Capítulo 11
Yolanda tenía poco tiempo y pocas ganas
de precipitarse. En menos de una semana iniciaría su último tour de la
temporada y debería abandonar Siena. Francesca estaba muy ocupada, pero muy
interesada. Un extraño cóctel que ambas querían probar, pero que no sabían cómo
les sentaría. Pero por el momento, las dos decidieron disfrutar de ese pequeño
instante de paz al borde de la piscina.
Francesca pronto abandonó la cómoda
tumbona. Solo disponía de un par de horas de descanso después de haber
terminado de despachar comidas y antes de ponerse a preparar cenas.
Francesca: Tengo que irme. Enseguida comenzaremos con
la preparación de las cenas
Yolanda: Claro, lo entiendo. Luego me pasaré por el
restaurante. ¿Hay mesas libres?
Francesca: Para ti siempre habrá una mesa libre
(Sonrió a Yolanda)
Yolanda: (Entendiendo
que ya había empezado el coqueteo, desentrenada, pero esperanzada, decidió
lanzarse) Ayer me perdí el espectáculo
nocturno. Si no estás muy cansada, y te parece bien, puedo esperar a que
termines esta noche y podemos ir juntas a tomar una copa
Francesca: Hoy acabaré muy tarde, la verdad y
probablemente siendo domingo, cuando termine mi trabajo estarán la mayoría de
los locales cerrados. Pero si te parece bien, podemos vernos mañana a la mañana
y desayunar juntas en una deliciosa cafetería que conozco, que no está muy
lejos de aquí.
Yolanda: Me encantaría
Francesca: Te veo luego, entonces
Yolanda: Claro.
Hasta luego
Francesca se colocó el escueto vestido
playero que descansaba al lado de su hamaca, recogió su toalla, su libro y besó
de nuevo a Yolanda. Un delicado, tierno y detenido beso en la mejilla que esta
vez no dejó lugar a dudas a Yolanda. Cada vez que Francesca la besaba así una
corriente de ternura y bienestar recorría su espina dorsal y avivaba la llama
de la ilusión que había prendido en su corazón. Pasó la tarde en la piscina,
dejando que el sol bañara su cuerpo y lo cubriera de ese bienestar especial que
el astro aportaba a cada célula de su piel. Antes de retirarse a su habitación,
se pasó a visitar a Daniel.
Yolanda: Hola
Daniel: Hola, preciosa, ¿qué tal todo?
Yolanda: Estupendamente
Daniel: ¿Y esa carita de felicidad, de dónde viene?
A ti te ha pasado algo que te ha puesto especialmente contenta
Yolanda: No entiendo cómo puedes leerme la cara como
si fuera un libro abierto
Daniel: Perceptivo que es uno…¿Vas a contármelo o
no?
Yolanda: Bueno, no sé cómo definirlo. Francesca y yo
hemos iniciado un tonteo
Daniel: ¿Francesca? ¡Qué sorpresa!
Yolanda: Sí, yo también estoy un poco sorprendida,
pero a la vez bastante ilusionada
Daniel: Me alegro mucho por ti. Estoy orgulloso de
que por fin hayas cerrado tu capítulo con Natalia. Francesca me gusta. Es de
las que va de frente
Yolanda: Eso creo yo también. ¿qué tal todo lo demás?
¿qué tal ayer?
Daniel: Creo que bien. Aunque te parezca increíble
ya tenemos alguna reserva en el hotel para el próximo fin de semana y según
vayan saliendo publicados los artículos de los periodistas que nos visitaron
ayer, estoy seguro de que el número de reservas aumentará. Ahora estamos
iniciando una campaña de contacto con las agencias de viajes que operan por
Siena y esperamos que alguna de ellas se interese también por nuestro
establecimiento. Estoy muy optimista respecto a la futura marcha del negocio.
Yolanda: Lo cierto es que te ha quedado espectacular
Daniel: Nos ha quedado
Yolanda: Cierto. Estoy orgullosa de ver cómo ha
quedado el hotel y estoy segurísima de que conseguirás rentabilizar en breve la
inversión
Daniel: Además, en el restaurante las cosas van aún
mucho mejor. Prácticamente se están agotando las reservas para esta semana. Ya
sabes, el boca a boca es un método infalible de publicidad y parece que la
gente que cenó aquí anoche está hablando maravillas.
