Capítulo 9
Cuando llegó a la sala con su abuelo,
todo lucía perfecto. Había un buen número de personas congregadas que
disfrutaban de un cóctel, mientras comentaban la primera buenísima impresión
que les había causado el edificio. Daniel se movía de grupo en grupo
repartiendo apretones de mano y sonrisas. Recibió a Yolanda con un beso en la
mejilla y al abuelo con un abrazo.
Daniel: Más guapa imposible, como siempre
Yolanda: ¿Qué tal va todo?
Daniel: Creo que muy bien, la verdad. ¿Tú cómo
estás?
Yolanda: Bien, Daniel, bien. No te preocupes. Tú a lo
tuyo
Daniel: Será a lo nuestro, bonita (le susurró al
oído y se dirigió a recibir a un nuevo grupo que en ese momento entraba en la
estancia, no sin antes plantarle otro beso)
Abuelo: ¡Qué encantador es Daniel!
Yolanda: Sí que lo es, abuelo
Abuelo: Estoy muy contento de que sea tu amigo. Te
quiere mucho y creo que siempre te va a cuidar bien, hija
Yolanda: Yo también le quiero mucho. La verdad es que
he tenido mucha suerte de que se cruzara en mi camino.
Abuelo: Debo de confesarte que después de ver y
sentir el cariño que os tenéis, me siento más tranquilo. Siempre me ha
preocupado que no encontraras a nadie a quien querer, a nadie que te quisiera.
Yo soy muy mayor, Yolanda y mi tiempo se acaba. Y me gustaría verte
completamente feliz antes de morirme. Sigo esperando que te enamores
perdidamente de alguien que te corresponda y te haga feliz. Pero mientras eso
llega y aunque yo no lo vea, sé que Daniel cuidará de ti
Yolanda: ¿Morir? ¡Pero si estás como un roble,
abuelo! Aquí de lo único que va a morir
la gente va a ser de placer al probar el
delicioso menú-degustación que ha preparado Francesca para la cena
Abuelo: ¡Qué encantadora me ha parecido esa chica!
Yolanda: Sí. La verdad es que es majísima. ¿Te
apetece tomar un cóctel, abuelo?
Abuelo: Claro
Se dirigieron a por la bebida. Yolanda
casi se atragantó con el primer sorbo porque al volver los ojos hacia la puerta
la vio llegar. Guapísima, con un brillo especial en sus ojos, de la mano de
Jaime y con una prominente barriga que delataba un avanzado estado de
gestación. Daniel, en ese momento no se encontraba en la sala y ellos tras
pararse un momento en la entrada y echar un rápido vistazo, se dirigieron hacia
Yolanda y su abuelo, las únicas caras conocidas entre todas las personas que
poblaban la estancia. Jaime y su abuelo eran socios del mismo club y se veían allí
con cierta frecuencia, por lo que Jaime se dirigió directo hacia él y le tendió
franco la mano. Saludó a Yolanda con dos besos. El abuelo inclinó de mala gana
la cabeza hacia Natalia y la saludó con un escueto “Hola”. Para Yolanda no pasó
desapercibido el gesto. Su abuelo, que habitualmente era un hombre cariñoso con
los amigos y amigas de su nieta, no quiso dar un par de besos a Natalia, quiso
dejar claro y patente su desapego y su indiferencia hacia ella. Yolanda vio
cómo Jaime y su abuelo se ponían a charlar animadamente y después el tiempo se
paró. Todo parecía suceder a cámara lenta. Natalia con su vientre abultado y su
preciosa sonrisa se acercaba a Yolanda y ella con el corazón desbocado en su
pecho y la desazón tamborileándole en las sienes no podía mover un músculo. Sin
apenas consciencia de lo que pasaba, notó como Natalia acercaba su rostro a su
cara y la saludaba con dos besos en las mejillas. Su roce la estremeció. Y supo
que, aunque estaba segura de que nunca más volvería a estar con ella, por nada
del mundo, Natalia le seguía haciendo
sangrar el alma.
