Capítulo 10
Natalia agarró del brazo a Yolanda y la
obligó a volverse hacia ella.
Natalia: Yolanda, escúchame, por favor. Te necesito
en mi vida
Yolanda: No. Nunca más me vas a volver a partir el
corazón. Sé que Jaime es muy amigo de Daniel y por él prometo ser correcta
contigo, pero no me pidas nada más. Tú y yo ni siquiera podemosvolver a ser
amigas. No después de lo que pasó.No después de seis años. Prometo ser educada.
Pero nada más
Natalia: Pero yo te quiero todavía
Yolanda: Tú nunca has querido a nadie más que no
fueras tú misma. No quiero ser cruel contigo Natalia, por favor, dejémoslo así
Natalia: Pero tú todavía me quieres
Yolanda: Si hay algo de lo que me acabo de dar cuenta
esta noche es de que por fin he soltado todo el lastre que llevaba encima.
Estoy segura de que ahora voy a caminar ligera. No, Natalia, no te quiero. Te
quise mucho pero mi amor no te sirvió entonces de nada; ahora ya no me queda más
para ofrecerte. Nunca ya habrá un tú y yo, nunca habrá un nosotras
Natalia: ¿Estás con él verdad?
Yolanda: No digas tonterías
Natalia: Maldigo el día en el que te lo presenté
Yolanda: Pues esa es seguramente la única cosa buena
que me dejo mi relación contigo. Me diste a Daniel
Natalia: Le quieres
Yolanda: Pues claro que le quiero. Es mi mejor amigo
Natalia: Pero, ¿estás enamorada de él o no?
Yolanda: ¡Pero cómo puedes ser tan hipócrita! Yo no
tengo problemas con mi identidad. Mira ( trazó con su dedo índice una L
imaginaria sobre su vestido) L de
lesbiana, que es lo que soy. Hace años que dejé de esconderme
Yolanda se dio media
vuelta y dejó a Natalia en medio del pasillo. Cuando Francesca salió de los
aseos vio a Yolanda seguida de cerca por
otra mujer desaparecer de nuevo en el restaurante. Y pensó que como siempre,
ella no era la más hábil del mundo eligiendoen quien fijarse. Siempre lo hacía
de heteroflexibles, de lesbianas torturadas o bisexuales libertinas. Porque
ella, que había vivido un estable y feliz matrimonio de sus padres, buscaba
algo parecido, sólo quería encontrar a alguien con quien compartir su vida,
pero sus relaciones eran un desastre y saltaba de drama en drama. Solo quería
algo fácil. Algo sin complicaciones. Alguien a quien querer y que la quisiera. Nada de almas torturadas. Y después de lo que había oído desde el
interior del baño, Yolanda parecía tener heridas en el alma sin curar. Y lo suyo
era la cocina, no la medicina.
Cuando volvió a la mesa, Yolanda se despidió
de la familia, les agradeció la agradable compañía e indicó que se retiraba a
descansar. Daniel se excusó un momento y se dirigió con ella fuera del
restaurante.
Daniel: ¿Qué ha pasado?
Yolanda: Nada, Daniel. Que Natalia debe de pensar que
soy estúpida
Daniel: ¿Pero qué te ha dicho?
Yolanda: Que me quiere. ¡Menuda majadería!
Daniel: Pobre Jaime. Esa mujer tiene el alma más
dura y más fría que el titanio
Yolanda: Así es
Daniel: ¿Y tú cómo estás?
Yolanda: Bien, Daniel. Liberada. Libre dedudas.
Ligera. Lista para ser feliz
Daniel: ¡Esa es mi chica! ¿De verdad quieres retirarte?
Vamos a ir a un club con música en vivo
Yolanda: Estoy bien, Daniel. Muy bien. Pero me
apetece estar sola ahora. Ya sabescómo soy
Daniel: Vale, no insisto más
Yolanda: Disfruta y aprovecha para conocer a Giulia.