Yolanda: Bueno, dejando los negocios aparte, ¿qué tal
anoche? Cuando me fui no le quitabas el ojo de encima a Giulia, la hermana de
Francesca
Daniel: Pues fue una velada muy agradable, la
verdad. Y Giulia, además de preciosa es una mujer muy interesante. Y divertida
Yolanda: Y soltera. Y además, parece que la sensación
fue mutua
Daniel: ¿Qué quieres decir?
Yolanda: Que según las palabras de Francesca, su hermana
también se sintió cómoda y a gusto contigo. Así que no trabajes tantísimo a todas horas (te recuerdo que en
el hotel también tenemos personal en el que puedes delegar muchas de las cosas
que tú haces) y encuentra un rato libre para invitarla a salir. Has trabajado
muy duro durante un año. Has aparcado tu vida personal para dedicarle cada
esfuerzo y cada minuto de tu tiempo a nuestro proyecto. Ahora te toca volver a
coger el tren. Vive, Daniel. Disfruta
Daniel: ¡Mira quién me habla! Pero creo que tienes
razón. Va siendo tiempo de que ambos nos ocupemos más de nuestras emociones.
Pero no va a ser ahora. Tengo que hacer un par de llamadas de trabajo. Y tú no
haces más que entretenerme con tu cháchara
Yolanda: Ja,ja,ja. Vale, mister ocupado. ¿Nos vemos
luego? ¿Cenamos juntos?
Daniel: Por supuesto, preciosidad
Yolanda se pasó por la habitación para
dejar la toalla y se fue a dar un paseo por
Siena. Era una ciudad que le encantaba. Cuando volvió al hotel, se duchó
y se preparó con esmero para la cena. Había descubierto que quería gustarle a Francesca.
Aunque solo la viera un momento, quería dejar una magnífica impresión en su
retina. El juego había comenzado y aunque ella estaba desentrenada, estaba
decidida a apostar fuerte. Qué curiosa es la vida, pensó, cómo un suave roce de
sus mejillas, un delicado beso y sobre todo, ser consciente de que por fin
había cerrado un aciago capítulo de su vida, podía haber cambiado tanto su
percepción y su humor en apenas unas horas. Sentía de nuevo su corazón abierto
a la felicidad. Revivió la imagen de Natalia en su mente. Bella, pero sin alma.
No, definitivamente, no había nada en ella que le interesara lo más mínimo. Y
sintió pena por Jaime, porque fue consciente de que Natalia le haría infeliz,
como a ella. Ojalá se equivocara, pero presentía que el pobre Jaime solo sería
otra marioneta en manos de Natalia. Y ella sentía ya su cuerpo libre de hilos que lo manejaran.
Disfrutó de una distendida cena con
Daniel y Francescadispuso incluso de un rato para sentarse con ellos a charlar.
Aprovecharon para concretar la cita para el desayuno del día siguiente y
Francesca volvió a despedirse de ella con otro delicioso y pausado beso en su
mejilla que casi la hizo ruborizar ante la divertida mirada de Daniel.
A la mañana siguiente, se duchó, se puso
un vaquero, una blusa blanca y unas sandalias de ese mismo tono, se colgó su
bolso y se dirigió al lugar de la cita con Francesca. ¿Cita? Sí, eso podía
considerarse una primera cita. Sintió cómo el cosquilleo de la ilusión le
bailaba en las tripas. Cuando llegó ella ya estaba allí. Leía el periódico con
unas pequeñas gafas que le daban un aspecto aún más adorable si cabía. Se
detuvo a mirarla. Francesca levantó la cabeza y le hizo un gesto para que se
acercara. Hacía tiempo que Yolanda no disfrutaba tantísimo de la compañía de
una mujer. Se rieron, se hicieron confidencias. Francesca dejaba descansar
descuidadamente de vez en cuando su mano sobre las de Yolanda y esta pensó que
era un placer poder compartir ratos como esos con alguien sin necesidad de
esconder nada, sin complejos y con naturalidad. Le gustaba Francesca cada vez
más.
