. Sylvie había tomado su decisión y yo no podía hacer nada para cambiarla, pero no sabría si podría respetarla y mantenerla. No estaba segura de no estar de nuevo a los dos días a la puerta de nuestra casa suplicándole que me dejara entrar, que hablara conmigo. No podía asegurar que en cuatro días no estaría en la puerta de nuestra casa pidiéndole explicaciones de su decisión. No estaba segura de que en una semana no estaría a la puerta de nuestra casa llorándole desesperadamente mendigándole que volviera a quererme. No, se había acabado. No me arrastraría más y para asegurarme de ello, no iba a quedarme a comprobarlo. Preparé un par de maletas con ropa adecuada para mi estancia en Tanzania. Si llamaba ahora a la ONG que me había propuesto marcharme con ellos, en dos o tres días podría estar de viaje. Tenían la sede en Montreal, así que decidí irme directamente allí. Metí las dos maletas en mi coche y entré a despedirme. Estaba encerrada en el baño, ni siquiera quiso decirme adiós, ni siquiera me dejó abrazarla.
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20 comentarios:

  1. Hola despistada...que decir mas que pasamos del cielo al infierno...ufff ... pero las entiendo a ambas, es muy dificil estar en cualquiera de los 2 lados. Pasando a la trivia...ja.. sera cierta rubia que hasta hace poco respondia al nombre de Delphine? (Evelyne Brochu). Si es ella fui una bestia al pasarla por alto (esto acompañado por un golpe melodramatico en la frente), por atropellada me fui al "amague" confundiendome con que me decias que era francesa. Ese metro setenta de belleza deja con la boca abierta a cualquiera jajaj. Si no es ella perdon por babear tanto y dame otra pista...aunque creo que acerte :).Saludos. Vero

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    1. Vale, Vero. Vamos a tener que compartir babero. Acertaste. Es ella. Quebequense y atractivísima, tenía que ser ella. Me encanta Evelyne Brochu. Y en su papel de Delphine, ya es que no puedo con mi vida. Yo es que a mi Sylvie me la imagino con su cara, con su porte, con su pelazo, con su sonrisa, con su cuerpazo... y claro, así se lo perdono todo. Hasta que esté deprimida y lo pague con la doctora (que mira que es buena gente la pobre Amaia). En fín, acertaste de pleno con todo, Vero. Estamos en el descenso a los infiernos después de un año de feliz convivencia y otro excelente de matrimonio. Llegaron las vacas flacas. A sujetarse fuerte y a esperar que la montaña rusa pare.
      Un abrazo

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  2. ...Bendito que crisis tan tenaz la que les llego a nuestras protagonistas... Se nos vino al suelo Sylvie... este capítulo da para muchas interpretaciones, eso depende la óptica que se mire... Un beso y un fraternal abrazo para ti Despistada... Atenea Palas!!!

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    1. Hola Atenea Palas. Mi pobre Sylvie está deprimida y desbordada. Se encuentra incompleta. Ha dejado de quererse y cuando una no se quiere a sí misma, le resulta difícil entender que nadie la pueda querer. Sylvie está tocada. pobrecita mía...
      Un saludo y gracias por seguir comentando

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  3. Woao que capítulo tan fuerte, va a ser complicada la estancia en Tanzania pero es necesaria, cuando nos encerramos en nuestro dolor es muy difícil ver que los demás solo quieren volver a vernos bien, espero que Silvie recapacite pronto y pida ayuda. Gracias por compartir tu historia y gracias a la Teta Feliz. Liliana

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    1. Hola Liliana. Tienes razón. Sylvie necesita curarse y volver a quererse para dejar que su mujer la siga queriendo. Gracias por comentar. Y estoy contigo. Como ya dije en otra ocasión: ¡Larga vida a la teta feliz!

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  4. Quee no lo puedo creer tiene q razon sylvie se aman las dos, me dejo triste no se que pasara pero me dejo triste el capítulo yo kiero verlas juntas ROSANA ARGENTINA

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  5. Oh que triste , muchas veces no entiendo porque las personas son tan tercas, y sylvie es un claro ejemplo de una persona obstinada, ojala no se arrepienta de la partida de su esposa porque sería Desastroso! Ojala sigan juntas n.n pero q se deje ayudar...