Y disimula un poco, que te la estás comiendo con los ojos
Daniel: ¡Envidiosa! (La besó en la mejilla y se dirigió de nuevo
al restaurante)
Subió a su suite, se duchó y se acostó. Le
costó dormir. Revivió en su mente aquel desastroso día de su decimoctavo
cumpleaños y después la conversación mantenida esa misma noche. Y se dio cuenta
de que Natalia siempre sería egoísta, manipuladora y cobarde. Y después de eso,
ya solo pudo recordar un plato de profiteroles y un suave beso en la mejilla,
antes de quedarse dormida.
A la mañana desayunó con su abuelo y
ambos se fueron a dar un paseo y conocer un poco Siena. Yolanda le enseño los
rincones más interesantes y Juan pudo comprobar que su nieta era una excelente
guía. Recibió interesantísimas explicaciones y cumplidas respuestas a todas sus
preguntas. Almorzaron ligero y regresaron pronto al hotel. A media tarde su abuelo debía coger el avión de regreso en Pisa y antes de irse,
quería decir adiós a Daniel y Francesca.
Lo despidió en el taxi en la puerta del hotel y le prometió que pronto
iría a visitarle. Ella no trabajaba de noviembre a febrero y siempre
planificaba en algún momento de ese periodo un viaje con su abuelo. Él estaba
empeñado en volver a Nueva York, pero Yolanda no tenía tan claro que un viaje
transoceánico fuera buena idea para su abuelo quien, aunque todavía gozaba de
buena salud, acababa de cumplir 88 años.
Subió a su suite y se colocó el bikini.
Era un soleado día de septiembre y todavía apetecía tomar el sol y darse un baño en la piscina.
Se puso un pantalón corto y una camiseta de tirantes, cogió una toalla y un
libro y se dispuso a descansar las dos próximas horas en la piscina de la
azotea. Cuando llegó vio que había muy
poca gente. La inauguración había sido un éxito y tras pasar una maravillosa
velada, una cómoda noche en el hotel y disfrutar de un suculento desayuno, la mayoría de los periodistas y las autoridades
ya habían regresado a sus hogares. Solo quedaban media docena de rezagados. Y
parece que todos habían tenido la misma idea. Enseguida la vio. Tumbada boca
abajo en una de las hamacas leía un libro, Francesca. Se detuvo unos segundos a
contemplarla y luego se dirigió hacia ella.
Yolanda: Hola. ¿Puedo? (Señaló la hamaca contigua
a la que ocupaba Francesca)
Francesca: Claro. Por cierto, gracias por lo de ayer.
No sé qué le diste a mi familia, pero hoy en mi casa no se oía más que Yolanda
por aquí, Yolanda por allá
Yolanda: No será para tanto
Francesca: ¿Que no?
Creo que mi hermano Stephano se está planteando pedir tu mano
Yolanda: Pues me parece que voy a tener que desilusionarlo. Si hubiera pedido mi mano tu hermana Giulia, sería otra cosa
Francesca: ¿Te gusta mi hermana?
Yolanda: Nunca podría competir contra Daniel. Y creo que a mi amigo le ha dejado
fascinado tu hermana
Francesca: Sí, a mí también me lo pareció. Y creo que a
mi hermana Daniel también le cayó en gracia. Por cierto, ¿dónde te metiste
después de la cena?
Yolanda:No me encontraba bien y me retiré a la
habitación
Francesca: ¿No me digas que te sentó mal la comida?
Yolanda: Imposible. No fue la comida, no
Francesca: Menos mal
Yolanda se quedó callada. No sabía si
contarle algo a Francesca de Natalia o no. Francesca le gustaba. Le
cosquilleaba la tripa cuando la veía y era una sensación alentadora que le agradaba.
Pero no quería perder ya más el tiempo.
Ni siquiera sabía si a Francesca le atraían las mujeres o no. Y eso era lo primero
que debiera averiguar antes de intentar dar algún paso más. No le parecía muy
correcto preguntárselo directamente y aunque ella con la alusión a sus hermanos
ya había dejado claras sus preferencias, Francesca no había dicho nada al
respecto de las suyas. Una Yolanda desconocida, inusitadamente abierta y
extrovertida afloró entonces. Decidió desnudar su alma.