En ese momento, Daniel entraba en la sala
y vio la cara descompuesta de Yolanda. Rápidamente se dirigió al grupo y se
colocó estratégicamente entre ambas mujeres. Saludó a Jaime, saludó a Natalia y
se dirigió a Yolanda y a su abuelo.
Daniel: Juan,
estaba charlando con un par de periodistas y parece que te conocen.
Jorge Hierro y Rubén Valle. Quizás quieras acercarte a saludarlos.
Abuelo: Claro, me encantaría. ¿Vienes conmigo, Yolanda,
y así te los presento?
Yolanda: Por supuesto, abuelo.
Jaime: Seguro que nos veremos luego por ahí
Abuelo: Sí claro. Hasta pronto
Daniel: Vosotros, Jaime y Natalia, venid conmigo que
os enseñe un poco esto y os procure una copa. O en tu caso, Natalia, mejor un
refresco. Acercaos un momento a la barra, que ahora os alcanzo. (Cuando se
alejaron se volvió hacia Yolanda)Lo
siento, no sabía nada. Jaime no me había dicho que Natalia estuviera
embarazada. Y hace tres meses, en su boda, no me di cuenta. Lo siento. Soy un
estúpido
Yolanda: Si Jaime no te lo había dicho, no tenías por
qué saberlo. No te preocupes
Daniel: ¿Estás bien?
Yolanda: Tranquilo Daniel, lo estaré
(Dirigiéndose a su abuelo). Abuelo, te
acompaño a saludar a tus conocidos y enseguida voy a acercarme al restaurante a
ver si todo va bien o Francesca necesita algo. ¿Te parece bien?
Abuelo: Claro, hija mía.
Yolanda saludó amablemente a los dos
periodistas y se dirigió hacia la cocina; mientras
se alejaba pudo escuchar cómo su abuelo
les contaba que ella, su nieta, había elegido personalmente los cuadros
que adornaban las paredes del hotel, cómo decidió qué primigenios elementos
arquitectónicos del edificio conservar… Le gustó sentir el orgullo en la voz de
su abuelo y eso atemperó un poco la desazón que se había apoderado de sus
entrañas. Se dirigió hacia la cocina y cuando llegó, encontró a Francesca
disponiéndose a meter al horno unos moldes en cuyo interior reposaba parte del
delicioso postre con el que culminaría el menú-degustación de la cena. La
observó con detenimiento. Era una mujer bellísima, menuda y vivaracha, con un
cuerpo atlético cincelado por el deporte, una espectacular melena rubia, que
ahora llevaba recogida en una cola de caballo alta y unos brillantes ojos
verdes. Tenía una belleza cálida. Estaba concentrada rellenando los últimos moldes con la masa que
posteriormente iba a hornear y a Yolanda le pareció una estampa tierna. Cuando
menos, la visión de Francesca la distrajo un momento de sus tribulaciones. De
pronto, la chef, se dio cuenta de la presencia de Yolanda.
Francesca: Hola, Yolanda. ¿Pasa algo?
Yolanda: No nada. Venía solo a preguntarte si todo
está bien por aquí, si necesitas algo
Francesca:Por aquí todo va bien. Y la verdad, ya que preguntas,
necesito algo
Yolanda: Tú me dirás
Francesca: Sabes que esta noche vendrá a la
inauguración del restaurante mi familia, mis padres, mis tres hermanos y mi
hermana. Y quería pedirte, por favor, que te ocuparas de ellos. Hablas bien
italiano y tu abuelo también lo habla bastante aceptablemente. Si no te
importa, me gustaría sentaros juntos a
todos. Hemos dispuesto mesas de ocho comensales y seguro que ellos estarán más
cómodos con vosotros que con dos periodistas internacionales
Yolanda: Claro, Francesca. Encantada
Francesca: Muchas gracias
Se acercó a Yolanda, se empino sobre las
puntas de los dedos de sus pies y estampó un delicado beso en la mejilla de
Yolanda. Yolanda sintió un pequeño calambre estremecer su cuerpo y le pareció
que el beso fue más cadencioso, largo y tierno de lo normal. Pero, qué sabía ella.