Se les pasó el tiempo volando. Francesca tenía
que regresar al hotel a hacerse cargo de las comidas y preguntó a Yolanda qué
es lo que iba a hacer ella. Yolanda había alquilado un coche e iba a acercarse
a Florencia. Tenía que hacer unos trámites para la agencia para la que trabajaba, así que las dos se sintieron un
poco decepcionadas al darse cuenta de que, esa tarde, no compartirían un rato
de asueto en la piscina y que no se verían en lo que restaba de día. Francesca
le propuso volverse a ver en el mismo sitio, a la misma hora y volver a
desayunar juntas. Yolanda aceptó encantada. Así las cosas, Francesca se empeñó
en acompañar a Yolanda hasta la misma puerta de su habitación. Allí, en la
entrada de la suite, se despidieron.
Francesca: Ha sido una mañana deliciosa. Me ha
encantado compartir el desayuno contigo
Yolanda: Lo mismo digo. Hacía muchísimo tiempo que no
disfrutaba tanto
Francesca: Pues espero que no sean solo desayunos lo
que podamos compartir y disfrutar juntas. Por cierto, he de decirte que con la
cara lavada y sin restos de química en tu piel luces tan fresca y deseable como
cuando te maquilas con esmero y te vistes elegante. Estás guapísima de
cualquier forma
Yolanda: ¿Eres muy directa, verdad?
Francesca: No me gusta andarme por las ramas, desde
luego. No tengo prisa ninguna, pero cuando tengo claro algo, voy a por ello.
¿Tú no?
Yolanda: Me temo que a mí me cuesta más lanzarme
Francesca: Bueno, si lo que te cuesta es lanzarte y no
te cuesta tener claras las cosas, me
vale
Yolanda: Te veo mañana. Gracias por todo
Francesca: Hasta mañana, Yolanda
De nuevo se alzó sobre las puntas de sus
pies y depositó un suave y tierno beso, esta vez sobre los labios de una
sorprendida Yolanda. Se dio media vuelta y desapareció por el pasillo. Yolanda
la vio alejarse mientras retenía en sus labios el cosquilleo del roce de los
labios de Francesca. Una sonrisa arqueó su boca
y un destello de felicidad iluminó su alma.
Pasó el día en Florencia con la cabeza en
una nube. Le costaba concentrarse. Hizo los trámites que le había encargado la
agencia y se perdió por los rincones de
la ciudad. Recibió una llamada de su jefe interesándose por “el nuevo hotel que
habían abierto en Siena”, a ver si ella lo conocía, a ver qué tal estaba, a ver
que le parecía. Las noticias vuelan, pensó. Le comentó a su jefe que ella misma
estaba alojada en ese momento en el hotel, que lo regentaba un amigo suyo y
que, por supuesto, lo recomendaba encarecidamente. Su jefe le pidió el teléfono
de Daniel y le indico que, si las condiciones le parecían óptimas harían allí
la reserva para el próximo tour. Yolanda no pudo reprimir una sonrisa. Un viaje
con cuarenta clientes de alto poder adquisitivo era una inmejorable noticia
para el negocio. Pero alojarse en el mismo sitio en el que trabajaba Francesca
lo era aún mejor, así aunque ambas estuvieran trabajando, podrían sacar algún
rato para verse también, aunque solo fueran un par de días en la próxima
quincena.
Estaba impaciente por volver a ver a
Francesca y las horas se le hicieron eternas. Pero por fin llegó su segunda
cita. Si la primera fue agradable, la segunda lo fue aún más. Francesca
insistió en acompañarla de nuevo a la puerta de su suite.