Yolanda: Ayer me encontré ante una situación
incómoda, que al final consiguió descolocarme
Francesca: ¿Qué te pasó?
Yolanda: Aunque parezca increíble, entre los
asistentes ayer a la inauguración había una exnovia mía
Francesca: Qué casualidad
Yolanda: He dicho exnovia, pero en realidad fue algo
más que eso, fue mi primer amor. Acabamos fatal y me rompió el corazón. Y
después de seis años, apareció diciendo que todavía me quiere. En fin, no
quiero aburrirte.
Francesca: Que va, sigue…
Yolanda: No hay mucho más. Me dejó descolocada
Francesca: ¿Pero tú también la quieres todavía?
¿Quieres volver con ella?
Yolanda: Rotundamente no. ¿Y tú, qué hay de ti?
¿Estás con alguien?
Francesca: No, no tengo pareja
Pareja, qué palabra más ambigua, pensó
Yolanda, la verdad es que bastante más utilizada en el mundo homosexual que en
el heterosexual. Los heterosexuales, se dijo Yolanda, son más propensos a utilizar
las palabras novio o novia. Quizás esa palabra irradiara el primer rayo de
esperanza.
Yolanda: ¿También eliges fatal?
Francesca: Peor que mal. Un desastre. Pero estoy
firmemente decidida a mejorar en ese aspecto
Yolanda: (Ya no sabía
qué más hacer para averiguar si a Francesca le gustaban las mujeres o los
hombres. Decidió preguntar directamente) Así
que antes de echarte un nuevo novio vas a empezar a pedir referencias…
Francesca: Jajaja. Si, algo parecido. Estoy harta de
complicaciones
A Yolanda, con la respuesta le quedó
claro que Francesca tendría un próximo novio. Lástima, porque de verdad le
gustaba. Y no solo físicamente. Le gustaba cuando la oía canturrear en la
cocina. Le gustaba cuando se mordía el labio inferior si se ponía nerviosa. Le
gustaba cuando leía el periódico de atrás adelante. Le gustaba cuando daba vueltas a la pulsera que llevaba en la
mano derecha, si se abstraía pensando en sus menús. Le gustaba cuando... ¡Qué
más daba cuándo o cuánto le gustara! A Francesca le atraían los hombres
Francesca: Por cierto, no habrá próximo novio, pero
espero que algún día haya próxima novia
Las cartas estaban sobre la mesa. A
Yolanda le quedo claro que a Francesca le gustaban las mujeres y ahora solo
faltaba saber si tenía algún pequeño interés en ella misma; a Francesca le quedó claro que Yolanda no
estaba rodeada de tanto drama; si Yolanda
no estaba enamorada de aquella embarazada tan bella, quizás ella podría
tener una pequeña posibilidad. Las
cartas estaban en la mesa y la suerte estaba echada. Cada una sabiendo lo que
sentía por la otra, pero con la necesidad de descubrir lo que la otra sentía por cada una de ellas.
Había que volver a armar el delicado y maravilloso puzzle que construye una
relación, Yolanda sabiendo que hacía mucho tiempo que no practicaba y Francesca
sabiendo que tenía tendencia a equivocar las piezas. Pero la caja estaba ya abierta.
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Aaaahhhh que lindas :3
ResponderEliminarMe acabas de alegrar la noche acá en Colombia, muy bello el capítulo y sólo espero que empiecen a escribir su historia de la mejor manera.
Saludos amiga Despistada.
Saludos a ti también. Espero que te guste la historia de estas dos. pero ya advierto que, queda todavía alguna sorpresilla. Un saludo
EliminarUn nuevo amor despues de tanto calvario creo q fran y yolanda se merecen estar juntas
ResponderEliminarCreo que Yolanda se merecía ser feliz. Un saludo y gracias por comentar
EliminarUn nuevo amor despues de tanto calvario creo q fran y yolanda se merecen estar juntas
ResponderEliminarExcelente capítulo. Espero el próximo con entusiasmo. Felicidades a la escritora me gusta la manera en que redacta.