Esa noche no sabía nada. Seguro que todas las células de su cuerpo estaban
confundidas en sus apreciaciones.
Afortunadamente no se volvió a encontrar
con Natalia cuando regresó a la sala. Enseguida todos se dirigieron al
restaurante y Yolanda y su abuelo disfrutaron de una distendida e incluso
divertida cena con la familia de Francesca. Ahí supieron que Fran, como ellos
la llamaban era la pequeña. Le antecedía Giulia, una espectacular morena de
ojos negros, de cuerpo voluptuoso, sonrisa fácil y maestra de profesión. Antes
que ella, Paolo y Rafael, gemelos, ambos médicos; dos espectaculares rubios, de
ojos verdes como Francesca y su madre,Anette, alemana de origen, pero
convertida en una auténtica mamma de libro. Completaba la proleStephano, el
hermano mayor, un calco de su padre y de su hermana Giulia, moreno y con unos
penetrantes ojos negros. Era profesor de historia, con lo cual conectó rápida y
agradablemente con Yolanda. Milo, el padre, era médico también y de carácter
afable y trato cercano. Yolanda disfrutó tremendamente de la comida, observó
cómo su abuelo también se divertía y sintió una sana envidia por Francesca, por
esa familia tan grande y acogedora que había venido a apoyarla en ese día tan
importante para ella. El menú-degustación fue espectacular y cuando sirvieron
los postres y Francesca salió por la puerta de la cocina para saludar, fue
recibida por los presentes con un merecido aplauso. Se acercó a la mesa donde
se encontraba su familia con un pequeño plato en su mano que escondía tres
profiteroles, que colocó delante de Yolanda
Francesca: Toma. Sé que te encantan
Yolanda: ¡Menudo detalle! Gracias
Francesca: Gracias a ti
Francesca besó a sus padres y sus
hermanos, quienes la recibieron con una tremenda algarabía. Abrazos, besos,
achuchones. Yolanda miraba maravillada la escena. Su abuelo le cogió la mano
por debajo de la mesa.
Abuelo: Creo que ya va siendo hora de que me retire.
Estoy cansado. ¿Te importa? ¿Vas a estar bien?
Yolanda: Claro, abuelo. Deja que te acompañe a tu
habitación
Abuelo: De ninguna manera. Tú quédate aquí
disfrutando de la sobremesa. Hasta mañana, hija mía
Se despidió del resto de comensales y
dejó su sitio libre en la mesa. En menos de medio minuto Daniel había
aterrizado en la silla vacía e interrogaba a Yolanda sobre la hermana de
Francesca. Era innegable que a Daniel le gustaban las morenas y desde luego, Giulia
era una espectacular belleza a la que su amigo no podía quitarle el ojo de
encima. Francesca volvió a besar a sus padres y se retiró de nuevo a la cocina.
Cuando vio que las tareas de recoger y limpiar la cocina estaban en marcha
pensó que le iba a reventar la vejiga y se dirigió a los aseos del
establecimiento. Se refrescó primero la cara y luego entró a uno de los baños.
Enseguida oyó abrirse la puerta y unos segundos después se abrió por segunda
vez. Enseguida reconoció una de las voces, así que permaneció dentro del baño,
sin hacer ruido, en principio más por no molestar que por curiosear.
Natalia: ¿Hasta cuándo me vas a seguir evitando?