Francesca: He estado decenas de veces en Florencia,
pero cuando me hablabas hoy de ella, me parecía estar escuchando sobre una
ciudad totalmente desconocida para mí. Me encantaría visitarla algún día de tu
mano y saborearla a través de tus ojos. Tiene que ser un auténtico placer hacer
un tour por mi país contigo. Envidio a tus clientes
Yolanda: Gracias. Estoy segura de que tendremos
tiempo y ocasión de conocer todos los rincones de tu maravilloso país. Estoy
dispuesta a hacerte un tour particular cuando quieras
Francesca: O cuando podamos
Yolanda: Tienes razón, somos mujeres ocupadas
Francesca:Espero que antes de ello, podamos hacer un
tour por sitios más cercanos y más placenteros
Colocó una de sus manos en la cintura de
Yolanda, quien se ruborizó al entender a lo que se refería Francesca. Desde
luego, esa chica no perdía el tiempo. Se volvió a alzar sobre las puntas de sus
pies y depositó un suave y largo beso sobre los labios de Yolanda. Si quería
jugar, jugarían las dos, por qué no. Yolanda la rodeó con sus brazos y la
atrajo hacia su cuerpo. Entreabrió sus labios y atrapó el labio inferior de
Francesca entre los suyos. Regó su boca con suaves y delicados besos y se abrió
tímidamente paso con su lengua. Un beso tierno y suave pero más íntimo.
Francesca la miró a los ojos, le sonrió. Yolanda le besó la nariz y sonriéndola
a su vez, le susurró “hasta la tarde; te
veo en la piscina”
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Esta será sin duda una relación que se cocinara a fuego muy lento, me gusta mucho esa pareja, ojala y Natalia no las afecte de ningún modo aunque siento que si podría meter su mano.
ResponderEliminarLa vida no siempre es fácil. Pero ahora Yolanda parece que ha encontrado a alguien más a su medida. Veremos qué tal le van las cosas. Gracias por comentar
EliminarLa palabra directa le queda corta, pero muyyyy cortísima a Fran, esa mujer va con la artillería pesada, me gusta muchoooo.
ResponderEliminarEl capítulo de hoy me deja con una sonrisa boba en la cara.
Saludos y abrazos para ti amiga Despistada.
Luisa V.
Ya lo dijo Daniel: Francesca es de las que va de frente... Gracias por comentar, Luisa. Un abrazo
EliminarOppaaa me encantaaa fra es de armas a tomar hermosas se ven juntas cada capitulo mas enamorada me vuelvo de esta historia besos linda bye
ResponderEliminarFrancesca tiene claro lo que quiere en la vida. Ojala Yolanda encaje. Gracias por comentar y espero que te siga gustando la continuación de la historia.
Eliminar¡Uyyyyyy!!!! Ese último beso me gusto muchoooo ¡Mmmmm!!!!
ResponderEliminarEspero que Yolanda pronto le pida antes de irse comenzar un relación ya no de simples jueguitos de conquistarse aquí no hay que esperar mucho ya la llamita se encendió entre ambas ¡Wiiiiiiiii !!!!
Ahora no creo que Natalia haya que dado muy tranquila tengo esa idea que va aparecer de nuevo verdad Despistada
Un abrazó desde mi madrugada de domingo
Que tengas un excelente dia desde Chile
Gladys, pareces mi alter ego. Tu mente y mi mente funcionan muy similar, por lo que veo. Tus intuiciones siempre me dejan con la boca abierta. Un abrazo
EliminarDebe ser porque soy un poquito romántica y tu historia es un poquito el reflejo de la realidad y en ese concepto me coloco yo y analizó a las protagonistas gracias Despistada por ponerme a la altura de tus dotes magníficos de escritora G.R.A.C.I.A.S
EliminarHola despistada, pues como se dice por estos lados ni cortas ni perezosas jajaj se lanzaron de cabeza. Realmente Francesca tiene todas las cualidades que le faltan a Natalia. Vamos a ver como sigue esta etapa de conocerse y querer impresionar a la otra. Te dejo un saludo a la distancia. Vero.
ResponderEliminarGracias por comentar, Vero. Sí, Francesca no es de las que se anda con jueguecitos... Veremos.
EliminarUn abrazo
Se esta colocando mas interesante espero el próximo capitulo, ese negocio va a estar de maravillas. Felicidades a la escritora. Besos desde Venezuela Cojedes. Espero que sigas escribiendo excelentes historias como esta, que inspiren darse la oportunidad con nuevas personas dejando el tormentoso pasado atras.
ResponderEliminarEl pasado nos persigue hasta que el presente nos da alas...
EliminarGracias por comentar. Un saludo