ResponderEliminarsaludo desde Venezuela Cojedes. besos
Un saludo a tí tambien. me encanta que la historia te esté gustando. Gracias por comentar
EliminarMe encanta la historia, es un gusto leerla todas las noches
ResponderEliminarPara mi es un gusto encontrarme cada noche vuestros comentarios. Un saludo
EliminarWowww Despistada este capítulo me ha dejado con el corazón ♥ y el alma enamorada de Francesca y lo mejor que Yolanda se quito la mochila 🎒 o mejor dicho esa carga que traía en el alma de no saber que sentiría al volverse a en contrae con Natalia también tuvo la oportunidad de desahogarse ante ella mirándola y diciéndole lo cobarde que fue y ha sido con lo que es cobarde de decir yo soy lesbiana cobarde con el amor que siente o sintió por Yolanda ahora le tocara sufrir en silencio saber que Yolanda ya no siente nada y esta liberada de los prejuicios y el que piensen los demás Desde ahora comienza Para Yolanda la nueva oportunidad de ser feliz y de volver a sentir mariposas dentro del estomago desde ahora seremos testigo como Yolanda y Francesca se conquistan el alma y el corazón ♥ sin prejuicios ni esconderse Despistada un capítulo fuerte al comienzo pero de liberación de nuestra protagonista como veras hoy a penas me desperté agarré el móvil y te leiiii.
ResponderEliminarAquí son en este momento las 6;32 de la mañana Yolanda me tiene cautivada
Despistada tu que tengas un excelente tarde de sábado un tremendo abrazó desde Chile
Gracias Gladys. Espero que tú también pases un estupendo fin de semana. Lo cierto es que ahora queda ver si Yolanda y Francesca van a ser capaces de construir una vida juntas. Yo creo que ambas son conscientes de lo importante que puede ser para ellas la persona que tienen al lado. Gracias por comentar. Un abrazo
EliminarDespistada yo creo que serán capaces ambas porque Francesa también ha vivido lo suyo con amores medios tormentosos y ya quiere un amor mas estable mas,maduro,mas tranquilo un amor para construir un hogar. Y Yolanda también quiere un amor sin sentirse en sungo lugar quiere sentirse libre de expresar sus sentimientos tal como los vive y los siente sin esconder nada la única que saldrá a dar batalla será Natalia porque vera que esta vez le salió una tremenda rival por el amor de Yolanda Despistada cada capítulo me sorprendes un abrazó desde aquí el ultimo lugar del mundo Chile
EliminarHola despistada, me gusta el planteamiento de escritura q haces mostrando lo que piensan y y sienten Francesca y Yolanda y ese movimiento de piezas que se va dando cuando cada una va decidiendo sus próximos movimientos. Vamos a ver como sigue todo. Saludos. Vero
ResponderEliminarEspero que te agrade la continuación de la historia. Un abrazo, Vero. Y como siempre, gracias por comentar
EliminarMe he leído la historia y me ha encantado. Gracias por deleitarnos con tu forma de escribir.
ResponderEliminarMuchísimas gracias a ti por regalarme tu tiempo. Me encanta que la gente que lee mis relatos tenga el detalle de dejar un comentario.Un abrazo
EliminarComiendo a creer que estas contando un fragmento de mi vida, porque la historia es muy parecida algo que viví hace 6 años, solo cambian los nombres y el lugar pero lo que has contado hasta ahora es lo mismo que viví, espero la historia termine bien, como la mía. Un saludo y un beso. Mis felicitaciones para ti.
ResponderEliminarMe alegro de que tu historia teminara bien, Poesía Nocturna. Yo, debo de confesar que me muevo más cómoda en la felicidad que en el drama...
EliminarUn abrazo y gracias por comentar