Yolanda: No puedo creer lo que estoy oyendo
Natalia: Llevas huyendo de mí toda la noche. Solo he
venido a Siena porque sabía que tú
estarías
Yolanda: No digas bobadas, Natalia. Ya no tengo 18
años. He madurado y debieras de saber que ya no me trago todas las patrañas que
oigo
Natalia: Nunca he dejado de quererte
Yolanda: ¿Pero no te oyes lo absurda que suenas,
diciendo que me quieres, después de tantos años, después de lo que pasó, casada
con Jaime y con un hijo suyo en tu vientre?
Natalia: Sé que fui cobarde. Mis padres me
prohibieron verte. Y sabes que seguí con Jaime por inercia. Y solo me he casado
con él porque me dejó embarazada
Yolanda: Siempre la misma egoísta
Natalia: He cambiado, te lo prometo. Te quiero. Y sé
que tú todavía me quieres a mí. Lo he notado antes, cuando te he besado he
sentido estremecerse tu cuerpo
Yolanda: No puedo escuchar más tonterías
Francesca oyó dos portazos casi seguidos y
mientras salía del baño y se lavaba las manos llegó a dos conclusiones:
1.
Que había despejado una gran
duda y que después de oír lo que había oído, era claro que a Yolanda le
gustaban las mujeres, como a ella
2.
Que por mucho que le gustara
Yolanda, no pensaba meterse en medio de ningún drama. Así que, aunque esa noche
había pensado iniciar un cierto tanteo y acercamiento hacia Yolanda, acababa de
decidir retirarse de esa batalla antes de haber iniciado siquiera la primera
escaramuza
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Me parece que Yolanda no debería volver a caer con Natalia que si quiere luchar por Yolanda primero debe librar demasiadas batallas, y por su parte Francesca puede ser la cura que necesita Yolanda a la que no le es indiferente en lo absoluto.
ResponderEliminarNatalia primero tiene que arreglar su vida antes de empezar otra con nadie. Y lleva un lastre pesado. Gracias por comentar
EliminarSoss una geniaa que buen capitulo me dejo decencajada natalia embarazada y que egoista decir que la quiere después de todo lo que hizo espero que yolando no vuelva a caer y su amor sea de francesca que me cayo re bien esperó prox capitulo Besos linda y hermosa talento jaja bye
ResponderEliminarGracias por comentar. La verdad es que Natalia quiere a Yolanda, pero nunca ha tenido el valor de renunciar a una vida convencional y luchar por lo que quiere. Conforme fui avanzando en los capítulos, cada vez me daba más lástima de Natalia, la verdad. Un abrazo
EliminarPrimero que nada Gracias por regalarnos esta historia, por hacer que nuestra imaginación vuele entre los personajes y nos envuelva en la trama . No soy mucho de reflejarme entre los personajes y mucho menos de tener ideas de como va la trama de esta misma ya que simplemente soy de las que disfruto de la historia como lectora y nada mas. Pero al leer y seguir la trama desde un punto de vista propio me atrevo ha opinar que Natalia ama ha Yolanda y viceversa, no se que suceda en el inter de la historia. Simplemente voy a disfrutarla . GRACIAS
ResponderEliminarEl verdadero amor de Natalia siempre fue Yolanda. Pero cuando nos hieren, por mucho que queramos o hayamos querido nos queda un hueco difícil de rellenar. No sé si Yolanda tiene ganas ya da tapar ese hueco. Lo veremos...