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    1. Creo que Sylvie necesita más ayuda de la que le pueda dar la pobre Amaia. No sé si Sylvie es terca o no, pero lo que sí sé es que a muchas personas pasar por una experiencia traumática las deja muy tocadas. Sylvie (erroneamente) se cree ahora incompleta y cree que ya no tiene tanto que ofecer a Amaia.
      Un abrazo y gracias por comentar

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  6. Vale llego el bajonazo, la gente q pasa por una mala situación no se deja ayudar y le molesta todo y si la otra parte no tiene paciencia o si la tiene se le agota , espero q recupere la senrenidad y no sea tarde cuando de verdad ahora se sienta sola :'(

    M.S(galicia)

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    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo. A veces nos encerramos en nuestro caparazón y nos volvemos impermeables a los sentimientos del resto. ignoramos a la gente que nos quiere y desea ayudarnos y nos instalamos en la autocompasión. Hay que romper ese círculo vicioso, pero no siempre es fácil. Las chicas más que romper ese círculo, lo hicieron añicos. Veremos.

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  7. Por cristo Despistada que fue esta sorpresa
    Me llego un jarrón de agua fría con hielo mi cristo esta bien sufrir una enfermedad a si no nada de fácil pero nuestra Sylvie se paso al otro extremo creo que se le fue la mano con su enfermedad ella tiene que pensar que para Amaia tampoco es fácil viéndola sufrir con las ganas que tenia de formar familia me pongo en el lugar de Amaia que ha estado ahí siempre creo que nuestra Sylvie debería ver a un psicólogo y debería pensar que esta viva y junto a la mujer que la ama y ama bueno por el momento no están juntas pero Sylvie tiene que pensar que cuando se casarón fue porque ellas se amaban y hicieron una promesa de estar juntas y hay que pensar que uno se casa con la persona que se ama para estar con ella y disfrutar de cada dia y que los hijos llegan en su momento como un regalo de hacer familia pero si no llegan bueno lo mas importante es el amor que une a dos almas
    Hay Despistada valla sorpresa que nos has dado bueno la felicidad cuesta y hay que luchar por ella espero que nuestra Sylvie sede cuenta que puede perder a su amor
    Un saludo con un abrazo mi escritora preferida desde Chile hasta mañana

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    1. Qué gracia tu primera expresión. Mi madre utiliza una parecida cuando algo la sorprende y la irrita mucho (dice "por los clavos de Cristo").
      Las personas somos complejas, querida amiga Gladis y los momentos duros de la vida nos ponen a prueba. La sensación que tiene mi Sylvie es la de haber fallado a Amaia . Fíjate qué bobada; bastante tenía la pobre con haber aguantado el revés que le ha dado la vida, como para encima sentirse responsable de su enfermedad. pero las personas somos así. Nos sentimos de una forma e interpretamos cómo se tienen que sentir las personas que nos quieren. Y nos creemos nuestras propias conjeturas por encima de sus propias palabras. Amaia no solo le ha dicho mil veces que la quiere, sino que se lo ha demostrado, pero Sylvie no ve más allá de sus narices ( o mejor dicho, no ves más allá de su propio dolor y su propia frustración).
      Veremos qué les depara el futuro. Un abrazo

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  8. Nawara q fuerte es esooo para cualquier mujer, espero la diatancia la haga reconsiderar a sylvie

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    1. Es una situación bastante traumática de entrada, que entiendo que a Sylvie la haya dejado muy tocada. Amaia tenía claro que Sylvie era el centro de su vida, pero ella no supo verlo o entenderlo así. Creo que tiene que curar sus heridas y luchar, luchar mucho ya no tanto para no perder a Amaia (que también) si no para no perderse ella.
      Gracias por comentar Lizeth. Un abrazo

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  9. Nooooooooo!!!! Has roto mi pequeño corazoncito T.T

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  10. Del Oooohhhh, al Eeeehhhh en treinta líneas escasas. Así es la vida... Bueno, no olvides que mi Amaia es especialista en corazones... Un beso

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  11. Pero que paso con los votos solemnes...Sylvie tiene que ver a un psiquiatra e ir a terapia urgente!Ella no se siente una mujer completa al no poder dar vida y esta muy equivocada.Y pq no le sacaron los ovulos antes de hacerle la histerectomia.Lo mejor que haria Amaia es poner tierra de por medio e irse para Tanzania...pero ojo! buscar la forma de saber de su esposa si es que no se divorcia.Tu sabes lo que es estar en una nube de felicidad y bang! caer en el 7mo infierno...y ni tan siquiera se despidieron...No tengo ni idea de lo que sucedera.

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    1. Siempre se debate sobre si es bueno o no volar muy alto. Muchas personas dicen que hacerlo te da la mejor perspectiva (mis chicas volaron alto, muy alto). Pero otras dicen que si vuelas muy alto, más dura será la caída. Habrá que ver cómo se levantan de este duro batacazo. Si van a volver a remontar el vuelo juntas o por separado. Lo mejor de todo y aunque ella no se de cuenta, es que Sylvie ha conservado sus ovarios y por tanto sus óvulos. Aunque es verdad que ella no podrá gestar.
      Un placer leer tu comentario

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