EliminarMuchas gracias a ti por comentar
Wowwww Despistada de verdad me haz sorprendido el embarazo de Natalia me dejo para adentro eso es lo primero segundo creo que Natalia no cambia mucho sigue pensando primero en el que diran aun no se hace responsable de lo que es de su vida siempre esta culpando al empedrado y no a los zapatos que lleve puestos como le dijo Yolanda es una egoísta ni siquiera piensa en bebe que va a tener un bebe no hace solo y creo que esta bien grandecita para a ver tomado las precauciones necesarias para no a ver quedado embarazada y con todo el tiempo que ha pasado ya ella perfectamente pudo a ver terminado con Jaime a demás de egoísta le gusta vivir en una mentira una vida de mentiras mas que rabia con ella de verla tan falta de criterio por el momento me decepciona
ResponderEliminarY Francesca tiene que jugársela por Yolanda no tiene que quedarse con lo que escucho en el baño a demás tiene que pensar que Natalia tiene un marido y Yolanda no formara un trio no será a estas altura solo una amante de debes en cuando Yolanda merece un amor completo en libertad no a escondidas ni a medias
Voy por Francesa Despistada y valla hoy con este capítulo me haz dejado Madre mía me haz SORPRENDIDO un gran abrazo desde Chile tu historia me tiene aquí mira alas 8;45 leyéndola y escribiendote este largo comentario Despistada
Me alegro de que te haya sorprendido, Gladys. Natalia no asume lo que es. Está tan preocupada por lo qué dirá el resto del mundo que no se ha parado a pensar lo que le dice el corazón. Hasta que no se escuche, será infeliz y probablemente hará infeliz a todos los que la rodeen. Y seguro que Yolanda no está dispuesta a implicarse en una vida de mentiras. ¿Dejará Natalia a Jaime? Si no da ese paso, es imposible que Yolanda pueda plantearse nada de nuevo con ella.
EliminarYolanda se merece a alguien que la quiera sin esconderse, que la quiera sin reservas.
Gracias por dejarme otro comentario, Gladys. Un abrazo
Por cierto, Gladys. Me encantan tus comentarios a mis comentarios.
EliminarMira antes de volverte a leer tu respuesta a este comentario yo había comentado en capítulo 10 que Natalia vive pensando en el que dirán los demás es cobarde para admitir sus propios sentimientos libremente prefiere estar a escondidas que liberarse ella sola se metió en una calle sin salida y las personas como ella viven en una frustración como personas en silencio se casan para tapar su condición sexual y no sedan cuenta que es lo peor que pueden hacer con su vida porque nunca serán felices traen hijos porque los hijos están dentro del común de los matrimonios porque es lo correcto dentro de una matrimonio tradicionalmente normal me da pena Natalia porque nunca será feliz ella misma Sabes Despistada tu haz hecho con tu historia nos fijemos en las conductas humanas en como nos comportamos ante la sociedad algunos vamos sin miedo otros nos cuenta tomar nuestra vida en nuestras manos otros somos valientes y no vivimos la vida que esperan los demás vamos contra la contra la corriente y estamos en paz con nosotras mismas en la vida real hay muchas Natalias como hay muchas Yolandas que no le temen a los prejucios y a lo que piensen el resto de los simples mortales
EliminarDespistada ami tambien me encanta que tu te des el tiempo y comentes conmigo porque aunque no estamos en el momento tu y yo tenemos una buena conversación jajajaja jajajaja entre comentarios Aunque me encantaría tener una conversación contigo y asi poder intercambiar ideas de la vida
Un abrazó desde aquí Despistada
Hola gracias x la historia, ya me enganche, me gustaría q el amor de Natalia fuera sincero y luchara de verdad x Yolanda y no sea egoísta, lo del embarazo es normal q sea un trago para Yolanda... A esperar con ganas el siguiente. Gracias Despistada ;) Carmen.
ResponderEliminarGracias a ti por el comentario, Carmen. Natalia quiere a Yolanda. Pero es cobarde. Todos los convencionalismos sociales que la lastran, pueden acabar ahogándola. ¿Podrá recuperarla?
EliminarHola esa reacción de natalia no me la esperaba. Esta super interesante tu historia.es lindo el amor,cuidate
ResponderEliminarI
Gracias por comentar. Espero que te guste la continuación de la historia
EliminarOh rayos, no fue sino llegar Natalia para empezar a arruinarlo todo, eso si me alegra que Yolanda no se deje y yo sólo quiero a Fran...jajajajaja espero que pronto se presente una oportunidad entre ellas.
ResponderEliminarAbrazos para ti, amiga escritora ;)
Luisa V.
Yo creo que a Yolanda, su encuentro con Natalia tiene que servirla para avanzar. Con ella, o definitivamente lejos del aura de ella. Yolanda tiene que cerrar ese capítulo y volver a escribir su vida. Y cualquiera que sea la historia que vaya a plasmar, debe hacerlo en una página en blanco.
EliminarUn abrazo, Luisa. Y gracias por seguir comentando
siii me gusta Francesca para Yolanda,y osea que onda con Natalia?? que deje de jugar con la pobre Yolanda ojala ella se que con Fran :3 jeje encantada de leerte Despistada
ResponderEliminaren espera de mas capis <3 besos y abrazos desde Argentina.
By:Lourdes Avalos
Gracias por continuar leyendo la historia, Lourdes y gracias también por seguirla comentando. Natalia no sé si es consciente de que está jugando. Más bien, Natalia me parece una inconsciente que no calibra bien las consecuencias de sus acciones. Un beso
EliminarHola despistada, me he enganchado con tu historia y la he leído de un tirón. Ya había leído tus historias anteriores pero solo después de publicadas pero en este caso y sabiendo que siempre las terminas decidí empezarla antes. Debo decirte que he notado un gran cambio tanto en la manera de escribir como en la historia en si con relación a tus publicaciones anteriores. Me has sorprendido gratamente. Vamos a ver como sigue la historia de Yolanda. Gracias por compartir tus historias. Saludos. Vero
ResponderEliminarDebo decir que cuando escribo lo hago sin muchas pretensiones. Pero aún siendo consciente de mis limitaciones, escribo con la intención de agradar. Quizás es que al ver que hay gente que lee las historias y que le agradan me ha hecho ganar un poco de seguridad. O quizás simplemente la trama de este te resulta más agradable que la de los demás.
EliminarEn la parte inferior de la página el mensaje "alienta a las escritoras con tu teta-comentario" no sabes hasta qué punto es crucial hasta que tú eres una de las aspirantes a teta-escritora y mandas un relato.
La verdad es que una vez he mandado la historia, ya es más vuestra que mía, por eso me gusta saber lo que os va pareciendo. En esta ocasión, es cierto que no hay muchas historias abiertas a la vez y parece natural que la gente lea casi la única historia nueva en la página. Por eso los comentarios me dicen que, hay gente que no la lee solo porque sea la única, sino porque le agrada.
Muchísimas gracias por tu comentario, Verónica. Un abrazo
Pues creo que corresponde hacer "mea culpa" en este caso ya que si bien me han gustado tus historias hasta ahora no te había dejado ningún comentario que como bien dices siempre es un aliciente para quien de toma el trabajo y el tiempo de escribir y compartir. Más allá de que en este momento casi no hayan historias abiertas no quita el mérito a lo que escribes ni quiere decir que solo la lean por eso. Tu historia vale mucho por mérito propio. De nuevo gracias. Vero
EliminarQue increible y cara dura esta mujercita (Natalia) che, como le dice esas cosas a Yolanda (en modo de reclamo), me dieron ganas de asesinarla muy pero muy lentamente por todo esos años que no se acordó del amor de Yolanda y le hizo sufrir. A estas alturas venir a decir que la quiere grrrrr y pues se ve que Jaime es un buen hombre.
ResponderEliminarQue mal plan por Fran como se va alejar sin hacer su luchita.
Me encantan estos capitulo los espero con ansias
Besotes a la distancia, Maria Rene
P.D.- Manda a secuestrar con un extraterrestre a Natalia y haznos ese favor jejejeje
En España hay un refrán que dice "eres como el perro del hortelano, ni comes, ni dejas comer". pues esa es Natalia. No avanza, pero no deja avanzar.Ppero Yolanda ya no es una niña enamorada y crédula.
EliminarMuchas gracias por comentar María Rene